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UNIVERSIDAD DE HUÁNUCO

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA EDUCACION


PROGRAMA ACADEMICO DE EDUCACION BASICA: INICIAL Y PRIMARIA

DOCENTE: Grandes Anapan Manuel Eliab


ALUMNO: Ponciano Lucas Hussein
CURSO: Desarrollo Humano

SEMESTRE: III
GRUPO: B
ARGUMENTO

En el argumentativo podemos decir que el crecimiento y aprendizaje de los niños es un


proceso dinámico en el que desempeñan un papel activo. A partir de los 18 meses,
comienzan a desarrollar la capacidad de pensamiento simbólico, lo que les permite
representar objetos y conceptos a través de símbolos. La influencia de la cultura y la
interacción con objetos también desempeñan un papel crucial en su desarrollo al influir
en su percepción del mundo. Durante la etapa escolar, que abarca desde los 6 hasta los
12 años, adquieren habilidades cognitivas más complejas, como la organización del
espacio y el tiempo, la abstracción lógica y la realización de operaciones mentales
reversibles. Esta fase marca la transición a la adolescencia y requiere una preparación
adecuada. También es esencial destacar que tanto educadores como padres tienen la
responsabilidad de ofrecer el respaldo necesario y crear un entorno propicio para
promover un desarrollo psicológico y cognitivo óptimo en los niños.
RESUMEN

En resumen, los niños son activos participantes en su aprendizaje y en la construcción de su


percepción del mundo desde una edad temprana. A medida que crecen, progresan desde
depender de las sensaciones hacia la internalización de la memoria motora. A los 18 meses,
comienzan a desarrollar un nivel incipiente de pensamiento simbólico. Es gratificante
observar cómo se vuelven más competentes al interactuar con objetos y explorar sus
características. La comprensión de los ritmos biológicos es crucial para una interacción
efectiva. Además, la influencia cultural en el desarrollo cognitivo es significativa, ya que las
actividades disponibles para los niños pueden variar según la comunidad en la que crezcan.
En última instancia, los niños muestran una impresionante capacidad de adaptación a
diferentes contextos, y la comunidad desempeña un papel fundamental en este proceso.

Durante la etapa de edad escolar según Piaget, los niños adquieren la capacidad de operar con
conceptos concretos, lo que les permite comprender y razonar sobre su entorno. Se desarrollan
habilidades cognitivas avanzadas, incluyendo la organización del espacio y el tiempo, así
como la abstracción lógica, que abarca la clasificación, seriación y comprensión del número.
Se diferencian operaciones infra lógicas (agrupar objetos en conjuntos más amplios) de
operaciones lógicas (agrupar objetos con características comunes). Los niños adquieren la
habilidad de realizar operaciones mentales reversibles, un avance significativo en su
capacidad de pensamiento. En el primer nivel de esta etapa (de 6 a 8 años), desarrollan
habilidades para manipular conceptos y comprender propiedades abstractas de manera más
mental y menos dependiente de la acción práctica. También comienzan a comprender la
invarianza en cantidades discontinuas, líquidos y sustancias sólidas.

La etapa escolar (de 6 a 11 o 12 años) es crucial, marcando la transición a la adolescencia. El


ingreso a la escuela implica cambios significativos, requiriendo preparación previa. Durante
este periodo, los niños experimentan mayor estabilidad en su motivación y desarrollan
cualidades morales, lo que les otorga mayor control sobre su comportamiento. La estructura
de enseñanza y la comunicación con maestros, compañeros y familia son fundamentales. Esta
etapa ofrece gran potencial para el crecimiento psicológico y debe ser aprovechada para
preparar la transición a la adolescencia y su nueva situación social.

El aprendizaje escolar se relaciona con el desarrollo de funciones ejecutivas, procesos


mentales complejos necesarios para adquirir conocimientos. Estas funciones incluyen
iniciativa, motivación, metas, planificación y autocontrol, así como habilidades cognitivas
como atención y memoria. La maduración cerebral, influenciada por factores genéticos,
sociales y culturales, es crucial para estas habilidades, especialmente entre los 6-8 y 10-12
años. La comunicación, tanto verbal como no verbal, es esencial en la interacción humana y
en el ámbito educativo. Enseñar a comunicarse efectivamente incluye fomentar la escucha
activa, autoobservación y expresión asertiva y respetuosa. Los educadores deben ser ejemplos
de comunicación y crear entornos propicios para la interacción, adaptando el estilo según la
edad y los intereses de los estudiantes. Establecer normas claras sobre la comunicación en el
entorno escolar es crucial, al igual que usar un lenguaje apropiado y adaptado a cada grupo de
edad. Esto facilita que los estudiantes se sientan cómodos al expresarse y comprender los
contenidos.
REFERENCIA

. Mangione, (2016) El desarrollo cognitivo y el aprendizaje

. Morínigo, (2013) La etapa Escolar

. Almeida, (2013) Hábitos de consumo y mediación familiar en la


Interacción

. Guerrero, (2017) Estimulación del aprendizaje en niños y niñas de 6 a 11 años

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