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En el tranquilo pueblo de San Martín, enclavado entre montañas y bañado por la

luz dorada del sol, se encuentra una modesta escuela primaria. En el corazón de
esta comunidad se encuentra el aula del Sr. García, un maestro apasionado por la
enseñanza y la formación moral de sus alumnos. La pequeña sala de clases está
adornada con coloridos carteles educativos y rodeada de grandes ventanas que
permiten que la luz del día llene el espacio con calidez.

Dentro de esta aula, cuatro jóvenes estudiantes de diferentes edades, pero con
una curiosidad común, se reúnen regularmente después de las clases para
explorar el vasto mundo de la ética. Alejandro, un niño de mirada inquisitiva,
siempre tiene preguntas intrigantes sobre lo que está bien y lo que está mal.
María, una niña de mente abierta y comprensiva, escucha atentamente a sus
compañeros y busca siempre entender las perspectivas de los demás. Juan, un
2adolescente introspectivo, aporta su conocimiento y experiencia en filosofía para
enriquecer las discusiones. Y finalmente, Laura, la inteligente y amable del grupo,
observa todo con ojos inocentes, pero su inteligencia natural y su profunda
empatía sorprenden a todos.

Este grupo de cinco personas ha formado un círculo especial de reflexión ética,


donde el Sr. García les guía en conversaciones que despiertan sus conciencias y
los llevan a cuestionar el mundo que les rodea. Juntos, exploran temas como la
justicia, la empatía, la responsabilidad y la honestidad, desafiándose mutuamente
a pensar más allá de las respuestas simples y a tomar decisiones fundamentadas
en valores sólidos.

En esta historia, acompañaremos a estos cinco personajes en su viaje a través de


dilemas éticos, donde sus diferentes perspectivas y experiencias los ayudarán a
crecer y aprender, demostrando que la ética no es solo un conjunto de reglas, sino
una brújula que guía sus vidas en este hermoso rincón del mundo.

Todo empezó un viernes en el aula de clases del Profesor García

-“Buenos días chicos”, dijo el maestro


-“Hoy pasaremos a un nuevo tema que el libro me solicita pero antes tengo que
hacerles unas preguntas y cada uno me dará su opinión, necesito que todos
participen porque al final compararemos respuestas”, exclamo el Señor García a
sus alumnos

-“Claro que si profesor” respondió Alejandro entusiasmado

Los alumnos ansiosos abrieron sus libros

La primera pregunta decía

¿Quién decide la manera en que uno se relaciona con otras personas?

¿Qué pesa más en la relación con otras personas:la razón o las emociones?

¿Se puede apelar a las circunstancias para justificar una decisión que afecta a
otras personas?

Los alumnos comenzaron a escribir sus respuestas, pasado un rato el profesor


pidió que pasaran al frente a decir sus respuestas

Cada uno de ellos paso y dijeron sus respuestas

Las de Alejandro fueron directo al punto sin más, cortas pero concisas

Las de María igualmente no contenían mucha información pero las explico y


expreso mucho mas abiertamente que Alejandro

Las preguntas de juan fueron las que contenían mas información del porque su
respuesta, explicaban todo a detalle y muy bien redactado

Laura contesto igual que Alejandro, muy pocas palabras pero lo que decía era
correcto y bien dicho

Al finalizar el trabajo el maestro juntos sillas e hicieron un círculo y comenzó a


preguntar

-“Laura, ¿porque crees que a veces nosotros no decidimos con quien juntarnos?”
pregunto el maestro

-“Bueno porque hay veces que por ejemplo en los salones de clase ya la mayoría
tiene una forma de ser que ya esta establecida en ese salón, que son ruidosos o
muy inquietos y una sola persona no puede cambiarlo por si sola, entonces poco a
poco nos vamos influenciando y haciéndonos de ese carácter de nuestro entorno,
como una sociedad” respondió Alejandro

Pero Juan interrumpió, “No por estar rodeadas de esas personas debemos
comportarnos como ellos, podemos simplemente alejarnos o establecer un límite”
respondió confiado

Laura lo miro y le dijo “En parte tienes razón pero hay veces que uno al no ser o
actuar como una clase de persona o con tal carácter puede ser excluido
haciéndolo sentir mal o que se quede solo sin amigos”

Juan la vio fijamente y se levantó de su silla “A si pues”:..

-“Eso es todo” dijo el maestro

-“Gracias por su participación, pero hay que dejar hablar a sus demás
compañeros”

Juan volvió a su asiento mientras la seguía viendo fijamente

El profesor continuo con la clase pasando a la siguiente pregunta mientras que


caminaba alrededor del círculo que se había formado.

-“Que le afecta o pesa más a una persona ¿Las emociones o la razón?”- Comento
el profesor, Alejandro levanto su brazo enseguida, hablando firme y conciso.

-“Definitivamente las emociones, la empatía es más efectiva y fuerte que la razón”-


todos sus demás compañeros no estaban de acuerdo con lo que había comentado
Alejandro. María fue la siguiente en levantar su brazo para participar el profesor le
dio la palabra.

-“No estoy de acuerdo con Alejandro, ¿A quién no le gustaría tener la razón?”-


terminando de hablar al instante, los demás compañeros asintieron apoyando su
opinión.

-“¿Y los demás que opinan?”- Hablo el profesor.

-“La razón!”- Dijeron al unísono sin pensarlo.

-“Sigo sin entender por qué todos dicen la razón”- Alejandro había entrado en un
estado de confusión al no saber el trasfondo de las respuestas de sus
compañeros.-“ Los sentimientos juegan una parte fundamental en nuestro ser y,
en muchos casos, los mismos se sobreponen a la razón.”

-“Cada quien opina diferente, al igual que tu”- Comento el profesor –“Pasemos a la
siguiente y última pregunta”
Todos prestaron atención a cada palabra que decía el profesor-“¿Se puede apelar
a las circunstancias para justificar una decisión que afecta a otras personas?”-El
aula se quedo en un completo silencio, los alumnos se habían quedado pensando
en la pregunta pues no encontraban una respuesta clara, hasta que Juan hablo.

-“Claro que puedes pero ¿Está bien hacer eso sabiendo que dicha persona o
personas pueden ser afectadas por más necesidad que yo tenga de justificarla?”-
todos sus compañeros apoyaron la respuesta de Juan, María fue la siguiente en
hablar.

-“la moral define que está bien y que está mal, así que yo diría que todo depende
de tu moralidad como persona de saber que aunque hayan circunstancias que
disculpen dicho acto puedes llegar a afectar a otras personas.”

-“Me gustaron mucho sus opiniones…”- El profesor iba a seguir hablando pero el
timbre indicando la hora de salida lo interrumpió- “Al parecer ya finalizó la clase, si
tuvieron alguna confusión en el tema que vimos hoy no duden en preguntar pero
será hasta la siguiente semana”- El profesor salió del aula sin antes despedirse
con una alegre y amistosa despedida.

Alejandro tenía demasiadas dudas, pensar en que tenia que esperar hasta la
siguiente semana para resolver sus dudas no le parecía del todo, tomo sus cosas
y salió de la escuela dirigiéndose a su casa, al entrar no dudó en ir hacia sus
padres y hablar del tema que lo tenia tan confundido.

Alejandro entró en su casa con la mente llena de preguntas e inquietudes. Su


madre estaba en la cocina preparando la cena, y su padre estaba sentado en la
sala leyendo un libro. Decidió hablar primero con su madre, quien siempre estaba
dispuesta a escucharlo.

-"Hola, mamá", comenzó Alejandro, "tuve una discusión interesante en la escuela


hoy sobre ética y no puedo dejar de pensar en ello. ¿Crees que las emociones son
más importantes que la razón?"

Su madre, mientras cortaba verduras, se detuvo por un momento y lo miró con


una sonrisa comprensiva. Ella siempre había alentado a Alejandro a hacer
preguntas y buscar respuestas por sí mismo.

-"Bueno, cariño, es una pregunta difícil", respondió. "Creo que tanto las emociones
como la razón son importantes. Las emociones nos conectan con otros, nos hacen
sentir compasión y empatía. Pero la razón también es fundamental porque nos
ayuda a tomar decisiones informadas y a pensar en las consecuencias de
nuestras acciones."
Alejandro asintió, pensando en las palabras de su madre.

-“Buena respuesta mamá”, respondió Alejandro, “Te tengo otra pregunta, ¿Crees
que puedes justificar una decisión que daña a otras personas, por el tipo de
circunstancias que se presentaron?”.

La mamá de Alejandro pensó un poco, y esta respondió -“Creo que hay


circunstancias en las que no quedan otro tipo de opciones y estas terminan
dañando a otras personas, aun así creo que no es justificable y es un gran error,
definitivamente es algo que no se debe aplicar como solución por nada del mundo”

-“No creo que nunca queden decisiones que no afecten a otras personas mamá”
Respondió Alejandro. “Entonces no has vivido lo suficiente hijo”, respondió la
madre de Alejandro.

-“Bueno cambiando de pregunta, ¿Quién crees que decide con quien nos
relacionamos en la vida?, pregunto Alejandro.

-“Bueno hijo depende demasiado de las circunstancias, a veces cuando te juntas


con gente problemática o no confiable, tiene que entrar alguien como yo para
poder mantenerte a salvo, de ahí en fuera creo que todos deciden por su propia
cuenta con quien se relacionan, puede caerte mejor otro tipo de personas y por
eso decides ir con ellos en lugar de cualquier otro tipo de gente”, respondió la
madre de Alejandro.

-“Ok mamá muchas gracias por tu tiempo”, respondió Alejandro. “No hay de que
cariño”, respondió su madre.

Alejandro se retiro de la cocina pensando en las respuestas de su madre. Luego


se dirigió a la sala donde su padre seguía leyendo su libro.

-"Papá, ¿crees que está bien justificar una decisión basada en las circunstancias,
incluso si eso afecta a otras personas?", pregunto Alejandro a su padre.

Su padre cerró el libro y lo miró con seriedad antes de responder. Siempre había
sido un hombre de pocas palabras, pero sus palabras tenían un gran peso.

-"Las circunstancias pueden influir en nuestras decisiones, pero también debemos


ser conscientes de cómo esas decisiones afectarán a los demás. A veces, hacer lo
correcto puede ser difícil, pero eso no significa que debamos excusarnos solo por
las circunstancias. La moralidad y la ética son guías importantes en esas
situaciones." Respondió el padre de Alejandro.
-‘”Interesante, te tengo otra pregunta”, respondió Alejandro. “¿A tu punto de vista
al momento de relacionarte con los demás que pesa mas: Las emociones o la
razón”, pregunto Alejandro.

-“Creo que es una pregunta muy obvia hijo, siento que la razón importa y pesa
mas al momento de relacionarte con los demás, porque las emociones pueden
cegarte y traerte problemas a tu vida, el uso de la razón es mas importante porque
se necesita analizar todo lo que pasa, para así no meterse en ningún problema”,
respondió el padre de Alejandro.

-“No estoy de acuerdo contigo papá, yo siento que las emociones son mas
efectivas y fuertes que la razón, pero esta bien”, respondió Alejandro. “ Te tengo
otra pregunta, ¿Quién crees que decida con quien nos relacionamos en la vida
cotidiana?, pregunto Alejandro.

-“Veras hijo, pienso que todos deciden, incluso por ti, no puedes relacionarte con
alguien que no quiere relacionarse contigo incluso si tu lo quieres así, por lo que
realmente no decides tu, tienen que decidir mutuamente si estaría bien el
relacionarse del lado de ambas personas, de esta manera se podrían relacionar
de una buena manera y sin ningún problema porque ambos lo quieren así”,
respondió el padre de Alejandro.

-“Muchas gracias por tu tiempo papá”, respondió Alejandro con una cara de alivio
y serenidad. “ De nada hijo, si tienes otra pregunta puedes acudir conmigo”,
respondió el padre de Alejandro.

Alejandro se sintió aliviado al escuchar las respuestas de sus padres, aunque aún
tenía mucho en qué pensar. Después de cenar, se retiró a su habitación y
comenzó a escribir en su diario, reflexionando sobre las conversaciones del día.

Mientras tanto, en las casas de María, Juan y Laura, cada uno tenía sus propias
discusiones sobre los temas éticos que habían surgido en la escuela. Sus familias
también compartieron sus puntos de vista y valores, lo que enriqueció aún más
sus perspectivas. Esto ayudo un poco mas a buscar la verdad o punto de vista que
los ayudara a sentirse mejor y con la razón.

La próxima semana en la escuela, el grupo de estudiantes y el profesor García se


reunirían nuevamente para continuar explorando la ética y los dilemas morales
que enfrentaban en la vida cotidiana. Sus conversaciones seguirían guiando sus
decisiones y acciones, y juntos aprenderían que no siempre hay respuestas
definitivas en el mundo de la ética, pero el proceso de pensar y discutir era valioso
por sí mismo.

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