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Tema 25. Antimaniacos.

Introducción.
La depresión y la manía pueden ser los extremos de los dos polos del estado de ánimo, entendiendo que en
un estado de ánimo normal no vamos a estar eufóricos ni tristes a excepción de situaciones puntuales que
lo justifiquen. Hay dos tipos de trastornos del estado de ánimo:
 Depresivo mayor: El estado siempre va en la misma dirección  Estado de tristeza.
 Trastorno bipolar: Se alterna el trastorno depresivo mayor con manía y euforia. Estado de humor
exaltado, lenguaje rápido y verborreico, aceleración del pensamiento e hiperactividad tanto física
como mental. Por ello, el estado depresivo es más fácil identificarlo, ya que se relaciona con un
estado de duelo, pero la manía es más difícil de identificar, ya que pasa por un estado de euforia.
La OMS incluye al trastorno bipolar dentro de las 10 enfermedades más graves e incapacitantes. Afecta
tanto a hombres como a mujeres. Se da en todas las culturas y etnias, y sí se ven afectados los factores
hereditarios.
Etiología.
No hay un mecanismo conocido del todo. Se barajan distintas hipótesis:
 Alteraciones bioquímicas: Alteraciones de neurotransmisores o alteraciones de canales iónicos
voltaje dependientes. Uno de los iones más afectados es el sodio.
 Regulación neuroendocrina: El eje hipotálamo hipófisis adrenal es el encargado de liberar cortisol.
Niveles altos de cortisol se relaciona con los estados depresivos o de estrés. El cortisol en exceso es
perjudicial para la salud. También está relacionado el eje tiroideo y existen algunas enfermedades,
sobre todo el hipotiroidismo, que pueden confundirse con el episodio depresivo.
 Carácter hereditario: Un 50% de personas con trastorno bipolar tienen un antecedente familiar de
trastorno del estado de ánimo.
 Factores psicosociales: Influyen los factores ambientales estresantes, ambiente familiar, la propia
personalidad del individuo.
 Teoría del kindling: Defiende que una persona genéticamente a sufrir el trastorno bipolar, cada vez
que sufre un fenómeno estresante, disminuye el umbral en el que se produce el cambio del estado
de ánimo. En este caso, al enfrentarse a X situación se va debilitando, y cada vez que pasan una de
esas situaciones, van a peor; es lo contrario a “lo que no te mata, te hace más fuerte”.
Tipos.
El trastorno bipolar se puede clasificar en 4 tipos:
 Trastorno Bipolar Tipo I: Es el caso típico. Se ven los dos extremos bien marcados. Se alterna un
episodio depresivo mayor con un episodio maniaco. Es la forma más grave e incapacitante; requiere
hospitalización y conlleva deterioro laboral y social.
 Trastorno Bipolar Tipo II: Se diferencia del tipo I en el que el trastorno depresivo mayor es el mismo,
pero cambia el episodio maniaco, que es un poco más leve, hipomaniaco, y el individuo no requiere
hospitalización ni sufre el deterioro social y laboral. Si un individuo es diagnosticado con tipo II y
sufre ese deterioro, será de tipo I.
 Ciclotimia: Forma leve de trastorno bipolar. Tanto en el tipo I como en el tipo II, la depresión era
mayor. Seguimos con forma leve y la depresión ya no es mayor, sino leve. En este caso, los individuos
no se les nota tanto, quizá cierta inestabilidad, actitud lunática e imprevisible.

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 No especificado: No hay criterios de trastorno bipolar específico. Se cumplen síntomas generales
(síntomas depresivos y periodos de elevación del humor), pero no se encuadra en algunos de los
anteriores, se incluye en no especificado.
Hay algunas personas con trastorno bipolar que son cicladores rápidos, es decir, que tienen más de cuatro
crisis al año. Esto solo ocurre con el trastorno bipolar I y II.
Diagnostico.
Se pregunta al individuo sobre antecedentes familiares. Se le pregunta sobre las fluctuaciones del estado
de ánimo reciente y el tiempo que las ha sufrido. Se observa el comportamiento y el estado de ánimo, e
incluso se le pueden realizar test. Se le pueden realizar determinadas pruebas para descartar causas
orgánicas o mentales; las primeras, con otras enfermedades que se confunden con esa patología como el
síndrome de Cushing, hipotiroidismo, aquellas afectaciones como tumores o enfermedades que afecten al
lóbulo frontal, encargado de nuestra forma de ser junto con el sistema límbico que se encarga de las
emociones. También hay que descartar causas mentales, causadas por consumo de medicamentos y/o
drogas; para ello, algunas pruebas utilizadas son la PET (tomografía por emisión de positrones) o técnicas
de neuroimagen para descartar trastornos orgánicos.
Tratamiento.
El tratamiento consiste en la combinación de psicoterapia con farmacoterapia. La farmacoterapia se basa
en un principio activo que es el litio; se conocen como eutimizantes, que significa correcto y estado, por
tanto, es una sustancia que te lleva a un estado de ánimo correcto. El eutimizante o estabilizador del ánimo
por excelencia es el litio, aunque hay otros principios activos que tienen función del estabilizador del ánimo
como el ácido valproico o la carbamazepina. Cuando esto falla, también se pueden usar neurolépticos
(haloperidol y atípicos). Cuando la psicoterapia y la farmacoterapia falla, se usa la terapia electroconvulsiva
como última opción.
 Eutimizantes:
1. El litio fue el primero de los estabilizadores del ánimo, y es útil tanto en tratamiento como en
profilaxis. En el mercado se encuentra disponible como carbonato de litio (Li2CO3), y es útil
para brotes agudos de la fase maniaca, pero no es útil para la fase depresiva. No obstante,
hay casos en los que la depresión monopolar grave, a veces se asocia litio junto con el
antidepresivo. Las acciones beneficiosas del litio fueron descubiertas en 1949 por un
psiquiatra australiano llamado John Cade. El mecanismo de acción del litio es desconocido.
Una de la hipótesis es que actúa en el SNC e inhibe la despolarización que produce las
catecolaminas. Otra teoría: Disminuye los niveles de AMPc, que disminuye la sensibilidad
que tienen los receptores que son sensibles a hormonas.

El carbonato de litio se absorbe bien por vía gastrointestinal: En el mercado está en forma de
comprimidos de liberación modificada y la disponibilidad es del 40%. Se retrasa la absorción
del principio activo y se alcanzan concentraciones plasmáticas máximas a las 5 horas. Una
vez que lo tenemos en el torrente sanguíneo, no se une a proteínas plasmáticas, sino que se
va a distribuir por todo el organismo y los principales sitios donde se acumula es en el hueso,
tiroides y en el tejido cerebral. El carbonato de litio tampoco se metaboliza. Se va a excretar
inalterado mayoritariamente por la orina, y otra pequeña parte por el sudor. Puede atravesar
la placenta y llega a leche materna. La vida media de eliminación puede llegar a 24h en
pacientes con una función renal normal. Esta vida media va a ir aumentando con la edad, y
pacientes que tengan insuficiencia renal. El litio se puede eliminar del organismo a través de
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diálisis, bien hemodiálisis o diálisis peritoneal. A veces va a ser necesario eliminarlo, ya que
el carbonato de litio tiene un estrecho margen terapéutico. Las concentraciones plasmáticas
a las que son eficaces el carbonato de litio son entre 0.5 – 1 mmol/l. Por encima de 1 mmol/l
aparecen trastornos gastrointestinales y anorexia; por encima de 1.5 mmol/l es más grave y
genera ataxia, somnolencia, convulsiones, etc., y entre 3 – 5 mmol/l provoca la muerte.

Las reacciones adversas se ven favorecidas en:


 Pacientes con insuficiencia renal, dietas sin sodio, o que están tomando diuréticos
que favorecen la depleción de sodio; en este caso favorece la reabsorción del litio, ya
que aunque no haya sodio, el litio y el sodio son metales alcalinos no covalentes y, por
tanto, el litio se hace pasar por el sodio.
 Altera la función tiroidea.
 Disminuye la acción de la vasopresina (diabetes insípida).
 A pesar de atravesar la barrera placentaria, hay autores que dicen que es teratógeno
y otros que no, así que a juicio del médico, este debe analizar el balance beneficio –
riesgo.
 Si se dan estas reacciones adversas se pueden administrar diuréticos osmóticos o
eliminarlo a través de hemodiálisis.
2. El ácido valproico o carbamazepina: Es para casos en el que el paciente no toma litio o sea
resistente a la acción del litio. También son estabilizadores del ánimo.
3. Se puede hacer uso de neurolépticos, que son útiles en ataques agudos y, en ocasiones, se
asocian al litio.
Los efectos del litio se dan a los 5 – 6 días, pero clínicamente, la mejoría clínica solo se ve hasta las 3 semanas.

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