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La función de un administrador involucra una combinación de habilidades que debe dominar

estas son: habilidades técnicas que vienen siendo la capacidad para identificar las

problemáticas, usar instrumentos, aplicar instrumentos y técnicas para cumplir las tareas

específicas de un centro escolar; habilidades en relaciones humanas o interpersonales que

es la capacidad para entender, enseñar y motivar a los demás, así como para trabajar de

manera individual y en grupo, con respecto a lo anterior un buen administrador debe tener

buenas habilidades para comunicarse, motivar y delegar y habilidades conceptuales se

refiere a la capacidad mental para analizar y situaciones complejas, esto les facilita a la

toma de decisiones correctas, cada una de ellas desempeña un papel fundamental en la

gestión efectiva de una institución educativa.

De igual manera el desempeño de un administrador se clasifica en tres niveles: Institucional

es la alta dirección-gobierno del país se refiere, a la política influyente de cada sexenio;

administración intermedia o gerencial es la que en el sector educativo recaería en las

autoridades educativas de nuestro país y administración operacional o supervisión se

puede enfocar en cada una de las instituciones particulares y sus administradores directos.

Mencionado lo anterior se puede recuperar la pertinencia de construir un enfoque de

transformación y mejoramiento educativo a través de la figura del administrador escolar

influyendo en todos los ámbitos de mejora y funcionamiento institucional los cuales son: en

lo pedagógico, reconfiguración, nuevas competencias y profesionalización, trabajo en

equipo, apertura al aprendizaje y a la innovación, asesoramiento y orientación para la

profesionalización, culturas organizacionales cohesionadas por una visión de futuro e

intervención sistémica y estratégica.


De acuerdo a lo explicado por Pilar Pozner, la gestión y administración

educativa se considera como una nueva forma de comprender, de organizar

y de conducir, tanto al sistema educativo como a la organización escolar pero

esto sólo es así cuando el trabajo estratégico situacional y transformacional

se reconoce como uno de sus fundamentos y sólo en la medida en que éste

precede, preside y acompaña a la acción educativa de modo tal que, en la

labor cotidiana de la enseñanza, llega a ser un proceso práctico generador

de decisiones y de comunicaciones específicas para la mejora de las

condiciones que nos llevan al logro de los objetivos de una organización

escolar.

(Pozner P., 2003, p. 65)

Mencionado lo anterior se puede recuperar la pertinencia de construir un enfoque de

transformación y mejoramiento educativo a través de la figura del administrador escolar

influyendo en todos los ámbitos de mejora y funcionamiento institucional los cuales son: en

lo pedagógico, reconfiguración, nuevas competencias y profesionalización, trabajo en

equipo, apertura al aprendizaje y a la innovación, asesoramiento y orientación para la

profesionalización, culturas organizacionales cohesionadas por una visión de futuro e

intervención sistémica y estratégica.

REFERENCIAS

Pozner P. (2003). La gestión escolar. SEP.

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