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ANÁLISIS Y PRÁCTICAS DE SITUACIONES ESCOLARES:

TRABAJO PRÁCTICO INTEGRADOR:

Buenos días Colegas:

Las prácticas escolares hoy son tan diversas y complejas, que dan cuenta de la
complejidad socio histórica. En este contexto se hace evidente, diseñar espacios
colectivos, que nos permitan pensar juntos dispositivos de abordaje. En pos de construir
colectivamente formas alternativas de tratamiento frente a las distintas situaciones que
suceden en el aula, es que ponemos en valor este DOCUMENTO COMPARTIDO.

¿CÓMO NOS ORGANIZAREMOS PARA TRABAJAR JUNTOS?

1. SUBIR SITUACIONES ESCOLARES, A LA CARPETA CUYO NOMBRE LO INDICA. En


grupos de trabajo, diseñamos situaciones escolares. Atención, en dichas
situaciones escolares NO colocamos nombres reales.
2. En la carpeta PROTOCOLOS Y PROCEDIMIENTOS NORMATIVOS, subiremos los
protocolos correspondientes al Nivel donde trabajamos.
3. Acreditaremos el espacio formativo, teatralizando la situación escolar con su
respectivo protocolo de actuación, además acompañaremos del ACTA
CORRESPONDIENTE.

Mirando más detenidamente a situaciones escolares conflictivas…

Según Viñas (2004), los conflictos en los centros educativos no son únicamente de un tipo,
según las personas que intervengan en el mismo podemos diferenciar cuatro grandes
categorías: conflictos de poder, conflictos de relación, conflictos de rendimiento y los
conflictos interpersonales:

● Por conflicto de poder se entiende todos aquellos conflictos que se dan con las
normas (cuando un alumno reacciona contra el sistema se encuentra con unos
mecanismos de poder que coartan su libertad generando un conflicto en el cual
únicamente el sujeto puede adaptarse, ya que la normativa cumple una función de
estabilidad del sistema).
● Los conflictos de rendimiento son todos aquellos relacionados con el currículum en
los que el alumno puede presentar dificultades en equilibrar sus necesidades
formativas y lo que el centro/profesorado le ofrece.
● Y respecto a los conflictos interpersonales, van más allá del hecho educativo y se
dan en el centro ya que éste es una reproducción de la sociedad en la que está
ubicado, siendo fiel reflejo el uno del otro.

Burguet (1999: 66 - 67) señala las fuentes de malestar más importantes en las relaciones
con los educadores, Pueden generar -y de hecho generan- muchos conflictos:
Problemas de disciplina:

● Burlas y menosprecio hacia el educador, o de éste hacia los educandos haciendo


ejercicio de su autoridad;
● Ruidos, interrupciones;
● Dificultad al pasar del papel de líder impuesto a líder natural;
● Tratos con los educandos que tienen realidades más conflictivas;
● Conductas violentas y delictivas…

Problemas de adaptación a las diferencias individuales:

● Comportamientos heterogéneos;
● Relación personal escasa, comunicación en función de relación de poder;
● Contabilizar las exigencias por cubrir los programas y la necesidad de atender a
cada uno en particular;
● Adaptación a ritmos de aprendizaje diferentes;
● Enseñanza adaptada a los rendimientos y ritmos diferentes;
● Problemas a causa de la falta de motivación de los educandos, a menudo
indicadores de la falta de motivación de los profesionales de la educación.

Los conflictos en el ámbito escolar no son un hecho nuevo de nuestro tiempo, siempre han
existido y siempre existirán, son parte de la vida de los centros educativos y un elemento
más que hacen del espacio escolar un lugar de aprendizaje y de desarrollo personal de los
estudiantes. Para los profesionales de la educación saber analizar y conocer los tipos de
conflictos escolares nos puede ayudar en la selección de la estrategia o la técnica para una
resolución positiva. Trataré de explicaros en este post una tipología sencilla que ayudará a
enfocar los conflictos, desde los más habituales de comunicación hasta los más complejos
casos de bullying o acosos escolar, hacia la mediación escolar en unos casos y hacia otras
posibles estrategias en otros.

● Tipología tradicional de los conflictos escolares


● Diferentes estudios y autores establecen tipologías muy diversas sobre la
conflictividad en las escuelas.
● Como en cualquier otro elemento relacionado con la educación, las realidades de
cada centro y cada entorno escolar determinan su tipología especial de conflictos,
si bien podemos hacer una sencilla clasificación que nos ayude a establecer pautas
o procesos de resolución en función del nivel del conflicto y su forma.
● En la siguiente imagen podemos ver tres niveles diferentes donde encajar los
diversos conflictos.
- Nivel 1: Conflictos comunes
● El primer nivel es, en la mayoría de los centros educativos, donde se trabaja
habitualmente todo lo relacionado con la gestión de la convivencia y la disciplina
escolar.
● Son conflictos habituales y con un impacto social reducido que pueden ser
gestionados por el profesorado y el alumnado, sobre todo si existe un sistema
formativo en técnicas de resolución de conflictos, como puede ser la Mediación
Escolar.
● Tener personas de los diferentes estamentos de la Comunidad Educativa, formadas
en las técnicas de la mediación, facilita mucho dos elementos claves en la gestión
de los conflictos escolares:
● 1. Se crea una red de personas formadas en detección y análisis de conflictos que
son claves para evitar la escalada de un posible problema.
● Esto es fundamental por ejemplo en los casos relacionados con los nuevos medios
digitales, con las redes sociales, etc. Su detección temprana evita que puedan llegar
a convertirse en serios problemas de ciberbullying, sexting, groming, etc.
● También en conflictos más tradicionales y de violencia directa como las peleas, este
sistema de detección puede ayudar a parar una posible escalada de un conflicto
que en principio no parecía demasiado importante, como podría ser una discusión
en una actividad deportiva en el patio de la escula.
● Mejora notablemente la participación de la comunidad educativa,
fundamentalmente profesorado y estudiantes, pero también padres y madres, en
la gestión de la convivencia y la resolución de los conflictos.
● Esta visión comunitaria de la gestión de aspectos importantes del centro escolar
afianza los valores de la educación en el entorno y sobre todo el sentimiento de
pertenencia al centro y de ayuda para que su funcionamiento sea el mejor posible.
● Formar parte de un Equipo de Mediación en una escuela es una responsabilidad,
pero también una forma de dar a los demás y aportar al centro escolar en el que el
estudiante estará muchos años de su vida.

● Nivel 2: Conductas disruptivas en el aula


● El segundo nivel está relacionado con estudiantes que presentan problemas que el
entorno escolar normal difícilmente puede gestionar.
● Son casos en los que es necesaria la intervención de especialistas de otros campos
como la Medicina, la Psicología o la Educación Social.
● Son estudiantes que presentan problemas conductuales que impiden, de manera
constante, el normal desarrollo de los procesos educativos tanto para él o ella
como para el resto de los estudiantes.
● Los protocolos de gestión que se pueden aplicar son diseñados de forma genérica
por las administraciones educativas, aunque su aplicación real en el aula es muy
complicada sin la ayuda especializada de expertos o tratamientos médicos
específicos.
● No obstante, en este tipo de casos es de suma importancia establecer, por el
Equipo Docente del estudiante, un protocolo claro y concreto de actuación en los
momentos en los que se genera el problema dentro del aula.
● Este protocolo deberá contener incluso las palabras con las que el profesor se
dirigirá al estudiante para intentar gestionar la situación desde el inicio.
● Utilizar técnicas de asertividad, como el disco rayado o técnicas de escucha activa,
pueden ser validas en algunos casos.
● También estarán especificados en este protocolo los siguientes si los primeros no
dan resultado.
● La actuación coordinada y estandarizada puede ser una de las claves en la gestión
de estos casos de disrupción en el aula.

- Nivel 3: Conductas antisociales:

● El tercer nivel de conflictividad es algo más complejo y representa los conflictos


que normalmente salen de los centros escolares, bien porque se producen en otros
espacios sociales, bien porque se generan dentro y luego se extienden hacia afuera
o también porque se crean y escalan en entornos digitales.
● Para encuadrar un conflicto escolar en este nivel debería tener una historia
prolongada en el tiempo o bien ser un hecho que podríamos calificar como
delictivo.
● Los centros escolares no tienen actualmente capacidad para gestionar este tipo de
problemas y necesitarían de gran experiencia y personas muy expertas, incluso
equipos interdisciplinares, para poder gestionarlos y resolverlos en el entorno
escolar, lo que sin duda sería un gran avance y evitaría la masificación de los
sistemas de justicia en entornos con elevados niveles de delincuencia juvenil.
● Este modelo se utilizó en los primeros momentos de creación de los sistemas de
Mediación Escolar en las zonas más conflictivas de ciudades de Estados Unidos, en
la década de los sesenta y setenta del siglo pasado, donde los problemas entre
bandas de jóvenes rivales acababan llevando los conflictos a las escuelas.
● A partir de la mediación de ex miembros de dichas bandas se intentaba la
resolución antes de la escalada del conflicto que, sin duda, siempre acabaría
repercutiendo en la convivencia del centro educativo y en el sistema judicial.
● Ahora en el siglo XXI, el mundo digital traspasa los conflictos puramente físicos y
extiende este tercer nivel hacia una esfera mucho más imprecisa, mucho menos
visible y mucho más “líquida”.
● Hablamos de ciberbullying, sexting, groming o cualquier otra práctica en Internet
donde la privacidad, la identidad digital y la propia persona se ven seriamente
atacadas.
● En este nivel de conflictos escolares debemos ser conscientes de que las
estrategias y técnicas más analógicas como la Mediación Escolar, deben ser
adaptadas y mejoradas para este nuevo entorno y estos nuevos conflictos.
● Existen ya muchas experiencias donde los mediadores se convierten, con una
formación específica, en cibermediadores o en cibervigilantes para este tipo de
conflictos escolares, cuya base sigue siendo la convivencia y las relaciones entre las
personas, pero han pasado a producirse en espacios no físicos, atemporales,
asincrónicos y cuya repercusión y extensión puede ser exponencial en muy poco
tiempo.

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