Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
CARRERA DE MEDICINA
DEPARTAMENTO DE SALUD
UNIVERSIDAD DE LA MATANZA
Prólogo
Este manual de grado pretende ser una publicación en busca de alumnos
interesados en los problemas de salud de los ancianos. Éstos últimos -según
nuestra percepción-, no han encontrado aún en nuestro medio académico, el interés
y la presencia necesaria, a juzgar por lo que puede observarse, atento a la
producción literaria dedicada al mundo médico, aún en las librerías y/o bibliotecas
tradicionales.
Como podrá comprobarse, los temas desarrollados en esta obra aún no están del
todo integrados a la currícula de formación de grado, no obstante un notable y
creciente reconocimiento de su necesidad.
Las personas mayores de 65 años se están transformando, por obra del incremento
en su proporción dentro de la población global, y también en sus números
absolutos, en una población que está demandando (o clamando) una mayor y mejor
atención médica, más específicamente educada, preparada y orientada a
comprender la singularidad y la complejidad de las situaciones (tanto las normales
como patológicas), que acompañan al envejecimiento humano.
Atte.
CAPÍTULO 1.
El concepto de una sociedad para todas las edades, formulado como tema del Año
Internacional de las Personas de Edad, que se celebró en 1999, tenía cuatro
dimensiones: el desarrollo individual durante toda la vida; las relaciones
multigeneracionales; la relación mutua entre el envejecimiento de la población y el
desarrollo; y la situación de las personas de edad. El Año Internacional de la vejez
contribuyó a promover la conciencia de esos problemas, así como la investigación y
la acción en materia de políticas, en todo el mundo, inclusión hecha de los esfuerzos
por incorporar las cuestiones relacionadas con el envejecimiento a las actividades
de todos los sectores y promover oportunidades relativas a todas las fases de la
vida. En las principales conferencias y reuniones en la cumbre de las Naciones
Unidas, los períodos extraordinario de sesiones de la Asamblea General y los
procesos de seguimiento y examen se han fijado metas, objetivos y compromisos a
todos los niveles con el fin de mejorar las condiciones económicas y sociales de
todos. Ello establece el contexto en que deben situarse las contribuciones e
inquietudes concretas de las personas de edad. Aplicar sus disposiciones permitiría
a las personas de edad contribuir plenamente al desarrollo y beneficiarse de él en
condiciones de igualdad. En todo el Plan de Acción Internacional sobre el
Envejecimiento, (Madrid 2002), se plantean varios temas centrales que están
vinculados a esas metas, objetivos y compromisos, entre ellos:
a) La plena realización de todos los derechos humanos y libertades fundamentales
de todas las personas de edad.
Transición demográfica
En casi todos los países, la transición fue el resultado de una significativa caída en
las muertes por infecciones (TBC, Diarreas, sepsis puerperales) que afectaban a
jóvenes y mujeres, produciendo significativos aumentos en la extensión de la vida
por estas “muertes evitadas”, y la consecuente instalación de aquellas causas
letales que afectan a personas mas envejecidas, enfermedades cardiovasculares
incrementadas por el aumento del consumo de tabaco por hombres (con un
crecimiento coincidente de enfermedades neoplásicas de pulmón).
En la actualidad, por citar algún ejemplo, se espera que todos los nacimientos (sean
hombres o mujeres) que se producen en Suecia y Japón, salvo una pequeña
proporción (+/- 15%), vivan más allá de sus 80 años.
Las mujeres de edad superan a los hombres de edad, y cada vez más a medida que
la edad aumenta. La formulación de políticas sobre la situación de las mujeres de
edad debería ser una prioridad en todas partes. Reconocer los efectos diferenciales
del envejecimiento en las mujeres y los hombres es esencial para lograr la plena
igualdad entre mujeres y hombres y para formular medidas eficaces y eficientes
para hacer frente al problema. Por consiguiente, es decisivo lograr la integración de
una perspectiva de género en todas las políticas, programas y leyes. En la mayoría
de los países, las mujeres tienden a vivir más que los hombres, entre 4 y 7 años
más. A esto hay que sumar el hecho de que en la cultura occidental, al menos,
hasta no hace mucho, las parejas que hoy han envejecido se constituían con
hombres varios años mayores que sus esposas. La sumatoria de mujeres más
jóvenes con esposos que mueren antes expone a aquéllas a más largos períodos
de viudez, con características más llamativas del envejecimiento actual: su
predominancia femenina.
Con la segunda Revolución Industrial, a fines del siglo pasado y comienzos del siglo
XX, se sumó a lo observado en Francia la extensión del envejecimiento a las
naciones en vías de industrialización (Europa y EUA), las cuales, además de la
reducción de las tasas de natalidad, fueron beneficiadas con significativas
reducciones de las tasas de mortalidad., principalmente las perinatales y las que
acaecían en la edad adulta. Como ejemplo no exento de curiosidad médica, la
mayor caída de las tasas de mortalidad en los Estados Unidos se produjo en el siglo
XX, entre 1920 y 1930, con una reducción de 1800 a 900x10 a la seis, por año. La
curiosidad es que éste éxito no parece estar asociado a ningún logro de la medicina.
Este proceso de transición demográfica que aconteció entre fines del siglo pasado y
primera mitad del presente, en Europa y EUA, y que tuvo lugar más tardíamente en
el subdesarrollo, sucedió aquí, en momentos históricos diferentes, con velocidades
de crecimiento diferentes, y obviamente, en contextos socioeconómicos y sanitarios
diferentes. La importancia ponderal de este incremento poblacional se relativiza al
analizar, aún someramente, la rapidez con que estas transformaciones están
ocurriendo, en particular en el mundo en desarrollo, en el cual este envejecimiento
no solo no ha culminado aún, sino que, por el contrario, recién está comenzando.
Uruguay y Argentina, junto con Cuba y los países caribeños de habla inglesa,
presentan un comportamiento demográfico gracias al cual la proporción de ancianos
no se alterará significativamente. Pero en Venezuela, Colombia, México, Perú,
Guatemala, Brasil y Chile, al igual que en los países del sudeste asiático y el África
subsahariana, el porcentaje de incremento de sus poblaciones añosas hasta
alcanzar sus respectivas madureces, se hará en tiempos mucho más breves que el
empleado por los países desarrollados.
Francia tardó 150 años para doblar su proporción de viejos, del 7 al 14%. Brasil, por
citar un ejemplo próximo, en 1950, con una población total de 52 millones de
habitantes, ocupaba el 16° lugar por su población anciana > de 60 años. Las
proyecciones para el 2025 lo colocarían en el 6° lugar del planeta referente a su
cantidad de ancianos. Mientras la población general en ese lapso se estará
multiplicando por 5, los ancianos lo harán 16 veces.
Introducción
A nadie le resulta ajeno que a medida que la edad avanza el individuo que esta
envejeciendo va perdiendo capacidad para responder de igual manera a cuando era
joven frente a las situaciones de la vida cotidiana. Existe una pérdida en las
capacidades funcionales que hacen que un sujeto deba adaptarse continuamente al
medio para poder sobrevivir exitosamente, y algunas de ellas a su vez pueden
influenciarse de acuerdo al estilo de vida que el sujeto haya llevado a lo largo de su
vida, por ejemplo no es lo mismo una vida sedentaria que una vida activa haciendo
actividad física regular. El primero seguramente tendrá menos masa muscular
desarrollada y la velocidad de su marcha será más lenta al envejecer, y el segundo
tendrá una altura del paso y una velocidad de la marcha normal, con un desempeño
en su medio ambiente adecuado. Así un proceso fisiológico cualquiera sufre una
caída progresiva a un ritmo particular a lo largo de la vida y algunos de ellos pueden
ser modificados para bien o para mal. Pero si tomamos una función como la fuerza
muscular de los miembros inferiores, veremos que de acuerdo a cómo haya vivido
ese individuo los resultados a lo largo de la vida y sobre todo en los últimos años
vividos será diferente. Esta capacidad de poder modificar algunas funciones con
hábitos de vida distintos, nos da la oportunidad de actuar cómo agentes de salud
para promover una mejor calidad de vida en los años postremos de la vida, lo que
redundará en un proceso de envejecimiento más saludable del sujeto o la población
que se interviene.
Homeostasis
Temperatura
Sueño
Cortisol
Figura 1
Características de
cada fase del sueño
Lento (o REM) y
Rápida (REM).
Los ancianos alcanzan elevados niveles de presión arterial (PA) por mecanismos un
poco diferentes que los de los jóvenes. El árbol circulatorio del anciano se
caracteriza por arterias mas elongadas, más tortuosas y mecánicamente mas
rígidas (con menor complacencia). A nivel histológico tienen disminución del
componente elástico y aumento de la matriz colágena. Es frecuente que exista
disfunción endotelial, ateroesclerosis y calcificación vascular agregada. Es muy
común la asociación con hipertrofia ventricular izquierda (50 a 60 %) y con
disfunción diastólica cardiaca. Es posible que esta dificultad en el llenado cardiaco
sea el principal responsable del bajo volumen minuto cardiaco, o disminución de la
función de bomba, que es mas frecuente en los ancianos que en los jóvenes.
“La presión sistólica aumenta con la edad mientras que la diastólica tiende a bajar”
Termo regulación
Envejecimiento y defensas
Defensas de Barreras
Piel: El envejecimiento produce alteraciones de la piel que disminuyen
su efectividad como barrera. Una disminución en la acidez de la
superficie y un aumento en la sequedad debido a la disminución de la
secreción de las glándulas écrinas puede alterar la flora normal de la
piel. El groso de la piel esta disminuido lo cual los predispone a úlceras
por presión, abrasiones y laceraciones frente a trauma menores,
puerta de entrada a bacterias, infección y posterior riesgo de sepsis.
Mucosas: Las membranas mucosas del tracto urinario y del árbol
respiratorio también parecen ser menos efectivas en su función de
barrera, teniendo además un aumento en la colonización de las
mismas por organismos Gram negativos. Puede observarse también
alteraciones en el aparato muco-ciliar del árbol respiratorio.
Altura: Las personas tienden a perder altura con la edad. El rango de pérdida y la
edad de comienzo de la misma es muy variable y difícil de estimar. El máximo
posible de la altura se consigue hasta los 30 o 40 años, luego disminuye
aproximadamente 5 cm. Hasta la edad de 80 años. Esto se debe a:
• Arco del pie: Disminución del Arco por debilidad y atrofia muscular
Peso: En hombres el promedio de peso aumenta hasta los 50-60 años y luego
tendería a caer. En mujeres puede no haber esta caída hacia la vejez.
Peso corporal: En hombres, el peso corporal aumenta hasta mediados los 50 años,
y luego declina, con una tasa mas acelerada entre los 60 y 70 años. En mujeres, el
peso corporal aumenta hasta mediados los 60 años, y luego, este declina mas
lentamente que en el varón. Las personas de países menos desarrollados o de
menor nivel educativo no muestran estos cambios; esta diferencia sugiere que
tener menos actividad física y tener una dieta mas abundante y rica en
carbohidratos y grasas puede ser la causa de no tener estos cambios con la edad, o
al contrario cambiar la curva de peso. La evidencia clínica nos muestra que
independientemente de donde provenga esa persona, las características
enumeradas alteran la curva de peso y revierten la tendencia observada en estudios
hechos en países centro-europeos.
Grasa 14%
Grasa 30%
Kg.
o Agua 61%
Litros. Agua 53%
Mineral Óseo 6%
Mineral Óseo 5%
0
25 años >70 años
La piel es el órgano del cuerpo humano que tiene como funciones principales la
protección, excreción, secreción, termorregulación, pigmentogénesis, percepción
sensorial y regulación del proceso inmunológico. Estas funciones están afectadas
por los cambios estructurales de la piel producidas por el envejecimiento (ver tabla
I). Después de la edad media, la mayoría de éstas funciones están reducidas,
algunas hasta un 50-60%, y la susceptibilidad a infecciones está aumentada.
Epidermis:
Dermis:
• efecto cronológico
• factores genéticos
• expresión de genes y su regulación
• radiación solar
• toxicidad del medio ambiente
• dieta
• factores de crecimiento
• hormonas esteroides
• fuerzas mecánicas
• Envejecimiento cronológico de la dermis:
Sistema Osteo-Articulo-Muscular
El peso del cerebro declina con la edad pero esta disminución parece ser más
selectiva que global, y el tamaño cerebral permanece relativamente sin cambios en
ancianos Aunque existe una gran superposición, la atrofia de la corteza cerebral es
moderada y el tamaño ventricular no cambia en ancianos sanos comparado con la
gran atrofia cortical de ancianos con demencia. Entre los 30 y 70 años el flujo
cerebral declina entre un 15 y 20%. Con el envejecimiento existe una pérdida de
neuronas en la corteza, cerebelo e hipocampo. La pérdida de la corteza es zonal. La
cisura Temporal superior puede perder la mitad de sus neuronas, mientras que la
inferior entre un 10 y un 35%. La células de Purkinje en la corteza Cerebelosa se
pierden, excepto en el Locus Ceruleus, y una menos significativa en las estructuras
subcorticales. El número de neuronas en el Putamen se reduce, pero no hay
pérdida significativa en el Hipotálamo, Protuberancia o Médula Espinal. Con el
envejecimiento algunas neuronas disminuyen la densidad de sus conexiones
dendríticas. Esta continúan creciendo pero a una velocidad inferior, lo que sugiere
posibles reconexiones del SNC. Hay hipertrofia glial, principalmente a nivel de la
región sináptica, lo que puede ser un resultado de los cambios relacionados a la
edad en las conexiones sinápticas y en el árbol vascular. Como se menciono antes,
hay acumulo de depósitos de lipofucsina, estando esto mas concentrado a nivel del
Hipocampo y de la Corteza Frontal, siendo mayor la acumulación de células gliales
que en neuronas. La significancia de este pigmento no se conoce bien, pero parece
estar relacionado a los procesos de oxidación intracelular y sus desechos que se
depositarían de esta forma. Las proteínas cerebrales, incluyendo un importante
número de enzimas, que no están relacionadas a la actividad de neurotransmisión,
generalmente disminuyen con la edad. Ejemplos marcados son aquellas que están
involucradas en el catabolismo de la Glucosa y la Anhidrasa Carbónica, una enzima
clave en la detoxificación del Dióxido de carbono. No todas las proteínas están
reducidas, algunas proteínas anormales aumentan con la edad, tales como aquéllas
que se ubican en los ovillos neurofibrilares y en las placas neuríticas. No se han
reportado cambios en la cantidad del ADN, pero el ARN total parece disminuir,
especialmente en algunas regiones cerebrales. Los cambios cerebrales de los
neurotransmisores relacionados a la edad ocurren también en ciertas áreas del
Cerebro. Hay reducción de la Acetilcolina global y especialmente en el Núcleo
Caudado, La Acetilcolinesterasa y la Colinatransferasa están significativamente
reducidas en el Núcleo Caudado, así como los receptores Muscarínicos y
Nicotínicos. El Acido Glutámico esta reducido en la Corteza y en el Tálamo. Los
receptores Serotoninérgicos están reducidos en toda la Corteza, la
Monoaminooxidasa y la Catecol –O-Metil-Transferasa (COMT) están aumentadas
en los Ganglios Basales, el Hipocampo y la Corteza Frontal. Los receptores D1 no
cambian, los D2 y los Beta-Adrenérgicos están reducidos en forma global. Cabe
aclarar que estos cambios no producen patología o alteraciones funcionales, pero sí
acercan el umbral de falla (predisponen) a ciertas condiciones como los trastornos
de memoria, del estado de ánimo o del control neuromotor (Serotonina a la
depresión, Dopamina al extrapíramidalismo y la Acetilcolina a los trastornos de la
memoria).
La atrofia de los elementos del canal auditivo externo produce que el Cerumen se
deshidrate, y aparece más probable el impacto de un tapón de cera, las paredes se
adelgazan y la membrana timpánica aparece deslucida y blanca. Hay cambios
degenerativos en las articulaciones de los huesesillos del oído medio, rigidizando las
mismas, lo que genera menor oscilación. Hay cambios significativos en el oído
interno donde se pierden las células del órgano de Corti, se pierden células
Cocleares, se afina la Membrana Basilar, se afinan los capilares de la Stria
Vascularis (Origen de la Endolinfa) y hay degeneración de los ligamentos Espirales.
La suma de estos cambios produce una pérdida de la audición en las frecuencias
altas y bajas. Hay menos capacidad de fenómeno de “Reclutamiento”. Disminuye la
discriminación sobre todo en charlas grupales. Cae primero la sensibilidad a los
agudos. Estos tres últimos cambios explican porque los ancianos se adaptan con
dificultad a los audífonos (30%). Estos son en realidad amplifonos, por lo cual sólo
aumentan el volumen del sonido, al haber menor capacidad de reclutamiento, los
sonidos se superponen unos a otros y generan “ruido”, lo cual es muy molesto para
la persona. Es bastante habitual ver a los ancianos apagar su ortesis en las
reuniones familiares y esto es debido a que la algarabía que los rodea sólo le suma
ruidos a su audición y no pueden discriminar adecuadamente. Otro fenómeno
habitual es que no escuchan los timbres agudos como la campanilla del teléfono o
las bocinas de los automóviles en la vía pública.
Cavidad oral:
Esófago:
Las fibras musculares del tercio superior del Esófago muestran signos de hipertrofia
más que de atrofia. Los cambios en la capa muscular lisa son su adelgazamiento y
la disminución de las células de los ganglios mientéricos. El término presbiesófago
es usado para describir los cambios por la edad producidos en la motilidad del
órgano. Es habitual de ver ausencia de peristalsis y frecuentemente ondas
repetitivamente no peristálticas, aunque estudios recientes muestran que el cambio
principal en ancianos es la disminución de la fuerza y la amplitud de contracción del
músculo esofágico. Se han descripto también ondas antiperistálticas, pero parecen
estas mas relacionadas a patología, que al envejecimiento en sí.
Estómago:
Intestino Delgado:
Existe una moderada atrofia vellositaria y hay una disminución de las neuronas en la
musculares externa. Evaluaciones directas en la velocidad de la motilidad intestinal
no han mostrado alteraciones importantes debidas a la edad. De todos modos,
después de comer, los ancianos muestran un enlentecimiento a consecuencia de
cambios en la respuesta neurohumoral a los alimentos. La habilidad en absorber
alimentos no cambia significativamente, pero hay disminución en la capacidad de
absorber azúcares, Calcio, y Hierro. Componentes de alta liposolubilidad, como la
Vitamina A, se absorberían más rápido. La actividad de la Fosfatasa Alcalina
Yeyunal disminuye y los niveles de Lactasa caen, pero las otras Disacaradisas no
se ven alteradas. La cantidad de tejido linfoideo disminuye, pero no se ha podido
probar alteraciones en la función inmune.
Intestino Grueso:
Hígado:
Páncreas:
Cambios macroscópicos
Cambios glomerulares
Creat. S x 72
Además:
En mujeres
En hombres:
La palabra geriatría surge por primera vez en 1909, luego de las publicaciones de
Nasher en EE.UU. (Nasher IL. Geriatrics: The diseases of the old age and their
treatments. New York Medical Journal), y los principios que rigen hoy la asistencia
geriátrica provienen de las publicaciones de Marjorie Warren en el Reino Unido, allá
por las décadas de 1930 y 1940.
“No hay duda en absoluto de que estos pacientes han sido inadecuadamente tratados en
el pasado y con frecuencia continúan recibiendo una atención insuficiente y escasa, si es
que reciben alguna, en una atmósfera que pierde la comprensión con su edad y
condición. La profesión médica, habiendo tenido éxito en la prolongación de la vida del
hombre, no debe seguir fallando en asumir la responsabilidad con el anciano enfermo o
que se vuelve débil. Se necesita urgentemente un cambio en la actitud del cuidado y
tratamiento de los enfermos crónicos.”
La explosión demográfica ocurrida durante el siglo XX implica un compromiso para
enfrentar sus posibles consecuencias en todos los aspectos. Desde el punto de
vista médico, en principio, se debe tener en claro que el anciano no es simplemente
una persona mayor de 65 años. En el curso del envejecimiento se producen una
serie de cambios en todos los órganos y sistemas, con la consecuente pérdida de
reserva funcional que hace que los individuos de edad más avanzada sean más
vulnerables a determinadas noxas, como pueden ser una infección, una mudanza o
la pérdida de un ser querido. En la génesis de estos cambios participan tres tipos de
factores que están de alguna manera relacionados entre sí. El primero es
consecuencia de los cambios fisiológicos que no se producen de forma sincrónica.
El segundo factor es la suma de enfermedades crónicas y agudas, que van dejando
su impronta a lo largo del tiempo. Y el tercero deriva del impacto que tienen sobre el
individuo los eventos ambientales y psicosociales. Los ancianos son los que más
utilizan los servicios sociales y de salud, tanto en atención primaria como en otros
niveles, ocupan la mayor proporción de camas hospitalarias, con el mayor índice de
mortalidad, de estancia hospitalaria y mayor número de reingresos. Sin embargo,
las consecuencias del envejecimiento poblacional no pueden reducirse sólo a la
esfera de la salud, sino que alcanzan también el ámbito socioeconómico y cultural.
Desde las décadas de 1950 y 1960, se han venido identificando problemas de salud
específicos de los ancianos no descriptos en la literatura médica habitual,
caracterizados por la presencia de vulnerabilidades, respuestas fisiológicas
decrecientes, declinación funcional, sumatoria de enfermedades, incapacidades y
dependencias, que constituyen hoy en día los “síndromes geriátricos”, y que
necesitan de un cuerpo de conocimiento nuevo para su interpretación y manejo. En
1976 Bernard Isaacs publicó sus “Gigantes de la geriatría, un estudio de los
síntomas en el anciano”, dándonos las bases de interpretación de lo que hoy nos
convoca. La descripción de los mismos se ajusta perfectamente a lo que después
en la evolución del conocimiento configuró las características de los síndromes
geriátricos. Isaacs describió los gigantes como el síndrome de las “cuatro íes”,
“inestabilidad, incontinencia, inmovilidad e incompetencia intelectual”, los cuales se
presentan como una discapacidad instalada, pero que suelen ser expresión final
(final pathway) de múltiples enfermedades crónicas con grados variables de
recuperación. Impactan fuertemente en la calidad de vida de las personas
afectadas, son procesos prolongados que deben ser asistidos en los diferentes
escenarios (hospital, residencias, clínicas de rehabilitación y menos frecuentemente
en atención primaria). El concepto inicial se ha ido modificado a traves del tiempo.
Desde las primeras publicaciones de Isaacs, múltiples autores, con un enfoque algo
diferente de aquél, han añadido otros nuevos “síndromes” a los cuatro primeros: la
malnutrición, la desnutrición, la fragilidad, la deprivación sensorial y la yatrogenia.
Síndrome
Disminución de la Paciente anciano más evento
confusional
movilidad adverso médico o social
Inmovilidad y
Deshidratación
UPP
Negativismo a la
ingesta
VGI
Niveles de
Tratamiento
atención
Prevención secundaria etiológico
Seguimiento
continuo
Consecuencias y
Prevención terciaria
complicaciones
Entonces el uso geriátrico-clínico habitual define como “SG” a aquel que se presenta
como un problema, pero es producido por múltiples causas subyacentes, sumatorias
o concomitantes (ver Esquema 1).
Esquema 1.
Figura 1.
Síndrome geriátrico es aquel que se presenta como un problema, pero es producido
por múltiples causas subyacentes, sumatorias o concomitantes.
Figura 2.
Una característica que define los síndromes geriátricos es que múltiples factores de
riesgo contribuyen a su etiología y, además, muchos de éstos son compartidos por
varios síndromes.
Aunque aún no hay una definición consensuada, fragilidad se define aquí como:
debilidad en la movilidad, alteración del equilibrio, disminución de la fuerza
muscular, alteración de la cognición, la nutrición y la resistencia, es decir, muchas
alteraciones. Además, fragilidad es uno de los síndromes geriátricos que también
pueden dar lugar al desarrollo de más factores de riesgo y más síndromes
geriátricos subsecuentes –fenómeno de deterioro en cascada–. Estos caminos
conducen alternadamente a los resultados finales de la discapacidad, de la
dependencia y de la muerte. Este modelo conceptual proporciona un marco de
unificación y celebra las implicancias importantes para aclarar mecanismos y
estrategias fisiopatológicas del manejo.
Figura 3.
Sin embargo, las personas mayores, ignorando a los clásicos, presentan dos, tres,
cuatro, o incluso más enfermedades diferentes, algunas agudas, algunas crónicas,
algunas transitorias y algunas que requerirán tratamiento de por vida.
No será complicado identificar los escasos ejes históricos a través de los cuales han
transcurrido –y transcurren-, la aparición, desarrollo y evolución de las
especialidades médicas, sobre todo en la impresionante etapa de crecimiento del
último siglo.
Porque:
a.- Siempre hubo ancianos, pero nunca en una magnitud de número y proporciones
de personas envejecidas y muy envejecidas, como en la actualidad. Sus
características y formas de manifestación de enfermedades es francamente
diferente a las del adulto joven. Prácticamente, aparece como un nuevo área del
conocimiento.
b.- El manejo de sus complejidades no son sólo médicas, sino que obligan a la
consideración de impacto sobre la de calidad de vida de las personas envejecidas, y
el amplio rango de su capacidad funcional, (Independencia total vs. Dependiente
absoluto), como así también el grado de interacciones con
perturbaciones/alteraciones psíquicas y sociales. Este “calidoscopio socio-sanitario”
ha obligado a “migrar” el interés y las estrategias médicas tradicionales, hacia otro
tipo de ponderaciones de tipo cualitativo y de conductas (aplicación de escalas,
valoración de capacidad funcional, etc.).Son las “nuevas herramientas”!.
Los ancianos suelen ser portadores de varias enfermedades simultáneas, las que, si
bien se han ido instalando en momentos diferentes, se exteriorizan por acumulación,
en conjunto.
Deberá tenerse presente, además, que la complejidad que conlleva la pluripatología
en estos pacientes, puede incrementarse con nuestras propias intervenciones y
medicaciones. Quizá, la polifarmacia en sí misma, pueda considerarse como una
enfermedad –Iatrogenia medicamentosa-, la cual de hecho, ya comienza a
aparecer en la literatura especializada como un “gigante” más (ver más adelante),
agregado al conjunto original patentizado por B.Isaacs .
En líneas generales, las personas mayores que se enferman, son más propensas a
presentar complicaciones y discapacidades que los pacientes más jóvenes, por
tener aquellos una menor reserva homeostática, u otra discapacidad que puede
empeorar con cada nuevo ataque agudo ó exacerbación de alguna de las
enfermedades crónicas subyacentes.
Además, en las personas mayores, las enfermedades que se instalan “de novo” en
la edad avanzada, lo hacen sobre situaciones previas, por la acumulación de otras
enfermedades, otras discapacidades, otras fragilidades. En éstas situaciones,
aparecen nuevos (por inéditos) conjuntos de patologías que trasciendan los
esquemas tradicionales de abordaje, y mucho mas complicadas a la hora de
diagnosticarlas y tratarlas.
Inmovilidad,
Inestabilidad,
Incontinencia esfinteriana
Impedimento Intelectual (daño cognitivo ó demencia).
Accidentes cerebro-vasculares
Afasia
Deprivación Visual
Deprivación Auditiva
Depresión
Son Multicausales
Presentan un curso crónico
Deprivan de su autonomía e independencia a quienes las sufren
y, por extensión, a sus cuidadores
No responden a tratamientos simples
que las padecen, así como la gigantescas embestidas que ejercen sobre la
independencia de sus víctimas.
La historia clínica
Del contexto;
De la naturaleza del paciente;
De la naturaleza de la enfermedad;
De las preocupaciones del profesional
Del contexto:
En los inicios de la especialidad (c. 1950-60), en Gran Bretaña, los ingresos a las
unidades geriátricas venían precedidas de una visita domiciliariade pre-admisión.
Ello daba una oportunidad ideal para tomar conocimiento de una infinidad de
detalles referidos a los más diversos aspectos de la historia familiar, de sus
condiciones de vida pasadas y actuales, su solvencia de el ó ella, o de sus
allegados en el manejo de las necesidades de la vida cotidiana, alimentación,
higiene y seguridad.
Daño cognitivo
Disfasia expresiva
Anartria
Somnolencia ó confusión
Sedación excesiva
Daño cognitivo
Síndrome depresivo
De la naturaleza de la enfermedad:
Entre los adultos jóvenes, las enfermedades más comunes se instalan por lo
general de una manera mas brusca y rápida (cuadros agudos), y que los privan, aún
en su brevedad, de cumplir con sus obligaciones (deben faltar al trabajo).
Un adulto joven puede dar detalles de día y hora de inicio de un dolor retro-esternal,
mientras que un anciano muy mayor tendrá dificultades para precisar puede cuando
fue la última vez que desistió de bajar ó subir un piso de escaleras, por el dolor de
su cadera derecha.
Por el contrario, otra forma de ayuda para obtener información acerca de cómo ha
evolucionado la enfermedad, es ligar la misma a funciones comunes de la vida
diaria:
Conducir el auto
Viajar en bus
Cruzar una avenida/carretera
Visitar familiares, parientes, amigos
Ir a misa, al correo, de compras
Arreglar su jardín
Cocinar
Limpiar la casa
Hacer las camas
Exploración física
El examen físico de todo paciente anciano no debería diferir en nada respecto del
adulto joven. No obstante, en la rutina del enfermo anciano deberán implementarse
además, una serie de exámenes adicionales ó pruebas de evaluación, vinculados a
la valoración de aspectos que, en el joven pueden no llegar a expresarse ó bien ser
intrascendentes, pero en el anciano pueden adquirir dimensiones capaces de
afectar los más diversos aspectos de su salud física, mental y social y, en particular,
comprometer la calidad de vida al impactar sobre su autonomía e independencia
funcional
Como siempre, en el examen de una persona que ha vivido nueve ó diez décadas,
debería tenerse en cuenta que una buena parte de su historia médica estará
“escrita” en su cuerpo:
Piel: El estereotipo sugiere que los ancianos presentan piel fina, trasparente,
purpúrica. Sorprenderá encontrar pacientes con la piel sin cambios para consignar,
como en una persona varias décadas más joven.
Algunas lesiones comunes: Es frecuente encontrar verrugas y protuberancias
papilares planas o elevadas, de los más variados tonos y colores, y en las más
diversas regiones del cuerpo. Pero es necesario aprender a distinguir las
alteraciones inocentes como acumulaciones seborreicas ó fibromas, de aquellas
condiciones -aunque infrecuentes-, premalignas ó malignas como epiteliomas,
acantonas, lentigo o melanomas. La llamada “púrpura senil” deberá distinguirse de
una púrpura genuina ó de una equimosis traumática. Con el particular agregado en
éste último caso, en el que pudiera sub-yacer una caída no reportada o bien una
lastimadura no-accidental.
Las escaras tienden a desarrollarse en partes del cuerpo que el médico suele no
examinar habitualmente. O en los pases de sala, en los pacientes en los cuales hay
interés en seguir la evolución de éstas lesiones, con frecuencia están recién curadas
( a primera hora), y resulta desalentador volver a deshacer la curación. Las
enfermeras, por ésta razón, suelen jugar un papel muy importante en su
responsabilidad sobre la prevención, identificación y tratamiento de las escaras.
Varices ó ulceras varicosas: Son causadas por insuficiencia venosa que pueden
haber estado presentes desde décadas, y que además pueden haber pasado
repetidamente por ciclos de curación y crisis.
Pueden encontrarse en los 1/3 medios y distal de los miembros inferiores, con
típicos cambios de pigmentación hacia el ocre, dependiendo el oscurecimiento y un
adelgazamiento “apergaminado” de la piel de cobertura de las sucesivas curaciones.
En los complejos varicosos muy crónicos, las lesiones con éstas características del
tegumento, pueden hallarse extendidas a la parte posterior ó bien tomar toda la
circunferencia.
Uñas: La inspección de los dedos y uñas de manos y pies pueden revelar lesiones
debidas a psoriasis y/o lesiones micóticas. La presencia de uñas distróficas
permitirá asociar su hallazgo a desnutrición, no por déficit de calcio, sino de
alimentación insuficiente ó inadecuada.
La observación con algún detalle de las uñas de manos puede dar también una idea
bastante cercana del grado de cuidado general de una persona anciana. Su nivel de
higiene, ó de su ausencia, podrá apreciarse si están cuidadas ó no con una
frecuencia esperada; si aparecen con tinción por consumo exagerado de tabaco, ó
con restos fecales, entre otras, co-relacionan en general bien con el grado de
cuidado provisto por la misma persona o por sus eventuales cuidadores.
Las uñas de los pies también pueden ofrecer información adicional. Pueden
encontrarse uñas exageradamente alongadas y con groseras deformaciones
córneas (onicogrifosis), que pueden cubrir algunos o todo el resto de los dedos de
los pies. Expresan al menos, que por razones a determinar, éstas no han sido
cortadas regularmente y que hablan de una combinación de deterioro físico y social.
Las manos
Los Pies
Las presiones que en cada paso desarrolla y recibe un pie deforme, más a traves de
los años, produce dolor, callosidades e inflamaciones peri-articulares. Nunca estará
demás darle una “mirada” al calzado de un anciano, el que a través de sus formas
de desgaste ó bien a través de las adaptaciones “domésticas” (recortes, agregados,
etc.), puede ofrecer información útil.
La boca
Los dientes, las encías, paladar blando, lengua, faringe y mucosas yugales deberán
ser inspeccionadas en la búsqueda de ulceraciones e infecciones bacterianas o
micóticas, en particular en fumadores, como así también proceder a evaluar quejas
por dolor o halitosis.
Las prótesis parciales ó totales que provocan dolor ó han perdido ajuste, no
permiten masticar adecuadamente deberán n ser evaluadas por el especialista. En
atención primaria, la observación en un paciente anciano cuya dentadura luce floja y
“baila” al hablar, puede causarle al anciano, entre otros inconvenientes, vergüenza
o bochorno frente a su interlocutor. Se espera que el profesional sepa generar la
indicación de su derivación a odontología, para su corrección ó reemplazo.
El cuello
Los ojos
Los oídos
El tórax
El abdomen
Puede llamarle la atención al médico que examine a pacientes ancianos con qué
frecuencia “ostentan” hernias abdomino-inguino-escrotales, en distinto grado de
evolución, sobre todo en hombres y, como resultado, casi todas ellas de una
combinación de factores, por suerte hoy ya mucho menos presentes: como la
exposición laboral a grandes esfuerzos físicos continuados, además del riesgo de
someterse a intervenciones quirúrgicas de reparación en las que con frecuencia sus
resultados no siempre eran óptimos (por consultas tardías con hernias muy
desarrolladas, o bien por recidivas; eventraciones, dehiscencia de suturas, etc.).
El tacto rectal
Los músculos
Esta parte del examen lleva tiempo, y en general, deben tomar las pruebas el
examinador más un observador-asistente (enfermera/fisioterapeuta).
Deberá tenerse en cuenta que el desempeño del paciente estará afectado por las
condiciones ambientales en que el examen se llevará a cabo. Si la falta de espacio,
tiempo, personal ó equipamiento adecuado no pueda evitarse, se deberá al menos
tener en cuenta su impacto desventajoso sobre los aspectos mecánicos y/o
psicológicos que se vayan a evaluar.
Cuando sea factible, los tests deben ser administrados en privacidad, con el
paciente correctamente vestido y calzado. El paciente no debería incurrir en
preocupaciones por una cantidad exagerada de observadores, ni que sus
pantalones puedan caerse en un varón, o que se le escape alguna de las pantuflas
a una mujer.
Camas y sillas de las pruebas deberán tener la altura adecuada para que el
“arranque” se inicie desde la posición de sentado con los pies apoyados en el piso
con un ángulo de sedestación de 90º .
Por ejemplo, un/a paciente evaluado con criterio geriátrico por presentar
INMOVILIDAD, podría incluír, a la hora de establecer su listado de problemas:
Cardiopatía isquémica
EPOC
Desnutrición
Anemia ferropénica
Osteomalacia
Artrosis de cadera
Hallux valgus
“Juanete” infectado
Glaucoma crónico
Calzado defectuoso
Casa con escaleras
Vereda en mal estado
Bastón/es de descarga inadecuados
Pruebas de laboratorio
Su uso y aplicación ha sufrido grandes cambios: Hubo tiempos en que los médicos
eran renuentes a “pasar analítica” a las personas con “demasiada edad”. Esta
actitud ha variado notablemente en los tiempos actuales, en los cuales nadie se
salva, a cualquier edad, de ser sometido a una cantidad no siempre justificada de
exámenes complementarios.
El Profesor Isaacscita una frase de Richard Asher, oportuna para una reflexión
sobre el tema: “Considere qué hará UD. si la prueba resulta positiva y, considere
también que hará UD. si la prueba resulta negativa. Si su conducta será la misma en
ambos casos, entonces no la haga!.
Generalidades
Por otro lado, y como consecuencia de las también frecuentes formas atípicas de
las enfermedades en los ancianos, la pérdida de la capacidad funcional puede llegar
a constituir la única expresión de una enfermedad físico o psíquica subyacente.
Estado funcional
Evaluación funcional
Visión:
Los problemas visuales son altamente prevalentes en los ancianos. Se estima que
más del 90% de ellos debe usar anteojos. La causa mas frecuente de disminución
de la agudeza visual es la presbicia ocasionada por una disminución gradual de la
amplitud de la acomodación del cristalino. Este problema suele comenzar en la edad
media de la vida y acompaña al anciano en su envejecimiento. Sin embargo, a
pesar de su elevada prevalencia, la presbicia no afecta significativamente la
funcionalidad de la persona, ya que no compromete su capacidad para realizar las
tareas habituales (solo afecta la visión cercana necesaria para leer, por ejemplo).
Después de la presbicia, la catarata (que puede afectar uno o ambos ojos), producto
de la opacificación progresiva del cristalino, es la causa mas frecuente de pérdida
de la agudeza visual asociada al envejecimiento. Se trata de una patología
significativamente prevalerte entre la población mayor de 65 años, y afecta a casi la
mitad de las personas mayores de 75 años. Su resolución es quirúrgica.
Los problemas visuales son muy prevalentes en los ancianos. Se ha estimado que
más del 90% de esta población necesita anteojos.
La causa más frecuente de disminución de la agudeza visual en la población
general es la presbicia y se debe a una disminución gradual de la amplitud de la
acomodación del cristalino. Este problema suele comenzar en la edad media de la
vida y acompaña al anciano en su envejecimiento. Sin embargo, a pesar de su
elevada prevalencia, la presbicia no afecta significativamente la funcionalidad de la
persona, ya que no compromete su capacidad para realizar las tareas habituales
(solo afecta la visión cercana necesaria para leer, por ejemplo).
Los trastornos visuales más prevalentes en los ancianos y que más afectan la
funcionalidad de estos pacientes son la catarata bilateral, el glaucoma y la
degeneración macular.
La catarata bilateral, producto de la opacificación progresiva del cristalino, es la
causa más frecuente de pérdida de la agudeza visual asociada con el
envejecimiento. Su prevalencia es del 18% en la población entre 65 y 74 años y del
46% en los mayores de 75 años. Su resolución es quirúrgica. El glaucoma es la
segunda causa de ceguera, con una prevalencia del 4 al 9% en los ancianos. La
forma más prevalente es la de ángulo abierto (90% de los casos). Los pacientes con
antecedentes de glaucoma en familiares de primer grado o historia personal de
coronariopatía, hipertensión arterial o diabetes tienen mayor riesgo de desarrollar
esta afección. Librado a su evolución natural el glaucoma generalmente progresa en
forma asintomática hasta que ocurre la pérdida irreversible de la visión, sin embargo
la indicación de tratamiento local modifica y mejora el curso de la enfermedad. Otra
causa de disminución de la agudeza visual es la degeneración macular asociada al
envejecimiento que se presenta en el 3 al 9% de los mayores de 80 años y se
manifiesta con reducción de la visión central y conservación de la periférica. Aunque
es menos tratable que el glaucoma y las cataratas, en algunos pacientes el
tratamiento temprano con láser puede enlentecer la progresión de la enfermedad y
los ejercicios de rehabilitación visual permiten que los pacientes optimicen su visión
periférica y conserven sus actividades de la vida diaria instrumental.
Audición
SI NO A VECES
SI NO A VECES
SI NO A VECES
SI NO A VECES
5)¿Concurre menos frecuentemente a servicios religiosos, clubes o reuniones por el
déficit auditivo?
SI NO A VECES
SI NO A VECES
SI NO A VECES
SI NO A VECES
SI NO A VECES
SI NO A VECES
Puntuación: SI: 4 puntos; A VECES: 2 puntos; NO: 0 punto
Del mismo modo que para la visión, la severidad de la disfunción auditiva también
esta dada por su repercusión sobre la funcionalidad del paciente, por lo tanto, la
detección de ciertas conductas como la abstención de asistir a reuniones sociales o
el abandono de las actividades habituales como consecuencia de la hipoacusia
podrían considerarse como criterios de severidad.
Marcha
Para tener una marcha normal una persona debe tener la movilidad de las
articulaciones, la fuerza muscular, la propiocepción, la función vestibular y la visión
intactas. Muchas de las enfermedades prevalentes en los ancianos suelen afectar
alguna de estas áreas, deterioran la marcha y se ponen de manifiesto clínicamente
como dificultades en la deambulación o, lo que suele ser más drástico, por caídas.
Se estima que uno de cada cinco ancianos tiene dificultades en la marcha. El 30%
de los mayores de 75 años reporta dificultades con el uso de las escaleras, el 40%
no puede caminar alrededor de 800 metros y un 7% necesita asistencia para
caminar. Aproximadamente el 30% de los ancianos no institucionalizados se caen
anualmente. Esto conduce a costos enormes, no solo económicos sino físicos y
anímicos: el hecho de estar en cama o en una silla conlleva a un mayor riesgo en el
desarrollo de escaras, incontinencia, desacondicionamiento, edemas, contracturas,
temor a caerse nuevamente, dependencia, etc.
Continencia Urinaria
Una forma sencilla de explorar el tema es utilizando preguntas como: ¿Alguna vez
se le escapó la orina? ¿Ha tenido dificultades para aguantar la orina hasta ir al
baño? ¿En alguna oportunidad se le escapó orina sin querer? ¿Alguna vez perdió
orina al toser o reír? Si la respuesta a alguna de estas preguntas es afirmativa será
necesario profundizar la evaluación del paciente.
Nutrición
Se han descripto diferentes puntuaciones para las AVD. En nuestra opinión, desde el
punto de vista asistencial, lo más práctico es definir para cada ítem si el paciente lo
realiza en forma independiente o con poca asistencia (1 punto) o si para hacerlo
necesita mucha ayuda o directamente no lo realiza (0 punto). Para saberlo se interroga
al paciente y a sus familiares.
2. VESTIDO
3. CUIDADO PERSONAL
Es capaz de peinarse o de afeitarse solo
Independiente
4. ASEO
Va al baño y vuelve sin ayuda, se arregla la ropa y se higieniza solo
5. CONTINENCIA
No tiene incontinencia urinaria ni fecal Independiente
6. DESPLAZAMIENTO
Es capaz para entrar o salir de la cama y de sentarse sin asistencia
Independiente
Es incapaz de desplazarse o de sentarse sin asistencia
Dependiente
7. CAMINATA
Es capaz para caminar sin ayuda, excepto por bastón
Independiente
8. ALIMENTACION
Puede alimentarse completamente solo Independiente
Puntuación: /8
Las AVD evalúan la capacidad de autocuidado del paciente. Su uso permite rastrear
factores de riesgo, definir la situación basal de cada paciente, monitorear su
evolución clínica (especialmente en la rehabilitación) y definir si requiere asistencia
diaria en sus funciones básicas y de qué tipo.
Un anciano que tiene dependencia permanente de terceros en dos de estos ocho
ítems (AVD 2/8) tiene una expectativa de vida reducida a la mitad con respecto a un
paciente de su misma edad pero con sus AVD 8/8. El deterioro de las AVD también
es un factor de riesgo de caídas y de institucionalización futura.
Las desventajas del índice de Katz son que no es sensible a cambios mínimos y
subjetivos (está basado en la opinión del paciente y/o del observador).
Utiliza el teléfono por iniciativa propia, busca y marca los números Independiente
2.TRANSPORTE
3.IR DE COMPRAS
5.CUIDADO DE LA CASA
6.TOMA DE LA MEDICACIÓN
Prepara y toma la medicación solo/a en la dosis y tiempo correcto.
Independiente
Puntuación: /7
Esta escala es de mucha utilidad para cuando existen dudas en cuanto a si el paciente
puede seguir viviendo solo o si es mejor que tenga un cuidador o alguien que conviva
con él. Dependiendo de cuáles sean las actividades que no pueda desarrollar, deben
recomendarse diferentes opciones ya sea que siga viviendo en su casa solo, si esto es
posible, o que esté con una persona que oficie de cuidador, etc. En los casos en que
esto no se logra, ya sea por la gravedad del paciente o por la falta de recursos
económicos, también es importante realizar una buena institucionalización.
Las personas más socialmente integradas (AIVD 7/7) tendrían mejores tasas de
supervivencia y mayor tasa de recuperación de las enfermedades, sobre todo si
tenemos en cuenta que el aislamiento social es un factor de riesgo de morbi-
mortalidad.
El uso de las AIVD se ve limitado porque este test no es sensible para detectar
cambios sutiles (por ejemplo, una persona con trastornos cognitivos leves recién va
a necesitar ayuda para el aseo cuando su deterioro sea moderado o severo), no
evalúa la movilidad ni si el paciente realiza la actividad de manera segura (por
ejemplo, el test evalúa si el paciente puede vestirse solo pero no si al ponerse los
pantalones tiene mucha inestabilidad, lo que aumentaría el riesgo de caídas), y su
implementación depende de la motivación del paciente (por ejemplo, si el paciente
está deprimido podría no responder fehacientemente a las preguntas que se le
hace dada su falta de interés).
Los tests disponibles para evaluar la esfera cognitiva son numerosos. Describiremos a
continuación los de uso más habitual: el minimental test de Folstein, el set test y el test
del reloj.
El MMT es el test más usado para el rastreo de deterioro cognitivo, puede ser
realizado por el médico o por una enfermera entrenada y se basa en interrogar al
paciente sobre una serie de preguntas que pueden agruparse en siete categorías:
1.Orientación temporal, 2.Orientación espacial o topográfica, 3.Memoria, 4.Atención
y cálculo, 5.Memoria diferida, 6.Lenguaje y 7.Dibujo. Habitualmente su realización
requiere de entre 5 a 10 minutos.
El MMT es una herramienta útil para detectar deterioro cognitivo, sin embargo, no
hace diagnóstico de demencia ya que para definir que el paciente tiene demencia el
trastorno cognitivo debe conllevar asociado un deterioro de las actividades de la
vida diaria.
3. Recordar el nombre de tres objetos (máximo 3). Repetir la prueba hasta 3 veces) si
es necesario.
Papel.....Bicicleta.....Cuchara......
También puede pedírsele al paciente que deletree en forma invertida una palabra de
cinco letras (por ejemplo, lápiz).
Papel.....Bicicleta.....Cuchara......
7. Repetición de la frase (máximo 1): “ni no, ni sí, ni pero” o “el flan tiene frutillas y
frambuesas”
8. Comprensión verbal (máximo 3): “tome este papel con la mano derecha, dóblelo por
la mitad y déjelo en el suelo”
10. Escritura (máximo 1): Escribir una frase con verbo, sujeto y sentido.
Para evaluar la memoria el médico nombra tres elementos y le pide al paciente que
los repita, diciéndole por ejemplo: “Voy a mencionarle 3 palabras, quiero que Ud. las
repita y las conserve en su memoria porque más adelante volveré a preguntárselas.
Las palabras son: papel, bicicleta, cuchara.” Si es necesario, el médico puede
repetir las palabras hasta tres veces. El puntaje se obtiene según la cantidad de
palabras que el paciente repite en su primer intento.
Para evaluar la memoria diferida el médico debe pedirle al paciente que repita las
palabras trabajadas previamente (papel, bicicleta, cuchara): “¿Recuerda las 3
palabras que le mencioné antes?” Para definir el puntaje se tiene en cuenta el
número de palabras que el paciente recuerda en su primer intento. Este punto del
MMT es el que produce la mayoría de los errores y es el que se afectaría más
precozmente en la Enfermedad de Alzheimer.
El MMT finaliza pidiéndole al paciente que copie el dibujo. Se considera que el dibujo
está hecho correctamente cuando se entrecruzan los dos pentágonos formando cuatro
ángulos
Inicialmente, Folstein, el autor del MMT estimó que un puntaje por debajo de 24 (es
decir, igual a 23 o menos) indicaba deterioro cognitivo. Con el paso del tiempo,
fueron surgiendo diferentes maneras de interpretar los resultados con el objeto de
intentar definir la magnitud de la severidad o teniendo en cuenta algunas
características específicas del paciente:
Punto de corte*
8 años o menos 21
Educación secundaria 23
cumplida
40 a 49 28
50 a 59 26
60 a 69 25
70 a 79 25
80 a 89 24
A los fines prácticos debe considerarse al MMT como una herramienta para evaluar
la esfera cognitiva de los pacientes ancianos y saber que un valor por debajo de 24
es indicador de deterioro cognitivo.
Set Test
El set test es una prueba sencilla que puede realizarse en pocos minutos
(habitualmente, menos de cinco) y sin utilización de instrumental. Esta prueba permite
detectar deterioro cognitivo y sus resultados no son influidos por la cultura o la
educación del paciente ya que los datos que se utilizan son aquellos que una persona
puede ir recabando a lo largo de su vida. La prueba consiste en pedirle al paciente que
nombre ítems de 4 categorías diferentes y comunes (10 colores, 10 animales, 10 frutas
y 10 ciudades), asignándole 1 punto a cada respuesta correcta: “¿Podría mencionarme
todos los colores que se acuerde? ¿Podría nombrarme 10 animales que recuerde?”,
etc. El puntaje óptimo es de 40 puntos y un valor inferior a 36 indica deterioro cognitivo.
El test es muy sensible y específico para el diagnóstico de este deterioro. Debido a que
el test se realiza verbalmente, no puede utilizarse con pacientes sordos o afásicos. Al
realizarlo el examinador puede repetir las instrucciones tantas veces como sea
necesario. El test concluye cuando el paciente nombra 10 ítems diferentes en cada
categoría, cuando ya no puede recordar más ítems o si comienza a repetirlos.
En general, los tests neurocognitivos (como el MMT) enfatizan más los ítems verbales y
menos los visuoespaciales. Los déficits visuoespaciales suelen ser manifestaciones
precoces de la enfermedad de Alzheimer. A partir de la necesidad de identificar
precozmente este tipo de déficit surgió el test del reloj, que está dirigido a la evaluación
de dichas anormalidades y además, aporta información sobre las praxias
construccionales ya que involucra la evaluación de la ejecución motora, la atención, la
comprensión del lenguaje y el conocimiento numérico. De este modo el test también
permite detectar lesiones focales en el hemisferio cerebral derecho (que pueden
manifestarse solo a través de trastornos visuoespaciales) y lesiones en el hemisferio
izquierdo (que pueden producir defectos ejecutivos motores, deficiencias en la
comprensión del lenguaje o disturbios en la representación mental de las figuras).
Existen dos formas de realizar el test del reloj. Una de ellas es dibujar un círculo en una
hoja de papel común y pedirle al paciente que ponga los números y la hora; otra, más
compleja es darle el lápiz al paciente y pedirle que sea él quien haga el círculo y
coloque los números y la hora: “Lo que he dibujado en esta hoja es un reloj, ¿Ud.
podría ponerle los números y marcar las 8.20 hs dibujando las agujas? O bien, ¿Podría
dibujar un reloj y colocarle los números y las agujas marcando las 8.20 hs?”
El paciente puede hacerlo correctamente o no. En este último caso las opciones son
múltiples: dibujar un círculo demasiado pequeño, colocar las horas en disposición
antihoraria, dibujar más o menos de 12 números, ubicar los números de forma errónea
o con más o menos de tres números por cuadrante, indicar mal la hora señalada, etc.
(ver figura abajo)
Test normal Test con déficit leve Test con daño severo
Si bien, el test del reloj no es un indicador definitivo de demencia ni hace diagnóstico de
esta enfermedad, permite identificar trastornos en las funciones cognitivas
construccionales y visuoespaciales. También se utiliza para evolucionar cuadros
confusionales. (ver figura abajo)
10.¿Cree Ud. que tiene más problemas de memoria que el resto de la gente de su
edad?
La EDG está validada para ser utilizada como un test de autoevaluación que se le da
al paciente para que complete, ahorrando tiempo a la consulta médica. Sin embargo,
en nuestro medio hemos observado en muchas oportunidades que los pacientes tienen
dificultad en responder optando definitivamente por "si" o "no" y tienen a contestar "a
veces", "de vez en cuando", “un poco”, “más o menos”, etc. Una manera sencilla de
resolver este problema es pedir al paciente que realice un promedio de lo sucedido en
el último tiempo y opte por la respuesta adecuada. De esta manera el test resulta ser
más ágil. Aún así, la escala no debe realizarse en forma mecánica. Como puede
observarse, incluye preguntas referidas a sentimientos y situaciones íntimas que
pueden resultar dolorosas para el paciente por lo que deben realizarse cuidadosamente
y adoptando una disposición empática hacia el anciano. Es conveniente que antes de
hacerlas el médico le explique al paciente qué tipo de preguntas le hará al tiempo que
averigua si éste accede a responderlas.
El médico puede rastrear este problema utilizando el CAGE, un test que consta de
cuatro preguntas que se le hacen al paciente:
C: (del inglés cut down = disminuir) ¿Sintió alguna vez ganas de disminuir la
bebida?
G: (del inglés guilt = culpa) ¿Se sintió alguna vez culpable porque tomaba mucho?
E: (del inglés eye opening = al despertar) ¿Toma a veces algo por la mañana para
sentirse mejor?
Al hacerlo es importante evitar hacer preguntas como: ¿Cuánto alcohol toma? ¿Con
qué frecuencia toma alcohol? ya suelen inhibir al paciente y conducen a respuestas
negativas y no necesariamente verdaderas.
El sistema de soporte social del anciano está formado por tres componentes. El soporte
informal está dado por la familia y los amigos, el formal está compuesto por estructuras
burocráticas tales como sistemas de seguro social, agencias de bienestar social, etc., y
el sistema semiformal está integrado por asociaciones cercanas como la iglesia,
sociedades de fomento, centro de jubilados y otros. Para evaluar la esfera social es
importante interrogar directamente al anciano: preguntas como dónde y con quién vive,
si tiene familiares o amigos viviendo en las cercanías, quién podría ayudarlo en caso de
que tuviera una emergencia, si asiste o pertenece a algún club de jubilados, etc.
aportan información acerca de la red social con la que cuenta el anciano. Para definir
adecuadamente la esfera social es útil contar con la ayuda de un asistente social que
completar la evaluación del anciano en su propio domicilio o lugar de residencia.
Resumen final
La evaluación funcional es una herramienta que evalúa los diferentes componentes que
pueden afectar la funcionalidad de los pacientes ancianos en sus diferentes esferas. Su
uso permite asistir a estos pacientes de una manera integral, intentando mantenerlos
en el nivel más alto de su funcionalidad.
Conclusiones
(*)
Isaacs, B., Capítulo:”Is geriatrics a specialty?” en “Health Care in the Elderly”.
Ed.T.Arie (1981); pp.224-235, Krom Helm, London, UK
La humedad en el febril
El calor del vasodilatado
La sequedad del hipotiroideo
La frialdad del insuficiente cardíaco
La potencia del fuerte
La flaccidez del débil
La incoordinación del cerebeloso
El temblor del parkinsoniano
La apraxia del hemiparético
La limitación del enf. de Dupuytren
El dolor del artrítico
Tamizaje y evaluación
• NRS 2002: Tamizaje del riesgo nutricional 2002 (Nutritional Risk Screening
2002)
• MNA: Mini-evaluación nutricional (Mini Nutritional Assessment)
Evaluación
SGA: Valoración global subjetiva (Subjective Global Assessment
Paso 1
Puntuación del IMC
+PuntuaciónPaso 2 +
de la pérdidaPuntuación
Paso 3
de peso del efecto de la enfermedad aguda
Paso 4
Riesgo total de desnutrición
Sumar las puntuaciones para calcular el riesgo total de desnutrición
0 puntos, riesgo bajo 1 punto, riesgo intermedio 2 o más puntos, riesgo alto
Paso 5
Plan de tratamiento
Bouillanne y cols. elaboraron el Índice de riesgo nutricional geriátrico (GNRI,
Geriatric Nutritional Risk Index) para utilizarlo cuando no es posible obtener
información acerca del peso normal de los pacientes.
Instrumento de tamizaje de la
desnutrición (MST)
Primer tamizaje
SÍ O NO
Segundo tamizaje
Copyright
MINI EVALUACION NUTRICIONAL (MNA)
La MNA incluye:
• Medidas antropométricas,
IMC, pérdida de peso
• Hábitos de vida, movilidad, consumo de medicamentos
• Aporte dietético
• Evaluación realizada por el paciente
Pedir al paciente que abra la boca es una de las partes más importantes de la
exploración porque permite el diagnóstico de diversas causas de desnutrición.
Antropometría
No hay ninguna medida tan útil para la evaluación nutricional como el peso. No sirve
el peso que nos comuniquen. Hay que pesar al paciente con una báscula que esté
bien calibrada; en las personas con movilidad limitada se utilizará una báscula de
cama o de silla.
En los pacientes que tienen amputaciones se resta el peso del miembro amputado
(en la tabla a la derecha de la diapositiva) al peso ideal o se suma el peso del
miembro al peso real.
Es necesario medir con exactitud la estatura para calcular el IMC mediante la
siguiente ecuación:
En los varones se asignan 47 kg por los primeros 152,4 cm de estatura y se suman
2,3 kg por cada 2,5 cm adicionales.
En las mujeres se asignan 45,5 kg por los primeros 152,4 cm de estatura y se
suman 2,3 kg por cada 2,5 cm adicionales.
Peso
• Varones = 47 kg por
152,4 cm + 2,3 kg/
2,5 cm de altura
• Mujeres = 45,5 kg por
152,4 cm + 2,3 kg/
2,5 cm de altura
En pacientes con amputaciones:
% DE
PARTE DEL
CONTRIBUCIÓN
CUERPO
AL PESO
Mano 0,7
Antebrazo
2,3
y mano
Miembro superior
5,0
completo
Pie 1,5
Medición de estatura
Circunferencia de la pantorrilla
Como sustituto de la masa muscular se ha utilizado el perímetro del tercio medio del
brazo. Sin embargo, la exactitud de la determinación depende del operador y no
suele ser reproducible.
Datos bioquímicos
Dado que se trata de una clasificación subjetiva, los médicos que efectúan la SGA
deben tener formación para ello. Una persona con experiencia cumplimenta la SGA
en 15 minutos.
Diagnóstico
La desnutrición ocurre cuando el aporte calórico es inferior al gasto energético
La desnutrición se produce cuando el aporte dietético no cubre el gasto de energía y
proteínas. La anorexia senil es una manifestación frecuente y explica por qué en los
ancianos desnutridos casi siempre está disminuido el consumo de alimentos.
Conclusiones
Creditor MC. Hazards of hospitalization of the elderly. Ann Intern Med 1993;118:219-
23.
91.
Tinetti ME, Inouye SK, Gill TM, Doucette JT. Shared risk factors for falls,
Kondrup J, Allison SP, Vellas B, Plauth M. ESPEN guidelines for nutrition screening
2002. Clin Nutr. 2003;22:415-421.
Capítulo 2
Todos los médicos que trabajamos con adultos mayores sabemos que el
envejecimiento es la suma de todas las transformaciones que va sufriendo nuestro
cuerpo vinculado al paso del tiempo y como tal, es universal (nos afecta a todos los
seres vivos), heterogéneo (dos individuos no envejecen de la misma manera),
declinante (con el paso de los años los órganos tienden a funcionar con menor
capacidad) e irreversible. El envejecimiento no puede ser evitado pero si a este se le
suma la enfermedad, la chance de desarrollar incapacidad será máxima. Uno de
objetivos primarios de la atención de los personas mayores consiste en la
promoción de actitudes y actividades saludables que permitan disminuir de forma
significativa la incidencia y la intensidad de las enfermedades reversibles y la
consecuente incapacidad que lleve a la dependencia y posterior pérdida de la
autonomía.
El control períodico de salud es una estrategia de la relación médico paciente que
permite , a través del encuentro entre el profesional elegido por el paciente para
guiarlo en su cuidado y guiarlo a través de estrategias educativas y terapéuticas a
conservar o de ser posible, mejorar su salud.
¿Sirve el control periódico de salud para conservar la salud? Claramente sí, pero
debemos entender que la definición de salud de la OMS , que define salud como el
completo bienestar físico , psíquico y social no aplica para los pacientes ancianos.
En ellos el concepto de Jadad que define a la salud como la capacidad para
adaptarnos como individuos y como comunidad frente a los desafíos que nos
plantea la vida. El anciano, con su carga de enfermedades crónicas que, por
definición, son incurables, no aplicaría a controlar “su salud”. El control periódico
debería ser considerada como la estrategia individualizada de cuidado destinada a
lograr el mejor estado de bienestar a las condiciones que lo aquejan, que permita
curar lo que se pueda y convivir adecuadamente con las condiciones que no se
curarán. .
El control periódico de salud, nada tiene que ver con un menú de análisis
estandarizados destinados a la búsqueda de hallazgos en pruebas de laboratorio.
– Su desempeño
– Los años por vivir
– Su comorbilidad
– La identificación de la voluntad y deseo de cada individuo
Para ello en el encuentro con su paciente adulto mayor se deberá enfatizar en:
o Promulgar programas de envejecimiento activo y exitoso.
o Fomentar la responsabilidad individual sobre el mantenimiento de
conductas saludables.
o Organizar actividades culturales y recreativas que permitan el
desarrollo de proyectos personales.
o Educar a la población en general con respecto al envejecimiento para
entender que es el envejecimiento usual y cual el patológico.
Las medidas preventivas, reconocidas hace tiempo como útiles en los jóvenes,
pueden y deben ser aplicadas a los ancianos.
Cuidados preventivos:
El Modelo de prevención de Enfermedad
El objetivo de las medidas preventivas es la "prevención de la enfermedad". El
inconveniente con esta modalidad de atención, es que el centro de atención
no está puesto en el paciente, ni en su salud , sino en la enfermedad.
Promoción de la salud
Uno de los puntales de los cuidados preventivos en geriatría es la valoración
geriátrica integral. Este tipo de programa diagnóstico y de intervención
terapéutica, intenta identificar aquellos pacientes con problemas físicos,
cognitivos y sociales capaces de impactar en su salud. La valoración tiene por
objeto corregir condiciones y circunstancias asociadas con el enfermar y
obtener el mejor desempeño posible en la vida diaria.
Una de las situaciones mas temidas por los ancianos es la incapacidad para poder
satisfacer sus necesidades cotidianas. Entre los factores determinantes de la
incapacidad física y la dependencia se destaca la “fragilidad” , condición clínica
asociada a la inactividad física, a la atrofia muscular, a la menor capacidad aeròbica,
y aún a la pérdida de capacidad para hacer cosas. La actividad física permitirá
aumentar la masa muscular y mejorar el desempeño, con el consiguiente
incremento de la auto-estima.
El foco de la gerontología actual está puesto en cómo conseguir que las personas
ancianas mantengan estilos de vida y salud similares a los de las personas jóvenes.
Cuadro 1-
Estar alerta en
mujeres
(USPSFT)
(AUA)
PROFILAXIS /
CONSEJERIA
No medir NNT 15
Prevención
secundaria A
Condiciones particulares
RASTREO DE DISLIPEMIA:
Colesterol: El perfil lipídico (colesterol total, colesterol HDL, triglicéridos, con el
consiguiente cálculo de LDL = (coleterol total-HDL- (Trig/5)) en adultos mayores
de 65-75 años de edad . La enfermedad coronaria es la primer causa de muerte
en mayores de 65 años. Entre los 65 y los 75 años de edad la
hipercolesterolemia aumenta la incidencia de muerte relacionada con
enfermedad coronaria entre un 30 y un 60 %.
Se recomienda realizar una ecografía abdominal por única vez en varones de entre
65 - 75 años y en mujeres que alguna vez fumaron.
Alimentación Saludable:
Actividad Física
Recomendar, al menos, 30 minutos por día, todos los días de la semana de
actividad física moderada en actividades de la vida diaria o con ejercicios además
de dos sesiones semanales de fortalecimiento muscular. En aquellos pacientes con
inestabilidad deberá priorizarse el trabajo postural y el equilibrio .
Las mujeres deben ser aconsejadas a fin de ingerir una dieta rica en calcio (por lo
menos 200 mg de calcio por comida y el contenido de fosforo menor al de Ca)9, y
de no ser posible, suplementar con calcio y vitamina D (1500 mg). Asimismo
resulta beneficioso para conservar la masa ósea, la realización de ejercicio y el
consejo sobre dejar de fumar.
DETECCIÓN DE HIV:
Consejería
Tabaquismo: Es un factor de riesgo modificable para enfermedad
cardiovascular, gastrointestinal, pulmonar y malignidad. Dejar de fumar es una
recomendación de clase A, por lo que es útil recordarlo en cada visita del
paciente. Resulta útil fijar una fecha de cesación del hábito así como la
derivación del paciente a un programa antitabáquico. Toda intervención
disponible que permita abandonar el tabaco debe ser considerada , aun en
ancianos mayores (parches o chicles de nicotina, bupropion, etc).
Inmunizaciones
Influenza: todas las muertes relacionadas al virus de influenza se dan en
mayores de 60 años. Estudios han reportado entre un 40 a 70 % de efectividad
de la vacuna con un mínimo de factores adversos. Esta recomendado la
vacunación anual durante el otoño a aquellos mayores de 65 años (USPSTF),
así mismo como cuidadores y trabajadores de la salud.
VACUNA ANTINEUMOCÓCICA
GRUPOS DE RIESGO
– EPOC /asma
– Enfermedad cardíaca crónica
– Anemia drepanocítica
– Síndrome nefrótico
– Asplenia anatómica o funcional
– Neoplasias hematológicas
– Implantes cocleares
– Insuficiencia renal crónica
– HIV/SIDA
– Fistula de LCR
– Transplante de Médula ósea
– Hepatopatía crónica
– Tratamiento con corticoides o inmunosupresores
– Alcoholismo
– Diabetes mellitus
– Tabaquismo
PREVENCIÓN DE CAÍDAS:
A todo adulto mayor que consulta, interrogarlo sobre caídas ocurridas en el último
año. Debe interrogarse si el paciente tuvo la posibilidad de levantarse sin asistencia
e interrogar por las consecuencias (laceración, trauma de tejidos blandos, fractura
etc).
A todo adulto mayor realizar las siguientes recomendaciones para prevenir caídas:
Baño seguro: Los baños deben estar equipados con agarraderas cercanas al
inodoro y en la ducha. La bañera puede ser de riesgo en pacientes frágiles
Evalúe la necesidad de elementos antideslizantes. Los asientos de baño y los
elevadores de inodoro pueden ser de utilidad en la prevención de las caídas.
Evaluar Visión: Los pacientes con trastornos visuales tienen aumento en los
riesgos de caídas. Se debe aconsejar especialmente sobre uso de anteojos
bifocales que ha sido demostrado como especialmente riesgoso por no
posibilitar el adecuado control de la profundidad y los descensos por
escaleras
A quién estudiar:
DETECCIÓN DE DEPRESIÓN :
La depresión es prevalente en adultos mayores de manera que la pesquisa debe ser
realizada .
¿Se encuentra alegre y optimista, con buen ánimo casi todo el tiempo? NO
Puntuación
Se asigna un punto por cada respuesta que coincida con la reflejada en la
columna de la derecha, y la suma total se valora como sigue:
0-5: Normal.
INCONTINENCIA DE ORINA
DETECCIÓN DE POLIFARMACIA
C: ¿Ha sentido alguna vez que debe beber menos? Busca intentar reducir el
consumo de alcohol y revela los problemas individuales que surgen del abuso
A: ¿Le ha molestado que la gente lo critique por su forma de beber? Descubre las
consecuencias sociales negativas del consumo de alcohol y es el menos sensible y
específico de los ítems.
E: ¿Alguna vez ha necesitado beber por la mañana para calmar los nervios o
eliminar molestias por haber bebido la noche anterior? Es casi patognomónico de
dependencia (especificidad alrededor del 100% y alto VPP, en torno a 84% en
algunos studios
Los primeros tres ítems del cuestionario CAGE son consistentes y complementarios
con los criterios de abuso y dependencia del DSM4 . Los datos de algún estudio
sugieren que estos tres ítems tienen las mismas propiedades que todo el
cuestionario, a pesar del punto de corte considerado. –
PREVENCIÓN DE INJURIAS
Preguntar
DIRECTIVAS ANTICIPADAS
Las Directivas Anticipadas son documentos que permiten a las personas dejar
instrucciones, de manera anticipada, acerca de los tratamientos que desean recibir
ante una situación en la que ya no puedan decidir por sus propios medios.
Estos documentos permiten atender y respetar sus deseos, según sus valores y
creencias, y facilitar a los familiares la toma de decisiones.
• Designar a una persona para que tome cuando no pueda hacerlo por sus propios
medios.
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
1. The periodic health examination. Canadian Tasf Force on the Periodic Health
Examination. Can Med Assoc J 1979; 121 (9):1193-254. Ottawa: Health
Canada, 1994; 944-51.
2. U.S. Preventive Services Task Force. Guide to clinical preventive services.
Baltimore: Williams & Wilkins, 1989, 2nd ed., 1996.
3. Goldberg TH, Chavin SI. Preventive medicine and screening in older adults.
J Am Geriatr Soc 1997; 45(3):344-54.
4. Scheitel SM, Fleming KC, Dhutka DS, Evans JM. Geriatric Health
Maintenance. Mayo Clin Proc 1996; 71:289-302.
5. Mehr DR. Preventive Geriatrics. Clinical Geriatrics 2001;9(9):19-27.
6. Bloom HG. Preventive Medicine. When to screen for disease in older
patients. Geriatrics 2001; 56(Apr):41-45.
7. Cassel CK. Successful aging: How increased life expectancy and medical
advances are changing geriatric care. Geriatrics 2001; 56:35-39.
8. Miller KE, Zylstra RG, Standridge JB. The Geriatric Patient: A Systematic
Approach to Maintaining Health. Am Fam Physician 2000;61:1089-104.
9. LÁbbé MR, Whiting SJ, Hanley D;The Canadian Health Claim for Calcium,
vitamin D and osteoporosis:Journal of the American College of Nutrition
2004:303-308.
10. Cheung AM, feig DS, Kapral M et al: Prevention of osteoporosis and
osteoporotic Fractures in postmenopausal women : recommendation
statement from the canadian task force on prventive health care: CMAJ 2004:
170 (11).
11. Tabashi P, O kheavi, Lim L et al. Preventive health care in the elderly. A
guide for practical physician. Mayo clinic Proceedings 2004. 79;416-427.
Capítulo 3.
Introducción:
Objetivos:
Definición:
Hay varios factores que complican la formulación de una definición única para la
fragilidad. Los estudios que investigaron la presencia de fragilidad involucraron
adultos mayores que proceden de entornos médicos, ambientales, educativos y
psicológicos muy heterogéneos. Además, la fragilidad concebida desde una mirada
mas global de la salud, aumenta aún más la complejidad de su definición.
Un síndrome clínico
No es sinónimo de discapacidad
Su presencia aumenta el riesgo de vulnerabilidad causando potencialmente
mayor deterioro funcional
La edad y algunas condiciones crónicas están con frecuencia muy asociadas,
aunque puede existir independientemente fuera de estos factores.
Puede ser reversible o atenuada por algunas intervenciones
El fenotipo de Fried:
● Pérdida de peso (≥10 por ciento del peso corporal en el último año)
● Agotamiento (respuesta positiva a la pregunta relacionada a mayor esfuerzo
requerido para realizar una actividad habitual)
● Debilidad muscular (medida por disminución de la fuerza de prensión manual o de
agarre)
● Disminución de velocidad de la marcha (velocidad de la marcha mayor a 8
segundos para caminar 15 pies u ocho metros)
● Disminución de la actividad física
Tres de estos criterios (pérdida de peso, velocidad de marcha lenta y baja actividad
física), así como el deterioro cognitivo, se asociaron de forma independiente a la
aparición de discapacidad, al ingreso de una persona mayor a una residencia
geriátrica y a la muerte. Estos criterios de fragilidad también han demostrado ser
útiles para predecir de forma independiente complicaciones postoperatorias y una
mayor estancia hospitalaria cuando una persona mayor es hospitalizada.
Algunas herramientas para su detección
Los estudios más relevantes que desarrollaron escalas para la identificación de las
personas mayores frágiles están publicadas en la tabla 1, siendo el fenotipo Fried
del Cardiovascular Health Study (CHS), el más desarrollado Tabla 2.
El Índice de fragilidad de Rockwood - Este índice utiliza 70 variables que van desde
algunas condiciones médicas al deterioro funcional. A mayor score, el individuo es
más frágil. Ha demostrado ser útil para la evaluación del riesgo de mortalidad,
aunque la utilidad de esta herramienta para otros estudios aún no ha sido
completamente evaluada y la complejidad de esta herramienta ha desestimado su
uso masivo.
Subtotal
2
Comparando con otras personas de su edad ¿su salud es ? Mala* Regular* Buena Muy buena Excelente
Subtotal
3
¿Tiene dificultad para realizar las siguientes actividades? No Poca Alguna Mucha* No puede*
Inclinarse, agacharse o arrodillarse
Levantar pesos pequeños
Levantar los brazos por encima de los hombros
Escribir o manejar objetos pequeños
Caminar 300 m
Trabajos de casa pesados: fregar el suelo, cristales…
Subtotal
PUNTUACIÓN TOTAL
Sarcopenia y Jsu
1.- Debra Saliba,et al. Am relación con la fragilidad:
Geriatr Soc 49:1691-1699,2001 ( adaptación libre )
Vitamina D y musculo
Epidemiología de la fragilidad.
Fisiopatogenia
Los niveles de cortisol son mas altos en los sujetos frágiles que en los no frágiles,
con el consiguiente impacto tanto en el sistema inmune como en el muscular.
Importancia en APS
Identificar a los ancianos frágiles debe darse en el contexto de una valoración más
exhaustiva, debiendo esta ser realizada fundamentalmente en el marco de la
atención primaria . El mayor beneficio de las intervenciones geriátricas específicas
se ha dado precisamente en estas personas, por lo que en lo últimos años se ha
considerado a la fragilidad como el centro de la medicina geriátrica.
La identificación de la fragilidad, puede incluirse en la Evaluación Geriátrica
Integral definida como el proceso de diagnóstico multidimensional e
interdisciplinario que se realiza con el objetivo de cuantificar las capacidades y
problemas médicos, mentales, funcionales y sociales del anciano. La detección de
los denominados síndromes geriátricos (deterioro cognitivo, depresión, estado
confusional, polifarmacia, incontinencia urinaria, caídas, trastornos podológicos,
déficit sensoriales); con la intención de elaborar un plan exhaustivo de cuidados
para el tratamiento y el seguimiento a largo plazo debería ser el centro de atencion
de la persona mayor.
Intervenciones farmacológicas:
Otros agentes
Otros agentes farmacéuticos que han sido propuestos por tener efectos de prevenir
o revertir la pérdida de músculo esquelético son los moduladores selectivos del
receptor de andrógenos (SARMs), los inhibidores de miostatina una proteína que
inhibe la formación de músculo, la angiotensina de la enzima convertidora (IECA) y
los inhibidores de la HMG Co-asa ("Estatinas").
Conclusiones
La fragilidad es un síndrome con múltiples causas contribuyentes, que se
caracteriza por una disminución de la reserva fisiológica, expresada la mayoría de la
veces en la perdida de la fuerza muscular y la resistencia, y cuya presencia
aumenta el riesgo de un persona mayor para desarrollar dependencia y / o la
muerte..
SARCOPENIA
Frailty in older adults: evidence for a phenotype. Fried LP, Tangen CM, Walston J,
Newman AB, Hirsch C, Gottdiener J, Seeman T, Tracy R, Kop WJ, Burke G,
McBurnie MA, Cardiovascular Health Study Collaborative Research Group. J
Gerontol A Biol Sci Med Sci. 2001;56 (3):M146.
Cognitive impairment improves the predictive validity of the phenotype of frailty for
adverse health outcomes: the three-city study. Avila-Funes JA, Amieva H,
Barberger-Gateau P, Le Goff M, Raoux N, Ritchie K, Carrière I, Tavernier B, Tzourio
C, Gutiérrez-Robledo LM, Dartigues JF. J Am Geriatr Soc. 2009;57(3):453.
Physical frailty is associated with incident mild cognitive impairment in community-
based older persons. Boyle PA, Buchman AS, Wilson RS, Leurgans SE, Bennett
DA. J Am Geriatr Soc. 2010;58(2):248.
Comparison of 2 frailty indexes for prediction of falls, disability, fractures, and death
in older women. Ensrud KE, Ewing SK, Taylor BC, Fink HA, Cawthon PM, Stone
KL, Hillier TA, Cauley JA, Hochberg MC, Rodondi N, Tracy JK, Cummings SR. Arch
Intern Med. 2008;168(4):382.
Exercise, mobility and aging. Daley MJ, Spinks WL. Sports Med. 2000;29(1):
Weight loss, exercise, or both and physical function in obese older adults. Villareal
DT, Chode S, Parimi N, Sinacore DR, Hilton T, Armamento-Villareal R, Napoli N,
Qualls C, Shah K. N Engl J Med. 2011;364(13):1218.
Cesari M, Kritchevsky SB, Newman AB, Simonsick EM, Harris TB, Penninx BW, et
al. Added value of physical performance measures in predicting adverse
healthrelated events: results from the Health, Aging and Body Composition Study. J
Am Geriatr Soc 2009;57(2):251-9.
Cruz-Jentofta AJ, Baeyens JP, Bauer JM, Boirie Y, CederholmT, Landi F, et al.
Sarcopenia: European consensus on definition and diagnosis. Age Ageing
2012;39:412-23.
Fried LP, Tangen CM, Walston J, et al. Frailty in older adults: evidence for a
phenotype. J Gerontol A Biol Sci Med Sci 2001;56: M146–56.
Guralnik JM, Simonsick EM, Ferrucci L, Glynn RJ, Berkman LF, Blazer DG, et al. A
short physical performance battery assessing lower extremity function: association
with self-reported disability and prediction of mortality and nursing home admission.
J Gerontol. 1994;49:M85-94.
Mahn Arteaga JK, Romero Dapueto CP. Evaluación de la fuerza de puño en sujetos
adultos sanos mayores de 20 años de la Región Metropolitana (Tesina de
Graduación). Facultad de Medicina, Universidad de Chile; 2005.
Podsiadlo D, Richardson S. The timed “Up & Go”: a test of basic functional mobility
for frail elderly persons. J Am Geriatr Soc 1991;39(2):142-8. - Rosenberg I.
Summary comments: epidemiological and methodological problems in determining
nutritional status of older persons. Am J Clin Nutr 1989;50:1231–3.
Salgado Alba A, Guillén Llera F. Ruipérez I. Manual de geriatría. 3.a ed. Barcelona:
Masson; 2002.
introducción
Junto con las caídas, la incontinencia de orina y la confusión mental, los mareos son
un problema habitual de la práctica geriátrica, sobre todo en ambientes
ambulatorios. Al igual que los otros problemas geriátricos, los mareos plantean
problemas diagnósticos y de tratamiento en esta población.
Es muy frecuente la consulta del paciente con mareos, tan frecuente que se ha
propuesto denominarlo como síndrome de mareo del anciano por Tinetti y
colaboradores (Validation of Dizziness as a posible Geriatric Syndrome . Kao AC,
Nanda A, Williams CS & Tinetti ME. JAGS 49:72–75, 2001), y se hace referencia
también en el Tratado de Geriatría para Residentes de la Sociedad Española de
Gerontología y Geriatría por Florentino Prado y cols.
Epidemiologia
Sistema Visual:
En el sistema auditivo:
Figura 1: (Dibujarla)
___________________________________________________________________
____________
Si bien hay descriptas más de 60 causas posibles, cuando se evalúa un anciano con
mareos frecuentemente no se encuentra una causa única y otras veces ninguna
causa que explique la sensación . Las causas descriptas varian entre las distintas
publicaciones , la mayoría de las series de pacientes publicadas coincide en que
entre el 20 y el 40% de los casos de mareos no responde a una causa única sino a
una suma de varias, mientras que entre el 10 y el 15 % de los casos no se le
encuentra ninguna causa que explique el síntoma.
En un alto porcentaje de pacientes no puede aclararse la etiología del mareo a
pesar de realizar una correcta evaluación. Por otro lado, aun encontrando la causa
del mareo, muchas veces el problema carece de un tratamiento sencillo y efectivo.
El mareo puede presentarse como un síntoma aislado y autolimitado que no llega a
la consulta o hasta repetitivo e invalidante. Y adquiere todas las características de
un verdadero síndrome geriátrico, homologable en ese sentido a la inmovilidad, la
incontinencia, el deterioro cognitivo y la inestabilidad postural.
En adultos mayores se describen:
1. Los vértigos
2. Los mareos de origen vascular
3. Desequilibrio
4. Los síntomas inespecíficos
5. Causas mixtas
6. El fisiológico o Cinetosis, que es poco frecuente.
Mareo inespecífico u otros síntomas: Aquí se incluye a todos los pacientes que no
reúnen características para ubicarse en ninguno de los grupos previos. Es un grupo
heterogéneo en el que predominan descripciones tales como: “cabeza flotando”,
“sensación de estar en una nebulosa”, “embotamiento”. Clásicamente se atribuyen a
causa psicógena aunque, como veremos, en los ancianos no siempre tienen esta
etiología.
Por ejemplo, una persona joven con un problema vestibular periférico sentirá
mareos pero rápidamente compensará la situación con los otros sistemas
sensoriales indemnes, como la vista y la propiocepción. Un anciano con el mismo
cuadro probablemente tenga más dificultades para compensar con eficiencia la
función vestibular deteriorada porque la propiocepción y la vista también han
experimentado cambios asociados a la edad que deterioran su capacidad fisiológica
y no pueden compensar rápidamente el déficit del otro pivot del equilibrio.
Se debe preguntar acerca del patrón temporal: Los mareos podrán darse de manera
paroxística como en el vértigo posicional benigno –VPB- o en los cuadros pre-
sincopales o si la sensación es continua como en el desequilibrio, el dato de patrón
temporal es muy orientador ya que hará pensar en diferentes etiologías (las crisis de
VPB duran un minuto o menos, el vértigo de un accidente isquémico transitorio
vértebro-basilar dura entre 5 y 20 minutos, los síntomas de la enfermedad de
Meniere duran varias horas, en un accidente cerebrovascular de fosa posterior o
una neuronitis vestibular los síntomas son continuos y duran varios días. Una vez
que conocemos que se trata de mareos y conocemos patrón temporal , pasaremos
al paso 3.
Factores desencadenantes:
Síntomas acompañantes:
Varias son las enfermedades que pueden cursar con mareos. Resfrío o Sinusitis
porque pueden aumentar la presión interna del oído interno y desestabilizar al
vestíbulo. La enfermedad de Parkinson por la inestabilidad de los reflejos posturales
que produce, el ACV del territorio posterior cuando involucra centros del equilibrio o
el vestíbulo mismo. Las alteraciones en la visión por pérdida de uno de los pilares
de ingreso de información sensorial al Cerebro (ver Fig. 1), las Neuropatías por
idéntica razón y los pre sincopes y síncopes como causa de mareos de origen
vascular (se describirán en otra entrega). Un párrafo aparte merecen las drogas que
pueda estar utilizando el paciente. Muchos medicamentos y su interacción entre
ellos suelen provocar mareos (ver Tabla 2) y una adecuada anamnesis al respecto
es siempre necesario cuando se evalúa un caso de mareos en una persona mayor.
Ante la consulta por mareos siempre se debe interrogar acerca de la inclusión de un
nuevo fármaco. Se tiende a pensar que una pequeña dosis de un fármaco no
justifica la aparición de mareos. Si bien un cuadro severo de mareos no puede
asociarse a dosis minimas de BZD es necesario tener presente que dosis bajas
pueden contribuir a empeorar un cuadro de otra causa , inhibiendo mecanismos
compensadores. Interrogar también el consumo de alcohol , debido a que este
puede producir hipotensión ortostática, embotamiento, enlentecimiento de los
reflejos posturales con desequilibrio y, en dosis más altas, toxicidad cerebelosa.
Afectación vestibular-ototóxica
Antiarrítmicos (quinidina).
Sales de oro.
Afectación cerebelosa
Antiepilépticos.
Benzodiazepinas.
Antidepresivos.
Opiáceos.
Neurolépticos.
Fenciclidina.
Tolueno.
Quimioterápicos.
Hipotension ortostática
Levodopa,
Blqueantes alfa
Aantidepresivos
Antihipertensivos
Desequilíbrio
Antihipertensivos
Anticonvulsivantes
Antipsicoticos
Sedantes
Metrotexate
Cuando hay lesión de un vestíbulo la prueba de la marcha con los ojos cerrados es
muy sensible. El paciente debe caminar durante 30” con los brazos extendidos hacia
adelante y los ojos cerrados por la sala de examen. Tiene que caminar derecho. Los
pacientes con daño unilateral del vestíbulo giran 30 a 45°. Una prueba positiva
confirma por ejemplo un daño unilateral por una laberintitis aguda previa o una
lesión traumática o vascular.
Mareo psicógeno.
Mareo multisensorial
La hipótesis más aceptada entre los expertos para explicar los episodios de vértigo
que aparecen al mover el cuello es que en realidad se trata de cuadros de origen
vestibular no claramente tipificados.
El Vértigo se describe como una alteración vestibular y puede estar causada por:
El Vértigo por definición es una ilusión de movimiento, del paciente respecto a los
alrededores o viceversa. El origen del nombre sugiere una sensación de rotación
pero puede aplicarse a cualquier experiencia de movimiento en cualquier dirección.
Fisiopatología
Los movimientos de la cabeza lo exacerban, pero después de unos días este puede
cesar aunque la cabeza se mueva. Los pacientes recobran gradualmente el
equilibrio en el tercer o cuarto día desde el inicio ellos pueden caminar o moverse
inestablemente por la habitación, agarrándose de objetos para no caerse o sentirse
más confortables con su equilibrio. Al final del décimo día ya es posible
generalmente caminar sin desequilibrio dinámico de la marcha. Después de tres
semanas la marcha habitualmente es normal, pero los pacientes adultos mayores
pueden sentirse inseguros, particularmente en la oscuridad o cuando están
agotados. La recuperación es lenta y menos completa en los ancianos. Esta se basa
en cambios compensatorios en el Cerebro, y el desequilibrio puede recurrir
temporariamente cuando la compensación adquirida se deteriora, por ejemplo a
través de defectos en los sistemas sensoriales, cansancio, otras enfermedades,
drogas o la atrofia cerebral propia de la edad.
4. Realización del examen físico y maniobras específicas
Si existiera algo diferente a esto, se puede inferir una causa más seria de origen
central requiriendo la evaluación un estudio por imágenes, preferentemente una
Resonancia por Imágenes del Cerebro con cortes bajos.
Hay características del nistagmo que hacen sospechar su origen central. Estas son:
Nistagmo persistente por más de unas semanas, que las sacudidas cambien de
dirección (fase rápida), en el tiempo o al cambiar la dirección de la mirada, sacudir
los ojos en otras direcciones distintas a la horizontal (vertical) o tener ataxia de las
sacudidas, o sea nistagmo diferente en cada ojo.
Nistagmo persistente
Cambio de dirección de las sacudidas oculares
Nistagmo vertical
Nistagmo atáxico
Medicación antivertiginosa
No existe una droga específicamente antivertiginosa, más bien existen
medicaciones que, entre sus variados efectos, tienen propiedades antivertiginosas.
Todas las drogas que se usan para el vértigo tienen que tener acción moduladora
sobre neurotransmisores, por lo que ninguna de ellas está exenta de efectos
indeseables. La histamina (H) la acetilcolina (Ach) son neurotransmisores
implicados en la sensación de vértigo y los vómitos asociados a éste. También hay
otros neurotransmisores en estudio, como el GABA y la serotonina, pero los más
importantes serían los dos primeros. Los antihistamínicos anti receptores H1 son
sedantes laberínticos muy usados para el tratamiento sintomático de los vértigos de
cualquier etiología. Los antihistamínicos efectivos son los de primera generación,
que pasan la barrera hemato-encefálica. Los más usados comúnmente son el
dimenhidrinato y la difenhidramina. El dimenhidrinato es efectivo como
antivertiginoso y antiemético, se indican 50 a 100 mg tres veces por día. La dosis
habitual es de 50 mg cada 8 horas). La difenhidramina tiene un perfil similar a la
droga anterior y se indica en dosis de 25 a 100 mg 3 veces por día. La dosis
habitual es de 50 mg cada 8 hs . Si bien ambas drogas son altamente efectivas en
el alivio sintomático del vértigo de cualquier origen y de los vómitos asociados,
tienen el inconveniente de producir sedación, mediada por efecto anticolinérgico
central, que puede limitar seriamente su uso en ancianos frágiles, polimedicados o
con deterioro cognitivo preexistente. En estas condiciones el efecto anticolinérgico
puede ser causa desencadenante de un síndrome confusional agudo o, en caso de
uso crónico, de empeoramiento cognitivo. Además del efecto anticolinérgico central
deben tenerse en cuenta posibles efectos anticolinérgicos periféricos de estas
drogas que producen: sequedad bucal, espesamiento de las secreciones, aumento
de la presión intraocular, inhibición de la contracción del detrusor, etc. Por otra
parte, el uso crónico de estas medicaciones puede inhibir mecanismos normales
compensadores del vértigo, perpetuando los síntomas. Finalmente, cuando se los
indica erróneamente para otro tipo de mareos no vertiginosos pueden empeorar la
situación: esto sucede, por ejemplo, cuando se los usa en el desequilibrio. La
cinarizina en dosis de 75 a 150 mg diarios y la flunarizina en dosis de 10 mg diarios
también tienen efecto anti H1. Deben utilizarse sintomáticamente solo en
tratamientos cortos y con mucha precaución en los ancianos porque tienen efecto
depresor sobre el SNC y además pueden producir parkinsonismo medicamentoso
con su uso crónico. La prometazina y la clorpromazina son potentes antieméticos y
antivertiginosos, que constituyen una opción para el tratamiento de los pacientes
con síntomas severos (por ejemplo, en el caso de una neuronitis vestibular). No
tienen ningún rol en el VPB o en los vértigos con síntomas leves o moderados, y,
dados sus potentes acciones sedantes y su prolongada vida media, en lo posible
debería evitarse su uso en los ancianos. La betahistina es una droga que no tiene
efecto anti H1, sino que actúa sobre los receptores H3, aunque se desconoce el
mecanismo último de su acción vertiginosa. La dosis es de 8 mg, dos veces al día.
Esta droga produce menos sedación que los anti H1 y su principal utilidad radica en
el manejo sintomático del vértigo crónico (por ejemplo, el síndrome de Meniere o los
episodios vertiginosos repetitivos, crónicos, de causa no clara). No hay datos
específicos acerca de la seguridad de su uso en los ancianos
Ludman H, Wrigth T. Disease of the Ear, 6th Ed. Arnold-Hodder, London, 1998.
Luxon LM (ed.) Textbook of Audiological Medicine. Taylo & Francis, London, 2003.
Kao AC, Nanda A, Williams CS, Tinetti ME. Validation of dizziness as a possible
geriatric syndrome. J Am Geriatr Soc 2001; 49 (1): 72-5.
Tinnetti MD, Williams MPH, Gill MP. Dizziness among older adults: a possible
geriatric syndrome. Ann Intern Med 2000; 132: 337-44.
Vértigo crónico e inestabilidad postural. En: Beers MH, Berkow R, editores. Manual
Merck de Geriatría. 2.ª ed. Madrid: Harcourt; 2001. p. 181-94.
Baloh RW. Vestibular and auditory disorders. Curr Opin Neurol 1996; 9(1): 32-6.
Hotson JR, et al. Acute vestibular syndrome. N Engl J Med 1998; 339(10): 680-5.
Sloane PD, et al. Dizziness: state of the science. Ann Intern Med 2001; 134(9 Pt 2):
823-32.
Sloane PD, et al. Psychological factors associated with chronic dizziness in patients
aged 60 and older. J Am Geriatr Soc 1994; 42(8): 847-52.
Wolf SL, et al. Reducing frailty and falls in older persons: an investigation of Tai Chi
and computerized balance training. Atlanta FICSIT Group. Frailty and Injuries:
Cooperative Studies of Intervention Techniques. J Am Geriatr Soc 1996; 44(5): 489-
97.
G
Bakhit M, Heidarian A, Ehsani S, Delphi M, Latifi SM.. Clinical assessment of dizzy
patients: the necessity and role of diagnostic tests.Glob J Health Sci. 2014 Mar
24;6(3):194-9.
Kim JS, Zee DS. Clinical practice. Benign paroxysmal positional vertigo.N Engl J
Med. 2014 Mar 20;370(12):1138-47.
www.nice.org.uk/vértigo
http://www.aafp.org/afp/2010/0815/p361.html
http://www.entnet.org/content/clinical-practice-guidelines
Introducción
Cabe destacar, que de los ancianos que caen, solo la mitad tiene la habilidad de
incorporarse sin ayuda, el resto puede sufrir de “long lie” o caída prolongada. Esto
se relaciona con una mayor declinación funcional y mayor riesgo de
institucionalización.
Muchos ancianos no cuentan con cuidadores confiables con quien vivir, lo cual
aumenta la probabilidad de internaciones prematuras en hogares o instituciones de
tercer nivel.
Aunque las caídas suelen asumirse como una consecuencia natural del proceso del
envejecimiento, la evidencia indica que las caídas no son una consecuencia
fisiológica e inevitable del envejecimiento, sino el resultado de la interacción de
factores precipitantes con causas predisponentes tanto agudas como crónicas.
Por su alto impacto en la salud y los costos que generan, las caídas de los ancianos
constituyen un serio problema de salud pública
Los servicios de salud requieren de expertos que evalúen y traten a los adultos
mayores, incluyendo a aquellos con múltiples co morbilidades y limitaciones
funcionales .Coordinar entre todas las organizaciones de cuidados de salud, es la
clave para lograr calidad en el cuidado y controlar costos
Las intervenciones que demostraron ser efectivas, son la terapia física y los
ejercicios, la reducción de la medicación y el acondicionamiento del hogar.
Mientras los desafíos y barreras existen, las estrategias para prevenir las caídas
pueden ser incorporadas en la práctica clínica.
Entonces, los médicos deben informarse acerca de las prácticas que puede
incorporar en la práctica médica, para la prevención de caídas. Además, los
pacientes necesitan acceder a explicaciones que los ayuden a tomar decisiones
acerca de propio cuidado
• Definición
La caída es un evento caracterizado por la pérdida de la estabilidad postural con un
desplazamiento no intencional del centro de gravedad hacia un nivel inferior,
generalmente, el piso, sin que haya mediado una pérdida previa del conocimiento o
del tono postural.
Se excluyen de esta definición algunas situaciones como: las caídas asociadas con
accidentes cerebrovasculares, convulsiones o con un agente externo de alto
impacto (por ejemplo, un empujón intencional). Estas situaciones tienen causas y
factores de riesgo totalmente diferentes a lo que hemos definido arriba como “caída”
por lo que no las consideraremos en este capítulo.
Los ancianos no son los únicos que se caen; otras poblaciones con alta incidencia
de caídas son los niños y los deportistas pero, a diferencia de éstos, los ancianos
tienen una alta susceptibilidad al daño producido por cada caída. Una serie de
factores, como la disminución de la resistencia ósea y pérdida de masa muscular, la
alteración de los reflejos defensivos (anteponer las manos), la incapacidad para
pararse después de caerse, etc., hacen que, en los ancianos, a diferencia de lo que
sucede en los niños y en los atletas, las caídas sean un problema con
consecuencias importantes desde el punto de vista de la salud.
Los ancianos no sólo tienen una alta incidencia de caídas sino que, además, son
más susceptibles a ellas y más vulnerables a sus consecuencias. Estas
características convierten a las caídas en un problema de gran relevancia entre los
adultos mayores.
Los accidentes constituyen la sexta causa de muerte en los mayores de 65 años
siendo las caídas la principal causa de muerte por accidente (70%). La muerte por
caídas se relaciona, sobre todo, con la fractura de cadera y sus complicaciones,
pero también puede resultar de otras lesiones (por ejemplo, un hematoma subdural)
o ser secundaria a complicaciones como neumonías, tromboembolismo de pulmón,
hipotermia, etc.
Del total de las caídas, aproximadamente el 15% al 20% resulta en una injuria que
requiere tratamiento médico u hospitalización. El 10% de ellas son injurias severas
(por ejemplo, traumatismo craneoencefálico, hematomas cutáneos extensos,
lesiones de partes blandas o músculoesqueléticas) y entre el 3% y el 5% cursan con
fracturas.En orden de prevalencia los ancianos se fracturan la muñeca (44%), la
columna vertebral (16%) y la cadera (13%). Otros sitios frecuentes son el codo, la
rótula y las costillas. La fractura de cadera es la más seria. El 25% de los pacientes
con fractura de cadera muere dentro de los seis meses posteriores a la misma, el
60% presenta reducción permanente de la movilidad y el 25% aumenta su
dependencia funcional. La yacencia prolongada en el suelo es otra consecuencia
adversa de las caídas y del mal estado general del paciente. Se considera que los
ancianos que se caen y permanecen más de una hora en el piso tienen 50% de
posibilidades de morir dentro de los seis 6 meses siguientes.
Las caídas son la principal causa de muerte por accidente en los ancianos.
Además, son causa de injurias de mayor o menor gravedad, de restricción de
actividades y de deterioro de la capacidad funcional.
Muerte
Fracturas
Médicas Hematomas
Laceraciones
Hospitalizaciones
Complicaciones iatrogénicas
Psicológicas Depresión
Ansiedad
Dependencia
Sociales Aislamiento
Inmovilidad
Factores intrínsecos
Las frecuentes condiciones que afectan el equilibrio en los ancianos, referidas aquí
como factores de riesgo intrínsecos para sufrir caídas, se enumeran en la tabla 1.
Depresión.
Hospitalización reciente.
Diuréticos
Hay estudios que han intentado establecer el peso de cada factor de riesgo como
predictor de caídas (Tabla 3). Los mejores predictores son la presencia de debilidad
muscular (particularmente en la cintura pelviana), el antecedente de caída previa y
la presencia de trastornos del equilibrio y/o de la marcha. Cada uno de ellos
aumenta tres a cuatro veces el riesgo de nuevas caídas en el anciano que los tiene
(en comparación con quien no los tiene). Además de los mencionados, otros
predictores importantes son los ya mencionados factores de riesgo intrínsecos y la
depresión y la demencia (que actúan alterando el equilibrio y enlenteciendo las
respuestas adaptativas y los reflejos de defensa).
Tabla 3. Algunos factores de riesgo para sufrir caídas en relación con la probabilidad de
sufrir una nueva caída (la probabilidad es expresada en riesgo relativo u odds ratio).
Otro aspecto a tener en cuenta entre los factores intrínsecos es el rol de las
enfermedades agudas o la exacerbación de las crónicas. El riesgo de caídas está
muy aumentado durante estos episodios, así como luego de una internación por un
problema agudo, durante el mes siguiente al alta hospitalaria.
¿Qué relación tienen los factores de riesgo para sufrir caídas con la fragilidad? Las
condiciones y el déficit que conducen al estado de fragilidad son prácticamente los
mismos que se consideran factores de riesgo para sufrir caídas: desequilibrio, déficit
sensorial, trastornos de la marcha, polimedicación, deterioro cognitivo, depresión,
problemas osteoarticulares, comorbilidades crónicas, etc.
Factores extrínsecos
Los referidos al medio ambiente son : escaleras, escalones, alfombras , pasillos mal
iluminados, baños incómodos o sin barandas, etc. (más adelante, en el apartado de
evaluación, expondremos un listado de los principales factores extrínsecos que se
relacionan con caídas del anciano en el hogar).
Una caída “accidental” o debida a factores extrínsecos ocurre cuando el estrés del
medio sobrepasa las capacidades homeostáticas del individuo para corregir su
postura, y no caer, sin embargo, en los ancianos es inapropiado atribuir la caída
solamente a la presencia de un obstáculo sin buscar, además, problemas propios
del paciente que lo pongan en riesgo de caerse.
La caída de un anciano no debería atribuirse solo a factores extrínsecos; lo
recomendable es buscar siempre problemas propios del paciente que lo pongan en
riesgo de caerse.
Algunos autores, con los que coincidimos, encuentran difícil utilizar en la práctica la
clasificación de factores en intrínsecos y extrínsecos para determinar la o las causas
de la caída de cada paciente individual. Por ejemplo, en una caída que es
provocada claramente por un factor extrínseco, la causa no sólo se debe al factor
del entorno; sino también a la dificultad intrínseca del paciente para eludirlo. En ese
sentido, preferimos denominar a los factores como preponderantemente intrínsecos
o preponderantemente extrínsecos.
a) Ancianos vigorosos (no frágiles) que han tenido un único evento o que sufren
caídas muy esporádicas: se trata de ancianos en buen estado general, activos y, en
consecuencia, más expuestos a los factores externos. Estos pacientes, por lo
general, no tienen trastornos de la marcha, sufren un único evento por un factor
externo desencadenante claro (por ejemplo, al subirse a una escalera para podar un
árbol del jardín). Estos episodios pueden ocurrir fuera del hogar y, en ellos, los
factores del entorno tienen un papel preponderante. En este grupo también se
ubican los pacientes vigorosos con cuadros sincopales o accidentes isquémicos
transitorios que, sin serlo, pueden presentarse como una caída. En estos casos, no
hay un factor extrínseco evidente y, típicamente, en la consulta ambulatoria general,
se tarda en encontrar una causa diagnóstica clara del evento. Aquí suele ser útil
repasar la lista de medicamentos que el anciano está tomando, haciendo especial
hincapié en aquellos con efecto sedante y/o hipotensor así como realizar pruebas
hemodinámicas como la búsqueda de hipotensión ortostática, el masaje del seno
carotídeo, el tilt test, etc. (para una sistemática de evaluación de estas caídas
presuntamente originadas en síncopes.
b) Ancianos frágiles o con múltiples factores de riesgo, con caídas reiteradas (tres o
más en el año): enestos pacientes las caídas suelen ocurrir en el hogar, durante
actividades básicas como ponerse de pie, caminar o asearse. Estos pacientes
presentan trastornos del equilibrio y de la marcha que son la vía final común por la
que se expresan sus múltiples problemas de salud. En estos pacientes las caídas
representan realmente un gigante de la geriatría y son un marcador de
vulnerabilidad que, frecuentemente, influye en la decisión de institucionalizar al
geronte.
Las caídas en los ancianos frágiles, o con múltiples factores de riesgo, se producen
en el hogar, mientras desarrollan sus actividades básicas como asearse o
trasladarse. En ellos, el desencadenante extrínseco es mínimo y, en ocasiones,
imposible de determinar.
Interrogatorio
Es fundamental recabar datos en relación a caídas previas y sus circunstancias,
como fueron, donde se produjeron, si se acompañaron o estuvieron precedidas por
algún síntoma.
El tipo de calzado utilizado, la superficie sobre la que ocurrió la caída, si estaba solo
o si estaba realizando alguna tarea, son otros datos importantes.
Investigar las conductas del paciente antes o durante la caída y su estado anímico
posterior al episodio resulta de invalorable ayuda para comprender la problemática
de la situación. Por ejemplo si tenía previamente o si apareció después de la caída
miedo a caer.
Examen físico
Se debe evaluar:
4.- Pedirle al paciente que estando parado cierre los ojos ayudará a poner en
evidencia problemas vestibulares o alteraciones sensitivas.
8.- El equilibrio se evaluará pidiéndole al paciente que se pare sobre un pie en forma
alternada. Si no puede permanecer durante cinco segundos es indicador de una
marcada inestabilidad. También se evaluará al paciente con los pies juntos, en semi
tandem y tándem en forma alternada durante 10 segundos en cada posición .
El apoyo bipodal (tandem) sin mediar distancia entre un pie y el otro también es una
medida de equilibrio .
El uso de pruebas como el get up and go, SPPB (Short Physical Performance
Battery) o el POMA pueden ser útiles tanto para la evaluación clínica como para
aplicarse en el contexto de trabajos de investigación.
El get up and go consiste en pedirle al paciente que sentado en una silla, se pare sin
usar los brazos, camine 3 metros en línea recta, gire 360 grados, vuelva y se siente
en la misma silla (ver gráfico 1). Permite evaluar fuerza, equilibrio, características y
velocidad de la marcha, forma del giro, etc. Un anciano normal completa la prueba
en un tiempo igual o menor a 10 segundos, si tarda menos de 20 segundos se
considera con un riesgo intermedio de caerse y si tarda más de 20 segundos se
considera como de riesgo elevado.
Esto incluye educación al paciente para modificar las conductas que puedan ser
riesgosas, como asi también la adecuación del calzado, en caso de ser necesario.
Disminuir tanto las dosis de psicofármacos como el número total de fármacos que
se relacionen con un aumento en el riesgo de caídas que toma el paciente, también
puede ser beneficioso (26).
Las personas que tengan disminución de la agudeza visual o auditiva deberían ser
evaluadas por un especialista.
• Rastreo de caídas
Conclusiones
Las causas más frecuentes de las mismas son: edad mayor de 75 años, trastornos
de la marcha, disminución de fuerza de miembros inferiores, inestabilidad,
polifarmacia, depresión y demencia. Se recomienda interrogar al paciente o al
cuidador sobre el antecedente de caídas en el último año (Recomendación grado
A).
Los pacientes que han presentado caídas deben ser evaluados por lo menos con
una prueba Get up & go o con una evaluación personalizada, en que se debe incluir
la identificación de factores de riesgo que predisponen a las caídas.
(Recomendación de expertos)
Lecturas recomendadas
1. Cobbs EL, Duthie EH, Murphy JB eds. Geriatrics Review Syllabus. A Core
Curriculum in Geriatric Medicine. 5th Edition. Malden, MA. Blackwell Publishing for
the American Geriatrics Society; 2002. Chapter 21: Falls, 148-54.
8.Cobbs EL, Duthie EH, Murphy JB eds. Geriatrics Review Syllabus. A Core
Curriculum in Geriatric Medicine. 5th Edition. Malden, MA. Blackwell Publishing for
the American Geriatrics Society; 2002. Chapter 22: Gait Disturbances, 154-59.
9. Jahn K, Zwergal A, Schniepp R. Gait Disturbances in old age: Classification,
Diagnosis, and Treatment From a Neurological Perspective. Dtsh Arztebl Int. 2010;
107 (17): 306-16.
14. Lee J, Kwok T, Leung PC y cols. Medical illnesses are more important than
medications as risk factors of falls in older community dwellers: A cross-sectional
study. Age Ageing. 2006; 35 (3): 246-51.
16. Brignole M. Distinguishing syncopal from non syncopal causes of fall in older
people. Age Ageing. 2006; 35 (S2): ii46-ii50.
17. Ganz D. Bao Y, Shekelle P. Will my patient fall? JAMA. 2007; 297: 77-86.
19. Lord S, Menz H, Sherrington C. Home environment risk factors for fall in older
people and the efficacy of home modifications. Age Ageing 2006; 35 (S2): ii55-ii59.
20. Bischoff-Ferrari R, Hughes C, Willett W y cols. Effect of vitamin D on falls: a
meta-analysis. JAMA 2004; 291 (10): 1999-2006.
22. Woo J, Hong A, Lau E y cols. A randomized controlled trial of Tai Chi and
resistance exercise on bone health, muscle strength and balance in community-living
elderly people. Age Ageing. 2007; 36 (3): 262-68.
23. Zijlstra G, van Haastregt J, van Eijk J y cols. Prevalence and correlates of fear of
falling, and associated avoidance of activity in the general population of community-
living older people. Age Ageing. 2007; 36 (3): 304-09.
25. Verhagen A, Immink M, van der Meulen A y cols. The efficacy of Tai Chi Chuan
in older adults: a systematic review. Family Practice 2004; 21: 107-13.
27. Rastogi Kalyani R, SteinB, Valiyil R y cols. Vitamin D treatment for the prevention
of falls in older adults: systematic review and meta-analysis.. J Am Geriatr Soc.
2010; 58 (7): 1299-1310.
28.- Guideline for the prevention of fall in older persons. J Am Geriatr Soc. 2001; 49:
664-72.
Capítulo 5
Introducción y concepto
Se puede distinguir:·
● una inmovilidad relativa, en la que el anciano lleva una vida sedentaria pero es
capaz de movilizarse con menor o mayor independencia, y·
● una inmovilidad absoluta, que implica el encamamiento crónico, estando muy
limitada la variabilidad postural.
Epidemiología
La inmovilidad aumenta con la edad. El 18% de los mayores de 65 años tiene
problemas para moverse sin ayuda, y a partir de los 75 años más del 50% tiene
problemas para salir de su casa, de los que un 20% quedan confinados en su
domicilio.
Causas ambientales
Barreras arquitectónicas: obstáculos físicos, tanto en el domicilio como en el
exterior. Inexistencia de elementos de ayuda (bastones, andadores, pasamanos).
Factores sociales
Soledad.
Sistemas afectados
Las alteraciones más frecuentes de los principales sistemas en los individuos
inmovilizados son:
Anamnesis
Situación basal
● Las actividades instrumentales de la vida diaria, que son las que determinan si
un sujeto puede ser capaz de vivir de forma totalmente independiente en la
comunidad. Se pueden valorar por distintas escalas, siendo la más
recomendable por su facilidad y validez la Escala de Lawton.
● Las actividades básicas de la vida diaria (o de autocuidado), que se hallan muy
relacionadas con la movilidad, ya que precisan de las misma para su realización.
Es de elección la Escala de Barthel, por presentar una buena sensibilidad a los
cambios que se producen en estos enfermos.
Historia farmacológica
Hay que valorar edad, estado civil, nivel educativo, nivel socioeconómico, entorno
social y familiar, ya que estos factores pueden condicionar o agravar un problema
de movilidad. El conocimiento de los recursos sociales (relaciones sociofamiliares,
grado de apoyo social formal e informal) se puede conseguir mediante escalas de
valoración, como la OARS.
Exploración general
Piel. Buscar úlceras por presión incipientes y zonas de fragilidad que requieran
protección.
Evaluación podológica. Valorar estado de la piel, vascularización, anejos (uñas),
deformidades y zonas dolorosas. Tipo de calzado utilizado (suela, fijación, altura del
tacón).
Para valorar la movilidad del paciente, éste debe llevar su calzado y vestido
habituales, y usar los dispositivos de ayuda (bastones, andador) que emplee
normalmente. De ser posible, se realizará la valoración en el medio en que se
desenvuelva de forma habitual. La exploración de la movilidad comprende:
Manejo de la inmovilidad
Plan de actuación
● En pacientes acostados deben hacerse cada 1-2 horas, para minimizar los
efectos de la presión continuada sobre las prominencias óseas.
● En pacientes sentados se realizarán cada 10 minutos, levantando al mismo
durante 10 minutos, para evitar la aparición de úlceras por presión a nivel sacro.
Higiene. Con agua y jabón neutro y con esponja suave, seguido de un buen
aclarado y secado perfecto (especialmente los pliegues). La cama y/o silla estarán
limpias, secas y sin ningún objeto extraño (migas de pan). Las sábanas deben ser
suaves y no formar arrugas. La habitación bien ventilada y a temperatura adecuada.
Paciente encamado
Sedestación en sillón
Bipedestación
Deambulación
Mantenimiento
Debe adecuarse al grado de tolerancia física del paciente. El programa debe incluir
ejercicios respiratorios, flexionar y extender los miembros, practicar levantarse-
sentarse, dar paseos cortos varias veces al día y, si es posible, realizar algún tipo de
gimnasia. El objetivo fundamental es reforzar los grupos musculares directamente
implicados en asegurar la autonomía en las actividades de la vida diaria, sobre todo
para la deambulación. La coordinación puede potenciarse con la realización seriada
de un determinado ejercicio. Las manualidades son una buena alternativa.
Adaptaciones en el hogar
Son otra forma de mejorar la movilidad. Entre estas adaptaciones podemos citar:
Prevención de la inmovilidad
La mejor medida preventiva es mantener el grado de movilidad. Diversos estudios
coinciden en señalar el ejercicio, y en general la actividad física, como principal
factor para prevenir la inmovilidad. Los beneficios del ejercicio no disminuyen con la
edad. Así se produce un aumento de la capacidad cardiovascular, de la musculatura
y de la densidad ósea, disminuye la ansiedad, la hostilidad y los síntomas
depresivos, y favorece la socialización.
El anciano que lleva un tipo de vida autónoma y activa con la realización regular de
ejercicio tiene disminuido estadísticamente su riesgo de mortalidad. Los mayores
que han hecho ejercicio desde siempre envejecen mejor y presentan menor
incapacidad funcional. Según diversos estudios, la población que realiza menos
ejercicio físico son los ancianos muy mayores y de sexo femenino.
Introducción
Las úlceras por presión constituyen una de las complicaciones más graves en
personas con problemas de movilidad y se desarrollan con mayor frecuencia en
pacientes hospitalizados. Su incidencia aumenta en pacientes de edad avanzada,
con múltiples patologías, en especial aquellas que alteran la movilidad y disminuyen
la perfusión de los tejidos. Un paciente inmovilizado puede desarrollar lesiones en el
transcurso de tres a seis horas.
Definición
Se llama úlcera por presión a aquella lesión de la piel que se produce
secundariamente a alteraciones en la circulación a nivel local, debidas a la presión o
fricción ejercida entre dos planos; éstas pueden afectar, según la gravedad, la zona
de epidermis, la dermis, el tejido celular subcutáneo, el músculo e incluso la
articulación.
Figura 1.
Epidemiología
La incidencia y prevalencia es variable, de acuerdo con el tipo de institución donde
se realicen los estudios. La mayoría ocurren en hospitales y su incidencia es del 3%
al 30%. Aparecen generalmente dentro de las primeras dos semanas. El 70%
ocurren en mayores de 70 años, sobre todo en aquellos que padecen enfermedades
que reducen la movilidad.
Etiopatogenia
Si bien la principal causa de su desarrollo es la presión ejercida entre dos planos
duros, la etiología es multifactorial (Figura 2). La presión es una fuerza que actúa
perpendicular a la piel como consecuencia de la gravedad y provoca un
aplastamiento tisular entre dos planos, uno perteneciente al paciente y otro externo
a él. La fricción es una fuerza tangencial que actúa paralelamente a la piel y produce
roces por movimientos o arrastre. Otro factor que influye es el tiempo de exposición,
en el que participan también, factores locales dependientes del paciente como: la
edad, la masa muscular, la temperatura y la humedad, el estado nutricional,
patologías asociadas que alteran la perfusión y que modifican la resistencia tisular.
Generalmente, los planos duros están compuestos, por un lado, por las
prominencias óseas del paciente, tanto fisiológicas como deformidades, y, por otro
lado, los planos duros externos al paciente, dentro de los que se encuentran la
cama, la silla, el calzado o cualquier otro objeto externo.
La presión
La fricción
El pinzamiento vascular
Combina los efectos de presión y fricción (ejemplo: posición de Fowler, que produce
deslizamiento del cuerpo, puede provocar fricción en sacro y presión sobre la misma
zona).
Clasificación
Las úlceras por presión se clasifican en distintos estadios, de acuerdo con los
tejidos afectados. The National Pressure Ulcer Advisory Panel los divide en cuatro
estadios, según la gravedad de la extensión de la lesión
UPP grado I
UPP grado II
Figura 3.
GRADO I GRADO II
Se observa en este estadio una lesión más profunda con bordes más evidentes y
destrucción del celular subcutáneo. Alteración del tejido muscular con o sin
exudados o necrosis. Según los autores, puede afectar o no la fascia muscular.
UPP grado IV
En este estadio se pueden observar trayectos fistulosos, destrucción del tejido
muscular, que incluso se prolonga hasta las estructuras tendinosas, articulares y
óseas. Las lesiones se acompañan de exudado y necrosis del tejido afectado. La
profundidad de una etapa IV de úlcera por presión varía según la ubicación
anatómica. The bridge of the nose, ear, occiput and malleolus do not have
subcutaneous tissue and these ulcers can be shallow. El puente de la nariz, los
oídos, occipucio y maléolo no tienen tejido subcutáneo, y estas úlceras pueden ser
superficiales. En las lesiones donde se observe la presencia de tejido necrosado,
éste debe ser desbridado para determinar el grado de lesión, de acuerdo con la
profundidad.
Dentro de los cuatro estadios, las lesiones de grado I son las más frecuentes, casi el
47%.
Esta clasificación, sin embargo, tiene varias limitaciones. Una de ellas es que no
tiene en cuenta la progresión de la lesión o la cicatrización. Se han propuesto otras
definiciones que incluyen la descripción de exudados y la presencia de material
necrótico, pero no han demostrado ser de utilidad.
Figura 4.
GRADO IV
GRADO III
Localización
La mayoría de la úlceras aparecen en zonas de prominencias óseas. El desarrollo
de las mismas puede estar influenciado por el grado de inmovilidad y la posición que
adopte el paciente.
Las regiones más comunes donde aparecen son el sacro, el coccis y los talones,
cuando la persona adopta una posición supina. Caderas y tobillos, cuando la
persona permanece en posición lateral, y en glúteos, cuando deben permanecer
sentadas. Con menor frecuencia se observan lesiones occipitales, en rodillas,
escápulas, codo, barbilla, pabellón auricular. En la mitad inferior del cuerpo
aparecen el 95% de las lesiones.
Figura 5.
Factores de riesgo
Inherentes al paciente:
No inherentes al paciente:
Higiene insuficiente.
Impronta de ropa de cama.
Déficit en las medidas de prevención.
Desconocimiento del personal a cargo del cuidado.
Falta de tiempo para llevar a cabo los planes de prevención.
Falta de recursos económicos.
Recambio del personal en instituciones.
Fallas en la educación de la persona a cargo del cuidado del paciente.
Valoración clínica
La evaluación debe ser hecha de manera integral, centrando la atención en tres
dimensiones: la valoración del paciente, de la lesión y del entorno de cuidado.
Incluye:
Valoración inicial
Valoración nutricional
Figura 6.
Figura 7. Escala de Norton.
Valoración de la lesión
A la hora de describir una lesión ésta, debe ser lo más exacta posible lo cual
permitirá facilitar la comunicación entre los diferentes profesionales
implicados, y verificar la evolución y realizar el seguimiento adecuado de la
misma..
Se informara
Localización de la lesión.
Estadio: I, II, II, IV.
Diámetros, área afectada, profundidad la lesión.
Presencia de fístulas o excavaciones, y colecciones.
Descripción del lecho: Tejidos presentes en el lecho de la lesión, presencia de
tejido necrótico, esfacelado o de granulación.
Estado de la piel perilesional, que podrá encontrarse íntegra, macerada,
ezcematización, o con zona de celulitis.
Recordar que ante la presencia de tejido necrótico la lesión se debe desbridar
para determinar el estadio
Valoración psicosocial
Impacto social
El impacto social debe ser valorado en el paciente que está condicionado por el
deterioro en la calidad de vida, en el aspecto personal, la connotación negativa del
proceso mismo y, obviamente, si existen complicaciones como dolor.
El cuidado de la piel
Superficies de apoyo
El médico debe tener en cuenta varios factores cuando selecciona una superficie de
apoyo. Éstos incluyen las propias características de esa superficie de apoyo, que
puede ser dinámica o estática, la situación clínica del paciente, las características
del nivel asistencial y los aspectos socioeconómicos del paciente y a familia.
Cuando se ha formado una úlcera sobre las superficies de asiento, deberá evitarse
que el individuo permanezca sentado sobre las mismas.
Las superficies dinámicas son de elección para pacientes con importante grado de
inmovilidad, por ejemplo, pacientes en coma o posquirúrgicos, ortopédicos o
pacientes en estadios avanzados de demencia, y en aquellos que a pesar de estar
en una superficie estática presentan zonas de hiperemia reactiva. Son de aire
alternante y/o aire fluidificado.
Los recursos deben estar en relación con el riesgo del paciente, por lo que es de
suma importancia la utilización sistemática de escalas de valoración del riesgo de
desarrollar úlceras por presión que estén validadas en la bibliografía científica y que
se adecúen a las necesidades del contexto asistencial de referencia.
Educación
Desarrolle un programa de educación para prevenir úlceras por presión, que sea
organizado, estructurado y de fácil comprensión. Debe estar dirigido a pacientes,
familia, cuidadores, enfermeros y gestores, que incluya mecanismos de evaluación
sobre la eficiencia
Tratamiento
Nutrición
Soporte emocional
Cuidados específicos de la lesión
La cicatrización de las UPP es dificultosa. A medida que avanza el estadio son más
resistentes al tratamiento médico.
Siempre realizar una mirada global para valorar los distintos aspectos, teniendo en
cuenta que las lesiones de piel muchas veces se encuentran condicionadas por el
estado general del paciente, intercurrencias clínicas y el entorno psicosocial.
Nutrición
Nutricion
Soporte emocional
Cuidados especificos de la lesion
Las necesidades nutricionales de una persona con úlceras por presión están
aumentadas, debido a que se considera una situación clínica de alto gasto
energético y requiere para la curación, además,un buen estado de hidratación y
aporte de determinados nutrientes. El requerimiento proteico se estima entre 1 g y
1,5 g de proteínas/kg/día. Los suplementos vitamínicos y zinc no han demostrado
mejorar la cicatrización.
En caso de que la dieta habitual del paciente no cubra estas necesidades, se puede
recurrir a suplementos hiperproteicos de nutrición enteral oral. La alimentación
artificial por sonda nasogástrica o gastrostomia no previene el desarrollo de UPP.
Soporte emocional
En el caso de las úlceras por presión, éstas pueden tener unas consecuencias
importantes en el individuo y su familia en cuanto a la necesidad de cuidado y
soporte psicosocial, que no debe perderse de vista en la planificación y puesta en
marcha de estrategias de atención y abordaje interdisciplinario.
Cuidados de la úlcera
Elección de un apósito
La evidencia científica disponible ha demostrado la efectividad clínica de la técnica
de cura de heridas en ambiente húmedo, frente o la cura tradicional.
Lesiones de estadio II
Desbridamiento
Cortantes o quirúrgicos
Está considerado como la forma más rápida de eliminar áreas de escaras secas
adheridas a planos más profundos o de tejido necrótico húmedo. El desbridamiento
quirúrgico es un procedimiento cruento, que requiere personal capacitado para su
realización, de destreza y de una técnica específica y material estéril. Por otro lado,
la política de cada institución a nivel asistencial determinará quién y dónde
realizarlo. Excepto la toilette quirúrgica o desbridamiento radical hecho en quirófano,
en general se realiza en varios tiempos y del centro a la periferia, procurando lograr
tempranamente la liberación de tejido desvitalizado en uno de los lados de la lesión.
Debe utilizarse antiséptico local y realizar prevención del dolor con analgesia local
con gel de lidocaína o sistémica. La hemorragia puede ser una complicación
frecuente, que podremos controlar generalmente mediante compresión directa o
apósitos hemostáticos.
Químicos o enzimáticos
Autolítico
Se puede realizar con apósitos de cura húmeda o hidrogeles. Este último resulta un
mecanismo más lento que los procedimientos anteriores y menos traumático.
También debe tenerse en cuenta en pacientes que no toleren el procedimiento
quirúrgico. Es más selectivo, no traumático y no requiriere de habilidades
especiales, siendo generalmente bien aceptado por el paciente.
Desbridamiento mecánico
Limpieza de la lesión
Siempre se deben limpiar con solución salina, antes de comenzar y luego de cada
cura. Con mínima fuerza mecánica para la limpieza de la úlcera, al igual que para el
secado posterior. Con ejercicio de una presión de lavado efectivo, para facilitar el
arrastre de los detritus, bacterias y restos de curas anteriores, pero sin capacidad
para producir traumatismos en el tejido sano. Se debe tener en cuenta que la
presión de lavado más eficaz es la proporcionada por la gravedad.
No deben utilizarse productos antisépticos locales, como povidona yodada,
clorhexidina, agua oxigenada,ácido acético, solución de hiploclorito o limpiadores
cutáneos, debido a que todos son productos químicos citotóxicos para el nuevo
tejido y, en algunas casos, su uso continuado puede generar problemas.
Si bien todas las úlceras por presión están contaminadas por bacterias, esto no
quiere decir que las lesiones estén infectadas.
La infección de una úlcera puede estar influenciada por factores propios del
paciente y otros relacionados con la lesión, como el estadio, la presencia de tejido
necrótico y esfacelado, tunelizaciones, alteraciones circulatorias locales. Ante la
presencia de signos de infección local, deberá de intensificarse la limpieza y el
desbridamiento. Si transcurrido un período que oscila entre dos y cuatro semanas,
la úlcera persiste o evoluciona en forma tórpida o continua, con signos de infección
local, en primer lugar se aconseja descartar la presencia de complicaciones como
osteomielitis, celulitis o septicemia, y luego comenzar tratamiento con un antibiótico
local como, por ejemplo, sulfadiazina de plata o ácido fusídico, durante un período
máximo de dos semanas.
Tratamiento coadyuvante
Del mismo modo, siempre será necesario valorar elementos como la calidad de
vida, riesgo de recidiva, preferencias del paciente y la familia, enfermedades
concomitantes.
Cuidados paliativos
Los cuidados paliativos se plantean en geriatría con más frecuencia que en adultos
jóvenes y pueden deberse tanto a procesos oncológicos como no. Cuando el
proceso es progresivo y lento, le permite al médico establecer un plan de prevención
organizado y el adecuado manejo de la información. En el caso de que el paciente
desarrolle úlceras por presión a pesar de los cuidados, se deberá de actuar. Es una
complicación frecuente y en muchos casos en ese estadio inevitable. Se deben
plantear objetivos racionales y evitar técnicas agresivas. Se debe mantener limpia y
protegida la herida, para evitar el desarrollo bacteriano. Priorizar siempre el
bienestar del paciente y la calidad de vida. Tratamiento del dolor. En situación de
agonía, será necesario valorar incluso la necesidad de realizar cambios posturales
en el paciente.
Intervenciones clave
Bibliografía
Brillhart B. Pressure sore and skin tear prevention and treatment during a 10-month
program. Rehabil Nurs 2005;30(3):85-91.
de Laat EH, Scholte op Reimer WJ, van Achterberg T. Pressure ulcers: Diagnostics
and interventions aimed at wound-related complaints: a review of the literature. J
Clin Nurs 2005;14(4):464-72.
Gefen A. Risk factors for a pressure-related deep tissue injury: A theoretical model.
Med Biol Eng Comput 2007;45(6):563-73.
Kirby JP, Gunter OL. Prevention and treatment of pressure ulcers in the surgical
intensive care unit. Curr Opin Crit Care 2008;14(4):428-31.
Capítulo 6
Recordar que:
entrenados para detectarla. Sólo de esta manera podrán ofrecerles las diferentes
La pérdida debe ser involuntaria y por la uretra, motivo por el cual las fístulas
CONSECUENCIAS
Como la mayoría de los síndromes geriátricos la IO se asocia con un gran número
de consecuencias médicas, psicológicas y socioeconómicas.
Consecuencias médicas
Consecuencias económicas
El tipo de incontinencia
Edad del paciente
Factores culturales, familiares
La situación funcional previa
EPIDEMIOLOGÍA
Como hemos mencionado, la prevalencia de IO en la población ambulatoria y
autónoma mayor de 65 años es del 15%, con predominio femenino. Si analizamos la
prevalencia de este problema en poblaciones ancianas particulares, como las de los
pacientes internados por un problema agudo, los institucionalizados o los dementes,
los valores aumentan en forma progresiva (al 33%, 50% y 90%, respectivamente).
Un estudio de prevalencia de incontinencia de orina en población ambulatoria mayor
de 65 años, realizado en la Unidad de Medicina Familiar y Preventiva del Hospital
Italiano de Buenos Aires, en 1997, halló una prevalencia del 16% en las mujeres y
del 2% en los varones. Si consideramos que en la Argentina hay aproximadamente
33.000.000 de habitantes y, según el censo de 1991, la población mayor de 65 años
es del 8,9%, extrapolando prevalencia del Hospital Italiano (similar a la publicada),
existirían unos 441.000 incontinentes en la República Argentina.
Para tener idea del impacto económico que implica la IO en el área de salud basta
una cifra: en 1987 en EE.UU. se gastaron más de diez mil millones de dólares para
atender a los pacientes con este problema. Esta cifra excede el gasto generado por
los procedimientos de diálisis y de revascularización coronaria considerados juntos.
A pesar de la magnitud de estas cifras, la IO es un problema poco tenido en cuenta
en la atención de los ancianos. Habitualmente, los pacientes no consultan y los
médicos tampoco interrogamos sobre ella. Una muestra de ello es un estudio
realizado en Gran Bretaña, que halló que el personal de salud conocía la existencia
de este problema en sólo el 2,5% de sus pacientes mujeres y en el 1,3% de sus
pacientes varones. En el estudio mencionado previamente, realizado en el Hospital
Italiano de Buenos Aires, sólo el 7% de los pacientes refirió que sus médicos de
cabecera conocían el problema que los aquejaba (del 18% total de pacientes con
IO).
FISIOPATOLOGÍA
Para entender cómo se produce la IO en los ancianos, es importante repasar ciertos
aspectos básicos de la anatomía y la fisiología de la micción, y conocer los
fenómenos que normalmente ocurren con el envejecimiento.
El efecto neto de la interacción de los núcleos del sistema nervioso con los ganglios
pelvianos es comunicar el estado de llenado vesical al cerebro. Cuando se alcanza
el estado máximo de distensión vesical, ocurre la contracción del detrusor (facilitado
por el nivel 2) y el vaciado vesical. Esta respuesta refleja puede inhibirse
voluntariamente por el efecto del control cortical superior sobre los nucleos inferiores
(nivel 1). Cuando la persona encuentra un lugar y tiempo adecuados para orinar, se
interrumpe la inhibición del SNC y las contracciones (estimuladas desde el nivel 2)
inician el vaciado vesical (nivel 4). A estas contracciones se les suma el efecto del
aumento de la presión intraabdominal, a través de las contracciones de los
músculos del piso pelviano. Finalmente, este circuito se sincroniza con la relajación
del tracto de salida vesical y del esfínter uretral (niveles 3 y 4).
En resumen:
Normalmente, con el envejecimiento, se producen cambios que hacen que los ancianos
estén más predispuestos a la IO, pero esto no significa que este problema esté
justificado y que el médico deba tomarlo como un síntoma normal en esta etapa.
instalan crónicamente.
Tabla 1.
Podemos definir como IO permanente a aquella pérdida de orina que dura más de 6
meses y que no se cura definitivamente con el tratamiento impuesto.
Otras causas de aumento de las contracciones del músculo detrusor son la irritación
local de la vejiga debida a cálculos, cáncer o infecciones, y la distensión excesiva de la
vejiga, como producto de fármacos (diuréticos) o situaciones (glucosuria) que
aumentan el volumen urinario.
Entonces:
Los pacientes con IOU se caracterizan porque no pueden llegar a tiempo al baño, ya
que la aparición del deseo de orinar es súbita. La urgencia por orinar es su síntoma
característico. Las pérdidas se producen de día y de noche, y el volumen de orina
perdido en cada episodio es de moderado a importante. En estos pacientes, el residuo
posmiccional luego del vaciado vesical es pequeño.
Lleva este nombre porque se desencadena ante situaciones que aumentan la presión
intrabdominal. Se produce por múltiples factores que interactúan entre sí, entre los que
se encuentran la atrofia del epitelio de la uretra y del trígono vesical, debida a la
disminución de la concentración de estrógenos que produce la menopausia, y la
pérdida del tono muscular pelviano característico de la vejez (producido por la caída de
estrógenos y la atrofia muscular por sarcopenia). Los cambios anatómicos secundarios
a la multiparidad y, en algunos casos, la presencia de prolapsos también predisponen a
deteriorar el tono muscular en el piso de la pelvis. Estos factores contribuyen a una
mayor laxitud de los músculos que forman el diafragma urogenital, lo que puede facilitar
la herniación de la uretra (que normalmente es intraabdominal) y la pérdida de la
capacidad para lograr una adecuada continencia ante el aumento de presión
intrabdominal. Esto hace que ante ciertas maniobras, como toser o estornudar, se
produzca un aumento de la presión intrabdominal que se transmite simultáneamente a
la vejiga y a la uretra. Como ambas soportan igual aumento de presión, la orina no se
escapa. Ahora bien, cuando se produce la herniación de la uretra, el aumento de
presión se transmite solamente a la vejiga, ya que la uretra ahora está en una posición
extraabdominal. Esta diferencia de presiones hace que la orina se escape fácilmente.
Las pacientes que tienen prolapso vesical (cistocele) tienen de por sí la uretra ubicada
por debajo del piso pelviano y, como consecuencia, IOE, aunque las dos situaciones
pueden darse aisladamente, o a veces el prolapso ocultar una IO subyacente debido a
la distorsión que produce en la anatomía de la uretra. La presencia de vaginitis atrófica
con irritación y colonización bacteriana de la zona meatal genera disuria y empeora los
síntomas de la IOE.
La IOE es producto de una combinación de factores que conduce a una mayor laxitud
de los músculos que forman el diafragma urogenital y a la herniación de la uretra. Esta
última adquiere una posición extraabdominal y durante las maniobras de Valsalva su
presión de cierre es sobrepasada por la presión vesical, lo que desencadena la IO.
es raro que produzca IOREBO. Otras causas menos frecuentes de IOREBO son la
Los pacientes con este tipo de IO tienen pérdidas constantes de pequeñas cantidades
de orina. Al inicio pueden referir dolor o molestias hipogástricas. Muchas veces la
IOREBO puede confundirse con IOE, dado que la pérdida de orina se incrementa
cuando aumenta la presión intraabdominal. En estos pacientes, el residuo posmiccional
está aumentado. Cuando la alteración es severa y no se resuelve, puede conducir al
desarrollo de hidronefrosis y posterior insuficiencia renal obstructiva.
Interrogatorio
Valoración funcional
Valoración mental y afectiva
Examen físico
Valoración socioambiental
Estudios complementarios
Más allá de esto, el médico general debe sospechar e indagar acerca de este
problema en los pacientes que tienen alguna patología relacionada con la
incontinencia de esfínteres o antecedentes quirúrgicos u obstétricos relacionados
con la IO, en los pacientes que usan medicaciones que favorecen la pérdida urinaria
o en todos aquellos que presentan algún síntoma marcador en su examen, por
ejemplo, olor desagradable, ropa húmeda, etcétera.
Interrogatorio
El interrogatorio de la IO es técnicamente sencillo, pero requiere de cautela y cuidado.
Puede ocurrir que a los pacientes les cueste hablar sobre este problema por miedo,
desconcierto, vergüenza, culpa, enojo, frustración, desesperanza, impotencia y/o
negación. Estos sentimientos pueden interferir o dificultar el diagnóstico y el manejo
terapéutico del problema. Además de la vergüenza y la resignación del paciente, una
de las principales dificultades al momento de abordar este problema son los temores
propios de los médicos: no preguntamos sobre IO por pudor, desconocimiento o, lo que
es peor, porque subvaloramos a la IO como problema de salud, y sobre todo, por falta
de capacitación para encarar el diagnóstico y el tratamiento. La situación es más
dificultosa aun cuando un tercero denuncia el problema. Si bien esto puede facilitar el
diagnóstico, si el paciente no tiene sus facultades mentales intactas porque es
demente, por ejemplo, a veces la consulta la realizan los hijos o cuidadores que se
encuentran sobrepasados por la situación de tener que higienizar continuamente al
paciente, están enojados y no reparan en que avergüenzan al anciano, que se ve
sorprendido frente a una denuncia sobre su intimidad ante un extraño como el médico.
Este tipo de situaciones lleva al paciente a negarlo enfáticamente, lo que dificulta aún
más la estrategia de abordaje.
Aun así, dado que la IO puede generar severos trastornos a nivel familiar, es
importante considerar la inclusión de algún familiar o cuidador del paciente en alguna
consulta posterior, o en la primera si el paciente es demente.
Por todo lo anterior, a la hora de encarar la consulta se recomienda:
Existen ciertos tipos de preguntas cuya respuesta orienta al médico hacia la causa de
la IO:
Cartilla de registro
Hora del día Síntomas de Síntomas de Volumen del Actividad que Comentarios
Valoración funcional
para objetivar la función del tracto urinario inferior ante el aumento de la presión (se
Existe una maniobra muy útil, que puede realizarse en el consultorio, que consiste en
pedirle a la paciente que concurra a la consulta con la vejiga llena y examinarla en
posición ginecológica. Primero se le pide que realice una maniobra de Valsalva y se
observa si existe pérdida de orina por el meato uretral, y luego se le pide lo mismo,
pero levantando la uretra manualmente mediante un tacto y se observa si continúa la
pérdida o no. Si se objetiva la pérdida, se hace diagnóstico de IOE. Si mejora cuando
se eleva la uretra, debe descartarse un cistocele. Una estrategia para sensibilizar la
prueba es pedirle a la paciente que realice la maniobra de Valsalva, pero de pie.
El examen físico del paciente es importante, dado que sirve para descartar la presencia
de globo vesical, bolo fecal o prolapso urogenital, determinar el tamaño y las
características de la próstata y revisar la integridad ginecológica y neurológica (cuyo
compromiso podría provocar IO).
Valoración socioambiental
En este punto se tienen en cuenta factores sociales, como falta de red social de apoyo,
la necesidad de un cuidador en el caso del paciente con trastornos de memoria o con
problemas importantes de movilidad y diagnóstico de IO funcional o mixta. Si es posible
en el caso de consultas domiciliarias, evaluar la vivienda e informar acerca de
modificaciones ambientales que contribuyan a mejorar el síntoma, y sin perder de vista
que son necesarios recursos económicos para llevar a cabo el plan, fundamentalmente
en el anciano vulnerable.
Estudios complementarios
Entre los estudios complementarios útiles para evaluar a los pacientes con IO, se
encuentran el análisis de orina con sedimento urinario y la ecografía.
pacientes con IOE e IOU tienen un residuo posmiccional pequeño, mientras que en
clínica es clara. En los casos en los que existen dudas diagnósticas, la ecografía no
en los adultos más jóvenes. Las drogas usadas son la trimetropina sulfametoxasol
dosis de 160/800 mg cada 12 horas durante 3 días. Con los esquemas cortos (de 3
menores costos y menor incidencia de efectos adversos, que con los tratamientos
esta droga son náuseas, vómitos y diarrea. Menos frecuentemente puede ocasionar
tolerado.
tratamiento. Los efectos adversos más comunes son náuseas, vómitos y diarrea.
adverso serio. Esta droga está contraindicada en los pacientes con clearence de
Las quinolonas son las drogas de segunda línea en el tratamiento de las infecciones
de 400 mg cada 12 horas, por vía oral, durante 3 días Suele ser bien tolerada, pero
Sin embargo, en aquellos pacientes con IO en los que aparece la duda acerca de si
las pérdidas tienen o no relación con una infección urinaria, puede indicarse un
que buscar otra causa a este problema y no persistir con los antibióticos.
perforación intestinal con esta maniobra. Una vez evacuado el bolo fecal, deberá
indicarse una dieta rica en fibras y una adecuada hidratación para prevenir la
de base.
No existe una recomendación sobre cuál es el mejor tratamiento o por cuál empezar
(central o local), y la elección queda a criterio de cada médico. En los pacientes con
mala respuesta a un tipo de droga, puede adicionarse una segunda droga que actúe
en el otro sitio.
En general, el tratamiento de la IOU es de por vida, y el objetivo es que el paciente no
tenga ninguna pérdida de orina accidental. A pesar de esto, en los pacientes ancianos
muy envejecidos o comprometidos en su salud general por otras enfermedades, una
meta razonable es que tenga menos pérdidas en el día.
Los ejercicios de Kegel constituyen una excelente opción terapéutica para las
pacientes con IOE leve sin prolapso urogenital o con prolapsos leves.
Una opción para las pacientes que no pueden realizar los ejercicios es ofrecerles
realizar una terapia de rehabilitación mediante estimulación eléctrica de los músculos
perineales a través de un dispositivo intravaginal o intraanal. Este método tiene una
eficacia similar a los ejercicios de Kegel, pero requiere de personal entrenado y de la
disposición de la paciente.
Cuando fallan los tratamientos farmacológicos y kinésicos, y/o en los casos con prolapsos
severos, es preciso interconsultar al urólogo o al ginecólogo para evaluar otras alternativas
(quirúrgicas o instrumentales) al tratamiento.
Las propuestas son:
Cuando los prolapsos son grandes (grado III y IV) generalmente las pacientes
consultan por las molestias que éstos les ocasionan. Habitualmente la resolución de
estos prolapsos es quirúrgica y se requiere de la intervención del especialista para
operarlos o indicar tratamientos alternativos como los pesarios. Aun así, no es raro
encontrar pacientes que no consultaron por este problema y que tienen grandes
lesiones de la mucosa evertida de la vagina o del cuello uterino asociadas a infecciones
urinarias y/o IOREBO, porque la distorsión de la uretra compromete la evacuación
vesical.
El tratamiento de elección para la IOE en las pacientes sin prolapso urogenital o con
prolapsos pequeños son los ejercicios de Kegel, eventualmente asociados a
estrógenos locales. En las pacientes con prolapsos grados III y IV debe consultarse al
especialista para definir la resolución del problema.
resuelve tomando medidas que faciliten el acceso del paciente al baño, acercándole
b) El uso de pañales debe restringirse. Las toallas protectoras de uso diario son
recomendables en las pacientes activas que no tienen pérdidas de grandes
volúmenes. Los pañales constituyen la última opción en los pacientes inmovilizados
o con demencia, que no respondieron a tratamiento convencional.
Bibliografía
Leach GE, Dmochowski RR, Appell RA, Blaivas JG, Hadley HR, Luber KM, et al.
Female Stress Urinary Incontinence Clinical Guidelines Panel summary report on
surgical management of female stress urinary incontinence. The American
Urological Association. Journal of Urology 1997;158(3 Pt 1):875-80.
Diokno AC, Appell RA, Sand PK, Dmochowski RR, Gburek BM, Klimberg IW, et al.
Prospective, randomized, double-blind study of the efficacy and tolerability of the
extended-release formulations of oxybutynin and tolterodine for overactive bladder:
results of the OPERA trial. Mayo Clin Proc 2003;78:687-95.
Dmochowski RR, Miklos JR, Norton PA, Zinner NR, Yalcin I, Bump RC. Duloxetine
versus placebo for the treatment of North American women with stress urinary
incontinence. J Urol 2003;170:1259-63.
Leippold T. Botulinum toxin as new therapy option for voiding disorders: current state
of the art. Eur Urol 2003;44:165-74.
Kong TK, Morris JA, Robinson JM, Brocklehurst JC. Predicting urodynamic
dysfunction from clinical features in incontinent elderly women. Age and Aging
1990;19:257-63.
Martin JL, Williams KS, Sutton AJ, Abrams KR, Assassa RP. Systematic review and
meta-analysis of methods of diagnostic assessment for urinary incontinence.
Neurourol Urodyn 2006;25(7):674-83; discussion 684.
MANEJO DE CATÉTERES URETRALES EN LOS ADULTOS MAYORES
Introducción
DEFINICIÓN
La palabra catéter proviene del griego, de la frase "para bajar" o "permitir bajar".
El catéteruretralocatéter urinario se lo suele llamar sonda vesical. Se lo define
comoel paso deun catéter enla vejiga urinariaa través dela uretra. El cateterismo
suprapúbico esla inserción de uncatéter en la vejigaa través de lapared abdominal
anterior.
1. Intermitente:
Se inserta el catéter y es removido inmediatamente después de vaciar la vejiga.
• Para aliviar la retención aguda de orina o cuando el médico lo indica para obtener
una muestra de orina, o para medir el residuo postmiccional (RPM).
• Autocateterismo para el vaciado regular de la vejiga. Se utiliza principalmente en la
comunidad para mantener la función de la vejiga por el vaciado completo de la
vejiga. Como procedimiento limpio, cada catéter se utiliza generalmente para una
semana.
• El autocateterismo también se utiliza en el tratamiento de las estenosis uretrales a
fin de dilatar.
2. A corto plazo:
El catéter permanece durante un período no mayor de 14 días. Por ejemplo en el
preoperatorio y posoperatorio inmediato para controlar la diuresis o si tiene
indicación médica. Por lo general se utilizan catéteres de látex recubiertos por
silicona excepto en caso de sensibilidad o alergia al látex usándose entonces
catéteres de silicona 100%.
3. A largo plazo
El catéter permanece por más de 2 semanas.
Los catéteres cubiertos de hidrogel o siliconas 100% son recomendados para el uso
por tiempo prolongado.
Catéter de punta acodada 45° Tipo Coudé o Mercier que cuenta con uno, dos o tres
orificios y es usada por el especialista en hiperplasias prostáticas severas
Los catéteres de látex cubiertos por silicona son usados por corto plazo. En muchas
instituciones estos catéteres son cambiados semanalmente, aunque siguiendo las
recomendaciones de los fabricantes pueden permanecer un mes.
Los catéteres de látex cubiertos por hidrogel pueden cambiarse a los 3 meses, a
igual que los catéteres 100% siliconas.
Fig. 9 Catéter de tres vías tipo Foley 100% silicona. Presenta una mayor
biocompatibilidad, disminuyendo la muerte celular, la incrustación y la colonización
bacteriana.
El calibre del tubo varía entre 6 y 30 French (2.66 a 10 mm). Joseph Charriere,
fabricante francés de instrumental, fue quien desarrolló un sistema que permite
medirel calibre o diámetro de los catéteres en unidades francesas (French=F,
también llamadas Padre=P o Charriere=Ch). 1 F es equivalente a 0,33 mm de
diámetro o 1 mm es equivalente a tres F. Por lo tanto, se puede obtener el diámetro
del catéter en milímetros dividiendo el calibre en F por 3.
Por ejemplo, un catéter 16 F tiene un diámetro de 16 : 3 = 5,33 mm.
El tamañodel catéterestá marcadoen la válvula de conexión de inflado del balón,
correspondiéndole uncolor asignado según el calibre, establecido por un código
internacional.
Guía General:
Mujer 12-14 F
Hombre 16-18 F
Suprapúbica 16-20 F
Hematúrica 20-24 F
El catéter hematúrico debe ser de 3 vías para permitir la opción de una irrigación
vesical continua sin requerir un cambio de catéter.
Es recomendable utilizar el tamaño del balón más pequeño posible. Esto permite
que el residuo de orina sea mínimo, reduce la probabilidad de espasmos de la
vejiga, y minimiza el daño al cuello de la vejiga por el peso del balón.
El balón puede tener distintas capacidades según la finalidad de su uso, entre 5 y 30
ml.
El tamaño del balón más comúnmente indicado es 10 ml.
Siempre se debe inflar el balón respetando al volumen recomendado por los
fabricantes e indicado en la válvula de inflado del catéter, así como impresa en el
envase. El balón debe ser totalmente inflado con el tamaño recomendado. El
subinflado del balón puede ocluir los orificios de drenaje del catéter, o provocar una
distorsión de la punta del catéter,
causando irritación y trauma en la pared de la vejiga. El inflado completo asegura la
uniformidad.
El balón de 30ml está diseñado específicamente como hemostático posterior a un
procedimiento urológico y no debe ser utilizado para la cateterización de rutina.
Es recomendable el inflado del balón con agua estéril. El aire no es adecuado ya
que hará que el balón flote. El agua de la canilla no es estéril y la solución fisiológica
puede bloquear el canal de inflado con cristales, haciendo difícil el posterior
desinflado.
CASO
Describa este catéter: tipo, diámetro, volumen de inflado del balón; señale la función
de cada canal y fundamente una situación en que se indique su uso.
Catéter de 3 vías tipo Foley: en el canal para la orina figura el calibre (20; 6,7 mm) y
la capacidad del balón (30-50 ml). El canal para el balón es amarillo (calibre 20)
CATETERISMO SUPRAPUBICO
Los catéteres suprapúbicos tienen varias ventajas sobre los catéteres uretrales:
Llenado del balón. Es aconsejable utilizar el mínimo volumen de inflado posible del
balón para disminuir la irritación vesical. El sobreinflado del balón puede colapsar el
conducto de llenado y vaciado del balón, el canal de lavado en los catéteres de triple
vía o disminuir el calibre funcional de la sonda o provocar su ruptura. Se recomienda
el llenado del balón con agua destilada estéril. La inyección del líquido para inflar el
balón debe ofrecer escasa resistencia, demostrando así que se encuentra en
cavidad vesical libre.
Puntos a tener en cuenta en la inserción del catéter
• Registrar en la historia:
– Tipo y calibre.
– Fecha de inserción.
– Fecha recomendada de cambio, o retirada del catéter.
– Volumen de agua introducida en el balón.
– Volumen de orina.
• Registrar en el plan de cuidados las incidencias referidas a la inserción,
mantenimiento y retirada del catéter, y características de la orina.
• En caso de sondajes por retención, evacuados los primeros 500 ml, pinzar el tubo
que va a bolsa durante 15 minutos, para evitar una descompresión brusca de la
vejiga. Se repetirá este proceso tantas veces como sea necesario.
• No realizar cambios periódicos de la sonda, mientras no haya desconexiones del
circuito y las condiciones del catéter sean correctas.
• Sustituir el catéter por uno de silicona en el caso de que se mantenga la indicación
del sondaje pasados 30 días.
• En caso de alta del paciente con catéter uretral, realizar educación sanitaria, y
entregar folleto informativo destinado al paciente, familiares y cuidadores.
El balón no se infla. Raro, puede ser debido a mala calidad de la sonda pero
también es posible que el balón se encuentre en uretra. Verificar que la sonda esté
completamente introducida en vejiga.
Inflado del balón en la uretra. Si se dificulta el llenado del balón por ofrecer mucha
resistencia es probable que el catéter se encuentre en la uretra y no en la vejiga. El
inflado del balón en la uretra puede ocasionar necrosis por presión y ruptura uretral
e inclusive rectal.
Ruptura del balón. Puede deberse a diversas causas, por ejemplo fallas en la
calidad del catéter, el sobreinflado, la punción por restos litiásicos, el uso de
lubricantes que contengan petrolatos.
El líquido sale en menor cantidad que el líquido que entra en un catéter triple vía con
irrigación.
• Se debe detener la irrigación.(Recalcular "ingreso y egreso de líquido");
•Asegurar deque el tubono esté dobladooenrolladopor debajo del nivelde la vejiga;
•Palparsi la vejiga está distendida(ecografía vesical);
•Si se sospecha obstrucción, puede ser necesario lavado manual suave;
•Limpiarel catéter. Utilizaruna jeringa de no menos de 60mlysolución salina estéril
(fig.15);
•Lavar lentamente, sin presión paraevitar daños en lapared de la vejiga. No forzarsi
se encuentra resistencia;
•Permitir queel líquidovuelva libremente.
Fig. 15 Jeringa de 60 ml con pico ancho (Tipo Toomey)
Complicacionescon el catéter
Caso clínico
¿Cómo impacta el uso del catéter uretral en la calidad de vida del paciente?
El paciente con catéter uretral permanente y la persona que lo cuide, en caso de no
ser autónomo, tendrá que aprender a realizar unos autocuidados de forma correcta,
para evitar la aparición de complicaciones (infecciones, obstrucción del catéter, etc).
Asimismo, el paciente tendrá que afrontar una serie de problemas psicosociales
derivados de la nueva situación. Actividades de la vida cotidiana y de la vida social y
familiar que hasta el momento no representaban ningún problema, pueden suponer,
en una persona con catéter uretral permanente, una fuente de miedos, dudas y
complejos.
La sexualidad y la imagen corporal
Varias limitaciones pueden afectar la sexualidad de los portadores de catéteres
urinarios, incluida la falta de privacidad debido a la presencia de cuidadores en el
hogar, información insuficiente sobre el estado neurológico del paciente, los tabúes
culturales, o los puntos de vista de que los enfermos crónicos no tienen necesidades
y deseos de índole sexual. Hacer ajustes en las actividades sexuales puede ser un
desafío para los pacientes, requerirá el apoyo, la comunicación abierta, y la
sensibilidad del personal de salud.
Algunos consejos que se pueden dar:
• Dialogar con el paciente sobre el comportamiento sexual que comprende una serie
de actividades que van desde caricias, besos y masturbación a la penetración de la
vagina por el pene.
• Se puede enseñar a los pacientes (o a la pareja) a retirar el catéter y reemplazarlo
después del coito.
• Las mujeres pueden poner su catéter hacia arriba, sobre su vientre, y pegarlo con
cinta.
• Los hombres pueden doblar el catéter a lo largo del lateral de su pene en erección
y mantenerlo ahí con un condón.
• La bolsa de drenaje, una vez vaciada, se puede colocar a un lado de la cama.
Alternativamente,la bolsa de drenajese puede desconectardel catéterdurante el
coito.
• Se puede utilizar una lubricación acuosa para facilitar la inserción(una lubricación
oleosapuededañar elcatéter yllevar a su putrefacción).
• Se debe utilizar un catéter suprapúbico, siempre que sea posible, en lugar de un
catéteruretral.
• Se pueden plantear diferentes posicionesdurante el coito. Por supuesto,
laposicióndebe sercómoda para el paciente, por lo que él /ella
puedarelajarse.Algunas posicionespueden provocar un aumentode tracciónsobre el
catéteren las mujeres, tales como una posicióncara acara conla pareja arriba.La
tracción puedereducirsecolocando una almohadadebajo de las nalgasde la mujer
paraaumentarlapelvis.
El apoyo social
El uso de uncatétera menudono es una elección del paciente, y la experiencia
conduce a momentosde cambio y sufrimiento “en carne viva”, alterala propia
visiónde sí mismoen elmundo.
Una gran cantidad depacientes mayores urológicosvivenconenfermedad
crónicayrequiereatención continua. Por lo general,se argumentaque las personas
conbajos niveles de apoyo social experimentan una peor calidad devida y una
inadecuada adaptación a la enfermedad.
Todo paciente que sea dado de alta a su domicilio con un catéter uretral
permanente, deberá llevar pautas claras a seguir. Y los profesionales deberán ir
evaluando periódicamente la forma en que realiza los autocuidados del catéter y la
posible aparición de complicaciones y señales de alarma.
Será fundamental la educación del paciente y su familia, ayudándoles a resolver sus
dudas y a afrontar la nueva situación.
CONCLUSIONES
Lecturas sugeridas
1. Signori H. Catéteres uretrales. En: Puscinski JA, Amorone JL. Implante de
prótesis y biomateriales en Urología.(pp 293-298). Buenos Aires. Ediciones
Médicas.
2. The European Association of Urology Nurses (EAUN). Catheterisation: Indwelling
catheters in adults. February 2012. Drukkerij Gelderland. Arnhem .The Netherlands.
3. Trautner BW, Darouiche RO: Catheter-associated infections. Arch Intern Med
2004; 164: 842-850.
4. Colpman D, Welford K. Urinary drainage systems. In: Fillingham S, Douglas J,
eds. Urological Nursing. 3rd ed. London: Bailliere Tindall, 2004;5:67-93.
5. Ramakrishnan, J. Mold. Urinary Catheters: A Review. The Internet Journal of
Family Practice. 2004, Volume 3, Number 2.
6. Lo E, Nicolle L, Classen D, et al. Strategies to prevent catheter-associated urinary
tract infections in acute care hospitals. Infect Control Hosp Epidemiol 2008; 29 suppl.
1:S41-50. http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/1884008876.
7. Gould CV, Umscheid CA, Agarwal RK, et al; HICPAC. Guideline for prevention of
catheter-associated urinary tract infections 2009. Atlanta, GA: Centers for Disease
Control and Prevention, 2009. p.34 and 47.
http://www.cdc.gov/hicpac/pdf/CAUTI/CAUTIguideline2009final.pdf
8. Comité de Normas de ADECI. Recomendaciones para la prevención de
infecciones del tracto urinario asociadas a catéteres urinarios. ECI- Vol. 3 – N 2 –
Setiembre 2011: 340-350.
9. Grabe M, Bjerklund-Johansen TE, Botto H, et al. Guidelines on Urological
Infections. European Associaciation of
Urology 2010. http://www.uroweb.org/gls/pdf/Urological%20Infections%202010.pdf
10. Tenke P, Kovacs B, Bjerklund Johansen TE, et al. European and Asian
guidelines on management and prevention of catheter-associated urinary tract
infections. Int J Antimicrob Agents 2008;31 Suppl 1:S68-78. Epub 2007 Nov 14.
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/18006279
Capítulo 6
INTRODUCCIÓN
El deterioro cognitivo forma parte de un importante problema de salud pública, que
se ha incrementado durante la última década de la mano del envejecimiento
poblacional.
LA QUEJA COGNITIVA
La atención
La memoria
Las capacidades visuoespaciales
Las capacidades visuoconstructivas
El lenguaje
Las capacidades ejecutivas
Algunos conceptos
La atenciónes la capacidad de focalizar la actividad mental. El cuadro donde
habitualmente se altera la atención es el síndrome confusional agudo, aunque
puede estar alterada en casos de depresión y ansiedad
Las capacidades ejecutivas. Estas habilidades son las que permiten que una
persona planifique una tarea y la lleve a cabo, pueda evaluar los resultados y
corrija los errores sobre la marcha. Otras capacidades ejecutivas son: la
capacidad de secuenciar en el tiempo (“Ahora haré esto, después aquello”),
hacer cálculos, reconocer patrones, cambiar el foco de la atención, según la
necesidad, formular ideas abstractas, hacer un juicio crítico y sintetizar. Se
ubican predominantemente en el lóbulo frontal y son esenciales para llevar a
cabo las actividades de la vida diaria.
Praxias y gnosias
El médico no debe olvidar que detrás de una consulta por queja cognitiva se
encuentra la preocupación, del paciente o de su familia, de que el síntoma se
deba a una demencia.
A diferencia de lo que ocurre con los ACN, el DCM es un estado patológico con
alta posibilidad de evolución a demencia; de hecho, entre el 10% y el 15% de los
pacientes con DCM desarrolla enfermedad de Alzheimer al año, y el 45%, a los
tres años.
Introducción
Desde hace más de 15 años (Crook y cols.) se trata de definir, o de separar, a los
sujetos con cognición normal, los que tienen quejas de memoria relacionadas al
envejecimiento y, por supuesto, poder esclarecer a aquellos que tienen trastornos
cognitivos que puedan evolucionar en los años siguientes hacia una demencia
establecida.
En estos últimos años, existen reportes que identifican un estado transicional entre
los cambios cognitivos del envejecimiento cerebral normal y la enfermedad de
Alzheimer (EAZ), denominado como “deterioro cognitivo leve o inicial” (mild
cognitive impairment, MCI). Este deterioro mínimo se refiere como la condición
clínica entre envejecimiento normal y el síndrome demencial, en aquellas personas
que experimentan pérdida de memoria de mayor extensión a la esperada por la
edad que tienen, aunque aún no cumplan criterios clínicos para demencia o EAZ
inicial. Existe evidencia que indicaría que estos sujetos evolucionarían más
rápidamente hacia EAZ en los años siguientes, cuando se los observa
longitudinalmente, comparados con sujetos saludables de la misma edad.
Epidemiología
La prevalencia de DCM aumenta con la edad, siendo del 1% al 3% a los 60 años,
del 15% a los 75 años, y del 42% a los 85 años. Luego de los 85 años, ya no
habría aumento de la prevalencia de esta entidad.
Fisiopatogenia
Podemos discutirla desde el punto de vista neuropatológico, desde las
neuroimágenes o desde los biomarcadores en sistema nervioso central. Está
determinado que la mayoría de estos pacientes tienen depósitos de neurofibrillas y
placas seniles en los lóbulos temporales mediales. Es posible que estos cambios
contribuyan al deterioro de la memoria. Así es que la gran mayoría de los pacientes
con DCM tienen cambios neuropatológicos de EAZ.
Presentación clínica
El deterioro cognitivo mínimo, sobre todo el de tipo amnésico, se refiere a un estado
transicional entre la cognición del envejecimiento normal y la demencia inicial.
Figura 1.
Actualmente existen más de 4.000 personas en estudio para determinar este
estado. Para diferenciarlo de otras definiciones, hablaremos de DCM de tipo
amnésico, enfatizando la pérdida de memoria. En el Cuadro 1 se describen los
criterios según Petersen.
Cuadro 1.
*En el anexo se describe una forma práctica de calcular el DE con valores del
MMSE.
La gran mayoría de éstos sujetos evolucionan a EAZ, con una frecuencia de 10% al
15% por año, con comparación con sujetos sanos de control, los cuales convierten
con una frecuencia de 1% a 2% por año. Datos suministrados por el Centro de
Investigaciones en EAZ, de la Clínica Mayo, en Rochester, Minessotta, EE.UU.,
indican que en 6 años de seguimiento, hubo una conversión a EAZ demostrada
mayor del 80% (ver Figura 2).
Figura 2.
De acuerdo con Petersen, los sujetos con criterios de DCM al año progresan a algún
tipo de demencia en alrededor del 10-12%, y a los 3 años, en un 50%, a diferencia
de los sujetos con olvidos, que no alcanzan el desvío estándar, que siguen con la
prevalencia normal para la edad de la demencia (5% por década); lo que antes se
denominaba trastornos de memoria asociados a la edad (TMAE). Lo que cambió en
la definición, y nos permite actualmente poder diferenciarlos, es que en los TMAE la
comparación del rendimiento cognitivo medido con test se hacía comparando los
ancianos con sujetos más jóvenes.
Figura 3.
Sistemática de estudio
Ante la consulta por queja de memoria, es fundamental evaluar los dominios
cognitivos afectados, la evolución de los síntomas, la repercusión en la vida social
del individuo y los factores relacionados con la evolución y la presencia de
trastornos de conducta.
Instrumentos de evaluación
Los pacientes con EAZ inicial tienen más fallas en el test de memoria, incluyendo
memoria diferida, y usualmente en el test de aprendizaje (ejemplo, MMSE y
RAVLT). En estudios comparativos y en estudios longitudinales, se ha visto que los
pacientes que desarrollan EAZ temprana tienen, al inicio, peor performance en los
tests cognitivos, que los sujetos normales.
Por supuesto que EAZ inicial y deterioro cognitivo leve no pueden ser
diagnosticados por tests solamente, requiriéndose siempre el juicio clínico del
médico evaluador y los resultados de una correcta evaluación que conste de:
Historia clínica
Examen físico
Evaluación neuropsicológica
Evaluación funcional y social
Historia clínica: Aquí deben ser explorados los antecedentes personales, factores de
riesgo cardiovascular, abuso de alcohol y drogas, antecedentes traumáticos,
psiquiátricos, neurológicos, determinantes sociales y situaciones familiares
relacionadas con la queja de memoria que determinó la consulta.
Tambien es importante interrogar la historia farmacológica, debido a que hay
muchos fármacos que se asocian a deterioro cognitivo, como algunos antiarritmícos,
cardiotónicos (digoxina), antihistamínicos, benzodiazepinas, como alprazolam,
diazepan, lorazepan, fenobarbital, antidepresivos, como amitriptilina, corticoides,
antiinflamatorios y otros.
Se explorará la forma de comienzo, los síntomas iniciales, el tiempo evolutivo, la
asociación o no de trastornos de conducta y la repercusión en la vida habitual.
Examen físico: No aporta muchos datos en pacientes con DCM, en los que suele
ser normal. Sin embargo, en busca de signos de enfermedad subyacente, se
realizará en forma exhaustiva examen neurológico que valore la presencia de signos
extrapiramidales, como rigidez, inestabilidad, o sialorrea, que muchas veces
acompañan a la enfermedad de Parkinson, signos de focalidad, trastornos del
lenguaje, dificultad para movilizar miembros, debilidad del hemicuerpo, trastornos en
la marcha, incontinencia urinaria,depresión y la detección de alteraciones asociadas
a accidente cerebrovascular y a síndrome Hakim Adams.
En los casos en los que se sospecha que la queja se debe a una demencia, existen
también otros estudios complementarios, complejos y limitados por el alto costo, que
son: la tomografía por emisión de fotones (SPECT) y la tomografía por emisión de
positrones (PET), estudios genéticos y algunos marcadores de líquido
céfalorraquídeo (Tau).
Diagnósticos diferenciales
Se deben tener en cuenta, ante un paciente que consulta por queja cognitiva,
como diagnósticos diferenciales:
Todos ellos pueden cursar con deterioro cognitivo, pero mejoran una vez tratado
el problema de base.
Tratamiento
No hay evidencia de que una vez diagnosticado el deterioro cognitivo mínimo de tipo
amnésico haya tratamiento farmacológico que se pueda sugerir.
El problema es que hasta ahora no hay ensayos clínicos que demuestren con
evidencia sólida esta situación.
Siempre hay que tener en cuenta el impacto psicológico que puede tener dar este
diagnóstico a pacientes que aún están cognitivamente indemnes, aunque se quejen
de su memoria. No obstante, la alta posibilidad de evolucionar a EAZ obliga a tratar
el tema con el paciente y sus cuidadores con la mayor rigurosidad, pero con cautela
y procurando priorizar la estrecha relación médico paciente que, además, asegure el
seguimiento continuo.
Ahora sabemos que los que tienen un déficit amnésico preponderante tienen una
alta posibilidad de evolucionar en los años siguientes a enfermedad de Alzheimer
(10-15% por año), por lo tanto, tenemos el deber de identificarlos, comunicar el
diagnóstico, si éste es solicitado, y ofrecer todo el soporte necesario hasta que
tengamos un tratamiento útil que ofrecer.
LAS DEMENCIAS
Definición
Tabla 1.
Predominantemente cortical:
Enfermedad de Alzheimer
Demencia frontotemporal (enf. de Pick, degeneración del lóbulo frontal)
Enfermedad de Huntington
De predominio subcortical:
Demencia por cuerpos de Lewy
Enfermedad de Parkinson (produce un síndrome demencial luego de
muchos años de evolución de los síntomas motores)
Epidemiología
La prevalencia de demencia en los mayores de 65 años oscila entre el 5% y el
20%, y alcanza cifras superiores al 20% en los mayores de 80 años.
Tabla 2. 1980-1990
Cuadro 1.
Patrón subcortical
En las demencias subcorticales, la enfermedad se localiza en los núcleos grises
subcorticales (tálamo, cuerpo estriado y núcleos mesencefálicos), que, al
alterarse, ocasionan la disfunción de las áreas corticales relacionadas con ellos.
Los ejemplos clínicos de este tipo de patrón son la demencia asociada a la
enfermedad de Parkinson y la demencia por cuerpos de Lewy. La demencia
vascular puede adoptar un patrón subcortical, si las lesiones isquémicas se
circunscriben a las zonas subcorticales, o bien un patrón mixto, en caso de
lesiones corticosubcobcorticales.
Hay dos características que llaman la atención al evaluar a un anciano con una
demencia subcortical:
2) Signos neuropsiquiátricos
Además de los signos de deterioro cognitivo, los pacientes con demencia
desarrollan síntomas afectivos y neuropsiquiátricos que pueden aparecer en
cualquier momento de la evolución del síndrome. A veces se presentan cuando
la demencia ya ha sido diagnosticada y lleva varios años de evolución, mientras
que, en ocasiones, aparecen antes que el deterioro cognitivo y representan las
primeras alteraciones que llaman la atención de la familia y motivan la consulta.
Depresión
Los síntomas de depresión son muy prevalentes en los pacientes con demencia
(oscilan entre el 10% y el 30% en la EAZ y entre el 20% y el 60% en las
demencias subcorticales), y suelen coexistir con los síntomas de ansiedad. La
interrelación entre la depresión y la demencia es compleja y aún no está
completamente esclarecida; de hecho, la depresión, en ocasiones, es un síntoma
precoz de la demencia.
El Cuadro 2 muestra algunas características diferenciales.
Cuadro 2.
Depresión Demencia
Trastornos cognitivos Sí Sí
Queja subjetiva Muy importante Generalmente no
Tests de memoria A veces por fallas en Siempre
alterados la atención
Respuesta a Buena Mala
antidepresivos
Comienzo Preciso Impreciso
Curso Rápido y fluctuante Progresivo y persistente
Antecedentes de Sí A veces
depresión
Ánimo Triste Variable
Trastornos del sueño Generalmente Inversión ritmo sueño-
vigilia en estadios
avanzados
Repercusión social A veces Siempre
Apatía
Es una alteración frecuente en las demencias. El paciente se presenta con ánimo
indiferente, aislamiento social, no se expresa afectivamente, sin iniciativa propia,
aunque realiza una actividad si se le pide, debido a que no tiene alteraciones
motoras.
La apatía puede confundirse con depresión, pero en los dementes apáticos están
ausentes el sentimiento de culpa, la tristeza y la sensación de inutilidad, propios
de los depresivos
Síntomas psicóticos
Las alucinaciones aparecen en las etapas avanzadas de la demencia (excepto
en la demencia por cuerpos de Lewy, donde hay alucinaciones visuales bien
definidas desde el inicio de la enfermedad). Las alucinaciones auditivas o táctiles
son menos comunes.
La ideación delirante es frecuente en todas las demencias, incluso en las etapas
tempranas. La idea delirante (habitualmente con características paranoides) es
pobre en estructura, pero está profundamente arraigada en el paciente, quien
hace referencia a ella una y otra vez. Del mismo modo que en los trastornos
afectivos, los delirios pueden ser el primer motivo de consulta que lleva a los
familiares a acudir al médico.
1. Déficit cognitivo demostrado por examen clínico y avalado con tests y escalas validadas.
2. Déficit en dos o más áreas cognitivas, como memoria, juicio o cálculo.
3. Empeoramiento progresivo de la memoria y otras funciones cognitivas.
4. Ausencia de
El diagnóstico detrastornos de la consciencia,
EAZ probable como el delirium.
es sustentado por: deterioro progresivo de las
5. Iniciomentales
funciones entre los 40 y 90 años. (lenguaje, praxias, gnosias, funciones ejecutivas),
superiores
alteración en las actividades
6. Sin evidencia de la vidacerebrales
de otras enfermedades diaria y oensistémicas
la conducta, historiajustificar
que pudiesen familiar el de
cuadro.
desórdenes similares (principalmente si el diagnóstico fue confirmado por
anatomía
Apoyan patológica),
el diagnóstico punción
de EAZ probable:lumbar normal, EEG normal o con patrones no
específicos, como incremento de la actividad de las ondas lentas, y evidencia de
atrofia cerebralde
1. Presencia enafasia,
la TAC.
apraxia, agnosia.
La 2.EAZ probable es de comienzo insidioso y progresión lenta, síntomas
Alteración de patrones de conducta e incapacidad para realizar tareas cotidianas.
asociados (depresión, psicosis y trastornos de la conducta), síntomas
3. Historia familiar de EA.
neurológicos asociados (paratonía, signos de liberación frontal) y convulsiones,
4. Exámenes
ambos complementarios:
principalmente en estadiosexamen del líquido cerfalorraquídeo (LCR) normal,
avanzados.
enlentecimiento
Si repasamos inespecífico
los criterios o normalidad
diagnósticos deenEAZ
el electroencefalograma
probable, vemos (EEG),
que, ydesde
signos de
unatrofia
punto de cerebral
vistaprogresiva
“estricto”,enes
estudios seriados
necesario de tomografía
realizar axial computada (TAC)
tests neuropsicológicos a cerebral.
todos los
pacientes; sin embargo, en la práctica esto no siempre es posible, sobre todo
para
C. los médicos
Criterios de atención primaria.
de EAZ definitiva
Otro aspecto de la definición de EAZ probable es el párrafo que habla del EEG y
Criterios de EAZ probable acompañados de confirmación histopatológica.
la punción lumbar. Es preciso destacar que estos estudios no deben realizarse
de rutina para decir que un paciente tiene EAZ, y que sólo se mencionan como
características que sustentan el diagnóstico, si se los requirió por algún motivo y
fueron normales. Lo mismo ocurre con la TAC: tampoco hay que pedirla al solo
efecto de sustentar el diagnóstico de EAZ, aunque una neuroimagen como una
TAC o una RMN permiten descartar otras causas de demencia.
Por último, nos queda hablar de la EAZ posible. Se incluyen en este grupo los
pacientes con un cuadro típico de EAZ, pero que tienen algún antecedente o
patología que, eventualmente, podría producir demencia, aunque en este caso
no es considerado como su causa. Por ejemplo, un paciente con antecedentes
neuroquirúrgicos por un meningioma o con un infarto cerebral en una zona no
relacionada con el área cognitiva, como el cerebelo. En esta categoría también
se incluyen los pacientes que tienen un síndrome demencial con algunas
características que no son típicas de EAZ (por ejemplo, extrapiramidalismo,
incontinencia o trastornos precoces de la marcha), pero que no encajan
claramente en otros diagnósticos (no son vasculares, parkinsonianos, etc.).
Evolución:
En la EAZ, la memoria reciente está afectada desde el principio.
El paciente se muestra olvidadizo y repetitivo, no recuerda episodios recientes,
tiene dificultades para aprender cosas nuevas, pierde objetos, repite historias y
olvida compromisos cada vez con mayor frecuencia.
Al comienzo de la enfermedad, el diagnóstico diferencial entre un ACN, con DCM
o con EAZ leve puede ser difícil. En el paciente con EAZ, se altera la memoria
reciente, no almacena nueva información y, en los tests de memoria, no corrige
con pistas. Esto se hace evidente en los tests que utilizan listas de palabras que
el anciano debe recordar y repetir más tarde. Finalmente, sólo cuando la EAZ
está muy avanzada, el paciente también pierde la memoria remota.
Demencia con signos neurológicos focales en pacientes en los que no podemos disponer de
neuroimagen confirmatoria, o en aquellos que no muestran una relación cronológica congruente
entre los ictus y la demencia; también en pacientes con evidencia de enfermedad cerebrovascular, en
Ellosdiagnóstico
que la demencia
de tiene comienzo
demencia insidiosoes
vascular o evolución diferente
relativamente de la esperada
sencillo en un (mesetas
paciente
prolongadas o mejorías).
que desarrolla un síndrome demencial dentro de los tres meses de haber sufrido
un accidente cerebrovascular clínicamente manifiesto. No obstante, en la
mayoría de los casos, la situación no es tan clara y nos encontramos con
pacientes
V. Criterios con factores
de demencia de riesgo vascular que desarrollan una demencia con un
vascular confirmada:
patrón neuropsicológico que no se corresponde con EAZ y en cuya neuroimagen
se evidencian infartos antiguos, que fueron clínicamente silentes. En estos
pacientes es más difícil afirmar con certeza que la demencia es vascular.
Para acercar el diagnóstico, puede ser de utilidad emplear una escala (de
Hachinsky).
Progresión escalonada
Confusión nocturna
Preservación de la personalidad
Depresión
Síntomas somáticos
Labilidad emocional
Antecedente de hipertensión arterial
Signos de enfermedad vascular.
4) Demencias frontotemporales
Para apreciar en forma adecuada a los pacientes con queja cognitiva, debemos
evaluar una serie de cuestiones en forma sistemática ante toda consulta por este
síntoma.
Debemos evaluar:
Evaluación de la atención
Se realiza durante la entrevista observando si está despierto (atento), si tiende a
quedarse dormido, si sigue correctamente la conversación, si tiende a distraerse
ante cualquier estímulo extraño, si se desvía permanentemente de lo que se está
hablando y si impresiona ensimismado o desatento a lo que ocurre a su alrededor.
Cuando el paciente tiene alterada la atención, las otras funciones cognitivas
también están afectadas. Por ejemplo, es evidente que una persona que no está
atenta cuando lee no podrá recordar lo que leyó.
Exploración de la repercusión funcional del problema cognitivo
La evaluación de la funcionalidad constituye un aspecto fundamental en el
paciente que se presenta al consultorio quejándose de olvidos u otro problema
cognitivo. No es lo mismo quejarse de olvidos y llevar adelante la vida
perfectamente, que tener problemas cotidianos como cometer errores en el
trabajo, olvidar citas o vencimientos, manejar mal el dinero, no poder administrar
los medicamentos, tener dificultades para llevar adelante la casa e, incluso, estar
en riesgo de sufrir lesiones secundarias por olvidar las hornallas prendidas o
perderse en la calle.
La exploración puede realizarse de manera semiestructurada, interrogando
acerca de su desempeño en el trabajo, su vida social, actividades que realiza
actualmente y las que ha dejado de hacer y por qué. Para ello, en general es
necesario recurrir a la información del acompañante, ya que los pacientes con
deterioro funcional no suelen ser conscientes de sus problemas.
Puede explorarse tambien mediante pruebas estructuradas, como la evaluación
de las actividades de la vida diaria (AVD) y las actividades instrumentales de la
vida diaria (AIVD) es una herramienta excelente para conocer el estado funcional
del paciente, sin olvidar que las que primero se afectan son las actividades
avanzadas de la vida diaria.
La queja también puede ser secundaria a una demencia de inicio que el paciente
está “compensando” desde el punto de vista funcional mediante diferentes
estrategias (empezó a usar agenda para no olvidar sus citas, dejó de viajar en
colectivo y usa taxi para no perderse).
paranoide (depresión).
Parkinson.
Pruebas estructuradas
El test más utilizado para evaluar inicialmente a los pacientes que consultan por
queja cognitiva es el Mini Mental Test (Anexo). Un puntaje menor de 24 en la
población general con escolaridad primaria y menor de 27 en la población con
educación secundaria nos indica que el paciente tiene deterioro cognitivo
(sensibilidad del 87% y especificidad del 82%).
Baterías cognitivas
Las baterías cognitivas están compuestas por distintos test que evalúan los
diferentes dominios cognitivos.
Atención
Digit span
Memoria reciente
Instructivo para su aplicación: “Le voy a decir cinco palabras, quiero que me las
repita”. Se leen en voz alta las siguientes palabras, sin ponerle ritmo, a una
velocidad de una palabra por segundo: nariz, avión, pera, gato, olla. “Repita”
(primera repetición inmediata, para asegurarse de que el paciente captó; si el
paciente se olvida una/s palabra/s el examinador le recuerda sólo ésa/s. Por
ejemplo: “Le faltó ‘olla’”). Luego se le dice: “Recuérdelas, porque se las voy a
volver a preguntar”. En ese momento se aplica el siguiente “distractor”, que no
debe durar más de dos minutos, se le pide al paciente que cuente de 0 a 20, de
dos en dos y, luego, que haga lo mismo para atrás; luego, se repite con los
meses del año de adelante para atrás. Pasados los dos minutos, se le dice:
“Repita las palabras que le dije al principio”. Con las que no recordó se le da una
pista: “Es una parte del cuerpo (nariz)”, “Es un medio de transporte (avión)”, “Es
una fruta (pera)”, “Es un animal (gato)”, “Es un elemento de cocina (olla)”.
Lenguaje
Para evaluar la fluencia, le pedimos al paciente: “Diga todas las palabras que
pueda que empiecen con ‘pe’, sin repetir, sin decir nombres propios ni mencionar
palabras de una misma familia. Contamos un minuto y anotamos cuántas
palabras dijo (descartamos las que repitió). Luego le decimos: “Mencione todos
los animales que recuerde”, y aquí también contamos un minuto y anotamos
cuántos animales dijo en un minuto (descartamos los que repitió y las
generalizaciones, como “peces”, “pájaros”, etc.).
Capacidades visuoespaciales
Capacidades ejecutivas
Praxias
Examen físico
El examen físico aporta muy poco en la evaluación de los pacientes con queja
cognitiva. Quizá su mayor utilidad esté dada para el diagnóstico de la causa del
síndrome demencial. Para ello, debe realizarse un examen neurológico buscando
signos focales, como hemiparesia, hemianopsia y/o alteraciones de los reflejos
profundos (su presencia orienta hacia una demencia vascular o una masa
ocupante del sistema nervioso central), signos extrapiramidales, como rigidez,
temblor y/o aquinesia (orientan hacia enfermedad de Parkinson o demencia por
cuerpos de Lewy), alteraciones de la marcha o incontinencia urinaria (orientan
hacia una demencia vascular o hidrocefalia normotensiva), alteraciones de la
sensibilidad profunda (hacen pensar en déficit de vitamina B 12), y ataxia,
nistagmus y/o parálisis de la mirada lateral (orientan hacia el diagnóstico de
alcoholismo).
Estudios complementarios
La queja cognitiva y los diagnósticos asociados con ella son entidades muy
prevalentes. El médico clínico o el geriatra deben estar capacitados para hacer
un diagnóstico de la probable causa de la queja cognitiva y orientarse hacia una
etiología en el caso de que se constate una demencia. Para ello, además de
poseer conocimientos técnicos, debe tener una experiencia que sólo se logra de
una forma: haciéndose cargo del seguimiento longitudinal y sostenido de
pacientes mayores en el consultorio.
síntoma y evaluar a todos los pacientes por igual, incluso cuando, a simple vista,
Debemos evaluar:
pacientes que requieren de una evaluación más profunda. Es ideal que en las
neurológico.
El interrogatorio permitirá:
Estudios complementarios
Se solicitan:
Laboratorio general
TSHu
T4L
Calcemia
Vitamina B12
Acido fólico
VIH y VDRL en pacientes de riesgo
Grupo 1
Queja no sistematizada e
irrelevante
Sin alteración de otros
dominios cognitivos
Sin repercusión funcional
Conciencia del síntoma
Se descarta patología
neurológica, fármacos y
trastornos afectivos
MMT = Normal
este grupo, si bien no sería necesario plantear la realización de otras pruebas
estructuradas, es importante el seguimiento del paciente.
Grupo 2
Grupo 3
Alteración de otros DC
Con repercusión funcional
C/s conciencia del síntoma
Sin enf. sistémica, fármacos o
trastornos afectivos que
justifiquen la queja
C/s trast. de personalidad y de
conducta
MMTE <22
Dx presuntivo = Demencia
Algoritmo de abordaje
Evaluación inicial
Interrogatorio
MMT
Reevaluacion
neurocognitiva
Grupo 1
Funcional
Con repercusión
Sin repercusión funcional Grupo 3
funcional
Grupo 2
Tratamiento farmacológico
Inhibidores de la acetilconlinesterasa.
Desde hace tiempo se sabe que los pacientes con EAZ tienen un déficit de la
colina acetil-transferasa, enzima necesaria para la síntesis de acetilcolina, que
determina que haya una menor concentración de este neurotransmisor en el
sistema nervioso central. Las drogas que inhiben la acción de la
acetilcolinesterasa (IAC), enzima que degrada la acetilcolina en la hendidura
sináptica, determinan su aumento a dicho nivel.
Los estudios de tratamiento farmacológico de la demencia se basan en una
escala cognitiva denominada ADAS-cog, cuyo puntaje va de 0 a 70. Cuanto
mayor es el puntaje, peor está el paciente desde el punto de vista cognitivo; así,
bajar puntos significa mejorar y subir puntos, empeorar (por ejemplo, los
pacientes con EAZ sin tratamiento suben en promedio 7 a 8 puntos por año el
ADAS-cog).
La duración del efecto beneficioso de los IAC va de los tres meses a un año.
Cabe mencionar que, en todos los estudios, siempre hay entre un 10% y un 15%
de pacientes que mejoran más (“bajan” 7 puntos más que los que toman
placebo) y entre un 20% y un 30% de pacientes que no muestran diferencias con
el placebo.
Si bien, en promedio, con el uso de IAC se constata una mejoría cognitiva de 1,5
a 3,8 puntos en el ADAS-cog, el significado (impacto) clínico de esta modesta
mejoría es motivo de discusión. Lo que ocurre en la práctica es que, en la
mayoría de los casos, el familiar nos referirá que el paciente medicado “está
igual”. Esta apreciación, que el familiar expresa sobre todo pasados varios
meses desde el inicio de la medicación, debería entenderse como un efecto
beneficioso del IAC, ya que la EAZ es una enfermedad inexorablemente
progresiva. Por otra parte, algunos pacientes experimentan mejorías importantes
y otros siguen empeorando al mismo ritmo de como lo venían haciendo antes. El
efecto de la medicación, por lo general, es transitorio (no mayor de un año),
aunque hay estudios que demuestran que las diferencias con el placebo se
mantienen más allá de dos años. Cuando se suspende el IAC, los cambios
cognitivos favorables (y, en principio, secundarios a su uso) desaparecen, lo que
sugiere que no existe un efecto modificador del curso de la enfermedad.
Todavía no se cuenta con un método que permita predecir qué pacientes van a
responder a los IAC y cuáles no.
Los efectos adversos de los IAC son secundarios a una leve actividad colinérgica
sistémica, a saber: diarrea, náuseas, vómitos, cólicos abdominales, calambres y
pérdida de peso. Todos ellos se presentan con una frecuencia de alrededor del
10% cuando se llega a la dosis máxima y disminuyen al bajar la dosis. Hay otros
efectos adversos poco frecuentes, como bradicardia, broncospasmo, fatiga,
anorexia e insomnio.
La tolerancia es similar con todos los IAC. El efecto de una sobredosis puede
manifestarse mediante una crisis colinérgica, caracterizada por sudoración
profusa, agitación, severas náuseas, vómitos, salivación profusa, convulsiones,
hipotensión y shock. El antídoto que se debe utilizar en estos casos es el sulfato
de atropina. La única contraindicación para el uso de IAC es la hipersensibilidad
a la droga utilizada. Los niveles séricos de los IAC pueden elevarse con
amiodarona, fluoxetina, paroxetina, cimetidina, eritromicina, claritromicina, jugo
de uva, diltiazem, ketoconazol, itraconazol, metronidazol, verapamilo, indinavir y
zafirlukast.
bradicardia
Otras drogas
Drogas que se utilizan o se postulan para el tratamiento de los síntomas
cognitivos de la demencia.
Vitamina E. Un estudio demostró que una dosis de 2000 UI por día logró retardar
la progresión de la EAZ. Si bien hay expertos que la indican, hay un estudio
reciente que cuestiona seriamente la seguridad a largo plazo de la administración
de altas dosis de vitamina E.
En los últimos años han surgido drogas nuevas: los antipsicóticos atípicos. La
tendencia internacional es hacia un mayor uso de estos antipsicóticos en relación
con los antipsicóticos clásicos, ya que tienen menos efectos adversos
anticolinérgicos, cardiovasculares y extrapiramidales y menor riesgo de
diskinesia tardía. El más utilizado es la risperidona: dosis de inicio: 0,5 mg antes
de dormir, hasta llegar a 2 mg por día, en dos tomas. Los efectos adversos son:
insomnio, agitación, cefalea, agresión, extrapiramidalismo, constipación, náuseas
y vómitos. La olanzapina, la quetiapina y la clozapina son otros antipsicóticos
atípicos muy utilizados por los especialistas, pero su elevado costo dificulta su
uso extensivo en nuestro medio.
agresivida
d
Tratamiento no farmacológico
Transmisión de la información
Bibliografía
Ball K, Berch DB, Helmers KF, Jobe JB, Leveck M. et.al. Effects of cognitive training
intervention with older adults. A randimized controlled trial. JAMA 2002;288:2271-81.
Budson AE, Price BH. Memory dysfunction (review article). N Eng J Med,
2005;352:692-9.
Macías Nuñez JF (ed.) et al. Geriatría desde el principio, 2da., Barcelona, Ed. Glosa,
España, 2005.
Petersen RC, Doody R, Kurz A, et al. Current concepts in mild cognitive impairment
(Special article). Arch Neurol 2001;58(12):1985-92.
Writing Group for the Women's Health Initiative Investigators. Risks and benefits of
estrogen plus progestin in healthy postmenopausal women: Principal results from
the Women's Health Initiative randomized controlled trial. JAMA 2002;288:321-33.
MINI MENTAL TEST DE FOLSTEIN (MMT)
Actua Ideal
l
Registro Pelota 1
Lenguaje:
Total MMSE: 30
Es uno de los test más estudiados para actividades de la vida diaria. Consta de
seis ítems ordenados jerárquicamente. La desventaja de esta escala es que
resulta poco sensible para detectar cambios mínimos. Evalúa higiene, vestido, uso
del baño, continencia esfinteriana y alimentación.
Valor
Higiene
Vestido
Movilidad
Continencia de esfínteres
Alimentación
Criterios de valoración:
Puntaje Hallado
* Capacidad de usar el teléfono
No utiliza el teléfono 0
* Hacer compras
* Preparación de la comida
* Cuidado de la casa
* Lavado de la ropa
No viaja en absoluto 0
* Administración de su economía
Total
Se considera:
Dependiente total: 0
Semidependiente: 0 A 7
Autoválido: 8
Normal: 0-5
Depresión probable: 6 a 9
Depresión severa: 10 a 15
ESCALA DE ZARIT
DEPRESION EN EL ANCIANO
Introducción
Los cuadros depresivos en la vejez tienen una elevada prevalencia e incidencia,
no obstante los cual son insuficientemente diagnosticados y tratados: por un lado,
sus síntomas suelen confundirse con rasgos del envejecimiento; por el otro, su
presentación es más heterogénea que en los jóvenes, en cuanto a sus
manifestaciones clínicas, a su etiología y a la respuesta al tratamiento.
Los síndromes depresivos se presentan más en personas con enfermedades
crónicas, con deterioro cognitivo o con discapacidades motoras.
La tendencia a la cronicidad y a la recurrencia son características específicas de
los cuadros depresivos en la población anciana.
Epidemiología
La depresión en la vejez es extremadamente común. Entre el 2 y el 5 % de las
personas mayores de 65 años presentan un síndrome depresivo, pero hasta un
20% de los viejos presentan síntomas depresivos.
La incidencia de depresión mayor es del 1% al 4%, lo que equivale a una
incidencia del 0.15% por año. Tanto la prevalencia, como la incidencia se duplican
en la población de 70 a 85 años de edad. Asimismo, debido al aumento de la
expectativa de vida, también hay un aumento del número de personas con
trastorno bipolar.
Si bien no existen diferencias entre hombres y mujeres respecto a la depresión
mayor y al trastorno bipolar, las mujeres presentan síntomas depresivos con más
frecuencia que los hombres.
Algunos estudios encuentran diferencias de género en los desórdenes afectivos
de inicio tardío. Cifras más elevadas entre las mujeres, de tratamiento ambulatorio,
durante períodos más prolongados y por episodios depresivos leves a moderados,
con respecto a los varones, que, a su vez, presentan más episodios comórbidos
con abuso de sustancias o con enfermedades somáticas. Respecto al desorden
bipolar, la única diferencia de género encontrada se relaciona con que los
hombres presentan con más frecuencia episodios maníacos en comorbilidad con
abuso de sustancias.
La prevalencia de los cuadros depresivos es más elevada en el ámbito
institucional que en la comunidad. Entre el 10% y el 12% de los pacientes
internados presentan depresión mayor, mientras que la cifra para los pacientes
ambulatorios es del 6% al 9%.
En los geriátricos, la prevalencia es del 40%; frecuentemente la depresión es la
causa determinante de la institucionalización o la depresión es reactiva o
desencadenada por el proceso de institucionalización.
Respecto a la depresión menor, su prevalencia oscila entre el 4% y el 13%.
A pesar de la contundencia de los datos epidemiológicos, como así también de las
consecuencias de los cuadros depresivos en esta población, el diagnóstico
permanece subestimado en el marco de la atención primaria, en las instituciones
geriátricas y en los servicios de urgencias.
Clasificación
Los criterios establecidos por el DSM y el CIE- 10 para desórdenes depresivos se
aplican también en la población anciana, si bien pueden describirse algunos
síndromes de presentación más específicos en este grupo. En el anexo I se
encuentran los criterios del CIE- 10.
Formas clínicas
Depresión agitada Hiperactividad, movimiento continuo y
retorcimiento de las manos, insomnio.
FACTORES DE RIESGO
Mujeres.
Solteros.
Viudez.
Duelo reciente.
Eventos estresantes. Mudanzas, jubilación,
migraciones
Bajo nivel educativo
Presencia de enfermedad física
Dolor
Institucionalización
Personalidad narcisista
Deficiencias sensoriales
Antecedentes personales o familiares de depresión
Institucionalización geriátrica
Mala relación conyugal
Enfermedades físicas
Alcohol
Amantadina
Antipsicóticos típicos
Atropina
Benzodiacepinas
Cimetidina
Clonidina
Citotóxicos
Inmunosupresores
Digital
Guanetidina
Insulina
Levodopa
Nifedipina
Propranolol
Atenolol
Esteroides
Reserpina
Clínica
Los síntomas depresivos en la vejez no difieren de la presentación en los
individuos más jóvenes, si bien, la queja suele no estar centralizada en el humor
triste, sino en la falta de energía.
En la depresión geriátrica, la pérdida de interés o de motivación, apatía, es
frecuentemente más prominente que el humor depresivo, en especial en las
depresiones de inicio tardío o en las depresiones vasculares. La apatía afecta en
forma importante el funcionamiento social y es un síntoma que responde menos a
los antidepresivos.
La pérdida de la capacidad para disfrutar, anhedonia, suele manifestarse por la
incapacidad para disfrutar de la visita de los familiares, especialmente de los
miembros más jóvenes de la familia, tales como nietos y bisnietos, o la dificultad
para disfrutar de la televisión o de la lectura, si éstas eran actividades
normalmente placenteras. Asimismo, la irritabilidad es un síntoma frecuente de
depresión en los viejos, en general más común de observar que en los jóvenes.
La presentación con síntomas físicos impone el desafío de diferenciar esta forma
de alguna comorbilidad o de que se trate de una depresión secundaria.
El empeoramiento cognitivo, como así también el deterioro del cuidado personal o
el cambio en los hábitos alimenticios pueden ser indicadores de depresión pero
también de una demencia.
Los síntomas psicóticos, tales como ideas delirantes de culpa o de ruina y los
delirios de órganos, se observan en los cuadros graves y también imponen el
diagnóstico diferencial con un síndrome demencial. Cabe destacar que las ideas
delirantes en los cuadros depresivos son congruentes con el estado anímico (en
cuanto al contenido).
Manifestaciones clínicas de la depresión geriátrica.
Pérdida del interés (apatía) y de la capacidad para disfrutar.
Pérdida de energía.
Humor triste.
Insomnio: despertar temprano, rumiaciones al despertar, puede haber
hipersomnia.
Pérdida de peso, cambios en los hábitos alimentarios.
Quejas sobre pérdida de memoria y falta de concentración.
Ideas de muerte y de suicidio.
Dolores (cefaleas, dolores abdominales).
Astenia.
Disminución del cuidado personal.
Mareos, palpitaciones, disnea.
Delirios de ruina o de culpa, paranoides o sobre los órganos internos.
Alucinaciones somáticas.
Tratamiento
Las dosis iniciales deben ser bajas, aunque pueden aumentarse hasta alcanzar
aquellas utilizadas en personas más jóvenes. La dosis y el tiempo son
fundamentales para evaluar la eficacia del tratamiento psicofarmacológico. La
titulación de la dosis dependerá de la respuesta clínica que presente el paciente y
de la tolerancia (efectos secundarios). Hay que contemplar el tiempo de latencia
que, con la dosis mínima terapéutica, es de 15-20 días dependiendo del fármaco.
A pesar de esto, para evaluar la eficacia de una medicación deberemos tener en
cuenta que, con la dosis mínima terapéutica o mayor, el tratamiento debe
mantenerse durante uno o dos meses antes de plantear un incremento de la dosis
o la sustitución del antidepresivo por otro de un grupo diferente. El paciente
anciano puede demorar más tiempo que los más jóvenes en mostrar respuesta
antidepresiva.
Depresión recurrente
Antecedente de episodios depresivos previos en la juventud o en la vejez.
1. Ánimo depresivo.
2. Pérdida de interés y de la capacidad para disfrutar.
3. Aumento de la fatigabilidad.
A. Deben estar presentes los 3 síntomas típicos del episodio depresivo leve y
moderado.
B. Además deben estar presentes por lo menos 4 de los demás síntomas, los
cuales deben ser de intensidad grave. Sin embargo, si están presentes
síntomas importantes como la agitación o la inhibición psicomotrices, el
enfermo puede estar poco dispuesto o ser incapaz de describir muchos
síntomas con detalle. En estos casos está justificada una evaluación global
de la gravedad del episodio.
C. El episodio depresivo dura normalmente al menos 2 semanas, pero si los
síntomas son particularmente graves y de inicio muy rápido puede estar
justificado hacer el diagnóstico con una duración menor de dos semanas.
D. Durante un episodio depresivo grave no es probable que el enfermo sea
capaz de continuar con su actividad laboral, social o doméstica más allá de
un grado muy limitado.
Incluye:
Episodios depresivos aislados de depresión agitada.
Melancolía.
Depresión vital sin síntomas psicóticos.
Farmacocinéticos
Demencia
Hipocondriasis Se consideran resistentes cuando su hipocondría
persiste después del tratamiento con antidepresivos.
Bibliografía
1. Beekman AT, Deeg DJ, Geerlings SW, Schoevers RA, Smit JH, van Tilburg
W. Emergence and persistence of late life depression: a 3-year follow-up of
the Longitudinal Aging Study Amsterdam. J Affect Disord 2001; 65(2):131-8.
2. Lindeman S, Hamalainen J, Isometsa E, Kaprio J, Poikolainen K, Heikkinen
M, et al. The 12-month prevalence and risk factors for major depressive
episode in Finland: representative sample of 5993 adults. Acta Psychiatr
Scand 2000; 102(3):178-84.
3. Schoevers RA, Beekman AT, Deeg DJ, Geerlings MI, Jonker C, Van Tilburg
W. Risk factors for depression in later life; results of a prospective community
based study (AMSTEL). J Affect Disord 2000; 59(2):127-3.
4. Murphy E. Social origins of depression in old age. Br J Psychiatry 1982;
141:135-42.
5. Ormel J, Oldehinkel AJ, Brilman EI. The interplay and etiological continuity of
neuroticism, difficulties, and life events in the etiology of major and and
subsyndromal, first and recurrent depressive episodes in later life. Am J
Psychiatry 2001; 158(6): 885-91.
6. Brilman EI, Ormel J. Life events, difficulties and onset of depressive
episodes in later life. Psychol Med 2001; 31(5): 859-69.
7. Alexopoulos GS. Clinical and biological findings in late-onset depression. In:
Tasman A, Goldfinger SM, Kaufmann CA eds. American Psychiatric Press
Review of Psychiatry, vol. 9. Washington, DC: American Psychiatric Press;
1990. p. 249-62.
8. Alexopoulos GS, Meyers BS, Young RC, Kakuma T, Silbersweig D, Charlson
M. Clinically defined vascular depression. Am J Psychiatry 1997; 154(4):
562-5.
9. Krishnan KR, Taylor WD, McQuoid DR, MacFall JR, Payne ME, Provenzale
JM, et al. Clinical characteristics of magnetic resonance imaging-defined
subcortical ischemic depression.Biol Psychiatry 2004; 55(4): 390-7.
10. Oldehinkel AJ, Ormel J, Brilman EI, van den Berg MD. Psychosocial and
vascular risk factors of depression in later life.J Affect Disord 2003;
74(3):237-46.
11. Holley C, Murrell SA, Mast BT. Psychosocial and vascular risk factors for
depression in the elderly. Am J Geriatr Psychiatry 2006; 14(1):84-90.
12. Leentjens AFG, Aben I, Lodder J, Verhey FRJ. General and disease-specific
risk factors for depression after ischemic stroke: a two-step Cox regression
analysis. Int Psychogeriatr 2006; 18(4): 739-48.
13. Storor DL, Byrne GJ. Pre-morbid personality and depression following
stroke. Int Psychogeriatr 2006; 18(3):457-69.
14. Horwath E, Cohen RS, Weissman MM. Epidemiology of depressive and
anxiety disorders. En: Tsuang MT, Tohen M eds. Textbook in Psychiatric
Epidemiology, 2˚ ed. New York: John Wiley & Sons; 2002.
15. Kessing LV. Gender differences in subtypes of late-onset depression and
mania. Int Psychogeriatr 2006; 18(4):727-38.
16. Alexopoulos GS. Depression in the Elderly. Lancet 2005; 365(9475):1961-
70.
17. Volkers AC, Nuyen J, Verhaak PFM, Schellevis FG. The problem of
diagnosing major depression in elderly primary care patients. J Affect Disord
2004; 82: 259-63.
18. Alexopoulos GS, Kiosses DN, Klimstra S, Kalayam B, Bruce ML. Clinical
presentation of the “depresión- executive dysfunction syndrome” of late life.
Am J Geriatr Psychiatry 2002; 10: 98-106.
19. Kuzis G, Sabe L, Tiberti C, Dorrego F, Starkstein SE. Neuropsychological
correlates of apathy and depression in patients with dementia. Neurology
1999; 52: 1403-7.
20. Starkstein SE, Sabe L, Vazquez S, Di Lorenzo G, Martinez A, Petracca G, et
al.Neuropsychological, psychiatric, and cerebral perfusion correlates of
leukoaraiosis in Alzheimer´s disease. J Neurol Neurosurg Psychiatry 1997;
63(1): 66-73.
21. Lampe IK, Heeren TJ. Is apathy in late-life depressive illness related to age-
at-onset, cognitive function or vascular risk? Int Psychogeriatr 2004; 16: 481-
6.
22. Kumar R, Jorm AF, Parslow RA, Sachdev PS. Depression in mild cognitive
impairment in a community sample of individuals 60-64 years old.Int
Psychogeriatr 2006; 18(3): 471-80.
23. Yesavage JA. Geriatric Depression Scale. Psychopharmacol Bull 1988;
24(4): 709-11.
24. Yesavage JA, Brink TL, Rose TL, Lum O, Huang V, Adey M, et al.
Development and validation of a geriatric depression screening scale: a
preliminary report. J Psychiatr Res 1983; 17: 37-49.
25. Shah A, Herbert R, Lewis S, Mahendran R, Platt J, Bhattacharyya B.
Screening for depression among acutely ill geriatric inpatients with a short
Geriatric Depression Scale.Age Ageing 1997; 26(3): 217-21.
26. Subramanian H, Mitchell AJ. The prognosis of depression in late life versus
mid-life: implications for the treatment of older adults. Int Psychogeriatr 2005;
17: 533-7.
27. Schoevers RA, Beekman AT, Deeg DJ, Hooijer C, Jonker C, van Tilburg W.
The natural history of late-life depression: results from the Amsterdam Study
of the Elderly (AMSTEL). J Affect Disord 2003; 76(1-3): 5-14.
28. Lavretsky H. Relationship of age, age at onset, and sex to depression in
older adults. Am J Geriatr Psychiatry 1998; 6: 248-56.
29. Heiden A, Kettenbach J, Fischer P, Schein B, Ba-Ssalamah A, Frey R, et al.
White matter hyperintensities and chronicity of depression. J Psychiatr Res
2005; 39: 285-93.
30. Simpson SW, Jackson A, Baldwin RC, Burns A. Subcortical hyperintensities
in late-life depression: acute response to treatment and neuropsychological
impairment. Int Psychogeriatr 1997; 9(3): 257-75.
31. Tupler LA, Krishnan KRR, McDonald WM, Dombeck CB, D´Souza S,
Steffens DC. Anatomic location and laterality of MRI signal hyperintensities
in late-life depression. J Psychosom Res 2002; 53: 665-76.
32. Iosifescu DV, Nierenberg AA, Alpert JE, Smith M, Bitran S, Dording C, et
al.The impact of medical comorbidity on acute treatment in major depressive
disorder. Am J Psychiatry 2003; 160: 2122-7.
33. Iosifescu DV, Nierenberg AA, Alpert JE, Papakostas GI, Perlis RH,
Sonawalla S, et al.Comorbid medical illness and relapse of major depressive
disorder in the continuation phase of treatment. Psychosomatics 2004; 45:
419-25.
34. Camus V, Kraehenbuhl H, Preisig M, Bula CJ, Waeber G. Geriatric
depression and vascular diseases- what are the links? J Affect Disord 2004;
81: 1-16.
35. Penninx BWJH. Minor and major depression and the risk of death in older
persons. Arch Gen Psychiatry 1999; 56: 889-95.
36. Murphy E, Smith R, Lindesay J, Slattery J. Increased mortality rates in late-
life depression. Br J Psychiatry 1988; 152: 347-53.
37. Bruce ML, Leaf PJ. Psychiatric disorders and 15-month mortality in a
community sample of older adults. Am J Publ Health 1989; 79: 727-30.
38. O´Brien JT, Ames D. Why do the depressed elderly die? Int J Geriatr
Psychiatry 1994; 9: 689-93.
39. Burvill PW, Hall WD. Predictors of increased mortality in elderly depressed
patients. Int J Geriatr Psychiatry 1994; 9: 219-27.
40. Carney RM, Freedland KE, Elison SA, Rich MW, Jaffe AS. Major depression
and medication adherence in elderly patients with coronary artery disease.
Health Psychol 1995; 14: 88-90.
41. Silverstone PH. Depression increases mortality and morbidity in acute life-
threatening medical illness. J Psychosomatic Res 1990; 34: 651-7.
42. Wassertheil-Smoller S, Applegate WB, Berge K, et al. Change in depression
as a precursor of cardiovascular events. Arch Int Med 1996; 156: 553-61.
43. Shamash K, O´Connell K, Lowy M, Katona CLE. Psychiatric morbidity and
outcome in elderly patients undergoing emergency hip surgery. Int J Geriatr
Psychiatry 1992; 7: 505-9.
44. Ames D, Tuckwell V. Psychiatric disorder among elderly patients in a general
hospital. Med J Aust 1994; 160: 671-5.
45. Holmes J. Psychiatric illness and length of stay in elderly patients with hip
fracture. Int J Geriatr Psychiatry 1996; 11: 607-12.
46. Verbosky LA, Franco KN, Zrull JP. The relationship between depression and
length of stay in the general hospital patient. J Clin Psychiatry 1993; 54: 177-
81.
47. Steffens DC, Pieper CF, Bosworth HB, MacFall JR, Provenzale JM, Payne
ME. Biological and social predictors of long-term geriatric depression
outcome. Int Psychogeriatr 2005; 17(1):41-56.
48. Schulberg HC, Block MR, Madonia MJ, Scott CP, Lave JR, Rodriguez E,
Coulehan JL.The 'usual care' of major depression in primary care practice.
Arch Fam Med 1997; 6(4):334-9.
49. Unutzer J, Katon W, Callahan CM, Williams JW Jr, Hunkeler E, Harpole L, et
al.; IMPACT Investigators. Improving Mood-Promoting Access to
Collaborative Treatment. Collaborative care management of late-life
depression in the primary care setting: a randomized controlled trial. JAMA
2002; 288(22):2836-45.
50. Wells KB, Sherbourne C, Schoenbaum M, Duan N, Meredith L, Unutzer J, et
al. Impact of disseminating quality improvement programs for depression in
managed primary care: a randomized controlled trial. JAMA 2000;
283(2):212-20.
51. Mulsant BH, Alexopoulos GS, Reynolds CF 3rd, Katz IR, Abrams R, Oslin D,
Schulberg HC; PROSPECT Study Group. Pharmacological treatment of
depression in older primary care patients: the PROSPECT algorithm.Int J
Geriatr Psychiatry 2001; 16(6): 585-92.
52. Gilbert DA, Altshuler KZ, Rago WV, Shon SP, Crismon ML, Toprac MG,
Rush AJ. Texas Medication Algorithm Project: definitions, rationale, and
methods to develop medication algorithms.J Clin Psychiatry 1998; 59(7):
345-51.
53. Rush AJ, Rago WV, Crismon ML, Toprac MG, Shon SP, Suppes T, et al.
Medication treatment for the severely and persistently mentally ill: the Texas
Medication Algorithm Project. J Clin Psychiatry 1999; 60(5): 284-91.
54. American Psychiatric Association. Practice guideline for the treatment of
patients with major depressive disorder (revision). Am J Psychiatry 2000;
157(Suppl 4): 1-45.
55. Mulsant BH, Houck PR, Gildengers AG, Andreescu C, Dew MA, Pollock BG,
et al. What is the optimal duration of a short-term antidepressant trial when
treating geriatric depression?J Clin Psychopharmacol 2006; 26(2):113-20.
56. Reynolds CF 3rd, Dew MA, Pollock BG, Mulsant BH, Frank E, Miller MD, et
al. Maintenance treatment of major depression in old age.N Engl J Med
2006; 354(11): 1130-8.
57. Martinez R, Mulsant B, Meyers B, Lebowitz B. Delusional depression in late
life: a research agenda. Am J Geriatr Psychiatry 1996; 4: 77-84.
58. Dombrovski AY, Mulsant BH. ECT: the preferred treatment for severe
depression in late life. Int Psychogeriatr 2007; 19: 10-4.
59. Wilkinson P. Psychological treatments in the management of severe late-life
depression: at least as important as ECT. Int Psychogeriatr 2007; 19: 14-8.
60. Scott J. Depression should be managed like a chronic disease. BMJ2006;
29; 332(7548): 985-6.
61. Hollon SD, DeRubeis RJ, Shelton RC, Amsterdam JD, Salomon RM,
O'Reardon JP, et al. Prevention of relapse following cognitive therapy vs
medications in moderate to severe depression. Arch Gen Psychiatry 2005;
62(4): 417-22.
62. Peterson TJ. Enhancing the efficacy of antidepressants with psychotherapy.
J Psychopharmacol 2006; 20: 19-28.
63. Reynolds CF 3rd, Frank E, Perel JM, Imber SD, Cornes C, Morycz RK, et al.
Combined pharmacotherapy and psychotherapy in the acute and
continuation treatment of elderly patients with recurrent major depression: a
preliminary report. Am J Psychiatry 1992; 149(12): 1687-92.
Capítulo 8
INTRODUCCIÓN
Se estima que en los Estados Unidos los eventos relacionados con el uso
inadecuado de fármacos en la vejez generan aproximadamente 17 millones de
consultas en los servicios de emergencias, y provocan 8,7 millones de admisiones
hospitalarias anualmente. Entre los años 1995 y 2000, por ejemplo, el costo
asociado a efectos adversos estuvo entre los $76,6 billones de dólares y los
$177,4 billones de dólares, respectivamente, lo que configura un serio problema
para el sistema de salud. Teniendo en cuenta, además, que esta población recibe
proporcionalmente el mayor número de las prescripciones, y que curiosamente es
el grupo que tiene mayor riesgo de sufrir efectos adversos y toxicidad, es
importante individualizar los tratamientos, simplificarlos e informar al paciente y
sus cuidadores.
Se considera que el 25% de las drogas prescriptas actualmente en los EE.UU. son
usadas por personas mayores de 65 años, y se calcula que para el año 2030 la
proporción subirá a 40%; en la Argentina no tenemos datos.
La digoxina es de distribución hidrosoluble, y por esta razón las dosis deben ser
menores, pues su concentración plasmática está disminuida en un 30%.
Cuando las drogas son administradas por vía oral, el factor determinante de su
metabolismo es la actividad enzimática del hígado. El proceso más afectado por la
edad es la fase 1 del metabolismo, la oxidación o reducción que involucra al
citocromo P-450.
Alprazolam Diazepam
Amitriptilina Levodopa
Clordiacepóxido Nortriptilina
Clobazam Propanolol
Quinidina Teofilina
Eliminación renal
El cambio farmacocinético más predecible en personas de edad avanzada es la
reducción en la eliminación renal, que se produce como consecuencia de la
declinación en el filtrado glomerular y en la función tubular. En general, las drogas
que requieren filtración glomerular (ejemplo, gentamicina) y las drogas que
requieren función tubular (ejemplo, penicilina) para su eliminación exhiben una
eliminación reducida en los ancianos.
72 x Cr sérica
POLIFARMACIA Y MORBILIDAD
La polifarmacia es uno de los problemas más serios en la población de adultos
mayores. A pesar de que los ancianos son sólo el 12,5% de la población total,
consumen un cuarto de todas las drogas prescriptas.
Un promedio de 4,5 drogas prescriptas por persona mayor de 65 años y un total
de entre 12 a 17 por año y por persona son los datos estadísticos de la FDA en los
EE.UU. Los ancianos frágiles consumen aún más medicaciones. Los residentes
de hogares de larga estadía consumen en promedio 8 drogas por persona, casi el
doble del consumo de los que viven en la comunidad, teniendo como
característica que las más usadas son: la digoxina, los diuréticos y los
psicotrópicos, casualmente las que producen más efectos adversos.
3-5 7%
6-10 13%
>10 17%
Las reacciones adversas a fármacos son siete veces más frecuentes y tienden a
ser de mayor severidad en personas de entre 70-79 años, que en personas de 20
a 29 años.
EA (efectos adversos) o RAD (reacciones adversas a drogas) se definen como
eventos producidos por las drogas.
Un metaanálisis muestra que el 47% de los ingresos hospitalarios son por EA, y
en otros estudios se reporta que en la comunidad ocurren alrededor del 5% por
año.
Sin embargo, hay pocos datos de estudios prospectivos en pacientes
ambulatorios.
Cardiovasculares
Digoxina
Los efectos adversos más comunes de toxicidad son náuseas, vómitos, cefalea y
alteraciones visuales. A nivel cardiovascular, se observa bloqueo A-V y arritmias.
Diuréticos
Los diuréticos están entre las drogas que más efectos adversos producen en la
tercera edad. Hasta un 20% de las RAD en esta población. La deshidratación, la
hipocaliemia y la hipomagnesemia son frecuentes y pobremente toleradas por los
ancianos, debido al deterioro de la reserva homeostática.
Drogas psicotrópicas
Todos los efectos aparecen con más frecuencia en pacientes ancianos y con
menores dosis que en personas jóvenes.
Hace unos años fueron incorporados nuevos antipsicóticos, que forman parte del
grupo de los “atípicos”, la clozapina fue el primer incorporado y luego de un corto
tiepo de uso se descubrió que causa agranulocitosis. Más tarde se incorporaron la
risperidona, la olanzapina y la quetiapina, que causan menos extrapiramidalismo y
discinesias tardías. Este grupo, si bien tiene eficacia similar a los antipsicóticos
tradicionales, posee mejor perfil de seguridad.
Anticolinérgicos
Cardiovascular Taquicardia
Existe amplia evidencia de que los anticolinérgicos no deben ser utilizados en esta
población, salvo algunas excepciones.
Antidepresivos tricíclicos
Barbitúricos
Benzodiazepinas
La introducción de este grupo de drogas fue uno de los mayores avances logrados
en el tratamiento de los trastornos de ansiedad. Poseen mayor ventana
terapéutica que los barbitúricos.
Las BZD se dividen según su vida media, la cual está determinada por la
liposolubilidad y la presencia o no de metabolitos activos.
Las viejas benzodiazepinas como el diazepam, clordiazepóxido y el flurazepam,
debido a su alta liposolubilidad, tienen un gran volumen de distribución y vida
media prolongada, como los barbitúricos. La vida media de estas drogas puede
aumentar hasta cuatro veces en mayores de 85 años, comparados con personas
de 25 años.
Las BZD tienen metabolismo hepático y éste varía mucho de un individuo a otro; la
vida media puede aumentar causando sedación excesiva. Las BZD de vida media
larga, se asocian con mayor riesgo de caídas y mortalidad en adultos mayores.
Analgésicos
Los AINEs se consideran fármacos con alto riego de efectos adversos, sobre todo
con el uso prolongado y a dosis altas.
Opiáceos
Los opiáceos son drogas que, en general, se usan poco en geriatría y son muy
útiles a la hora de tratar cuadros de dolor. Los efectos más comunes a cuidar son
la constipación y la sedación. lRespecto de los opiodes, una de las principales
limitaciones es la tolerancia y la dependencia que producen con el tratamiento
prolongado.
Anticoagulantes
Edad No la afecta
Sexo No la afecta
Etnia No la afecta
Por ejemplo, los ancianos bajo el uso inapropiado de drogas, tales como
benzodiazepinas de larga vida media y antipsicóticos, sufren el doble de fracturas
de cadera. Si tomamos en cuenta el subuso, la tasa de vacunación contra la gripe
es del 50%, aproximadamente, y esto previene unas 3.000 muertes por influenza
anualmente.
Desde el punto de vista clínico, la inapropiabilidad en el uso de medicaciones es
un problema de salud muy importante, pero desde el punto de vista económico es
desvastador, puesto que inutiliza recursos que pueden usarse con propósitos
mejores.
Debe tenerse en cuenta que incluso los fármacos de alto riesgo no causan
daño en todos los pacientes. En 1991 y 1992 Beers y cols. publicaron los criterios
para considerar inapropiada la administración de algunos medicamentos en
ancianos, y otros cuyas dosis, frecuencia y tiempo máximo de uso debe ser
modificados en esta población. La publicación original fue hecha para residencias
de larga estadía, en base a la opinión de un grupo de expertos en farmacología
geriátrica. Los criterios fueron actualizados en 1997 y extendidos a todos los
mayores de 65 años. Los criterios fueron revisados nuevamente en el 2002 (ver
Apéndice).
Criterios de Beers
El uso de estas drogas debe ser evitado en ancianos vulnerables, debido a su alto
potencial de efectos adversos, como confusión, retención urinaria, constipación,
visión borrosa e hipotension. Esta población es particularmente vulnerable a los
efectos de estas drogas a nivel del SNC.
Además, hay estudios afirman que no es más efectiva que los AINEs en el
tratamiento del dolor agudo, y causa mucho mayor sedación.
ETIOLOGÍA DE LA POLIFARMACIA
Más del 60% de todas las visitas al médico terminan en escribir una
prescripción, y la mitad de las consultas en los servicios de emergencias
resultan en la adición de un medicamento. A su vez, es muy común que al
tiempo del alta hospitalaria de ancianos internados, la mitad de sus
medicaciones sea reemplazada por otros fármacos.
A su vez, todavía persisten en los vademécums drogas inútiles en el
tratamiento de enfermedades de los ancianos, tales como la enfermedad de
Alzheimer.
Muchos médicos se niegan a discontinuar tratamientos, especialmente
aquellos que han sido usados por un largo período de tiempo, aun sin
conocer el motivo por el cual fue indicado o cuándo. En este escenario,
habitualmente encontramos a los antiarrítmicos, los antihipertensivos, los
hipoglucemiantes orales, inhibidores de la bomba de protones y las
hormonas de reemplazo tiroideas.
Otra razón de uso inadecuado y polifarmacia es que los pacientes ancianos
habitualmente consultan a múltiples especialistas por todos los males que
los aquejan o creen tener. Aquí es importante recalcar que la comunicación
entre los médicos debe siempre tratar de optimizarse lo mayor posible.
Otra causa a tener en cuenta es cuando los pacientes se van de alta de los
hospitales, algunas prescripciones típicas de las internaciones, tales como
los catárticos, hipnóticos y algunos analgésicos, no son discontinuadas y
persisten como parte del tratamiento crónico.
Finalmente, otros datos a tener en cuenta son los malos registros que los
médicos hacemos de las prescripciones, su indicación precisa, por cuánto
tiempo, los resultados esperados, el cumplimiento de los resultados, efectos
adversos y fallas terapéuticas. Esto se ve mucho más en los consultorios
ambulatorios, dado que la confección de adecuadas historias clínicas no es
la regla.
El manejo de la información médico-paciente-familia-cuidador y el efecto
que causa la indicación que todavía se escucha: “Debe tomarlo de por
vida”, cuando esto no es cierto para ningún medicamento y mucho menos
en geriatría, donde la revisión de la medicación y los tratamientos tienen
fundamental importancia.
Bibliografía
Bates DW, Spell N, Cullen DJ, et al. The costs of adverse events in hospitalized
patients. JAMA 1997;277:307-11.
Beers MH, Ouslander JG, Fingold SF, et al, Inappropiate médication prescribing in
skilled-nursing facilities. Ann intern Med 1992;117:684-9.
Beers MH, Ouslander JG, Rollinger I, et al. Explicit criteria for determining
potencially inappropiate medication usein nursing home residents. Arch intern Ned
1991;151:1825-32.
Beers MH. Explicit criteria for determining potencially inappropiate medication use
by elderly. Arch Intern Med 1997;157:1531-6.
Chutka DS, Takahashi PY, Hoel, RW. Inappropriate medications for elderly
patients. Mayo Clin Proc 2004;79:122-39.
Ernst FR, Grizzle AJ. Drug-related morbidity and mortality: Updating the cost-of-
illness model. J Am Pharm Assoc (Wash) 2001;41:192-9.
Fick DM, Cooper JW, Wade W, et al. Updating the Beers criteria for potentially
inappropriate medication use in older adults-results of a US consensus panel of
experts. Arch Intern Med 2003;163:2716-24.
Gandhi TK, Weingart SN, Borus J, et al. Adverse drug events in ambulatory care.
N Engl J Med 2003;348:1556-64.
Gray SL, La Croix AZ, Nalón JT, et al. Benzodiazepine use and physical disabilitiy
in community dwelling older adults. J Am Geriatric Soc 2006;54:224-30.
Griso JA, Kelsey JL,Strom BL,Chiu GY, Maislyn G, O’Brien, et al. Risk of factors
for falls as cause of hip frature in women. The Northeast Hip Fracture Study Group.
N Engl J Med 1991;324:1326-31.
Gurwitz JH, Field TS, Harrold LR, et al. Incidence and preventability of adverse
drug events among older persons in the ambulatory setting. JAMA 2003;289:1107-
16.
Hanlon JT, Shmader KE, Koronkowski MJ, et al. Adverse drugs eventsin high risk
older outpatient. J Am Geriatr Soc 1997;45:945-8.
Johnson JA, Bootman JL. Drug-related morbidity and mortality: A cost of illness
model. Arch Intern Med 1995;155:1949-56.
Knigth EL, Glynn RJ, McIntyre KM, Mogun H, Avorn J. Predictors of decreased
renal function in patients with heart failure during angiotensin-converting enzyme
inhibitors therapy: Results from the studies of left ventricular dysfuntion (SOLVD).
Am Heart J 1999;138:849-55.
Lazarou J, Pomeranz BH, Corey PN. Incidence of adverse drug reactions in
hospitalized patients: A meta-analysis of prospective studies. JAMA
1998;279:1200-5.
Nalón JT, Schmader KE, Ruby CM, Weinberger M. Suboptimal prescribing and
utilization in older inpaatient and outpatients. J Am Geriatric Soc 2001;49:200-9.
Stuck AE, Beers MH, Steiner A, Aranw HU, Rubenstein LZ,Beck JC. Inappropiate
medication use in community-residing older persons. Arch Intern Med
1994;154:2195-200.
Wang PS, Bohn RL, Glynn RJ, Mogun H, Avorn J. Hazardous benzodiazepine
regimens in the elderly: Efects of half-life, dosage, and duration on risk of hip
fracture. Am J Psychiatry 2001;158:892-8.
Zed PJ, Abu-Laban RB, Balen RM, et al. Incidence, severity and preventability of
medication-related visits to the emergency department: a prospective study. Can
Med Assoc J 2008;178:1563-9.
APÉNDICE
Fuente: Christian JB, Van Haaren A, Cameron KA, lapane KL. Alternatives for
for use in the Fleetwood phase III Study. The Cons Pharmacist 2004;19(11);1011-
28.
ANTIDEPRESIVOS
TRICÍCLICOS
Amitriptilina
NO
Según criterios de Beers, independientemente del diagnóstico por
los efectos
SÍ
AINE
Indometacina
Ketorolac
Piroxicam
NO
Algoritmo para determinar el uso apropiado de catárticos en ancianos
CATÁRTICOS
Salinos
Hidróxido de magnesio (leche de Estimulantes Osmóticos Tensioactivos
magnesia) Fenolftaleína + Picosulfato de Na Lactulosa (Lactulon)
Sen
Cáscara sagrada SÍ
Aceite de ricino
¿Cúales?
NO
¿Existen alternativas?
SI
Dieta rica en fibras (5 g/d).
NITROFURANTOÍNA
¿Existen alternativas?
SÍ
Quinolonas
TMS
Amoxicilina
Algoritmo para determinar el uso apropiado de antihipertensivos de acción central
en ancianos
ANTIHIPERTENSIVOS DE
ACCIÓN CENTRAL
NO
Según criterios de Beers, independientemente del
diagnóstico,por:Metildopa
menor tolerancia y mayor
Reserpina
toxicidad cuando el Cl. de creatinina es <60 ml/min
Guanetidina
y por otros efectos adversos: leucopenia,
neuropatía, tox. hepática y pulmonar.
¿Es apropiado su uso en
ancianos?
NO
(Según criterios de Brees, independientemente del
diagnóstico, por sus efectos adversos)
Sedación y depresión.
Bradicardia (metildopa).
Hipotensión ortostática.
Boca seca.
¿Existen alternativas?
SÍ
La elección de la medicación
antihipertensiva debe basarse en las
comorbilidades y factores de riesgo del
paciente.
Algoritmo para determinar el uso apropiado de agentes muscarínicos para la
incontinencia de orina
OXIBUTININA
(De acción corta)
NO
Según criterios de Beers, por sus efectos
anticolinérgicos no selectivos.
Desorientación.
Confusión.
Alucinaciones.
Deterioro cognitivo.
¿Existen alternativas?
SÍ
Medidas no farmacológicas.
BENZODIAZEPINAS
NO
NO
Según criterios de Beers,
Según criterios de Beers, en
independientemente del diagnóstico,
dosis y duración del tratamiento.
NO dosis mayores a:
Según criterios de Beers, independientemente del Lorazepam: >3 mg/d.
Por sus efectos adversos: diagnóstico, dosis y duración del tratamiento.
Clonazepam: >3 mg/d.
Depresión Sedación prolongada.
Alprazolam: >2 mg/d.
respiratoria
Confusión.
SÍ
Para ansiedad:
Lorazepam: Comenzar con dosis bajas: 0,25-0,5 mg dosis máxima hasta 3 mg/d.
considerando el diagnóstico.
Modificado de: Fick MD, Cooper JW, Wade, et al. Up to dating the Beers criteria
for potentially inappropriate médication use in older adults-results of US consensus
panel of experts. Arch Intern Med 2003,163:2716-24.
Síncope BZD de vida media corta e intermedia, Pueden causar retardo Alta
y caídas antidrepesivos tricíclicos psicomotor, síncope y
ataxia
SIHAD/ IRSS: Citalopram. Fluoxetina, paroxetina y Pueden ser causa de Baja
hiponatre sertralina SIHAD
mia
Modificado y adaptado de: Fick MD, CooperJW, Wade, et al. Up to dating the
Beers criteria for potentially inappropiate medication use in older adults-results of
US Consensus Panel of Experts. Arch Intern Med 2003,163:2716-24.
BZD acción corta. Dosis > de: Dosis menores son más seguras Alta
debido a la alta sensibilidad a las
Lorazepan: 3 mg. Alrazolam:2 mg, BZD
oxazepam 60 mg
Capítulo 9
En los adultos mayores más frágiles, con deterioro cognitivo previo, el síndrome
confusional agudo puede resultar de situaciones tan simples como un bolo fecal o
un globo vesical.
A pesar de que esta entidad es muy prevalente en la población adulta mayor (AM),
habitualmente es subdiagnosticado. Se ha estimado que su prevalencia asciende
al 20% entre AM internados y que su tasa de subdiagnóstico es del 70%. La
prevalencia de este problema entre los AM de la comunidad es significativamente
menor (1%).
Definiciones
Muy frecuentemente los médicos utilizamos la frase “el paciente está confuso o
delirando” para describir a un anciano que está desorientado temporal o
espacialmente, es incapaz de prestar atención o de mantener un diálogo
coherente, olvida hechos o situaciones recientes y/o tiene ideas paranoides o
alucinaciones. Este conjunto de signos y síntomas asociado a diferentes entidades
nosológicas dio origen a más de treinta denominaciones que pueden encontrarse
en la literatura médica para referirse al síndrome confusional agudo (SCA). Entre
las denominaciones utilizadas con más frecuencia como sinónimos de SCA:
delirium, síndrome orgánico cerebral agudo, falla cerebral aguda, confusión tóxica,
psicosis farmacotóxica, psicosis orgánica aguda, encefalopatía metabólica,
encefalopatía tóxica, síndrome de insuficiencia cerebral, psicosis exógena,
disfunción cognitiva reversible, demencia reversible, excitación psicomotriz, manía
delirante aguda y psicosis sintomática.
Epidemiología
El SCA es una patología aguda o, en muy pocos casos, subaguda. Su prevalencia
varía ampliamente según la población de ancianos considerada: en los ancianos
de la comunidad es del 1%, en los internados por enfermedades agudas es del
15% al 30% y en los que están cursando un postoperatorio general es del 10% y
asciende al 30% y hasta el 60% cuando el postoperatorio es de cadera o cardíaco.
En los mayores de 75 años, institucionalizados la prevalencia de este problema
alcanza el 60%.
Esta alteración global del metabolismo cerebral sería la vía final común a la que se
llegaría por distintos caminos, dependiendo de la causa que originó el SCA. Uno
de los caminos por los que se llegaría a esta vía final común es la alteración de la
concentración de neurotransmisores a nivel cerebral, entre ellos, la acetilcolina y la
serotonina. La acetilcolina es un neurotransmisor relacionado con los procesos
cognitivos y la disminución de su concentración estaría asociada al desarrollo del
SCA. De allí que los pacientes que utilizan drogas con efecto anticolinérgico o que
tienen alguna de las enfermedades neurológicas que cursan con un déficit crónico
de acetilcolina cerebral (por ejemplo, la enfermedad de Alzheimer), sean más
vulnerables a desarrollar SCA ante pequeños estímulos. La serotonina es otro
neurotransmisor de importancia en el sistema nervioso central. Para sintetizarla se
necesita el aminoácido triptofano, que debe ser transportado a través de la barrera
hematoencefálica. El triptofano compite por el transporte con muchos otros
aminoácidos neutrales (muy probablemente, la fenilalanina). Las alteraciones en la
relación triptofano-fenilalanina resultarían en un exceso o déficit de serotonina en
el cerebro, causando SCA. De hecho, se encontraron altos niveles de fenilalanina
(común en postoperatorios o estados catabólicos postraumáticos), baja relación
triptofano-fenilalanina y disminución del triptofano plasmático en pacientes con
SCA.
En los pacientes con infecciones o cáncer también intervendrían las citokinas (en
especial la interleukina 2) y el factor de necrosis tumoral (FNT) como mediadores
del SCA.
Presentación clínica
Estas características son claves para establecer el diagnóstico por lo que nos
extenderemos en su descripción.
desorganización del pensamiento (3) y puede tener (o no) alteraciones del nivel de
los estímulos internos y externos que tienden a distraer la atención. Una atención
hablarle, es por un período de tiempo muy corto. Otra posibilidad es que esté
demasiado atento y sensible a todos los estímulos (su atención “salta” en cada
puede seguir el hilo de una conversación o una entrevista médica. Como veremos
luego, en la valoración del anciano con un posible SCA siempre habrá que evaluar
ejemplo, se le informa dónde está y qué día es y a los minutos estará nuevamente
desorientado témporo-espacialmente).
4) Alteración del nivel de conciencia: el nivel de conciencia normal es el estado de
alerta. En los pacientes con SCA el nivel de conciencia puede estar alterado o no.
cuidados críticos y va más allá del propósito de PROFAM, salud del anciano. Aquí
somnolientos o hiperalertas.
Otros síntomas que comúnmente tienen los pacientes con SCA, pero que no son
imprescindibles para el diagnóstico son la desorientación témporo-espacial, las
alteraciones del ciclo sueño-vigilia, las ilusiones y alucinaciones, el delirio, las
alteraciones del lenguaje y los síntomas afectivos y psicomotores.
Polimedicación Desnutrición
síndrome. Entre ellas se destacan las que típicamente se encuentran en las áreas
disponen de referencias claras acerca del lugar y el tiempo (no hay relojes y están
alteradas todas las rutinas diarias de los pacientes) y están expuestos a voces,
sueño-vigilia.
particular.
factor de riesgo (muy poderoso, por cierto) para que el anciano desarrolle un SCA
ante cualquier precipitante agudo como una fractura, una operación, el inicio de un
fármaco, etc. Además, la demencia influye en forma adversa sobre el curso clínico
resolución completa del cuadro (en un estudio se observó que, del total de
de SCA. Una de las primeras experiencias que tiene un médico práctico cuando
cataratas, del 10% en una cirugía electiva no cardíaca ni ortopédica, del 30% en
cirugías electivas de cadera, del 50 al 60% en cirugías de urgencia de cadera (por
dolor. Este último punto es de particular importancia ya que el dolor mal manejado
No todas las causas mencionadas en este cuadro tienen la misma jerarquía. Las
interno son las causas más frecuentes de SCA. Además, en los ancianos, el SCA
¿podemos decir a qué se debe el SCA o cuál de estos factores tiene más peso?
Seguramente no. Como veremos más adelante, el abordaje del SCA consiste en
Las causas desencadenantes de un SCA en los ancianos son muchas, las más
frecuentes son las infecciones agudas, los disturbios metabólicos y del medio
interno y los problemas con medicamentos. Muchas veces en un mismo paciente
se da la conjunción de varios factores de riesgo y causas desencadenantes
(síndrome multicausal).
Una atención especial merece el tema de las drogas, ya que los ancianos, debido
al alto consumo y la polimedicación a los que se ven expuestos, pueden tener
cuadros de SCA secundarios a interacciones y/o sumatoria o potenciación de los
efectos adversos de la medicación.
Las drogas que más frecuentemente se asocian a SCA son las que tienen efecto
anticolinérgico: los antiespasmódicos, los antihistamínicos, los antiparkinsonianos
(biperideno), los antidepresivos, los antipsicóticos, los antihistamínicos H2, las
drogas usadas para la incontinencia de orina, los antiarrítmicos, los
descongestivos, los preparados oftálmicos (timolol) y el litio. Otras drogas que
potencialmente pueden producir SCA son los hipnóticos, los sedantes, los
anticonvulsivantes, los corticoides a altas dosis, los antiinflamatorios no
esteroideos, la levodopa, la bromocriptina, los relajantes musculares, la
amantadina, la isoniazida, la clonidina, la alfametildopa y la aminofilina.
Las drogas que más frecuentemente se asocian con desarrollo de SCA son
aquellas que tienen efecto anticolinérgico.
Los pacientes con SCA están expuestos a numerosas complicaciones que van
desde la aparición de efectos adversos por los fármacos que muchas veces se
utilizan para controlar los síntomas hasta caídas por deslizamiento de la cama,
lesiones asociadas a las sujeciones y alteraciones esfinterianas con incontinencias
que predisponen al desarrollo de escaras y aumento del tiempo de hospitalización
(hasta un 50% más prolongado con respecto a los pacientes sin SCA). A todo ello
se le agrega la desestabilización y desorganización de la familia del anciano, que
conduce, a su vez, a aumentar la tasa de institucionalización (en geriátricos) de
estos pacientes.
Entre las complicaciones más serias, relacionadas con los efectos adversos de la
medicación se encuentran el desarrollo de excitación psicomotriz, delirio y
alucinaciones. La excitación psicomotriz se caracteriza por la presencia de
inquietud, agresividad, agitación, irritabilidad y trastornos del sueño.
Además, los pacientes que desarrollan SCA en general son más frágiles y con
más comorbilidades y tienen menor capacidad de reserva funcional global, lo que
resulta en un peor pronóstico y una mayor mortalidad en el corto y mediano plazo
(en comparación con los pacientes que desarrollan SCA). Esto puede objetivarse
en las siguientes cifras:
de deterioro cognitivo crónico. Como producto de una caída, sufrió una fractura de
cadera y debió ser operado. La cirugía cursó sin complicaciones y Leopoldo fue
era de noche o de día, etc.). Con el correr de las horas, Leopoldo comenzó con
desorganización del pensamiento (su esposa refirió que decía incoherencias),
(afirmaba que su padre, muerto muchos años atrás, había venido a visitarlo) y
delirio (decía que estaba allí porque lo tenían secuestrado). La situación fue
pulmonar derecha, por lo que dedujo que el SCA se debía a hipoxia. Leopoldo fue
hace 5 años cuando notó que la señora tenía olvidos frecuentes, se desorientaba
fueron progresando de forma tal que ya no era seguro que Josefina viviera sola.
mantiene diálogos con sus compañeras del geriátrico, a veces controla bien los
consulta porque una de las asistentes del geriátrico notó que, desde hace varios
días Josefina está como ausente, menciona cosas ininteligibles en voz muy baja,
Leopoldo, que tiene una forma hiperactiva, Josefina tiene una forma hipoactiva.
paciente “no molesta”. Josefina tenía claramente una demencia previa de varios
diagnóstico diferencial entre SCA y los que se han dado en llamar: “síntomas no
enfermedad. En este caso concreto hay varios datos que permiten hacer el
misma oxibutinina). Estos tres datos permiten confirmar que se trata de un SCA en
Una vez objetivadas las alteraciones cognitivas, será preciso definir el tiempo y las
características de evolución del cuadro. Para ello basta con interrogar al familiar o
al cuidador del paciente: ¿cuál era el estado previo de su esposa antes de
empezar con estos síntomas? ¿cuánto hace que su padre comenzó con estas
dificultades? Antes de que estas alteraciones se hicieran tan manifiestas, ¿su
madre tenía olvidos o confusiones frecuentes? Ud ha notado que la señora se
confunde al responder las preguntas que se le hacen ¿esto es algo habitual en
ella? Semanas o antes de que este cuadro se desarrollara ¿Ud notó algún cambio
en la conducta o el ánimo de su esposo?
¿El paciente tiene dificultad para focalizar la atención (por ejemplo, se distrae
fácilmente o no puede
Una vez establecido el diagnóstico de SCA habrá que determinar la causa que le
dio origen. Para hacerlo el médico cuenta con el interrogatorio, el examen físico y
los estudios complementarios.
Solo en casos muy claros y selectos, en los que el médico conoce bien a su
paciente y a su red de cuidados, puede permitirse el manejo domiciliario de este
problema (un ejemplo de este caso podría ser el de un anciano con un SCA
secundario a una dosis de benzodiazepina superior a la que habitualmente utiliza,
que a pesar de estar confuso tiene una adecuada mecánica respiratoria, no tiene
deterioro de conciencia y cuenta con una buena contención familiar, en el que es
posible el mantenimiento de una comunicación estrecha con el cuidador).
Para definir la etiología del SCA, el interrogatorio a algún familiar o cuidador del
paciente es fundamental, ya que permite recoger datos acerca de los
antecedentes del anciano. Entre ellos, los más importantes son: la capacidad
funcional previa (incluidas las AVD y las AIVD), la procedencia (de su propia casa
o de un geriátrico), las enfermedades agudas o crónicas que padece (como por
ejemplo, diabetes, demencia, parkinsonismo, cáncer, enfermedad vascular, etc.),
así como cualquier síntoma o hecho previo que pudiera resultar orientador (fiebre,
tos, disuria, diarrea, dolor precordial, traumatismo de cráneo, etc.). Otro punto
importante es averiguar sobre los fármacos utilizados por el anciano (indagando
especialmente por diuréticos, laxantes y medicamentos con efecto anticolinérgico
o con acción a nivel del sistema nervioso central) así como su posible exposición a
sustancias tóxicas (principalmente, alcohol).
Al realizar el examen físico deben buscarse signos que guíen los pasos
posteriores para llegar al diagnóstico etiológico. La fiebre es la causa más
frecuente de SCA. En los ancianos es recomendable tomar siempre la
temperatura rectal, ya que la axilar a veces no es fidedigna, sobre todo si el
paciente está adelgazado. Se define como fiebre a una temperatura rectal mayor a
38°C (los valores entre 37.5 y 38°C se definen como febrícula). En caso de que el
paciente tenga fiebre deberá bajarse la temperatura con algún antitérmico y
buscar el foco infeccioso. También hay registrar los otros signos vitales: frecuencia
cardíaca, frecuencia respiratoria y tensión arterial y examinar las mucosas (si
están secas, normocoloreadas, ictéricas, cianóticas, pálidas, etc.). La presencia de
taquicardia, hipertensión arterial, temblor, sudoración y otros síntomas
adrenérgicos es sugestiva de abstinencia de alcohol o de suspensión brusca de
alguna droga psicotrópica, en particular benzodiacepinas (en estos casos, el SCA
es típicamente hiperactivo). La presencia de asterixis (que consiste en sacudidas
de gran amplitud, similares a un temblor, que se observan al pedirle al paciente
que ponga las manos en dorsiflexión) no es privativo del SCA por insuficiencia
hepática, como habitualmente se cree, sino que también es un dato a favor de
intoxicación medicamentosa o de insuficiencia renal o respiratoria. Además de los
signos vitales, el examen debe incluir al el aparato respiratorio (buscando un foco
infeccioso y/o signos de insuficiencia cardíaca), al aparato cardiovascular (con el
objeto de hallar arritmias, signos de insuficiencia y/o inestabilidad hemodinámica,
si las hubiera), al abdomen (para detectar o descartar un abdomen agudo y un
globo vesical) y al sistema nervioso (buscando signos de foco, debilidad de
miembros, alteración de los pares craneales o de los reflejos osteotendinosos,
rigidez de nuca, etc.). A medida que el médico va hallando alteraciones irá
focalizando progresivamente el examen físico con el objeto de definir la causa del
SCA y corregir las alteraciones más urgentes (suministrar oxígeno si hay signos
de hipoxia, aportar líquidos si hay signos de deshidratación, etc.).
Con los datos recogidos a partir del examen físico el médico decidirá los estudios
complementarios a solicitar: radiografía de tórax (RX TX) si sospecha un foco
infeccioso respiratorio, urocultivo si se sospecha una infección urinaria, etc.
Si el paciente tiene una causa clara del SCA sólo deberá estudiarse dicha causa
(y, tratarla, con lo cual resolverá el cuadro confusional). En caso contrario, cuando
no hay una causa clara, debe comenzarse con una evaluación secuencial y de
complejidad progresiva a fin de definirla.
Entre los estudios por imágenes para evaluar a los ancianos con SCA también se
encuentran la tomografía computada y la resonancia magnética de cerebro. Estos
estudios son normales en el SCA, pero pueden ser de utilidad para detectar
algunas causas del mismo como, por ejemplo, un hematoma subdural o
parenquimatoso. Estos estudios no deben pedirse de rutina, sino ante ciertos
elementos de sospecha como la presencia de un foco neurológico o el
antecedente de traumatismo de cráneo. Eventualmente, puede considerarse su
realización luego de que la evaluación diagnóstica bien realizada no permitió
determinar la causa del SCA.
La evaluación diagnóstica del paciente con SCA debe ser escalonada y guiada por
los hallazgos del interrogatorio y del examen físico. Si no hay signos que sugieran
la etiología, deben descartarse las causas desencadenantes más frecuentes:
medicaciones (uso o abstinencia), infecciones y disturbios electrolíticos y
metabólicos. Sólo después de descartadas estas entidades o en presencia de
elementos clínicos de sospecha, deben realizarse estudios más complejos, como
neuroimágenes, o invasivos, como una punción lumbar.
Una premisa importante al evaluar a un paciente con un SCA es ser cauto y
realizar estudios en forma secuencial y no apuntar a todas las causas al mismo
tiempo. Es frecuente hallar que un anciano ingresa confuso y con un síndrome
febril a una guardia y al cabo de una hora se le realizaron muchos estudios
complementarios (hemo y urocultivos, RX TX, análisis de sangre con todo lo que
se puede realizar por guardia, tomografía computada y, muchas veces, hasta una
punción lumbar), sin siquiera haberle bajado la temperatura (con lo cual muchas
veces se resuelve el SCA).
El médico que atiende ancianos no sólo debe saber diagnosticar el SCA y tratarlo
sino, que además debe estar entrenado para identificar a aquellos pacientes con
factores de riesgo para desarrollarlo (ver contenido 1) o con síntomas prodrómicos
del mismo. De este modo, podrá poner en marcha estrategias útiles para evitar, o
al menos, reducir, los efectos perjudiciales de este problema.
Además, puede adoptarse una serie de medidas para facilitar el cuidado del
paciente y tratar los síntomas de manejo más complejo, como la excitación
psicomotriz, las alucinaciones y la alteración del ciclo sueño- vigilia. Estas medidas
pueden ser farmacológicas y no farmacológicas. Las últimas constituyen la base
del tratamiento sintomático del SCA.
Entre los antipsicóticos atípicos la droga más utilizada y sobre la que hay más
experiencia en los ancianos es la risperidona (RESTELEA, envase por 20
comprimidos de 0.25 mg, $ 11; RISPERDAL, envase por 20 comprimidos de 0.25
mg, $18). Se indica en dosis de 0.25 a 1 mg, por vía oral, que puede repetirse a la
hora si es necesario, hasta una dosis máxima de 5 mg.
Otras drogas del mismo grupo que han mostrado ser útiles son la olanzapina, la
clozapina y la quetiapina. Sin embargo, no hay grandes estudios que hayan
evaluado el tratamiento de las complicaciones del SCA en pacientes mayores con
estas drogas y solo se dispone de pequeñas series o reporte de casos.
Constituyen una opción para el manejo de la excitación psicomotriz en los
pacientes con enfermedad de Parkinson, porque con ellas la incidencia de
síndrome extrapiramidal es menor (a bajas dosis) aunque tienen más efecto
anticolinérgico (indeseable en los pacientes con SCA). Los antipsicóticos atípicos
pueden generar arritmias (prolongan el QT aunque en menor medida que el
haloperidol), hipotensión ortostática, hiperprolactinemia, convulsiones y trastornos
en la regulación de la temperatura corporal.
Con el uso continuo todas las drogas antipsicóticas pueden inducir el desarrollo de
un síndrome denominado “deficitario” que puede confundirse con otras entidades
psiquiátricas o neurológicas, o con el mismo SCA. El síndrome deficitario se
caracteriza por la aparición de apatía, retracción emocional, reducción de la
interacción social, pérdida de la memoria, dificultad en la concentración, trastornos
del pensamiento y disminución de la creatividad. Este cuadro revierte con la
discontinuación del antipsicótico.
Las alteraciones del ciclo sueño-vigilia deben manejarse con las medidas no
farmacológicas mencionadas y, eventualmente, recargando la dosis nocturna del
antipsicótico (por ejemplo, en un paciente que recibe 2 mg diarios de risperidona,
es mejor dividir las dosis en 3 tomas, dos de 0.5 mg durante el día y una de 1 mg
a la noche). Las benzodiazepinas deben evitarse. En caso de extrema necesidad
puede utilizarse levomepromazina en dosis de 1 a 5 mg.
ALGORITMO DIAGNOSTICO
¿Hay signos de causas críticas?
Interrogar al familiar del anciano y examinar al paciente
¿La etiología surge del examen del paciente? Priorizar su tratamiento inmediato
SI NO
Buscar alteraciones metabólicas o del medio interno (ionograma, calcemia, glucemia, uremia, hemogra
Sí NO
NO SI
Tratarla
Buscar causas menos frecuentes (considerar estudios por imágen
Tratarla
En todos los casos deben indicarse medidas no farmaológicas para el manejo del sídrome confusiona