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Argumentación Jurídica

MBEC: Flavio Santos


Guevara Derecho
Danna López Martínez
Jeshua Alejandro Díaz
Regalado Emiliano Alvarado
Tamez
5to semestre
EL “GIRO PRAGMATICO” Y LA ARGUMENTACIÓN JURIDICA.

El precursor (o uno de los precursores) del «giro pragmático» en la teoría del razonamiento,
en la lógica, ha sido Stephen Toulmin, con su libro The Uses of Argument, publicado en
1958. Como ya se ha dicho, de él arranca todo el movimiento que hoy se conoce como
«lógica informal». Toulmin no era un jurista, sino un filósofo sin particulares
conocimientos del Derecho, a pesar de lo cual el Derecho estuvo muy presente en ese
cambio de orientación.

“Para romper el poder de viejos modelos y analogías, podemos hacernos con unos nuevos.
La lógica trata de la corrección de los enunciados construidos —acerca de la solidez de los
cimientos que elaboramos para apoyarlos, acerca de la firmeza del respaldo que somos
capaces de darles—o, modificando la metáfora, del tipo de alegato que presentamos en
defensa de nuestras afirmaciones. La analogía jurídica implicada en esta última manera de
presentar este punto podría ser, por una vez, de verdadera ayuda.”

“Hay una virtud especialmente destacada en el paralelo entre lógica y jurisprudencia, que
contribuye a mantener en el centro del cuadro la función crítica de la razón. Puede que las
reglas de la lógica no consistan en recomendaciones, pero así y todo se aplican a los
hombres y sus argumentos, no de la manera en que lo hacen las leyes de la psicología o las
máximas de un método, sino como estándares de éxito que miden si se ha logrado el
objetivo propuesto, que un hombre al argumentar puede haber alcanzado o no, y a partir de
los cuales se pueden juzgar sus argumentos. Un argumento sólido, una afirmación bien
fundamentada y firmemente respaldada, es el que resiste la crítica, aquel para el que se
pueden presentar razones que se aproximan al nivel requerido, si es que ha de merecer un
veredicto favorable.”

LA DIALECTICA EN EL CONTEXTO DE LA RETORICA.

En L’empire rhétorique: rhétorique et argumentation (Perelman 1997), Perelman desarrolla


algunos aspectos del libro escrito conjuntamente con Olbrechts-Tyteca, La nouvelle
rhétorique. Traité de l’argumentation. Así, en el capítulo 1 propone abandonar la distinción
tradicional entre dialéctica y retórica, pues, en su opinión, en ambos casos se trataría de un
discurso no demostrativo, dirigido a persuadir.

“Podemos ver de manera inmediata que el razonamiento dialéctico arranca de tesis que son
generalmente aceptadas, con el propósito de alcanzar la aceptación de otras tesis que
podrían ser o que son controvertidas. Así, lleva a persuadir o a convencer. Pero los casos de
razonamiento dialéctico no están constituidos por series de inferencias válidas e
incontestables; más bien hacen avanzar argumentos que son más o menos fuertes, más o
menos convincentes, y que nunca son puramente formales. Aristóteles observó, un
argumento persuasivo es uno que persuade a aquel al que se dirige; ello significa que, a
diferencia de los procesos de razonamiento analítico, un argumento dialéctico no puede ser
impersonal, pues su valor deriva de su acción sobre la mente de alguna persona.”

“La innovación introducida por Petrus Ramus resultó ser un error que fue fatal para la
retórica. Empezando con el trivium, con las artes del discurso, Ramus definió la gramática
como el arte de hablar bien, esto es, de hablar correctamente; la dialéctica como el arte de
razonar bien; y la retórica como el arte de la elocuencia y del ornato usando el lenguaje. Al
considerar la dialéctica como el arte general de inventar [descubrir] y de juzgar sobre todas
las cosas, afirmó que hay sólo un método, que es el de Platón y Aristóteles este método se
encuentra en Virgilio, en Homero y en Demóstenes, rige las matemáticas, la filosofía, las
opiniones y la conducta humana”

EL ARTE DE DISPUTAR Y LA RETORICA.

En su monumental obra Institutiones Oratoriae, Quintiliano señala en varios lugares las


afinidades existentes entre la retórica y la dialéctica, y la utilidad que para el orador tiene el
conocimiento de la dialéctica. Pero, en su opinión, la técnica retórica no se adquiere
simplemente por dominar el arte de la disputa.

“Y como los entrenadores de lucha libre no enseñan a sus discípulos las agarradas, que
llaman números -registros- , con el objeto de que usen de todos los que aprendieron, en la
competición de una misma lucha (porque en ella significan más el peso, la resistencia y el
espíritu de combate), sino para que se tenga a disposición aquella provisión abundante, de
la que apliquen uno u otro número, según se le diere su oportunidad: así, esta parte de la
Dialéctica, o bien se prefiera llamarla arte de disputar, igual que es muchas veces útil en las
definiciones, en la formación de conceptos, en discernir los que constituyen diferencias, en
la eliminación de la ambigüedad, en las distinciones, en las divisiones, en hacer caer en una
trampa, en envolver al contrincante, de igual modo, si en el Foro se abroga todo el
protagonismo del debate, hará resistencia con sus mejores posibilidades, y con su misma
sutileza consumirá las fuerza dialécticas, cortadas a medida de la personal agudeza”

NECESIDAD DE LA DIALECTICA.

Al comienzo de El arte de tener razón, Schopenhauer explica por qué la dialéctica, la


dialéctica erística, es necesaria.

“Todos tienen, pues, su propia dialéctica natural, del mismo modo que tienen su propia
lógica natural. Sin embargo, aquélla no le guía ni mucho menos con tanta seguridad como
ésta. Nadie pensará o inferirá fácilmente en contra de las leyes lógicas: los juicios falsos
son frecuentes, los silogismos falsos sumamente raros. No es fácil, pues, que un hombre
muestre falta de lógica natural, al contrario de lo que ocurre con la falta de dialéctica
natural: ésta es un don natural desigualmente repartido (y similar en esto a la facultad del
juicio, que está repartida de forma muy desigual, en tanto que la razón lo está por igual). “

“Para plantear con limpieza la dialéctica es preciso considerarla únicamente como el arte de
llevar razón (sin preocuparse por la verdad objetiva, que es asunto de la lógica), cosa que,
sin duda, será tanto más fácil cuando se tenga razón en el asunto mismo. Sin embargo, la
dialéctica como tal únicamente debe enseñar cómo defenderse frente a ataques de todo tipo,
especialmente frente a los de mala fe, y cómo uno mismo puede atacar lo que el otro afirma
sin contradecirse a sí mismo y, en general, sin ser refutado.”

EL ARS OBLIGATORIA Y LA DISPUTATIO.

En un libro dedicado a estudiar la idea y los usos de la demostración en la Baja Edad


Media, Vega Reñón (1999) da cuenta de dos instituciones escolásticas que encarnan dos
procedimientos de argumentación dialéctica: el ars obligatoria y la disputatio. El primero de
ellos guarda afinidades obvias con la dialéctica aristotélica de los Tópicos (aunque el tipo
de discusión que interesaba a Aristóteles tenía un carácter más cooperativo que
competitivo) y con las “lógicas dialécticas” contemporáneas. Y en cuanto al método de las
disputationes (orales o escritas), Vega considera que se trata esencialmente “de un fruto
autóctono (de la escolástica) desarrollado a partir de la lectio y al hilo de la importancia y la
complejidad crecientes de la quaestio” . La lectio comprendía tres fases: la “división” o
análisis del texto; la “exposición” o comprensión del texto en su literalidad y en sus
sentidos más profundos, lo que supone «interpretación y solución ulterior de posibles dudas
o problemas conceptuales”; y la “explicación” o resolución de las dudas a propósito del
lenguaje empleado en el texto.

LAS REGLAS DEL DISCURSO PRACTICO RACIONAL SEGÚN ALEXY.

En su influyente obra Teoría de la argumentación jurídica. La teoría del discurso racional


como teoría de la fundamentación jurídica, Robert Alexy (1989) defendió la “tesis del caso
especial”, según la cual la argumentación jurídica, en todas sus instancias, sería un caso
especial de la argumentación práctica general, lo que significa que la misma está regida por
esas reglas generales y por las específicas del discurso jurídico; estas últimas, a su vez,
pueden referirse a la justificación interna o a la justificación externa.

FASES DEL DIALOGO CRITICO Y CODIGO DE CONDUCTA PARA


DISCUTIDORES RAZONABLES.
Frans H. van Eemeren y Rob Grootendorst han llevado a cabo una aproximación pragma-
dialéctica a la argumentación en la que el diálogo o discurso crítico ocupa un lugar de gran
relieve. Ese modelo dialógico es visto como un proceso para la resolución de una diferencia
de opinión sobre una cuestión teórica o práctica y en el mismo distinguen cuatro fases o
etapas: confrontación, apertura, argumentación y cierre. Además, formulan un código de
conducta que tendrían que cumplir quienes participan en ese diálogo crítico como
discutidores razonables, y que se sintetiza en diez prohibiciones,

TRES TIPOS DE POLEMICAS: DISCUSIONES, DISPUTAS Y CONTROVERSIAS.

En varios de sus trabajos, Marcelo Dascal ha distinguido, dentro de la familia de los


diálogos polémicos, tres tipos ideales: las discusiones, las disputas y las controversias. Lo
que caracteriza a un intercambio polémico (a un debate) es, en su opinión, que el mismo
envuelve al menos a dos personas que emplean el lenguaje para interactuar entre sí en una
confrontación de actitudes, opiniones, argumentos, teorías, etc.; se trata de diálogos reales,
de manera que en la categoría no se incluyen la recepción crítica de la obra de un autor del
pasado o diálogos prefabricados en los que las intervenciones de (una de) las partes son
imaginadas. Cada uno de esos tres tipos de diálogos, a su vez, se encuentra asociado a un
tipo ideal de movimiento (move) empleado en el intercambio dialógico: pruebas,
estratagemas y argumentos.

La polémica de la conquista de América


El argumento de disociación es una técnica argumentativa característica del pensamiento
"dogmático" en el sentido de que se utiliza para reconciliar una autoridad indiscutible, en este
caso, la autoridad de Aristóteles, con una conclusión que de otro modo sería incompatible con
esa autoridad. Esta técnica permite introducir una distinción o reinterpretación dentro de una
categoría para evitar la incompatibilidad. En el caso de la discusión sobre la conquista de
América, se utilizó para reconciliar la autoridad de Aristóteles con el reconocimiento de un
derecho a la libertad de los indígenas. Este tipo de argumentación es común en el mundo del
Derecho, donde a menudo se busca interpretar las leyes y doctrinas de manera que sean
coherentes con los principios fundamentales o las autoridades legales existentes.
En el caso de la argumentación de Sepúlveda, efectivamente se puede considerar
como un argumento de disociación, ya que se está estableciendo una jerarquía axiológica
entre los indios y los españoles a través de una serie de comparaciones y disociaciones, como
indios/españoles = niños (varón)/adultos (padre) = mujeres (esposa)/varones (esposo) =
animales (monos)/humanos, etc. La finalidad de esta disociación es demostrar la superioridad
cultural y ética de los españoles sobre los indios. En este caso, la disociación se produce entre
términos antitéticos con la finalidad de establecer una clara jerarquía axiológica, y se busca
evitar la incompatibilidad entre la visión de los indios como inferiores y la autoridad de
Aristóteles.
De acuerdo con la clasificación propuesta por Dascal (V,3,E), la discusión sobre la
conquista de América se habría tratado de una "controversia". Una controversia implica un
debate o disputa en la que se enfrentan argumentos opuestos o posiciones divergentes. En
este caso, hubo una clara oposición de puntos de vista entre Bartolomé de las Casas y Ginés
de Sepúlveda, lo que dio lugar a un debate sobre la condición de los indios americanos y su
derecho a la libertad.
Argumentos y Negociación

El autor tiene razón al señalar que las fronteras entre la negociación y la argumentación son
difusas en la realidad, y a menudo se encuentran procedimientos híbridos. Esto es cierto, ya
que en la toma de decisiones por parte de los jueces, y en la motivación de sus decisiones,
pueden estar presentes elementos de negociación. La influencia de la negociación puede
reflejarse tanto en el contexto del descubrimiento (cómo se llega a una decisión) como en la
motivación misma (por qué se toma una decisión en particular).
La crítica de De Páramo al enfoque argumentativo del Derecho puede ser discutible.
Su identificación de la "argumentación" con el discurso racional y el diálogo crítico puede ser
limitada, ya que la argumentación jurídica contemporánea reconoce varios tipos de
diálogos, incluyendo la retórica, que también tienen un papel importante en el Derecho.
Puede ser que De Páramo esté simplificando el enfoque argumentativo del Derecho al
asociarlo únicamente con ciertas teorías específicas, como la de Alexy. Sería más preciso
considerar que el enfoque argumentativo del Derecho abarca una gama más amplia de
discursos y prácticas que van más allá de la teoría de la argumentación jurídica de un autor
particular. En este sentido, la crítica de De Páramo podría estar basada en una falta de
comprensión completa de la diversidad de enfoques dentro de la argumentación jurídica.

El interrogatorio de Sócrates

Sócrates utiliza dos argumentos en su interrogatorio a Meleto:


Primer argumento: Sócrates le pregunta si intencionalmente corrompe a la juventud, a
lo que Meleto responde afirmativamente. Luego, Sócrates le hace notar que nadie dañaría
intencionadamente a sí mismo, ya que hacerlo sería perjudicial para él mismo. Sócrates
argumenta que si corrompiera a la juventud, también se dañaría a sí mismo, lo que es absurdo.
Por lo tanto, Meleto está en contradicción al afirmar que Sócrates corrompe a la juventud.
Segundo argumento: Sócrates pregunta si Meleto considera que Sócrates cree en
dioses, a lo que Meleto responde negativamente. Sócrates procede a preguntar si cree que
Sócrates cree en entidades sobrenaturales y, nuevamente, Meleto responde negativamente.
Sócrates argumenta que si no cree en dioses pero cree en entidades sobrenaturales, está
acusando a Sócrates de creer en algo sobrenatural, lo cual es contradictorio.
Meleto podría contraargumentar intentando justificar sus afirmaciones o aclarando sus
propias creencias, tratando de demostrar que no está en contradicción.
Sí, es importante que el testigo esté obligado a contestar a las preguntas de Sócrates en
este contexto. Esto se debe a que el interrogatorio es parte del proceso legal, y el objetivo es
esclarecer la verdad y evaluar la validez de las acusaciones. Obligar al testigo a responder
garantiza que se lleve a cabo un proceso justo y que las afirmaciones se examinen
adecuadamente.
La ironía socrática es una técnica retórica en la que Sócrates finge ignorancia o hace
preguntas inocentes para llevar al interlocutor a descubrir sus propias contradicciones o
debilidades en su argumento. En los pasajes anteriores, Sócrates utiliza la ironía al hacer
preguntas aparentemente simples pero que llevan a Meleto a caer en contradicciones. Quienes
llevan a cabo interrogatorios en un proceso legal pueden usar la ironía en la medida en que
sea apropiada para descubrir inconsistencias en los testimonios de los testigos, pero deben
hacerlo con respeto y de manera ética.
Además de la fuerza lógica del argumento por reducción al absurdo, se puede detectar
un efecto retórico en el sentido de que Sócrates muestra que Meleto no es de fiar como testigo
o acusador. La exposición de las contradicciones en las afirmaciones de Meleto debilita su
credibilidad y sugiere que sus acusaciones no están respaldadas por una base sólida. Esto
puede influir en la percepción del jurado o de quienes evalúan el caso y podría llevar a la
absolución de Sócrates.

La retórica es una técnica

Cuando Aristóteles dice que la tarea de la retórica "no consiste en persuadir", significa que la
retórica no se trata únicamente de convencer a alguien de algo, sino que es una técnica que va
más allá de la persuasión. La retórica implica la habilidad de estructurar y presentar un
discurso de manera efectiva, considerando cómo las palabras, la lógica y la persuasión se
combinan para influir en una audiencia. No es simplemente persuadir sin tener en cuenta la
lógica o la ética, sino persuadir de manera informada y ética. La retórica es una técnica que se
utiliza para lograr una comunicación efectiva y persuasiva, pero no se limita a la persuasión,
ya que implica el conocimiento de cómo construir discursos efectivos.
En la nota a pie de página, se mencionan los riesgos de la retórica, como la
manipulación y el engaño. La retórica puede utilizarse de manera engañosa o manipuladora
para persuadir a las personas en contra de su mejor juicio o interés. Sin embargo, Aristóteles
también reconoce la utilidad de la retórica cuando se utiliza de manera ética y efectiva. La
retórica puede ser una herramienta valiosa para comunicar ideas, influir en decisiones
políticas y sociales, y abogar por causas justas cuando se emplea de manera honesta y
responsable. La clave está en cómo se utiliza y con qué propósito se aplica la retórica.

La doctrina de los estados de causa y los tipos de casos difíciles


La doctrina retórica de los estados de causa (que traduce el término latino status, proveniente
a su vez del griego stásis) es un claro precedente de las tipologías contemporáneas de casos
difíciles en el Derecho, aunque no siempre se tenga conciencia de ello. Los fragmentos que
siguen proceden de la Retórica a Herenio (Anónimo 1997), un manual escrito en el siglo i
a.C., de autor anónimo (durante mucho tiempo se le atribuyó a Cicerón) y que tuvo una gran
fortuna histórica. La doctrina de los estados de causa fue desarrollada sobre todo por
Hermágoras, un rétor del siglo ii a.C., cuya obra se ha perdido, aunque su (compleja)
clasificación ha podido ser reconstruida.
La clasificación de status que figura en la Retórica a Herenio es una simplificación de
aquélla y se aparta además de la misma en algunos puntos, pero tiene la ventaja de la claridad.
El lector podrá fácilmente comprobar que no coincide tampoco con la de Quintiliano, lo cual
puede contribuir también a darse cuenta del carácter muy controvertido de esa doctrina. He
suprimido muchos de los ejemplos en aras de la brevedad.

Ventajas e inconvenientes de la retorica

El capítulo primero del libro "The Art of Persuasion in Greece" de George Kennedy aborda la
naturaleza de la retórica y concluye con una discusión sobre las ventajas y desventajas de la
retórica. El autor no proporciona detalles específicos sobre estas ventajas e inconvenientes en
este fragmento, por lo que se requiere una referencia más específica al texto original para
obtener información detallada sobre este tema. El autor se centra en el análisis de la retórica
en la antigua Grecia y su importancia en la persuasión, pero no ofrece una lista detallada de
ventajas e inconvenientes en este fragmento.

Falacias y cambios dialecticos

El texto se refiere a la idea de que un "buen argumento" en un diálogo o debate depende de su


capacidad para contribuir a la finalidad característica del tipo de diálogo en cuestión. Cada
tipo de diálogo tiene reglas específicas que rigen el comportamiento de los participantes y
establecen ciertos compromisos. La evaluación de los argumentos se basa en el cumplimiento
de estas reglas dialécticas, y las falacias se consideran transgresiones de estas reglas.
Para comprender mejor esta teoría de los "cambios dialécticos," consideremos un
ejemplo:
Imaginemos un debate político en el que dos candidatos discuten sus propuestas.
Ambos candidatos han acordado participar en un tipo de diálogo que busca persuadir a los
votantes a través de argumentos racionales y evidencia sólida. Las reglas de este diálogo
implican que los candidatos deben proporcionar argumentos válidos y respuestas razonables a
las críticas del otro.
Ahora, supongamos que un candidato utiliza una falacia ad hominem, atacando la
personalidad del oponente en lugar de abordar sus argumentos. Esta falacia representa un
cambio ilegítimo en el tipo de diálogo, ya que se aparta de la norma de discusión basada en la
razón y la evidencia.
En este contexto, la falacia ad hominem se consideraría una transgresión de las reglas
dialécticas del diálogo político. Los autores argumentan que muchas falacias tradicionales
podrían entenderse como intentos de cambiar el tipo de diálogo, desviándose de las reglas
acordadas y compromisos característicos del diálogo en cuestión.
En resumen, la teoría de los "cambios dialécticos" se refiere a la transgresión de las reglas
específicas de un tipo de diálogo, lo que lleva a la comisión de falacias. Estos cambios
ilegítimos pueden socavar la calidad de un argumento al desviar la discusión de su finalidad
característica.

FALACIAS INDUCTIVAS

Las falacias inductivas podían considerarse básica mente como falacias materiales, lo que supone de
alguna manera negar a la lógica inductiva carácter «formal». En el texto que sigue, José A. Díez y
C. Ulises Moulines (21999), entre otras cosas, aclaran en qué sentido sería (o no sería) formal esa
lógica, cuyos fundamentos siguen siendo discutidos: o sea, no está claro que exista algo así como una
lógica inductiva, en el sentido estricto de la expresión, pues los criterios de confirmación o de
justificación inductiva (que avalan el paso de las premisas a la conclusión en un argumento
inductivo), parecen suponer añadir una información empírica (y contextual) a la establecida en las
premisa.

FALACIAS BIOÉTICAS

Las causas que llevan a cometer errores de argumentación en el campo de la bioética o en cualquier
otro campo. De acuerdo con lo que hemos dicho, algunos de esos errores (o) engaños: si el que
esgrime el argumento es consciente de su invalidez, pero lo utiliza por razones estratégicas) son de
naturaleza formal o pragmática. Pero otros —quizás los más frecuentes y los más graves— son de
carácter material, en el sentido de que tienen que ver con tesis falsas sobre diversos aspectos de la
ética en general o de la bioética (que, al fin y al cabo, no es otra cosa que una modulación de la ética
—sólo hay una ética— a un determinado campo).

¿FALACIAS PRAGMÁTICAS?
He aquí tres ejemplos de falacias (o de ejercicios para poner de manifies to falacias) en donde el
aspecto pragmático (retórico y/o dialéctico) tiene
una particular relevancia:

CUBA Y EL GENOCIDIO
Por paradójico que parezca, no se puede ser un buen polemista sin mostrar cierto grado de
empatía con el adversario: en las controversias, el exceso de parcialidad perjudica
gravemente a la calidad de los argumentos.

AZNAR Y ANSON: LA IRRELEVANCIA Y LA CONFESIÓN


En ocasiones, para desvelar una falacia basta con mostrar el carácter argumentativo de un discurso: la
existencia —velada— de premisas y de conclusiones.

¿UNA PETICIÓN DE PRINCIPIO?


Después de que la Corte Suprema de México resolviera que era constitucional una ley del Distrito
Federal que (en 2007) declaraba impune el aborto practicado durante las primeras doce semanas del
embarazo, di versos Estados reformaron sus constituciones estableciendo el «derecho a la vida» desde
el momento de la concepción e impidiendo con ello que la despenalización pudiera estar vigente en
esos Estados. Contra esas iniciativas de las legislaturas estatales, se interpusieron recursos de
inconstitucionalidad que la Corte Suprema decidió en el sentido de declarar su constitucionalidad.
REFUTACIÓN, REDUCCIÓN AL ABSURDO Y FUERZA VINCULANTE DE LA
JURISPRUDENCIA
La refutación se ha considerado tradicionalmente como una de las partes del discurso retórico (un
elemento de la argumentatio) y es también un componente esencial de la dialéctica: debatir consiste en
defender las propias tesis y en atacar, refutar, las contrarias.

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