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Sofía Pérez Manrique

Código: 201122901
Etnología
Ensayo individual

La alimentación, constituye una de las necesidades primarias del hombre. Muchas de las
Muchas de las maneras en las que el hombre ha organizado socialmente, depende
directamente de la recolección de alimentos y de las lógicas que giran en torno a la
comida. En este sentido, la alimentación y las dinámicas que giran en torno a ella,
representan una valiosa fuente de conocimiento para la antropología. En este ensayo, se
busca profundizar en el campo de la antropología de la alimentación como campo de
estudio, las maneras en las que se ha planteado esta disciplina a lo largo del tiempo y
sus contribuciones al campo de la antropología.

La alimentación representa una herramienta de conocimiento. Antes de que se diera la


agricultura, el humano era nómada. Se movilizaba en función de la dotación de los
recursos que tenía a la mano para sobrevivir: comida, agua, condiciones climáticas. Esto
nos muestra que al ser la comida esencial para el hombre, nunca dejará de ser una
prioridad, ni en el inicio de los tiempos ni en la actualidad. A medida que el humano se
fue agrupando con otros individuos en unidades como familias y grupos pequeños, se
volvió más fácil conseguir comida y otros recursos. A raíz de esto surgen las primeras
comunidades, y se empieza a priorizar la eficiencia para recolectar recursos. Las
prácticas agrícolas tienen un rol fundamental en este proceso, ya que muestran al
humano que al realizar estas prácticas de manera organizada, puede consumir alimentos
y otros recursos de manera sistemática y con mucha mayor eficiencia. Esto lleva poco a
poco a la especialización, a que cada individuo produzca un solo bien y busque
intercambiarlo con otros individuos que producen otro tipo de bienes. Este proceso de la
revolución neolítica, hace que los bienes producidos por las personas en comunidades,
entren automáticamente en un sistema de valores relativos entre lo que se da en el
sistema de intercambios, generando diferentes dinámicas sociales a partir de estos
intercambios.

La agricultura, constituye un factor que fue determinante para el desarrollo de


sociedades modernas. Fue gracias al tránsito a la agricultura, que el hombre dejó de ser
nómada y se asentó en lugares fijos. Que el hombre empezara a utilizar los recursos
naturales de manera orquestada y no acceder a ellos de manera aleatoria, tuvo un gran
impacto y marcó un comienzo en el desarrollo de las primeras sociedades. Es por esto
que la agricultura moldeó y le dio muchos de los principales rasgos a las sociedades
modernas. Mediante esta, se intensificaron redes de intercambio y especialización en el
trabajo, dando pie a los asentamientos y a pequeños grupos de individuos que se
relacionarse entre ellos, generando nuevas dinámicas sociales. La revolución neolítica
fue decisiva para la consolidación (Chlide, V 1950) . Entran otros conceptos en todo
este marco, como la relación entre el humano y los recursos que tiene a su alrededor, la
relación entre ecología y humano, este es un tema ampliamente estudiado en la
antropología.

El campo de la antropología de la alimentación, responde a esta lógica del valor que


tiene la comida para el humano y la manera en la que este necesita consumir alimentos
sin importar el contexto en el que se encuentre. Teniendo en cuenta la importancia de la
alimentación para el humano, ignorar los alcances y el conocimiento que puede
obtenerse a raíz de estudiar las lógicas alimenticias del hombre, desaprovecha un campo
que puede revolucionar la manera en la que se conoce y se hace antropología. Mediante
la transformación de la manera de entender la alimentación, se ha llegado a conceptos
y estrategias que nos ayudan a explicarla como un fenómeno social, cultural, político y
económico de gran relevancia en debates actuales.

Dentro de la antropología, se empezó a estudiar la antropología de la alimentación a


finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX. Sin embargo, el inicio del aporte a la
investigación de la antropología de la alimentación se dio como parte del análisis
funcionalista. Richards empieza a estudiar la estructura social y las diferentes lógicas
que componen la estructura, situando a la nutrición como un elemento esencial para el
hombre y la vida humana. También se ven muchas formas en las que en el
estructuralismo se estudia la alimentación como forma de conocimiento de sociedades
humanas. Levi Strauss plantea el triángulo culinario: todas las sociedades tienen una
concepción de lo cocido, lo crudo y lo podrido, haciendo referencia a la clasificación de
alimentos buenos y malos para comer. También establece que hay una relación con
elementos como el agua, el fuego y el vapor para la preparación y conservación de los
alimentos. Estas relaciones son contextuales, y cada cultura construye su concepción del
triangulo y con estos elementos de manera diferenciada. Esto constituye uno de los
mayores aportes del estructuralismo en la antropología y Levi Strauss refuerza este
protagonismo de la alimentación como un elemento clave de análisis social.

Sidney Mintz busca conectar la alimentación con el poder. En su libro dulzura y poder,
profundiza en la manera en la que en la actualidad comemos a partir de relaciones de
poder. A raíz de la manera en la que el hombre se alimenta en diferentes culturas,
especialmente en occidente se derivan muchos procesos de subordinación y
dominación, que dan cuenta de procesos de expansión imperial. Este tipo de
conexiones, dan cuenta de lo poderosa que es la alimentación y de que ha tenido muchas
más atribuciones en las sociedades modernas que solo suplir una necesidad básica. A
raíz de este tipo de estudios de la antropología de la alimentación, no solo capturan
resultados biológicos, si no fenómenos culturales. La alimentación termina tejiendo
estructuras jerárquicas dentro de estas sociedades modernas occidentales.

Marvin Harris, en su libro bueno para comer, habla de la visión materialista de la


alimentación dentro de las sociedades. Se estudia las relaciones de la comida y la
relatividad que se da de una sociedad a otra en cuanto al valor que se le atribuye a los
alimentos. Concluye que las definiciones de bueno y malo para comer, novpueden
atribuirse simplemente a la forma en la que se digieren los alimentos, si no a diferentes
tradiciones gastronómicas de cada pueblo para construir una cultura alimentaria. Los
alimentos preferidos para el consumo de cada sociedad dependen de los costos y
beneficios de cada sociedad para conseguir los alimentos, siendo la nutrición algo
extremadamente relativo.

Tanto en el caso de Marvin Harris como en el de Sidney Mintz, se puede evidenciar esta
visión de la alimentación como algo que va mucho mas allá de su necesidad básica,
como una lógica configurada culturalmente, que termina siendo extremadamente situada
y desprende muchas lógicas de consumo que se asocian a otros elementos como
relaciones de poder, economía, dotación de cada región, entre otros elementos que
terminan siendo clave para la alimentación del hombre, siendo mucho más alejados de
solo una necesidad básica.

Dentro de la antropología biológica, se construyen pilares específicos, como la relación


entre la memoria, el espacio, el territorio y la alimentación. La memoria dialoga con
procesos de patrimonio, y la alimentación territorializa, es una de las líneas
fundamentales para entender problemas contemporáneos. La alimentación tiene que ver
con el proceso de tierras, políticas públicas, procesos productivos, ciencias
agripecuarias, campo y antropología social. Esta dimensión de la antropología de la
alimentación, busca estudiar el uso del espacio, el territorio y la dotación,
aproximándose mucho más a la ecología y a las lógicas naturales mencionadas
previamente.

Otra rama de la antropología de la alimentación, es la nutrición, el análisis sociocultural


que se da desde el diálogo entre la disciplina de la alimentación y la antropología. Este
campo profundiza en la manera en la que el hombre se ha alimentado a lo largo de la
historia de forma situada, ha representado un factor de peso en cuanto a las
características físicas, biológicas, de salud y de otros elementos en la actualidad. Estudia
la forma en la que el consumo de alimentos que es diferenciado de un contexto a otro,
termina configurando características nutricionales y biológicas dentro de grupos de
individuos.

Otro objeto de estudio de la antropología de la alimentación, es la decolonización


cultural. Estudia la manera en la que el patrimonio genera exclusión cultural a partir de
pautas alimentarias. Se hace una critica a la gastronomía en sus procesos de
folclorizacion y conservación y de como se extraen saberes de comunidades, y se
descontextualizan, se tecnifican y resignifican en otros contextos como restaurantes
elegantes, las comunidades no ven nada en retribución a colaborar con chefs y con estas
industrias.

En conclusión, la antropología de la alimentación busca abordar la alimentación desde


sus estructuras más elementales, como comprender la manera en la que la nutrición
configura características biológicas y físicas del hombre, hasta grandes estructuras de
cambio social como ver la comida como una herramienta económica, política, social.
De la comida se desprende un sinfín de dinámicas sociales y culturales, que como
antropólogos no podemos ignorar, es importante involucrar la alimentación y la
nutrición de los individuos, y verlo como una valiosa forma de conocimiento, ya que
termina siendo extremadamente diciente de una cultura. La alimentación es situada
relativa, se polarizan las decisiones de que es buena y mala comida dentro de sociedades
modernas y esto determina muchas decisiones de largo plazo que terminan siendo
determinantes en la consolidación de culturas. La comida puede ser cotidiana o se puede
ritualizar, y cada individuo tiene una concepción individual muy marcada de lo que
considera es comida buena o mala, comprender esto es de gran valor para la
antropología en la actualidad.

Referencias
 M, Harris (2011) Bueno para comer: Enigmas de la alimentación y la cultura Alianza
Editorial
 Chlide, V. G 1950. The Urban Revolution. The Town Planning Review
 Farewell to Humanity’s Childhood. Or, why this is not a book about the origins of
inequality” y hojean capítulos 6, 7, y 8. En The Dawn of Everything. A New History of
Humanity. Farrar, Straus and Giroux, pp. 1-26.

 S. Mintz (1996) Dulzura y poder: el lugar del azúcar en la historia moderna

 Levi Strauss, (1997) C The Culinary triangle

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