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Si el pagaré fuera a favor de una compañía financiera, se consideraría una relación de consumo entre Inés como consumidora y la compañía como proveedora. La excepción de Inés sería procedente ya que la compañía debería haber incluido los requisitos del artículo 36 de la Ley de Defensa del Consumidor en el pagaré, como la tasa de interés efectiva anual. De no haberlo hecho, el juez podría declarar la nulidad parcial o total del contrato.
Si el pagaré fuera a favor de una compañía financiera, se consideraría una relación de consumo entre Inés como consumidora y la compañía como proveedora. La excepción de Inés sería procedente ya que la compañía debería haber incluido los requisitos del artículo 36 de la Ley de Defensa del Consumidor en el pagaré, como la tasa de interés efectiva anual. De no haberlo hecho, el juez podría declarar la nulidad parcial o total del contrato.
Si el pagaré fuera a favor de una compañía financiera, se consideraría una relación de consumo entre Inés como consumidora y la compañía como proveedora. La excepción de Inés sería procedente ya que la compañía debería haber incluido los requisitos del artículo 36 de la Ley de Defensa del Consumidor en el pagaré, como la tasa de interés efectiva anual. De no haberlo hecho, el juez podría declarar la nulidad parcial o total del contrato.
a) ¿Cómo crees que resolverá el tribunal? En no más de tres (3) párrafos, desarrolla el argumento central que utilizarías si fueras el juez de la causa.
Desde la perspectiva del Magistrado al momento de resolver, es necesario tomar en
consideración la conexión para establecer la relación entre el actor y demandado. Basándose en consensuar de manera profesional la parte actora (profesional en contaduría), por lo tanto, su definición no se ajusta a la del proveedor establecida en el art. 2 de la ley 24.240. No se verifica la presunta existencia de una relación de consumo ni el incumplimiento del deber de información expresado en la excepción, ya que Agustín, en su calidad de profesional en contaduría, no se encuentra incluido en la definición de proveedor y no actúa como tal (artículo 2 LDC), dado que para ejercer su profesión requiere un título universitario otorgado por colegios profesionales. Por este motivo no se puede inferir que se trata de una relación de consumo. Se podrá resolver aceptando la demanda ejecutiva presentada por AGUSTÍN, considerando que la demandada debe pagar el pagaré, más los intereses de la mora y los costos del proceso hasta que AGUSTÍN lo cobre, desestimando así la excepción planteada por Ines.
b) Si en vez de Agustín, el pagaré fuera librado a favor de una compañía financiera
dedicada al préstamo de dinero, ¿la solución sería otra? Nuevamente, en no más de tres (3) párrafos, confecciona la resolución que el tribunal emitirá.
Si el pagaré es emitido a favor de una compañía financiera especializada en préstamos de
dinero, la solución difiere de la mencionada anteriormente. En este caso, nos encontramos frente a una "relación de consumo". La Sra. Inés se encuentra en calidad de "consumidora" y la compañía financiera en calidad de "proveedora", ambos enmarcados en la Ley 24.240. Por lo tanto, la excepción interpuesta será procedente en este caso. El pagaré debe cumplir con los requisitos establecidos en el art. 36 de la Ley de Defensa del Consumidor, so pena de nulidad. Si el proveedor omite incluir alguno de estos datos en el documento correspondiente, el consumidor tendrá derecho a demandar la nulidad total o parcial del contrato o de una o más cláusulas. En caso de que el juez declare la nulidad parcial, se procederá a integrar el contrato si es necesario. En las operaciones financieras para consumo y en las operaciones de crédito para consumo, es necesario incluir la tasa de interés efectiva anual. Su omisión determinará que la obligación del tomador de abonar intereses se ajuste a la tasa pasiva anual promedio del mercado difundida por el Banco Central de la República Argentina vigente en la fecha de celebración del contrato. Para que exista un pagaré de consumo, se requiere una relación jurídica entre un consumidor y un proveedor, mediante la cual el consumidor adquiera bienes o servicios como destinatario final, y el proveedor le conceda un crédito para dicho fin, ya sea directamente o a través de otro sujeto (crédito directo o indirecto). Además, el proveedor debe exigir al consumidor la firma de títulos valores (pagarés) para contar con una garantía de pago que permita una ejecución ágil de la deuda en caso de incumplimiento. Esta definición está claramente establecida en la doctrina local, según Francisco Junyent Bas, María Constanza Garzino y Santiago Rodríguez Junyent en su obra "Cuestiones claves del derecho del consumidor", Córdoba, año 2017, Ed. Advocatus, pág. 158.
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