Está en la página 1de 2

Tratamiento de fracturas

El tratamiento de fracturas implica realizar maniobras terapéuticas orientadas a recuperar la


funcionalidad de la zona afectada y en la medida de lo posible restablecer la normalidad anatómica
y junto a ello, intentar que no surjan complicaciones. Existen diversos tipos de tratamientos cuyas
aplicaciones dependerán de la gravedad de la fractura del paciente. Entre los tratamientos de
fracturas principales, se encuentran:

Tratamiento inicial

Este tratamiento se realiza en caso de que suceda un incidente que requiera de asistencia inmediata
y se sustenta en dos acciones, la acción más inmediata es inmovilizar la zona afectada, lo cual reduce
el dolor y se disminuye las posibles complicaciones; el segundo aspecto a tomar en cuenta es la
prevención del posible shock traumático, para ello es importante haber controlado el dolor en
primer instancia, adicionalmente para mantener tal control es útil suministrar analgésicos y
mantener cubierto al accidentado para evitar el enfriamiento.

Tratamiento de fracturas cerradas

consiste en tres etapas consecutivas

 Reducción
 Inmovilización o fijación
 Rehabilitación

Reducción

La reducción se basa en la colocación de los fragmentos en su posición anatómica, esta fase del
tratamiento sólo es necesaria en caso de que haya habido desplazamiento de los fragmentos, la
forma menos agresiva es la reducción cerrada, sin incisión quirúrgica, que suele llevarse a cabo
mediante manipulación y que ocasionalmente requiere una tracción mecánica. En otras ocasiones
es necesario una reducción abierta en quirófano, en donde se aborda el foco de fractura y se
procede a la recolocación de los huesos.

Inmovilización o fijación

El termino Inmovilización abarca los procedimientos que buscan mantener el foco estabilizado con
procedimientos no quirúrgicos. Para llevar a cabo esta fase, lo más habitual es la utilización de un
vendaje enyesado, por lo general, este vendaje se mantiene durante seis semanas. Una vez que la
fractura sea lo suficientemente estable, es posible recurrir a férulas externas sujetas con vendajes,
u ortesis de ortopedia, que son más cómodas y funcionales.

Por su parte, el termino fijación se emplea para describir la estabilización quirúrgica mediante
materiales metálicos, tales como, tornillos, placas, clavos y agujas, quienes sirven a modo de
estabilizador hasta que la fractura consolide.

Cuando el material se coloca sobre la superficie del hueso, y se deja cubierto por la piel, se habla de
fijación interna. En otras ocasiones en donde se colocan pines en el hueso, que atraviesan la piel y
se conectan a un dispositivo externo, se denomina fijación externa; esta fijación más invasiva recibe
también el nombre de osteosíntesis.
En base a lo mencionado, es adecuado decir que estas dos primeras fases, reducción y fijación,
pueden ser logradas de forma conservadora mediante manipulación y yesos, o bien de forma
quirúrgica, considerando que las fracturas estables pueden ser tratadas conservadoramente,
mientras que las inestables requieren un tratamiento quirúrgico.

También podría gustarte