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“Para tener sentido, la palabra necesita del texto que es su propio contexto,
y el texto necesita del contexto donde se enuncie.
Edgar Morin*1
Resumen
El papel del docente investigador en la educación se debe enfocar en la
estimulación, la pregunta y la posibilidad de encontrar respuestas, y a la vez
dudar de las respuestas, para favorecer la aptitud natural de la mente, la
inteligencia. El maestro no debe enfocarse en una educación que extinga la
curiosidad del estudiante, que a menudo es restringida por la instrucción; por
ello debe buscar una aptitud exploratoria y como investigador reconocer los
contextos inmersos en una comunidad que espera mucho más de la
educación.
Esta educación es ciencia y conciencia, que implica el descubrir hechos
nuevos con lenguajes emergentes, que impulsan un nuevo papel del maestro
en el campo de la investigación. Ahí, cobra importancia el contexto
problematizador que en ocasiones se centra en la incapacidad para abordar la
complejidad por parte del docente investigador, nublando el juicio que es una
1
Tomado de Morín, E. (1999) Siete saberes para la educación del futuro. Capítulo II: los principios del
conocimiento pertinente. Subcapítulo: El Contexto. Pag. 15.
tendencia natural humana que se enfoca en un nivel interpretativo simplista y
reduccionista. Es así como, el docente debe hacer lectura de su contexto y del
de los estudiantes para permitir nuevos mundos, otras narrativas, que no lo
encierren en su disciplina, sino que trasciendan el conocimiento y que la
investigación lleve a la razón humana a un propósito único, generar nuevo
conocimiento (educar, emancipar y liberar, principio de autonomía humana).
Desde esta perspectiva se asume el papel del maestro investigador desde tres
ejes claros: proyecto humanista (para aprender), proyecto científico (para
desarrollar la ciencia) y un proyecto pedagógico que aprehende, usa la ciencia
y aprende a comunicarse (teorías y saber), desde la racionalidad. Por eso se
abordará la investigación desde la reflexión y la intención de pares
(estudiantes- profesores) para encaminar y sembrar nuevos saberes.
Introducción
La educación debe favorecer la aptitud natural de la mente, la inteligencia,
para así resolver, preguntar y estimular el empleo constante de un vivaz
aprendizaje desde la niñez. Para Morín (2001), “la curiosidad a menudo es
extinguida por la instrucción”, pues en el entorno educativo en vez de
estimularla, potenciarla y despertarla constantemente, se diluye bajo la
incapacidad para abordar la complejidad por la tendencia natural humana a
enfocarnos en análisis simplistas y reduccionistas. Es así como la investigación
tiene el propósito único, generar nuevo conocimiento (teoría).
Por tanto, la transferencia de conocimiento que busca en la evidencia
disponible, mejorar el saber de manera racional e integradora bajo una óptica
científica, permite el análisis desde cualquier latitud y en cualquier contexto.
Morín (1999) expresa que el sentido de la palabra está en la expresión del
texto que se desenvuelve en su propio contexto, pero que ese texto no puede
enunciarse fuera de su campo y de su acción (investigación) permanente en la
interacción por otros y con otros.
Es por ello, que, para lograr la interpretación, el análisis del contexto, en
busca de la coherencia; es preciso controlar los prejuicios y mantener el
asombro ante los fenómenos que rodean el acontecer de la pedagogía. Así
que, el maestro como sujeto activo de la cultura, permite visualizar una revisión
crítica de los aspectos que lo involucran como un acto de reflexibilidad que
siempre implica una mirada constructiva. Sin embargo, esta perspectiva se ve
reforzada por la tendencia humana de buscar patrones familiares y evitar lo
desconocido. Por ello, Morín (1994) argumenta que “la complejidad entra en
conflicto con la visión reduccionista y simplificadora de dividir el mundo en
unidades separadas”.
Ahora bien, hablar de investigación implica abordar los problemas del
comportamiento humano en su contexto social, político y cultural. Es buscar
desde la actitud exploratoria y de apertura mental del investigador, el
entendimiento de las necesidades inmersas en el sujeto, el grupo o la
comunidad; en su propio contexto, en donde la expectativa es afrontar los
problemas desde las ciencias del conocimiento, determinando acciones
propias de la ciencia.
Por tanto, el ser humano y la sociedad son multidimensionales: que abarcan
lo biológico, psíquico, social, afectivo, racional. Es por ello, que en la
investigación debería reconocerse la multidimensionalidad del ser humano que
está interrelacionada constantemente con el contexto y lo global, sin olvidar los
propósitos que la unen a sus pasiones necesidades e intereses culturales,
políticos y económicos.
Por consiguiente, se hace necesario ser conscientes de los sesgos que
nuestras propias perspectivas pueden introducir en la investigación. Por
ejemplo, el sesgo de confirmación, donde los investigadores buscan
información que respalde sus propias preconcepciones en lugar de buscar
información contradictoria, es un riesgo común en la investigación social. Morín
(1994) señala que "tenemos una tendencia natural a buscar confirmación de
nuestros propios prejuicios". Por lo cual, en el aula de educación precedente y
la universitaria, los escenarios del conocimiento permiten que se desnuden
esos viejos errores de las creencias cotidianas acerca de la sociedad, que han
sido adquiridos durante la crianza y que marcan indudablemente el proceder
del sujeto, como lo plantea Giddens, A. (1989). Cabe mencionar que “la
sociedad como un todo está presente en el interior de cada individuo”, Morín
(1999).
Por tanto, el docente investigador se convierte en una pieza fundamental en
el engranaje educativo porque sus acciones y saberes conducen a la
transformación social. Él en su papel de tutor, formador, mediador, consejero,
facilitador, asesor… contribuye en la formación de una visión crítica (develar)
que le permite al estudiante buscar soluciones a los problemas de su entorno,
a través de la producción de nuevas ideas.
“Su rol se encuentra en permanente construcción de saberes al interior de
su actividad académica, en el aula o fuera de ella, en prácticas de
indagación en diversos campos del conocimiento; espacios donde
convergen una serie de significados, valores, actitudes, aptitudes y
prácticas alrededor de un núcleo común”, Hernández (2009)
Por eso, es importante rescatar el papel del maestro en sus dimensiones de
saberes y haceres dentro y fuera del aula, llevando a la pregunta, a la duda e
inclusive a la incertidumbre de su propio conocimiento, despertando los
presaberes de sus estudiantes, actitudes del pensamiento más allá de la
palabra expresada, pero principalmente en la indagación encuentra los
sentidos más comunes del saber propio de la comunidad educativa, evitando la
tendencia a enfocarse en una sola dimensión del problema e ignorando la
multiplicidad de factores que influyen en él. “Debemos entender que la realidad
siempre es múltiple y que incluso el problema más simple es complejo cuando
se considera en su totalidad”, Morín (1994).
El ser humano es singular y en su dimensión contiene la hologramática,
explicada por Morín (2006) como “las partes constituyen un todo, pero al
mismo tiempo el todo está potencialmente en cada una de las partes, además
éstas podrían regenerar el todo”, por eso, el aprendiz pertenece a los seres
vivos, hay presencia de todos en su interior y sus partes, y su interacción es a
través del lenguaje, sus saberes y obligaciones; sin olvidar que el conocimiento
en forma de palabra, idea o teoría, es el fruto de una traducción, reconstrucción
mediada por el lenguaje y el pensamiento, y al ser reconstruida tiene el riesgo
del error.
CONTEXTO PROBLEMATIZADOR
2
Gráfica elaborada por: Alberto Sarmiento Castro.
Tener un profundo conocimiento del área que maneja, ojalá sea un campo
de su experticia.
Manejar adecuadamente los procesos y metodologías de enseñanza-
aprendizaje.
Interactuar y enseñar al dicente a crear conexiones en su investigación, a
fin de ampliar y proponer nuevas perspectivas.
Adaptarse a los cambios y estar abierto a nuevas ideas.
Preparar intervenciones con mensajes asertivos, usando diversos enfoques
que permitan al estudiante una mejor comprensión de los proyectos en los
diferentes entornos.
Actualizarse constantemente ya sea con la participación de encuentros o
seminarios, a fin de encontrar nuevos pensamientos que ayuden a validar
sus planteamientos. Además de escribir artículos, libros u otras
publicaciones sobre su labor docente.
Confrontar críticamente su producción con sus pares y socializar sus
resultados, para permitir la reflexión, la contradicción y la validación.
En conclusión, Morín3 invita al docente a seleccionar, focalizar en lo real, pero
saber qué focaliza y selecciona. “Recorto lo que me interesa de una realidad y
difumino el resto. Lo importante es saber permanentemente, acordarse de que
simplificamos por razones prácticas, heurísticas, y no para extraer la
quintaesencia (lo más puro) de la realidad." De esta manera el maestro interpreta
que, en su búsqueda por comprender el mundo, debe abarcar un conocimiento y
un análisis multidisciplinar, porque al tener en cuenta diferentes perspectivas
pueden reflexionar o generar un razonamiento más completo. En la investigación
se puede encontrar con realidades e ilusiones, pero debe saber discernir entre las
dos y comprenderlas.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
3
Cita tomada de https://www.planetadelibros.com/ de una compilación de frases de Morín.
Hernández, I. (2009 a,b,c). El docente investigador en la formación de profesionales.
Revista Virtual Universidad Católica del Norte, (27), 1-21, e-ISSN: 0124-5821.
Recuperado de: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=194215432011
Martínez, A. (2016) La investigación como problema y actitud. Revista Ingenio UFPSO.
Volúmen 9. Consultado [22 de marzo de 2023] disponible en:
https://www.albertomartinezboom.com/escritos/articulos/2016_la_investigacion_como_pro
blema_y_como_actitud.pdf
Morin, E. (1992). El Método IV: Las ideas. (Vol. 4), (Trad. del francés por Ana Sánchez).
Madrid: Cátedra.
Morin, E. (1994). Introducción al pensamiento complejo. (Trad. del fr. por Marcelo
Pakman). Barcelona: Gedisa.
Morín, E. (1999) Siete saberes para la educación del futuro. Capítulo II: los principios
del conocimiento pertinente. Subcapítulo: El Contexto. Pag. 15.
Morillo, M. (2009a,b,c,d). Labor del tutor y asesor de trabajo de investigación.
Experiencias e incentivos. Educere, 13(47), 919-930, e-ISSN: 1316-4910. Recuperado de:
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=35616673004
Rodríguez, J. & Rodríguez, E. (2018) Ecología de aprendizaje: Educación expandida
en contextos múltiples. Ediciones Morata.