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En gran medida esta mirada hacia las empresas proviene de la cierta extrañeza y
desconcierto con la que se observa a los Estados nación, que demuestran en
algunos casos no tener la capacidad de defender los intereses de sus ciudadanos-
trabajadores ante la reiterada y sistemática imposición de condiciones que dictan
algunas de las instituciones supranacionales, como, por ejemplo, ajustes
económicos y fiscales, reformas internas a la legislación, reducción de derechos y
garantías sociales, etc. El profesor Pur calla afirma sobre el particular lo siguiente:
"Los gobiernos nacionales sirven como fuerza motriz, como filtro para la
imposición de la "agenda transnacional" de los intereses del capitalismo neoliberal
global. Añádase a esta afirmación que dichos gobiernos realizan tres funciones
esenciales:
Adoptan las políticas monetarias y fiscales que aseguran la estabilidad
macroeconómica.
Proveen la infraestructura básica, necesaria para la actividad económica
global (puertos y aeropuertos, redes de comunicación, sistemas educativos,
etc.).
Proporcionan orden social, esto es, estabilidad, lo que requiere
instrumentos de sostén de la coerción directa y aparatos ideológicos de
diverso cuño"
Los Estados copian el modelo impuesto de lo que se decide a nivel de las
instituciones supranacionales, que incitan a los mismos a realizar prácticas bajo
las leyes del libre mercado. El ejemplo más evidente lo constituye la crisis
financiera desatada en el 2008, que ha expuesto a las regiones más frágiles del
mundo a riesgos inimaginables, afectadas también por la crisis alimentaria
mundial. La tendencia general a controlar, mediante inversión extranjera, por parte
de los países de mayor desarrollo a aquellos países de menor desarrollo o de
tercer mundo, aprovechando la diversidad en sus recursos naturales a fin de lograr
un mayor desarrollo industrial y que, en algunas ocasiones, genera efectos no muy
positivos para el medio ambiente.
La globalización, por tanto, está sumergida en una corriente llena de asimetrías
entre lo jurídico y lo social, entre lo financiero y lo laboral, entre lo económico
global y lo nacional, asimetrías que crean vacíos normativos o de regulación166
que son el sustento o, si se quiere, la base de un ordenamiento económico que
tiene sus orígenes y participa de un nivel supranacional y que a su vez influye
directamente a nivel local o nacional de los países.
La doctrina ha re denominado al Derecho Global Comercial como Lex Mercatoria.
Un conjunto de principios generales y reglas de uso y costumbres para el contexto
del comercio internacional, que nacen de manera espontánea y sin referencia a un
sistema legal específico de orden nacional.
Estado-nación es muy importante desde muchos puntos de vista especialmente el
político y económico, ellas constituyen el apoyo directo para que los estados
puedan llevar a cabo las reformas internas a los ordenamientos jurídicos, procesos
de privatización de servicios públicos o empresas de la nación, interviniendo en
asuntos de naturaleza social que nunca antes habían participado.
Las empresas deben procurar realizar de forma más sistemática, reiterativa y
permanente, y no de modo puntual, acciones de RSE partiendo de sus propias
necesidades y expectativas con relación con sus diferentes grupos de interés más
próximos o que se encuentran dentro de su radio de acción.
La empresa interactúa frente a una gran red social, a la que debe responder con
acciones positivas, es su obligación ser transparente y coherente entre lo que
plantea de manera estratégica y lo que hace en la realidad, realidad que se debe
traducir en tener un modelo de gestión dirigido hacia la consecución de buenas
prácticas sociales, medioambientales y económicas.
Esa red está compuesta por: la sociedad, gobierno, ONG, proveedores,
subcontratistas, trabajadores, accionistas, medios de comunicación, clientes, etc.,
en ámbitos nacionales e internacionales que inciden directa o indirectamente en el
desarrollo de sus objetivos empresariales. La unión de los intereses propios de
quienes integran la red es lo que da sentido a una nueva dinámica social.
Otro fenómeno igualmente importante y que también ha tenido incidencia en el
deterioro de las relaciones laborales, es el alto porcentaje de trabajo informal,
especialmente en países de América Latina; así mismo ocurre con aquellos que
trabajan por cuenta propia, excepto los profesionales independientes a quienes,
en muchas ocasiones, les es indiferente el cumplimiento de los derechos
laborales, fiscales o tributarios. A esto también se suman los pocos mecanismos
legítimamente válidos que tienen los trabajadores para hacer valer sus derechos.
Hoy en día existe una gran brecha entre lo consagrado por las normas que
componen el engranaje del derecho laboral (las normas nacionales e
internacionales) y las condiciones reales de trabajo, éstas son en ocasiones
difíciles y las padecen los trabajadores ya que no hay otra opción. En algunos
casos se abusa de sus derechos en aras de incrementar la productividad y la
eficiencia de los procesos creados por la empresa donde prestan sus servicios; el
fenómeno de la deslocalización de la producción ha hecho que se diseñen
procesos productivos con tiempos determinados e inflexibles para los
trabajadores, en aras de "conservar o mantener" el contrato con el cliente quien,
en la mayoría de los casos, impone exigencias a la empresa. La capacidad de
negociación de las empresas es casi nula, son contratos de adhesión, en la que
las condiciones ya vienen impuestas por el cliente.
El mundo global y la incidencia en la velocidad de las comunicaciones, ha
generado una inestabilidad propia para las empresas en los productos y servicios
que ofrecen a los mercados nacionales e internacionales.