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456 ÉTICA EUDEMIA LIBRO 11 457

fuerza e involuntariamente cuando se trata de evitar un trumento, o de la causa de la acción (algunas veces, en
dolor violento, que cuando se trata de un dolor ligero, efecto, o bien uno sabe que es su padre, pero no hace
esto ) para matarlo, sino para salvarlo, como las Pelía-
'
y, de manera general, más cuando tiene por fin evitar
25 el sufrimiento que cuando se trata de alegrarse. Pues das S2, O bien sabe que es una bebida, como un filtro
lo que depende de uno mismo -y todo se reduce a esto- O vino, cuando realmente es cicuta) se opone a la ig- 5
es lo que su naturaleza es capaz de soportar; y lo que norancia de la persona, del instrumento y del acto mis-
no es capaz de soportar y no pertenece tampoco a su mo, y esta ignorancia no es accidental; pero obrar por
propio deseo natural o a su razón, no depende de uno ignorancia del acto, del instrumento y de la persona,
mismo. Es por esto por lo que, en el caso de las perso- es una acción involuntaria. Luego, lo contrario es vo-
nas inspiradas y que profetizan, aun cuando ejerzan un luntario.
acto de pensamiento, no decimos, sin embargo, que es- Así pues, todo lo que un hombre hace -estando en
tá en su poder decir lo que dicen ni hacer lo que hacen. su poder no hacerlo- sin estar en la ignorancia y por
30 Y lo mismo ocurre con las acciones realizadas por cau- su propio esfuerzo, es necesariamente voluntario, y en 10
sa del apetito. En consecuencia, ciertos pensamientos esto consiste lo voluntario; pero todo lo que hace en
y ciertas pasiones no dependen de nosotros, ni los actos la ignorancia y por causa de ella, lo hace involuntaria-
de acuerdo con estos pensamientos y razonamientos, si- mente. Pero, puesto que saber y conocer tienen dos sen-
no que, como dice Filolao 5', ciertas razones son más tidos -el uno consiste en poseer, el otro en hacer uso
fuertes que nosotros. de la ciencia-, aquel que posee la ciencia, pero no hace
Así pues, si era necesario considerar lo voluntario uso de ella, podría ser, en un sentido, justamente llama-
y lo involuntario también en relación con lo hecho por do ignorante, pero en otro sentido, no; por ejemplo, si
35 la fuerza, sea ésta nuestra distinción. (En efecto, se han por negligencia no se sirve de ella. Semejantemente, se
dado los argumentos que constituyen el mayor obstácu- podría reprender a una persona por no poseer la ciencia,
lo al acto voluntario y que hacen que uno obre por la si esto fuera algo fácil o necesario, y si el no poseerla 1s
fuerza y no voluntariamente.) fuera por negligencia, placer o dolor. Hay que, añadir,
pues, estas precisiones a nuestra definición.
Sea, pues, ésta nuestra manera de definir lo volunta-
9. Definición de lo voluntario y de lo involuntario rio y lo involuntario.

Una vez concluido este tema y puesto que lo volun-


tario no ha sido definido ni por el deseo ni por la elec- 10. La elección deliberada
n2sb ción, nos resta, entonces, definirlo como lo que está de
acuerdo con el pensamiento. Lo voluntario, así pues, Hablemos ahora de la elección, empezando por plan-
parece ser opuesto a lo involuntario. Y obrar con cono- tear varias dificultades acerca de ella. En efecto, se 20
cimiento de la persona sobre quien se actúa, o del ins- 52 Hijas de ~ e l i a s ,rey de Yolco, que despedazaron a su padre

aconsejadas por Medea, la cual les había prometido que, resucitándo-


5' Filósofo pitagórico (480-400 a. C.) contempóraneo de Sócrates. lo, lo rejuvenecería.

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