Está en la página 1de 4

PARTE 4 Enfermedades de la córnea y de la superficie ocular

Sección 4 Enfermedades conjuntivales

Pterigión y degeneraciones
conjuntivales 4.9
Roni M. Shtein, Alan Sugar

Las pinguéculas se asocian con una incidencia de dos a tres veces mayor de
Definición: deterioro de la conjuntiva o depósito en la conjuntiva degeneración macular relacionada con la edad, posiblemente a través del
secundarios, diferentes de las distrofias. efecto común de la exposición a la luz.1
Las causas de la pinguécula no se conocen con certeza. Sin embargo, existe
buena evidencia de su relación con el aumento de la edad y la exposición a la
Conceptos clave luz ultravioleta. Se observan en la mayoría de los ojos hacia los 70 años de edad
y en casi todos hacia los 80 años.2 Se ha visto que la exposición crónica a la
• Frecuentes. luz solar es un factor predisponente por su asociación con los trabajos al aire
• Generalmente bilaterales. libre y la residencia en zonas ecuatoriales. La fortaleza de esta asociación en
• Normalmente no afectan a la visión. algunos estudios es menor que para el pterigión.3 Se piensa que la localización
de predominio nasal se relaciona con el reflejo de la luz desde la nariz hacia
la conjuntiva nasal. El efecto de la luz ultravioleta puede estar mediado por
Conceptos asociados mutaciones en el gen p53.4
• La prevalencia aumenta con la edad. Es infrecuente que la pinguécula produzca síntomas salvo un mínimo
• A menudo se asocian con exposición crónica a la luz. defecto estético. Puede ponerse roja con la queratinización de la superficie.
• Pueden aparecer después de una inflamación previa. Cuando se inflama, se hace el diagnóstico de pingueculitis.
• No son hereditarios. La distinción de la pinguécula de otras lesiones no suele ser un problema
debido a su aspecto característico. La pinguécula queratinizada sí puede ser
difícil de diferenciar de la neoplasia intraepitelial conjuntival. La enfermedad
de Gaucher tipo I puede asociarse con pinguéculas de coloración tostada, pero
no es un hallazgo específico.5
INTRODUCCIÓN En el examen histopatológico, las pinguéculas se caracterizan por dege-
Las degeneraciones de la conjuntiva son trastornos frecuentes que, en la neración elastósica del colágeno con hialinización del estroma conjuntival,
mayoría de los casos, tienen un efecto relativamente escaso en la función acumulación de fibras elastósicas basófilas y depósitos granulares, sin afec-
ocular y la visión. La prevalencia aumenta con la edad como consecuencia de tación de la córnea.6
inflamaciones anteriores, de los efectos tóxicos a largo plazo de la exposición La pingueculitis responde a un ciclo corto de corticoesteroides o antiin-
ambiental o de la propia edad. Las degeneraciones conjuntivales pueden flamatorios no esteroideos tópicos.7 La pinguécula con inflamación crónica
asociarse con irritación crónica, sequedad ocular o antecedentes previos de o que resulta insatisfactoria estéticamente es indicación de escisión simple
traumatismo. Puede producirse progresión hasta afectar a la córnea, como con poca frecuencia.
en el caso del pterigión.
PTERIGIÓN
PINGUÉCULA El pterigión es un crecimiento de tejido fibrovascular en la córnea y la conjun-
Las pinguéculas son zonas de engrosamiento de la conjuntiva bulbar elevadas y tiva. Aparece en la fisura palpebral, mucho más a menudo en el lado nasal que
orientadas horizontalmente de color blanco a amarillento, que están contiguas en el temporal, aunque puede existir en ambos (pterigión «doble») (fig. 4.9.2).
al limbo en la región de la fisura palpebral (fig. 4.9.1). Son menos trans- La cabeza del pterigión en la córnea puede estar delimitada por opacidades
parentes que la conjuntiva normal, suelen tener aspecto graso, habitualmente blanquecinas elevadas («isletas de Vogt») y una línea de depósito férrico
son bilaterales y se localizan mucho más a menudo en el lado nasal que en el («línea de Stocker»). Al igual que la pinguécula, es una lesión degenerativa,
temporal. Cuando la pinguécula cruza el limbo hasta la córnea se denomina aunque también puede ser similar el seudopterigión, que es una adherencia
pterigión. Sin embargo, la información actual indica que la pinguécula no conjuntival a la córnea secundaria a traumatismo o inflamación previos,
progresa hasta pterigión y que son dos trastornos claramente diferentes. como una ulceración corneal periférica. A menudo el seudopterigión tiene
una posición atípica y no está adherido en todos los puntos, de modo que se
puede pasar una sonda periféricamente por debajo de este.
Al igual que la pinguécula, el pterigión se asocia con la exposición a la
luz ultravioleta.3 Aparece con mayor prevalencia y de manera más grave en
las regiones tropicales cercanas al ecuador y en menor grado y más leve
en climas más fríos.8 Como causas, se han implicado los trabajos al aire libre y
la luz azul y ultravioleta. El empleo de sombreros y gafas de sol actúa como
protección.8 Entre las teorías acerca de la patogenia del pterigión se encuentra
la posibilidad de lesión de las células madre del limbo por la luz ultravioleta y
por la activación de las metaloproteinasas de la matriz.9 La histopatología del
pterigión es similar a la de la pinguécula, excepto en que en el componente
corneal se destruye la membrana de Bowman y se observa vascularización.9
La valoración mediante tomografía de coherencia óptica de dominio espectral
revela que el pterigión es una masa elevada de tejido en forma de cuña que
separa el epitelio corneal de la membrana de Bowman, la cual se encuentra
anómalamente ondulada e interrumpida y a menudo destruida, con masas
satélite de tejido subepitelial del pterigión más allá de los límites que se
observan clínicamente.10
El tratamiento del pterigión está indicado cuando causa molestias (sin
respuesta al tratamiento conservador) o cuando traspasa el eje visual, induce
206 Figura 4.9.1 Pinguécula nasal. Lesión conjuntival elevada que invade el limbo nasal. astigmatismo significativo o se hace problemático estéticamente. Los pterigio-
© 2020. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos
Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en marzo 23, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
4.9

Pterigión y degeneraciones conjuntivales


Figura 4.9.3 Placa escleral senil. El depósito de calcio aparece como una placa gris
en la esclerótica bajo la inserción del músculo recto medial.

Figura 4.9.2 Pterigión doble. (A) Obsérvese el pterigión nasal y temporal en un


granjero de 57 años de edad. (B) La invasión de la córnea distingue el pterigión de
la pinguécula.

nes agresivos o recurrentes pueden causar estrabismo restrictivo y distorsión


de los párpados. Se han desarrollado diversas técnicas quirúrgicas. El objetivo Figura 4.9.4 Amiloide conjuntival primario localizado. Existe una irregularidad
del tratamiento es la prevención de recurrencias. La tasa de recurrencia tras de la conjuntiva superonasal con pliegues fijos. Las hemorragias subconjuntivales
escisión simple es muy elevada: de las recurrencias, el 50% se producen en en resolución que se observan superiormente se asocian con depósito de amiloide
los 4 primeros meses tras la escisión y casi todas en el primer año.11 Durante en las paredes de los vasos sanguíneos.
muchos años fue popular la aplicación postoperatoria de radiación β en la
base del pterigión, pero se asocia con necrosis escleral tardía.12 Las técnicas
más extensamente utilizadas en la actualidad son el autoinjerto conjuntival y En las lesiones secundarias a enfermedad sistémica pueden observarse otras
el trasplante de membrana amniótica.12 El tratamiento coadyuvante con apli- formas de proteína amiloide.17 En todos los pacientes debe realizarse evaluación
caciones de mitomicina C, tanto preoperatorias como intra- o postoperatorias, de enfermedades linfoproliferativas y sistémicas. Se ha señalado que el depósito
se ha asociado con desintegración escleral en algunas situaciones.13 Se han de amiloide en la piel de los párpados es un signo de afectación sistémica.18
usado adhesivos de fibrina para minimizar el tiempo operatorio y para reducir El amiloide conjuntival puede aparecer como una masa irregularmente ele-
la cantidad de suturas requeridas y las molestias asociadas.14 vada, bien delimitada y amarillenta. Generalmente afecta a los fondos de saco,
sobre todo al fondo de saco y la conjuntiva tarsal superiores. La microscopia
confocal en vivo del amiloide conjuntival muestra un material hiporreflectante
PLACAS ESCLERALES SENILES con patrón lobular en la sustancia propia y alrededor de los vasos sanguíneos
Las placas esclerales seniles aparecen en la esclerótica de las personas de edad de la conjuntiva sin inflamación asociada.19 El depósito de amiloide en las
avanzada y a menudo se malinterpretan como un proceso de desintegración paredes de los vasos sanguíneos puede producir hemorragias subconjuntivales
similar al de las degeneraciones corneales o como depósitos conjuntivales. recurrentes. Para el diagnóstico definitivo se requiere biopsia.17
Estas lesiones se presentan como bandas verticales amarillas, grises o negras Las lesiones generalmente se tratan sintomáticamente, aunque si existe
inmediatamente anteriores a la inserción de los músculos rectos mediales irritación crónica puede realizarse escisión mediante citorreducción. Aunque
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

y laterales (fig. 4.9.3). Se hacen más frecuentes después de los 60 años de puede no producir regresión completa del depósito de amiloide, la radiotera-
edad y, al igual que la pinguécula y el pterigión, pueden relacionarse con la pia puede prevenir su progresión.20
exposición a la luz ultravioleta.15 Histológicamente se observan depósitos de
calcio junto con disminución de la celularidad e hialinización. Estas lesiones MELANOSIS CONJUNTIVAL
no necesitan tratamiento.
La melanosis conjuntival es un hallazgo frecuente al aumentar la edad. Tiene
el aspecto de una zona pigmentada plana en la conjuntiva. La melanosis
AMILOIDE CONJUNTIVAL adquirida primaria es un factor de riesgo para el desarrollo de melanoma
Se ha comunicado depósito de amiloide en la conjuntiva tanto de forma conjuntival, que se trata con detalle en el capítulo 4.8.
localizada, primaria y secundaria (fig. 4.9.4), como secundaria a procesos Generalmente, la melanosis secundaria de la conjuntiva es benigna y
sistémicos.16 La inflamación conjuntival crónica puede causar amiloidosis tiende a ser bilateral. La melanosis secundaria aparece tras traumatismos,
localizada secundaria, un cambio degenerativo verdadero. En las formas locali­ inflamación conjuntival crónica y en individuos con pigmentación de la piel
zadas primarias se depositan cadenas ligeras de inmunoglobulinas más oscura.21 Habitualmente no se asocia con atipia y puede ser visible. Si
procedentes de linfocitos B y células plasmáticas monoclonales que se han se aprecia que las lesiones son elevadas o si existen dudas, debe realizarse 207
demostrado mediante inmunohistoquímica. biopsia.
Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en marzo 23, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
BIBLIOGRAFÍA ESENCIAL Mackenzie FB, Hirst LW, Battistutta D, et al. Risk analysis in the development of pterygia.

4 Austin P, Jakobiec FA, Iwamoto T. Elastodysplasia and elastodystrophy as pathologic bases of


ocular pterygium and pinguecula. Ophthalmology 1983;90:96-109.
Bozkurt B, Kiratli H, Soylemezoglu F, et al. In vivo confocal microscopy in a patient with
Ophthalmology 1992;99:1056-61.
Scroggs MW, Klintworth GK. Senile scleral plaques: a histopathologic study using energy-dis-
persive X-ray microanalysis. Hum Pathol 1991;22:557-62.
Soliman W, Mohamed TA. Spectral domain anterior segment optical coherence tomography
assessment of pterygium and pinguecula. Acta Ophthalmol 2012;90:461-5.
Enfermedades de la córnea y de la superficie ocular

conjunctival amyloidosis. Clin Exp Ophthalmol 2008;36:173-5.


Folberg R, Jakobiec FA, Bernardino VB, et al. Benign conjunctival melanocytic lesions. Clini- Taylor HR, West S, Munoz B, et al. The long-term effects of visible light on the eye. Arch Oph­
copathologic features. Ophthalmology 1989;96:436-61. thalmol 1992;110:99-104.
Leibovitch I, Selva D, Goldberg RA, et al. Periocular and orbital amyloidosis: clinical characteris-
tics, management, and outcome. Ophthalmology 2006;113:1657-64.
Lucas RM. An epidemiological perspective of ultraviolet exposure – public health concerns. Eye
Contact Lens 2011;37:168-75.
Ma DH, See LC, Liau SB, et al. Amniotic membrane graft for primary pterygium: compari-
son with conjunctival autograft and topical mitomycin C treatment. Br J Ophthalmol Acceso a la lista completa de referencias en ExpertConsult.com
2000;84:973-8.

208
Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en marzo 23, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
BIBLIOGRAFÍA 11. Hirst LW, Sebban A, Chant D. Pterygium recurrence time. Ophthalmology 1994;101:
755-8.
1. Pham TQ, Wang JT, Rochtchina E, et al. Pterygium/pinguecula and the five-year incidence
of age related maculopathy. Am J Ophthalmol 2005;139:536-7.
12. Ma DH, See LC, Liau SB, et al. Amniotic membrane graft for primary pterygium: com-
parison with conjunctival autograft and topical mitomycin C treatment. Br J Ophthalmol
4.9
2. Panchapakesan J, Hourihan F, Mitchell P. Prevalence of pterygium and pinguecula: the 2000;84:973-8.

Pterigión y degeneraciones conjuntivales


Blue Mountains Eye Study. Aust N Z J Ophthalmol 1998;26(Suppl. 1):S2-5. 13. Lindquist TP, Lee WB. Mitomycin C-associated scleral stromalysis after pterygium surgery.
3. Lucas RM. An epidemiological perspective of ultraviolet exposure – public health concerns. Cornea 2015;34:398-401.
Eye Contact Lens 2011;37:168-75. 14. Romano V, Cruciani M, Conti L, et al. Fibrin glue versus sutures for conjunctival auto-
4. Dushku N, Hatcher SL, Albert DM, et al. P53 expression and relation to human papillomavi- grafting in primary pterygium surgery. Cochrane Database Syst Rev 2016;(12):CD011308.
rus infection in pingueculae, pterygia and limbal tumors. Arch Ophthalmol 1999;117:1593-9. 15. Scroggs MW, Klintworth GK. Senile scleral plaques: a histopathologic study using energy-
5. Chu FU, Rodriguez MM, Cogan DG, et al. The pathology of pingueculae in Gaucher’s dispersive X-ray microanalysis. Hum Pathol 1991;22:557-62.
disease. Ophthalmol Paediatr Genet 1984;4:7-11. 16. Knowles DM, 2nd, Jakobiec FA, Rosen M, et al. Amyloidosis of the orbit and adnexae. Surv
6. Austin P, Jakobiec FA, Iwamoto T. Elastodysplasia and elastodystrophy as pathologic bases Ophthalmol 1975;19:367-84.
of ocular pterygium and pinguecula. Ophthalmology 1983;90:96-109. 17. Leibovitch I, Selva D, Goldberg RA, et al. Periocular and orbital amyloidosis: clinical cha-
7. Frucht-Pery J, Siganos CS, Solomon A, et al. Topical indomethacin solution versus dexa- racteristics, management, and outcome. Ophthalmology 2006;113:1657-64.
methasone solution for treatment of inflamed pterygium and pinguecula: a prospective 18. Moorman CM, McDonald B. Primary (localised non-familial) conjunctival amyloidosis:
randomized clinical study. Am J Ophthalmol 1999;127:148-52. three case reports. Eye 1997;11:603-6.
8. Mackenzie FB, Hirst LW, Battistutta D, et al. Risk analysis in the development of pterygia. 19. Bozkurt B, Kiratli H, Soylemezoglu F, et al. In vivo confocal microscopy in a patient with
Ophthalmology 1992;99:1056-61. conjunctival amyloidosis. Clin Experiment Ophthalmol 2008;36:173-5.
9. Chui J, Di Girolamo N, Wakefield D, et al. The pathogenesis of pterygium: Current concepts 20. Tyradellis C, Peponis V, Kulwin DR. Surgical management of recurrent localized eyelid
and their therapeutic implications. Ocul Surf 2008;6:24-43. amyloidosis. Ophthal Plast Reconstr Surg 2006;22:308-9.
10. Soliman W, Mohamed TA. Spectral domain anterior segment optical coherence tomography 21. Folberg R, Jakobiec FA, Bernardino VB, et al. Benign conjunctival melanocytic lesions.
assessment of pterygium and pinguecula. Acta Ophthalmol 2012;90:461-5. Clinicopathologic features. Ophthalmology 1989;96:436-61.
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

208.e1
Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en marzo 23, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.

También podría gustarte