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1.2.1.- REDUCCIÓN.
o Consiste en manipular la fractura hasta conseguir una relación anatómica deseable, en general, sin
acortamientos ni deformidades rotacionales o angulares.
o El concepto de reducción deseable cambia en función de la localización y tipo de fractura, de la edad
y demanda funcional del paciente, etc.
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o Tipos de reducción:
§ Según el método empleado:
Ø Reducción cerrada: sin abrir la piel ni el foco de fractura, mediante tracción y maniobras
reductoras. Es la menos agresiva.
Ø Reducción abierta: mediante abordaje del foco de fractura. Puede ser electiva o cuando no se
consigue una reducción satisfactoria por métodos cerrados.
Ø Reducción percutánea: se abre la piel, pero mínimamente. Por ejemplo, el uso de agujas
percutáneas para manipular los fragmentos, un fijador externo utilizado para mantener la
distracción, o un sistema de tracción esquelética.
§ Según el objetivo deseado:
Ø Reducción anatómica: el objetivo es restaurar la anatomía previa a la fractura, recolocando
cada fragmento en su posición original. Indicado en fracturas articulares y en las fracturas
diafisarias del antebrazo en el adulto.
Ø Reducción funcional: el objetivo es restaurar el eje del hueso evitando acortamientos o
deformidades angulares o rotacionales, pero sin tener que recolocar cada fragmento en su
posición exacta.
§ Según la zona donde se aplica la fuerza:
Ø Reducción directa: se manipula directamente el foco de fractura.
Ø Reducción indirecta: se manipulan los segmentos óseos a distancia del foco de fractura.
o La impresión 3D de fracturas articulares previa a la intervención es un método que facilita la
reducción y posterior fijación de las fracturas. Esta tecnología está difundiéndose rápidamente en
muchos ámbitos en medicina.
o Control de la reducción:
§ Generalmente con el uso de radiografías (al menos dos proyecciones ortogonales). Si se hace
una reducción en quirófano, se requiere el uso de rayos X intraoperatorios (fluoroscopia), con la
consecuente irradiación del personal de quirófano.
§ En algunas ocasiones, sobre todo cuando es preciso una reducción anatómica, es necesario
realizar TC. La TC intraoperatoria puede ayudar a mejorar la reducción.
§ La navegación intraoperatoria con ordenador basada en la fluoroscopia permite disminuir la
irradiación al paciente y al personal de quirófano.
1.2.2.- ESTABILIZACIÓN.
o Consiste en mantener la reducción conseguida y disminuir la movilidad de los fragmentos para
permitir la consolidación de la fractura. Además, permite disminuir el dolor.
o Tipos de estabilización:
§ Según el objetivo buscado:
Ø Estabilización absoluta:
• Deformidad del foco <2%.
• Requiere reducción anatómica.
• Habitualmente se consigue mediante compresión interfragmentaria.
• Indicación absoluta en fracturas articulares y diafisarias del antebrazo en el adulto.
Ø Estabilización relativa:
• Deformidad del foco 2-10%.
• Generalmente se indica tras reducción funcional (no es exacta).
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§ Según el método empleado para su aplicación:
Ø Estabilización no quirúrgica: yeso, vendajes funcionales, tracción continua.
Ø Estabilización quirúrgica:
• Permiten la fijación de la fractura mediante maniobras quirúrgicas que no siempre incluyen
la apertura del foco fracturario. Cuando éste se abre, se convierte una fractura cerrada en
fractura abierta, lo que produce contaminación bacteriana y disminución del potencial
biológico local para la regeneración ósea tanto vascular como tisular. Siempre que se abra
un foco de fractura y se coloque un implante, se debe realizar profilaxis antibiótica. La
profilaxis no debe durar más allá de 24 horas, iniciándose entre 1 hora antes de la incisión y
5-10 minutos antes de que el manguito de presión sea hinchado (cuando se utilice isquemia
intraoperatoria). Se suelen emplear cefalosporinas de 1ª generación (cefazolina).
• Indicaciones:
o Fracturas inestables o fracaso de la reducción cerrada.
o Cuando se requiere reducción anatómica y/o movilización precoz: fracturas articulares,
fracturas del antebrazo del adulto, o en fracturas de cadera en ancianos.
o En las epifisiolisis tipos III y IV de Salter y Harris para evitar alteración en el crecimiento
longitudinal del hueso y restaurar la anatomía articular.
o Si se asocia lesión vascular reparable (primero se estabiliza la fractura e
inmediatamente se repara la lesión vascular).
o Fracturas patológicas.
o En las fracturas periprotésicas para movilizar lo antes posible y evitar rigideces.
• Se pueden realizar mediante:
o Métodos abiertos: placa compresión, placa puente, etc.
o Métodos percutáneos y/o mínimamente invasivos: agujas percutáneas, tornillo
percutáneo, placa percutánea (MIPO), fijador externo, enclavado percutáneo.
o Métodos de estabilización: la AO/OTA clasifica los diferentes métodos en función de la estabilidad
que proporcionan: absoluta o relativa. (Tabla 1)
§ Para conseguir estabilidad absoluta suele ser necesaria la compresión interfragmentaria, que
puede ser de dos tipos: (Tabla 1)
Ø Estática: la fuerza que comprime la fractura permanece uniforme independientemente del uso
de la extremidad.
Ø Dinámica: consiste en transformar, gracias al diseño y posición del implante, las fuerzas
fisiológicas ejercidas sobre el hueso en fuerzas de compresión intefragmentaria. En estos
casos, el uso activo de la extremidad hace que la compresión sea mayor, por lo que la
movilización precoz es aún más importante.
§ Para conseguir la estabilidad relativa, es suficiente con limitar la movilidad de ambos
fragmentos, esto se puede conseguir con sistemas: (Tabla 1)
Ø Bloqueados: sistemas que permiten menor movimiento interfragmentario con fuerzas
fisiológicas. Pretenden ser sistemas estáticos, aunque nunca lo son totalmente, debido a que
su configuración permite cierto grado de deformidad del foco de fractura.
Ø No bloqueados: sistemas que permiten mayor movimiento interfragmentario con fuerzas
fisiológicas: corrigen sólo los movimientos perjudiciales para la reducción y consolidación,
dejando libres el resto. Son sistemas muy dinámicos.
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Tabla 1. Clasificación de los métodos de fijación en función de la estabilidad.
Métodos de estabilidad absoluta
Locorregionales.
• Síndrome de dolor regional complejo tipo I (o distrofia simpático refleja) (ver tema 1).
• Síndrome compartimental (ver tema 25). Infección de partes blandas, artritis u osteomielitis (ver tema
4).
• Consolidación viciosa. La fractura consolida en mala posición.
• Alteración en el crecimiento longitudinal del hueso.
• Necrosis avascular.
• Rigidez articular.
• Artrosis postraumática.
• Osificación periarticular postraumática.
• Alteración en el proceso de consolidación (retardo de consolidación y pseudoartrosis).
§ Cobertura de la herida:
Ø El sistema de cierre en vacío (sistema VAC) permite aislar la herida del exterior y favorecer
la salida de detritus de forma temporal, hasta el control total de la infección. La terapia de vacío
en fracturas abiertas ha demostrado beneficios en el tratamiento de las fracturas abiertas,
disminuyendo la necesidad de desbridamientos repetidos y favoreciendo la cobertura precoz
de la lesión cutánea. Su uso está aumentando.
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Ø Cierre definitivo:
• Se llevará a cabo si la infección localmente está controlada y no hay signos generales de
infección.
• Si hay cobertura adecuada de tejidos blandos y hueso se podrá realizar sutura directa de
herida a los 5-7 días con puntos no reabsorbibles, sueltos y sin tensión de bordes.
• Si la cobertura es insuficiente quedando hueso expuesto, pero sin existir déficit óseo, podrá
realizarse injerto cutáneo o colgajo siempre que el periostio cubra la fractura. Si no es así,
se extirpará hueso cortical hasta llegar a hueso esponjoso, sin afectar la estabilidad ósea, y
se espera a que granule durante 4-6 semanas aportando después injerto de piel o colgajo
rotacional o vascularizado.
• El circuito cerrado de irrigación con suero salino y antibiótico y aspiración está en desuso.
§ Antibióticos: Si es posible, evitar uso de antibióticos al menos 15 días antes de la
intervención quirúrgica (para favorecer la positividad e identificación de las muestras tomadas
durante la intervención quirúrgica). Una vez desbridada la zona, suelen tratarse (hasta obtener los
resultados del cultivo y antibiograma específico de las muestras operatorias) con antibioterapia
empírica (mantener el menor tiempo posible, para evitar resistencias, y siempre usar dos
antibióticos): A modo de ejemplo (depende de la política de antibióticos de cada hospital):
Ø Ciprofloxacino 400 mg intravenosos cada 12 horas (o Cefalosporinas de segunda generación 2
gr intravenosos en bolo inicial seguidos de 1 gr intravenoso cada 6 horas) más rifampicina 900
mg intravenosos cada 24 horas hasta tener resultados del cultivo.
Ø El tratamiento antibiótico específico se mantendrá de 4-6 semanas o hasta que disminuyan los
reactantes de fase aguda (PCR y VSG).
VIDEO:
Colocación de un fijador externo tipo Ilizarov: https://www.youtube.com/watch?v=T6gs093f9fI
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