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Incumplimiento de Deberes

“de la interpretación normativa que se realiza a este tipo penal [Incumplimiento de Deberes] a la
luz del art. 14 y 15 del Código Penal, consideramos que este ilícito no contiene la figura de delito
culposo…toda vez que el sujeto activo (…) no puede justificar su actuar ilícito pues conoce cuáles
son sus deberes en el cargo público que ejerce (…) y tiene la obligación de cumplir con esas
obligaciones de manera idónea, responsable aplicando los principios morales que establece la
nueva Constitución Política del Estado (…)”

l Auto Supremo 219/2015-RRC-L de 1 de junio, sobre la configuración del delito de Conducta


Antieconómica, dejó sentada la siguiente doctrina legal:

“el delito de Conducta Antieconómica se encuentra previsto en el Título VI, Capítulo I del Código
Penal, bajo el título de Delitos contra la Economía Nacional, la Industria y el Comercio;
consecuentemente, el bien jurídico protegido es la economía del Estado; el tipo penal antes de las
modificaciones introducidas por el artículo 34 de la Ley 004 de 31 de marzo de 2010, de Lucha
Contra la Corrupción, Enriquecimiento Ilícito e Investigación de Fortunas `Marcelo Quiroga Santa
Cruz´ señalaba: El funcionario público o el que hallándose en el ejercicio de cargos directivos u
otros de responsabilidad, en instituciones o empresas estatales, causare por mala administración o
dirección técnica o por cualquier otra causa, daños al patrimonio de ellas o de los intereses del
Estado, será sancionado con privación de libertad de uno a seis años.

Si actuare culposamente, la pena será de reclusión de tres meses a dos años” (sic).

Del tipo penal referido, se tiene como elementos objetivos del mismo: 1. La calidad de funcionario
público; 2.- Hallarse en cargos directivos, 3. Mala administración o dirección técnica o por
cualquier causa; y, 4. Ocasionar por una de estas formas de ejercicio, daño al patrimonio de la
Institución o del Estado, como elementos subjetivos del tipo el dolo o la culpa.

El ilícito de Conducta Antieconómica, tiene varios verbos rectores, mala administración o dirección
técnica o por cualquier causa; es decir, resulta suficiente que el hecho se adecue a cualquiera de
estos verbos rectores, en el caso, se entiende que el imputado no cumplió adecuadamente sus
funciones ocasionando daño económico a la institución y por ende al Estado, el que debe ser
cuantificado en ejecución de Sentencia.

El Auto de Vista impugnado, respecto al agravio denunciado, a tiempo de resolver el noveno punto
de la apelación restringida señaló: “La sentencia no condena por el delito de Falsedad Ideológica,
porque no se logra evidenciar quién fuese autor de alguna; pero lo que reprocha es la conducta
funcionaria de los imputados que estando a cargo de la revisión de las cotizaciones, pese a
objetivas y materiales alteraciones, diferencias e irregularidades captables incluso a simple vista,
validan con sus firmas. Ello dio lugar a la continuación del procedimiento y finalmente a la
adjudicación y pago. No se reprocha la falsedad, sino el actuar funcional de los imputados.” (sic),
continua el Auto de Vista y a tiempo de responder al motivo décimo cuarto expresó: “El tipo penal
hace alusión además, a cualquier otra causa (…); en cuanto, al daño patrimonial mismo, la ley no
hace referencia a un previo establecimiento de monto económico. Sin embargo, puede ser
razonable que con carácter previo se haya establecido ello en un proceso de auditoría, extremo
que debió ser reclamado en su momento. El tipo, además no sólo se refiere al daño patrimonial
sino también afectación a los intereses del Estado. Siendo así, si analizamos la actual Constitución
refiere a partir de su Art. 232 las características de la administración pública, los deberes
responsabilidades y el buen desempeño de la función por parte del servidor, debe quedar claro
que se comete este delito no sólo por ocasionar daño en términos económicos sino también por
ocasionar detrimento en la credibilidad de la ciudadanía hacia sus instituciones, como en este
caso” (sic).

Del razonamiento transcrito del Auto de Vista impugnado, se advierte que el mismo es
absolutamente contundente al referir que la Sentencia de grado reprochó la conducta funcionaria
de los imputados, quienes estando a cargo de la revisión de las cotizaciones y al tener
conocimiento de alteraciones, diferencias e irregularidades perceptibles a simple vista, [las]
convalidaron; por otra parte, con acertado criterio expresa que en cuanto al daño patrimonial al
Estado, la ley no hace referencia a un previo establecimiento de un monto económico; es decir,
dentro de los elementos constitutivos del tipo penal denominado Conducta Antieconómica, no se
encuentra normado que el daño económico debe ser preestablecido mediante un proceso de
auditoría; es más, el daño económico es averiguable en ejecución de sentencia cuando la misma
haya adquirido la calidad de cosa juzgada tanto formal como material.

De la glosa que precede destaca que en un caso similar, en el que se analizó la configuración del
delito de Conducta Antieconómica, precisando que la comisión toma tres supuestos, a saber, mala
administración, dirección técnica, o cualquier otra causa. Asimismo, se comprende que el
resultado dañoso que éste tipo penal exige no se restringe necesariamente a un daño
monetariamente cuantificable (como la recurrente pretende aparentar al manifestar que una
auditoría o peritaje sea elemento constitutivo del tipo penal o requisito de validez para su
subsunción), pues los intereses del estado, como el tipo penal tiene descrito, no son fatalmente
dirigidos a la existencia de un daño económico, sino dada la naturaleza del servicio público, que sin
lucrar ni generar dividendos administra la cosa pública para el cumplimiento de objetivos comunes
y gestionar bienes colectivos, la afectación de un interés se orienta también a la credibilidad de la
propia institucionalidad boliviana.

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