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Contenido
1. Estigma social en torno al trastorno
2. Descripción
2.1 Población
2.2 ¿Qué es?
2.3 Episodios depresivos
2.4 Episodios maníacos o hipomaníacos
2.5 Heredabilidad
3. Diagnóstico
3.1 Prevención
4. Comorbilidad con trastornos del ánimo y trastornos de personalidad
5. Tratamiento farmacológico
6. Pronóstico, funcionalidad y calidad de vida de una persona con bipolaridad
7. Estigma social en torno al trastorno
2. Descripción
Para comenzar, el trastorno bipolar es una enfermedad mental crónica que se estima
tiene una prevalencia de 2 a 3% en la población mundial y de acuerdo con la Organización
Mundial de la Salud (OMS), es la sexta causa de discapacidad en el mundo.
Éste trastorno causa cambios extremos en el estado de ánimo que comprenden altos
emocionales (manía o hipomanía) y bajos emocionales (depresión). Y si bien se desconoce
la causa exacta, es posible que tenga que ver con una combinación de factores genéticos y
ambientales y de la alteración de las sustancias químicas y las estructuras del cerebro.
Para comprender cada uno de los estados de esta enfermedad, es importante destacar
que todos los seres humanos pasamos por altos y bajos, anímicamente hablando, sin
embargo, las personas con bipolaridad tienen fluctuaciones de energía importantes,
porque su cerebro no funciona como los de las demás personas. Hay variaciones de
energía extremas que los lleva a estos estados o episodios que mencioné antes. Estos
episodios pueden durar días, como también semanas, y en caso de una descompensación
grave podría requerir hospitalización, aunque esto es más frecuente en pacientes del tipo
I.
Los episodios depresivos reúnen los síntomas de una depresión… para que podamos
dimensionarlo, por esos, por ejemplo, 7 días, la persona no es que sólo esté “bajoneada”
padece una depresión mayor y sufre los mismos síntomas, los cuales son lo
suficientemente graves como para causar dificultades evidentes en las actividades
cotidianas, como el trabajo, la escuela, las actividades sociales o las relaciones. Un
episodio así comprende cinco o más de los siguientes síntomas:
Estado anímico depresivo, como sentirse triste, vacío, desesperanzado o tener
ganas de llorar
Marcada pérdida del interés o de la capacidad para sentir placer en todas —o en
casi todas— las actividades
Adelgazamiento importante sin hacer dieta, aumento de peso, o disminución o
aumento del apetito
Insomnio o dormir demasiado
Agitación o comportamiento más lento
Fatiga o pérdida de la energía
Sentimientos de inutilidad, o culpa excesiva o inadecuada
Disminución de la capacidad para pensar o para concentrarse, o indecisión
Pensar en el suicidio, planificarlo o intentarlo
Es importante que el trastorno bipolar II no es una forma más leve de trastorno bipolar I,
sino un diagnóstico diferente. Ya que mientras los episodios maníacos del trastorno
bipolar I pueden ser graves y peligrosos, las personas que tienen trastorno bipolar II
pueden estar deprimidas durante períodos más largos, lo cual igualmente puede causar
un deterioro importante.
3. Diagnóstico
Para determinar si se padece trastorno bipolar, laa evaluación puede comprender:
Exploración física. El médico puede realizar una exploración física y análisis de
laboratorio para identificar cualquier problema médico que pudiera estar
causando los síntomas.
Evaluación psiquiátrica. El médico puede derivarte a un psiquiatra, quien hablará
con la persona acerca de sus pensamientos, sentimientos y patrones de
comportamiento. Es posible que también el paciente complete una autoevaluación
psicológica o un cuestionario. Y con tu permiso, se les podría solicitar a sus
familiares o amigos cercanos que brinden información sobre tus síntomas.
Llevar un registro del estado de ánimo. Es posible que le soliciten que lleve un
registro diario de tu estado de ánimo, los patrones de sueño u otros factores que
podrían ayudar con el diagnóstico y a encontrar el tratamiento correcto.
Criterios para el trastorno bipolar. El psiquiatra puede comparar los síntomas con
los criterios para el trastorno bipolar y trastornos relacionados que se describen en
Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales DSM-5.
Además, hay que considerar que existen factores que pueden aumentar el riesgo de
padecer trastorno bipolar o que pueden actuar como desencadenantes del primer
episodio:
Tener un pariente consanguíneo (como padre o hermano) con trastorno bipolar
Períodos de mucho estrés, como la muerte de un ser querido u otras experiencias
traumáticas
Abuso de alcohol o de drogas
Provocando que la genética se exprese en función de estos dos últimos contextos, ya que
el ambiente en el que está inserto el paciente influye en la manifestación de la
enfermedad, y posteriormente, en un aumento en la aparición de crisis depresivas,
maníacas o hipomaniacas.
Trastornos de ansiedad
Trastornos de la alimentación
5. Tratamiento farmacológico
En Chile el tratamiento de esta enfermedad se incluye dentro del auge, por lo que los
pacientes puede controlarse de manera gratuita. Esto es sumamente importante,
considerando la relevancia que tienen los psicofármacos en esta enfermedad para llevar
una vida estable.
Medicamentos
Para tratar el trastorno bipolar se utiliza una serie de medicamentos, pero los tipos y las
dosis de medicamentos se recetan según los síntomas en particular.
Los medicamentos pueden comprender:
Estabilizadores del estado de ánimo. Generalmente, se necesitará tomar
medicamentos estabilizadores del estado de ánimo para controlar los episodios
maníacos o hipomaníacos. Los ejemplos de estabilizadores del estado de ánimo
comprenden el litio (Lithobid), el ácido valproico (Depakene), el divalproato sódico
(Depakote), la carbamazepina (Tegretol, Equetro u otros) y la lamotrigina
(Lamictal).
Antipsicóticos. Si persisten los síntomas de depresión o manía a pesar del
tratamiento con otros medicamentos, puede resultar útil añadir un medicamento
antipsicótico como olanzapina (Zyprexa), risperidona (Risperdal), quetiapina
(Seroquel), aripiprazol (Abilify), ziprasidona (Geodon), lurasidona (Latuda) o
asenapina (Saphris). Cabe añadir que el médico puede recetar algunos de estos
medicamentos solos o junto con un estabilizador del estado de ánimo.
Antidepresivos. El médico puede añadir un antidepresivo para ayudar a controlar
la depresión. Debido a que, en ocasiones, los antidepresivos pueden desencadenar
un episodio maníaco, por lo general, se recetan junto con un estabilizador del
estado de ánimo o un antipsicótico.
Antidepresivo-antipsicótico. El medicamento Symbyax combina el antidepresivo
fluoxetina y el antipsicótico olanzapina. Funciona como tratamiento contra la
depresión y como un estabilizador del estado de ánimo.
Medicamentos para la ansiedad. Las benzodiacepinas pueden ayudar con la
ansiedad y mejorar el sueño, pero suelen utilizarse a corto plazo.
Encontrar los medicamentos adecuados para cada uno probablemente requiera un poco
de prueba y error. Y si alguno no funciona con un paciente, hay otros que se pueden
probar.
Este proceso requiere paciencia, ya que algunos medicamentos tardan de semanas a
meses en hacer efecto por completo. Por lo general, solo se modifica un medicamento por
vez, para que el médico pueda identificar cuáles son aquellos que alivian los síntomas con
la menor cantidad de efectos secundarios molestos. Quizás también sea necesario ajustar
los medicamentos a medida que cambian los síntomas.
Por otro lado, la psicoterapia es una parte fundamental del tratamiento para el trastorno
bipolar y puede realizarse en forma individual, familiar o grupal. Existen varios tipos de
terapias que pueden ayudar. Estas comprenden las siguientes:
Terapia interpersonal y de ritmo social. La terapia interpersonal y de ritmo social
se centra en la estabilización de los ritmos diarios, como dormir, despertarse y
comer. Una rutina regular permite controlar mejor el estado de ánimo. Las
personas con trastorno bipolar pueden beneficiarse si establecen una rutina diaria
de sueño, dieta y ejercicio.
Terapia cognitiva conductual. La atención se centra en identificar creencias y
comportamientos negativos y poco saludables, y reemplazarlos por otros que sean
positivos y saludables. La terapia cognitiva conductual puede ayudar a identificar
qué desencadena los episodios bipolares. También aprendes estrategias eficaces
para controlar el estrés y enfrentar situaciones angustiantes.
Psicoeducación. Obtener información sobre el trastorno bipolar (psicoeducación)
puede ayudarlos a ti y a tus seres queridos a comprender esta enfermedad.
Informarse sobre lo que sucede puede ayudar a obtener el mejor apoyo, a
identificar problemas, a elaborar un plan para prevenir recaídas y a respetar el
tratamiento.
Terapia centrada en la familia. El apoyo familiar y la comunicación pueden
ayudarte a respetar el plan de tratamiento y pueden servir para que tú y tus seres
queridos reconozcan y controlen los signos de advertencia de los cambios en el
estado de ánimo.
Para finalizar, quiero aclarar que las personas con bipolaridad pueden funcionar con
normalidad si siguen su tratamiento y el psiquiatra encuentra los medicamentos y las
dosis correctas. Pueden tener un trabajo y mantener relaciones saludables. Por eso es
importante que como sociedad tengamos una mirada distinta y manejemos más
información. Nosotros estamos vinculados con el área de la salud mental y por eso
probablemente nuestra perspectiva sea más comprensiva, pero el resto de la población se
basa en lo que escucha o ve, por ejemplo, que en las noticias salió que una persona con
bipolaridad mata a alguien en un estado maníaco o en las películas o series cuando los
usan como personajes que infunden terror porque están “locos”. En ocasiones las
personas con esta enfermedad tendrán miedo de contar que la padecen en su trabajo o a
una potencial pareja, por ejemplo, porque sienten que serán excluidos o juzgados, pero
con un acompañamiento adecuado de profesionales y de sus seres queridos, pueden
sentirse comprendidos y por lo tanto, aceptados.