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TAREA 2ª EVALUACIÓN DE HISTORIA DE ESPAÑA

REALIZA EL COMENTARIO DE LOS SIGUIENTES TEXTOS Y MAPAS:

Núcleos huelguísticos en 1917

1. Explique brevemente el tipo de fuente, la localización cronológica y el contenido.

Sobre esta fuente, podemos ver los principales núcleos huelguísticos de 1917, se trata
de una fuente primaria de naturaleza geográfica. Los afectados era la población rural
que vivían en condiciones infrahumanas

2. Explique el contexto histórico de la crisis de 1917


Estos son los componentes de la crisis :

1. El malestar militar.

Los oficiales del Ejército se mostraban cada vez más descontentos por el atraso técnico, la falta
de medios y los bajos salarios. El malestar se acrecentó por la decisión del Gobierno de primar
con ascensos rápidos a los militares con destino en Marruecos, donde el alto mando era
incapaz de llevar la guerra a término. Los oficiales reaccionaron al verse postergados en el
escalafón por los “africanistas”. Para presionar al Gobierno y defender sus reivindicaciones,
decidieron crear unos organismos denominados Juntas Militares de Defensa (“junteros”) que
agrupaban a jefes y oficiales. El gobierno llegó a ordenar en un primer momento el arresto
de los cabecillas de la protesta, pero los junteros se enfrentaron al gobierno y amaneraron con
recurrir a la violencia, cortar las comunicaciones ferroviarias y ocupar las oficinas
gubernamentales si los oficiales no eran puestos en libertad. Finalmente, el gobierno claudicó
y cedió a las demandas de los oficiales. Las Juntas Militares de Defensa no se disolvieron hasta
1922.

2. La protesta política.

A comienzos de 1917 la oposición criticaba duramente la inoperancia del Gobierno y


denunciaba la corrupción de la oligarquía política liberal-conservadora. A las críticas, el
Gobierno respondió con la suspensión de las Cortes, la detención de los líderes de la UGT,
Largo Caballero y Besteiro, y la restricción de los derechos civiles.

Como consecuencia, en julio se produce una crisis parlamentaria. Los partidos de la oposición
que reclamaban durante meses la reapertura de las Cortes, celebraron una reunión promovida
por la Lliga para crear una Asamblea Nacional de Parlamentarios. Con este acto de rebeldía los
nacionalistas catalanes, los republicanos y los socialistas se atrevieron a desafiar al gobierno
con la intención de forzar una renovación del régimen político.

Los 70 diputados reunidos en Barcelona formularon una serie de peticiones como una reforma
constitucional, que facilitara la verdadera democratización del sistema político español para
acabar con el turnismo y con las intromisiones del rey en los asuntos de gobierno, y la solicitud
de la autonomía política para Cataluña, que debería hacerse extensiva a todas las regiones
españolas.

La Asamblea fue disuelta sin violencia y la Lliga acabó pactando con el gobierno y entrando en
él, sin conseguir ninguna de las reformas que se habían propuesto.

3. La huelga general de 1917.

La inflación, la persistencia de la miseria en el campo, la insuficiencia de los salarios y el


crecimiento del desempleo en las grandes ciudades provocaron la intensificación de los
conflictos sociales y de la agitación obrera. El descontento fue canalizado por la CNT y la UGT.
Estas dos organizaciones sindicales suscribieron una alianza en 1916 y, pocos meses después,
convocaron una huelga general indefinida que comenzó el 13 de agosto de 1917. El gobierno
respondió con el estado de guerra para que el ejército se hiciese cargo de la represión, y el
toque de queda.

Las consecuencias fueron importantes. Hubo un centenar de muertos y miles de detenidos


(entre ellos los dirigentes huelguistas del PSOE y la UGT, como Largo Caballero y Besteiro). Sin
embargo, y pese a la derrota, demostró a los sindicatos la capacidad de movilización que
tenían. Además, agudizó la crisis política: en octubre Dato dimitió y se formó un frágil gobierno
de coalición.
LA GUERRA CIVIL, NOVIEMBRE 1936

1. Explique brevemente el tipo de fuente, la localización cronológica y el contenido.

Nos encontramos ante una fuente primaria de naturaleza militar. Representa el


territorio ocupado de los dos bandos de la guerra civil en la península ibérica. No
sentamos en plena guerra civil.

2. Explique el contexto histórico del inicio de la Guerra Civil española


La conspiración militar se inició como consecuencia de la victoria del Frente Popular en las
elecciones de febrero de 1936. Sin embargo, antes se habían producidos otros intentos, como
la Sanjurjada de 1932 y los movimientos de los generales Goded, Fanjul y Franco entre
diciembre de 1935 y julio de 1936.

En la conspiración también hubo colaboradores civiles (monárquicos, alfonsinos y carlistas,


fascistas, etc.). Sin embargo, el golpe de Estado de julio de 1936 fue organizado, liderado y
planeado exclusivamente por una serie de militares. El estratega y jefe de la operación fue el
general Emilio Mola, que estaba en Pamplona, ciudad a la que había sido destinado por el
Gobierno precisamente por ser sospechoso de golpismo. El general Sanjurjo, por su parte, era
la persona designada por los conspiradores para presidir el Directorio militar que se debía
crear tras el golpe; sin embargo, falleció en los primeros días de la sublevación en un accidente
aéreo cuando se dirigía a Pamplona desde Portugal, donde residía. El general Francisco Franco,
que lideraría a los sublevados más tarde, se incorporó a la conspiración en el último momento
y tras muchas dudas.

Mola pretendía instaurar un modelo de Gobierno idéntico al de la Dictadura de Primo de


Rivera; su objetivo era establecer un poder autoritario que desalojara al Gobierno legítimo y
suspendiera las libertades constitucionales. Los conspiradores no habían acordado más
objetivo que éste ni planificado ninguna alternativa política clara al Gobierno republicano.
Además, los sublevados preveían un golpe breve y rotundo que durase horas o días, pero no
una guerra civil de años. Imaginaban que las débiles instituciones republicanas y la sociedad
española no les ofrecerían apenas resistencia.

El Gobierno de la II República, presidido por Santiago Casares Quiroga, confió excesivamente


en sus fuerzas y en sus posibilidades; también temió armar a las organizaciones obreras y no
adoptó las medidas adecuadas para prevenir el conflicto que se estaba preparando. Cuando la
sublevación estalló, tampoco se tomaron medidas enérgicas. La guerra fue, pues, la
consecuencia de un golpe militar mal ejecutado y de un Gobierno demasiado débil para
frenarlo.
DISCURSO DE MANUEL AZAÑA EN LAS CORTES (13-10-1931)

“España ha dejado de ser católica (…)

Yo no puedo admitir, señores diputados, que a esto se llame problema


religioso. El auténtico problema religioso no puede exceder de los límites de la
conciencia personal, porque es en la conciencia personal donde se formula y se
responde la pregunta sobre el misterio de nuestro destino. Este es un problema
político, de constitución del Estado, y es ahora, precisamente, cuando este problema
pierde hasta las semejas de religión, de religiosidad, porque nuestro Estado, a
diferencia del Estado antiguo, que tomaba sobre sí la curatela de las conciencias y
daba medios de impulsar a las almas, incluso contra su voluntad, por el camino de la
salvación excluye toda preocupación interna y todo cuidado de la fidelidad, y quita a la
iglesia aquel famoso brazo secular que tantos y tan grandes servicios prestó. Se trata,
simplemente, de organizar el Estado español con sujeción a las premisas que acabo
de establecer. (…).

1. Resuma con brevedad el contenido del texto.


Este fragmento se trata de un texto histórico circunstancial en el que emisor, Manuel
Azaña expresa su ideal, el como persona no está aferrado a la religión y en este
fragmento intenta explicar que esos ideales son cosas del pasado.

2. Señale las ideas fundamentales del texto.


Que le Estado sea un Estado laico.
Mayor libertad sobre la sociedad.
Estado en base al laicismo.

3. Responda a la siguiente cuestión: La proclamación de la II República.

La conspiración militar se inició como consecuencia de la victoria del Frente Popular


en las elecciones de febrero de 1936. Sin embargo, antes se habían producidos otros
intentos, como la Sanjurjada de 1932 y los movimientos de los generales Goded,
Fanjul y Franco entre diciembre de 1935 y julio de 1936.
En la conspiración también hubo colaboradores civiles (monárquicos, alfonsinos y
carlistas, fascistas, etc.). Sin embargo, el golpe de Estado de julio de 1936 fue
organizado, liderado y planeado exclusivamente por una serie de militares. El
estratega y jefe de la operación fue el general Emilio Mola, que estaba en Pamplona,
ciudad a la que había sido destinado por el Gobierno precisamente por ser
sospechoso de golpismo. El general Sanjurjo, por su parte, era la persona designada
por los conspiradores para presidir el Directorio militar que se debía crear tras el golpe;
sin embargo, falleció en los primeros días de la sublevación en un accidente aéreo
cuando se dirigía a Pamplona desde Portugal, donde residía. El general Francisco
Franco, que lideraría a los sublevados más tarde, se incorporó a la conspiración en el
último momento y tras muchas dudas.
Mola pretendía instaurar un modelo de Gobierno idéntico al de la Dictadura de Primo
de Rivera; su objetivo era establecer un poder autoritario que desalojara al Gobierno
legítimo y suspendiera las libertades constitucionales. Los conspiradores no habían
acordado más objetivo que éste ni planificado ninguna alternativa política clara al
Gobierno republicano. Además, los sublevados preveían un golpe breve y rotundo que
durase horas o días, pero no una guerra civil de años. Imaginaban que las débiles
instituciones republicanas y la sociedad española no les ofrecerían apenas resistencia.
El Gobierno de la II República, presidido por Santiago Casares Quiroga, confió
excesivamente en sus fuerzas y en sus posibilidades; también temió armar a las
organizaciones obreras y no adoptó las medidas adecuadas para prevenir el conflicto
que se estaba preparando. Cuando la sublevación estalló, tampoco se tomaron
medidas enérgicas. La guerra fue, pues, la consecuencia de un golpe militar mal
ejecutado y de un Gobierno demasiado débil para frenarlo.
TEXTO DE FRANCISCO FRANCO (Carta dirigida a Mussolini previa a la
entrevista de Hendaya con Hitler).

“Desde que comenzó la actual contienda fue nuestro propósito el hacer los
mayores esfuerzos en nuestra preparación para, en ocasión favorable, intervenir en
ella en la medida de nuestros medios; ya que la situación de carencia de los
elementos más indispensables a nuestra vida y la interrupción de las comunicaciones
con Italia y Alemania nos impedía, de momento, toda acción (…).
Las consecuencias que el vencimiento de Francia ha de tener en la ordenación
de los territorios norteafricanos, me aconsejó, llegado aquel momento, encargase a mi
embajador en Roma os trasmitiera las aspiraciones y reivindicaciones españolas,
tradicionalmente mantenidas a través de nuestra historia en la política exterior de
España (…).
Así a la aportación que España hizo al establecimiento del orden nuevo, con
nuestros años de dura lucha ofrece una más, al prepararse a tomar un lugar en la
contienda contra los enemigos comunes.
En este sentido, hemos solicitado de Alemania los elementos indispensables a
la acción, impulsando los preparativos y haciendo todos los esfuerzos para mejorar en
lo posible la situación de abastecimiento.
Por todo ello, comprenderéis la urgencia en escribiros para pediros vuestra
solidaridad en estas aspiraciones para el logro de nuestra seguridad y grandeza con la
reciprocidad más absoluta de nuestro apoyo para vuestra expansión y vuestro futuro.
Con mi mayor admiración hacia los bravos camaradas italianos que tan
gloriosamente luchan, os envío mi más cordial afecto”.

1. Resuma con brevedad el contenido del texto.


En este fragmento podemos explicar la necesidad de tropas al momento y logística
para la contienda entre franquistas y republicanos, Franco le pide a Mussolini ayuda.

2. Señale las ideas fundamentales del texto.


La petición de ayuda de Franco hacia Mussolini
Anteriormente se solicitó ayuda a los alemanes.
Le prestará ayuda, es un futuro.

3. Responda a la siguiente cuestión: La Guerra Civil española. La dimensión


internacional del conflicto.

La guerra obligó a las grandes potencias a adoptar posiciones individuales, pero también una
postura conjunta que se conoció con el nombre de No Intervención.

La posición particular de las potencias fue un aspecto totalmente decisivo en el devenir de la


Guerra Civil debido a la intervención de la Italia fascista y de la Alemania nazi a favor del
ejército rebelde, primero, y del nuevo Estado franquista, después.
El apoyo de Alemania e Italia se concretó en la aportación de unidades militares
completas, como la Corpo di Truppe Volontarie (CTV) italiana, y la Legión Cóndor alemana.
Hubo cobertura naval y aérea, en el decisivo paso de las tropas estacionadas en África, y a lo
largo de la guerra, con lo que la superioridad aérea de los sublevados fue creciendo. El
material bélico procedente de Alemania era de primera categoría y nuevo, proporcionó a los
sublevados abundante artillería y reserva de municiones. Ambas potencias procedieron al
reconocimiento inmediato del Gobierno de Franco.

Los motivos de Italia y Alemania para prestar apoyo a los sublevados fueron de tipo político y
estratégico:

El conflicto español les servía para realizar una puesta a punto de sus ejércitos de cara a la
guerra mundial que se avecinaba y para la que estaban preparando concienzudamente. En
España pudieron ensayar nuevas armas y estrategias, como los carros de combate y los
aviones militares. Los alemanes e italianos simpatizaban ideológicamente con los sublevados.
La victoria de Franco representaba el triunfo del fascismo y daba prestigio a todos los
regímenes autoritarios.

El apoyo a los sublevados abría la posibilidad de ejercer influencia sobre un nuevo aliado que
podía ser útil para la política internacional en el futuro. Así sucedió durante la Segunda Guerra
Mundial, en la que, aunque Franco no llegó a participar, envió voluntarios para el frente ruso y,
después de 1945, protegió a nazis y a fascistas perseguidos. Para Italia en particular, el control
del Mediterráneo era útil para combatir a Gran Bretaña.

La mayor parte de las ayudas italo-germanas se convirtieron en semigratuitas. Durante


Segunda Guerra Mundial, España aportó a Alemania los materiales de interés estratégico que
necesitaba. Alemanes e italianos recibieron, por tanto, limitadas contraprestaciones
económicas por su apoyo a Franco.

Aparte del apoyo italo-germano, los sublevados contaron con el de Portugal, gobernado por
Salazar. Este país envió una división de apoyo (los Viriatos), pero su colaboración más
importante fue el control de la frontera, que abrió a los rebeldes y cerró a los republicanos, a
quienes, además, entregó cuando se refugiaron en Portugal. Franco contó también con el
apoyo de los fascistas irlandeses, que organizaron la Legión de San Patricio.

No obstante, el respaldo diplomático más importante para los sublevados lo proporcionó, sin
duda, el papado, que alentó a los católicos de todo el mundo a apoyar lo que la Iglesia
española calificó de cruzada. Esta actitud tuvo una enorme repercusión en la opinión pública
internacional. El Estado vaticano reconoció al régimen franquista ya en el verano de 1937.

Los gobiernos conservadores de Gran Bretaña no solo se abstuvieron de apoyar al Gobierno de


la II República, sino que mantuvieron una discreta oposición al triunfo de esta causa. Los
políticos británicos temían las repercusiones del éxito de una posible revolución social en
España y promovieron una política de apaciguamiento hacia los fascismos.
En Francia se permitieron, e incluso se alentaron, todo tipo de adhesiones colectivas y actos de
apoyo al Gobierno republicano español, aunque no hubo ningún pronunciamiento oficial. El
Gobierno francés se limitó a cerrar las fronteras para evitar la entrada de armas en España.
Fue determinante para esta postura la polarización que se vivía en la sociedad francesa, ya que
en este país gobernaba también un Frente Popular desde 1936; contribuyó, así mismo, a esta
actitud la posición británica, que presionaba a Francia, y el miedo a provocar a la Alemania
nazi. Por último, las razones de Estados Unidos para mantenerse neutral fueron explícitamente
no alentar el «comunismo europeo», lo que no impidió el acceso del ejército de Franco a la
gasolina estadounidense.

Las iniciativas de las democracias fueron, por tanto, tan decisivas para el desenlace de la
guerra como las de los fascismos.

El Gobierno republicano español, por consiguiente, solo contó con el apoyo de la URSS a partir
de septiembre de 1936, tras muchas reticencias iniciales, y con una minúscula ayuda de
México, presidido entonces por Lázaro Cárdenas, que proporcionó sobre todo municiones y
acogió a numerosos exiliados republicanos al término de la guerra.

El apoyo soviético se concretó en dos aspectos fundamentales:

La ayuda directa con la entrega de armamento. Se hizo de forma clandestina y lenta, y la II


República hubo de pagar al contado con el oro del Banco de España. Este armamento era más
anticuado (especialmente el de aviación) que el que recibía Franco de sus aliados, a excepción
de los carros de combate. Estos vehículos, sin embargo, no se emplearon con mucha
frecuencia, ya que el avance con ellos estaba todavía en fase experimental.

El Gobierno soviético ordenó a la Internacional Comunista que organizara el reclutamiento de


voluntarios de todo el mundo, las Brigadas Internacionales, e impulsó movimientos de
solidaridad antifascista en los países occidentales. Fomentó, así mismo, la presencia
diplomática con la llegada a España del primer embajador soviético de la historia de nuestro
país.

Política de No Intervención:

Todas las potencias acordaron la no injerencia diplomática y militar en los asuntos españoles y
prohibieron las exportaciones de armamento a España. Esta política, conocida con el nombre
de No Intervención, sirvió para impedir al Gobierno legítimo de la II República se aprovisionara
libremente de armas en el extranjero para defenderse de una rebelión (tuvo que hacerlo de
forma clandestina y con enormes dificultades, lo cual ahondó la diferencia de equipamiento
entre uno y otro ejército). Para que el acuerdo de no intervención fuera efectivo, se encargó a
un comité (Comité de No Intervención) creado en Londres, en septiembre de 1936, por
iniciativa francesa para que velara por su cumplimiento. Esta política, defendida sobre todo
por el Gobierno británico, tuvo éxito hasta cierto punto, ya que aisló el conflicto español, pero
fracasó en lo fundamental, pues reforzó el fascismo y no solo no impidió, sino que alentó, un
conflicto internacional como fue la Segunda Guerra Mundial.
P RIM E R ME N S A JE D E L GENERAL FRANCO ( 1936)

“La Situación de España es cada día más crítica; la anarquía reina en la


mayoría de los campos y pueblos; autoridades de nombramiento gubernativo
presiden, cuando no fomentan, las revueltas; a tiro de pistola y ametralladora
se dirimen las diferencias entre los ciudadanos que alevosa y traidoramente se
asesinan, sin que los poderes públicos impongan la paz y la justicia. Huelgas
revolucionarias de todo orden paralizan la vida de la población, arruinando y
destruyendo sus fuentes de riqueza y creando una situación de hambre que
lanzará a la desesperación a los hombres trabajadores. Los monumentos y
tesoros artísticos son objeto de los más enconados ataques de las hordas
revolucionarias, obedeciendo a la consigna que reciben de las directivas
extranjeras y con la complicidad y negligencia de los gobernadores de
monterilla […].
La Constitución, por todos suspendida y vulnerada, sufre un eclipse total:
ni la igualdad ante la Ley, ni libertad, aherrojada por la tiranía; ni fraternidad,
cuando el odio y el crimen han sustituido al mutuo respeto; ni unidad de la
Patria, amenazada por el desgarramiento territorial más que por regionalismo,
que los propios poderes fomentan […]”.
Proclama del Alzamiento. 18 Julio de 1.936.

1. Resuma con brevedad el contenido del texto.

En este fragmento de carácter histórico circunstancial Franco habla de la pésimas en


la que se encuentra la sociedad española. Y redacta que el gobierno se encuentra en
circunstancias de anarquía, que no hay ningún de respeto hacia los monumentos
históricos y que habla de la Constitución como si fuera un tema de burla.

2. Señale las ideas fundamentales del texto.


El Estado en el que se encuentra la sociedad española
El gobierno en forma de anarquía
La sociedad no tiene ningún tipo de cultura general
La constitución es inadecuada.

3. Responda a la siguiente cuestión: El estallido de la Guerra Civil española

En la tarde del 17 de julio se inicia la sublevación en la guarnición de Melilla. Los oficiales


rebeldes se hicieron con la ciudad sin excesivas dificultades, situación que se repitió en Ceuta y
Tetuán. Todos los que intentaron oponerse al golpe fueron reducidos, y la mayoría fusilados.
Esa noche, Franco emprendía vuelo desde Canarias y el día 19 llegaba a Tetuán para ponerse al
frente del Ejército de África.

El jefe del Gobierno, Casares Quiroga, no comprendió la importancia de la rebelión. Perdió


unas horas decisivas sin tomar medida alguna. Ni dio instrucciones a las autoridades
provinciales ni hizo caso de las peticiones de los sindicatos y partidos obreros de que les
entregara armas. En la mañana del día 18, Queipo de Llano se sublevó en Sevilla, y con la
ayuda de varios centenares de oficiales, soldados y falangistas, consiguió dominar todos los
centros neurálgicos de la ciudad. Cuando los sindicatos quisieron reaccionar, era ya tarde.
Iniciaron la resistencia en los barrios populares, pero acabaron siendo vencidos por las tropas
rebeldes.

El golpe triunfó en casi todas las capitales de Castilla, en algunas ciudades gallegas y en zonas
de Andalucía occidental y Extremadura. También Baleares y Canarias estaban en manos de los
sublevados.

En la tarde del día 18, abrumado por la situación. Casares Quiroga dimitió. Azaña pidió al
nuevo Jefe de Gobierno, Diego Martínez Barrio, que intentara negociar, pero Mola rehusó, por
lo que Martínez Barrio también renunció. Esa misma noche, el PSOE y el PCE convocaban la
movilización de toda su militancia.

En Pamplona, Mola esperó a la mañana del 19 para sublevarse. Durante ese día, otras ciudades
quedaron bajo dominio rebelde, como La Coruña y Oviedo, donde el coronel Aranda se hizo
con el control de la ciudad mientras las milicias obreras confiadas partían hacia el sur para
ayudar en la defensa de Madrid. Durante varios meses la capital asturiana permanecería
sitiada desde las cuencas mineras. En Andalucía, los sublevados consiguieron desembarcar
algunas unidades del Ejército de África, que iniciaron una marcha hacia el norte con el objetivo
de enlazar las dos zonas en que había triunfado el golpe. Éste se impuso también en Granada y
Zaragoza.

La rebelión fracasó, sin embargo, en otros puntos importantes: la mayor parte de Aragón,
Asturias, toda Cantabria, Cataluña, Levante y buena parte de Andalucía oriental
permanecieron leales a la República. En la mayor parte de los buques de la Armada los
marineros se rebelaron contra los oficiales golpistas, siguiendo órdenes del Ministerio, y
pusieron el mando en manos de otros leales al Gobierno. En Vizcaya y Guipúzcoa, la actitud del
PNV, que declaró su lealtad al Gobierno republicano, inclinó la balanza contra la sublevación.

Pero los fracasos más grandes se produjeron en Madrid y Barcelona. El día 19, en la capital
catalana, la CNT lanzó a los obreros a las calles y se hizo con armas para enfrentarse a las
tropas golpistas. Con la colaboración de los Guardias de Asalto y la Guardia Civil, que
permaneció leal al Gobierno de la Generalitat, rechazaron el avance y sitiaron a los insurrectos.
Cuando llegó el general Goded, que debía tomar el mando de los sublevados, era tarde, y sólo
pudo rendirse ante el gobierno de Companys.

En Madrid, el nuevo presidente del Gobierno, José Giral, entregó armas a las milicias obreras,
formadas apresuradamente por socialistas y comunistas con ayuda de algunos oficiales. El día
20 estas unidades consiguieron vencer a los golpistas en el Cuartel de la Montaña. Los demás
cuarteles sublevados, en Getafe y Campamento, fueron reducidos rápidamente.

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