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Introducción

La salud materno infantil engloba muchos puntos importantes, pero no se ocupa


solo del embarazo, parto, puerperio y recién nacido, sino también embriogénesis,
anatomía y fisiología del aparato reproductor femenino y masculino, lactancia
materna y reanimación neonatal que son puntos importantes en este manual de
los que se detallara más a fondo. El presente manual trata de enfatizar la
importancia de cada uno de los temas mencionados para obtener un conocimiento
generalizado y profundo que nos ayude en la vida profesional y estudiantil.

1
Objetivos
General:
● Elaborar un manual básico con estrategias metodológicas basadas en los
temas básicos más importantes relacionados con enfermería materno
infantil.

Específicos:
● Optimizar el aprendizaje materno-infantil de la manera más eficiente y
eficaz posible.
● Generar información relevante sobre los temas para mejorar la
comprensión de los mismos.
● Identificar las acciones que debe realizar enfermería en el ámbito materno-
infantil.

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Embriogénesis

Se denomina embriogénesis al proceso que, partiendo de un cigoto, permite la


creación de un organismo pluricelular. La embriogénesis comienza cuando
los gametos son fertilizados y surge el embrión.
En el caso de la embriogénesis humana, el desarrollo del embrión lleva cerca de
ocho semanas. En este periodo, el producto de la concepción completa su etapa
inicial de desarrollo; a partir de entonces, pasa a conocerse como feto.

Ilustración:

La embriogénesis supone que un conjunto de células compone el embrión


propiamente dicho, mientras que otro grupo posibilita la formación de los anexos
embrionarios (el corion y el amnios). Ya en las semanas iniciales, en el embrión se
empiezan a originar los futuros órganos.

Entre los anexos embrionarios y el embrión aparece la placenta, que está


vinculada al embrión a través del cordón umbilical. Dicho cordón sirve para la
eliminación de desechos y para el transporte de nutrientes y oxígeno al embrión.

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Es posible reconocer cuatro fases en la embriogénesis que, en los animales
vertebrados, se desarrollan de modo secuencial. Primero se lleva a cabo la
segmentación, que implica la división del cigoto mediante mitosis. Así el embrión
se convierte en blastocisto.

Luego llegan la gastrulación, la neurulación y la organogénesis. A cada paso, el


embrión gana complejidad y avanza en su progresión.

En cuanto a la embriogénesis vegetal, se trata de aquellos procesos que propician


que el cigoto se transforme en el embrión, el cual se ubica en la semilla ya
madura. Todas las etapas hacen posible que, una vez completadas las distintas
instancias, el embrión se vuelva autótrofo.

Fecundación
La fecundación es la unión del óvulo y el espermatozoide para que se pueda
producir un embarazo. En la especie humana, la fecundación es interna, es decir,
tiene lugar en el interior del cuerpo de la mujer, en concreto en las trompas de
Falopio. Ésta es la denominada fecundación natural o 'in vivo'.
También es posible realizar la fecundación en un laboratorio de reproducción
asistida, proceso conocido como fecundación artificial o fecundación in vitro.

Etapas de la fecundación natural


Aunque el proceso de unión entre óvulo y espermatozoides pueda parecer muy
sencillo, lo cierto es que deben darse varios mecanismos y cambios en ambos
gametos para que pueda ocurrir la fecundación.
A continuación te explicamos paso a paso las distintas etapas de la fecundación
en el ser humano:

Penetración de la corona radiada


El proceso de fecundación se inicia con la penetración de los espermatozoides a
través de la capa de células que rodea el óvulo: la corona radiada.

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Los espermatozoides consiguen atravesar esta capa gracias a la liberación de la
enzima hialuronidasa y el movimiento de su flagelo (la cola).

Penetración de la zona pelúcida


Se necesita más de un espermatozoide para lograr degradar la zona pelúcida,
aunque finalmente solo uno de ellos podrá entrar en el óvulo.

Para poder atravesar esta segunda barrera, la cabeza del espermatozoide


establece contacto con el receptor ZP3 de la zona pelúcida del óvulo. Esto
desencadena la reacción acrosómica, que consiste en la liberación de enzimas
hidrolíticas denominadas espermiolisinas. Dichas enzimas disuelven la zona
pelúcida para permitir el paso del espermatozoide.

Asimismo, la reacción acrosómica provoca una serie de cambios en el


espermatozoide que permiten su capacitación final para poder penetrar en el
interior del óvulo fundiendo sus membranas.

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Fusión de membranas
Cuando el espermatozoide entra en contacto con la membrana plasmática del
óvulo, se desencadenan 3 procesos distintos en el gameto femenino:

 La formación del cono de fecundación


 La despolarización instantánea de su membrana
 La liberación de gránulos corticales al espacio perivitelino
La formación del cono de fecundación permite la fusión de la membrana del óvulo
con la del espermatozoide para que la cabeza del espermatozoide pueda entrar. A
su vez, gracias a la despolarización de la membrana del óvulo y a la liberación de
gránulos corticales, se evita la entrada de otro espermatozoide.

Fusión de núcleos y formación del cigoto


Con la entrada del espermatozoide, el óvulo se activa para terminar la meiosis,
proceso que permite la reducción del número de cromosomas. Así, se libera el
segundo corpúsculo polar y los cromosomas se colocan formando una estructura
denominada pronúcleo femenino.
Por su parte, el espermatozoide avanza hasta que su cabeza, que contiene el
núcleo del espermatozoide, queda junto al pronúcleo femenino. La cola se
desprende para terminar degenerando y el núcleo se hincha para formar el
pronúcleo masculino.

Una vez ambos pronúcleos se encuentran uno junto al otro, ocurre la fusión de
ambos.

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Esto supone que las membranas de ambos pronúcleos desaparezcan para que
sus cromosomas puedan juntarse y que la célula restablezca su dotación
cromosómica, es decir, 46 cromosomas en total.
Todo este proceso de la fecundación culmina con la formación del cigoto humano:
primera célula del organismo fruto de la unión del óvulo y el espermatozoide.

Además de todo esto, en la fecundación queda establecido si el futuro bebé será


un niño o una niña en función de sus cromosomas sexuales:

 Cigoto masculino: sus cromosomas sexuales son XY y el futuro bebé será


un niño.
 Cigoto femenino: sus cromosomas sexuales son XX y el futuro bebé será
una niña.
El óvulo siempre es portador del cromosoma X. Por tanto, el sexo del embrión se
definirá según si el espermatozoide es portador de un cromosoma X o un
cromosoma Y.
Aunque hemos visto cada una de las etapas de la fecundación de forma detenida,
en la siguiente imagen puedes ver un esquema del proceso completo.

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La fecundación de gemelos y mellizos

Al contrario de lo que indica la creencia popular, los gemelos no surgen de la


fecundación de un óvulo por dos espermatozoides. Como ya hemos indicado, el
óvulo tiene un mecanismo para evitar la fecundación doble y múltiple, ya que los
embriones resultantes no serían viables.

Para que puedan originarse gemelos, la fecundación es idéntica a la que da lugar


a un único bebé: un espermatozoide penetra en el interior del óvulo. La diferencia
reside en las divisiones celulares que ocurren a continuación. En este caso, por
causas aún desconocidas, el embrión se divide en dos y se originarán dos bebés
idénticos genéticamente, lo que implica que serán del mismo sexo.

El origen de los mellizos es distinto. En este caso, se produce la fecundación de


dos óvulos distintos, cada uno de ellos por un espermatozoide. Por tanto, los
procesos de fecundación y desarrollo embrionario serían los habituales, con la
particularidad de que los dos bebés se desarrollarían a la vez en el vientre
materno. Los bebés no serían genéticamente idénticos ni tampoco tienen por qué
ser del mismo sexo.

¿Qué ocurre después de la fecundación?

El óvulo fecundado constituye una nueva célula denominada cigoto, que empieza
a descender por la trompa de Falopio hacia el útero. Durante ese trayecto, el
cigoto se divide para dar lugar al embrión de dos células. El término cigoto
solamente se utiliza para definir el primer estadio embrionario de una única célula.

A medida que avanza por la trompa, el embrión seguirá dividiéndose para permitir
la formación del blastocisto, estructura con muchas células que empiezan a
diferenciarse y que tiene la capacidad para implantarse en el útero y dar lugar al
embarazo.

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Desarrollo del embarazo

El embarazo consiste en aproximadamente 40 semanas contando desde el primer


día de tu último período menstrual. Se agrupan las semanas en tres trimestres.
Descubre qué es lo que sucede contigo y con el bebé en estas tres etapas.

Primer trimestre (de la semana 1 a la 12)

Durante el primer trimestre, el cuerpo pasa por muchos cambios. Los cambios
hormonales afectan prácticamente a todos los sistemas de órganos. Estos
cambios pueden manifestar síntomas incluso en las primeras semanas de
embarazo. El retraso menstrual es un signo evidente de embarazo. Otros cambios
pueden incluir:

 Agotamiento
 Senos sensibles e inflamados. Los pezones también se pueden volver
protuberantes.
 Malestar estomacal; pueden presentarse vómitos (malestar matutino)
 Deseo hacia o desagrado ante ciertos alimentos
 Cambios de humor
 Estreñimiento (dificultad para eliminar las heces)
 Necesidad de orinar con mayor frecuencia
 Dolor de cabeza
 Acidez
 Aumento o pérdida de peso

A medida que el cuerpo cambia, probablemente necesites hacer cambios en tu


rutina diaria; por ejemplo, acostarte más temprano o comer más frecuentemente
pero en pequeñas cantidades. Afortunadamente, la mayoría de estos malestares
desaparecerán con el tiempo. Y algunas mujeres no sienten nada en absoluto. Si
ya has estado embarazada anteriormente, quizás lo sientas diferente esta vez.
Todas las mujeres son diferentes; lo mismo pasa con los embarazos.

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Segundo trimestre (de la semana 13 a la 28)

La gran parte de las mujeres siente que el segundo trimestre de gestación es más
fácil de llevar que el primero. De todas maneras, es igual de importante
mantenerse informada sobre el embarazo durante estos meses.

Notarás que algunos síntomas, como las náuseas y la fatiga, desaparecerán. Pero
ahora se presentarán nuevos cambios en el cuerpo que serán más evidentes. El
abdomen se expandirá de acuerdo con el crecimiento del bebé. Y antes de que
termine este trimestre, sentirás que el bebé comienza a moverse.

A medida que tu cuerpo cambia para hacer espacio para el bebé, es probable que
tengas:

 Dolores corporales, particularmente en la espalda, abdomen, ingle o muslos


 Estrías en el abdomen, senos, muslos o nalgas
 Oscurecimiento de las areolas
 Una línea en la piel que se extiende desde el ombligo hasta el vello púbico
 Manchas oscuras en la piel, particularmente en las mejillas, la frente, la
nariz o el labio superior. Generalmente se presentan en ambos lados de la
cara. Se lo conoce como la máscara del embarazo.
 Entumecimiento u hormigueo en las manos, llamado síndrome del túnel
carpiano
 Comezón en el abdomen, las palmas de las manos y las plantas de los
pies. (Comunícate con tu médico si tienes náuseas, pérdida del apetito,
vómitos, ictericia o fatiga junto con picazón. Esto puede indicar problemas
hepáticos graves).
 Inflamación en los tobillos, dedos y rostro. (Si notas alguna inflamación
repentina o extrema o si aumentas de peso rápidamente, comunícate con el
médico de inmediato. Esto puede ser un signo de preeclampsia.)

Tercer trimestre (de la semana 29 a la 40)

¡Estás en la recta final! Algunas de las molestias propias del segundo trimestre
continuarán. Además, muchas mujeres sienten dificultad para respirar y necesitan
ir al baño con mayor frecuencia. Esto se debe a que el bebé está creciendo más y
más y ejerce más presión sobre los órganos. No te preocupes, el bebé está bien y
estos problemas se aliviarán una vez que des a luz.

Entre los cambios corporales que notarás en el tercer trimestre se incluyen:

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 Falta de aire
 Acidez
 Inflamación en los tobillos, dedos y rostro. (Si notas alguna inflamación
repentina o extrema o si aumentas de peso rápidamente, comunícate con el
médico de inmediato. Esto puede ser un signo de preeclampsia.)
 Hemorroides
 Sensibilidad en los senos; pueden secretar una sustancia acuosa que es el
líquido precursor de la leche llamado calostro
 Ombligo abultado
 Dificultades para conciliar el sueño
 El desplazamiento del bebé hacia la parte inferior de tu abdomen
 Contracciones, que puede indicar un trabajo de parto real o una falsa
alarma
Cuanto más te aproximas a la fecha de parto, el cuello
uterino se vuelve más delgado y suave (a este proceso se lo
conoce como borramiento). Este es un proceso normal y
natural que ayuda a que el canal de parto (vagina) se abra
durante el trabajo de parto. El médico controlará el progreso
con un examen vaginal a medida que se aproxima la fecha
estipulada de parto. Anímate, ¡la cuenta regresiva ha
comenzado!

El crecimiento del bebé


Primer trimestre (de la semana 1 a la 12)

De cuatro a cinco semanas:

 Comienza a desarrollarse el cerebro y la médula espinal.


 Comienza a formarse el corazón.
 Aparecen protuberancias que luego se convertirán en brazos y piernas.
 En este momento, tu bebé es un embrión que mide 0.04".

A las ocho semanas:

 Ya comenzaron a formarse todos los órganos


principales y estructuras corporales externas.
 El ritmo cardíaco del bebé es constante.
 Los brazos y piernas se alargan y los dedos de las
manos y de los pies comienzan a formarse.
 Comienzan a desarrollarse los órganos sexuales.
 Los ojos se desplazan hacia adelante y se forman los párpados.

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 El cordón umbilical se puede ver con claridad.
 Al alcanzar las ocho semanas, tu bebé es un feto y tiene una apariencia
más humana. El bebé mide aproximadamente 1" de largo y pesa menos de
0.125 onzas.

A las 12 semanas:

 Los nervios y los músculos comienzan a funcionar en forma conjunta. El


bebé puede cerrar el puño.
 Los órganos sexuales externos permiten conocer el sexo del bebé. Para
eso, será necesario realizarse un ultrasonido a partir del segundo trimestre.
 Los párpados se cierran para proteger los ojos en desarrollo. No se abrirán
de nuevo hasta la 28.° semana.
 El ritmo en el que crecía la cabeza disminuye y el bebé ya está mucho más
largo. Ahora, con 3" de largo, el bebé pesa casi una onza.

Segundo trimestre (de la semana 13 a la 28)

A las 16 semanas:

 Los tejidos musculares y óseos siguen


formándose y crean un esqueleto más
completo.
 La piel comienza a formarse. Prácticamente no
se puede ver a través de ella.
 Se forma el meconio en el tracto intestinal del
bebé. Esta será su primera deposición.
 El bebé realiza movimientos de succión con la
boca (reflejo de succión).
 El bebé llega a medir entre 4 y 5" de largo y pesa alrededor de 3 onzas.

A las 20 semanas:

 El bebé se vuelve más activo. Tal vez puedas


sentir cómo se mueve.
 El bebé está cubierto con un vello fino y
suave llamado lanugo y una capa cerosa
llamada vérnix. Esto protege la piel que se
está desarrollando.
 Ya se han formado las cejas, pestañas y las
uñas de las manos y pies. El bebé incluso
puede rascarse.
 El bebé puede oír y tragar.

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 En la mitad del recorrido, el bebé mide 6" de largo y pesa alrededor de 9
onzas.

A las 24 semanas:

 La médula ósea comienza a producir glóbulos


sanguíneos.
 Se forman las papilas gustativas.
 El bebé ya tiene huellas dactilares.
 Comienza a crecer cabello real en la cabeza
del bebé.
 Los pulmones ya están formados pero todavía
no funcionan.
 Se desarrolla el reflejo de agarre o prensión y
el de sobresalto o de Moro.
 El bebé se duerme y se despierta periódicamente.
 Si el bebé es niño, los testículos comienzan a desplazarse desde el
abdomen hacia el escroto. Si es niña, su útero y ovarios están en su lugar y
ya se han formado los óvulos que expulsarán los ovarios a lo largo de su
vida.
 El bebé acumula grasa y ha aumentado de peso considerablemente. Ahora,
con 12" de largo, el bebé pesa alrededor de 1½ libras.

Tercer trimestre (de la semana 29 a la 40)

A las 32 semanas:

 Sus huesos están completamente formados


pero todavía son blandos.
 Las patadas y golpes del bebé son enérgicos.
 Puede abrir y cerrar los ojos y además tiene
sensibilidad a la luz.
 Los pulmones no están completamente formados pero sí se dan
movimientos de "respiración" que sirven de práctica.
 El cuerpo del bebé comienza a almacenar minerales vitales, como hierro y
calcio.
 El lanugo comienza a caerse.
 El bebé aumenta de peso rápidamente, alrededor de media libra a la
semana. Ahora, tu bebé mide entre 15" y 17" de largo y pesa entre 4 y 4½
libras.

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A las 36 semanas:

 La capa cerosa protectora llamada vérnix se


hace más gruesa.
 Aumenta la grasa corporal. El bebé sigue
creciendo y tiene menos espacio para moverse.
Los movimientos ya no son tan fuertes pero sí
sentirás que se estira y se sacude.
 Tu bebé mide entre 16" y 19" de largo y pesa entre 6 y 6½ libras.

37-40 semanas:

 A las 39 semanas, se considera que el bebé


está a término. Los órganos del bebé están
listos para funcionar por su cuenta.
 A medida que se aproxima la fecha estipulada
de parto, el bebé se pone cabeza hacia abajo y
adopta una posición adecuada para el parto. La
mayoría de los bebés se ubica en esta posición.
 Al nacer, tu bebé pesará entre 6 libras 2 onzas y
9 libras 2 onzas y medirá entre 19 y 21 pulgadas de largo. La gran mayoría
de los bebés a término presentan estas medidas. Sin embargo, también
pueden nacer con otras medidas y ser saludables de todas formas.

Cuidados del recién nacido

Es importante mantener la higiene en el área del pañal procurando realizar un


frecuente cambio del mismo y lavado de la zona.

La llegada de un recién nacido plantea a los padres, en muchos casos, numerosas


dudas en el cuidado y manejo del bebé. Con paciencia, cariño y la información
adecuada podremos dar a nuestro bebé todo el cuidado que merece.

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Principales cuidados del recién nacido

 El cordón umbilical. Generalmente, el cordón umbilical se desprende


entre los 3 y 12 días de vida del recién nacido. Debemos lavarlo con agua y
jabón, al menos una vez al día (coincidiendo con el baño). Una vez bien
seco, cubriremos el cordón con una gasa estéril a la que añadiremos
alcohol de 70º.
Esta gasa se cambiará cada vez que sea necesario; si se mancha de orina
o heces repetiremos todo el proceso de limpieza. Una vez que el cordón
umbilical se desprenda, seguiremos tratando la cicatriz umbilical de la
misma manera hasta que las gasas aparezcan completamente limpias;
generalmente, esto ocurre a los cuatro o cinco días.
Para el cuidado del cordón umbilical, no deben usarse polvos antibióticos ni
antisépticos yodados (estos últimos por el riesgo de inducir un
hipotiroidismo). No deben usarse vendas o fajas que rodeen el abdomen.
Es importante vigilar el aspecto y el olor del cordón umbilical. Si se aprecia
enrojecimiento, secreción o mal olor debe consultarse con el pediatra.

 Limpieza corporal. El recién nacido debe ser bañado diariamente. El agua


tendrá una temperatura entorno a los 36º C y se usará un jabón con pH
ácido de los que existen en el mercado especialmente preparados para
bebés. Tendremos especial cuidado en la limpieza de los pliegues. 
Es importante mantener la higiene en el área del pañal procurando realizar
un frecuente cambio de pañal y lavado de la zona para evitar el contacto
prolongado de la piel del niño con la orina o las heces. Se puede usar tras
el lavado una pomada protectora.

 Limpieza corporal. El recién nacido debe ser bañado diariamente. El agua


tendrá una temperatura entorno a los 36º C y se usará un jabón con pH
ácido de los que existen en el mercado especialmente preparados para
bebés. Tendremos especial cuidado en la limpieza de los pliegues.
Es importante mantener la higiene en el área del pañal procurando realizar
un frecuente cambio de pañal y lavado de la zona para evitar el contacto
prolongado de la piel del niño con la orina o las heces. Se puede usar tras
el lavado una pomada protectora.

 Las uñas. Cuando las uñas estén largas pueden cortarse o limarse para
evitar que el niño se arañe. Deben cortarse con unas tijeras adecuadas (de
punta redonda) con mucho cuidado. El corte debe ser recto para evitar la
uña encarnada. Aprovecharemos para ello el momento en que el niño esté
tranquilo y sujetaremos bien los deditos para evitar algún daño.

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 Aspiración de las secreciones de boca y nariz. Cuando sale la cabeza
del R.N, el médico aspira la boca y nariz para facilitarle la respiración con
ayuda de una perilla de aspiración y succión.
En el momento en que el niño respira por primera vez, el aire penetra en las
vías respiratorias de los pulmones. Antes del nacimiento, los pulmones no
se utilizan para intercambiar oxígeno y dióxido de carbono y necesitan un
menor abastecimiento de sangre.
 Prevención de la pérdida de temperatura: Es importante mantener la
temperatura corporal del R.N; ya que estos sufren descensos marcados de
la temperatura corporal, pueden desarrollar problemas de tipo metabólico.
El recién nacido está mojado debido al líquido amniótico y puede enfriarse
con facilidad porque el cuarto del parto está frío, él no tiene suficiente tejido
graso y no sabe cómo temblar de frío. Para evitar la pérdida de calor, se
debe secar al R.N y utilizar frazadas templadas (tibias) que suministran
calor. A menudo, se le coloca un gorro tejido en la cabeza.

Cuidados mediatos al recién nacido

Se le llama así al resto de los procedimientos necesarios se efectúa en los


minutos y horas que siguen al parto. Esos procedimientos se llevarán a cabo en la
sala de partos o en el cuarto de cunas, según las normas del hospital y la
condición del bebé. Algunos de estos procedimientos incluyen los siguientes:

Identificación del Recién Nacido: Colocar tarjeta con datos generales en cuna;


deben registrarse los apellidos de la madre, género del R.N, fecha y hora de
nacimiento, número de seguridad, servicio asignado y número de cuna. Después
de la realización de esta tarjeta se debe de verificar si los datos son los correctos.

Prevención del síndrome hemorrágico del recién nacido: El bebé tiene poco
desarrollados los mecanismos de coagulación de la sangre, ya que su hígado es
inmaduro. Para prevenir posibles complicaciones en la sala de partos, se
administra a todos los recién nacidos, una inyección intramuscular de 1 mg (0.1ml)
de vitamina K.

Prevención de la conjuntivitis neonatal: A todos los recién nacidos se les ponen


unas gotas de nitrato de plata al 1%, o de algún antibiótico oftálmico (cloranfenicol)
o una pomada antibiótica en los ojos para prevenir una conjuntivitis debida,
normalmente, al contacto con las secreciones de la vagina de la madre.

Medición y registro de Signos vitales al Recién Nacido: La supervisión de


estas primeras horas requiere medición cada media hora o cada hora de la
temperatura (más que para estimar este dato, la primera toma se hace para
verificar si hay permeabilidad del ano o si no hay otros defectos al nacimiento),
frecuencia cardiaca, respiratoria, color, tono y actividad En las primeras horas de
vida hay variaciones que pueden ser muy importantes para la salud del bebé.

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Reanimación neonatal

El proceso del nacimiento se acompaña de grandes cambios fisiológicos, que en


ocasiones revelan alteraciones que no planteaban ningún problema durante la
vida intrauterina. Por ese motivo, en todo parto debe haber una persona experta
en reanimación neonatal. La edad gestacional y los parámetros de crecimiento
ayudan a identificar el riesgo de patología neonatal.

Alrededor del 10% de los recién nacidos requieren cierta asistencia respiratoria en
el momento del nacimiento. Menos del 1% necesita una extensa reanimación.
Existen numerosas causas de depresión que requieren reanimación al nacer (ver
Problemas del neonato que pueden requerir reanimación). La necesidad de
reanimación aumenta de manera significativa si el peso al nacer es < 1.500 g.

Puntuación de Apgar

La puntuación de Apgar se usa para describir la condición cardiorrespiratoria y


neurológica de un recién nacido al nacer. La puntuación no es una herramienta
que sirva para guiar la reanimación o el tratamiento posterior y no determina el
pronóstico de un paciente individual.
La puntuación de Apgar asigna de 0 a 2 puntos a cada uno de los 5 parámetros de
salud neonatal (Aspecto, Pulso, Gesticulación, Actividad, Respiración; —ver
Puntuación de Apgar). Las puntuaciones dependen de la madurez fisiológica y el
peso al nacer, el tratamiento materno perinatal y las condiciones
cardiorrespiratorias y neurológicas del feto. Se considera normal una puntuación
de 7 a 10 a los 5 minutos, intermedia de 4 a 6, baja de 0 a 3.
Existen múltiples causas posibles de puntuaciones de Apgar bajas (0 a 3),
incluidos problemas graves y crónicos que tienen un pronóstico desfavorable y
problemas agudos que pueden resolverse rápidamente y tienen un buen
pronóstico. Una puntuación de Apgar baja es un hallazgo clínico y no un
diagnóstico.

Reanimación

La reanimación neonatal debe seguir las recomendaciones más recientes de la


American Academy of Pediatrics y la American Heart Association (1).

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La preparación es esencial. Se deben identificar los factores de riesgo perinatales,
asignar roles a los miembros del equipo y preparar y verificar el equipo:

 Al menos 1 persona adiestrada en los pasos iniciales de la reanimación


neonatal, incluida la administración de ventilación con presión positiva
(VPP), debe estar presente en cada parto, y se debe contar con personal
adicional capaz de realizar una reanimación completa incluso en ausencia
de factores de riesgo específicos. Es posible que se requiera un equipo de
4 o más miembros para una reanimación compleja y, dependiendo de los
factores de riesgo, puede ser apropiado que todo el equipo de reanimación
esté presente antes del nacimiento.
 Antes de un parto prematuro, se debe ajustar la temperatura ambiente
hasta 23 a 25° C (74 a 77° F).
 Los recién nacidos prematuros de < 32 semanas de edad gestacional
necesitan un colchón térmico, un gorro y una bolsa o una envoltura de
plástico.
Hay muchos factores de riesgo perinatal que aumentan la probabilidad de que se
necesite reanimación. Además de los señalados en la tabla Problemas en el
recién nacido que pueden requerir reanimación, algunos otros factores de riesgo
incluyen

 Ausencia de atención prenatal


 Edad gestacional < 36 semanas o ≥ 41 semanas
 Gestación múltiple
 Necesidad de fórceps, vacuum (ventosa) extractor o parto por cesárea de
emergencia
 Líquido teñido con meconio
 Distocia de hombros, presentación pelviana u otra presentación anormal
 Ciertos patrones anormales de frecuencia cardíaca en el feto

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Lactancia Materna

La lactancia materna es el proceso por el que la madre alimenta a su hijo recién


nacido a través de sus senos, que segregan leche inmediatamente después del
parto, que debería ser el principal alimento del bebé al menos hasta los dos años.

Composición
La leche materna incluye todos los nutrientes que un recién nacido requiere hasta
los seis meses de edad, por lo que será su único alimento. La Organización
Mundial de la Salud (OMS) recoge en su libro La alimentación del lactante y del
niño pequeño los componentes principales de la leche materna, que son:

 Grasas: En cada 100 mililitros de leche hay 3,5 gramos de grasa, aunque
la cantidad que recibe el lactante varía a lo largo de la toma. La grasa se
concentra especialmente al final de la toma, por lo que la leche presenta
una textura más cremosa que al inicio. Las grasas de la leche materna son
importantes para el desarrollo neurológico del niño.

 Carbohidratos: El principal es la lactosa, cuya presencia es más alta que


en otro tipo de leches y sirve como fuente de energía. Otros hidratos de
carbono presentes en la leche materna son los oligosacáridos, importantes
para combatir infecciones.

 Proteínas: La leche materna contiene una menor concentración de


proteínas que la leche normal, lo cual la hace más adecuada para los
lactantes. Algunas de estas proteínas son la caseína o la alfa-
lactoalbúmina. La beta-lactoglobulina, una proteína presente en la leche de
vaca y que puede provocar intolerancia a la lactosa, no está presente en la
leche materna.

 Vitaminas y minerales: La leche materna ofrece la cantidad adecuada de


la mayoría de las vitaminas, a excepción de la vitamina D. Para corregir esa
carencia, se debe exponer al bebé a la luz del sol para que la genere de
manera endógena, o si no, mediante suplementos vitamínicos.

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 Factores anti-infecciosos: Entre ellos se encuentran las
inmunoglobulinas, los glóbulos blancos, las proteínas del suero o los
oligosacáridos.

 Factores bioactivos: Algunos de ellos son la lipasa, que ayuda a la


digestión de la grasa en el intestino delgado; o el factor epidérmico de
crecimiento, que estimula la maduración de las células de la mucosa del
intestino para mejorar la absorción y digestión de los nutrientes.

Periodos de lactancia
La Guía Práctica para Padres de la Asociación Española de Pediatría (AEPED)
establece dos periodos de lactancia teniendo en cuenta la edad del bebé. Como
también recomienda la OMS, la lactancia materna puede extenderse hasta que el
niño cumpla los dos años o incluso durante más tiempo si así lo desea la madre.

De cero a seis meses:


Durante este periodo la leche materna debe ser el único alimento del bebé,
excepto si necesita algún tipo de suplemento vitamínico. No es necesario que el
bebé tome agua u otro tipo de líquidos: según la OMS la propia leche materna
contiene un 88 por ciento de agua, por lo que es suficiente para saciar al lactante.
La leche materna tendrá variaciones durante este periodo en cuanto a su
composición y cantidad, adaptándose a las necesidades del recién nacido.
Se llama calostro a la leche materna que se producen durante los dos o tres
primeros días tras el parto. Esta leche contiene una mayor cantidad de proteínas y
minerales. En adelante, la leche va reduciendo su porcentaje de proteínas y
aumenta el contenido en grasas y lactosa.
En este periodo no hay que establecer un horario para amamantar, sino que el
bebé tiene que ser alimentado cuando lo necesite. Generalmente se dan entre 10
y 12 tomas diarias que duran entre 10 y 20 minutos.
Desde los seis meses en adelante:
A partir de los seis meses, el niño comenzará a necesitar más alimento que el
proporcionado por la leche materna. Esta sigue siendo igual de necesaria, y el
aporte mínimo diario no debe bajar de los 500 mililitros. Las tomas suelen ser de
cuatro o cinco por día hasta el primer año, y a partir de entonces se irán
reduciendo de forma progresiva. Tanto la AEPED como la OMS recomiendan que
la lactancia materna se mantenga un mínimo de dos años.

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Una vez pasados estos años de recomendación, la madre puede seguir
amamantando a su hijo todo el tiempo que desee. En el momento en que se
decida llevar a cabo el destete, no se debe hacer de inmediato, sino que se tiene
que reducir paulatinamente la frecuencia.
Bebés prematuros:
El pediatra determinará si un bebé prematuro puede ser amamantado o no,
dependiendo del desarrollo que haya alcanzado. Mientras que algunos lo pueden
hacer desde el momento de su nacimiento, para otros habrá que extraer la leche
materna de las mamas y suministrarla a través de jeringuillas, sondas o biberones.
Las tomas de los bebés prematuros suelen ser más frecuentes de lo normal, y
además no suelen succionar toda la leche que necesitan, por lo que es frecuente
administrar posteriormente leche previamente extraída.
En algunas ocasiones, la madre puede dejar de producir la cantidad de leche
necesaria para su hijo. En estos casos se recurre al método canguro, que consiste
en el contacto directo entre la piel del neonato y la madre, lo que estimula la
producción de leche.

Conservación de la leche

La leche de la madre puede extraerse de las mamas y conservarse, de forma que


el bebé pueda alimentarse si la madre no puede estar presente en el momento en
que lo pida. Además, cuando se produce más leche de la que el bebé necesita, es
recomendable extraerla para evitar problemas como la ingurgitación o la mastitis.
Según el Comité de Lactancia de la AEPED, el calostro puede conservarse a
temperatura ambiente durante 12 horas. La leche madura se mantiene en buen
estado más tiempo, y dependiendo de la temperatura durará más o menos:

 Más de 30º: cuatro horas.


 Entre 25 y 30º: de cuatro a seis horas.
 Entre 19 y 22º: 10 horas.
 A 15º: un día.
 Refrigerada, entre 0 y 4º: ocho días.
 Congelada: si es un congelador dentro de la nevera, dos semanas. Si es un
congelador de nevera pero separado, tres o cuatro meses. En congeladores
comerciales, se puede conservar hasta seis meses.

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Se recomienda conservar la leche en recipientes de cristal bien limpios (no es
necesario esterilizarlos) y no de plástico, ya que el plástico puede trasmitir sustancias
con efectos adversos como los ftalatos o el bisfenol A.
En el caso de que se congele la leche, es recomendable llevar a cabo su
descongelación sumergiendo el recipiente en otro con agua caliente. Una vez
descongelada, no se debe volver a congelar.
La leche puede adquirir un olor rancio en algunas ocasiones, algo que se puede evitar
escaldando la leche y enfriándola rápidamente después. No obstante, la leche rancia
no es perjudicial para el bebé, aunque generalmente suelen rechazarla por su olor o
sabor.

Salud de la madre

Alimentación:
Según la AEPED, la dieta de la madre no tiene por qué verse alterada durante la
lactancia si ya seguía una dieta equilibrada en cuanto a variedad y cantidad de
alimentos, ya que el aporte de la energía para su hijo será suficiente. Aun así, la
OMS recomienda que la mujer incremente en un 10 por ciento su ingesta de
alimentos si no es físicamente activa, o en un 20 por ciento si realiza ejercicio de
forma moderada o intensa habitualmente.
En ocasiones se recomienda aumentar la frecuencia de alimentos con ciertos
componentes como el yodo, la vitamina B12 o la vitamina D, que pueden suplir
carencias del bebé que puedan afectar a su desarrollo.

Ejercicio físico:
Las mujeres que realizan ejercicio de forma activa no tienen por qué modificar sus
rutinas de ejercicio, pero en ningún caso se debe comenzar a realizar ejercicio de
manera intensa si antes o durante el embarazo no se realizaba: el volumen de
leche puede disminuir, además de aumentar el ácido láctico, lo que proporcionará
a la leche un sabor amargo que el bebé podría rechazar.

A la hora de realizar deporte, se deben evitar aquellos que pudieran causar


lesiones en las mamas, y para el resto se recomienda usar sujetadores deportivos,
preferiblemente de algodón. Tampoco se recomienda la natación en las cinco o
seis semanas posteriores al parto, pues existe riesgo de contraer una
endometritis.

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Consumo de tabaco, alcohol y cafeína:
 
 Tabaco: La nicotina del tabaco se transmite a través de la leche materna, y
aunque no alcanza a intoxicar al bebé, sí puede producirle problemas para
dormir. Sin embargo, pese a esa trasmisión, es recomendable continuar
amamantando al bebé que no hacerlo, ya que es más saludable. El humo
del tabaco es más grave aún, y puede provocar infecciones
respiratorias, asma u otitis, por lo que se recomienda no fumar en presencia
del bebé o en los espacios que frecuente.
 
 Alcohol: Se trasmite muy rápidamente hasta las glándulas mamarias,
aunque no se almacena en ellas. El alcohol puede proporcionar un olor muy
fuerte a la leche, que es posible que provoque rechazo al bebé. Es por ello
que no se recomienda tomar alcohol durante los tres primeros meses de
lactancia, y una vez pasado dicho periodo, tomarlo lo más lejos posible del
momento de amamantar. Se debe tomar con poca frecuencia, como un
vaso pequeño de vino o una caña de cerveza una o dos veces a la semana.
Se deben evitar completamente los alcoholes de graduación alta.
 
 Cafeína: También se trasmite a las glándulas mamarias y puede producir
irritabilidad y trastornos del sueño en el bebé.

Medicamentos:
El Comité de Lactancia Materna de la AEPED realizó en el año 2008 un informe
titulado Lactancia y Medicamentos: Una compatibilidad casi siempre posible en el
que establece que la mayoría de los medicamentos prescritos a mujeres lactantes
no tienen ninguna interferencia con el amamantamiento.

Beneficios de la lactancia materna

Tanto la AEPED como la OMS abogan por la lactancia materna en lugar de la


artificial, con base en diferentes estudios científicos que demuestran las ventajas
que tiene la leche materna en la salud del bebé. Los nutrientes aportados por la
leche materna son mejor absorbidos por los niños, aportan mejor las propiedades
contra infecciones, o incluso, proporcionan efectos analgésicos.

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La supervivencia del bebé también parece estar muy relacionada con el tipo de
leche que los bebés toman durante sus primeros meses: según la OMS, los bebés
que no reciben leche materna durante sus primeros meses de vida tienen entre
seis y 10 veces más probabilidades de morir que los que sí la toman. Los niños
alimentados de manera única por lactancia artificial también presentan mayor
riesgo de contraer enfermedades o trastornos como la diabetes, la celiaquía, la
colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn.
La madre también se beneficia de amamantar a su bebé en lugar de alimentarle
con leche artificial: ofrecer leche materna reduce las posibilidades de una
hemorragia postparto o de cáncer de mama o de ovario.

Problemas para amamantar

Problemas en las mamas:


Es posible que el bebé rechace la leche por problemas en las mamas. Estos son
los más comunes:
 Pezón plano o invertido: No impide al bebe succionar la leche, pero lo
dificulta. Se puede usar una pezonera o un sacaleches para conseguir la
leche.
 
 Dolor o grietas en la mama: Surgen a causa de una mala postura al
amamantar o porque el bebé presente problemas para succionar, como un
frenillo lingual corto. Para aliviar el dolor, se recomienda aplicar la propia
leche sobre la grieta, o tratar de amamantar con el pecho no dolorido
primero.

 Ingurgitación: Es el dolor que se produce en las mamas por acumulación


de leche. Para aliviar el dolor se debe extraer la leche, para lo que se puede
recurrir a un sacaleches si el bebé no quiere tomarla. Para facilitar este
proceso se puede aplicar calor sobre los senos, ya que se produce una
vasodilatación que permite que la leche fluya mejor.
 
 Mastitis: Cuando se retiene leche durante mucho tiempo, los lóbulos de la
mama pueden llegar a inflamarse, provocando lo que se conoce como una
mastitis. Puede presentar síntomas parecidos a los de una gripe: fiebre,
escalofríos, malestar general, cefaleas, etcétera. Es una infección que no
puede trasmitirse al bebé, y la forma de tratarla es extrayendo la leche (de
forma similar a la ingurgitación) y reposar. Se pueden tomar analgésicos
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como el ibuprofeno o el paracetamol para aliviar los síntomas. Continuar
amamantando también puede ayudar a revertir los síntomas.
 
Rechazo del bebé:
En ocasiones, el bebé se mostrará reacio a mamar de uno o de ambos senos.
La mayoría de las veces esto se puede solucionar encontrando la causa que
provoca el rechazo:
 La postura de amamantamiento no es la correcta.
 El pezón es plano o demasiado grande.
 El bebé tiene una pequeña lesión (oído, clavícula, hematoma, etcétera).
 Mastitis.
 Una experiencia previa le produce rechazo al seno, como un sondaje.
 Cambios en la rutina: la madre comienza a trabajar, visitas, mudanzas,
etcétera.
 La madre está embarazada o menstruando, lo que puede provocar
cambios en la leche.
 Cambios en el olor de la madre, por jabones o perfumes.
 Ruidos fuertes durante el amamantamiento.
Generalmente, cambiando la posición para amamantar o al reforzar el contacto
con la piel, el bebé volverá a succionar sin problemas; en cualquier caso, se puede
consultar al pediatra para conseguir que el bebé vuelva a amamantar y evitar una
ingurgitación.
Crisis de los tres meses:
Es posible que el bebé se muestre más inquieto en ciertos días cuando
transcurren cerca de tres meses de su nacimiento. Esta inquietud se traduce en
una mayor insistencia para mamar con repentinos agarres al seno, lloros o
problemas a la hora de dormir.
Esto se debe a que el bebé está creciendo y, por lo tanto, su apetito crece al
necesitar más alimento. En estos días, el número de tomas se verá aumentado,
pero de forma natural las mamas producirán la leche necesaria para que el niño
quede satisfecho. En ningún caso se debe recurrir a alimentar al bebé con leche
artificial, ya que se puede producir una ingurgitación debido al acumulamiento de
leche.
Mordidas:
La curiosidad del bebé con sus dientes recién desarrollados puede hacer que en
ocasiones se produzcan pequeños mordiscos en el seno, que pueden causar
dolor. Para evitarlo, se debe hacer entender al bebé que no puede hacerlo.

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Para ello, se puede retirar al bebé del pecho en el momento de la mordida
mientras se le dice “no” con semblante serio. Poco después, se puede seguir
amamantando. Es posible que sea necesario repetir el proceso varias veces para
que el niño entienda el mensaje.

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