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25 Diferencias Entre Israel y La Iglesia Jack Fleming
25 Diferencias Entre Israel y La Iglesia Jack Fleming
CONTENIDO
La tergiversación y manipulación que están haciendo en el día de hoy de estos
dos términos que representan dos pueblos escogidos por Dios, pero muy
diferentes y con metas y objetivos completamente distintos, es lo que me ha
motivado a iniciar un pequeño estudio al respecto. Para lo cual he seleccionado
25 diferencias entre Israel y la Iglesia:
PROLOGO
CAPÍTULO 1
- Israel es un pueblo terrenal
- La Iglesia es un pueblo celestial
CAPÍTULO 2
- Israel tiene promesas terrenales con prosperidad terrenal
- La Iglesia tiene promesas espirituales con recompensas celestiales
CAPÍTULO 3
- A Israel se le ordenó el diezmo
- A la iglesia "lo que propuso en su corazón".
CAPÍTULO 4
- A Israel se le mandó separarse del resto de las naciones.
- A la iglesia ir a todas las naciones.
CAPÍTULO 5
- Israel tenía un sacerdocio limitado a la tribu de Leví.
- En la iglesia todos somos sacerdotes.
CAPÍTULO 6
- Los israelitas tenían restricciones para llegar a la presencia de Dios.
- La iglesia tiene libertad.
CAPÍTULO 7
- Israel tenía un sumo sacerdote que era un hombre.
- La iglesia tiene un Sumo Sacerdote Perfecto y Eterno.
CAPÍTULO 8
- Los israelitas del Antiguo Testamento al morir iban al Hades (o Seol).
- Los cristianos van directamente al cielo donde está el Señor.
CAPÍTULO 9
- Los israelitas son los amigos del Esposo.
- La iglesia es la esposa.
CAPÍTULO 10
- En Israel Dios habitó en el tabernáculo.
- En la iglesia en cada creyente.
CAPÍTULO 11
- En Israel el Espíritu Santo venía sobre algunos y se iba.
- En la iglesia viene sobre todos los creyentes y se queda a morar en ellos.
CAPÍTULO 12
- La ley fue dada para Israel.
- La gracia para la iglesia.
CAPÍTULO 13
- El judaísmo es una religión.
- El cristianismo es una regeneración.
CAPÍTULO 14
- La salvación para Israel era por perseverar y guardar la ley.
- En la iglesia es por medio de la fe, no por obras.
CAPÍTULO 15
- El Sábado es una señal entre Dios e Israel.
- En la iglesia el Domingo es el día del Señor.
CAPÍTULO 16
- La Pascua para Israel.
- La Cena del Señor para la iglesia.
CAPÍTULO 17
- Israel tenía prohibición de comer ciertos tipos de carnes.
- En la iglesia hay libertad.
CAPÍTULO 18
- A Israel, debido a la dureza de sus corazones, Dios le permitió el divorcio.
- A la Iglesia no.
CAPÍTULO 19
- A Israel le mandó hacer guerra a sus enemigos.
- En la iglesia nos manda amar a nuestros enemigos.
CAPÍTULO 20
- En la religión judía existen sacrificios temporales.
- En la iglesia tenemos un solo sacrificio con eficacia eterna.
CAPÍTULO 21
- En el judaísmo existe el incienso.
- En la iglesia las oraciones.
CAPÍTULO 22
- La unción con aceite para Israel.
- La unción con el Espíritu Santo para la iglesia.
CAPÍTULO 23
- En Israel la alabanza se realizaba por medio de instrumentos musicales.
- En la iglesia la adoración debe ser en espíritu y en verdad, con el corazón.
CAPÍTULO 24
- Israel tendrá su encuentro con el Señor en la tierra
- La Iglesia en el aire.
CAPÍTULO 25
- Israel pasará por la Gran Tribulación
- La Iglesia no.
Prólogo
Dicen que Dios no nos ha llamado a pobreza, para justificar todas las riquezas
que han logrado acumular utilizando el nombre del que nació en un pesebre.
Pretenden hasta mostrar como credenciales de bendiciones divinas, los imperios
económicos que han logrado levantar con estos engaños fraudulentos e
inmorales.
Con esa total falta de vergüenza y escrúpulos, hasta se han tomado las calles y
plazas para seguir pidiendo dinero en el nombre del Señor, compitiendo
públicamente con los mendigos y comerciantes callejeros. Han transformado al
Dios Todopoderoso, dueño del cielo y de la tierra, en un vulgar mendigo a quien
cualquier transeúnte le puede arrojar algunas monedas para adormecer sus
conciencias cargadas de pecados.
Para justificar sus bienes que han adquirido con estas prácticas inmorales, citan
como ejemplos las riquezas que obtuvo Abraham y toda la prosperidad de los
patriarcas del Antiguo Testamento, pero hemos de recordar que todos ellos
fueron del pueblo terrenal, Israel.
Siempre para mostrar a un siervo fiel y próspero deben recurrir a los personajes
del Antiguo Testamento, nunca pueden citar la prosperidad como consecuencia
de fidelidad en el período de la iglesia ¿por qué?
Simplemente porque esa fue la promesa que Dios le hizo a su pueblo terrenal
Israel, no a la iglesia.
A Israel le dijo, Dt.28:1-14 (lea en su Biblia todo el pasaje) "si oyeres
atentamente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y poner por obra todos sus
mandamientos...vendrán sobre ti todas estas bendiciones...frutos de la
tierra...vacas, ovejas...te pondrá Jehová por cabeza, y no por cola (de las
naciones Ap.21:24)".
La promesa para Israel es muy clara, si fueran fieles, Dios les daría bendiciones
terrenales, por este motivo todos los grandes patriarcas y hombres fieles del
Antiguo Testamento fueron personas que tuvieron mucho ganado y grandes
riquezas. Pero a la iglesia le dice algo totalmente diferente, jamás les habla de
bendiciones terrenales, muy por el contrario, les dice precisamente que se alejen
de las riquezas de este mundo.
El propio testimonio de la vida del apóstol dice, 2Cor.11:23-27 "en trabajos más
abundante; en azotes sin número; en cárceles más; en peligros de muerte muchas
veces. De los judíos cinco veces he recibido cuarenta azotes menos uno. Tres
veces he sido azotado con varas; una vez apedreado; tres veces he padecido
naufragio; una noche y un día he estado como náufrago en alta mar.
Hoy si alguien diera ese testimonio, le dirían que tiene pecado en su vida y que
le falta fe, porque Dios nos ha mandado a ser cabeza y no cola, Dios no le ha
mandado a pobreza. Tiene que vivir como un hijo de un rey (en el barrio alto).
Hoy sus héroes son los que han logrado acumular grandes riquezas, los que han
hecho alianzas con la apostasía y el mundo habla bien de ellos, de tal modo que
el mundo está dispuesto hasta llevarlos como representantes suyos a los cargos
políticos.
En cambio, el Señor dijo en Mt. 6:26 "¡Ay de vosotros, cuando todos los hombres
hablen bien de vosotros! Porque así hacían sus padres CON LOS FALSOS
PROFETAS".
Hoy también tenemos una iglesia corrupta, llena de riquezas y prosperidad, con
enormes templos y grandes imperios económicos que han levantado los líderes
que han hecho del dinero su dios. Pero el Señor la define como una iglesia que le
produce náuseas, Ap.3:15
"Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. Ojalá fueses frío o caliente.
Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. Porque
tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad, y
no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo".
Estos empresarios de la fe han arrastrado a otros ciegos a labores tan poco éticas
para juntar dinero, como organizar rifas, hacer y vender comida, "café-concert",
festivales de la canción, seminarios donde venden las entradas y demás
consumos, "vigilias" o "carrete" (party)cristiano como abiertamente les llaman
los jóvenes a esos shows, etc.
El amor por el dinero les ha llevado a desafiar y desobedecer al mismo Dios que
dicen servir. Dios es infinitamente rico y poderoso, la obra es de él, si quiere que
le sirvamos en algo, no solamente nos va a capacitar, sino que también nos
proveerá los medios, sin tener nosotros que recurrir a esas técnicas y estrategias
del mundo mercantil que él repudió abiertamente durante su ministerio
terrenal.
Ese mensaje engañoso que enarbolan los falsos ministros de Dios, no lo creen ni
ellos mismos, porque de lo contrario venderían para regalar sus propiedades:
radios, supermercados, colegios, agencias de viajes, constructoras, inmobiliarias,
cementerios, aserraderos, líneas de buses, campos deportivos y de veraneos,
centros de eventos, etc. Y se harían más inmensamente ricos al recibir un ciento
por uno. Pero ¿por qué no lo hacen?
Ciertamente porque saben muy bien que esa fórmula sólo sirve para que los
líderes se hagan ricos, a costa de la pobreza de los ingenuos que han descuidado
el estudio de la Palabra de Dios y se encuentran siguiendo ciegamente a un
hombre.
A diferencia de esto, a los cristianos les dijo que "no tomaran dinero ni para el
camino" (Lc.9:3), que "no hicieran tesoros aquí en la tierra" (Mt.6:19), porque
"no podéis servir a Dios y a las riquezas" (Mt.6:24).
Este es el motivo que siempre sus ejemplos de hombres fieles y ricos tienen que
sacarlos del Antiguo Testamento, que es donde se encuentra el pacto que Dios
hizo con Israel, su pueblo terrenal. Pero jamás pueden citar esa característica de
fidelidad y prosperidad terrenal en el período de la iglesia del Nuevo
Testamento.
¿Por qué Dios actuó de forma diferente con Israel que la iglesia? Porque Israel
estuvo bajo la ley, la cual fue dada para llevarnos a Cristo (Gál. 3:24) La ley fue
otorgada entre otras cosas, también para probar al hombre que su corazón se
aleja de Dios cuando el Señor lo colma de bendiciones materiales.
Allí tenemos el fracaso de Israel como nación y que inclusive llegaron hasta
rechazar al Señor Jesucristo. Cuando tenemos necesidades nos acercamos a él,
pero cuando nos bendice nos alejamos. Un ejemplo gráfico es el caso de los diez
leprosos que clamaban al Señor cuando sufrían esa terrible enfermedad, pero
cuando el Señor los sanó, no volvieron ni para darle las gracias.
Dios no quiere ponernos trabas para hacernos más difícil el camino al cielo. Si
está diciendo que las riquezas son una dificultad, él no podría estarnos
prometiendo riquezas aquí en la tierra como bendición a nuestra fidelidad; sería
un contrasentido absurdo, y eso es precisamente lo que le dijo al rico, que si da
todo a los pobres, recibirá tesoros en el cielo.
Lo que está prometiendo en el vr.30 es para "los que a causa de Su nombre y del
evangelio" (v.29) reciban en este tiempo "con persecuciones" (v.30) en la familia
de Dios cien veces más de lo que perdieron teniendo que abandonar sus casas y
sus propias familias.
Debido a "las persecuciones" tenían que huir a otras tierras. Allá en el extranjero,
muchas casas de hermanos se les abrirían para recibirlos, pero en ninguna
manera les está prometiendo que les darían cien casas con escrituras públicas;
porque si lo interpretáramos de esa forma simplista, llegaríamos al absurdo de
creer que en el exilio, también Dios les estaba prometiendo en este tiempo, cien
esposas más. Porque está hablando no solamente de las casas, sino que también
de los padres, la esposa y los hijos, todo eso era lo que encontrarían en la iglesia,
en el amor del Señor cien veces más.
Pero obviamente que el carnal tendrá la misma dificultad que tuvo Nicodemo
para entender cuando Jesús le dijo que era necesario nacer de nuevo; no podía
comprender el concepto espiritual que el Señor le estaba hablando.
1Cor.2:14 "Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de
Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de
discernir espiritualmente".
También hemos de recordar que el Señor nos dejó cuatro evangelios. Ninguno de
ellos se repite, solamente nos dan una visión desde un ángulo distinto para que
podamos llegar a una comprensión plena. Es como si cada uno de ellos nos
narrara su visión desde los diferentes puntos cardinales. Leyéndolos todos,
logramos un relato completo.
Por tanto, siempre es muy saludable leer los pasajes paralelos que se relatan en
los otros evangelios. Y en el evangelio de Mateo el Señor aclara en el capítulo 19
verso 28 que está hablando para el tiempo de su retorno en gloria, "cuando los
doce apóstoles se sienten sobre doce tronos" (v.28). Y en ese tiempo, dice en el
v.29 "Y cualquiera que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o
madre, o mujer, o hijos, o tierras, por mi nombre, recibirá cien veces más, y
heredará la vida eterna".
Pero los falsos líderes religiosos nos dicen que su iglesia debe ser reconocida,
respetada y admirada por el mundo. Incluso invitan a sus iglesias a los
gobernantes de este mundo, y ellos mismos no ocultan sus ambiciones políticas
o de popularidad junto a los grandes de este mundo. Ciegos guiando a otros
ciegos, ambos caerán al hoyo.
Con justa razón dijo el Señor: "MUCHOS me dirán en aquel día, Señor, Señor, ¿no
profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu
nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: NUNCA os conocí,
apartaos de mí, hacedores de maldad".
El Señor no les niega que hayan predicado usando Su Nombre bendito, que
realizaran liberaciones y muchos milagros, pero la sentencia será una sola:
"Nunca os conocí, apartaos de mí, hacedores de maldad".
La gran mayoría queda atónita e incrédula cuando les citamos estos pasajes de
la Biblia, y se preguntan por las grandes iglesias y enormes ministerios que
tienen tanta gente practicando y creyendo estas cosas condenadas por la Palabra
de Dios ¿todos ellos están equivocados?
En este mismo pasaje nos dice el Señor que son MUCHOS. Con justa razón nos
habla de una puerta ancha, por donde transitan las mayorías, y una angosta por
donde caminan los verdaderos hijos de Dios, porque pocos son los que se salvan.
"Pobre" del gran apóstol Pablo, que dejándolo todo para seguir al Señor, no
recibió ninguna recompensa material, ni tan siquiera buena salud. Y esto no se
debió a que viviera en pecado o por falta de fe, como acusan los exponentes del
evangelio de la prosperidad.
Este tema siempre ha resultado ser tan sensible dentro de las iglesias
evangélicas, como lo es María para la iglesia católica. Y esto se debe a que todas
ellas han caído en este mismo mal al imponer y cobrar en forma indebida el
diezmo.
Con ese argumento, el pobre Lot, en vez de angustiarse y afligir su alma por la
nefanda conducta generalizada de los moradores de Sodoma, tendría que haber
aceptado la sodomía.
¿En qué ejemplo bíblico nos podemos apoyar? ¿Se menciona en la Biblia una
iglesia que cobrara el diezmo? ¿Existe el ejemplo de un cristiano que hubiera
pagado el diezmo? ¿Los primeros cristianos cobraban el diezmo? ¿Dónde dice
eso? Si Dios no lo manda para la iglesia, entonces ¿por qué lo cobran?
La iglesia debe imponer lo que Dios manda, no lo que el Señor no manda. En otras
palabras, no se puede hacer algo simplemente porque a Dios se le "olvidó"
mencionarlo, como pretenden algunos y argumentan: "Muéstreme un pasaje
donde Dios prohíbe cobrarlo".
Pero estos contumaces ignoran voluntariamente que Dios dice claramente que
el diezmo y todo lo concerniente a la ley (El día Sábado, la circuncisión,
celebración de las 7 fiestas solemnes, entre ellas "las primicias", y todo lo demás
que ordenó para su pueblo terrenal que formó de los lomos de Abraham),
QUEDÓ ABOLIDO para la iglesia, porque nosotros ahora estamos bajo la gracia
y no bajo la ley. Hubo un cambio de pacto, fue ABROGADO el mandamiento
anterior (Heb.7:18).
Muchas ordenanzas que Dios entregó para Israel, el Señor las confirmó y aún
elevó sus exigencias. Por ejemplo en Mt.5 "Oísteis que fue dicho a los antiguos:
No matarás...pero yo os digo...". "Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio"
"No perjurarás", etc.
Pero jamás dijo: Oísteis que fue dicho a los antiguos que debían pagar el diezmo;
pero ahora yo os digo que debéis pagar el diezmo, las ofrendas en todas vuestras
reuniones y en las calles, traer las primicias, comprar los números de las rifas,
las entradas para los "seminarios" y eventos especiales, conciertos musicales,
café concert, contribuir con productos que cocinan, venden y se los tienen que
comprar ellos mismos, etc.
Lo que resulta curioso es que los inconversos ven claramente este abuso que
están cometiendo los comerciantes de la fe, pero los que pertenecen a esas
"iglesias" no lo perciben.
También existen los que pretenden fundar esa ordenanza humana para la iglesia,
diciendo con la mayor cara de sorpresa posible para confundir a los incautos:
"¡Pero si el diezmo se menciona en la Biblia!".
Otros pretenden justificar esta práctica anti bíblica, afirmando que el Señor pagó
el diezmo cuando mandó a Pedro sacar de la boca de un pez una moneda, un
estatero, que equivalía a cuatro dracmas. Los que afirman tal cosa, sólo
demuestran su tremenda falta de conocimiento bíblico.
El pasaje en referencia está en Mt.17; en primer lugar no se trata del diezmo, sino
de las dos dracmas que pedían a los judíos como contribución para el templo.
Esto tuvo su principio en la ley de Moisés en Ex. 30:11-16, allí Dios ordenó a los
israelitas pagar medio siclo para el servicio del tabernáculo.
Jesús vino según la carne como israelita, nació de la tribu de Judá y se sometió a
todas las ordenanzas de la ley. Él dijo que no había venido a abrogar la ley sino a
cumplirla, y por cierto ha sido el único que la ha cumplido. Aunque bien sabemos
que después de someterse voluntariamente y cumplir su obra expiatoria de la
muerte y resurrección; todo lo que la ley enseñaba que habría de hacer: la ley fue
clavada en la cruz (Col.2:14), anulada, abolida (Ef.2:15), abrogada (Heb.7:18), las
sombras y figuras fueron puestas de lado para dar paso a la realidad misma;
porque venido Cristo, la luz verdadera, todo eso fue reemplazado por su Persona
Gloriosa (Heb.8:5-6, 13, 7:12, 9:23, 10:1).
Por tanto, ni aún es válido el pobre argumento que: debemos hacerlo porque
Cristo lo hizo. El Señor también se circuncidó, pero eso no significa que nosotros
también hemos de hacerlo. Él vino y vivió bajo la ley, pero dejó muy claro que
reemplazó el antiguo pacto por uno nuevo, el de la gracia para la iglesia.
Los que defienden el diezmo para la iglesia, solamente demuestran una profunda
ignorancia bíblica, o un sofismo malévolo que los incluye en la advertencia que
hace Dios en Su Palabra en 2Pd.2:3 "por avaricia harán mercadería de vosotros
con palabras fingidas".
Dios dispuso en su pueblo terrenal, Israel, que la tribu de Leví no podía tener
propiedades, por esta razón ordenó al resto de la nación sustentarlos con el 10%
de sus ingresos, para que los sacerdotes levitas pudieran dedicarse al servicio
del tabernáculo. Labor que debían efectuar desde los 25 años, y al cumplir los 50
años tenían que retirarse (Nm.8:24-25).
Esto es muy diferente de lo que vemos hoy en día entre los que gustan llamarse
"levitas espirituales", que de espirituales nada tienen. Ellos se han transformado
en grandes empresarios con esta práctica inmoral de introducir el diezmo en la
iglesia.
El Señor para evitar esta corrupción dentro de su pueblo Israel, ordenó que
SIEMPRE el diezmo fuera entregado en productos: trigo, vino, aceite, animales,
etc. Todo lo cual era guardado en el "alfolí", que por cierto no podía ser una
"alcancía" como falsamente pretenden también hacer creer a la iglesia.
Una vez más mienten, porque el alfolí era una gran pieza que estaba en el templo
y servía de bodega para almacenar los diezmos que recibían para su sustento.
Esto no se hacía, como pretenden los engañadores de hoy: debido a que en aquel
tiempo no existía el dinero.
La Biblia dice que en los días de Abraham ya existía el dinero, él compró con
dinero el terreno para la tumba de su esposa. Además, son múltiples los pasajes
que señalan que los trabajadores desde ese tiempo hasta los del ministerio
terrenal del Señor, recibían "un denario" como salario por cada día laborado.
Entonces ¿por qué no se menciona en la Biblia que ese 90 o 95% de israelitas que
eran asalariados y recibían un denario al día, no entregaban tres denarios al mes
por sus diezmos? En cambio, hasta los días del Señor señala que no traían dinero
para cancelar sus diezmos, sino que lo hacían en especies. Lc.11:42 "diezmáis la
menta, y la ruda, y toda hortaliza".
En Lc.11:42 Jesús reprende a los fariseos hipócritas y les dice: "¡Ay de vosotros
fariseos! Que diezmáis la menta, y la ruda, toda hortaliza, y pasáis por alto la
justicia y el amor de Dios".
El Señor está reprendiendo a los fariseos (que son israelitas y no cristianos), para
reprocharles su hipocresía de preocuparse del diezmo, y no de la justicia y del
amor de Dios. Esto nos suena muy familiar ¿verdad?
Resulta muy evidente, aún para el lector más obcecado defensor del pago del
diezmo dentro de la iglesia, que lo que está diciendo el Señor y no admite otra
interpretación posible, a no ser que desee intencionalmente torcer las Sagradas
Escrituras, que aquello que dijo el Señor fue: "Ay de vosotros, escribas y fariseos
hipócritas, porque diezmáis la menta, y el eneldo y el comino, y dejáis lo más
importante DE LA LEY: la justicia, la misericordia y la fe. Esto (el diezmo: la
menta, y el eneldo y el comino) ERA necesario hacer, sin dejar de hacer
aquello". "Aquello" lo más importante que esos hipócritas habían dejado de
cumplir que era: la justicia, la misericordia y la fe. No podría estar refiriéndose
al diezmo, porque esos hipócritas aún lo seguían pagando.
Juzgue Ud. ¿Qué puede ser más importante para el Señor y que Él dice no hay que
dejar de hacer? (Y note que dice "hacer" y no "pagar" como debería ser si es
que el Señor se estuviera refiriendo al pago del diezmo para mantenerlo en la
gracia para la iglesia) ¿El diezmo? (la menta, y el eneldo y el comino) ¿o la
justicia, la misericordia y la fe?
Al igual que en Heb.7:5, aquí vuelve a señalar que el diezmo ERA DE LA LEY. Dice
textualmente "de la ley". Y en la última parte del versículo destaca que esto "ERA
necesario hacer". No dice que ES necesario hacer ¿por qué? Resulta evidente,
porque eso era de la ley, y la ley corresponde al pasado, la gracia al presente. Ya
no es necesario para la iglesia, porque Dios abolió la ley, en la cual como vimos,
se incluye el diezmo.
¿Por qué los judaizantes de hoy insisten en incluir algunos mandamientos, que
claramente son para Israel y no para la iglesia? No hay que ser muy observador
para darse cuenta que justamente los que incluyen, son aquellos que les pueden
reportar algún beneficio material, como el diezmo y "la fiesta de las primicias".
Ni los Pentecostales han mostrado interés por añadir a sus iglesias la fiesta de
Pentecostés; porque esa, ni ninguna de los seis restantes que se menciona en
Lv.23, les aportaría beneficio económico alguno.
Si les preguntáramos ¿por qué no guardan la fiesta de los Tabernáculos, o la fiesta
de las Trompetas? Ninguno titubearía en respondernos: "Porque esas fueron
ordenanzas para Israel".
Todo lector imparcial de la Biblia tendrá que admitir que esas dos ordenanzas
también fueron entregadas exclusivamente para Israel ¿O alguien se atrevería a
decir que la fiesta de las primicias no corresponde a la ley?
La fiesta de las primicias, como las otras seis fiestas solemnes que se mencionan
en Lv.23, correspondía al calendario judío para celebrarlas UNA vez al año. ¿Por
qué los comerciantes de la fe acuñaron la frase: "Diezmos y primicias" y
demandan su pago mensualmente a la iglesia?
Estos engañadores que han traído tanto desprestigio al evangelio, nos tienen
acostumbrados con pasajes sacados de contexto para atemorizar al pueblo
evangélico, sus favoritos son Malq.3:8 "Vosotros me habéis robado vuestros
diezmos" Y 2Cor.9:7 "Dios ama al dador alegre". Pero cortan y omiten
mañosamente el resto del pasaje.
Veamos lo que realmente dice Dios, y Ud. podrá comprobar que lo que asegura
esta clase de líderes, no corresponde a la enseñanza de la Biblia.
Recomiendo leer todo el capítulo 3 de Malaquías para su correcta interpretación.
Si Ud. consulta con una concordancia, comprobará fácilmente que todas las veces
que se menciona el diezmo, SIEMPRE es para la nación de Israel, nunca para la
iglesia.
El Señor está reprendiendo a los fariseos (que son israelitas y no cristianos), para
reprocharles su hipocresía de preocuparse del diezmo, y no de la justicia y del
amor de Dios. Esto nos suena muy familiar ¿verdad?
No dice que ES necesario hacer ¿Por qué? Resulta evidente, porque era de la ley,
y la ley corresponde al pasado, la gracia al presente.
Ya no es necesario para la iglesia, porque Dios abolió la ley. Lo que les
recomienda "no dejar de hacer" obviamente era lo más importante que había
señalado: la justicia, la misericordia y la fe. ¿O Ud. creyó la mentira que le dijeron
esos líderes inescrupulosos, que lo más importante para Dios era el diezmo? ¿La
menta, el eneldo y el comino?
También en este pasaje destaca que aún en los días del Señor el diezmo se
entregaba en especies, jamás en dinero, porque así lo mandó Dios en la ley.
La obligación de pagar los diezmos siempre fue para los judíos, los hijos de Leví,
los que estaban bajo la ley, para la nación de Israel.
Los comerciantes de la fe, para defender este sistema anti bíblico que han
impuesto para la iglesia sostienen: "¡Pero el diezmo existe antes que la ley,
Abraham pagó el diezmo!". Nuevamente podemos presentar el mismo
argumento que expuse anteriormente: Si debemos pagar el diezmo, porque
Abraham lo hizo en una ocasión, mayormente estaríamos obligados a
circuncidarnos, porque ESE fue el pacto y mandamiento que Dios entregó
directamente a Abraham, no el diezmo (Gn.17).
Pero jamás dice que "pagó" el diezmo, como tuercen los líderes religiosos de
nuestros días. Y todos sabemos muy bien la enorme diferencia que existe entre
"dar" y "pagar". Dar es entregar algo voluntariamente. Pagar es una obligación.
Tito 1:11 "a los cuales es preciso tapar la boca; que trastornan casas enteras,
enseñando por ganancia deshonesta lo que no conviene".
2Pd.2:3 "por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas".
Hch.20:29 "entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al
rebaño".
Venido Cristo, hubo cambio de sacerdocio, aún el mismo Señor Jesucristo no fue
un sacerdote levita. Heb.7: 14 "Porque manifiesto es que nuestro Señor vino de
la tribu de Judá, de la cual nada habló Moisés tocante al sacerdocio". Pero
curiosamente estos comerciantes de la fe, insisten que ellos son sacerdotes
levitas.
Estos son los dos únicos pasajes en todo el Nuevo Testamento donde se habla del
diezmo, pero nunca para la iglesia. Uno se lo dice a los fariseos hipócritas
(Mt.23:23) y el otro en Heb.7 donde recuerda la experiencia del padre de la
nación de Israel, Abraham, cuando en una ocasión "dio" el diezmo.
Si el diezmo fuera una ordenanza para el cristiano ¿no le parece extraño que no
se mencione ni una sola vez para la iglesia? Si el Señor no lo ha mandado para el
cristiano, entonces no es una ordenanza Suya, sino de hombres.
La deificación que han levantado en torno a sus personas, sólo puede ser
comparada con la de los "santos" católicos, que también son casi divinos. No en
vano esos personajes reemplazaron a las divinidades paganas de la Roma
imperial.
Otra causal que sustenta este sistema inmoral del cobro del diezmo en la iglesia,
es la irresponsabilidad de las congregaciones, que aceptan incondicionalmente
todo lo que les imponen sin buscar ni comprobar con su Biblia, para saber si esas
cosas son así, como sus líderes les ordenan.
Enseñaron a sus iglesias que todo lo bueno que les acontezca se debe a su acción
de estar al día con el pago del diezmo, y por el contrario, si están atrasados, les
vendrá toda clase de males (enfermedades, perdida de trabajo, problemas
familiares, accidentes, etc.). Es decir, si pagan el diezmo, las ventanas del cielo se
abrirán en bendiciones, y si no lo hacen, todas las fuerzas del infierno caerán
sobre ellos.
Los atemorizan con historias que inventan sobre tragedias que supuestamente
les han acontecido a aquellos que no pagaron el diezmo, o simplemente hacen
coincidir cada suceso de sus vidas con este hecho. Hacen girar en torno a sus
vidas supersticiosas, todos los acontecimientos de la vida cotidiana,
transformándolo en el centro de sus vidas.
Cualquiera que no se haya dejado atemorizar con estas artimañas, aún los
inconversos con un criterio formado, tendrán que admitir que el dios que estos
líderes religiosos presentan, es un dios que está muy interesado en el dinero, lo
cual es absolutamente contrario al Dios de la Biblia.
Los apóstoles condenaron duramente a los que pensaron que podían manipular
o influenciar a Dios por medio del dinero, Hch.8:20 "Entonces Pedro le dijo (a
Simón): Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se
obtiene con dinero".
Por este motivo a este acto inmoral se le llamó "Simonía", que fue lo que condenó
duramente Lutero a la iglesia Católica en sus 95 tesis.
Son muchos los que hoy están pagando el diezmo para que les vaya bien: sanar
de enfermedades, conseguir trabajo, solucionar diversos problemas. Eso en el
catolicismo se llama "manda".
La presión que ejercen en las iglesias es tan fuerte, que hasta publican listas con
los morosos para humillarlos públicamente; aquellos que se atrasan en sus
pagos, son castigados separándolos de las actividades que desarrollan en la
iglesia (coro, maestro de escuela dominical, etc.).
También estimulan el ego de los que están al día, haciéndolos pasar adelante
para recibir una bendición especial del pastor, y de paso dejan en las bancas a los
que están atrasados para humillarlos y hacerles sentir el peso de su pecado.
Enseñan en sus iglesias que si alguien no paga el diezmo le está robando a Dios,
y les recuerdan que los ladrones no entrarán en el reino de los cielos, por lo tanto,
claramente les están diciendo que pierden su salvación.
El diezmo fue una disposición divina para sostener a los sacerdotes levitas, que
por ordenanza de Dios no podían poseer bienes materiales, ninguna propiedad,
casa, terreno, etc. Esta era la razón y el propósito por el cual el pueblo debía
darles el diezmo, y NUNCA podía ser en dinero sino en especies.
Este es el motivo por el cual todos los hombres fieles del Antiguo Testamento
fueron personas muy ricas. A diferencia de esto, en la gracia para la iglesia, no
existe el pago del diezmo ni las promesas de riquezas terrenales, por el contrario,
ahora nos manda a NO hacernos tesoros aquí en la tierra, y la promesa es:
Mr.10:21 "Tendrás tesoro en el cielo".
Ninguno de los hombres fieles de la iglesia ha llegado a ser rico como
consecuencia de su fidelidad, ni por pagar el diezmo. Los únicos que se han hecho
ricos con el diezmo, son los que lo reciben.
El mismo Señor Jesucristo nos dejó un vivo ejemplo de austeridad, ejemplo que
siguieron fielmente los apóstoles y demás cristianos consagrados. Los primeros
cristianos donaron todo a la iglesia, incluyendo sus casas, pero ninguno llegó a
ser rico, como falsamente les prometen hoy los exponentes del evangelio de la
prosperidad.
"Dios ama al dador alegre" porque eso es lo único que le han enseñado, y la gran
mayoría en forma irresponsable no escudriña las Escrituras como lo mandó el
Señor. El versículo completo dice: "Cada uno dé como propuso en su corazón: no
con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre". Obviamente no
está hablando del diezmo, porque dice: "Cada uno dé como propuso en su
corazón".
Todos los gastos de la iglesia deben salir de las ofrendas de los creyentes,
incluyendo la mantención de los que sirven en la obra. También es indudable que
si el Señor le encomienda una obra especial a una iglesia local, ésta debe tener la
capacidad para mantenerla con las ofrendas de sus miembros, de lo contrario
sería una evidencia clara que esa NO es una obra que le ha encomendado a ellos.
Dios no es limosnero para enviar a sus hijos a pedir dinero a la calle, por la radio
o por televisión. Él es el dueño de todo el universo, si va a mandar a una iglesia
local a desarrollar una actividad especial, el Señor le proveerá los medios
económicos a esa iglesia local, sin necesidad que sus hijos se transformen en
limosneros.
Por lo tanto, también es anti bíblico recoger la ofrenda el Lunes o cualquier otro
día de la semana, o en todas las reuniones.
Tampoco extenderían sus reuniones a dos o tres horas, porque no podrían pedir
las ofrendas dos, tres o cuatro veces por reunión; ni tendrían tiempo suficiente
para vender sus números de las rifas y demás negocios que se hacen en lo que
debería ser la casa de Dios.
El creyente debe dar, no por obligación o esperando recibir algo a cambio, sino
libremente, por amor, según haya prosperado. Si ama mucho, dará mucho, si ama
poco, dará poco; lógicamente que será "según haya prosperado".
El Señor también nos manda que cuando demos dinero, no seamos como los
hipócritas, que dan para ser vistos. Les gusta pasar adelante con el billete en la
mano para que todos lo vean. A diferencia de esto, el verdadero cristiano no hace
tocar trompetas, sino que dará como el Señor ha mandado, en forma secreta:
"que ni tu izquierda sepa lo que ha dado tu derecha".
CONCLUSIÓN:
-El diezmo fue ordenado por Dios para los sacerdotes levitas, el cual debía ser
entregado en productos que se almacenaban en el alfolí. Nunca en dinero,
porque los levitas no debían poseer propiedades.
-El diezmo "era" de la ley (Mt.23:23) "según la ley" (Heb.7:5)
-Abraham no pagó el diezmo, él lo "dio" en una ocasión. El mandamiento de
"pagar" el diezmo, llegó con la ley de Moisés.
-En la gracia debemos ofrendar todos los días Domingo, y esto debemos hacerlo
libremente, como cada uno propuso en su corazón; sin que tu izquierda sepa lo
que ha dado tu derecha. Y lo haremos por amor al Señor, sin pedir ni esperar
nada a cambio.
¿No desea liberarse de las ataduras de la superstición con que los comerciantes
de la fe han amarrado esa obligación impuesta por ellos? Quizás llegue a dar lo
mismo que el diezmo, o más, pero la gran diferencia estará en que no será una
carga impuesta por hombres, y la recompensa vendrá del Señor.
Tampoco es suficiente que usted se engañe diciendo que: " el diezmo que doy, es
mi ofrenda para el Señor"; eso es adormecer su conciencia para eludir su
responsabilidad de enfrentarse a la práctica impuesta por los hombres. El
diezmo no es lo mismo que la ofrenda. Uno pertenece a la ley, la ofrenda a la
gracia.
Aún la ley de los hombres condena a los cómplices y también a los encubridores.
¿Por qué piensa Ud. que Dios le va a exigir menos?
El mandamiento divino para Israel de apartarse del resto de las naciones, fue
claramente establecido en las ordenanzas que Dios les entregó por medio de
Moisés. Tenía el propósito de que su pueblo no se contaminara con las prácticas
paganas que se habían generalizado por todo el mundo.
Lv. 20:24 "Yo Jehová vuestro Dios, que os he apartado de los pueblos".
Dt. 7:6 "Porque tú eres pueblo santo para Jehová tu Dios, Jehová tu Dios te ha
escogido para serle un pueblo especial, más que todos los pueblos que están
sobre la tierra".
Dt. 14:2 "Porque eres pueblo santo a Jehová tu Dios, y Jehová te ha escogido
para que le seas un pueblo único de entre todos los pueblos que están sobre la
tierra".
No los escogió por ser el pueblo más santo o importante, muy por el contrario,
Dt.7:7 "No por ser vosotros más que a todos los pueblos os ha querido Jehová; y
os ha escogido, pues vosotros erais el más insignificante de todos los pueblos".
La Palabra de Dios también dice de la iglesia (1Cor.1:27) "lo necio del mundo
escogió Dios, para avergonzar a los sabios, y lo débil del mundo escogió Dios,
para avergonzar a lo fuerte, y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios,
y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia".
Israel y la iglesia han sido elegidos por principios divinos que coartan toda
jactancia, a fin de que toda la gloria sea exclusivamente del Señor. Él ha
establecido: "Mi poder se perfecciona en la debilidad".
Israel fue separado para guardarlo en pureza y santidad, debido a que las
naciones se habían corrompido a límites que la Santidad de Dios no podía seguir
tolerando. Fue así como Dios trajo juicios sobre ellos, y utilizó a Su pueblo
escogido para cumplir sus propósitos. Por este motivo el Señor prohibió a Israel
hacer alianzas con ellos.
Con la venida del Señor a la tierra y el rechazo de Su persona que hizo Israel, Dios
escoge a un nuevo pueblo y da comienzo a otra dispensación con ordenanzas
diferentes.
Dice que ha acontecido a Israel endurecimiento "en parte", porque nada impide
que un judío se salve por medio de la sangre preciosa de Cristo Jesús. Tampoco
podemos olvidar que en un principio la iglesia estaba constituida exclusivamente
por judíos. Pero Israel como nación, estará en endurecimiento hasta que todos
los gentiles que constituyen la iglesia universal de Cristo se salven.
Cuando ese número esté completo, entonces vendrá el Señor por Su iglesia y
comenzará la Gran Tribulación en la tierra, período en el cual Dios reanudará su
pacto con Israel y ellos serán salvos, aunque así como por fuego.
Como vemos, Israel y la iglesia son dos pueblos diferentes que no se mezclan;
ambos tienen misiones diferentes de acuerdo al plan divino. Definir a la iglesia
como "la Israel espiritual" es una aberración bíblica.
Stgo.4:4 "¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios?
Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de
Dios".
Cuando Dios sacó a Israel de Egipto, su propósito original fue que todos los
israelitas fueran sacerdotes para él. Esto lo leemos en Ex.19:3 "Y Moisés subió a
Dios, y Jehová lo llamó desde el monte diciendo: Así dirás a la casa de Jacob, y
anunciará a los hijos de Israel:
Vosotros visteis lo que hice a los egipcios, y cómo os tomé sobre alas de águilas,
y os he traído a mí. Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto,
vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos, porque mía es toda la
tierra. Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa".
Conocemos el desenlace de este pueblo que muy pronto cayó en rebeldía, y como
se construyeron un becerro de oro para adorarlo, Dios tuvo que aplicar disciplina
sobre ellos. Debido a la postura que solamente la tribu de Leví asumió, el
privilegio del sacerdocio les correspondió exclusivamente a ellos.
Ex.32:26 "se puso Moisés a la puerta del campamento, y dijo: ¿Quién está por
Jehová? Júntese conmigo. Y se juntaron con él todos los hijos de Leví".
Nm.3:5 "Y Jehová habló a Moisés, diciendo: Haz que se acerque la tribu de Leví, y
hazla estar delante del sacerdote Aarón, para que le sirvan, y desempeñen el
encargo de él, y el encargo de toda la congregación delante del tabernáculo de
reunión para servir en el ministerio del tabernáculo".
Fue así como la nación de Israel se perdió la bendición de ser cada uno de ellos
un sacerdote, y esta responsabilidad y privilegio recayó exclusivamente sobre
la tribu de Leví.
Pero no todos los levitas eran sacerdotes, Dios impuso otras exigencias.
Nm.8:23-24 "Los levitas de veinticinco años arriba entrarán a ejercer su
ministerio en el servicio del tabernáculo de reunión. Pero desde los cincuenta
años cesarán de ejercer su ministerio, y nunca más lo ejercerán".
También en Nm.18:21 dice: "He aquí yo he dado a los hijos de Leví todos los
diezmos en Israel por heredad, por su ministerio". Y explica en los versos 23 y 24
porqué les había asignado el diezmo a los sacerdotes levitas: "porque no
poseerán heredad entre los hijos de Israel, porque a los levitas he dado por
heredad los diezmos de los hijos de Israel, que ofrecerán a Jehová en ofrenda, por
lo cual les ha dicho: Entre los hijos de Israel no poseerán heredad".
Cómo contrastan estas exigencias que Dios mandó para ellos, con la realidad de
los empresarios de la fe de nuestros días, que pomposamente y en forma vana se
hacen llamar "los levitas espirituales". No solamente porque la mayoría de ellos
son mayores de cincuenta años, sino por los verdaderos imperios económicos
que han levantado para lucro personal, y peor aún, pidiendo ese dinero "para el
Señor".
El tiempo del verbo está en pasado, porque ese pacto y ese sacerdocio, llegado
Cristo, había pasado para dar lugar a un nuevo sacerdocio, el cual no está
establecido sobre un culto ceremonial de carácter terrenal; sino que "ahora es"
cuando los verdaderos adoradores, adorarán en espíritu y en verdad".
Los sacerdotes levitas debían ser ungidos con aceite al inicio de su sacerdocio,
como señal de su consagración. Todos sabemos que el aceite es figura del
Espíritu Santo, y que en el Antiguo Testamento Dios habló por medio de figuras,
símbolos, sombras de la realidad que habría de venir.
Así que llegada esa realidad (el Espíritu Santo), el simbolismo desaparece para
dar lugar a esa gloriosa verdad. Todo hijo de Dios TIENE el Espíritu, y si alguno
no lo tiene, no es de él (Rm.8:9).
Dios nos asegura en Su Palabra que ahora somos templos del Espíritu Santo,
porque el Espíritu Santo mora en nosotros (1Cor.3:16). Y esta gloriosa realidad,
siendo una sola experiencia que recibimos el día de nuestra conversión, la
expresa de diferentes maneras según sea el aspecto que desea destacar.
Cuando la presenta como "la unción", es para recordarnos que todos los que
hemos recibido el Espíritu Santo, ahora, además de ser hijos de Dios, miembros
de la iglesia del Señor, sellados con el sello divino que nadie puede borrar; fuimos
también ungidos POR DIOS (no por hombres), porque nos transformó en reyes y
sacerdotes.
Todos los creyentes en la iglesia somos sacerdotes, no existen los laicos; eso
corresponde a una invención católica que los comerciantes de la fe han
introducido en la iglesia evangélica, para poder ellos subirse a un pedestal más
alto que la congregación y transformarse en "los ungidos del Señor" en forma
exclusiva.
Hay que tener mucho cuidado al usar ese término, porque cuando la Biblia lo
emplea en singular en el Nuevo Testamento: El Ungido, siempre es para referirse
al Señor Jesucristo. Por cierto, que no es el caso del Antiguo Testamento, porque
allí se utiliza para definir a UN rey o UN sacerdote, debido a que obviamente no
todos eran reyes y sacerdotes.
Pero ahora en la gracia, todos los que hemos nacido de nuevo somos reyes y
sacerdotes, por lo tanto, todos somos los ungidos del Señor. Si un hombre se
atribuye el título en singular de ser él: El ungido (como sucede en muchas
iglesias), ese hombre se está colocando en el lugar que le corresponde
exclusivamente al Señor Jesucristo, está usurpando el lugar del Señor.
Sería igualmente de irreverente que se hicieran llamar "El hijo de Dios" cuando
todos en la iglesia lo somos, o "El sacerdote" y al resto les denominan "laicos".
Esta deificación de que se han revestido se aprecia también en los términos que
emplean para hablar, dicen: "Mi iglesia" cuando la iglesia es del Señor, la cual Él
ganó por su preciosa sangre (Hch.20:28), "Mis ovejas" "Mis oficiales" "los laicos".
Es mi súplica al Señor, que el Espíritu Santo abra los ojos de los ciegos y puedan
no solamente corregir su hablar y dejar de darle gloria al hombre, sino que
aprendan a disfrutar de este tremendo privilegio que nos fue otorgado de ser
"ungidos por Dios".
Y como sacerdotes del Dios Altísimo, transitemos libremente por ese camino
nuevo y vivo que el Señor nos abrió por medio de Su sangre preciosa, para
ofrecer sacrificios espirituales; porque Dios busca adoradores que le adoren en
espíritu y en verdad.
Dejen de conformarse con la actitud de Marta, que estaba afanada en sus muchas
labores domésticas, aprendan que la buena parte es la que escogió María,
adorando a los pies del Señor.
Los frutos que Dios espera de usted, no son el número de empanadas o cafés que
haya preparado, o los boletos de las rifas que pueda haber vendido, porque eso
lo puede hacer hasta un inconverso. Los frutos de un verdadero creyente son los
que Dios dice en Gál.5:22, los que provienen del Espíritu: "amor, gozo, paz,
paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza".
Hermana, hermano, ahora en la iglesia todos somos los ungidos del Señor, todos
somos sacerdotes, acérquese confiadamente al lugar santísimo, porque el velo
del templo Dios lo rompió el mismo instante en que el Señor ofrendó Su vida.
El camino está abierto para que TODOS los hijos de Dios, los sacerdotes, todos
los ungidos por Dios, podamos llegar a Su presencia libremente en los méritos
del Señor Jesucristo. Él nos revistió con Su manto de Justicia por medio de Su
sangre preciosa.
¡Oh Espíritu Santo, permíteles comprender esta preciosa verdad, para que
puedan disfrutar plenamente de la presencia del Señor y del verdadero servicio
en Sus negocios!
Capítulo 6
Desde la creación del hombre Dios ha deseado mantener una relación directa con
nosotros. Pero vemos que desde el día que el hombre pecó, se interpuso una
barrera insoslayable entre él, el Santo, y nosotros los pecadores.
La reacción natural y espontánea del hombre, el día que pecó fue Gn.3:8 "se
escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto".
Introduciéndose de este modo la muerte espiritual, que trajo como consecuencia
lógica la muerte física.
Una vez más, debido al fracaso del hombre, éste se pierde la bendición de Dios.
Pero también ante cada fallo humano, vuelve a resaltar con mayor esplendor y
nitidez la misericordia y paciencia del Señor, Rm.5:20 "cuando el pecado abundó,
sobreabundó la gracia". Y fue así como estableció otro pacto, ahora con Moisés
da inicio a una nueva dispensación, la de la ley.
Fue precisamente durante la entrega de esa ley, que el hombre se aterró ante la
presencia de su creador y buscó un intermediario, Ex.20:18 "Todo el pueblo
observaba el estruendo y los relámpagos, y el sonido de la bocina, y el monte que
humeaba; y viéndolo el pueblo, temblaron, y se pusieron lejos. Y dijeron a Moisés:
Habla tú con nosotros, y nosotros oiremos, pero no hable Dios con nosotros, para
que no muramos".
El deseo de Dios era que todo el pueblo de la nación de Israel fueran sacerdotes,
pero una vez más a consecuencia del pecado, ese privilegio recayó únicamente
sobre la tribu de Leví.
Las demandas de la Santidad de Dios eran tan rigurosas, que si esos sacerdotes
faltaban o cambiaban algunas de las ordenanzas divinas, eran castigados
severamente; como se manifiesta en Lv.10 donde se relata el caso de los
sacerdotes Nadab y Abiú, que pagaron con sus vidas su insensatez de cumplir
con todas las demandas de sus ofrendas, pero fallaron en una, al ofrecerla con
fuego extraño que Dios no había mandado.
Tan amplia y perfecta fue la ofrenda que Cristo presentó por nuestros pecados,
que ahora no existe nada que se interponga entre Dios y los sacerdotes de la
iglesia del Señor.
Rm.8:1 "ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús".
Heb.10:17-18 "y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones. Pues
donde hay remisión de éstos, no hay más ofrenda por el pecado".
Col.2:13 "perdonándoos todos los pecados".
Habiendo Dios eliminado el juicio de todos nuestros pecados, debido a que Cristo
pagó por ellos; ya no existe esa barrera que nos separaba de Su presencia.
Heb.10:19-20 "Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el lugar
Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió
a través del velo, esto es, de su carne". Añade en Heb.4:16 "acerquémonos, pues,
confiadamente".
Cuando Cristo, con voz de triunfo, como literalmente dice la Biblia: "a gran voz,
entregó Su espíritu", murió. Y para autenticar su muerte ante el mundo, vino el
soldado romano con su lanza y traspasó el costado del Señor. Desde ese
momento quedaba abierto el camino a la presencia de Dios.
Se cumplió lo que dice en Is.61:10 "En gran manera me gozaré en Jehová, mi alma
se alegrará en mi Dios; porque me vistió con vestiduras de salvación, me rodeó
de manto de justicia".
No es en nuestros méritos, que nada son, o como lo dice mejor el apóstol Pablo,
nuestros méritos personales son como trapos de inmundicia. Dios nos acepta en
la obra del Señor Jesucristo.
Capítulo 7
En el Antiguo Pacto Dios escogió de entre las doce tribus de Israel, solamente a
la tribu de Leví para levantar sacerdotes que le sirvieran en el tabernáculo y
posteriormente en el templo. Y de ellos, uno solo que sería el sumo sacerdote.
En Heb.5:1 nos dice que éste: "es tomado de entre los hombres" para actuar
delante de Dios. Su misión era representar a los hombres ante Dios, razón por la
cual su humanidad era esencial.
Debido a que pertenecía a la raza caída tenía muchas limitaciones; la primera era
su propio pecado. Pero esto mismo hacía brillar con más intensidad la
misericordia divina.
Heb.5:2 "para que se muestre paciente con los ignorantes y extraviados, puesto
que él también está rodeado de debilidad".
Como estaba rodeado de flaquezas, podía acercarse solamente una vez al año,
Lv.16:2 "no en todo tiempo entre en el santuario detrás del velo, delante del
propiciatorio que está sobre el arca, para que no muera".
Por esta causa, debido a la naturaleza pecaminosa que poseía, debía ofrecer
primeramente por sus propios pecados antes de acercarse a Dios. Heb.5:3 "debe
ofrecer por los pecados, tanto por sí mismo como también por el pueblo".
Previamente tenía que lavarse, vestirse de lino blanco y ofrecer un becerro en
expiación por sus propios pecados.
Entre los adornos que componían su indumentaria para esa ocasión tan especial,
estaban las campanillas que colgaban de sus vestiduras. El pueblo afuera
escuchaba ese ruido de campanillas cuando el sumo sacerdote se acercaba a la
presencia de Dios.
Cuando este sonido cesaba, sabían que había llegado al lugar santísimo; todo el
pueblo en un silencio sepulcral aguardaba muy tenso y temeroso, para saber si
la ofrenda por sus pecados había sido recibida por Dios.
Cada año debía repetirse esa ceremonia, porque no les hacía perfectos ante Dios.
Habían cumplido con todo lo que se les había ordenado, pero no era suficiente.
Heb.7:24-27 "mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio
inmutable, por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se
acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. Porque tal sumo
sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores,
y hecho más sublime que los cielos; que no tiene necesidad cada día, como
aquellos sumos sacerdotes de ofrecer sacrificios por sus propios pecados, y luego
por los del pueblo; porque esto lo hizo UNA VEZ para siempre, ofreciéndose a sí
mismo".
Nuestro Sumo Sacerdote no solamente es Dios mismo, sino que también tomó un
cuerpo humano en el cual se sometió a todas nuestras limitaciones, pero sin
pecado.
Heb.4:14-16 "Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos,
Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. Porque no tenemos un sumo
sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue
tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues,
confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia
para el oportuno socorro".
Gloriosa y sublime diferencia existe entre los sacerdotes de Israel, con nuestro
Bendito y Divino Sumo Sacerdote, Cristo Jesús, quien permanece para siempre e
intercede por nosotros.
"Los israelitas del Antiguo Testamento al morir iban al Hades (o Seol). Los
cristianos van directamente al cielo donde está el Señor".
En Gn.5:4-5 leemos "y fueron los días de Adán después que engendró a Set,
ochocientos años, y fueron todos los días que vivió Adán novecientos treinta
años, y murió".
La muerte que se produjo en Adán por desobedecer a Dios, fue la separación de
la presencia misma del Señor debido a que fue expulsado del Jardín del Edén.
También cuando alguien muere, se produce una separación entre el cuerpo que
va al cementerio y el alma que parte al lugar determinado por Dios.
El Señor en su Palabra nos dice que durante el período del Antiguo Testamento,
todos los que morían partían al Hades (o Seol), los creyentes y también los
infieles.
Pero ellos sabían que el Seol no era la morada eterna de sus almas. Esto lo
encontramos en la declaración del rey David, otro creyente: (Sl.16:10) "Porque
no dejarás mi alma en el Seol".
¿Cómo podía la perfecta justicia de Dios enviar a un mismo lugar a los creyentes
con los impíos? La aclaración a esta interrogante la encontramos de los mismos
labios del Señor Jesucristo, durante su ministerio terrenal.
No es el famoso túnel con una gran luz donde al final ven, de acuerdo a sus
creencias, a María, Jesús, Mahoma, Krishna u otro según sea el objeto de su fe;
inclusive familiares queridos. Y todos entran a ese cielo idílico, porque ninguno,
ni los de vida más impía dicen haberse visto en el infierno.
Los únicos que afirman haber visitado el infierno, son pastores evangélicos, que
por cierto, tampoco pueden ser verdaderos hijos de Dios.
En Lc.16:19-31 encontramos el relato que nos hace con tanta precisión el Señor,
sobre lo que sucede después de la muerte con el alma cuando se separa del
cuerpo.
Sé que algunos consideran este relato como una parábola, pero ni aún así pierde
ni un ápice de la enseñanza y solemnidad de este pasaje, porque precisamente
las parábolas fueron dichas por el Señor para entregarnos enseñanzas
espirituales sacadas de hechos reales.
Por ejemplo, hablamos de la parábola del sembrador, del juez injusto, del rey que
hizo fiesta de bodas, etc. Pero a nadie se le ocurriría hablar de la parábola de
Nicodemo, o de Cornelio, porque obviamente esos son relatos bíblicos y no
parábolas.
Una sección es el lugar de tormento, donde van los incrédulos, y la otra es el lugar
de consolación o paraíso donde llegan los creyentes.
Todos los incrédulos al morir sus almas van directamente al Hades, pero al lugar
de tormento. Y todos los creyentes del Antiguo Testamento iban también al
Hades, pero obviamente al lugar de consolación que llegó Lázaro.
Ahora alguien podría preguntarse ¿por qué los israelitas creyentes del Antiguo
Testamento no iban directamente al cielo? ¿Cúal era el motivo que los creyentes
tenían que ir al Hades, al paraíso o seno de Abraham?
Para ilustrarlo en términos humanos, podríamos decir que los fieles del Antiguo
Testamento al morir, sus almas partían a una "antesala del cielo", al Hades, el
cual también era conocido como el lugar de consolación, paraíso o seno de
Abraham; aguardando la consumación del ÚNICO sacrificio que podía abrirles
las puertas del cielo, que era el del Señor Jesucristo.
Decíamos que en Lc. 16 el Señor nos dice que el Hades tenía dos compartimentos,
uno de tormento para los incrédulos, y otro de consolación o paraíso para los
creyentes.
Obviamente que cuando el Señor murió, su alma fue al Hades, pero al lugar de
consolación o seno de Abraham, que era donde estaban cautivos todos los
creyentes del Antiguo Testamento aguardando el verdadero sacrificio, el único
que podía llevarles al cielo. Y Cristo descendió allí con ese propósito, para
trasladarlos a la presencia misma de Dios.
Ahora ellos, al igual que todos los cristianos que han partido después de la
muerte y resurrección del Señor, están como dice Pablo, en la presencia misma
de Dios, en el cielo, donde está el Señor. Filp.1:21-23 "el morir es ganancia...partir
y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor".
Por este motivo cuando en Ap.20 refiriéndose a los sucesos finales, después del
arrebatamiento de la iglesia, después de la Gran Tribulación y después del
milenio; cuando tiene lugar la segunda resurrección para condenación, se
presentan ante el gran trono blanco; todos ellos son lanzados al lago de fuego
que es la muerte segunda.
A partir del sacrificio del Señor, ahora Hades es sinónimo de infierno. Pero es una
herejía afirmar lo que sostiene el credo católico, que el Señor fue al infierno. El
Santo nunca vio corrupción, él fue al paraíso o seno de Abraham, pero nunca al
infierno.
Considerando estos pasajes, resulta evidente que los santos del Antiguo
testamento al morir, sus almas iban al Hades, en cambio los creyentes de la
iglesia (sean judíos o gentiles) van directamente al cielo.
Desde Abraham hasta Juan el Bautista, dice Dios que trató en forma especial con
ese pueblo terrenal, entregándoles en forma directa y exclusiva leyes y
ordenanzas. Cuando lo hizo por medio de Moisés, tuvo especial cuidado de
señalar que eran para ese pueblo en particular.
Inclusive, al resto de las naciones (los gentiles) se les prohibió hasta acercarse al
Tabernáculo y posteriormente al Templo, por lo tanto, ellos quedaban
automáticamente excluidos de poder presentar sacrificios y cumplir con las
ordenanzas que establecía la ley, demostrando en forma gráfica y objetiva que
esa ley era únicamente para Israel y no para el resto de las naciones.
En Ezequiel 44: verso 6 en adelante dice: "y dirás a los rebeldes, a la casa de
Israel: Así ha dicho Jehová el Señor: Basta ya de todas vuestras abominaciones,
oh casa de Israel; de traer extranjeros, incircuncisos de corazón e incircuncisos
de carne, para estar en mi santuario y para contaminar mi casa...Así ha dicho
Jehová el Señor:
Esta exclusión que hizo el Señor para el resto de las naciones gentiles, de guardar
su ley ni acercarse a su santo templo, los judíos la guardaron celosamente hasta
los días del Señor; tal es así, que leemos que sus propios apóstoles se negaban
hasta hablar con los que no eran judíos aún después de su resurrección.
Pedro dice en casa de Cornelio en Hch.10:28 "vosotros (los gentiles) sabéis cuán
abominable es para un varón judío juntarse o acercarse a un extranjero".
Este trato exclusivo que tuvo el Señor para con los de la nación de Israel, se
aprecia en muchos pasajes, Ex.19:3 "y Moisés subió a Dios, y Jehová lo llamó
desde el monte, diciendo: Así dirás a la casa de Jacob, y anunciarás a los hijos de
Israel". Y a continuación le entregó la ley en el monte Sinaí.
Luego cuando les recuerda a los judíos que el Sábado fue una señal exclusiva
entre Dios y ellos, los israelitas Ex.31:13 y 17 "Habló además Jehová a Moisés
diciendo: En verdad VOSOTROS guardaréis mis días de reposo, porque es señal
entre mí y vosotros por vuestras generaciones...Señal es para siempre entre mí y
los hijos de Israel".
Por lo tanto, dentro de la iglesia no puede existir división entre judíos y gentiles,
aunque se hagan llamar "judíos Mesiánicos"; eso es negar la unidad del Espíritu
y la verdad que la iglesia es un solo cuerpo.
El término "judío Mesiánico" no es bíblico, y peor aún, niega la unidad del cuerpo
de Cristo y la unidad del Espíritu de que nos habla Dios en Ef.4:3-4.
La iglesia primitiva estaba constituida exclusivamente por judíos, pero a ninguno
de ellos se le ocurrió llamarse "judío Mesiánico", ni cuando se integraron los
gentiles a ella.
Juan el Bautista les dice a sus discípulos que él solamente es el "amigo del
esposo". En cambio, la Biblia llama a los cristianos que integran la iglesia: "la
esposa", y el más pequeño de ella es mayor que el más grande de la dispensación
antigua, porque ellos solo llegan a ser "amigos del esposo". Aunque
indudablemente su gozo inmenso y las glorias que les aguardan en la eternidad,
junto al Señor y a la esposa son incalculables.
El Salmo 45 describe algo de esa gloria celestial que tendrán las amigas de la
esposa y ella, la reina, junto al Rey de Reyes. Vr. 2 "eres el más hermoso de los
hijos de los hombres". Vr.6 "Tu trono, oh Dios, es eterno y para siempre". Vr.9
"Hijas de reyes están entre tus ilustres; está la reina a tu diestra con oro de Ofir".
No cabe la menor duda que los santos del Antiguo Testamento, "los amigos de la
esposa y del esposo", estarán presentes en las bodas del Cordero.
Esto se aprecia en el pasaje de Mt. 25 donde se relata la parábola de las diez
vírgenes; las amigas de la esposa también fueron invitadas a las bodas, dice que
el esposo vino personalmente a buscarlas.
En Ap.19:7 y 9 vuelven a ratificar esta verdad, que los salvados del antiguo pacto,
los amigos del esposo, están invitados a esas bodas: "Gocémonos y alegrémonos
y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha
preparado"..."Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del
Cordero".
Los ángeles serán espectadores, pero no los invitados, porque la Biblia aclara que
ese privilegio corresponde solamente a los que han lavado sus vestiduras en la
sangre del Cordero, cosa que no ha sucedido con los ángeles.
Inclusive el mismo Señor Jesucristo así lo enseñó, Jn.5:29 "los que hicieron lo
bueno, saldrán a resurrección de vida; más los que hicieron lo malo, a
resurrección de condenación".
Esto implica la verdad irrefutable que los santos del Antiguo Testamento tendrán
parte en la primera resurrección (1Ts.4:13-17), pero no como la esposa de
Cristo, sino como los amigos del esposo que serán invitados a las bodas, porque
no existe una tercera resurrección donde esa gran cantidad de creyentes, que
abarca un período de varios miles de años pudiera hacerlo.
En conclusión, como muy bien dice Juan el Bautista, ellos son únicamente "los
amigos". Y como el Señor lo afirma en reiteradas ocasiones, la iglesia es "la
esposa". Diferencia que no podemos obviar.
Con justa razón dijo en Lc.7:28 "entre los nacidos de mujeres, no hay mayor
profeta que Juan el Bautista; pero el más pequeño en el reino de Dios es mayor
que él".
Capítulo 10
Cuando el hombre pecó, fue expulsado del huerto del Edén, pero la misericordia
del Señor no dejó eternamente al hombre sin la bendición de Su presencia. La
Justicia y Santidad divina, no permitían una comunión directa con la raza caída,
fue entonces que la Gracia y Misericordia del Todopoderoso ordenó al hombre
por medio de Moisés, la construcción de un tabernáculo, un santuario desde
donde Dios se manifestaría a su pueblo terrenal, Israel.
Dice en Ex.25:8 "y harán un santuario para mí, y habitaré en medio de ellos.
Conforme a todo lo que yo te muestre, el diseño del tabernáculo, y el diseño de
todos sus utensilios, así lo haréis".
Dios entregó cada uno de los detalles; materiales y diseños de ese hermoso
tabernáculo desde donde el Señor se manifestaría a su pueblo Israel. Pero con
toda su complejidad y hermosura, destacaba un hecho muy peculiar; cuando los
sacerdotes levitas entraban a él, seguramente quedaban maravillados con la
belleza y riquezas que les rodeaba, todos los muebles eran de oro, el cortinaje
ricamente bordado con delicados diseños escogidos directamente por Dios; pero
sus pies, descansaban sobre el tosco suelo del desierto.
El piso era de tierra, seguramente para que ellos nunca olvidaran que eso era
algo solamente terrenal, para un pueblo terrenal.
Más tarde, cuando Israel llegó a la tierra prometida, fue un hijo del rey David,
Salomón, a quién se le ordenó la tarea de construir el templo desde donde Dios
se manifestaría a su pueblo Israel; excluyendo siempre toda presencia de
aquellos que no formaran parte de ese pueblo escogido por el Señor.
En Jn. 1:1 dice: "El Verbo era Dios". Vr.14 "y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó
entre nosotros". La palabra que aquí se tradujo "carne", en el griego, idioma
original, significa literalmente "tabernáculo".
Ahora Dios descendía, no a visitar una construcción hecha por manos humanas,
sino que el mismo Dios de la gloria se manifestó en un cuerpo humano para
acercarse al hombre. 1Tm.3:16 "indiscutiblemente, grande es el misterio de la
piedad: Dios fue manifestado en carne".
Por este motivo, las bendiciones de la iglesia son muchísimo más grande que las
que tuvieron los santos del Antiguo Testamento. Más aún, conociendo que
conforme a lo que el Señor Jesucristo prometió, cuando él volviera al cielo, no
solamente iría a preparar lugar para nosotros, sino que anunció además que
vendría el "Consolador", el Espíritu Santo a morar en nosotros.
Esta promesa del Señor tuvo fiel cumplimiento el día de Pentecostés; el Espíritu
Santo descendió y desde entonces mora en cada hijo de Dios, en cada creyente
que le ha recibido como a su Salvador personal y ha nacido de nuevo. Desde ese
instante, el hijo de Dios ha pasado a ser "templo" del Espíritu Santo.
En Ef. 2 describe a la iglesia en su conjunto como un templo para morada de Dios,
edificio del Señor. Dice en el vr.20 "edificados sobre el fundamento de los
apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, en
quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en
el Señor, en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de
Dios en el Espíritu".
Esta solemne verdad es la que enseña también en 1Cor.3:16 "¿No sabéis que sois
templo de Dios, y que el Espíritu Santo de Dios mora en vosotros? Si alguno
destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él, porque el templo de Dios, el
cual sois vosotros, santo es".
Esto está dicho en primera instancia a los cristianos de la iglesia de los corintios,
quienes eran unos creyentes muy carnales, pero es la misma promesa que hace
a todos los que han nacido de nuevo.
Es necesario precisar que la presencia del Espíritu Santo en nosotros, los que
hemos creído, no depende de la manifestación de algún don en particular, como
algunos erróneamente sostienen torciendo las Escrituras.
El Señor ha dicho que no puede habitar juntamente la luz con las tinieblas, lo
santo con lo inmundo, Cristo con Satanás (2Cor. 6:15). Y en esos lugares siempre
abundan las personas que semana tras semana necesitan que les expulsen
demonios; los llaman a viva voz por medio de esos sonidos que no se entienden
¿o Ud. entiende lo que ellos están invocando?
Conozco a uno de estos personajes que repite tanto la palabra "Rama" con sus
diferentes variantes (Ruma, Roma, Rem-ma, Rama-saya, Rama-chiva, Rama-júa,
etc.) que dentro de su propia iglesia se ganó el apodo del "Ramajúa".
Curiosamente entre esta variedad de los sonidos "Rama", incluyen a "Roma" y
también los nombres de diversas divinidades paganas como: Rama-Hua, Rama-
yana, Rama-Navami, etc. Si tiene oportunidad, analice cuidadosamente con la
ayuda de un buen diccionario, esos sonidos que repiten.
Otro elemento importante que no podemos dejar de considerar, es que Dios dice
en 1Cor.12 que NO todos tienen los mismos dones, vr.4 "hay diversidad de
dones". Y aclara que estos dones los reparte el Espíritu Santo como Él quiere, no
como un hombre u organización nos imponga.
Nunca los cristianos de la iglesia primitiva hablaron todos ellos en lenguas, como
tampoco fue un signo de espiritualidad como falsamente pretenden los
carismáticos hoy en día, porque precisamente los corintios, los creyentes más
carnales, fueron los que más abusaron del don de lenguas, y no se trataba de una
jerigonza, era el verdadero don entregado por el Espíritu Santo.
Es importante leer en 1Corintios los capítulos 12, 13 y 14 de corrido para
comprender inteligentemente este tema.
En el cap.12 está afirmando que no todos hablan lenguas, vr. 10 "a otros diversos
géneros de lenguas" porque (vr.4) "hay diversidad de dones". Sin embargo, en el
vr.13 asegura que TODOS habían sido bautizados con el Espíritu Santo. Porque
todos los creyentes somos templo del Espíritu Santo.
Ese balbuceo estático que practican los carismáticos, no es algo nuevo; el Antiguo
Testamento ya lo condenaba Is.8:19 "los encantadores y los adivinos que
balbucean hablando".
Esta declaración sectaria lleva al absurdo de afirmar que solamente ellos (los
"carismáticos") y las tribus africanas que practican el vudú y todos aquellos que
también en Asia experimentan los mismos trances, irán al cielo por hablar
supuestamente esas "lenguas".
Pero más curioso resulta considerar que los Pentecostales enseñan en sus
propios libros, que ese milagro ocurrido el día de Pentecostés, comenzó a
repetirse recién en el año 1906 en EE.UU. y que luego fue exportado a Chile en el
año 1909, particularmente a Valparíso que era uno de los puertos más
importantes de esa época, y desde allí se extendió rápidamente al resto del
continente.
Están diciendo que durante 20 siglos nadie se fue al cielo, porque no hubo
"bautismo del Espíritu Santo con manifestación de lenguas" ¿Puede Ud. creer
algo tan irracional?
Lo que sucedió el año 1906 en EE.UU. fue que los esclavos traídos desde África,
lograron impactar a muchos con esas experiencias de sus religiones que no se
conocían en el nuevo continente, y que para no ser castigados por sus crueles
amos, debido a que les tenían prohibido las religiones africanas, las
"cristianizaron" llamando a ese balbuceo estático: Bautismo del Espíritu Santo.
Pero obviamente que no tiene ninguna relación con la experiencia bíblica del día
de Pentecostés, donde hablaron idiomas entendibles para los judíos que venían
desde países extranjeros y se maravillaron de escucharles hablar las maravillas
de Dios en sus propios idiomas, en las cuales habían nacido.
Hch. 2:5 "Moraban entonces en Jerusalén judíos, varones piadosos, de todas las
naciones bajo el cielo" versos 7 y 8 "Y estaban atónitos y maravillados, diciendo;
Mirad; ¿no son galileos todos estos que hablan? ¿Cómo, pues, les oímos nosotros
hablar cada uno en nuestra lengua en la que hemos nacido?"
"Partos, medos, elamitas, etc.", y continua en el verso 11: "cretenses y árabes, les
oímos hablar en nuestras lenguas las maravillas de Dios".
Hoy en la iglesia, TODOS los que formamos parte de ella, somos templo del
Espíritu Santo.1Cor.3:16 "¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu
de Dios mora en vosotros?".
"En Israel el Espíritu Santo venía sobre algunos y se iba. En la iglesia viene
sobre todos los creyentes y se queda a morar en ellos".
Por lo tanto, no podemos tomar ejemplos del Antiguo Testamento para aplicarlos
al período de la iglesia, porque ahora desde el día de Pentecostés, descendió para
quedarse, para morar en todos nosotros los que constituimos y formamos parte
de la esposa de Cristo.
Esta diferencia se hace evidente al escuchar la promesa del Señor, cuando dice
que él volverá al Padre y enviará el Espíritu Santo, el Consolador, para que
estuviera en nosotros hasta que él regresara a buscar su iglesia. Dice que no nos
dejará solos, sino que el Espíritu Santo nos acompañaría, consolaría y guiaría
hasta que él volviera. Es el verdadero Vicario de Cristo en la tierra.
Si el trato del Espíritu Santo hubiera sido igual para Israel que para con la iglesia,
no tendría razón de hablar ahora del "descenso" del Espíritu Santo. A partir del
día de Pentecostés la Palabra de Dios habla del descenso, simplemente porque
antes no había venido a quedarse.
El pacto que Dios tuvo con los hombres del Antiguo Testamento fue tan diferente,
que inclusive se menciona casos donde el Espíritu descendió para cumplir con
una labor específica sobre un inconverso, y naturalmente una vez finalizada esa
obra, le abandonó.
Todo aquel que ha creído en el Señor Jesucristo como su Salvador personal como
dice la Escritura (habiendo nacido de nuevo), TIENE el Espíritu Santo, de lo
contrario no sería de él, o "¿no sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu
Santo MORA en vosotros?".
Los cristianos verdaderos, desde el mismo momento que creyeron en él,
nacieron de nuevo; recibieron el Espíritu Santo. Esa experiencia gloriosa y
bendita, siendo una sola, debido a su grandeza sublime, Dios la tiene que
describir bajo diferentes términos para que el hombre la pueda comprender y
apreciar con mayor claridad.
Dios compara la posesión del Espíritu, con el sello que los reyes colocaban sobre
los documentos para autenticar su legitimidad. También es el caso de los billetes,
que deben llevar un sello de seguridad para impedir que sean falsificados. O el
caso del granjero, que marca sus animales con un sello para que no se los roben.
En este último pasaje se aprecia claramente que no son los hombres quienes
deben ungir, sino que eso lo hace solamente Dios, y además se aprecia que sellar
y ungir es una misma experiencia. Ahora cuando se refiere a ser ungidos, emplea
este término para destacar privilegios inherentes a la conversión.
Ahora somos hijos del Rey Supremo, y como tal, somos reyes y sacerdotes
(Ap.1:6). Para enfatizar ese aspecto, ahora se refiere al hecho de recibir el
Espíritu Santo como el de ser "ungidos", porque a los reyes y a los sacerdotes en
antaño se les ungía con aceite y el aceite es figura del Espíritu Santo. En este
pasaje de 1Jn.2:27 además nos está asegurando que el Espíritu Santo "permanece
en vosotros" y que nos guiará a toda verdad.
Bautizados CON el Espíritu Santo. Primero hemos de notar que la Biblia nunca
dice: Bautismo DEL Espíritu, sino que siempre se refiere a que el elemento
bautizador es el Espíritu, como lo es el caso del aceite en el "ungimiento". Hch.1:5
Jesús dijo: "seréis bautizados CON el Espíritu Santo dentro de no muchos días".
Porque esos seis a ocho sonidos que repiten, siempre están relacionados con
nombres de demonios que se adoran en el paganismo y que ellos, consciente o
inconscientemente están invocando ¿o a Ud. nunca le ha llamado la atención que
repitan esos sonidos? Aunque el Señor dijo que "no uséis vanas repeticiones".
Y lo que es una prueba indiscutible que esos grupos están invocando a los
demonios, es que todas las semanas tienen la necesidad de expulsar esos
demonios de sus reuniones (también las llaman "liberaciones"), porque ese
espectáculo extravagante provocado por la orgía emocional que desatan, deben
volver a repetirlo una y otra vez, debido a que siempre los están llamando a viva
voz, como los Baales (lea 1Ry.18:26-27 y compárelo con lo que ve en una reunión
Pentecostal o carismática en general).
El Dios de Orden no puede estar en medio de ese desorden, griterío, estado
enajenador, desenfreno irracional e histeria generalizada. Llaman a los
demonios y luego los expulsan, esa es la actividad que repiten semana tras
semana; porque se les transforma en una verdadera adicción.
Cuando estuve en Chile, la prensa local publicó el caso de uno de estos "pastores"
que fue llevado a los tribunales, por la denuncia de algunas mujeres de su
congregación (si mal no recuerdo eran como 20) que se querellaron contra él,
porque después de esos "ungimientos" que les había practicado en sus hogares,
todas ellas estaban embarazadas.
Pero lógicamente, como en este libro estoy tratando temas bíblicos sacados
directamente de las Sagradas Escrituras, cuando me refiero a "don de lenguas",
hago alusión al don milagroso verdadero y maravilloso que otorgó el Espíritu
Santo para que instrumentos de Dios pudieran hablar en otros idiomas, y no a la
mofa que los demonios hacen de ese don cuando sus instrumentos parlotean los
nombres de diversas divinidades, cuyos orígenes tenemos que buscarlos en el
paganismo más grotesco, como todavía se puede apreciar en el vudú
contemporáneo.
El verdadero milagro del "don de lenguas" obviamente que existió. Pablo mismo
sostiene que (1Cor.14:18-19) "hablo en lenguas más que todos vosotros; pero en
la iglesia prefiero hablar cinco palabras con mi entendimiento, para enseñar
también a otros, que diez mil palabras en lengua desconocida".
Pero nunca hizo la insensatez en que habían incurrido los corintios, de hablar a
una congregación (que en el caso de ellos era el griego), en otro idioma diferente,
porque eso era carnalidad que solamente se hacía para exhibir el don de lenguas
que habían recibido.
Porque de igual manera estos personajes, para poder sostener esas doctrinas
extraídas del paganismo, cambian arbitrariamente también el significado de la
palabra "bautismo", que siempre ha significado: "sumergir", "introducir dentro".
Y eso es lo que el Espíritu Santo hace con todos los que han creído en el Señor
Jesucristo y lo han aceptado en sus corazones: "los introduce dentro" del cuerpo
de la iglesia. Los "bautiza" ("los mete dentro" del cuerpo de la iglesia) con el
Espíritu Santo que recibe todo aquel que ha nacido de nuevo.
No existe la menor duda que fue un inconverso, porque así lo define Dios en
2Pd.2:15 "Han dejado el camino recto, y se han extraviado siguiendo el camino
de Balaam hijo de Beor, el cual amó el premio de la maldad". Ap.2:14 "tienes ahí
a los que retienen la doctrina de Balaam, que enseñaba a Balac a poner tropiezo
ante los hijos de Israel, a comer cosas sacrificadas a los ídolos, y a cometer
fornicación".
Con este testimonio que entregan las Sagradas Escrituras, no existe la menor
duda que se trata de un inconverso y que hoy está en el infierno, sin embargo, la
Biblia también nos dice que hubo una ocasión especial en que el Espíritu Santo
descendió sobre él para cumplir con una misión específica, Nm.24:1 "
Cuando vio Balaam que parecía bien a Jehová que él bendijese a Israel, no fue,
como la primera y segunda vez, en busca de agüero, sino que puso su rostro hacia
el desierto; y alzando sus ojos, vio a Israel alojado por sus tribus; y el Espíritu de
Dios vino sobre él".
Otro personaje de muy oscura procedencia del Antiguo Testamento fue Jefté. Su
descripción y hechos los encontramos en el libro de los Jueces 11:1 "Jefté
galaadita era esforzado y valeroso, era hijo de una mujer ramera". Luego dice el
relato bíblico que sus medios hermanos le expulsaron de la casa, y vr.3 "Huyó,
pues, Jefté de sus hermanos, y habitó en tierra de Tob; y se juntaron con él
hombres ociosos, los cuales salían con él".
Sin embargo, este mismo capítulo nos describe que Jefté fue llamado por los
ancianos de Israel, para que los librara de los Amonitas que habían declarado la
guerra a Israel. Dice el v.9 "Jefté entonces dijo a los ancianos de Galaad: Si me
hacéis volver para que pelee contra los hijos de Amón ¿seré yo vuestro caudillo?".
Después de haber recibido confirmación a sus ambiciones, dice en el v.29 "Y el
Espíritu de Jehová vino sobre Jefté".
1Cor.3:16 "¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en
vosotros?".
Stgo.4:5 "El Espíritu que él ha hecho morar en vosotros nos anhela celosamente".
1Jn.2:27 "la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros".
Aunque para los que pertenecemos a la iglesia nos resulta muy evidente esta
verdad, debido a que los cristianos por ejemplo no circuncidamos a nuestros
hijos, no celebramos las fiestas solemnes de la ley (Lv.23.), no tenemos
prohibiciones de comer ciertos alimentos, de guardar el día Sábado: de hacer
fuego, de trabajar ni de aprovecharnos del trabajo de otros durante el día Sábado
(transporte público, servicios donde están trabajando servidores públicos:
Electricidad, agua, gas, teléfono, etc.).
No obstante que nadie en nuestros días guarda la ley ni el Sábado como Dios
mandó a Israel (ni los judíos ni los Sabatistas), creo que debido a su importancia,
necesitamos repasar esta verdad fundamental de la fe cristiana.
No basta con saberlo, necesitamos poder demostrarlo con las Sagradas
Escrituras, porque solo ellas podrán convencer a los judaizantes modernos.
Desde sus orígenes el Señor dejó muy claro que la ley era exclusivamente para el
pueblo de Israel, tal es así, que si un extranjero se acercaba al tabernáculo debía
morir. Nadie que no perteneciera al pueblo de Israel podía cumplir con la ley,
porque les estaba prohibido el acceso a ese lugar santo para ejecutar las
ordenanzas de los sacrificios y presentación al templo que exigía la ley.
Nm.3:38 "Los que acamparán delante del tabernáculo al oriente, delante del
tabernáculo de reunión al este, serán Moisés y Aarón y sus hijos, teniendo la
guarda del santuario en el lugar de los hijos de Israel, y el extraño que se acercare,
morirá".
Aquí deja muy en claro que cuando se dirige a "los hijos de Israel" lo está
haciendo exclusivamente a los del pueblo terrenal escogido por Dios: Israel, no a
los extranjeros, o al resto de las naciones (los gentiles).
Ez.44: 6 "y dirás a los rebeldes, a la casa de Israel: Así ha dicho Jehová el Señor:
Basta ya de todas vuestras abominaciones, oh casa de Israel, de traer extranjeros,
incircuncisos de corazón e incircuncisos de carne, para estar en mi santuario y
para contaminar mi casa".
Por este motivo hasta los días de los apóstoles, ellos ni tan siquiera hablaban con
los gentiles (Pedro en casa de Cornelio): Hch.10:28 "Vosotros sabéis cuán
abominable es para un varón judío juntarse o acercarse a un extranjero".
No solamente los extranjeros (los gentiles) eran rechazados del Templo, sino que
los judíos no los recibían en sus propias casas.
Cuando vamos a los orígenes de la ley, encontramos que Dios entregó esas
ordenanzas exclusivamente para los de la nación de Israel. Ex.19:3 "Y Moisés
subió a Dios, y Jehová lo llamó desde el monte, diciendo: Así dirás a la casa de
Jacob, y anunciarás a los hijos de Israel".
Entonces ¿por qué escuchamos con tanta frecuencia a los judaizantes modernos
decir que la iglesia es el Israel espiritual? Y ¿dónde incluyen a la verdadera
nación de Israel que existe desde al año 1948 en el Medio Oriente?
Esta es la mejor forma que han encontrado los comerciantes de la fe, para
justificar sus prácticas inescrupulosas que no tienen ningún asidero bíblico, tales
como cobrar el diezmo y la "fiesta de las primicias" en la iglesia (Ud. puede leer
más sobre este tema en el capítulo 3 de este libro), con el mismo propósito se
hacen llamar los "Levitas espirituales". Aunque bien sabemos por la Palabra de
Dios, que los verdaderos levitas debían obedecer con demandas específicas que
ellos están muy lejos de cumplir.
La ley fue dada por Dios para la nación de Israel, como ya lo hemos leído en su
Palabra. Ella contenía solamente las figuras y sombras de la realidad misma de
las cosas espirituales que Dios realmente quería enseñarnos.
Heb.8:5 "es figura y sombra de las cosas celestiales, como se le advirtió a Moisés
cuando iba a erigir el tabernáculo".
Heb.10:1 "La ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen
misma de las cosas, nunca puede por los mismos sacrificios que se ofrecen
continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan".
La ley fue nuestro instructor que nos guió a Cristo. Los antiguos empleaban un
esclavo culto, para que cumpliera las funciones de maestro de los niños de las
familias ricas, a éste llamaban "ayo" (lea 2Ry.10:1 y 6). En Gál.3:23-24 dice: "La
ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados
por la fe. Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo". En Lc.16:16 el Señor
confirmó esta verdad: "La ley y los profetas eran HASTA Juan".
La ley contenía las figuras y sombras de la realidad misma de las cosas, pero
cuando llegó Cristo, ese simbolismo expresado en todo el ritual de la ley, cesó.
Col.2:14 "Anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era
contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz".
También la Palabra de Dios dice en Gál.4:9 "mas ahora, conociendo a Dios, o más
bien, siendo conocidos por Dios, ¿cómo es que os volvéis de nuevo a los débiles
y pobres rudimentos, a los cuales os queréis volver a esclavizar?".
Gál.4:18 "si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley". Los que aún se
consideran bajo la ley, es porque no están siendo guiados por el Espíritu.
En Rm.3:20 también nos dice del propósito de la ley: "por medio de la ley es el
conocimiento del pecado". La ley fue el espejo divino donde Dios nos mostró
nuestro pecado, pero no nos limpió, solo la sangre de Jesucristo nos limpia de
todo pecado.
Esta es la razón por la cual Dios dice que la ley fue nuestro instructor (ayo) para
guiar al hombre a Cristo. Nos mostró el pecado y nuestra incapacidad para
salvarnos por nuestros propios medios, y luego nos llevó a Cristo, el verdadero
Cordero de Dios.
Gál.3:13 y 10 "Cristo nos redimió de la maldición de la ley. Porque todos los que
dependen de las obras de la ley, están bajo maldición".
En conclusión, la ley fue dada para Israel, el pueblo terrenal Rm.3:19 "Todo lo
que la ley dice, lo dice a los que están bajo la ley". Rm.6:14 "Mas vosotros (los que
no son judíos), no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia".
Capítulo 13
La Palabra del Señor dice en 1Pd.4:11 "Si alguno habla, hable conforme a las
palabras de Dios".
El mundo, y muchos cristianos, se refieren al cristianismo como una religión,
pero eso no es conforme al lenguaje bíblico, por lo tanto, como Dios nos
exhorta, debemos hablar conforme a Su Palabra y no según sea la costumbre de
la sociedad.
El judaísmo era una religión, porque debían cumplir con una serie de
ordenanzas, ritos y prohibiciones que estaban debidamente especificadas en la
ley.
Se podía cumplir con todas las ceremonias y de esta forma ser muy religioso,
pero al mismo tiempo sus corazones estar muy lejos del significado de esas
prácticas; como lo condenó el Señor a los judíos de su época, Mt.15:8 "Este
pueblo de labios me honra, mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano me
honran, enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres".
Es verdad que esto mismo se podría decir de muchos "cristianos" que llenan las
iglesias en nuestros días, pero estoy empleando estos vocablos según el
verdadero significado que le dan las Sagradas Escrituras. Así que no me estoy
refiriendo a los pseudo evangélicos que son la gran mayoría en el día de hoy, sino
a los que efectivamente han nacido de nuevo.
El Señor ha sido muy claro para señalar que la salvación del alma es algo
personal, ni aún los padres pueden salvar a sus hijos, porque esto depende de un
encuentro personal, individual con Cristo, como dice en Ez.18:20 "El alma que
pecare, esa morirá, el hijo no llevará el pecado del padre, ni el padre el pecado
del hijo".
Un ejemplo bíblico que nos ayuda a entender mejor esta diferencia entre
RELIGION judía y REGENERACIÓN cristiana, lo encontramos en la experiencia
del gran apóstol Pablo, Filp.3:4
"Si alguno piensa que tiene de qué confiar en la carne, yo más: circuncidado al
octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos, en
cuanto a la ley, fariseo, en cuanto a celo, perseguidor de la iglesia, en cuanto a la
justicia que es en la ley, irreprensible.
Pero cuantas cosas eran para mi ganancia, las he estimado como pérdida por la
excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he
perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, y ser hallado en él, no
teniendo mi propia justicia que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la
justicia que es de Dios por la fe".
Pablo nos enumera una larga lista de prácticas, ritos y tradiciones que
reverenciaba en el judaísmo; pero todo ese ejercicio religioso que tenía como
propósito obtener su propia justicia; ahora en el cristianismo, no solamente lo
ha desechado, sino que lo tiene por basura. Porque en Cristo ha alcanzado
aquello que le fue imposible en su religión: La justicia que es de Dios, por la fe.
El apóstol nos describe claramente esta diferencia, el judaísmo era una religión,
en cambio el cristianismo es una regeneración, un nuevo nacimiento, una
experiencia personal e íntima con el Señor; donde Cristo viene a morar en
nuestros corazones y TODAS las cosas viejas (nuestra antigua manera de vivir)
pasaron, y TODAS son hechas nuevas (2Cor.5:17).
"La salvación para Israel era por perseverar y guardar la ley. En la iglesia
es por medio de la fe, no por obras"
Hoy somos salvos por medio de la fe, no por obras (Ef.2:8-9). También en
Rm.11:6 dice: "y si por gracia, ya no es por obras, de otra manera la gracia ya no
es gracia. Y si por obras, ya no es gracia, de otra manera la obra ya no es obra".
En Tito 3:5 encontramos la misma afirmación: "nos salvó, no por obras de justicia
que nosotros hubiéramos hecho, sino por SU misericordia".
A diferencia de esto, a los israelitas siempre les entregó todas las promesas
sujetas a la condición de sus obras y perseverancia. Todas ellas comienzan con
un si condicional: "Si hicieres esto, yo te daré aquello" "Si no te apartares de mi
pacto, yo te daré esto otro".
En Rm.11:25 dice: "no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, que ha
acontecido a Israel endurecimiento en parte, HASTA que haya entrado la
plenitud de los gentiles (es decir, hasta que la iglesia esté completa) y LUEGO
todo Israel será salvo, y éste es mi pacto con ellos".
Los judíos que se salven en ese tiempo, serán salvos por perseverar; perseverar
en resistir la adoración de la imagen de la bestia (Ap.13:15) y perseverar en no
aceptar la marca de la bestia (Ap.13:16). Pero la iglesia no tendrá nada que
perseverar en ese tiempo, porque ya estará en los cielos con el Señor.
Si Ud. cree que la iglesia no pasará por la Gran Tribulación, entonces tiene que
aceptar que este pasaje de Mt.24:13 ("el que persevere hasta el fin, ese será
salvo") no está dicho para la iglesia, sino para la nación de Israel. Porque
claramente se aprecia en todo el capítulo 24 de Mateo, que el Señor se está
refiriendo a ese período de la Gran Tribulación.
Lea todo el capítulo 24 y fíjese en los vrs. 8 "todo esto será principio de dolores"
vr.9 "os entregarán a tribulación" vr.21 "habrá entonces GRAN TRIBULACIÓN,
cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá" vr.29
"después de la tribulación de aquellos días".
El "lugar santo" es el templo judío, que Daniel dice será profanado por el
anticristo. Los "escogidos" que menciona en el vr.24 obviamente son los
escogidos de la nación de Israel.
Por tanto, la única interpretación lógica a la luz de todo el capítulo 24, es que a
los judíos que pasen por la Gran Tribulación, el Señor les está diciendo: "el que
persevere hasta el fin, ese será salvo" no es para la iglesia, porque antes que
comiencen los juicios de la Gran Tribulación, el Señor sacará Su esposa y la
llevará a las moradas celestiales.
Dt.28:1 "si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y poner
por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy".
Dt.28:2 "vendrán sobre ti todas estas bendiciones..."
vr.3-5 "tierras...frutos...vacas...ovejas...etc."
Dt.28:13 "Te pondrá Jehová por cabeza, y no por cola..."
Esta fue la salvación condicional y con promesas muy terrenales que Dios le
entregó a Israel. En cambio, a la iglesia le dice que somos salvos por fe, no por
obras, y que si nosotros fuéramos infieles, él permanecerá fiel. Inclusive en el
Nuevo Testamento no se nos prometen bendiciones terrenales, sino en el cielo,
por ejemplo:
Los cristianos que hemos nacido de nuevo, estamos en la mano del Señor, y jamás
podremos perdernos, porque Él es quien nos sostiene.
Dios no nos conoce por medio de nuestras obras, sino por nuestro corazón. El
Señor no tuvo que esperar ver ninguna obra en el ladrón que se arrepintió en la
cruz, para saber que efectivamente se había arrepentido; como en ninguno de los
muchos que les dijo: "tu fe te ha salvado; vé en paz".
Nosotros, que no podemos ver lo que hay efectivamente dentro del corazón
humano; conocemos a los creyentes por medio de sus obras.
El Señor nos dijo: "por sus frutos los conoceréis". Este es también el tema que
desarrolla Santiago en su epístola cuando dice (Stgo.2:8) "Muéstrame tu fe sin
tus obras".
Los que pertenecemos a la iglesia, somos hijos de Dios, no hijos de Israel, 1Jn.3:2
"Amados, ahora somos hijos de Dios".
Guardar el día Sábado, implicaba mucho más que tenerlo como un día de reunión.
Es verdad que era el día en que principalmente los judíos iban al tabernáculo y
posteriormente al templo, para cumplir con los ritos y ceremonias que les
mandaba la ley.
A los gentiles no les estaba permitido ni aún acercarse a ese lugar, por lo tanto
claramente queda establecido que eso no era para nosotros los que no somos
judíos.
Pero leímos en nuestro pasaje, que el Sábado fue dado como señal entre Dios y
su pueblo terrenal, Israel, en los días de Moisés. Eso fue lo que Dios le ordenó a
Moisés como parte de la ley que le entregó a ellos y no desde la creación, como
pretenden los judaizantes contemporáneos.
Lo que en Génesis capítulo dos se establece, es que Dios descansó uno de los siete
días de la creación. Pero la ordenanza al hombre (específicamente a Israel),
comenzó con la ley que el Señor le entregó a Moisés.
Para el judío que debía trabajar y perseverar primeramente con todas las
ordenanzas de la ley, para luego gozar de la bendición del Señor, el orden de la
distribución de los días de la semana era absolutamente lógico.
Todas las promesas que le entregó a esa nación comenzaban con un "si"
condicional. "Si hicieras esto y aquello, yo te daré esto y lo otro". Bendiciones
todas de carácter terrenal, como corresponde a un pueblo terrenal; usted lo
puede comprobar con la simple lectura de la Biblia (por ejemplo: Dt.28).
Esta es la razón por la que todos los hombres fieles del Antiguo Testamento, los
patriarcas, fueron muy ricos; en recompensa a su fidelidad. Pero al pueblo
espiritual, la iglesia, a los que tenemos nuestra ciudadanía celestial, Dios le ha
prometido tesoros en el cielo, y en la tierra una cruz y el rechazo del mundo.
Él, pudiendo haber escogido donde nacer, lo hizo en un pesebre, vivió en la casa
de un carpintero, durante su ministerio público no tuvo donde recostar su cabeza
(no en hoteles cinco estrellas ni en casas del barrio alto); en su muerte, lo
pusieron en una tumba prestada.
Sus discípulos fieles siguieron el ejemplo marcado por el Señor (muy lejos de lo
que hoy vemos en muchos pastores; el papa y toda su cúpula). Pablo, dice en
1Cor.4:11 "hasta esta hora padecemos hambre, tenemos sed, estamos desnudos,
somos abofeteados, y no tenemos morada fija, nos fatigamos trabajando con
nuestras propias manos".
Si los comerciantes de la fe de hoy escucharan un testimonio igual dirían: "este
hermano debe estar en pecado, porque Dios no nos llamó a pobreza, no a ser cola
sino cabeza, porque somos hijos de un Rey".
La iglesia, el pueblo espiritual de Dios, que no está bajo la ley sino bajo la gracia,
somos salvos por medio de la fe. No necesitamos trabajar para ganar la salvación,
porque ahora es un regalo, no un premio al esfuerzo personal.
Primero somos salvos, luego damos los frutos. Nuestras obras no son para
asegurarnos nuestra salvación, sino como una consecuencia de ella.
Ahora el Domingo (el primer día de la semana) es el día del Señor, inclusive el
mismo Señor, después de su resurrección comenzó a reunirse con sus discípulos
los días Domingo y no el Sábado (Jn.20:19 y 26).
Sabemos por la Biblia que la ley fue HASTA Juan, como dijo el Señor en Lc.16:16.
Con el Señor resucitado, comenzó una nueva dispensación, la gracia.
Cristo bendijo el primer día de la semana al resucitar de entre los muertos un día
Domingo, así lo entendieron los primeros cristianos que comenzaron a reunirse
el día Domingo y no el Sábado (Hch.20:7).
Los judaizantes de nuestros días dicen: "los discípulos estaban reunidos el día
Domingo por miedo a los judíos". Entonces uno legítimamente se pregunta ¿el
Sábado no tuvieron miedo que no se reunieron ese día? Pero bien sabemos por
el relato bíblico, que el miedo se apoderó de los discípulos desde el mismo día
del arresto de Jesús, pero aguardaron hasta el Domingo para reunirse.
Luego en Lv.23 donde encontramos las siete fiestas solemnes, que eran figuras
que tipificaban los diferentes aspectos de la obra de Cristo, dice por ejemplo en
relación con la fiesta de las primicias, la cual era figura de la resurrección de
Cristo (1Cor.15:23) en Lv.23:11
"El sacerdote mecerá la gavilla delante de Jehová, para que seáis aceptos, el día
siguiente del día de reposo (es decir el Domingo). Y el día que ofrezcáis la gavilla,
ofreceréis un cordero de un año, sin defecto, en holocausto a Jehová".
Dice en Lv.23:15 "y contaréis desde el día que sigue al día de reposo (nuevamente
el día Domingo), desde el día en que ofrecisteis la gavilla de la ofrenda mecida: 7
semanas cumplidas serán, hasta el día siguiente del séptimo día de reposo (es
decir el Domingo) contaréis 50 días, entonces ofreceréis el nuevo grano a
Jehová".
Si el Señor glorificó en forma tan especial el Domingo, reuniéndose en ese día con
sus discípulos después de su resurrección, y si el Espíritu Santo también lo
dignificó de forma tan especial descendiendo ese día de Pentecostés.
Aquí una vez más, los judaizantes de hoy, se ven forzados nuevamente a torcer
las Escrituras. Ellos dicen: "los discípulos estaban reunidos en forma especial ese
día, para escuchar a Pablo que había de salir al día siguiente". Entonces, si había
de partir al día siguiente del Domingo ¿por qué no se reunió con ellos el Sábado?
Pablo, con la autoridad apostólica ordenó en todas las iglesias a los creyentes,
entregar su ofrenda (no el diezmo) el día Domingo ¿por qué el día Domingo?
Porque ese era el día en que se reunían todas las iglesias.
Resulta obvio entonces que los cristianos del Nuevo Testamento se reunían el
día Domingo y no el Sábado.
Este cambio fue establecido por Dios, y no por un papa como aseguran los
judaizantes.
El Señor que tiene autoridad por sobre los gobernantes de este mundo, utilizó al
emperador romano Constantino, para que siglos más tarde fuera oficializado el
día Domingo, como día feriado.
Por tanto, resulta contundente a la luz de las Escrituras que el Sábado fue
entregado como señal entre Dios e Israel. Y el día Domingo es el día del Señor
para la iglesia.
Capítulo 16
Sus instrucciones están en Ex.12, dice en el verso 2: "Este mes os será principio
de los meses, para vosotros será éste el primero en los meses del año".
No hay otra en toda la Biblia que sea mencionada con tanta frecuencia. Llegó a
ser el centro de la vida nacional, y no podría ser de otro modo, dado a que
recordaba la salida de Egipto y el fin de los 430 años de esclavitud.
En Lv. 23, donde se mencionan las siete fiestas solemnes para Israel, comienza
en el verso 1: "Habló Jehová a Moisés, diciendo: Habla a los hijos de Israel y diles".
Luego en el verso 4 continúa: "Estas son las fiestas solemnes de Jehová, las
convocaciones santas, a las cuales convocaréis en sus tiempos, en el mes primero,
a los catorce del mes, entre las dos tardes, pascua es de Jehová".
Dios indicó el día y la hora para celebrar esta festividad, según la forma en que
ellos median el tiempo. Israel dividía el tiempo en doce partes desde la salida del
sol hasta la puesta, correspondiéndole la hora sexta, al medio día, y la duodécima
la última antes de ponerse el sol.
La expresión "entre las dos tardes", corresponde aproximadamente entre las tres
de la tarde y la puesta del sol. Esto concuerda con la tradición judía y con el
historiador Josefo, contemporáneo al Señor Jesucristo.
Dios ordenó que el cordero pascual debía ser sacrificado en ese día y a la hora
señalada. Este sacrificio representaba a Cristo.
En Heb. 10:1 leemos: "la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la
imagen misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que se
ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan".
Por este motivo, venido Cristo, dice en 1Cor.5:7 "nuestra pascua que es Cristo, ya
fue sacrificada por nosotros". Por lo tanto, si ya fue sacrificado el verdadero
Cordero de Dios, hoy en día esa festividad fue anulada, porque la realidad que
anunciaba ya llegó. Las sombras pasaron para dar lugar a lo que representaba.
Ahora para la iglesia, el Señor también dejó una fiesta especial para que le
recodásemos en su muerte y en su resurrección. La fiesta de la pascua fue
anulada, pero el Señor nos dejó una nueva ordenanza, la Cena del Señor. La
pascua miraba hacia adelante el sacrifico de Cristo, la Cena hacia atrás en un acto
recordatorio.
Fue precisamente en el aposento alto, cuando estaba celebrando por última vez
la fiesta de la pascua, que instituyó esta ordenanza para la iglesia, marcando el
comienzo del nuevo pacto que hacía con ellos.
La Cena del Señor (o partimiento del pan) también pasó a ser el eje central en la
vida del cristiano y la actividad principal de la iglesia, porque él estableció un
principio básico en la relación del creyente con Dios: "Dios busca adoradores que
le adoren en espíritu y en verdad".
Dios fue muy celoso para exigir fiel cumplimiento en cada uno de los detalles de
los símbolos del pasado. Recordamos el caso de los sacerdotes Nadab y Abiú que
hicieron todo según Dios les había ordenado, excepto que sacaron fuego para el
incensario del lugar que no correspondía. Y por esa sola desobediencia, cayó
fuego del cielo y los mató.
Todos los sacrificios que los israelitas efectuaban, debían hacerlo exactamente
como Dios lo había mandado, de lo contrario no eran aceptos por el Señor. Nadie
podía presentar un animal enfermo o con una pata quebrada.
Nada quedaba al criterio del hombre. Resulta hasta ridículo pensar tan siquiera,
que alguien hubiera decidido presentar trocitos de cordero en vez de un cordero
completo.
Sin embargo, hoy, con cuanta ligereza se altera lo que Dios ha mandado respecto
a la Cena del Señor, y aun así piensan que están agrando a Dios. Estos me
recuerdan a los que el Señor castigó duramente por su pecado; habían hecho un
becerro de oro para adorarlo, y sin embargo seguían diciendo que era "una
fiesta para Jehová" (Ex.32:5).
El Señor dijo "Cena", pero algunos prefieren que sea "Desayuno", porque de esta
manera les queda el resto día libre para ellos. Aunque claramente se aprecia en
Lv.23:5 que la pascua debía celebrarse entre las dos tardes. Y bien sabemos que
fue al finalizar esa fiesta que el Señor estableció la ordenanza de la Cena.
Inclusive la lectura correlativa de los evangelios, nos aclaran que sacó a Judas
antes de participar del pan y la copa, y en Jn.13:30 dice: "luego salió; y era ya de
noche".
También sabemos que la Biblia señala que la Cena del Señor debe realizarse
todos los días Domingo. Los cristianos comenzaron a reunirse todos los días
Domingo, como lo vimos en el capítulo anterior.
Para explicar su acomodación a la práctica de hacer la Cena una vez al año o una
vez cada tres meses, o cuando les venga en gana, se revisten de una espiritualidad
asombrosa. Dicen con el mayor grado de santidad posible: "si la hiciéramos todos
los Domingos, se volvería rutinaria".
Pero lo que resulta curioso es que no se les vuelve rutinario recoger las ofrendas,
no solamente todos los Domingos, sino que además todos los días de la semana,
y algunos lo hacen hasta dos o tres veces por reunión.
Con razón hacen tantas reuniones durante la semana, porque además de las
ofrendas, están las "ofrendas de amor", los números de la rifa y las demás cosas
que les presionan a comprar en ese lugar que debería ser la casa de Dios, pero
que la han trasformado en cueva de ladrones.
La Palabra de Dios establece que debe ser UN pan y UNA copa, pero eso a los
hombres no les ha gustado y lo han cambiado por pedacitos de pan y por varias
copitas pequeñas.
Podrán decir todos los argumentos humanos que quieran; algunos muy
convincentes, como que eso lo hacen por motivos de higiene, o porque sería
imposible de acuerdo al tamaño de sus iglesias. Pero la verdad incuestionable es
que eso no corresponde a lo que el Señor ha ordenado.
¿Creen que el Señor no pensó en eso? ¿O que fue un error del Señor por lo cual
hay que cambiarlo? ¿No han pensado estos hombres tan sabios (que se creen más
sabios que el Señor) que al ordenar UNA copa, estaba regulando también el
tamaño de la iglesia local?
Los cristianos estuvieron durante tres siglos reuniéndose en casas, y en las casas
partían el pan. Si se hubiera seguido el modelo bíblico, no tendríamos que
lamentarnos como lo hacemos hoy, de los líderes que se han enriquecido y se han
transformado en verdaderos faraones con poderes absolutos, llenos de riquezas
como se le criticaba al Vaticano.
Claramente Dios manda que sea UNA sola copa, y UN solo pan. Cambiar esto, es
anular todo el significado de la Cena del Señor y estar ofreciendo "fuego extraño"
que Dios no ha mandado.
Una copa representa un solo sacrificio, el cual se realizó una vez para siempre
(Heb.10:12). Es el símbolo de esa sangre bendita que se derramó una sola vez.
El Señor dijo que toda potestad le es dada en el cielo y en la tierra, pero algunos
hombres se creen con mayor autoridad y sabiduría que él para cambiar lo
ordenado por el Rey de reyes.
Así como Dios exigía fiel cumplimiento para la celebración de la pascua en todos
sus detalles, lo mismo demanda para la Cena del Señor. Son dos festividades
diferentes, una para Israel, la otra para la iglesia, pero ambas las ha instituido el
mismo Dios, quien demanda la misma obediencia y fidelidad.
Capítulo 17
O ¿Por qué no celebramos las siete fiestas solemnes? (La Pascua, la fiesta de los
panes sin levadura, las primicias, la ofrenda mecida, la de las trompetas, el día de
la expiación, la fiesta de los tabernáculos) Nuestra respuesta seguirá siendo una
sola.
En nuestros días existen algunas sectas religiosas que han enarbolado ciertas
prohibiciones, como por ejemplo: no comer carne, no beber té o café, etc. Entre
las más conocidas podemos citar a los Adventistas del Séptimo día, más
conocidos como Sabatistas. Su fundadora Helen White, insistió entre sus
seguidores que no podían comer carne; desde allí esa secta desarrolló con gran
esmero la cocina vegetariana.
Los católicos con su prohibición de comer carnes rojas en los que han
denominado "Viernes Santo".
Los mormones con su prohibición de beber té o café, pero que curiosamente no
se molestan en absoluto si sus "ancianos" ("elders" en inglés), los muchachitos
de 20 años, o los miembros de esa secta, beban whisky u otros licores.
Pero vayamos a lo que la Biblia dice, que es lo que realmente importa. Dios no ha
prohibido comer carne, ni Cristo fue vegetariano. Lo único concreto que
encontramos en la Biblia, es una advertencia que nos hace Dios para que
podamos identificar a estas sectas religiosas.
En Gn.18 se menciona cuando Dios visitó a Abraham junto a dos ángeles, vrs. 1 y
2 "le apareció Jehová en el encinar de Mamre, estando él sentado a la puerta de
su tienda en el calor del día, y alzó sus ojos y miró, y he aquí tres varones que
estaban junto a él".
Uno de ellos ha de entenderse que fue una de las visitaciones del Hijo Eterno de
Dios antes de tomar un cuerpo humano, conocidas como teofanías, porque
dialogó con Abraham como lo vemos en el verso 13 "entonces Jehová dijo a
Abraham".
Dios NUNCA prohibió en la ley comer carne, es más, autoriza hacerlo. Dt.14:3-6
"Podréis comer: el buey, la oveja, la cabra, el ciervo, la gacela, el corzo, la cabra
montés, el íbice, el antílope y el carnero montes, etc."
Dt.12:15 "Podrás matar y COMER CARNE en todas tus poblaciones conforme a
tu deseo, según la bendición que Jehová tu Dios te haya dado".
Es verdad que Dios prohibió a Israel comer algunos tipos de carne. Dt.14:7 "Pero
estos no comeréis, camello, liebre y conejo, ni cerdo, os serán inmundos, de la
carne de éstos no comeréis ni tocaréis sus cuerpos muertos. De todo lo que está
en el agua, de éstos podréis comer: todo lo que tiene aleta y escama. Mas todo lo
que no tiene aleta y escamas, no comeréis, inmundo será. Toda ave limpia
podréis comer. Y estas son de las que no podréis comer: el águila, etc."
Dios fue muy específico para individualizar que animales podían comer y cuáles
no, porque él deseaba que su pueblo fuera liberado de las muchas enfermedades
que abundaban en los diferentes pueblos de la tierra en aquel tiempo, debido
principalmente a las condiciones higiénicas que eran casi nulas; agravadas por
la falta de agua y servicios básicos de salubridad.
Israel nunca tuvo la prohibición de comer carne, pero efectivamente como vimos
en Dt.14:7 Dios les prohibió comer ciertos animales que se detallan allí. A
diferencia de esto, para la iglesia dice Dios en 1Cor.10:25-27
"DE TODO lo que se vende en la carnicería, comed, sin preguntar nada por
motivos de conciencia, porque del Señor es la tierra y su plenitud. Si algún
incrédulo os invita, y queréis ir, de todo lo que se os ponga delante comed, sin
preguntar nada por motivos de conciencia".
Para la iglesia no existen largas listas de animales que no se puedan comer,
claramente dice: "de todo lo que se os ponga delante comed".
Creo que es importante aclarar otra tremenda aberración de una secta, que
siempre hace mucha bulla distorsionando estos versículos, llevando al extremo
de sacrificar la vida de sus propios hijos al impedir una transfusión de sangre
que le pudo sanar.
Donde Dios prohíbe "comer" sangre, ellos tuercen la Biblia y alteran el verbo
"comer" por "transfundir". Para aclarar esta adulteración, basta con coger un
diccionario y comprobar el verdadero significado de estos dos vocablos y la
diferencia que existe entre uno y otro.
Como vemos, es un absurdo decir que Dios prohíbe la transfusión de sangre, más
aún considerando que el propósito con el que se realiza es salvar la vida de una
persona. No hay nada más dignificante, que dar su propia sangre para salvar la
vida de otro ser humano. O ¿no fue eso lo que hizo el Señor?
¿Podría alguien, con un mínimo de sensatez, decir que Dios prohibió que demos
sangre para salvar la vida de otro ser humano? Los que sostienen tal falsedad,
podrían muy bien ser considerados entre los que profetizó el Señor, 2Tm.4:3-4
Movimientos bien organizados, que sutilmente influyen sobre los jóvenes para
que prefieran alternativas al matrimonio. La propaganda sincronizada de
movimientos como el de "Liberación femenina" y otros que se han unido en esta
cruzada de la nueva moralidad, que en realidad no es otra cosa que una
inmoralidad; están produciendo un caos en las familias en todas las esferas
sociales.
A todo esto, también hemos de añadir el gran instrumento que Satanás dispone
para influenciar sobre la humanidad: "Hollywood" con su gran mercado de
filmes, y la pantalla chica, la caja idiota (TV), donde se presentan cada día con
más frecuencia, "familias" compuestas por dos padres, o dos madres, o
simplemente grupos de jóvenes que conviven en una abierta promiscuidad,
donde nunca faltan los ingredientes de homosexualidad y lesbianismo.
"casadas, estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; porque el marido
es la cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su
cuerpo...maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se
entregó por ella...los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos
cuerpos" y concluye: "grande es este misterio, mas yo digo esto respecto de
Cristo y de la iglesia".
Desde las primeras páginas de la Biblia, Dios realza el matrimonio con inusitado
brillo, porque esta institución de origen divino también es figura, representa la
unión indisoluble entre Cristo y la iglesia.
A través de la Biblia la iglesia es tipificada por Dios bajo diferentes figuras, pero
como la esposa, es la más tierna y que expresa más profundamente el amor del
Señor por su iglesia, como lo expresa en el pasaje de Ef.5:31 "y los dos serán una
sola carne".
En cada acto con el cual Dios nos bendice, también nos entrega una lección
espiritual, como dice en Rm.1:20 "las cosas invisibles de él, su eterno poder y
deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo
entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa".
Aceptar el divorcio ENTRE los creyentes, es creer que Cristo se puede divorciar
de su esposa, la iglesia. Obviamente que aquellos que no son creyentes, no se
interesan por conocer la voluntad de Dios y su necesidad primordial es su
salvación, conocer a Cristo como su único y suficiente Salvador personal, porque
de otro modo, siga casado o divorciado, igualmente irá al infierno.
En Mt.19 encontramos a los fariseos consultar al Señor sobre este tópico. Ellos
están enfocando el tema desde su perspectiva, como representantes y guías
espirituales de la nación de Israel, como observantes de la ley de Moisés.
Le dijeron: ¿Por qué, pues, mandó Moisés dar carta de divorcio, y repudiarla? Él
les dijo: Por la dureza de vuestro corazón Moisés os permitió repudiar a
vuestras mujeres, mas al principio no fue así.
Y os digo que cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de fornicación,
y se casa con otra, adultera, y el que se casa con la repudiada, adultera. Le dijeron
sus discípulos: Si así es la condición del hombre con su mujer, no conviene
casarse. Entonces él les dijo: No todos son capaces de recibir esto, sino aquellos
a quienes es dado".
A los antiguos, al pueblo terrenal, a Israel bajo la ley le "permitió" dar carta de
divorcio, y solamente por causa de fornicación. Y aquí es necesario aclarar este
término, para poder interpretar correctamente lo que el Señor le dijo a los
fariseos.
Como estaba dicho en la ley, Dt.22:13-20 Cuando alguno tomare mujer y después
de haberse llegado a ella, no la halla virgen, la podrá repudiar.
Los pueblos orientales tenían por costumbre, cosa que todavía se practica en esa
parte del mundo; que los padres arreglaban los matrimonios durante la infancia
de sus hijos, los cuales quedan legalmente unidos en un compromiso que se
extiende hasta la edad en que pueden consumar su matrimonio; el cual es
ratificado en una ceremonia oficial ante la presencia de los familiares e invitados,
quienes participan luego en la fiesta que da inicio a la vida conyugal, a la cual se
integran los que legalmente estaban casados desde su infancia.
Ese compromiso matrimonial, que era un vínculo mucho más fuerte que el
noviazgo de Occidente, podía ser anulado por uno de los reclamantes, al
comprobar la infidelidad de su cónyuge. Razón por la cual se acostumbraba
exhibir públicamente a los invitados a las bodas, una prenda íntima que probara
su virginidad.
Lea de nuevo Dt.22 y le encontrará más sentido, porque allí habla del que
quebrantó ese compromiso de matrimonio y fornicó, pudiendo el ofendido
entregar una carta de divorcio y anular el compromiso.
Él pensó que ella había fornicado, no podía acusarla de adulterio, porque todavía
no vivían juntos. A esto se refiere el Señor en Mt.19:9 "y yo os digo que cualquiera
que repudia a su mujer, salvo por causa de fornicación, y se casa con otra,
adultera, y el que se casa con la repudiada, adultera".
1Cor.7:39 "La mujer casada está ligada por la ley mientras su marido vive; pero
si su marido muriere, libre es para casarse con quien quiera, con tal que sea en
el Señor". Pero esta última frase: "con tal que sea en el Señor", está indicando
claramente que es una ordenanza para los que son de la iglesia.
Porque el inconverso comete a diario ese y muchos otros pecados más, siendo el
más grave y primero que necesita arreglar, el haber rechazado o sido indiferente
a la salvación que a tan alto precio Dios le ofrece, por medio del sacrificio del
Señor Jesucristo en la cruz del Calvario.
Por tanto, esta es una concesión para "separarse" cuando la vida matrimonial se
ha transformado en un yugo imposible de sobrellevar.
En el verso 15 dice: porque "a paz nos llamó Dios". Esto significa que cuando un
matrimonio no puede vivir junto en forma pacífica, es mejor separarse,
mayormente cuando uno de ellos es inconverso y el creyente tiene que convivir
con una persona que no la respeta.
Ahora, muchos se preguntan ¿qué sucede cuando una persona conoce al Señor
estando separado por muchos años y ya tiene una familia establecida? Por
supuesto que no se les puede mandar disolver esa situación, más aún cuando en
muchos casos el cónyuge que abandonó, también convive con otra persona y éste
no tiene ninguna intención de reconciliarse.
En esos casos, creo que se puede aplicar lo que dice en el verso 17 "Pero cada
uno como el Señor le repartió, y como Dios llamó a cada uno, así haga; esto
ordeno en todas las iglesias". Aunque no se puede utilizar este versículo para
aceptar a "las parejas", como hoy en día les dicen a los convivientes.
Y cuando aún la ley de los hombres condena la bigamia y el adulterio ¿por qué se
habría de aceptar dentro de la iglesia? ¿Qué deberían hacer las personas que se
encuentran en esa situación?
Simplemente legalizar su compromiso utilizando las leyes vigentes del país, esto
significaría que la iglesia debería reconocer como matrimonio a los que
legalmente están casados, aunque sea por segunda vez.
Considero que es muy significativo cuando Dios señala para los líderes de la
iglesia "que sea marido de una sola mujer". Creo que es aplicable a los
divorciados para nuestros días, porque según la voluntad directa de Dios
sabemos que solamente la muerte puede terminar con ese vínculo (1Cor.7:39) y
que el mismo Señor Jesucristo dijo sobre el matrimonio (Mt.19:6) "lo que Dios
juntó, no lo separe el hombre".
Por lo tanto, ante Dios, un divorciado, aunque esté legalmente casado por
segunda vez y tenga una sola esposa para la ley de los hombres, según el
concepto más elevado del Señor, tendría dos mujeres; inclusive como proveedor
y responsable del sustento de ambas, son dos mujeres.
Esto establece la prohibición directa de Dios, para que un hermano divorciado
pudiera ejercer el pastoreado u otra posición de liderazgo dentro de la iglesia.
Pero este mismo argumento estaría dando la razón que no podría ser excluido a
la comunión de la iglesia, debido a que Dios señala claramente que lo está
diciendo como requisito únicamente a los obispos (pastores o ancianos) y no
para todos los creyentes.
Si hubiera sido una regla general que ninguno podía ser divorciado (tener la
primera esposa viva y luego una segunda con la cual se casó después de su
divorcio), no tendría sentido que presentara esto como requisito exclusivo para
los líderes; porque de ninguna manera se puede pensar que en la iglesia
primitiva existiera la poligamia, la cual es condenada abiertamente en el Nuevo
Testamento por el mismo Señor Jesucristo e históricamente sabemos que jamás
se ha tolerado en el cristianismo. Inclusive la misma ley de los hombres (que Dios
nos exhorta obedecer) dictamina graves sanciones a los transgresores que
cometen el delito de poligamia.
El requisito de ser marido de una sola mujer, tiene que ser en relación a los
divorciados que al estar viva su primera mujer, técnicamente tiene dos esposas,
porque el Señor es muy preciso al señalar que el matrimonio termina solamente
con la muerte.
1Co 7:39 "La mujer casada está ligada por la ley mientras su marido vive; pero si
su marido muriere, libre es para casarse con quien quiera, con tal que sea en el
Señor".
Mat 19:6 "Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios
juntó, no lo separe el hombre".
Una vez que la persona nace de nuevo, es el Espíritu Santo el que hará la limpieza
en ella. No sacamos absolutamente nada con cambiar los valores morales (si es
que se pudiera) si primeramente no nace de nuevo, de igual manera se irá al
infierno, porque solamente Cristo salva, no nuestras buenas obras.
Es verdad que el Señor nos mandó a ser "sal de este mundo" para detener la
corrupción de la carne, pero eso debemos hacerlo principalmente con lo que
hacemos, más que con lo que decimos. Todo lo que Dios manda para la iglesia, es
para que lo cumplan los creyentes, el inconverso tiene una sola y gran necesidad,
arrepentirse y salvar su alma.
"el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán
de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios; por la
hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia, prohibirán
casarse, y mandarán abstenerse de alimentos".
Y esa condición anormal que les impone el Vaticano (para no tener que compartir
sus bienes con los herederos), les ha llevado a mantener relaciones anormales y
abortos en sus conventos y monasterios, los cuales son un secreto a voces, aun
cuando la Biblia manda que los obispos sean casados (1Tm.3:2-5) y nos revela
que el apóstol Pedro era casado (Mt.8:14) como también los demás apóstoles
(1Cor.9:5).
Si esa ceremonia de "casamiento" tuviera algún valor (ante Dios o ante los
hombres) significaría que esa "pareja" ha cometido bigamia, porque no están
legalmente divorciados y han sido "casados" por segunda vez. Esos pastores y los
contrayentes se han puesto fuera de la ley.
Le invito a leer la respuesta Nº 243 ¿Cuál iglesia casa conforme a la ley de Dios?
Que encontrará en la sección PREGUNTAS FRECUENTES.
Pero en este mismo capítulo siete resulta muy evidente que el creyente que
pertenece a la iglesia, a la esposa de Cristo, no puede divorciarse, vr.11 "si se
separa, quédese sin casar". Vr.39 "La mujer casada está ligada por la ley mientras
su marido vive; pero si su marido muriere, libre es para casarse con quien quiera,
con tal que sea en el Señor".
A Israel, debido a "la dureza de sus corazones Moisés les permitió, por causa de
fornicación, dar carta de divorcio". Al recordar que esto fue entregado a Moisés,
está señalando que pertenece a la ley. Y la carta de divorcio, como ya vimos, se
refiere a anular el compromiso adquirido por sus padres, para cuando
consumaran el matrimonio y descubrían que no era virgen.
"A Israel Dios mandó hacer guerra a sus enemigos. En la iglesia nos
manda amar a nuestros enemigos".
Dios tuvo que actuar para terminar con la inmoralidad de los habitantes de
Canaán, porque Su Santidad y Justicia no pudieron seguir tolerándolos, y decidió
entregar esas tierras a un pueblo que levantaría de los lomos de Abraham.
Luego vino la esclavitud de Israel por 430 años y su posterior liberación, que con
mano poderosa Dios hizo por medio de Moisés. En su cuidado y misericordia con
ellos, les mandó rodear por el desierto para evitar una confrontación con sus
moradores, porque el Señor sabía que su pueblo aún no estaba preparado para
la batalla.
Pero una vez que su nación fue consolidándose, el ejército israelita formándose
y fortaleciéndose, Dios los guio para aplicar juicio sobre los pueblos cuya maldad
había rebalsado la paciencia del Señor.
En Nm. Cap.31 dice: "Jehová habló a Moisés, diciendo: Haz la venganza de los
hijos de Israel contra los madianitas, después serás recogido a tu pueblo.
Entonces Moisés habló al pueblo diciendo: Armaos algunos de vosotros para la
guerra, y vayan contra Madián y hagan la venganza de Jehová a Madián".
El plan divino abarcaba no solo un juicio local sobre aquellos que se habían
corrompido, que entre otras cosas, ofrecían a sus propios hijos para ser
quemados en sacrificio a los ídolos; sino que Su misericordia estaba preparando
una nación santa para entregarle Su revelación divina a su cuidado (Rm.3:2).
Pero más importante aún, preparar la genealogía del instrumento humano que
Dios escogería para que el Hijo eterno de Dios (Mt.1:1-17), tomara un cuerpo
humano (1Tm.3:16) y de esta forma traer bendición a todas las naciones que
estaban sucumbiendo en las tinieblas del pecado.
Luego de la partida de Moisés, Dios levantó a Josué como líder de su pueblo, que
sería el general que les guiaría a la conquista de Jericó, la primera ciudad que
tomaron, donde se vio claramente una vez más que Dios intervenía a favor de
Israel. Josué 6:21 "y destruyeron a filo de espada todo lo que en la ciudad había,
hombres y mujeres, jóvenes y viejos, hasta los bueyes, las ovejas, y los asnos".
Esta justicia era muy propia de una dispensación como la ley. Ex.21:23-24 "Mas
si hubiere muerte, entonces pagarás vida por vida, ojo por ojo, diente por diente".
El Señor Jesucristo estableció la diferencia que ahora existe entre las demandas
para Israel y la iglesia. Él, con su autoridad divina, establece un cambio profundo
para dar inicio a otra dispensación, la gracia.
Mt.5:38 "Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente. Pero yo os digo:
No resistáis al que es malo, antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha,
vuélvele también la otra. Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y
aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid
a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os
ultrajan y os persiguen".
Todos los males que somos testigos en nuestra sociedad, no es más que el
cumplimiento de una ley divina: "Todo lo que el hombre sembrare, eso también
cosechará".
En la dispensación de la gracia, no podemos actuar como lo hizo el pueblo de
Israel durante la ley
A ellos les dijo: "ojo por ojo, y diente por diente", pero tampoco en el concepto
liviano que lo entiende el mundo, como venganza, sino para que el castigo se
aplicara de acuerdo a la proporción de la falta.
En cambio, a la iglesia nos manda amar aún a nuestros enemigos. Rm.12:7 "No
paguéis a nadie mal por mal, procurad lo bueno delante de todos los hombres, si
es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres.
No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios,
porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor.
Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer, si tuviere sed, dale de
beber, pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza".
Primero, que los que apliquen justicia deben a su vez estar limpios de culpa.
Segundo, que ese era un juicio viciado, porque la ley condenaba al hombre y a la
mujer que cometieran el adulterio (Dt.22:22).
Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre, y sin derramamiento de sangre
no se hace remisión. Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales
fuesen purificadas así, pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios
que estos.
El Antiguo Testamento relata con gran detalle todo el ceremonial que los
israelitas realizaban con los sacrificios. En el tabernáculo debían ofrecer un
animal en holocausto por la mañana, y otro por la tarde durante todos los días
del año; además de la gran variedad de sacrificios que cada israelita debía traer
continuamente. En consecuencia, eran miles los sacrificios que se ofrecían cada
año.
Algo similar a lo que sucede con el "sacrificio de la misa" que la iglesia católica
inventó como un ceremonial litúrgico a partir del siglo XI, y que ha estado
repitiendo por nueve siglos día tras día y semana tras semana. Y que además se
efectúa como sacrificio incruento por el pecado, es decir, sin derramamiento de
sangre, lo cual contradice abiertamente lo que Dios dice en Heb.9: 22 "sin
derramamiento de sangre no se hace remisión".
La religión judía era una extensa y compleja lista de sacrificios que los israelitas
debían realizar durante toda su vida. Los cuales eran símbolos, figuras, sombras
de la realidad que habría de venir, que es la persona bendita de Cristo Jesús.
Obviamente, llegado Cristo y consumado el sacrificio perfecto, no hay más
necesidad de repetirlo, debido justamente a su perfección.
En Heb.9:9 refiriéndose a los sacrificios que Dios ordenó en la ley, dice: "Lo cual
es símbolo para el tiempo presente, según el cual se presentan ofrendas y
sacrificios que no pueden hacer perfecto, en cuanto a la conciencia, al que
practica ese culto".
El versículo siguiente añade que estos sacrificios fueron dados: "hasta el tiempo
de reformar las cosas...Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los
bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de
manos, es decir, no de esta creación, y no por sangre de machos cabríos ni de
becerros, sino por su propia sangre, entró UNA VEZ PARA SIEMPRE en el lugar
santísimo, habiendo obtenido ETERNA REDENCIÓN".
Cristo pagó esa deuda que nuestros pecados habían contraído con Dios, y
"consumado es" significa que la obra de nuestra redención está terminada, no
hay nada más que el pecador pueda hacer.
Ya todo fue hecho por el Señor en la cruz; tan perfecto y completo fue Su
sacrificio, que no solamente no necesita ni debe repetirse, sino que dice que
obtuvo ETERNA REDENCIÓN para los que nos hemos arrepentido de nuestros
pecados y nos apropiamos de esa obra perfecta y eterna.
Dice en Heb.10:14 "porque con UNA sola ofrenda hizo perfectos para siempre a
los santificados". Y en el verso 10 especifica: "somos santificados mediante la
ofrenda del cuerpo de Jesucristo HECHA UNA VEZ PARA SIEMPRE".
Dios dice con su autoridad divina, que el sacrificio de Cristo se realizó una sola
vez. ¿Cómo pueden entonces los jerarcas católicos sostener que ellos deben
repetir el sacrificio del cuerpo mismo de Cristo, en cada misa que realizan?
Seguramente que como ésta, y muchas otras prácticas y mitos que inventaron no
pueden explicarlas con la Palabra de Dios, decidieron quemar las Biblias y
prohibir su lectura por tantos siglos.
Como hemos estado considerando, Dios ordenó a su pueblo terrenal, Israel, una
serie de simbolismos por medio de los cuales les entregó enseñanzas de esa
realidad que habría de venir cuando las sombras pasaran. Llegado el
cumplimiento del tiempo, obviamente esas figuras fueron puestas de lado para
dar paso a la realidad que ellas enseñaban.
Cualquiera que hiciere otro como este para olerlo, será cortado de entre su
pueblo. No ofreceréis sobre el altar, incienso extraño".
Los sacerdotes no tenían que comprar estas vestimentas, se las regalaban para
que cumplieran su oficio sacerdotal. En Ap.6:11 donde se nos revela una escena
celestial, dice que aquellos mártires que llegaron al cielo, Dios les otorgó
vestiduras blancas.
Las vestiduras son la expresión de los atributos con que Dios revistió a los
creyentes, son un regalo del Señor. Aún en el caso de la esposa (la iglesia) como
se indica en Ap.19:8 "a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y
resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos".
Ese lino fino, representa las obras de los creyentes, el adorno nupcial que
también proviene de Dios: "se le ha concedido que se vista de lino fino" como
regalo de Dios; no es de origen humano ni de mérito personal, porque incluso las
obras que el creyente realiza, son según la misericordia que el Señor ha tenido
para capacitarnos y usarnos en su obra.
Hasta "el querer" realizarlas lo tuvo que poner Dios en nuestros corazones,
(Filp.2:13) "Dios es el en vosotros produce así el querer como el hacer, por su
buena voluntad". Nos capacita entregándonos los dones (1Cor.12:11)
Ef.5:27 "a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese
mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha".
No puede existir jactancia humana, porque todo proviene de Dios. Las obras
nuestras son como trapos de inmundicia; pero las que nos regala el Señor,
incluyendo hasta el querer realizarlas, la capacitación y preparación de
antemano para que anduviéramos en ellas, esas son las vestiduras nupciales de
lino fino con las cuales el Señor adornará su esposa
Las vestiduras son la expresión de los atributos con que Dios revistió a los
creyentes, y vemos que toda obra realizada por los sacerdotes levitas, también
había sido santificada y consagrada por medio de esa sangre que les era aplicada
en el pulgar derecho de la mano, que nos habla de las obras del sacerdote.
El pulgar derecho del pie, representa todo su caminar que también era
consagrado a Dios; y el lóbulo de la oreja derecha, nos indica que aún lo que
escuchaba tenía que ser dedicado al Señor. Todo su ser era íntegramente
consagrado y dedicado a Dios.
Una vez que los sacerdotes levitas estaban vestidos con sus túnicas, y habían sido
consagrados con la sangre de un becerro y lavados en el lavacro de bronce; recién
entonces estaban en condiciones de entrar al lugar santo para ofrecer el incienso
aromático.
1Cor.3:12-15 "si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras
preciosas, madera, heno, hojarasca, la obra de cada uno se hará manifiesta,
porque el día la declarará, y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará. Si
la obra de alguno se quemare, él sufrirá perdida, si bien el mismo será salvo,
aunque, así como por fuego".
Esos ritos ceremoniales eran figuras y sombras de la realidad misma de las cosas
que habrían de venir. No tienen lugar en la iglesia, porque hoy nos acercamos a
él en los méritos del Señor, y es Su fragancia la que se eleva hasta la presencia de
Dios.
En Ap.8:3-4 se nos describe una escena celestial: "Otro ángel vino entonces y se
paró ante el altar, con un incensario de oro, y se le dio mucho incienso para
añadirlo a las oraciones de todos los santos, sobre el altar de oro que estaba
delante del trono. Y de la mano del ángel subió a la presencia de Dios el humo del
incienso con las oraciones de los santos".
El tabernáculo que se le ordenó construir a Moisés, era figura de las cosas
celestiales, como lo afirma en Heb.8:5 "los cuales sirven a lo que es figura y
sombra de las cosas celestiales, como se le advirtió a Moisés, cuando iba a erigir
el tabernáculo, diciéndole: Mira, haz todas las cosas conforme al modelo que se
te ha mostrado en el monte".
Hoy en la iglesia, todo cristiano verdadero puede acercarse, no solo hasta el lugar
santo, sino que habiendo Dios rasgado el velo que separaba el lugar santo del
santísimo, puede en función a la bendición recibida por el Señor, y revestido con
el manto de justicia y las vestiduras espirituales que Cristo nos ha otorgado.
"La unción con aceite para Israel. La unción con el Espíritu Santo para la
iglesia".
Emplear ese aceite para otros fines constituía una ofensa tan grave, que el que
fuera hallado culpable de ese pecado, tenía que ser expulsado del pueblo.
Considero necesario recordar a los creyentes que aún puedan tener algún temor
del Señor, que el uso del aceite era algo muy solemne y cualquiera que lo utilizara
de una forma diferente a la que Dios había ordenado, debía ser castigado, porque
era el símbolo del Espíritu Santo que habría de venir.
Y harás de ello el aceite de la santa unción; superior ungüento, según el arte del
perfumador, será el aceite de la unción santa. Con él ungirás el tabernáculo...el
arca...la mesa...el candelero...el altar del incienso...y la fuente. Así los consagrará,
y serán cosas santísimas, todo lo que tocare en ellos, será santificado.
Ungirás también a Aarón y a sus hijos, y los consagrará para que sean mis
sacerdotes. Y hablarás a los hijos de Israel, diciendo: Este será mi aceite de la
santa unción por vuestras congregaciones.
El aceite que se utilizaba para la unción era una mezcla muy santa, nadie podía
reproducirla ni utilizarla con otros fines. Era para Aarón y sus hijos (los
sacerdotes levitas), dice claramente que si se aplicara sobre otra persona, debía
ser cortado de su pueblo.
El uso del aceite en el Antiguo Testamento, también era empleado también para
ungir a los reyes. En 1Sm.16 se describe la elección de David como rey de Israel,
dice Dios al profeta Samuel verso 3: "llama a Isaí al sacrificio, y yo te enseñaré lo
que has de hacer; y me ungirás al que yo te dijere" vr.13: "y Samuel tomó el
cuerno del aceite, y lo ungió en medio de sus hermanos".
La simple lectura de la Biblia nos lleva a entender que "la unción" para el tiempo
de los símbolos de la ley, era el "derramamiento" que se hacía con aceite para
preparar en su servicio a los reyes y a los sacerdotes levitas.
También cuando en 1Jn.2:27 se refiere a esta misma experiencia, dice: "la unción
que vosotros recibisteis". Una vez más lo dice en pasado, porque esa fue una fase
pasada.
Sabemos que ahora todos los que hemos nacido de nuevo, somos además de hijos
de Dios, reyes y sacerdotes.
Ap.1:5 "Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre, y nos hizo
reyes y sacerdotes para Dios, su Padre".
Dios en la iglesia ha ungido a sus hijos, no con aceite, sino que con la misma
Persona del Espíritu Santo. Porque ahora el que "unge" es Dios, no el hombre,
(2Cor.1:22) "el que nos ungió, es Dios".
Es verdad que hay muchos hombres que se atribuyen el derecho de "ungir", pero
esos indudablemente a la luz de la Biblia, son falsos maestros, impostores,
porque hoy el único que puede ungir, es Dios.
Es contrario a la enseñanza de las Sagradas Escrituras que alguien pueda
arrepentirse de sus pecados, y tener que esperar una experiencia futura a la de
su conversión para recibir el Espíritu Santo, porque nadie puede nacer de nuevo,
arrepentirse de sus pecados, sin la intervención directa del Espíritu Santo.
El Señor dijo que nacemos de nuevo por medio de la Palabra y del Espíritu.
(Jn.3:6) "es nacido del Espíritu" (1Pd.1:23) "siendo renacidos...por la Palabra de
Dios".
Porque no hay quien busque a Dios, es Dios quien produce el querer como el
hacer por medio del Espíritu Santo. Por lo tanto, nadie puede convertirse sin el
Espíritu Santo, y si alguno no tiene el Espíritu, el tal no es de él (Rm.8:9).
Esto significa que si alguien "dice" ser del Señor, pero aún está esperando tener
una experiencia futura con el Espíritu Santo, le recomiendo muy seriamente que
repase el fundamento de su salvación, porque a la luz de la Biblia, Ud. todavía no
es salvo, todavía no es un hijo de Dios, ni rey ni sacerdote Suyo.
Si el Espíritu Santo se recibe una sola vez ¿Qué significa cuando se nos manda a
ser "llenos del Espíritu?". La explicación es muy simple y se encuentra en el
mismo versículo. Ef.5:18 "No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución;
antes bien sed llenos del Espíritu".
Como muy bien lo expresa Pablo (Gál.2:20) "ya no vivo yo, mas vive Cristo en
mí". O como también dijo Juan el Bautista (Jn3:30) "Es necesario que él crezca,
pero que yo mengüe".
La Biblia nos habla de esta doble naturaleza que adquirimos a través del Espíritu
Santo el día de nuestra conversión, la espiritual y la carnal; la que alimentemos
más, será la que prevalecerá sobre nosotros. Por lo tanto, ser "llenos del Espíritu"
significa simplemente que nuestra voluntad humana está sometida a Su voluntad
y no a la nuestra (la carnal).
Los hermanos carnales, que han alimentado más la carne, no significa que el
Espíritu "disminuye" en ellos, sino que el Espíritu permanece encerrado e
impedido de actuar libremente sobre ellos, porque sus mentes y corazones están
más ocupados en las cosas de este mundo.
Porque de lo contrario, entraría en grave conflicto con los pasajes que he citado
¿Cuál sería entonces su explicación para la unción? ¿Cuál sería el propósito de
preparar ese aceite santo, ni usarlo en personas extranjeras que no sean de la
nación de Israel y de la tribu de Leví? ¿Por qué es "símbolo" del Espíritu Santo?
Stgo.5:14 dice: ¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la
iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. Y la oración
de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará".
En primera instancia es necesario destacar que no es el aceite el que sanará al
enfermo, sino que dice: "la oración de fe".
Santiago está escribiendo en los días de los apóstoles, cuando ellos aún tenían la
comisión del Señor de ungir con aceite (que era el símbolo que todavía se
empleaba, debido a que durante el ministerio terrenal del Señor, el Espíritu
Santo no había descendido).
Mr. 6:7, 12-13 "llamó a los doce...Y saliendo...echaban fuera demonios, y ungían
con aceite a muchos enfermos, y los sanaban". Esto sucedía durante la
testificación milagrosa, Mr.16:20 "confirmando la palabra con las señales que la
seguían".
La Palabra de Dios que estaban entregando estos fieles siervos del Señor,
necesitaba una credencial divina que la autenticara; para eso Dios les proveyó
"las señales que confirmaban la palabra". Pero una vez que esa Palabra divina
terminó de revelarse al hombre, las señales también se acabaron; esto se aprecia
claramente con la simple lectura del libro de los Hechos.
Una vez que la Palabra que estaban entregando terminó, también las señales se
acabaron. La revelación de Dios al hombre concluye con la última página de la
Biblia, se acabaron las señales y los profetas como lo había anunciado Dios,
1Cor.13:8 "las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará".
No se refiere a la "falsamente llamada ciencia" (1Tm.6:20). No a la ciencia de los
hombres, que el Señor la define como falsa; sino a la ciencia del conocimiento de
Dios, a la palabra de Dios entregada por el Espíritu, que es a la que se ha referido
en su contexto (1Cor.12:8) "palabra de ciencia según el mismo Espíritu".
Todo eso se acabaría, cuando "lo perfecto" (esa palabra transmitida por el
Espíritu) terminara de entregarse al hombre.
Ellos conocían solo en parte esa Palabra, porque aún no se había terminado de
escribir la Biblia, pero cuando esto sucediera, las señales se acabarían, porque la
iglesia habría dejado esa etapa de niño para pasar a la madurez en el Señor;
aunque a decir verdad, hoy en día todavía existen muchos niños en Cristo que
nunca han madurado y desean seguir entreteniéndose con esos juguetes de
niños, aunque sean imitaciones baratas traídas del oriente ("made in India" o
"made in China").
¿Cuántos son los que se han dejado impresionar por estos falsos maestros,
falsos profetas, milagreros y sopladores?
Mt.7:22 "Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor...en tu nombre echamos
fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros. Y entonces les
declararé:
"De la manera que Janes y Jambres resistieron a Moisés, así también éstos
resisten a la verdad; hombres corruptos de entendimiento, réprobos en cuanto
a la fe".
No en vano Dios selló la última página con una solemne advertencia (Ap.22:18)
"si alguno añadiere a estas cosas". Hoy solamente existen los falsos profetas que
pretenden seguir añadiéndole a la Biblia.
También resulta muy significativo, que los falsos profetas que abundan en
muchas iglesias, siempre dicen estar dialogando con los demonios quienes los
llevan a pasear al infierno. Aunque a decir verdad, les reconocemos el derecho a
ellos de invitar a su casa a los amigos que mejor les parezca.
2Ts.2:11 "Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira".
Por tanto resulta obvio que el uso del aceite para los enfermos, fue algo para el
período de la infancia de la iglesia, y cuando llegó la revelación plena de Su
Palabra, todo eso se acabó.
Y no podría ser de otra manera, debido que ahora tenemos al Espíritu Santo con
nosotros ¿quién podría necesitar del aceite, cuando tenemos lo verdadero?
Ahora no necesitamos de milagros que confirmen Su Palabra (Mr.16:20), porque
no existen nuevas revelaciones.
La última página de la Biblia dice (Ap.22:18) "Si alguno añadiere a estas cosas,
Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro".
Pero es necesario precisar que los milagros de Dios siguen realizándose en el día
de hoy; pero como no existen los instrumentos humanos que requerían de esas
señales, lo que Dios terminó fue la intervención del hombre para realizarlos por
medio del aceite y de la imposición de manos.
Resulta muy evidente que cuando la iglesia maduró, dejó esas cosas de niño,
porque cuando Timoteo estaba enfermo, no le recomendó el uso del aceite, sino
que bebiera un poco de vino (1Tm.5:23).
Los reyes y sacerdotes del antiguo pacto fueron ungidos con aceite. Los creyentes
de la iglesia, los que hemos nacido de nuevo; fuimos ungidos por Dios con el
Espíritu Santo, debido a que todos los hijos de Dios somos también reyes y
sacerdotes Suyos.
Capítulo 23
No tuvo ni la honestidad de decir que la fiesta era para el ídolo; lo que abundó
fue la música, la danza, el griterío y la corrupción. Eso fue lo que encolerizó a
Moisés cuando descendía del monte con las tablas de la ley, al escuchar la música
y el griterío, las rompió.
Cómo se asemeja todo esto a las reuniones de muchas iglesias de nuestros días.
Mezclar lo santo con lo mundano, es lo que Dios repudia. Por este motivo el Señor
dejó instrucciones muy precisas para el uso de la música en el templo que era la
casa de Dios.
Dice en 1 Cr.23 que siendo David ya viejo, nombró rey a Salomón y juntó a los
principales, a los sacerdotes y a los levitas, los organizó en la casa de Dios,
nombrando entre otros con diferentes actividades, a cuatro mil para alabar a
Jehová con los instrumentos específicos para tributar alabanzas , un coro de 288
personas como lo menciona en 1 Cr.25:7 "y el número de ellos, con sus hermanos,
instruidos en el canto para Jehová, todos los aptos, fue 288".
No podían tocar cualquier instrumento que a ellos les agradara, debían ser
solamente los cuatro que Dios señaló. 2 Cr.29:25-26 "Puso también levitas en la
casa de Jehová con címbalos, salterios, y arpas, conforme al mandamiento de
David, porque aquel mandamiento procedía de Jehová. Los levitas estaban con
los instrumentos de David, y los sacerdotes con trompetas".
Esto nos demuestra que Dios no nos autoriza a hacer en Su casa, lo que a nosotros
nos parezca mejor o a nosotros nos guste, ni aún con la música. La casa es de Dios
y él dispone y ordena lo que le agrada.
Otra ocasión especial que se menciona en la Biblia, fue cuando David trajo el arca
a Sión y celebró holocaustos y sacrificios de paz a Jehová. También dispuso un
orden muy preciso en lo referente a la música y los instrumentos que debían
emplearse y cuando hacerlo.
1Cr.16:4 "Y puso delante del arca de Jehová ministros de los levitas, para que
recordasen y confesasen y loasen a Jehová Dios de Israel: Asaf el primero, el
segundo después de él, Zacarías, Obededom y Jeiel con sus instrumentos de
salterio y arpas, pero Asaf sonaba los címbalos. También los sacerdotes Benaía y
Jahaziel sonaban continuamente las trompetas delante del arca del pacto de
Dios".
Por cierto, hemos de entender que los israelitas cultivarían la música y diversos
otros instrumentos que tocarían en sus casas o en el campo. Pero en la casa de
Dios, solamente podían hacerlo con los instrumentos que Dios había mandado,
en los momentos y ocasiones que también se les había indicado.
Los llamados por algunos como "padres de la iglesia", siempre fueron fuertes
opositores a la incorporación de instrumentos musicales en la iglesia.
Agustín, tan venerado por muchos, decía: "No creo que los corazones puedan ser
convertidos con instrumentos teatrales". Porque consideraba los instrumentos
musicales, propios del teatro y no de la iglesia.
Hasta el siglo XIII aún seguían levantándose fuertes voces contra el uso de los
instrumentos musicales. El famoso teólogo italiano, Tomás de Aquino, decía: "En
nuestra iglesia no usamos instrumentos musicales, para no ser vistos como
judaizantes".
Luego en la Reforma, las iglesias Calvinistas consideraban los instrumentos
musicales, como "elementos papistas". Juan Calvino dijo: "los instrumentos
musicales ocupan el mismo lugar que el incienso, o el candelabro, o cualquier
otra sombra de lo que era la ley y demás ritos judíos".
Aún la multitud que se menciona en Ap.7:9 que estaban vestidos con vestiduras
blancas y "con palmas en las manos", corresponde a una visión terrenal y
profética de los judíos que se salvarán en la Gran Tribulación (Ap.7:14).
Y como se anuncia en el verso siguiente, están sirviendo día y noche en el templo
(vr.15) " y le sirven día y noche en su templo". A los gentiles (los que no son
judíos), Dios les prohibió aún acercase al templo.
La iglesia que fue arrebatada al cielo antes de la Gran Tribulación, estará en las
moradas celestiales (no en la tierra) y allí no habrá ni noche ni día, ni tampoco
templo. Ap.21:22-23 "Y no vi en ella templo...La ciudad no tiene necesidad de sol
ni de luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es
su lumbrera".
Por lo tanto, toda expresión física y emocional es muy entendible en aquellos que
carecen del Espíritu Santo, razón por la cual acostumbran gritar a grandes voces
pidiendo que descienda el Espíritu sobre ellos; lógicamente eso es un
reconocimiento que no poseen el Espíritu Santo, nadie pide lo que ya tiene.
También resulta comprensible que en esos lugares necesiten recurrir con tanta
vehemencia y fogosidad no solamente a la música, la cual ocupa la mayor parte
de sus actividades, sino que también a los aplausos, gritos, saltos y danzas que
son amenizadas al ritmo de las cumbias, salsas, rock, rap y otros bailes del mundo
que ellos llaman "cristianos".
Todo lo cual desencadena un estado de histeria tal, que solo se puede encontrar
en las actividades donde se desarrolla una orgía emocional incontrolada, porque
todos los sentidos quedan supeditados a la presión del medio ambiente, como se
aprecia también en los partidos de football, conciertos "Rock", sesiones de
hechicería como en el vudú, etc.
Dice el Señor en Jn.4:23 "Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos
adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque también el Padre
tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu, y los que le adoren, en
espíritu y en verdad es necesario que adoren".
Vemos claramente que lo que Dios desea que abunde en la iglesia, es su Palabra,
la enseñanza y la exhortación. Ésta debería ser la actividad principal a la que se
dedique la mayor parte del tiempo, y el complemento sería el cántico, el cual
naturalmente debería ser himnos espirituales.
Cuando el Señor se reunió con los suyos para instituir la Cena para la iglesia,
claramente se ve que lo que abundó fue Su Palabra, solamente al final, dice
Mr.14:26 cantaron un himno: "cuando hubieron cantado el himno, salieron".
En cambio ¿qué es lo que vemos en las iglesias de hoy, que están muy ocupadas
por atraer diezmadores? Reuniones donde se les dice lo que sea grato y
entretenido para sus oídos; como las historias que apelen a los sentimientos y
emociones, fábulas, testimonios, experiencias y sueños.
Pero la Palabra del Señor es la gran ausente. Lo que abunda en la mayoría de esos
lugares, es la música estridente con la cual amenizan los aplausos, gritos, saltos,
danzas, que por cierto nada tienen de espirituales.
Los grandes responsables son sin lugar a dudas los líderes, que preferenciando
lo que la gente desea escuchar, han sustituido la Palabra de Dios, por ese show
barato y de mal gusto que ofrecen para atraer gente; porque a mayor cantidad
de personas, mayor será también la ofrenda que recogerán.
A esa gran mayoría que ha sido engañada por esta clase de líderes, les sucederá
lo que dijo el Señor, cuando un ciego sigue a otro ciego, ambos caerán al hoyo.
En el infierno abrirán sus ojos, cuando sea demasiado tarde, entenderán que
estuvieron siguiendo al "Flautista de Hamenlin", el sonido de las guitarras
eléctricas, las baterías y toda esa "tarrería" estridente que les están ofreciendo
en las "iglesias" que se han transformado en verdaderas Discotecas y centros
aeróbicos.
Este punto acentúa aún más la diferencia que existe entre Israel y la iglesia. Deja
de manifiesto con mayor evidencia que uno es un pueblo terrenal, y el otro un
pueblo celestial.
Los que más se quejan de lo difícil que les resulta la lectura de la Palabra de Dios,
casi siempre son los que menos la leen. Esto se debe principalmente a la falta de
atractivo que produce en sus corazones.
En 1Cor.2:14 Dios nos advierte: "el hombre natural no percibe las cosas que son
del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque
se han de discernir espiritualmente".
La Biblia es una carta que Dios ha enviado al hombre, para revelarnos lo que
necesitamos saber, no lo que queremos conocer. No tiene el propósito de
satisfacer la curiosidad del hombre.
La falta de interés por las cosas del Señor es lo que también les hace ver difícil su
Palabra, y antes de comenzar un estudio serio, abandonan su lectura.
Más aún sabiendo que la Biblia no es una revelación en jeroglíficos, sino que es
la Palabra de nuestro Padre celestial que desea darse a conocer a los suyos, y la
ha puesto a nuestro alcance en nuestros propios idiomas.
Tenemos que rendirnos ante la evidencia, que no es lo difícil lo que nos aleja de
la lectura de la Biblia, sino la falta de interés por gozar de una comunión más real
y profunda con el Señor.
Así que en estas pocas páginas sólo pretendo entregar algunas herramientas
para que Ud., en la dirección del Espíritu Santo inicie sus propios estudios y
compruebe con su Biblia, si estas cosas son así. Todo lo que yo estoy enseñando
u otro pastor pueda decir, debe comprobarlo escudriñando las Escrituras.
La segunda venida del Señor comprende dos etapas diferentes. Una cuando viene
EN las nubes, para reunirse en el aire con su iglesia para llevársela a las moradas
celestiales que él fue a preparar. Esto es conocido como el arrebatamiento de la
iglesia, acontecerá ANTES de la Gran Tribulación la cuan durará siete años.
La segunda fase de Su venida concluirá cuando al final de la Gran Tribulación,
pondrá sus pies sobre el monte de los Olivos, para entrar en relación directa con
su pueblo terrenal, Israel.
No debemos cometer el mismo error que incurrieron los judíos, razón por la cual
la nación rechazó a Jesús como a su Mesías (el Cristo). Ellos solo vieron en la
revelación que les entregó Dios por medio de los profetas, los pináculos de las
profecías de la venida de Cristo.
Pasaron por alto los valles que los separaban, por este motivo hasta el día de hoy,
no logran comprender Is.53, el Sl.22, Dn.9:26 "se quitará la vida al Mesías".
Sin embargo, son muchos los pasajes de la Biblia que nos hablan de estos dos
acontecimientos, se ha calculado que por cada vez que se menciona la primera
venida, se menciona ocho veces la segunda.
Son muchos los textos que nos anuncian esta preciosa verdad: Cristo viene otra
vez. Pero si no logramos distinguir cuando se lo dice a la iglesia y cuando a Israel,
hallaríamos tal contrariedad que estas profecías se transformarían en algo
incoherente lleno de confusión.
La segunda venida del Señor abarcará un período de siete años. ANTES de la Gran
Tribulación viene en el aire, arrebata Su iglesia al cielo y la lleva a las moradas
que fue a prepararle (La Nueva Jerusalén, la celestial).
En esa oportunidad no llega hasta la tierra y solamente la iglesia le verá; la cual
juntamente con todos los creyentes que murieron en la fe, recibirán cuerpos de
gloria semejantes al cuerpo de la gloria Suya y serán trasladados al cielo.
El príncipe de este mundo (Satanás) será expulsado, e Israel será puesto por
cabeza de todas las naciones, ya nunca más será por cola; dejará de ser una
nación insignificante y Jerusalén vendrá a ser la capital del mundo.
Ese templo por cierto no es el que existirá durante la Gran Tribulación, en el cual
después de los tres años y medio será profanado por el anticristo (2Ts.2:4,
Mt.24:15).
La segunda venida del Señor tendrá dos etapas, no serán dos venidas diferentes,
porque en su primera fase no viene hasta la tierra ni el mundo lo verá; ese será
el privilegio únicamente de la iglesia y de los creyentes que participarán en la
primera resurrección (Jn.5:29).
1.-¿Cómo podría decir en 1Ts.4:16-17 que viene POR sus santos y en Jd.14,
Zc.14:5, 1Ts.3:13 que viene CON sus santos?
2.- En 1Ts.4:17 dice que viene EN las nubes, es decir, entre ellas, en forma
escondida al ojo humano. En Ap.1:7 dice que viene CON las nubes, sobre ellas, en
forma gloriosa que permitirá que todo ojo le pueda ver.
La luz del Sol aquí en la tierra, es muy diferente a la de una estrella del
firmamento, una brilla en la noche la otra en el día. La luz del Sol es algo que no
puede pasar desapercibida ni por los indiferentes, todo ojo la ve porque sus
rayos llegan hasta la tierra con su luz y calor.
El Sol de Justicia llegará hasta la tierra, pondrá sus pies en el monte de los Olivos,
porque vendrá a confirmar su pacto con Su pueblo terrenal, Israel.
A la luz de estos pasajes resulta evidente que la segunda venida del Señor será
en dos etapas. La primera, antes de la Gran Tribulación será por Su iglesia, y ese
encuentro será en el aire, desde donde nos llevará a las moradas celestiales.
La segunda, después de los siete años que durará la Gran tribulación, será cuando
venga hasta la tierra, como dice Zac.14:4 "afirmará sus pies en aquel día sobre el
monte de los Olivos".
No pretendo haber logrado esclarecer todas las dudas que la gran mayoría de los
cristianos tienen sobre esta materia, pero si he logrado despertar su interés para
llevarle a escudriñar las Sagradas Escrituras, como mandó el Señor Jesucristo,
para comprobar si estas cosas serán así, ya me doy por satisfecho, porque estoy
seguro que el Espíritu Santo hará el resto de guiarle a toda verdad.
Capítulo 25
Este ha sido el principio que ha seguido en todos los otros juicios que Dios ha
mandado sobre este mundo. En los días de Noé, primero puso a resguardo a toda
su familia, después vino el diluvio.
Lo mismo se ve cuando mandó los juicios sobre Sodoma y Gomorra; primero sacó
a Lot y su familia, después envió el juicio sobre esas ciudades. Otro tanto va a
suceder con los últimos juicios, primero sacará Su esposa (la iglesia), luego
vendrán los juicios.
Y no podría ser de otro modo, debido a que el Señor Jesucristo pagó por el juicio
de todos nuestros pecados con su sacrificio expiatorio. Dios no puede demandar
dos veces el pago de una deuda que Su propio Hijo canceló, por lo tanto, como lo
dice en la Biblia (Rm.8:1) "ninguna condenación hay para los que están en Cristo
Jesús".
Jn.10:28 "Yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará
de mi mano".
Is.43:25 "Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me
acordaré de tus pecados".
Heb.8:12 "Y nunca más me acordaré de sus pecados".
2Tm.2:13 "si fuéremos infieles, él permanece fiel".
Jn.14:2-3 "voy, pues, a preparar lugar para vosotros, para que donde yo estoy,
vosotros también estéis".
Por este motivo la promesa del Señor es que nos da (Heb.5:9) "eterna salvación".
Si es eterna, es para siempre. Somos salvos ahora, y lo seremos hasta que nos
lleve a esas moradas celestiales que ocuparemos eternamente ("no perecerán
jamás").
¿Cómo sabemos que serán siete años? La columna vertebral de las profecías son
las setenta semanas que se encuentran en Dn.9. Allí, en el versículo 27 está
haciendo referencia a la última, que corresponde al período de la Gran
Tribulación, dice: "Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad
de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda".
Vemos cuando Saulo de Tarso perseguía a la iglesia, el Señor le dijo: "Saulo, Saulo,
¿por qué me persigues?" El Señor considera como una persecución hecha a Su
propia Persona, la que también se realiza contra la iglesia.
Eso es lo que afirma en 2Ts.1:6-8 "Porque es justo delante de Dios pagar con
tribulación a los que os atribulan, y a vosotros que sois atribulados, daros reposo
con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles
de su poder, en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a
Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo".
El Señor nos ha prometido a los que somos de Su iglesia, reposo cuando él venga,
no juicios. Los juicios serán para los que rechazaron o fueron indiferentes a la
oferta del evangelio de salvación en Cristo Jesús.
A diferencia de esto Israel, aunque el Señor vino en primera instancia para ellos;
sin embargo, debido al rechazo que hicieron del Cristo, el Mesías prometido,
deberán pasar por todos estos juicios al igual que el resto de los incrédulos.
Pero Dios ha prometido para ellos una salvación especial durante ese período de
la Gran Tribulación. Dice en Rm.11:25-26 "ha acontecido a Israel endurecimiento
en parte, HASTA que haya entrado la plenitud de los gentiles (es decir, que el
número de salvados que constituyen la iglesia este completo); y luego todo Israel
será salvo".
En el libro de Daniel, cuando se relata los sucesos de sus tres amigos que
desafiaron al rey Nabucodonosor, de no adorar su imagen prefiriendo ser
arrojados al horno de fuego, desde donde el mismo Hijo de Dios los rescató; esa
es una hermosa y solemne figura de cómo los judíos irán a ser salvos durante la
Gran Tribulación, así como por fuego, también por resistirse a adorar la imagen
del anticristo (Ap.13:14-16).
En Mt.24 es donde con mayores detalles se nos describe ese período. Toda gira
en torno a las tres preguntas que le hicieron al Señor los discípulos judíos que
aguardaban la restauración del reino.
Comienza el capítulo con la mención del templo que había en ese tiempo, luego
con el anuncio del Señor que ese edificio sería destruido; entonces ellos le
preguntaron (v.3): A) ¿cuándo serán estas cosas? B) ¿qué señal habrá de tu
venida? y C) ¿y del fin del siglo? La respuesta del Señor abarca los capítulos 24 y
25.
No olvidemos que Jesús dijo que primeramente había venido para Israel. Incluso
a la mujer cananea le dijo (Mt.15:24): "No soy enviado sino a las ovejas perdidas
de la casa de Israel".
Por tanto, en ninguna de las tres preguntas que le hicieron esos judíos incluía la
iglesia.
El templo, que era el símbolo del judaísmo y el eje central en torno al cual giraba
toda la religión de Israel, era el corazón de esa nación y no tenía ninguna relación
con la iglesia. Les anunció que sería destruido y que no quedaría piedra sobre
piedra, eso ocurrió el año 70 de nuestra era, cuando Tito, el general romano,
destruyó Jerusalén y el templo como lo predijo el Señor.
Por este motivo Su venida por la iglesia se compara con la de un ladrón, quien
viene en forma sorpresiva, sin previo aviso. Obviamente que si ya podemos ver
el cumplimiento de algunas de las señales que profetizó para cuando pusiera Sus
pies en la tierra (la principal es la restauración de Israel como nación en su tierra
prometida), eso nos asegura que el arrebatamiento de la iglesia está más cerca
de lo que muchos piensan.
Con justa razón dice en Mt.24:34 que: "no pasará esta generación hasta que todo
esto acontezca", es decir, la generación que sea testigo de esas señales, lo que
significa indubitablemente que nosotros somos la última generación.
En todo el desarrollo de Mt.24 está hablando de ese período de los juicios de Dios
sobre la tierra y en conexión a Israel; como cuando dice en el vr.13, 14, 15 y el
resto del capítulo:
"Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo. Y será predicado este evangelio
del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces
vendrá el fin. Por tanto, cuando veáis en el lugar santo (el templo) la abominación
desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda), entonces los que
estén en Judea, etc.".
Aquellos que acostumbran mutilar la Palabra de Dios para torcerla y darle la
interpretación que se acomode a sus enseñanzas, pretenden dividir este capítulo
y antojadizamente dicen que los primeros versículos se refieren a la iglesia y el
resto para Israel.
Continúa en el verso 13 diciendo que: "el que persevere hasta el fin, éste será
salvo". El cristiano nunca ha sido salvo por perseverar, porque nuestra salvación
no depende de nuestras obras (Ef2:9, Rm.11:6, Tito 3:5, 2Tm.1:9), ni tan siquiera
de nuestra fidelidad, porque dentro del contexto de 2Tm.1, donde ha dicho en el
verso 9 que "nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras
obras, sino según el propósito suyo", agrega en el verso 13 "si fuéremos infieles,
él permanece fiel".
Además vale recordar que es imposible que Mt.24:13 ("el que persevere...") se lo
pueda decir a la iglesia, debido a que los cristianos no pasaremos por la Gran
Tribulación.
El evangelio del reino es para los judíos, quienes siempre han esperado el
restablecimiento del reino aquí en la tierra. Ese será el mensaje que propagarán
los 144.000 que el Señor levantará en ese tiempo, con el propósito de alcanzar a
los judíos que se encuentran dispersos por todo el mundo. Doce mil de cada una
de las doce tribus de Israel (Ap.7:4-8).
El verso 15 se refiere "al lugar santo", es decir al templo judío, al cual ningún
gentil tiene acceso. Y que Daniel profetizó que habría de ser profanado por el
anticristo, como también lo confirma 2Ts.2:4
Continúa en el verso 16 hablando de los que vivan en Judea (los judíos). Verso 20
menciona "el día de reposo", el Sábado para los judíos.
El Verso 21 declara que en ese tiempo: "entonces habrá gran tribulación".
Prosigue sobre ese tiempo de angustia que profetizó Daniel, para anunciar en el
verso 29 "inmediatamente después de la tribulación de aquellos días".
vr.30 "entonces lamentarán todas las tribus (las 12 tribus de Israel que están
dispersas lamentarán).
Zc.12:10 "mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo
unigénito", entonces verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del
cielo, con poder y gran gloria".
Durante ese tiempo Israel será salvo por perseverar (vr.13), ¿perseverar en qué?
En rechazar la marca de la bestia y en adorar su imagen.
Ap.20:4 "y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de
juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por
la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no
recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos, y vivieron y reinaron con
Cristo mil años".
Los únicos que se salvarán durante la Gran Tribulación, serán los judíos,
incluyendo a aquellos que se encuentran dispersos por todo el mundo.
Es lo que concuerda con el contexto que dice en el verso siguiente (Ap.7:15) "y le
sirven día y noche en el templo". Una vez más recuerdo a mis lectores que los
gentiles no pueden entrar al templo, y que la iglesia en ese tiempo ya está en el
cielo, donde no existe templo (Ap.21:22).
En la parábola de las diez vírgenes, que el Señor también dice como respuesta a
esa pregunta de sus discípulos, les declara que aquellas insensatas que se
encontraban mezcladas con las verdaderas, pero que nunca habían nacido de
nuevo; cuando vino el esposo, ellas (Mt.25:10) no vieron al esposo, y (Mt.25:11)
quedaron fuera.
Se cerró la puerta de salvación para los gentiles cuando vino el Señor y se llevó a
su esposa (la iglesia) y a las amigas, los creyentes del Antiguo Testamento que
también tomarán parte en la primera resurrección, porque la Biblia nos habla
solamente de dos resurrecciones, una para vida y otra para condenación.
Esos "creyentes" nominales que nunca fueron realmente del Señor, los que
acuden a las iglesias por la actividad social, la música, o para buscar sanidad u
otro favor de Dios; todos esos cuando venga el Señor por Su iglesia, quedarán
eternamente excluidos del reino de los cielos.
Ellos se darán cuenta que vino el Señor, porque todos los cristianos verdaderos
habrán desaparecido en un abrir y cerrar de ojos. Entonces clamarán con mucha
desesperación, y seguramente que también con mucha sinceridad, pero la
respuesta que recibirán del Señor será una sola Mt.25:12 "De cierto os digo, que
no os conozco".
La puerta de la salvación para los gentiles se habrá cerrado para siempre, y todos
los que no sean verdaderamente hijos de Dios, nunca más podrán entrar.
No importa que asista a una iglesia cinco veces a la semana, pague sus "diezmos
y primicias", que sea una persona muy activa en la iglesia, cante en el coro, toque
un instrumento musical, no importa toda la bulla que haya provocado en el local
de una iglesia saltando, aplaudiendo, danzando o emitiendo sonidos que usted
decía que eran "lenguas", predique o sea pastor. Si es que no tiene al Señor
Jesucristo en su corazón y no ha nacido de nuevo, quedará afuera.
Mt.7:22 "Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu
nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos
muchos milagros? Entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí,
hacedores de maldad".
Todos los milagreros, los sopladores, los que hacen liberaciones, los que se creen
profetas; el Señor los considera "hacedores de maldad", quedarán fuera, no
entrarán en las moradas celestiales.
Cristo viene pronto ¿Se irá Ud. con el Señor a esas moradas celestiales que él fue
a preparar?