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Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle

Alma Máter del Magisterio Nacional

Facultad de Tecnología

Ensayo:

Descolonización mental en la globalización

Especialidad:

Tecnología del Vestido

Curso:

Historia y filosofía de la educación

Profesor:

Dr. Torres Guzmán, Julio

Integrantes:

López Ortiz, Mery Nilda

Maiz Sillama, Merly Elena

Mallaupoma Gomez, Angie Milena

Quispe Velásquez, Lindsay Yahanni

Vidalón Escalante, Ana Tereza

Lima - Perú

2023
Descolonización mental en la globalización

La historia de la humanidad está marcada por procesos de colonización que se han

extendido desde la conquista de territorios y poblaciones hasta la subyugación de las mentes

individuales y colectivas. La colonización mental es un concepto que abarca la internalización de

ideas, creencias y prejuicios que perpetúan la opresión y la discriminación, y que a menudo es

inseparable de la colonización política y cultural. En este contexto, la descolonización mental

emerge como un proceso esencial para liberar la mente de las constricciones impuestas,

cuestionar las narrativas históricas sesgadas y reconocer la diversidad cultural, todo en busca de

una identidad auténtica y una sociedad más justa.

A lo largo de este ensayo, exploraremos los conceptos de colonización y descolonización

mental en profundidad, analizando su importancia en la construcción de una identidad genuina y

su papel en la lucha contra la opresión y la discriminación. Además, examinaremos cómo estos

procesos no solo se aplican a nivel individual, sino también a nivel sociocultural y político,

contribuyendo a la construcción de una sociedad más inclusiva y equitativa.

La colonización y descolonización mental no son conceptos aislados, sino un reflejo de

las dinámicas históricas, sociales y culturales que han influido en nuestra forma de ver el mundo

y a nosotros mismos. Este análisis nos permitirá comprender cómo la colonización y

descolonización mental han sido fuerzas que han moldeado la historia de la humanidad y que

continúan desempeñando un papel significativo en la búsqueda de la justicia, la igualdad y la

autenticidad en el mundo contemporáneo.

La palabra "colonización" abarca un amplio rango de significados que ha cambiado en el

transcurso de la historia en función de diferentes contextos.


Desde una perspectiva etimológica, "colonización" tiene su origen en el término latino

"colonus," relacionado con el trabajo de la tierra, y está vinculado al establecimiento de personas

o comunidades en nuevas tierras que pueden ser territorios recién conquistados o regiones

limítrofes. Sin embargo, este concepto incorpora una serie de elementos clave para su

comprensión, como recursos, fuerza de trabajo, organización política, motivaciones y, sobre

todo, población. La colonización puede ser promovida tanto por entidades estatales, motivadas

por razones bélicas, geopolíticas o económicas, como por individuos, pioneros o sociedades

económicas con el objetivo de establecer poblaciones y poner en producción estas tierras a largo

plazo. Los objetivos de la colonización pueden variar ampliamente, incluyendo desde la defensa

de potencias contra otras, estrategias geopolíticas, explotación de recursos naturales,

maximización económica, favorecimiento de un grupo social o étnico específico, hasta la

garantía de la reproducción social y familiar, entre otros.

En el término de la Edad Media (XV y XVI), los avances técnicos en la navegación y la

comunicación impulsaron la colonización a nivel global. Esto marcó el inicio de la era de los

descubrimientos, impulsada principalmente por proyectos coloniales de origen europeo, en

particular, ibérico. La apertura de nuevas rutas de navegación hacia África y Asia, lideradas por

los portugueses, junto con la llegada y conquista de territorios en América, ampliaron aún más el

alcance y el contenido del término.

Con la llegada de la modernidad y la Revolución Industrial, la colonización y la

conquista de tierras en diferentes continentes se convirtieron en factores centrales, con

implicaciones políticas, económicas, sociales y religiosas. Desde el siglo XVIII, el término

"colonización" también adquirió una gran relevancia en el ámbito académico y se volvió más

complejo y contingente. En ese momento, "colonización," "colonialismo" e "imperialismo" se


convirtieron en conceptos relacionados pero, al mismo tiempo, caracterizados por sus

particularidades. Así, mientras "colonialismo" se asoció con el asentamiento de colonos en tierras

con soberanía administrada por residentes locales de origen europeo (como en los casos de

Australia o Nueva Zelanda), "imperialismo" se refiere a la colonización y administración de un

territorio habitado principalmente por población nativa por parte de un estado extranjero, con el

propósito de explotar sus recursos económicos. Esto a menudo involucra la presencia militar

destinada a someter a estos nuevos territorios. Es importante destacar que estos conceptos

presentan matices y alcances diversos, lo que ha dificultado llegar a un consenso en la literatura

académica.

La colonización de la mente, se refiere a despojar a la mente de los andinos de sus raíces

culturales ancestrales, y es una manifestación contraria a lo nacional y a lo ancestral.

Internamente, resultó en la desvalorización de lo autóctono, incluyendo nuestra comida y

nuestros profesionales, entre otros aspectos. La colonización espiritual incrustó en las personas

una preferencia por influencias extranjeras. En el ámbito educativo, Franz Tamayo (1944) acuñó

el término "bovarismo educativo" para describir la inclinación hacia modelos educativos

extranjeros, la imitación de tendencias foráneas y su aplicación rígida en la educación de niños y

jóvenes, limitándose de manera restrictiva.

Generando un impacto profundo que las narrativas históricas y culturales ejercen sobre

nuestra percepción del mundo y de nosotros mismos. A continuación, explicaremos cómo las

narrativas históricas y culturales han colonizado nuestras mentes:

Construyen una realidad aceptada en una sociedad. Estas narrativas proporcionan un

marco de referencia común que define lo que se considera verdadero, importante y relevante. A
medida que estas narrativas se transmiten de generación en generación, moldean la percepción

colectiva de la realidad.

Imponen una perspectiva de los vencedores o dominadores. Esto impone una perspectiva

particular sobre los eventos pasados y los protagonistas, marginando las voces de los

colonizados, oprimidos o marginados. La narrativa dominante tiende a minimizar o ignorar las

experiencias y contribuciones de estos grupos.

Definen identidad y pertenencia, jugando un papel fundamental en la formación

individual y colectiva. Estas narrativas definen lo que es "normal" en una sociedad, lo que

incluye valores, creencias y comportamientos. A menudo, aquellos que no se ajustan a esta

norma cultural pueden sentirse excluidos o marginados.

Refuerzan estereotipos sobre grupos específicos de personas. Esto ocurre cuando las

narrativas presentan a ciertos grupos de manera negativa o reduccionista, lo que puede llevar a

prejuicios y discriminación.

Limitan la perspectiva de las personas, cuando las narrativas históricas y culturales se

aceptan acríticamente. Esto puede llevar a una comprensión estrecha y simplista del mundo, sin

considerar las múltiples perspectivas y experiencias que existen.

Perpetúan mitos y falacias que se han pasado de una generación a otra a lo largo del

tiempo. Esto puede incluir la idealización de ciertos eventos históricos o la demonización de

otros, lo que distorsiona la comprensión de la historia y de la realidad.

Las repercusiones de la colonización en los países colonizados se manifestaron a través

de la estigmatización de su población nativa, particularmente los indígenas. Esta estigmatización

fue una herramienta de dominación y sumisión utilizada por los colonizadores. Los indígenas

fueron etiquetados como impermeables a la ética, carentes de valores y vistos como enemigos de
los valores civilizatorios; en resumen, se les consideró un mal absoluto (Saravia, 1994). Esto

planteó la cuestión de si el objetivo del colonizador era exterminar a los indígenas o asimilarlos a

su cultura. La mentalidad colonial optó por lo segundo, ya que la mano de obra gratuita y la

servidumbre eran de gran interés para los colonizadores, y las políticas estatales se centraron en

procesos de asimilación bajo el pretexto de la civilización.

La política de asimilación implicó la adaptación de las sociedades originarias a la

civilización europea citadina del país colonizador. En el ámbito de las relaciones sociales, esto

llevó a la creación de estereotipos y estigmas dirigidos contra la población de origen andino con

el propósito de hacerles sentir inferiores y sumisos, facilitando así la explotación de su fuerza de

trabajo semigratuita.

En el contexto histórico mencionado, el estigma se convirtió en una herramienta para

desacreditar a nivel social a la población colonizada, provocando su aislamiento en la vida

pública y social y deshumanizando. La estigmatización se basó en la percepción de inferioridad

de la población andina, destacando su supuesta amenaza y los problemas que podrían contagiar a

la población considerada "normal". Se identifican tres tipos de estigmas: físicos, relacionados

con rasgos negativos de carácter y tribales relacionados con raza, nacionalidad y religión. Estos

estigmas afectaron a indígenas, cholos y mestizos, sirviendo como base para la literatura

degradante dirigida a esta población mayoritaria.

El estigma, en este contexto, se convirtió en una herramienta de descalificación social

que indujo el autoaislamiento en la vida pública y social y la deshumanización de la población

colonizada. El estigma se refiere a la percepción de un individuo como menospreciado y

desacreditado, y tiene un carácter profundamente despectivo. La estigmatización se convirtió en

una ideología que justificaba la inferioridad percibida de la población andina y destacaba la


supuesta amenaza que representaban, así como los males que podían contagiar a la población

"normal" (Goffman, 1963). Se identifican tres tipos de estigmas: en primer lugar, la

estigmatización física relacionada con deformidades del cuerpo; en segundo lugar, los estigmas

relacionados con defectos de carácter, como la falta de voluntad, pasiones tiránicas o

antinaturales, creencias rígidas y falsas, y la deshonestidad; y en tercer lugar, los estigmas

tribales relacionados con raza, nación y religión transmitidos por herencia, que contaminan a

todos los miembros de la familia por igual. Muchos de estos rasgos negativos se aplicaron a la

personalidad de los andinos, incluyendo indígenas, cholos y mestizos. Estos rasgos

descalificadores sirvieron como base para la literatura degradante dirigida a la población

mayoritaria de indígenas, cholos y mestizos.

La colonización de la mente ha tenido un gran impacto cultural y social en la identidad

poscolonial.

Este tipo de colonización es un concepto ampliamente debatido en los círculos

académicos y críticos poscoloniales. Es, además, un fenómeno que se refiere a la internalización

de los valores, las creencias y las estructuras de poder impuestas por las potencias coloniales en

las culturas subyugadas. Haciendo que la colonización de la mente haya dejado una huella

profunda en las identidades culturales poscoloniales, perpetuando desigualdades y desafíos

persistentes en el mundo contemporáneo.

La colonización de la mente se manifiesta en diversas formas, desde la adopción de la

lengua y la religión del colonizador hasta la internalización de la inferioridad cultural y la

negación de la propia herencia. A través de la imposición de sistemas educativos y narrativas

históricas sesgadas, las culturas coloniales han logrado subyugar y controlar no solo los aspectos
materiales de la vida de los pueblos colonizados, sino también sus cosmovisiones y estructuras

de pensamiento.

Esta internalización de la supremacía cultural del colonizador ha llevado a la

desvalorización de la diversidad cultural y al debilitamiento de las identidades locales. La

pérdida de narrativas propias y la adopción de una visión del mundo colonizado han creado una

brecha entre las generaciones poscoloniales y sus raíces culturales, perpetuando un sentimiento

de inferioridad y falta de autoestima en las comunidades subyugadas.

Para contrarrestar los efectos de la colonización de la mente, es crucial fomentar un

diálogo intercultural que reconozca la importancia de preservar y promover la diversidad

cultural. Esto implica el fortalecimiento de las identidades locales, la revitalización de las

tradiciones culturales y el fomento de una educación que reconozca la importancia de una

historia global equitativa. Solo a través de la valoración y celebración de la diversidad cultural se

puede avanzar hacia un mundo más justo y equitativo, donde todas las identidades culturales

sean reconocidas y respetadas en igualdad de condiciones.

La colonización de la mente en América Latina ha dejado una marca indeleble en la

identidad y la cultura de la región. Desde la llegada de los colonizadores europeos hasta los

efectos persistentes del neocolonialismo, las sociedades latinoamericanas han luchado contra la

imposición de valores y estructuras de poder foráneas. Así mismo, la colonización de la mente ha

influido en la identidad cultural latinoamericana, así como los esfuerzos de resistencia para

preservar y revitalizar las tradiciones locales.

En América Latina se ha manifestado a través de la imposición de idiomas, creencias

religiosas y sistemas de gobierno que han subvertido las estructuras sociales y culturales

preexistentes. La devaluación de las cosmovisiones indígenas y la imposición de una jerarquía


racial y cultural han generado complejos sistemas de opresión que perduran hasta la actualidad.

La dependencia económica de las potencias extranjeras y las intervenciones políticas han

perpetuado una mentalidad de inferioridad y sumisión en las poblaciones locales.

A pesar de estos desafíos, América Latina ha sido testigo de un resurgimiento de

movimientos de resistencia cultural y política. La revitalización de la lengua y la cultura

indígena, junto con un mayor énfasis en la educación que valora la diversidad cultural, ha

permitido a las comunidades latinas recuperar su identidad y reconstruir narrativas históricas

alternativas. Los movimientos indigenistas y los esfuerzos por el reconocimiento de los derechos

humanos y la justicia social han desafiado la narrativa dominante y han promovido una visión

más inclusiva y equitativa de la identidad latinoamericana.

La colonización de la mente en América Latina ha dejado profundas cicatrices en la

psique colectiva, pero también ha dado paso a una resistencia y resiliencia cultural notable. La

revitalización de las tradiciones indígenas y el fortalecimiento de la identidad cultural local han

sido pilares fundamentales en la lucha por la autodeterminación y la emancipación de las

influencias coloniales. Es crucial continuar fomentando un diálogo intercultural que reconozca la

importancia de preservar la diversidad cultural y abogar por la igualdad de todas las identidades

en América Latina.

En el caso de Perú podemos ver la colonización en la resiliencia cultural y que en la

actualidad se busca la revalorización de la identidad nacional.

La historia del Perú está marcada por siglos de colonización y subyugación cultural que

han dejado una profunda huella en la psique colectiva del país. Desde la conquista española hasta

los efectos persistentes del colonialismo cultural contemporáneo, la colonización de la mente en


el Perú ha afectado la identidad y la percepción de la propia cultura. Es así como este fenómeno

ha moldeado la sociedad peruana y los esfuerzos por resistir y revalorizar la identidad nacional.

La colonización de la mente en el Perú se refleja en la internalización de la inferioridad

cultural y la marginación de las tradiciones indígenas ancestrales. La imposición de la lengua y la

religión españolas, junto con la denigración de las cosmovisiones andinas, ha llevado a una

profunda alienación de la identidad cultural original. La estructura social jerárquica heredada de

la colonia continúa perpetuando la desigualdad y la exclusión en diversas esferas de la vida

peruana.

Sin embargo, el Perú ha sido testigo de un resurgimiento cultural y una mayor conciencia

de la importancia de preservar y revalorizar su herencia ancestral. Los movimientos indígenas,

las organizaciones culturales y los esfuerzos por una educación inclusiva y diversa han desafiado

la narrativa dominante y han fomentado un mayor respeto por la diversidad cultural del país. La

promoción de la literatura y el arte indígena, así como la protección de los sitios arqueológicos y

las tradiciones orales, han contribuido a fortalecer la identidad peruana y construir una visión

más inclusiva de la historia nacional.

A pesar de los efectos persistentes de la colonización de la mente en el Perú, la resiliencia

cultural y los esfuerzos por revalorizar la identidad nacional han demostrado la fuerza y la

vitalidad del patrimonio peruano. Es fundamental continuar promoviendo la preservación de la

diversidad cultural y fomentar un diálogo intercultural inclusivo que reconozca y celebre las

diversas contribuciones a la rica historia del país. Sólo a través de la valoración y el respeto

mutuo se podrá construir una sociedad peruana más equitativa y cohesionada.

La descolonización es el desarrollo para llegar a independizarse de una colonia o

territorio de una nación extranjera dominante que se encuentra en un estado de dependencia en


diferentes aspectos. Esta expresión apareció tras el término de la II Guerra Mundial, para

referirse al proceso sociopolítico impulsado por las Naciones Unidas para acabar con el

colonialismo, primordialmente europeo, que había conseguido la independencia de muchos

países. países y territorios.

El proceso de descolonización se da desde mediados del siglo XX, la descolonización ha

exigido la autodeterminación de las naciones coloniales. Sin embargo, las Naciones Unidas

todavía conservan 17 territorios no autónomos.

La descolonización fue el proceso mediante el cual las colonias obtuvieron su

independencia de sus países de origen europeos. Se originó en África y Asia a mediados del siglo

XX y pedía la autodeterminación de los pueblos colonizados. Aunque la mayoría de ellos

lograron la independencia en el último siglo, 17 territorios siguen descolonizados, incluido el

Sáhara de Occidente y la última colonia de africanos. Las demandas de descolonización siguen

siendo válidas: van desde la soberanía política y económica hasta la ruptura de las normas de

belleza y el reconocimiento de las tradiciones, culturas e idiomas locales.

A partir del siglo XV y principalmente del XIX, las naciones europeas comenzaron a

expandir sus colonias en América, en Asia y África. El colonialismo mejoró la globalización al

abrir rutas comerciales, compartir tecnología e ideas y estimular las economías de los países

anfitriones. Pero, este progreso se produjo a costa del dominio europeo y de sus colonias, lo que

llevó a la explotación económica y la esclavitud del pueblo colonial, que soportó malos tratos y

esclavos.

La ONU, fue clave en la descolonización ya tuvieron un papel primordial en el proceso

de descolonización desde su fundación en 1945. Al final de la Segunda Guerra Mundial, se

calculaba que un tercio de la población mundial vivía en territorios coloniales. En 1960, la


Asamblea General aprobó la Resolución 1514, conocida como "Declaración por la que se

concede la independencia a las naciones y pueblos coloniales", que marcó el inicio del proceso

de descolonización, supervisado por un Comité Especial para tal fin. Desde la fundación de las

Naciones Unidas, más de 80 países han logrado la independencia, pero todavía hay 17 territorios

que no son autónomos. La organización continúa sus esfuerzos de descolonización mediante el

desarrollo de planes de acción decenales, el más reciente para 2020 a 2030.

El impulso de la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría se da después de siglos de

dominio, surgió la oportunidad de la descolonización durante la Segunda Guerra Mundial.

Potencias europeas como Francia, Bélgica y Gran Bretaña fueron amenazadas o incluso

ocupadas por la Alemania nazi. Sus residentes coloniales participaron en la guerra con la

esperanza de obtener más tarde la independencia, pero las madres patrias se negaron. Como

resultado, las élites intelectuales coloniales aprovecharon la debilidad de Europa después del

conflicto para lanzar movimientos nacionalistas y anti coloniales.

Estos movimientos cobraron impulso durante la Guerra Fría, apoyados por dos nuevas

potencias mundiales: EEUU y la Unión Soviética. Estos países cuestionaron el sistema colonial y

apoyaron la independencia de las nuevas naciones. Sin embargo, las disputas ideológicas y

geopolíticas entre ambos bloques reemplazaron el colonialismo europeo por el imperialismo

estadounidense y soviético.

Muchos líderes anticoloniales que también se opusieron al imperialismo durante la

Guerra Fría se reunieron en una conferencia en Bandung, Indonesia, en 1955. Inspirándose en

figuras anteriores como Mahatma Gandhi en la India y su desobediencia civil durante el período

colonial británico, entre los líderes destacados se encuentra Gamal Abdel Nasser, soldado y

estadista egipcio, defensor del socialismo árabe y promotor del panarabismo.


El proceso de descolonización a menudo encontró resistencia por parte de los países

metropolitanos. Francia es un ejemplo destacado. Después de comenzar en la Segunda Guerra

Mundial, los argelinos esperaban tener los mismos derechos que los franceses, pero todavía se

les consideraba ciudadanos de segunda clase. Esto condujo a la Guerra de Independencia de

Argelia (1954-1962), en la que murieron aproximadamente un millón de personas. Tras la

independencia, un millón de colonos franceses fueron expulsados del país.

El Imperio Británico optó por medidas diplomáticas porque era consciente del creciente

descrédito del colonialismo. Negoció de forma independiente con sus colonias y promovió la

Commonwealth, una organización de 54 naciones que promovía la cooperación entre Gran

Bretaña y sus antiguas colonias. En cualquier caso, la descolonización expuso la brutalidad y la

destrucción del período colonial, como el genocidio en el Congo belga. También promovió el

término "Sur Global" para referirse a la mayoría de los países en desarrollo independientes.

Muchos de estos países se han involucrado en el neocolonialismo, la explotación de sus recursos

por naciones y empresas de países desarrollados.

Además de la guerra y la represión policial por parte de las autoridades coloniales, la

resistencia a la descolonización podría tener muchas causas y actores diferentes como grupos

raciales minoritarios que se oponen a ser independientes por miedo a perder ciertos privilegios o

quienes se beneficiaron de la colonización y ahora, después de la independencia, pueden verse

expulsadas u oprimidas por nuevas potencias nacionales.

Un municipio puede oponerse a la independencia de sus colonias por motivos étnicos

(imperio colonial), de prestigio, económicos o culturales. Podría iniciar un proceso de

asimilación administrativa para impedir esta independencia. El caso de España convirtiendo sus

colonias africanas en provincias.


Vale la pena señalar que los ejércitos y las fuerzas policiales coloniales canibalizaron a

los soldados indígenas que fueron utilizados para atacar a estos grupos independientes, como fue

el caso de la población indígena de las Américas que se unieron a las tropas españolas en las

guerras de independencia latinoamericanas y los pueblos indígenas.

Luego de ver lo que es la descolonización nos preguntamos esto que tiene que ver con la

mente.

¿Esto qué tiene que ver con la forma en la que se dan los servicios de salud mental?

Esto ya es ver el tema de manera psicológica porque nos preguntaremos, o quizá que

tiene ver que la descolonización con la mente o la salud mental, cuando en el colegio más que

nada hablamos de cultura o hechos históricos que han pasado ya años pasados, esto muchas

veces no nos hemos dado cuenta que tiene un efecto en cada persona en su manera de interpretar

dicha información, y que muchas veces se sienten mal o se sienten oprimidos por la información

que reciben, y esto estoy más que segura que no lo sabíamos, no sabíamos que todo esto puede

llegar a afectar nuestra mente, claro no siempre de manera negativa pero cada persona reacciona

de manera diferente, por lo cual se considera que la salud mental debería de ser prioridad en las

estudiantes.

Debido a los orígenes dominantes de la psicóloga en la formación académica se dé sesgos

racistas, clasistas, misóginos, colonialistas y capacitistas.

Al ver las teorías y algunos de los funcionamientos históricos que se enseñan, como la

opresión a distintas personas, esto termina siendo un trabajo para los psicólogos donde ven el

caso individualmente, casi nunca exigen esto las instituciones en las que decidimos formarnos.

Debido a que muchas de las instituciones no cuentan con psicólogos, muchos de los que

son terapeutas van a realizar sus servicios sin tener en claro las problemáticas que se da en la
sociedad o que ya se dieron, así como también las desigualdades que existe en nuestro país, estas

causas muchas veces determinan la salud mental de los pacientes.

Ponemos como ejemplo a Colombia, se ve a falta de coherencia entre lo dicho y lo

realizado, esto debido a la mala interpretación que hacen con respecto a la salud mental del

estado. Lo que es estado colombiano planteo como normas no han sido cumplidos solo quede

escrito en papeles mas no desarrollados esto conllevo a que la salud mental en el estado sea muy

deficiente.

De igual manera se vio con la ley 1616 de 2013 la cual tenía como objetivo

garantizar el pleno derecho de la salud, pero esto no se cumple, todo estas leyes

solo quedan en papeles en escrituras que muchas veces no tienen el suficiente

valor o poder del mismo gobierno para darle valor y hacer que la salud mental

debe de estar en todo ámbito de la educación.

Gracias a unos estudios realizados se pudo notar que en el año 2003 más del 40% de los

habitantes colombianos entre los 18 y 65 años de edad habían sufrido trastornos mentales. Al

2015 se hizo otra encuesta, dando como resultado que 10 de cada 100 personas adultas y 12 de

cada 100 personas en la etapa de la adolescencia presentan signos de enfermedades que tienen

que ver con la mente. Entonces esto hace ver que el dicho país las enfermedades mentales no se

están priorizando, los psicólogos no están teniendo trabajo, no están desarrollando su vocación, y

esto a que se debe más que nada esto es porque el estado no está priorizando la salud mental en

la población mucho menos en la educación de los estudiantes.

Y si hablamos cuanto invierten en la salud mental aquí un dato, la Organización Mundial

de la Salud dio a conocer que en la mayoría de los países solo se invierte un 2% de los totales de

recursos que se obtiene para la salud, dando como resultado a un $3 USD por cada habitante
incluso menos de ello, aun peor ocurre en aquellos países que tienen bajos recursos donde se

invierte un $0,25 USD por habitante. Debido a la poca inversión a la salud mental no se cuenta

con suficientes psicólogos, psiquiatras, o enfermeras, lo cual esto de alguna manera también

obstaculiza aún más la atención al público.

Descolonizar la salud mental debería dejar de ser utopía y ser una obligación para todos

los gobiernos. Se debería dar acceso oportuno y así como una atención de calidad en el sistema

de salud; se necesita el acceso a programas de prevención, atención y promoción de la salud

mental con enfoque de género. Además, se requieren más profesionales de psicología calificados

y competentes, donde aporten a una solución de las problemáticas en la salud mental.

La descolonización mental en el Perú se refiere a un proceso de reflexión y acción

destinado a desafiar y desmantelar las estructuras de pensamiento, valores y sistemas de

creencias que tienen sus raíces en la colonización y que continúan influyendo en la sociedad

contemporánea. Este concepto aborda las percepciones, la identidad y la cultura de las personas,

buscando romper con las narrativas y las prácticas impuestas durante el período colonial y que

persisten en la sociedad actual.

En el contexto peruano, la descolonización mental implica cuestionar y reevaluar las

instituciones, las prácticas culturales y las normas sociales que se originaron durante la

colonización española y que han perpetuado desigualdades, discriminación y marginación. Esto

incluye promover un mayor reconocimiento y valoración de la diversidad cultural, étnica y

lingüística del país, así como fomentar la preservación y revitalización de las tradiciones y

conocimientos ancestrales de las comunidades indígenas.

La descolonización mental en el Perú también busca promover la justicia social, la

igualdad de derechos y oportunidades para todos los ciudadanos, independientemente de su


origen étnico o cultural. Este proceso implica el fortalecimiento de la identidad nacional, el

reconocimiento de las contribuciones de las culturas indígenas a la sociedad peruana y el

fomento de un diálogo intercultural inclusivo y respetuoso.

Diversos movimientos sociales, organizaciones indígenas y académicos en el Perú han

estado trabajando para promover la descolonización mental a través de la educación, la

promoción de los derechos indígenas, la difusión de la historia y la cultura indígena y la creación

de políticas que reconozcan y valoren. la diversidad cultural del país. Este es un proceso

complejo y continuo que implica el compromiso de toda la sociedad para superar las barreras y

desigualdades impuestas por el legado colonial.

En conclusión, la descolonización mental es un proceso esencial en la búsqueda de la

autenticidad, la igualdad y la justicia en una sociedad diversa y globalizada. Implica cuestionar

las narrativas históricas sesgadas, los estereotipos arraigados y los prejuicios culturales que han

perpetuado la opresión y la discriminación. A medida que liberamos nuestras mentes de estas

constricciones, nos empoderamos para abrazar la diversidad, promover la igualdad y construir

una sociedad en la que todas las voces sean escuchadas y todas las identidades sean respetadas.

La descolonización mental es un llamado a la justicia, la inclusión y la humanidad. Nos

invita a cuestionar las estructuras de poder que perpetúan la desigualdad y a forjar una identidad

más auténtica y libre. En un mundo cada vez más diverso, la descolonización mental es un acto

de liberación intelectual que nos permite construir un futuro en el que todas las personas tengan

la oportunidad de vivir una vida plena y auténtica, sin importar su origen, género o cultura. Es un

camino hacia una sociedad más justa, igualitaria y enriquecedora.


REFERENCIAS

https://www.elsaltodiario.com/burkina-faso/abdoulaye-diallo-descolonizacion-mental-

precede-otras-descolonizaciones

https://www.teseopress.com/palabrasclavefronteras/chapter/colonizacion/

http://www.scielo.org.bo/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2223-

30322009000100009#:~:text=La%20colonizaci%C3%B3n%20mental%20es%20el,nuestros%20

profesionales%2C%20etc.).

https://repositorio.umsa.bo/bitstream/handle/123456789/19804/TM-

4302.pdf?sequence=1&isAllowed=y

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