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Unidad 2
Esto se refiere a comprender las consecuencias -en gestión- de dinámicas en las cuales
los vínculos entre los sujetos dentro de ella están rotos, debilitados o fortalecidos. Se
trata de comprender a la gestión como la capacidad de manejar, con conciencia, las
relaciones al interior del espacio institucional.
Es desde este punto que tendrá sentido advertir y criticar las consecuencias de un
espacio institucional en el cual las relaciones son, por ejemplo, verticales pues es obvio
que si no existen relaciones sólidas entre los sujetos no será posible coordinar acciones
conjuntas, es decir, que no será posible planificar en el sentido óptimo del término. De
ahí que nuestra meta se refiere a la necesidad de tomar conciencia respecto a la
importancia de ver nuestro espacio institucional (nuestra escuela, Unidad Educativa
y/o Distrito) como un espacio relacional en el cual es central saber tejer y/o construir
esos vínculos que, dependiendo su solidez, nos deben generar las condiciones reales
para lograr una planificación (como lograr ponernos de acuerdo) que nos vaya a
permitir transformar la realidad.
Esas relaciones apuntaladas nos deben permitir generar espacios formales que nos
posibiliten tener decisiones asumidas sobre las cuales uno puede, legítimamente,
reclamar su cumplimiento. Es decir, si una institución se la hace con relaciones, esas
relaciones nos deben permitir una planificación que se oriente en la posibilidad de
decisiones que sean las más pertinentes para la transformación de la realidad.
Ahora bien, ¿a qué nos referimos con relaciones?
Desde el argumento que estamos construyendo asumiremos que las relaciones son
esos vínculos que vamos construyendo desde donde se tejen confianzas que nos
brindan certezas y que nos permiten abrir posibilidades, es decir, que nos permiten
hacer a cada momento. Cosa que no ocurre cuando –siendo directores– nos damos
cuenta que no tenemos buenos vínculos con nuestros maestros en la Unidad Educativa
y encontramos un escenario escindido, es decir, dividido –por ejemplo- en diferentes
bandos de maestros lo cual elimina la posibilidad de efectuar cualquier iniciativa (es
decir, anula la posibilidad de hacer) o al menos disminuye al mínimo.
Seguro que cada uno de nosotros conoce más de una experiencia como ésta. Es decir,
podemos estar de acuerdo que cuando no logramos construir vínculos, o sea,
relaciones sólidas nuestro margen de acción se reduce y viceversa, mientras mejores
relaciones logremos construir mayores serán nuestras posibilidades de acción.
Acá es donde se hace central pensar en la necesidad de fortalecer vínculos y construir
relaciones que deben responder a un horizonte compartido, es decir, la otra clave de la
idea de gestión como relacionamiento tiene que ver con la capacidad del gestor
(director y/o maestro) de mostrar (construir) un horizonte común que pueda ser
socializado al momento de saber tejer relaciones pues las relaciones se sostienen en
algo y ese algo está:
• En el proyecto común
• En la confianza con quien encarna ese proyecto común
• En la confianza en ese proyecto como tal.
Lo que vamos comprendiendo desde lo que se nos plantea son los criterios básicos
desde los cuales podemos comprender que el problema de gestión es básicamente,
siempre, un problema de relacionamiento que permite generar las aperturas
suficientes para comprender y delinear un horizonte común.
En este sentido, podemos comprender que transformar la realidad está articulado a la
capacidad de sostener relaciones que nos van a permitir construir horizontes comunes
para la transformación de esa realidad.
Todo esto que vamos mencionando se hace la base y condición para hacer gestión,
pues asumiendo que gestión implica esa posibilidad de hacer, es decir, de proyectar
nuestro espacio educacional en el tiempo, eso significa pensar la gestión como la
posibilidad de transformar nuestro espacio educativo. Transformar tanto en lo que
respecta a condiciones materiales (por ejemplo, cuando trabajamos una o dos
gestiones para mejorar nuestras aulas, construir laboratorios, etc., etc.) como
condiciones situacionales de los sujetos (cuando mejoramos el ambiente mismo de
trabajo, es decir, cuando tomamos medidas para mejorar las relaciones entre los
miembros de la institución y las hacemos de cooperación entre los diferentes actores
de la institución y eso implica superar las mezquindades de andar mirándonos entre
colegas, cuando como gestores no jugamos a apoyar uno u otro bando, etc. y sabemos
colocarnos encima de los problemas que los demás actores tienen entre ellos)
Pongámonos a pensar en casos de gestión exitosos y gestiones que no lograron
resultados esperados y reflexionemos en cuál es la razón de fondo respecto de los
éxitos o no de esas gestiones:
Una vez visto los casos pensemos concretamente qué lugar tienen las relaciones
dentro el éxito o no de una gestión:
¿Qué lugar ocupa la capacidad de tejer redes de confianza para desarrollar iniciativas?
En el lenguaje cotidiano podemos pensar que lograr entablar relaciones tiene, al
menos dos niveles de concreción, por un lado, nos vamos refiriendo a lo que son las
relaciones internas, es decir, las relaciones con y entre maestros, directores, padres de
familia, estudiantes, es decir, los actores que hacen al espacio interno de la escuela,
pero por el otro lado aparecen lo que son las relaciones con el entorno, es decir, como
gestores se hace central saber identificar los espacios organizacionales que hacen al
contexto de la Unidad Educativa.
Esto significa que como gestores no podemos ignorar lo que tenemos en el contexto.
Esto parece obvio, pero seguramente podemos encontrar casos en los cuales como
directores tampoco conocemos, o conociendo, no tenemos conciencia de lo que
tenemos a nuestro alcance en el mismo barrio o en el pueblo. Ocurría, a manera de
ejemplo, que hace buen tiempo en Villa Victoria (en la ciudad de Oruro) la alcaldía
había instalado un Centro de la Juventud del cual en más de diez años de
funcionamiento nunca había sido utilizado por ningún colegio del entorno pues a pesar
de que en el lugar se podía pasar clases de música (pues tenían guitarras, teclados y
Con esto no queremos decir que el trabajo administrativo no sea útil o no sea
necesario, pues –obviamente– si no respondemos a esas exigencias tampoco nuestra
institución funcionará, sin embargo, de lo que debemos tomar conciencia es de que
una institución – como la escuela– no puede perder el horizonte, el norte, es decir, el
sentido de su existencia y ese sentido se encuentra en su tarea de servicio a la
educación. En consecuencia, alguien que es responsable de un espacio que está al
servicio de la educación no puede perder de vista que la responsabilidad más grande
que tiene (es decir, su prioridad) es la mejora de esa educación.
(Enrique Dussel), es decir, no importa cuál sea la relación con los demás de todas
maneras pues uno hace que se obedezcan las órdenes porque uno tiene esa potestad.
Sin embargo, esta manera de comprender al poder impide que tengamos una mirada
más amplia del fenómeno pues, debemos tener conciencia, de que el poder no es sólo
esa capacidad de hacerse obedecer (a la manera de una orden vertical) con los demás
pues ello –en el fondo- no necesariamente coadyuva al cometido final de nuestras
metas, de ahí que desde la óptica que vamos observando podemos decir que el poder
es la capacidad de relacionarnos para transformar la realidad. Esa transformación
exige que existan relaciones sólidas (en el sentido de relaciones positivas las cuales
crean vínculos fuertes) pues la capacidad de transformar se asienta en la capacidad de
ponernos de acuerdo (lo cual implica confianza), es decir, el poder se lo vivencia en la
capacidad de poner todos de nuestra voluntad en una misma meta, en un mismo
objetivo.
La reflexión acerca de estas relaciones nos debe dar luces sobre el margen de acción,
es decir, de poder que tenemos al interior de nuestros espacios institucionales.
Pensemos en comunidad esas relaciones y veamos qué tipo de iniciativas son las que
vamos logrando desarrollar al interior de ellas:
que el espacio escolar en Bolivia nos ha hecho vivir una experiencia en la que ella se ha
mostrado como:
• Un espacio separado de la comunidad y la realidad. A esto le denominamos
cotidianamente como auto-referencialidad de la escuela.
• Un espacio de des-arraigamiento cultural y de generación de actitudes
negativas, respecto de nuestros saberes, cultura, etc.
• Un espacio de preparación teórica y no de experiencia.
• Un espacio de aplicación de contenidos y no de reflexión, menos de
problematización de los saberes que son trabajados en ella.
Algo para tener en cuenta es que como gestores –en el nivel que nos corresponda- no
somos héroes capaces de resolver todo como quienes tienen poderes especiales que lo
solucionan todo. Es por eso que se hace central saber leer los problemas de fondo,
pero, así como nos llegamos a dar cuenta de ello también tenemos que ser capaces de
hacernos cargo de ellos a partir de nuestra capacidad de generación de participación
activa de la comunidad.
Actividad
Herramientas tecnológicas
https://www.youtube.com/watch?v=7eqxGy3la8M
https://www.youtube.com/watch?v=7eqxGy3la8M&t=5s