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LA GUERRA CIVIL EN UN
CONTEXTO DE CRISIS INTERNACIONAL (1931-1939)
En la tarde del 17 de julio de 1936 las guarniciones de Melilla, Ceuta y Tetuán se sublevaron
contra la República. Durante la madrugada el comandante militar de Canarias, Francisco Franco, se
adhirió a la rebelión. El 18 de julio el levantamiento se extendió por la Península. El norte de Castilla
y León y de Extremadura, Aragón, Canarias, Galicia, Andalucía occidental, Granada y Oviedo, así
como el Protectorado, estuvieron al lado de los rebeldes.
El presidente del Gobierno, Casares Quiroga, dimitió aquella misma noche. Fue sustituido
por Diego Martínez Barrio, que intentó negociar con el general Mola, pero fracasó. Martínez Barrio
abandonó y le sustituyó José Giral, que repartió armas al pueblo. En Barcelona, Lluis Companys
formó un comité de gobierno con presencia de socialistas y anarquistas.
El día 21 la situación se estabilizó y comenzó una larga contienda.
-La España republicana estaba constituida por 21 capitales de provincia, entre ellas Madrid,
Barcelona, Valencia y Bilbao.
-La España nacional controlaba 29 capitales de provincia, entre ellas Zaragoza y Sevilla.
El Ejército, la Guardia de Asalto y la Guardia Civil quedaron divididos. La aviación y la
marina estaban en manos de la República. El Ejército de África, en su mayoría, estuvo con los
nacionales.
Desde su inicio, la guerra española se convirtió en un conflicto de trascendencia
internacional. La extrema tensión de la época, con un mundo dividido entre potencias democráticas y
Estados fascistas, facilitó la toma de postura. En general, la opinión pública progresista y el
movimiento obrero internacional se alinearon con la República.
En todo caso, los dirigentes democráticos occidentales no querían arriesgarse a una nueva
guerra europea por España. El Gobierno francés estuvo inicial dispuesto a entregar armas a la
República, pero rápidamente la presión inglesa le hizo desistir.
Además de la superioridad militar de los franquistas, la desigual ayuda exterior fue la otra
causa determinante de su victoria. Tras el golpe, Franco y Mola solicitaron de inmediato a Italia y
Alemania dinero, armas y, sobre todo, barcos. Pronto comenzó la ayuda militar. Mussolini envió
cerca de 70.000 hombres y la Alemania nazi, por su parte vendió armas a los sublevados y envió a
España la Legión Cóndor, unidad de élite de la aviación alemana.
También tuvieron la colaboración de Portugal. Por el contrario, la República vio pronto como
la inicial ayuda francesa quedó cortada por el Acuerdo de No Intervención. Sólo más tarde comenzó
a llegar la ayuda soviética, pero la ayuda rusa, pagada con el oro del Banco de España, fue bastante
dispersa y tuvo serias dificultades para llegar.
La otra ayuda que recibió la República fue la de las Brigadas Internacionales. Los brigadistas
eran voluntarios antifascistas reclutados por la Komintern en todo el mundo, aunque muchos de ellos
no eran comunistas. Se calcula que llegaron a España a lo largo de dos años unos 40.000 brigadistas.
A finales de 1938, Negrín aceptó su retirada de forma unilateral, ante las presiones el Comité de No
Intervención
La Guerra Civil fue concebida como una guerra total y fue el escenario de pruebas y ensayos
de armamentos y nuevas tácticas militares. La cifra de víctimas mortales se acerca a los 700.000
según las fuentes más fiables a lo que se unen los heridos y los que dejaron de nacer, conocida esta
generación como “generación hueca”.
Una de las consecuencias más brutales y duraderas de la guerra fue la represión que se
desencadenó, desde su inicio, en los dos bandos y que se prolongó muchos años después del fin de
las hostilidades.
También hubo exiliados. Francia acogió 450.000 republicanos. La Unión Soviética albergó a
5000 niños. Iberoamérica recibió 50.000 exiliados, en especial México que acogió 20.000. Aunque
una parte retornaría a lo largo de la dictadura, la mayoría permaneció fuera de España. Además del
impacto emocional y del desgarro psicológico que el exilio supuso para los afectados, la repercusión
sobre la vida de los españoles fue enorme. Se trataba de una población mayoritariamente joven,
activa y, sobre todo, incluía los sectores mejor preparados del país. Entre ellos estaban las élites
científicas, literarias y artísticas de la Edad de Plata.
Gran parte de la infraestructura del país se vio afectada: carre teras, viviendas, centrales
eléctricas, etc. La producción del sector agrario de 1939 bajó un 20% con relación a los años
anteriores a la guerra y la cabaña ganadera se redujo en un 30%. También la producción industrial se
redujo en un 30%. La Hacienda pública se quedó sin divisas y sin reservas de oro y el índice de vida
aumentó considerablemente.