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Si bien los programas educativos están destinados a los alumnos, son los padres los que
finalmente eligen y evalúan el servicio educativo. Es por eso que se hace difícil caracterizar
como audiencia externa a los alumnos cuando estos pasan un periodo prolongado "dentro" de la
escuela, constituyéndose al mismo tiempo en sujetos y objetos del proceso de enseñanza y
aprendizaje.
Ahora bien, el problema está en considerar a padres y alumnos como parte del sistema
externo de la escuela, siendo que los enfoques vigentes insisten en el protagonismo de esos
actores porque los consideran integrantes del sistema escolar, y ven la educación como un
esfuerzo participativo conjunto que los ubicaría en una posición mucho más central.
Para algunas organizaciones privadas, la estructura del vínculo, más allá de la calidad
pedagógica, se arma como una transacción de servicios.
Los padres abonan una arancel por el que esperan recibir un servicio "a cargo" de la
escuela, se constituye el rol de " clientes" por el que se elige o rechaza una oferta, y la institución
educativa funciona a modo de escuela- empresa.
Así, la presencia de los padres en la organización está pautada por los actos pedagógicos:
informes, actividades, celebraciones y en algunos casos un mecanismo para expresar la queja o
la satisfacción.
Por otro lado, sucede que una presencia excesiva y continua en la escuela bloquea. Es
necesario una autonomía del rol educador, que puede en la confusión, dedicar más tiempo y
energía a la demanda de los `padres que a los de sus alumnos. Por el contrario, una distancia
excesiva, impide el fenómeno educativo, los padres desconocen las circunstancias particulares de
la diversidad en la que se mueven los alumnos.
El proyecto institucional real debe definir la orientación de esta relación; debería ser la
base de la construcción y definición de un contrato psicológico claro, que explicite desde la
conducción educativa y desde los padres las expectativas y promesas de una interacción
acordada.
Este contrato es un dispositivo necesario pero no suficiente. Sino que hay que mantener
una rutina sistemática de diálogo en el que se monitoree el vínculo y si fuera necesario se
reformule la relación y el contrato.
En un segundo movimiento es el actor quien migra ese reconocimiento del hacer al ser. El
reconocimiento que el sujeto recibe como positivo, hay un impacto en su auto estima, en la
confianza en sí mismo.
Sin embargo, la pena reflexionar acerca de los austeros que son los directivos e inclusive
algunos docentes con respecto al reconocimiento, por ejemplo: No hay porque reconocerlo, es su
trabajo, su obligación, por ello recibe un sueldo. El reconocimiento entonces, no es solo parte del
paquete de retribuciones esperadas (salario, capacitación) va más allá, es la confirmación, de la
propia existencia del sujeto en el campo social.
Serán el director sobre el maestro o el supervisor sobre el director quienes deberán emitir
es juicio y entregarlo, de tal modo que contribuya a ser una oportunidad de desarrollo y
crecimiento para el “evaluado”. Sin embargo este juicio de eficacia no es solo otorgado por los
superiores.
En los actuales diseños de la escuela se impone, con las diferencias del caso, incluir la
palabra de los padres desde su particular posición y, de acuerdo con los niveles de enseñanza, de
los propios alumnos.
También hay otros juicios, que llamamos ético y estético, en la medida en que apunta a la
relación de la reglas del juego que una comunidad profesional fija como valores de sostén de una
práctica determinada. Estas reglas no están dadas, cada generación las construye socialmente.
Como decíamos anteriormente, los padres también son quienes ofrecen juicios acerca de la
calidad y belleza del trabajo, la aprobación, admiración o desaprobación de este.
Al final es el evaluado quien tiene que hacerse cargo de su propio desarrollo, inclusive para
hacer, a la organización los pedidos que pueden ayudarlo en este proceso. La organización es la
que debe prever las condiciones para facilitar el programa de desarrollo.
Puntuaciones necesarias para una supervisión eficaz: Acerca del rol del supervisor
El reconocimiento de esta ayuda tal vez solo tendrá lugar a futuro, cuando se valore ese
límite no requerido pero al mismo tiempo necesitado.
Si desapareciera el rol del supervisor del escalón docente ¿Quiénes serían los primeros que
protestarían por tal medida?
Los primeros en protestar deberían ser los mismos directivos y organizaciones educativas
a quienes supervisa. El lugar del supervisor en el rol educativo posee todo para su
potencialización como una oportunidad para el crecimiento y desarrollo de los actores
educativos. Al mismo tiempo puede ser un obstáculo y amenaza.
Esto dependerá del sistema educativo y de la posición del supervisor, desde donde se para
frente a la escuela, frente al director: ¿inspección o servicio?
El supervisor es una amenaza cuando se sostiene básicamente en el control, este solo se
puede realizar mirando lo que paso, fijando la mirada en la posibilidad no solo en lo que falta.
La supervisión puede ser un gatillador de deseo para el director y para el centro educativo.
La confianza es una condición para cualquier proyecto que como tal convoca a un cambio. En
esta posición el supervisor es un aliado estratégico de la conducción.
Toda declaración de visión para la escuela se practica con la construcción de los problemas
y desafíos relevantes, acordando lecturas del contexto.
Construir una visión implica incorporar dos efectos de valor en las escuelas o centros
educativos:
Sin embargo, un enfoque alternativo plantearía: el futuro es ahora. Ese futuro para el actor
se reinicia hoy y se es parte de él. Todo aquello que se realice hoy estará construyendo futuro.
Cualquier acción o ausencia de ella por parte de un equipo educativo estará diseñando el futuro
de su escuela u organización en general.
El despliegue de una administración eficiente hoy arma los recursos para enfrentar
crisis eventuales en el porvenir.
La incorporación de nuevas tecnologías diseña el escenario de alternativas de
competitividad para los jóvenes que acceden a ellas.
La conversación que no hemos podido afrontar hoy está diseñando el futuro
ensanchamiento del conflicto mañana.
Nuestras actuales decisiones arman futuro no solo para nosotros sino para la red
en la que estamos tramados (y nunca sabemos cuan extensa pueda ser).
Sobre el primer factor podemos incidir a partir del ajuste de nuestras lecturas y a la
realización de las acciones consecuentes que diseñemos.
El futuro nace del pasado, de lo realizado en el pasado. Somos parte de ese futuro. La
diferencia está en reconocerlo y asumir nuestra respons-habilidad por su construcción, por lo
menos en la parte que nos corresponde.
Hacernos cargo por los resultados de los escenarios a cambiar: inequidad, pobreza,
corrupción, ineficiencia, fragmentación, mediocridad, analfabetismo, deserción, violencia,
desigualdad de oportunidades. También por los escenarios a preservar: cultura, valores, vínculos,
identidades. El gran desafío es trabajar para el cambio de lo no deseado y preservar la
transmisión cultura valorada y significativa.
Existen tres palancas de construcción del futuro para las organizaciones sociales:
Un desafío estimulante.
Un mensaje comunicable.
Una precisión del tiempo de compromiso.
La inclusión del sujeto de la promesa.
La explicitación de su valor agregado.
Hay por lo menos tres saberes en los productos que genera el aprendizaje:
Saber ser: intentar el reconocimiento como sujeto y actor social, con historias y perfiles
singulares. Todas interdependientemente vinculadas.
En cuanto a la gestión estratégica está elige un camino para achicar la brecha entre la
percepción de la realidad y la visión requerida. Elección y renuncia, es la dinámica estructural de
la gestión estratégica.
La gestión es el proceso de intervenciones para hacer que las cosas sucedan de una
determinada manera sobre a base de propósitos ex ante y ex post. La gestión se confronta con
resultados no con objetivos.
Una buena gestión se legitima en los beneficios percibidos por su audiencia social. Solo el
fracaso, el error reconocido y admitido por el propio sujeto, sea este persona, grupo u
organización, puede transformarse en fuente de aprendizaje y mejora.
La gestión incluye los dominios de la emotividad, de los múltiples intereses, llegando hasta
la trama política. En la teoría, los acontecimientos y las ideas se pueden acomodar
ordenadamente.
La gestión se legitima con los resultados y con los procesos a través de los cuales se
alcanzan. Los resultados dependen de la calidad y competencia del grupo humano, estimulando
sus estados emocionales y desarrollando nuestras prácticas y procesos organizacionales.
Es necesario tener en cuenta que Sólo tenemos conflictos con quienes nos interesa, es
decir, el conflicto denota una relación, una interacción significativa para el actor; testimonia la
existencia de un problema que nos articula en la necesidad de una salida eficiente y cordial, de
resultados satisfactorios para las partes. Además, el conflicto puede ser fuente de crecimiento o
de deterioro ya que hay conflictos que no valen la pena, que desgastan, desalientan, aumentan el
estrés y no producen valor para ninguna de las partes. Por ejemplo, los efectos de una medida
institucional que podría haberse previsto y no se tomaron en cuenta, un mensaje que no se
transmitió, etc. Sin embargo hay conflictos que afrontamos con la convicción de la ganancia,
por ejemplo un cambio de programa educativo, una nueva posición en la organización, etc. En
estos casos el conflicto está presente pero afrontarlo es un vehículo de crecimiento personal,
profesional e incluso organizacional. El conflicto es estructural y profundamente humano
porque sólo se encuentra entre la gente, se necesita de otros que tengan otros intereses ya que
sólo el otro es la condición del conflicto. Y por otra parte, la concepción del otro como
legitimado en su diferencia lo que el otro quiere de distinto, lo que necesita o piensa de distinto,
es la condición misma de estar en el mundo con otros. La inexistencia de esta legitimidad
colocaría al otro como un obstáculo para la realización de mis intereses. Se necesita al otro y no
del otro para la construcción de acuerdos verdaderamente sustentables.
Para desarrollar y ampliar las competencias para facilitar acuerdos es necesario: tener
presente:
Como dice Jerome Bruner: necesitamos una idea más segura de que enseñar, a quién y
cómo desarrollar la enseñanza, de tal manera que haga de los estudiantes seres humanos más
efectivos, menos alienados y mejores. Necesitamos un movimiento de reforma escolar con una
idea más clara de hacia dónde vamos, con convicciones más profundas sobre el tipo de gente que
queremos ser.
Los principios
Los principios son evidentes por sí mismos y todo individuo puede comprobarlo
fácilmente. Son verdades profundas de aplicación universal, es decir, se aplican a los individuos,
las familias y los matrimonios, a las organizaciones privadas y públicas de todo tipo.
Estos principios se interiorizan a través de hábitos que se dividen en dos grupos: las
actitudes internas (la victoria privada) y los de las relaciones con los demás (la victoria pública)
Es la eficacia personal e interpersonal la que Covey predica en con su enfoque.
Primero hay que tener en cuenta lo que el autor llama el “continuum de la madurez”. Esto
es pasar de la dependencia a la independencia. Las personas dependientes necesitan de los otros
para conseguir lo que quieren y las independientes consiguen lo que quieren gracias a su propio
esfuerzo, en cambio, las personas interdependientes combina sus esfuerzos con esfuerzos de
otros para lograr mayor éxito.
La victoria privada
Primer hábito. La proactividad: Ser una persona proactiva es tomar la iniciativa pero
además hacerse responsable de su propia vida. Las personas proactivas llevan su propio clima, su
fuerza impulsiva reside en valores, y, si su valor es hacer un trabajo de buena calidad, no
depende de que haga buen tiempo o no, sería ser reactivo: cuando se es bien tratado nos sentimos
bien, cuando se es maltratado nos volvemos defensivos. El enfoque proactivo consiste en
cambiar de dentro hacia afuera; es decir, ser distinto y provocar un cambio positivo en lo que
está allí afuera. Una de las cosas que hay que cambiar a nivel personal es el modo en que
respondemos los propios errores y a los de los demás.
La victoria pública
Quinto habito. Procure primero comprender y después ser comprendido: hace referencia a
la escucha empática: primero procure comprender; supone un cambio de paradigma muy
profundo. Lo típico es que primero procuremos ser comprendidos y a veces nuestras
conversaciones se convierten en monólogos colectivos y nunca comprendemos realmente lo que
está sucediendo dentro de otro ser humano.
Renovación
Compromisos de líderes
¿Cuáles son los compromisos asumidos por aquellos gestores que se desempeñan como
líderes? Las respuestas se centran de acuerdo a diversos estudios e investigaciones y se centran
en ser honesto, progresista, inspirador y competente. Peter Block agrega cualidades tales como:
que sea visionario, que ofrezca ejemplo en su actuación, que asuma su autonomía, desarrollo
de la confianza y que sea capaz de inspirar futuro.
Kirby, Paradise y King, en cuanto a liderazgo educativo, encontraron que los docentes
valoran el liderazgo transformacional, es decir, el liderazgo basado en el acompañamiento de los
procesos de aprendizaje y mejora educativa. Los docentes valoran en Liderazgo que facilita la
redefinición de la misión en la gente, la renovación de sus compromisos y la reestructuración de
sus sistemas de metas a lograr, no es ajeno al deseo actual de alcanzar de manera eficaz los
cambios positivos para la escuela y su dirección.
Las actividades o prácticas de liderazgo son acciones de gestores que con gran
profesionalidad y reflexión despliegan el accionar de innumerables actores educativos. Esa es
su potencia, gratificación y responsabilidad.