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Miller, T., Yúdice, G. (2004). Introducción. Historia y teoría de la política cultural.

En Política cultural
Leidy Bermúdez Quiroga
Basándonos en una visión estética, la cultura se le considera un indicador de las diferencias y similitudes en el gusto,
el estatus y las sensibilidades entre los grupos sociales, identificando los elementos que articulan las poblaciones,
como, las clases sociales tienen capital cultural o no lo tienen. Desde una mirada antropológica, se entiende la cultura
en la manera que vivimos, en el sentido de pertenencia que tenemos hacia los lugares que habitamos y en como los
sentimos, lo que nos hace más humanos, como los idiomas, las religiones, las costumbres. La cultura política, es
aquella que genera un puente entre lo estético y lo antropológico, los autores, Miller, Yudice (2004) trazan una línea
del tiempo, en el campo de la gestión cultural occidental, mostrando rasgos desde el feudalismo, hasta el estado
moderno. P13 par 3; “De qué modo, el estado moderno comenzó a preocuparse por el individuo” Foucault. Donde los
autores observan como la cultura poco a poco se convierte en un bien común mediante manifestaciones, expresiones
culturales como la producción de literaturas nacionales y la unificación del lenguaje, también lo hizo la ciencia y el
gobierno, generando nuevas relaciones, legales-ambientales bajo la concepción de administración cívica y económica.
Las políticas culturales, concilian identidades culturales antagónicas, los autores definen a estas políticas privilegiadas
por la hegemonía, ya que se trasciende los intereses particulares. Durante la historia se ha utilizado la cultura con fines
propagandísticos durante las guerras. Las culturas políticas se convierten entonces en autoritarias, definiendo las
nuevas posiciones del sujeto, como inmigrante, genero, etnia, raza entre otras. Lo gubernamental y el gusto, se
fusionan para formar estilos respetables de comportamiento, tanto como acciones individuales, como a la sociedad en
colectivo. Se empezó a enseñar un valor por la nación, para evitar la lucha de clases, y se fue buscando una calidad de
vida urbana, también el uso de vigilancia, a señalar los aspectos irracionales de la conducta, los impulsos, su
proclividad a cometer locuras, y crear sujetos ciudadanos públicos, manejables y moderados. Sean burgueses o
populares, debían valer los legítimos intereses del gobierno. P26 Par1; “No basta con decir a los ciudadanos: sean
buenos; es preciso enseñarles a serlo (1975: 130)” Rousseau.
La cultura de masas, es ese giro pos moderno, dramático, que paso de ser “la ciudadanía racional” a ser “la sociedad
del espectáculo”. La burocracia, las ideologías, el culto al consumo y cambios en la vida familiar, condujo a este
periodo como la pérdida de confianza hacia el futuro, el gusto por la clase media y el vivir el presente desenfrenado.
“Los momentos decisivos de la historia, van acompañados de estímulos (1998:240)” Walter Benjamín. En la década
de 1850, se impuso el proteccionismo cultural, en búsqueda de promover la identidad nacional a partir de la literatura
local, generando el concepto de cultura popular, que recorría la radio, el cine y museos etnográficos. La política
cultural crea zonas de memoria y de aprendizaje públicos, regulando el pasado de una forma predeterminada según los
intereses del presente, para reconstruir la historia, diferentes países utilizaron estas herramientas, como la política
cultural para generar nuevas identidades nacionales, como los autores describen en la P38 Par2; La constitución
Mexicana de 1917, anunciaba un proyecto de educación en masa, de expresiones artísticas, de elevar sus exponentes
en el muralismo, y de éste configurar el rostro público de México. La ciudadanía ideal se desplega en tres ramas, lo
político, lo económico y lo cultural, la ciudadanía política, se comprende en el derecho al voto, en la representación
gubernamental y en la seguridad física. La ciudadanía económica es la encargada del empleo, la salud, las pensiones,
y usar el estado como agente de inversión. La ciudadanía cultural, es la que se encarga del mantenimiento y del
progreso cultural, la educación, el lenguaje, las costumbres, la religión, las olas migratorias, la clase media, y su papel
en el nacionalismo. Situaciones de inmigración y multiculturalismo, han sido factores a definir en la ciudadanía,
hablando de una nueva forma de ser ciudadano, donde el nacionalismo por su estado nación no se puede colocar en
fidelidad. Las concepciones ortodoxas de las ciudadanías occidentales, como fijas, nacionalistas no problemáticas, ven
a los inmigrantes como puntos de quiebre en la lealtad de las políticas, ¿Dónde se asienta la lealtad de los
inmigrantes? En el caso de estados unidos, los inmigrantes son quienes contribuyen a la formación de culturas
populares, el recuerdo de lo perdido (por elección). Esto implicó que la ciudadanía ya no se viera fundamentada
solamente en el suelo, sangre o cultura, sino que esta multiculturalidad y los nuevos nacionalismos sin fronteras,
generaron nuevas versiones de identidad y de ciudadanía supranacionales, lo vemos en entidades como (Mercosur)
(UE), que toman decisiones que trasnversalizan diferentes naciones.
El texto de Miller y Yúdice, refleja las comprensiones de nuevas formas de hacer cultura, guiadas o no por el estado o
el mercado, mostrando las coyunturas que ha dejado la globalización y el culto al consumo, estas situaciones le
permiten al sujeto construirse a sí mismo, pero también deja el libre albedrío de vivir el capitalismo y uso
indiscriminado como criterio de vida. Para mi tesis este texto me ha confrontado, teniendo ahora diferentes
percepciones sobre lo que realmente es cultura, y más hablando de una cultura afro pacifica, me cuestiona si en
realidad ha sido desde sí mismos, hablo de la creación de su cultura, o ha sido una herramienta burocrática estatal para
delimitarlos geográficamente y volverlos ciudadanos de bien, como lo planteaba Rousseau, también, teniendo en
cuenta que es una región abandonada por el estado en cuanto a derechos fundamentales, pero talvez, este abandono
sea parte de las nuevas ciudadanías y acciones del estado, ignorando voluntariamente que es el paso más importante a
la exportación de cocaína a Centroamérica, ¿hasta qué punto la cultura es inocente? ¿Qué tantas acciones toman el
estado nación, justificándose en cultura para actuar o no hacerlo?

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