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ARGUMENTACION

DEFINICIÓN DE LA ARGUMENTACIÓN
-PLATON:

Platón rechaza abiertamente una perspectiva sofistica, retórica y erística de la dialéctica porque para él
la dialéctica no es sólo una técnica argumentativa desvinculada de la referencia a la verdad del asunto en
cuestión sino que es, por el contrario, un método riguroso de búsqueda de la verdad.

Ésta es una afirmación general porque, en un examen más profundo, la concepción platónica de la
dialéctica no es la misma en todos los diálogos. De hecho, evoluciona desde la concepción, socrática que
se encuentra en los diálogos juveniles hasta los de la madurez, donde se vuelve en método sistemático
del filosofar.

Una primera alusión a la dialéctica se encuentra en el Menón, donde se refleja la exigencia de desarrollar
de manera positiva la enseñanza socrática. Puede considerarse una introducción a la filosofía platónica,
pero en este diálogo lo determinante es la obtención de un acuerdo (homologuía) con un interlocutor.

La superación de la concepción socrática es la maduración que se testimonia en la República, donde la


dialéctica, que es el saber que los gobernantes del Estado ideal deben perseguir, es identificada con el
grado máximo del conocer. Al finalizar el Libro Sexto, Platón ilustra los grados del conocer con una línea
dividida en cuatro segmentos respectivamente, correspondientes a los cuatro grados del conocer: los
dos primeros constituyen la opinión (doxa), esto es, la imaginación y la creencia (eikasía, pistis) y los
otros dos, que forman la ciencia-; son el raciocinio y la inteligencia (dianoia, gnosis). La dialéctica es
identificada con el saber científico que no se detiene en las hipótesis sino que, por medio de ellas,
asciende a un principio no hipotético (anipotheton), representado por la idea del Bien. Pero puesto que
el tema no es, en esa oportunidad, la dialéctica sino la organización del Estado ideal, Platón no especifica
en qué consiste el procedimiento para ascender de las hipótesis al principio anipoético ni el
procedimiento para descender de este último a las otras ideas.

En un pasaje significativo, alude al hecho de que la dialéctica asciende al principio por medio de las
refutaciones de todo género y tales refutaciones no son efectuadas según la opinión sino de acuerdo con
la propia cuestión.

La estructura del procedimiento dialéctico es precisada en los diálogos posteriores a la República. En el


Fedón, Platón sostiene que las hipótesis, las ideas que son formuladas para dar cuenta de las
proposiciones particulares, deben verificarse en su consistencia y eso ocurre con el examen de las
consecuencias que de ellas derivan, para ver si no están en contradicción entre sí, por lo tanto, llevando
toda hipótesis a una hipótesis superior, más universal, se llega a algo que se baste a sí mismo, esto es,
que no sea reductible a las hipótesis ulteriores (Fedón, 101 d-c). Posteriormente, Platón desenvuelve el
método dialéctico, ya sin limitarlo a la verificación de una determinada hipótesis, para ver si de allí
derivan consecuencias en contradicción entre sí o con otras tesis aceptadas, pero extendiéndolo también
a la hipótesis opuesta.
En este punto, el método dialéctico teorizado por Platón es identificable en su estructura formal con el
de Zenón y no tanto con el de Sócrates pues, como aquél, examina las hipótesis contradictorias en
búsqueda de lo universal. Esta concepción también está presente en el Fedro, donde se define la
dialéctica como un método de clasificación sistemática de las ideas mediante criterios de reducción de lo
particular a lo universal y de división de lo universal a lo particular. Ello lleva a contraponer la dialéctica
por un lado y la sofistica, la erística y la retórica por el otro, dado que éstas representan las diversas
formas en que el uso de la dialéctica lleva a la negación o a la simulación de la verdad y el saber. Esta
contraposición es sustentada con plena conciencia de la profunda semejanza entre la filosofía, que es la
dialéctica verdadera, y la sofistica, en la medida en que ambas emplean el arte de contradecir y la
técnica de la refutación. La valorización de la refutación como el alma de la dialéctica y su desarrollo en
un sentido constructivo se exponen en la Carta Séptima, donde se ilustra el proceso por medio del cual
se llegan a aprender los principios, diciendo que sólo "cuando se refuta con refutaciones benévolas,
haciendo uso de las preguntas y respuestas sin hostilidad, brillan la comprensión y la inteligencia
alrededor de cada cosa".

-ARISTOTELES:

De Aristóteles se sabe que la teoría de la argumentación propia de la filosofía y la lógica administrativa


va mucho más allá de ser una simple cuestión de estilo, puesto debe estar estrechamente asociada a las
teorías de la elocuencia y a la composición del discurso, y relacionada con la dialéctica manteniéndose
así el sentido filosófico de su Organon y filosofía primera.

En Aristóteles la teoría de la Argumentación no se limita a cuestiones de los razonamientos analíticos y


aspectos formales de las figuras, desarrollada en sus primeros y segundos analíticos, sino que también la
fundamentó en los razonamientos dialécticos, tal como lo expondría en los “tópicos”, la “retórica” y las
“refutaciones sofísticas”. Mientras que en los razonamientos analíticos se presenta la impersonal
argumentación de las formas de inferencias válidas y constrictivas, en los razonamientos dialécticos se
presenta la personalizada argumentación, razonable y científica, persuasiva y convincente.

-PERELMAN:

Su teoría se basa fundamentalmente en la forma en que se argumenta delante de un auditorio y el


comportamiento ante un grupo de personas a las que se intenta persuadir.

Hace un análisis de la forma en que los abogados realizan los razonamientos jurídicos. Se le considera el
Cicerón moderno porque para desarrollar su teoría toma las ideas de Aristóteles y Cicerón sobre
retórica.

Perelman se interesa en la estructura de la argumentación. A diferencia de Aristóteles, el discurso a que


se refiere Perelman ya es al discurso escrito.

Para argumentar se va a elaborar un discurso para lograr la adhesión de un auditorio. Lograr la adhesión
del auditorio supone un contacto intelectual. Para que se pueda lograr ese contacto es necesario:
Un lenguaje común. Para que pueda comunicarse el orador con el auditorio, aunque esto no es
suficiente. Se requiere además.

La adhesión del interlocutor. Su consentimiento para que nos escuche. El orador tiene que adaptarse en
todo momento al auditorio. Dice Perelman que convencer a alguien requiere cierta modestia del que
argumenta. El orador se debe preocupar por el estado anímico del auditorio.

-TOUMLIN:

El modelo de Toulmin (1958), profundizado en Toulmin, Rieke, and Janik (1984), se relaciona con las
reglas de una argumentación en pasos que pueden ser precisados en cualquier tipo de disciplina o
espacio abierto a la disertación, al debate. Mediante este modelo, los docentes pueden motivar a los
estudiantes a encontrar la evidencia que fundamenta una aserción. Se aprende que la excelencia de una
argumentación depende de un conjunto de relaciones que pueden ser precisadas y examinadas y que el
lenguaje de la razón está presente en todo tipo de discurso.

Toulmin (1958) cree que las argumentaciones cotidianas no siguen el clásico modelo riguroso del
silogismo y crea uno adecuado para analizar cualquier tipo de argumentación en el marco de los
discursos sociales: conversación, periódico, televisión, radio, prensa escrita, entrevista, interacción
docente alumno, médico-paciente, abogado-cliente. Considera que un “argumento” es una estructura
compleja de datos que involucra un movimiento que parte de una evidencia (grounds) y llega al
establecimiento de una aserción (tesis, causa). El movimiento de la evidencia a la aserción (claim) es la
mayor prueba de que la línea argumental se ha realizado con efectividad. La garantía permite la
conexión.

Aserción: los resultados de las elecciones, posiblemente, no serán confiables.

Datos: Los partidos políticos tradicionales han hecho trampa en todas las elecciones.

Garantía: Si antes han actuado con trampa, probablemente siempre la volverán a cometer. (Creencia
común).

-VAN EEMEREN:

Define su teoría sobre la argumentación como «pragmadialectica». En esta definición hay dos caras, la
paz pragmática, que tiene la influencia de la teoría enmendada de los actos de habla de Austin y searle, y
la paz dialéctica, que consiste en la idea de que en la argumentacio hay dos individuos que intentan
ponerse de acuerdo en una diferencia de opinión a través del intercambio metódico de actos del habla.

Incorpora a la teoría un aspecto normativo (de reglas que regulan la argumentación). “Argumentación”
trata sobre:

- Identificar diferencias de opinión

- Determinar premisas implícitas


- Exponer esquemas argumentativos

- Analizar la estructura de la argumentación

- Evaluar la consistencia de la argumentación

- Encontrar las falacias (violaciones a las reglas de la discusión crítica)

PERSUADIR Y ARGUMENTAR
-ARISTOTELES:
 Para Aristóteles la persuasión sólo es posible si el discurso se dirige no sólo a la razón sino al
hombre completo, lo cual incluye sus pasiones.
 Para Aristóteles la persuasión se produce por el discurso, de tal modo que si esto es así, y si las
pasiones también son necesarias para producirla, ellas se deben poder expresar mediante el
lenguaje.
 Según Aristóteles, el razonamiento argumentativo utiliza tópicos («topos»), lugares comunes que
se suponen admitidos por una sociedad y que establecen ciertos vínculos pragmáticos entre
enunciados. Un tópico es, pues, un instrumento lingüístico que define la adecuación de los
enunciados con respecto al contexto lingüístico en que aparecen, es decir, lo que es adecuado
como continuación a una determinada frase.
 Aristóteles (1990: 173) señala que la retórica es útil y su tarea no consiste en persuadir, sino en
reconocer los medios de convicción más pertinentes para cada caso; y por eso la define como la
facultad de teorizar lo que es adecuado en cada caso para convencer.
-PLATON:
 Para Platón en el Fedro la persuasión consta de tres aspectos: uno, el de la persuasión de una
tesis verdadera a través de un argumento, que es cosa de la dialéctica; dos, el aspecto
psicológico-ético-político que surge inevitablemente del encuentro del hablante con su
auditorio. Y tres: la organización del discurso retórico, que es un factor importante para que
cumpla su esperado efecto.
 Rechaza la primera porque, a su juicio, es un mero ejercicio formal de «persuasión» dedicado a
«distraer» al público mediante la seducción de su elegancia encantadora y de sus sonoridades
vacías. La segunda es el arte de la «discusión», en el que la palabra se adecua a unos contenidos
específicos, y sirve de instrumento apto para el análisis de los argumentos, para la identificación
de los elementos fundamentales, y para su articulación en categorías esenciales.
 Hay dos pasajes de la Retórica del Estagirita que, a mi juicio, confirman la idea de que en el
momento mismo en que decidió componerla su autor se colocó entre Platón y los sofistas, entre
la exigente retórica platónica y la empírica retórica sofística.
En el primero dice que la retórica es, por un lado, semejante a la dialéctica, la ciencia que
controla la lógica de los argumentos (y en este punto es platónico), pero, por el otro, se parece a
los razonamientos sofísticos, que atendían sobre todo a ganarse el aplauso del auditorio.
Es decir, la retórica en cuanto método correlativo de la dialéctica, sistemático y lógico, basado en
un conocimiento de causas y efectos, es un “arte” similar o comparable al de esa rama de la
filosofía. Pero la retórica práctica, revestida del atuendo de la política, como “arte” que no
admite la certeza o exactitud absoluta, sino sólo lo probable, como arte que emplea las
proposiciones de todas las artes y los axiomas comunes a todas ellas, como arte que carece de
objeto concreto y que es capaz de argumentar sobre los polos opuestos de una misma cuestión,
se parece a los discursos sofísticos.
En el segundo, nuestro filósofo nos dice que la dialéctica, o ciencia que controla la lógica de los
argumentos, es una facultad, mientras que la sofística es una desviación de ese control de la
lógica de la que es responsable la dialéctica (y en este punto es platónico), pero que sólo existe
un nombre para el arte del discurso retórico, tanto el controlado por la lógica de la dialéctica,
como el francamente desviado de ella, a saber: la retórica (y en este punto es empírico).
SEGÚN PERELMAN ¿QUÉ TIPO DE AUDITORIOS EXISTEN? ¿CUÁL ES LA IMPORTANCIA DE AUDIENCIA EN
ARGUMENTACIÓN? ¿QUÉ INCIDENCIA TIENE LA AUDIENCIA EN LA ELECCIÓN DE LOS ARGUMENTOS?
¿SON LOS ARGUMENTOS VÁLIDOS PARA TODO TIPO DE AUDIENCIA? ¿TIENE INCIDENCIA EL CONTEXTO,
LA ÉPOCA, LOS INTERLOCUTORES, EN LA ARGUMENTACIÓN?
El auditorio. Se puede definir como el conjunto de aquellos a quienes el orador quiere influir con su
argumentación. Aunque se puede decir que además de influir, el orador quiere persuadir y convencer.
Para que la argumentación sea efectiva se tiene que ajustar a la realidad. Por ejemplo un ejercicio de
argumentación escolar no se puede considerar como verdadera argumentación porque el mismo no se
ajusta a la realidad.
Dice que el orador debe tener la imagen adecuada del auditorio. Si el orador no conoce la realidad, la
cultura y el contexto del auditorio, la consecuencia será que no se adhieran al argumento.
Se puede hacer una clasificación de los tipos de auditorios: por ejemplo de profesionistas, de una
creencia determinada, de una clase social, lo cual determina como debemos dirigirnos y aun más,
determina el tipo de lenguaje que vamos a utilizar en la argumentación.
Existen auditorios heterogéneos y el orador hace uso de múltiples argumentos para poder adaptarse a
ese auditorio heterogéneo. Aún cuando se trate de un grupo heterogéneo de personas cada uno tiene
una ideología propia, y el auditor debe adaptarse a ese auditorio.
Los elementos que condicionan un auditorio son:
FACTORES EXTERNOS
 Música
 Iluminación
 Tono demagógico
 Control teatral
Derivados del propio discurso
 Se logra gracias a la adaptación del orador al auditorio
PERELMAN HACE LA SIGUIENTE CLASIFICACIÓN DE AUDITORIO:
AUDITORIO UNIVERSAL. Conformado por todos los entes dotados de razón. La finalidad es el
convencimiento.
AUDITORIO PARTICULAR. La finalidad va a ser la persuasión, lo que interesa es lograr una acción o un
resultado. Por ejemplo el votar por alguien, en un caso específico.
La diferencia entre convencer y persuadir es muy vaga. Para el convencimiento se usan argumentos
sólidos, de datos fuertes, datos duros, como estadísticas, para la persuasión se usan todo tipo de
argumentos no importando que no sean comprobables o verdaderos.
La persuasión está dirigida al auditorio particular mientras que el convencimiento se dirige al auditorio
universal.
Desde el punto de vista de Perelman la argumentación es esa actividad mediante la cual se elabora el
discurso y cuyo objetivo es la adhesión del auditorio a través del convencimiento o la persuasión.
Las características del auditorio universal son cinco:
Es un concepto límite en el sentido de que la argumentación ante el auditorio universal es la norma de la
argumentación objetiva.
Dirigirse al auditorio universal es lo que caracteriza a la argumentación filosófica.
El auditorio universal no es un concepto empírico.
El auditorio universal es un concepto ideal en el sentido de que está formado por todos los seres de
razón.
Esto último significa que no sólo que diversos oradores construyen diversos auditorios universales, sino
también que el auditorio universal de un mismo orador cambia.
Elementos que constituyen la argumentación según Perelman:
 Orador
 Discurso
 Auditorio
Acuerdo. Es un aspecto fundamental en la elaboración del discurso, ya que el orador debe partir de un
acuerdo generalizado para de ahí partir en la elaboración de su discurso. Si no partiéramos de ese
acuerdo generalizado, se tendría que discutir previamente sobre el tema. Para la elaboración del
discurso se tiene que hacer primero a elección de las premisas (elección de los tópicos) y luego la
presentación de las mismas. Los objetos de acuerdo pueden ser de dos tipos:
Si van dirigidos a un auditorio universal. Objetos de acuerdo relativos a lo real. Valores, hechos,
verdades y presunciones.
Si van dirigidos a un auditorio particular. Objetos de acuerdo relativos a lo preferible.
Perelman señala que es el razonamiento jurídico el paradigma del razonamiento práctico. En otros
términos, la argumentación jurídica es el paradigma de la argumentación retórica.
Para Perelman, la Lógica Jurídica es el razonamiento judicial, es el razonamiento que realiza
exclusivamente el juez. Es la disciplina que se encarga de estudiar el razonamiento judicial. Porque según
Perelman sólo los jueces llevan a cabo esta actividad. El Juez aplica todas las ideas relativas al auditorio,
auditorio conformado por lo litigantes o por el propio juez. Ya sea como actores o demandados,
debemos persuadir al juez, el juez mismo al momento de elaborar su sentencia, elabora un discurso.
Perelman habla de la Paz Judicial (La Lógica Jurídica, 185). Dice que la paz judicial se pude lograr si se
encuentran las soluciones más aceptables socialmente por parte del juez. Esto no se logra sólo con la ley,
dice que el Poder Judicial debe aplicar el derecho de manera juiciosa para poder progresar. Los jueces
deben exponer los argumentos que convenzan a las partes.
ARGUMENTOS CUASILÓGICOS.
Lo que en el campo de las matemáticas es una contradicción, en el campo de la argumentación se
conoce incompatibilidades. Cuando deseamos expresar un argumento a través de un enunciado, ese
enunciado no puede entrar en contradicción. (argumentos cuasilógicos)
Un sujeto no puede decir un enunciado afirmativamente y más adelante negarlo en su misma
argumentación. Esto se convertiría en un argumento incompatible. Esta incompatibilidad puede tener su
origen en:
· La naturaleza de las cosas
· Por una decisión humana o personal.
Para evitar las incompatibilidades, Perelman establece que se deben tener tres actitudes
Actitud lógica. Es la actitud que normalmente toma un investigador o un dogmático al elabora teorías
para no contradecirse en las mismas.
Actitud práctica. La actitud que normalmente debe tomar el juez (se refiere a los jueces del Common
Law)
Actitud diplomática. En esta actitud, muchas veces no se resuelve la incompatibilidad para evitar tener
que tomar partido. Se deja para después la solución.
En el ámbito jurídico Perelman pone de ejemplo las normas, dice que entre éstas se pueden presentar
incompatibilidades, lo que nosotros llamamos antinomias.
La identidad
Una de las técnicas esenciales en la argumentación cuasilógica es la identificación de diversos elementos
que se van a hacer objeto de discurso. Esta identificación consiste en hacer una calificación de seres,
acontecimientos o conceptos. Para no considerar arbitraria esta calificación, se debe dar una
argumentación o justificación. Las definiciones son la identificación que se puede dar de un argumento.
Las definiciones pueden ser:
· Normativas. Indican la forma en que se quiere que se utilice una palabra.
· Descriptiva. Señala cual es el sentido concedido a una palabra.
· Argumentativas.
· De condensación
· Complejas
Una definición por sí misma es un argumento. Y por lo tanto nos va a ayudar al momento de elaborar un
razonamiento.
PUNTOS DE PARTIDA DE LA ARGUMENTACIÓN
Toda la argumentación, según Perelman y Olbrechts-Tyteca, debe proceder de un punto de acuerdo; las
materias discutibles particularmente no se pueden introducir sin la existencia de un suficiente consenso
anterior o las premisas antecedentes y relacionadas que se hayan establecido ya. Las bases del acuerdo
se dividen en dos categorías: la primera se ocupa de hechos, verdades y presunciones; la segunda de
valores, jerarquías y loci de lo preferible o preferencias y pretericiones.

Los hechos y las verdades se establecen normalmente antes de la discusión; éstos son los aspectos de la
realidad que convienen por ejemplo las audiencias universales según lo concebido por el orador. Ni
hechos ni verdades proporcionan oportunidad para el conflicto; Perelman explica que la presuposición
de una realidad coherente con hechos y verdades tomados en conjunto no puede generar ningún
conflicto para tomar una decisión. Las presunciones en forma de hechos y verdades no necesitan ser
defendidas. Si la discusión requirió presunciones de oposición, sin embargo, el orador puede volcar la
opinión anterior probando un caso opuesto.

Los valores, tanto concretos como abstractos, pueden también constituir puntos de partida, pero
ninguno se debe tratar como universal. Establecer y reforzar valores comunes es necesario, según
Perelman, porque estos mediatiza la acción y determinan la conducta aceptable (2001, P. 1394). Los
valores, por otra parte, se ajustan normalmente a jerarquías que pueden también servir como punto de
partida para la discusión. Una audiencia valora la justicia y la utilidad, por ejemplo, solamente si una
discusión puede requerir una determinación de la preferencia entre las dos. Como valores, las jerarquías
pueden ser abstractas o concretas; pueden, también, ser homogéneas, en caso de su gradualidad, o
heterogéneas, en el caso de la honradez y de la verdad. Los valores y las jerarquías se pueden justificar
con los loci de lo preferible en función del punto final del acuerdo.

Los loci de lo preferible se derivan del tercer libro de los Tópicos de Aristóteles y permiten acuerdos para
determinar cuál entre dos loci es escogido. Por ejemplo, en una discusión puede ser punto de comienzo
la determinación de si una calidad intrínseca, como por ejemplo la salud, se prefiere sobre una cualidad
contingente, como por ejemplo la belleza.

Finalmente se discute el concepto de "presencia" de las ideas que son convenidas por una audiencia
dada. Entre ellas el orador puede elegir acentuar o dar presencia a ciertos elementos mientras que
desenfatiza otros. Perelman explica que las "cosas presentes, las cosas cercanas a nosotros en espacio y
el tiempo actúan directamente en nuestra sensibilidad", pero con todo las cosas distantes pueden ser
más relevantes en la discusión y estar presentes de forma prestada a través de figuras retóricas
específicas como la hipotiposis o la anáfora (2001, p. 1395). Todos los puntos del acuerdo, por otra parte,
pueden dividirse entre primarios o secundarios según el propósito de la discusión y la composición de las
audiencias específicas.

TÉCNICAS DE LA DISCUSIÓN
Como la discusión no formal se refiere a la adhesión de una audiencia más que a la demostración mera
de los asuntos propia de la lógica formal, cuyo cometido no es convencer sino hallar la verdad, el orador
debe asegurarse de que la audiencia se identifique con cada elemento sucesivo de una discusión.
Perelman delinea un procedimiento con lo cual el orador puede alcanzar esta aceptación: adhesión. En
primer lugar, implicando asociaciones cuasilógicas, ruegos a la realidad y encuestas para establecer la
verdad; el segundo acercamiento responde a las opiniones incompatibles, por medio de la disociación de
nociones.

Los argumentos cuasilógicos son, según Chaïm Perelman, "similares a las estructuras formales de la
lógica y de las matemáticas" (2001, p. 1396). La definición es un acercamiento cuasilógico común que se
utiliza no ya para establecer el significado de un término, sino también para acentuar ciertas
características de un objeto adecuadas al propósito persuasivo. Otras argumentaciones cuasilógicas
incluyen relaciones de división, reciprocidad, comparación, sacrificio y probabilidad. Las técnicas
argumentativas de la sociedad implican abrogar la realidad y establecer lo veraz por encima de lo
verdadero y lo creíble por encima de lo cierto, y estimar la recepción de la lógica por encima de la lógica
misma. De ahí la importancia de los argumentos por analogía y de los argumentos que se basan en la
estructura de lo real. Las disputas que establecen la estructura de la realidad se pueden dividir en dos
categorías: discusiones del patrón o modelo y discusiones por analogía. La metáfora, otro aspecto común
de la argumentación, es una forma de analogía condensada.

Cuando los oradores intentan reconciliar opiniones incompatibles o encontradas, pueden ganar
adhesión a través de una disociación de nociones entre lo real y lo ilusorio. Por ejemplo, a la hora de
hablar de la democracia verdadera y de la democracia formal, nominal o "real", esto es, a la
cuasidemocracia. Con esta oposición la adhesión se alcanza no sobre la base de su mérito como idea,
sino con la devaluación de ambos términos en su oposición.
TENIENDO EN CUENTA LA CONSULTA ANTERIOR, ¿HAY ARGUMENTACIÓN EN LA PUBLICIDAD?
La publicidad utiliza a los Medios Masivos de Comunicación para poner en circulación sus mensajes, a
través de diversos soportes: la radio, la televisión, los diarios, revistas, los afiches dispuestos en las calles
y medios de transportes, el cine, etc. Tener en consideración los diversos factores que intervienen en la
relación entre producto-usuario es fundamental para la correcta interpretación del mensaje publicitario.
Así, por ejemplo, una aviso publicitario sobre un seguro de vida habitualmente dispondrá de un soporte
mediático que llegue al adulto (en determinado horario en televisión, en determinada radioemisora, en
determinada publicación periódica, etc), en tanto busca generar interés y preocupación por el futuro en
las personas que se encuentran en la mitad de la vida; empleará, además, una serie de argumentos
asociados a valores, como la prevención, la organización, la importancia de la familia, los hijos, el futuro,
etc.
Por otra parte, si se trata de vender un detergente, se dirigirá a un público femenino (a partir de un
prejuicio sexista “la mujer dueña de casa”) se privilegiarán tipos de argumentos basados en relaciones
causales, pues los efectos esperados responderán a la calidad del producto que asegura el rendimiento,
el ahorro, la limpieza y, sobre todo, la durabilidad, después de cada lavado, de las prendas de vestir.
En síntesis, es importante tener en cuenta las diversas estrategias argumentativas usadas por los
mensajes publicitarios, ya que el emisor construye un modelo de receptor a quien va dirigido su mensaje
e intenta convencerlo (o persuadirlo) con argumentos adecuados a la edad, al nivel socioeconómico,
estrato cultural, etc.

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