La fecundación es la fusión de los gametos masculino y femenino, es decir, el
espermatozoide y el óvulo, de manera que se restablece la dotación cromosómica normal del ser humano (46 cromosomas). Para que pueda ocurrir el fenómeno de la fecundación, el hombre debe eyacular en el interior de la vagina de la mujer. En este momento, los espermatozoides podrán ascender por el tracto genital femenino y llegar hasta las trompas de Falopio, lugar donde se encontrarán con el óvulo. De los millones de espermatozoides liberados en la eyaculación, tan solo unos doscientos conseguirán llegar a su destino en la trompa. Finalmente, solo un espermatozoide interaccionará con el óvulo y tendrá lugar la fecundación del embrión. Una vez los espermatozoides llegan a las trompas de Falopio después del coito, solamente podrán encontrarse con el óvulo si la mujer se encuentra en sus días fértiles y ha habido ovulación. En ese caso, los espermatozoides se colocarán alrededor del óvulo e intentarán fecundarlo. Etapas de la fecundación natural Aunque el proceso de unión entre óvulo y espermatozoides pueda parecer muy sencillo, lo cierto es que deben darse varios mecanismos y cambios en ambos gametos para que pueda ocurrir la fecundación. A continuación te explicamos paso a paso las distintas etapas de la fecundación en el ser humano: Penetración de la corona radiada El proceso de fecundación se inicia con la penetración de los espermatozoides a través de la capa de células que rodea el óvulo: la corona radiada. Los espermatozoides consiguen atravesar esta capa gracias a la liberación de la enzima hialuronidasa y el movimiento de su flagelo (la cola). Penetración de la corona radiada del óvulo Una vez atraviesan esta capa, los espermatozoides se encuentran con una segunda barrera: la zona pelúcida, la capa externa que rodea al óvulo. Penetración de la zona pelúcida Se necesita más de un espermatozoide para lograr degradar la zona pelúcida, aunque finalmente solo uno de ellos podrá entrar en el óvulo. Para poder atravesar esta segunda barrera, la cabeza del espermatozoide establece contacto con el receptor ZP3 de la zona pelúcida del óvulo. Esto desencadena la reacción acrosómica, que consiste en la liberación de enzimas hidrolíticas denominadas espermiolisinas. Dichas enzimas disuelven la zona pelúcida para permitir el paso del espermatozoide. Penetración de la zona pelúcida Asimismo, la reacción acrosómica provoca una serie de cambios en el espermatozoide que permiten su capacitación final para poder penetrar en el interior del óvulo fundiendo sus membranas. Fusión de membranas Cuando el espermatozoide entra en contacto con la membrana plasmática del óvulo, se desencadenan 3 procesos distintos en el gameto femenino: La formación del cono de fecundación La despolarización instantánea de su membrana La liberación de gránulos corticales al espacio perivitelino La formación del cono de fecundación permite la fusión de la membrana del óvulo con la del espermatozoide para que la cabeza del espermatozoide pueda entrar. A su vez, gracias a la despolarización de la membrana del óvulo y a la liberación de gránulos corticales, se evita la entrada de otro espermatozoide. Fusión de las membranas del óvulo y el espermatozoide Fusión de núcleos y formación del cigoto Con la entrada del espermatozoide, el óvulo se activa para terminar la meiosis, proceso que permite la reducción del número de cromosomas. Así, se libera el segundo corpúsculo polar y los cromosomas se colocan formando una estructura denominada pronúcleo femenino. Los pronúcleos son los núcleos de los gametos, los cuales tienen la particularidad de disponer de la mitad de cromosomas con respecto al resto de células del cuerpo, esto es, 23 cromosomas. Por su parte, el espermatozoide avanza hasta que su cabeza, que contiene el núcleo del espermatozoide, queda junto al pronúcleo femenino. La cola se desprende para terminar degenerando y el núcleo se hincha para formar el pronúcleo masculino. Una vez ambos pronúcleos se encuentran uno junto al otro, ocurre la fusión de ambos. Esto supone que las membranas de ambos pronúcleos desaparezcan para que sus cromosomas puedan juntarse y que la célula restablezca su dotación cromosómica, es decir, 46 cromosomas en total. Todo este proceso de la fecundación culmina con la formación del cigoto humano: primera célula del organismo fruto de la unión del óvulo y el espermatozoide. Fusión del núcleo del espermatozoide y del óvulo Además de todo esto, en la fecundación queda establecido si el futuro bebé será un niño o una niña en función de sus cromosomas sexuales: Cigoto masculino sus cromosomas sexuales son XY y el futuro bebé será un niño. Cigoto femenino sus cromosomas sexuales son XX y el futuro bebé será una niña. El óvulo siempre es portador del cromosoma X. Por tanto, el sexo del embrión se definirá según si el espermatozoide es portador de un cromosoma X o un cromosoma Y. Aunque hemos visto cada una de las etapas de la fecundación de forma detenida, en la siguiente imagen puedes ver un esquema del proceso completo. Proceso de fecundación del óvulo La fecundación de gemelos y mellizos Al contrario de lo que indica la creencia popular, los gemelos no surgen de la fecundación de un óvulo por dos espermatozoides. Como ya hemos indicado, el óvulo tiene un mecanismo para evitar la fecundación doble y múltiple, ya que los embriones resultantes no serían viables. Si penetraran 2 espermatozoides en el óvulo, en total habría 69 cromosomas: 23 cromosomas de un espermatozoide, 23 del otro y 23 del óvulo. Este tipo de embriones serían triploides, es decir, tendrían 3 juegos de cromosomas, y no podrían seguir con su desarrollo. Para que puedan originarse gemelos, la fecundación es idéntica a la que da lugar a un único bebé: un espermatozoide penetra en el interior del óvulo. La diferencia reside en las divisiones celulares que ocurren a continuación. En este caso, por causas aún desconocidas, el embrión se divide en dos y se originarán dos bebés idénticos genéticamente, lo que implica que serán del mismo sexo. El origen de los mellizos es distinto. En este caso, se produce la fecundación de dos óvulos distintos, cada uno de ellos por un espermatozoide. Por tanto, los procesos de fecundación y desarrollo embrionario serían los habituales, con la particularidad de que los dos bebés se desarrollarían a la vez en el vientre materno. Los bebés no serían genéticamente idénticos ni tampoco tienen por qué ser del mismo sexo. Puedes consultar este enlace para más información sobre el embarazo de gemelos y de mellizos: ¿Qué diferencia el embarazo de gemelos del embarazo de mellizos? ¿Qué ocurre después de la fecundación? El óvulo fecundado constituye una nueva célula denominada cigoto, que empieza a descender por la trompa de Falopio hacia el útero. Durante ese trayecto, el cigoto se divide para dar lugar al embrión de dos células. El término cigoto solamente se utiliza para definir el primer estadio embrionario de una única célula. A medida que avanza por la trompa, el embrión seguirá dividiéndose para permitir la formación del blastocisto, estructura con muchas células que empiezan a diferenciarse y que tiene la capacidad para implantarse en el útero y dar lugar al embarazo Periodo embrionario, crecimiento y desarrollo
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El periodo embrionario es la fase en la que se produce la formación de todos
los aparatos y sistemas del embrión, es un proceso conocido con el nombre de organogénesis. Esta fase comprende desde la cuarta a la octava semanas. El embarazo empieza con la fecundación, que es la unión de las células sexuales femenina y masculina: el óvulo y el espermatozoide. En este momento da comienzo el periodo embrionario hasta la octava semana de embarazo. Fecundación Para que se produzca la fecundación la mujer ha de estar en el periodo de ovulación. La ovulación ocurre cuando un óvulo se desprende de uno de los ovarios, hacia la mitad del ciclo menstrual. Si en este preciso momento, un espermatozoide se encuentra con el óvulo en las trompas de Falopio, se puede producir la fecundación. El zigoto es la célula resultante de la unión del espermatozoide con el óvulo. Es una estructura celular que posee toda la información genética necesaria para desarrollarse y convertirse en un bebé. En la fecundación ya queda determinado el sexo del bebé. El óvulo solo tiene cromosoma X pero el espermatozoide tiene cromosoma X o Y. Dependiendo del cromosoma que aporte el espermatozoide, el bebé será niño o niña: Cromosoma X (óvulo) + Cromosoma X (espermatozoide) = NIÑA Cromosoma X (óvulo) + Cromosoma Y (espermatozoide) = NIÑO Cada bebé es único, con su propio ADN, que lo forman 46 cromosomas que determinarán la herencia genética del bebé. Periodo embrionario Primera semana El óvulo fecundado se divide por primera vez a las 24h de la concepción, es lo que llamamos zigoto. Durante los días siguientes se sigue dividiendo y forma una bola de células que se llama blastocisto. A los 5 días, las células del blastocito se separan en dos grupos: las que formarán la placenta y las que formarán el embrión (células madre). Al final de esta primera semana, el óvulo fecundado desciende por las trompas de Falopio para llegar al útero al quinto día. Se ancla en la pared del útero (implantación) al final de la primera semana y allí pasará nueve meses. El útero de la madre ha cambiado y se ha adaptado para el embarazo. La pared interna de la matriz se ha vuelto mullida y más gruesa para favorecer la implantación del blastocisto, necesaria para que el embrión reciba los nutrientes necesarios para crecer. Segunda semana Se empieza a formar el embrión que mide 0.2 milímetros. En esta etapa, el embrión tiene una forma redondeada y está formado por dos capas: el endodermo y el ectodermo. Las células se van multiplicando muy rápidamente y van adquiriendo una función específica. Del endodermo se formarán: piel, el revestimiento interno del aparato respiratorio y digestivo, la vejiga, tímpano, tiroides, páncreas e hígado. Del ectodermo: sistema nervioso, piel, órganos de los sentidos (ojos, oído, nariz), uñas, esmalte dentario, hipófisis, pelo, glándulas mamarias y sudoríparas. Tercera semana Al embrión le aparece una tercera capa, el mesodermo, de este tejido derivará: El aparato locomotor (huesos, músculos y cartílagos) El sistema vascular (corazón, venas y arterias) Las células de la sangre El sistema genital y urinario (excepto la vejiga) El bazo y glándulas suprarrenales Se forman las vellosidades coriónicas que conectarán con los vasos sanguíneos de la madre. De este modo, el embrión obtiene el alimento y el oxígeno necesario para crecer. Por otro lado, en el tronco del embrión se va haciendo hueco a órganos como el intestino, hígado, riñones y pulmones. Cuarta semana El embrión crece un milímetro cada día (mide unos 5 milímetros) y se inicia el desarrollo de: Las extremidades (brazos, piernas, músculos y hueso) El corazón del embrión (amasijo de células musculares alargadas) empieza a latir a los 22 días aproximadamente. Este rudimentario corazón será el encargado de distribuir el alimento y el oxígeno a todas las partes del embrión para que pueda crecer. El corazón embrionario late a unas 150 pulsaciones por minuto. El aparato digestivo se va diferenciando en sus diferentes partes (esófago, estómago e intestino). Aparecen los órganos de los sentidos, es decir, se forman las cavidades oculares y las orejas. Se empieza a desarrollar el tubo neural, que se convertirá en el sistema nervioso del bebé(cerebro y médula espinal) y la columna vertebral. Quinta y sexta semana El embrión va adquiriendo forma humana o de bebé. Crece muy deprisa y ahora tiene el tamaño de un garbanzo (5-6 milímetros). Su cabeza es muy grande respecto al resto del cuerpo y las extremidades muy cortas: En el rostro se distinguen perfectamente los ojos, la nariz, boca y orejas. Los dedos no se distinguen todavía Los brazos y las piernas pueden empezar a moverse al final de la sexta semana. Séptima semana El embrión mide unos 22 milímetros. Los tejidos y los órganos formados en la fase embrionaria maduran: El corazón ya tiene cuatro cavidades Se empiezan a formar el paladar y la lengua La placenta aumenta de tamaño para nutrir bien al bebé El cordón umbilical crece mucho y se ensancha Se forman los pezones y los folículos pilosos Los codos y los dedos ya se pueden ver El sistema digestivo y el aparato urinario del feto (que eran una misma estructura) se separan Se produce la neurogénesis o producción de neuronas. Al finalizar esta semana el embrión mide ya 1 centímetro y son las semanas más delicadas del bebé porque le pueden afectar algunos medicamentos, alcohol, nicotina, cafeína o radiaciones (como las radiografías). Octava semana Oficialmente termina el periodo embrionario y el el embrión pasa a llamarse feto. Se ha formado el esbozo de todos los órganos del futuro bebé y ya empieza a tener forma humana. El rostro del bebé ya está más definido y tiene párpados, nariz incipiente y labio superior. El cuerpo se va alargando, cada vez con más forma humana y la piel es translúcida, por lo que se puede ver el esqueleto. Pero los huesos no están calcificados, están formados de cartílago, es decir, son blandos. El embrión mide entre 4 y 5 centímetros y pesa 9 gramos. La circulación a través del cordón umbilical está muy bien desarrollada.
Lo que debes saber: Antes de la cuarta semana el embrión tiene una forma redonda formado por distintas capas, endodermo, ectodermo y mesodermo. En la cuarta, quinta y sexta semana el embrión empieza a desarrollar las extremidades y a tener forma de bebé. El embrión pasa a llamarse feto en la octava semana.