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VICERRECTORADO ACADEMICO
DECANATO DE DOCENCIA
Departamento de Licenciatura en Música
Historia Comparada de las Artes
Eurocentrismo
como eje de la epistemología del arte en el siglo XVIII
V-24.151.712
CONTENIDO Pág.
Portada………………………………………………………………………………..….….i
Indice………………………………………………………………………….…………....2
Introducción…………………………………………………………………….…….…….3
Desarrollo……………………………………………………………………………..…….4
Concepto de eurocentrismo…………………………………………………………4
Corriente de pensamiento…………………………………………………………..5
Conclusión………………………………………………………………………………….8
Referencias…………………………………………………………………………………9
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INTRODUCCIÓN
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DESARROLLO
CONCEPTO DE EUROCENTRISMO
Amin (1989, citado en Verdú, 2010) considera que se trata de “un fenómeno
específicamente moderno cuyas raíces no van más allá del Renacimiento y que se ha
difundido en el siglo XVIII. En ese sentido constituye una dimensión de la cultura y de la
ideología del mundo capitalista moderno”. El eurocentrismo es también un vicio cognitivo
que supone la existencia de experiencias históricas lineales movidas por esquemas culturales
fijos, correspondientes a los provistos por la historia europea, considerando a las trayectorias
no europeas como formaciones incompletas o deformadas.
Así, desde finales del siglo XVIII Europa reconoce como su “otro” a “Oriente”,
mientras que desconoce a los “indios” de América o a los “negros” de África como
simplemente “primitivos”. El eurocentrismo aparece de esta forma estrechamente relacionado
con el racismo, convertido en instrumento de clasificación de los pueblos según el color de la
piel.
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mitos que han sido ampliamente rebatidos desde muy distintas corrientes de la antropología y
de la historiografía, como las que pueden representar Bernal, Blaut, Dussel, Fontana o Goody.
CORRIENTE DE PENSAMIENTO
La investigación a finales del siglo XX, estableció claramente que aún durante la Edad
Moderna, Asia era el continente económicamente dominante en el mundo. Hacia 1500,
Oriente Medio, India y China concentraban cerca del 60 % de la producción mundial, y poco
antes de 1800 el 80 % de la misma. Durante el siglo XVIII, los textiles de India se exportaban
extensivamente a Francia e Inglaterra. Y gran cantidad de productos industriales chinos
estaban presentes tanto en la América colonial desde el siglo XVII como en Europa. Se estima
que un 75 % de la plata extraída por los españoles en América acabó en China a cambio de la
compra de productos manufacturados. La Revolución Industrial europea alteró este equilibrio,
y mediante la conquista militar gran parte de Asia pasó a estar controlada por potencias
europeas.
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El pensamiento político y social sobre el continente americano ha estado atravesado
también históricamente, por una tensión entre la búsqueda de sus especificidades y miradas
externas, que han visto estas tierras desde la óptica reducida de la experiencia europea. En
forma asociada se ha dado la oposición entre la apuesta por las ricas potencialidades de este
Nuevo Mundo, y el lamento de su diferencia en contraste con el ideal representado por la
cultura y la composición racial europea. Sin embargo, las miradas externas, propiamente
coloniales y la aflicción de la diferencia han sido ampliamente hegemónicas. Basta una
revisión del texto de las primeras constituciones republicanas para ver como el pensamiento
liberal, al buscar instaurar en este una réplica de su experiencia europea, preside en
independencia (Lander, 1998).
A través de los mitos ya señalados, el eurocentrismo en las artes tiene que ver con una
invención ideológica que “rapta” a la cultura griega como exclusivamente “europea” y
“occidental” y que pretende que desde la época griega y romana dichas culturas fueron
“centro” de la historia mundial (Dussel, 2000, citado en Verdú, 2010).
Una peculiar reacción a esta concepción fue el “estecentrismo”, que afirma el carácter
adoptivo y no creador de la cultura europea, y la teoría de la “negritud” sobre la superioridad
de los valores de la cultura negra. Los pensadores progresistas de Europa, a partir de los
ilustrados, mantenían una actitud negativa hacia el eurocentrismo y promovían las ideas de la
historia humana general y cultural única. Continuando, en la cuestión del progreso cultural
general, la línea de Montesquieu, Voltaire, Herder, Goethe y otros, el marxismo-leninismo
critica con aspereza tanto el eurocentrismo como otras concepciones sobre la exclusividad
cultural de determinados pueblos o regiones.
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El nacimiento de la Historia del Arte, data desde 1764, año de publicación de Historia
del Arte de la Antigüedad, escrito por el arqueólogo e historiador alemán Johann Joachim
Winckelmann. En términos metodológicos y narrativos, este texto trazó los rumbos de una
forma específica de pensar los acontecimientos del arte: la historización de hechos y la
jerarquización de momentos. La historia del arte de la antigüedad, por otra parte, es un hito
fundante en términos de establecer a la tradición clásica como resumen de la creación
artística, modelo al cual, según Winckelmann, se haría necesario hacer referencia para
autorizar un operar dado en el arte. En esta medida, produce un imaginario que da por
sentada a Europa como idea, a Grecia como su pasado, al Norte de África y al Cercano
Oriente como su prehistoria. Desde el punto de vista epistémico, localiza en Centro-Europa el
núcleo productor y distribuidor de cultura, y en Asia, África y América sus lugares de
recepción.
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CONCLUSIÓN
Desde la segunda mitad del siglo XX y hasta hoy, hemos visto a diversos saberes
impugnar sus formulaciones, sus metodologías y supuestos, evitando los rezagos de un
pensamiento colonial y etnocéntrico. La diferencia ha venido siendo un argumento de
confrontación a la homogenización y la administración total de la vida y la cultura. Muchas
propuestas artísticas se han planteado desde entonces como ejercicio activista o contestatario
en defensa de la pluralidad étnica, cultural, afectiva, y de otros tipos. Gran parte de la
producción artística atiende y toma posición ante la discusión planteada de nacionalismo.
Un tema recurrente en las discusiones es la deslegitimación o la pérdida de
credibilidad de la historia como elemento de síntesis comprensiva y objetiva de los hechos.
Vista más como un discurso ideologizado y hegemónico que como un relato de lo verdadero,
la historia del arte continúa estableciendo este misma relación lineal. Es por ello que es tan
importante conocer la historia desde varios puntos de vista, este punto tiene una visión
bastante crítica de lo que pasó y lo que sigue pasando en la actualidad.
Las artes en general y en particular la música han acompañado las experiencias vitales
de construcción de la subjetividad y los imaginarios colectivos, por lo cual resulta vital
caracterizar los lugares de la enunciación, los sujetos de la representación, la auto-
representación, las estéticas que entran en juego. Se trata entonces de construir un horizonte
más amplio, que implica reconocer otras formas de explicación de ver el mundo, otras lógicas
de representación o auto-representación social, y a su vez artística.
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REFERENCIAS