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MAs Alll DE FRE'UD
LA ESCUELA BRITÁNICA DE LAS RELACIONES OBJETALES

tro de la cual tiene lugar el análisis, lo que hace del analista un objeto
el paciente comenzar gradualm.ente a creer en ellos y a hacerse capaz
nuevo. Cualquiera sea el mecanismo, Fairbairn no colocó el cambio
de entrar en nuevas modalidades de relación .
analítico en el despuntar de la comprensión del paciente sobre sí
Hacia el fin de la terapia analítica, Paula describió un sentimien-
núsmo, sino en la modificación de la capacidad de relacionarse, de
conectarse con el analista de una manera nueva. to de sí como si fuese un gato salvaje en una jaula cuya puerta estaba
abierta. Podía ver cómo sus antiguas formas de organizar sus expe-
riencias y relaciones la constrefiían y sentía la posibilidad de salir fuera,
Una mujer de edad mediana, cuya familia estaba estructurada en
a una nueva libertad. Pero como la jaula le daba seguridad, aunque
torno a pautas de predominio masculino y sumi~ión femenina, tendía
fuese ilusoria, era difícil abandonarla. Avanzaba y retrocedía una y
a utifu.ar sus relaciones en general y sus sesiones analíticas en particu-
otra vez, sintiéndose fuerte pero auto-retenida. No podía dejar la
lar como oportunidades para una hunúllación ritual. Paula solía enu-
jaula hasta sentirse segura de que su salida no resultaría en un salto
merar sus fallas, sus incompetencias y su desesperanza de una manera
al vacío, hasta poder creer que, más allá de la puerta de la jaula, había
que, muchos años atrás, solfa provocar la intervención de su padre, en
terreno firme (otros modos de relacionarse) y no un abismo.
un gesto que la protegía y la aplastaba al núsmo tiempo. :Estaba segu-
ra de que el analista la contemplaba con enorme desdén y se sentía
avergonzada de sus profundas insuficiencias, que creía necesario expo-
ner y documentar. D. W. WINNICOTI
Después de varios años de trabajo, Paula habló del tipo de expe-
Donald Woods Winnicott (1896-1971) fue pediatra antes de
riencia que Fairbairn consideraba central para_ el cambio analítico.
convertirse en psicoanalista y continuó implicado en la pediatría a lo
Había estado preparando los datos económicos para entregar a su con-
table y descubrió que, en el ejercicio econónúco pasado, había ganado largo de su carrera analítica. Habiendo pasado gran parte del tiempo
observando a infantes y a sus madres, desarroll6 ideas sorprendente-
más dinero del que había creído posible. Relató así al analista que
mente innovadoras y enormemente provocativas tanto acerca del tipo
había tenido por un instante un sentinúento positivo al que había :
seguido una tremenda depresión y desesperanza por los mayores : de desempeño materno que facilita un desarrollo sano del nifio cuan-
impuestos que debería pagar ahora. El analista la alentó a describir su to acerca del tipo que lo frustra.
experiencia de ambos estados. Cuando se scnáa con más capacidad de Al igual que Fairbairn, las primeras aportaciones de Wmnicott fue-
ganar: dinero, experimentaba enseguida una sensación de estar «s0la ron escritas en un lenguaje característicamente kleiniano. Winnicott
allá fuera», de algún modo aislada, desapegada. indeseable. No podía tenía impecables credenciales kleinianas: su primer analista había sido
imaginarse que el analista tuviese algún sentinúEntO cálido o profun- James Strachey (el traductor de la Standard Edition de las obras de
do hacia ella como competente y productiva, y se imaginaba un final Freud al inglés), quien había hecho venir a Melanie Klein a Inglaterra.
abrupto del tratanúento analítico. Cuando caía por fin en su familiar Su segundo analista había sido Joan Riviere, uno de los colaborado-
estado de depresión y vergüenza, se senáa de alguna manera más res más cercanos de Klein. Y la misma Mclanie Klein había sido su
supervisora. Al final, sin embargo, su espíritu fue demasiado inde-
conectada, más protegida. Senáa que el analista tendría pena de ella y .I¡ pendiente, su visión de la psicodinámica y del desarrollo, demasía~
la manten4rfa en análisis. Irónicamente, cuanto más fuerte era, más en
peligro se sentía. Sólo pasando por momentos como este en la relación do originales como para quedar contenidos dentro de la ortodoxia
analítica, momentos que pueden permanecer al margen de los viejos que Klein exigía a sus discípulos. (Véase Grosskurth, 1986, donde
patrones y que contienen estados psíquicos «fuera de carácter», podrá . se ofrece un fascinante informe sobre las relaciones entre Wmnicott
y Klein.)
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«Un bebé puede ser alimmtaM sin amor, pero la crianza carente de no eran gruesos abusos o severas privaciones, sino algo en la calidad de
amor o impersonal no conseguirá producir un nuevo_niño autónomo» la sensibilidad de la madre para con su infante, su «manejo» de las nece-
(1971, p. 144). Esta ápica afirmación de la obra tardía de Winnicott sidades del niño;,No sólo la alimentación era crucial sino también el
contiene muchas de sus preocupaciones principales y es emblemática amor, no la necesidad de gratificación sino la sensibilidad de la madre a
para la nueva perspectiva que él trajo al pensamiento psicoanalítico las características «personales» de la experiencia del infante. El puente
acerca de la relación entre el infante y su madre y, paralelamente, acer- construido por Winnicott entre la calidad y los matices de la subjetivi-
ca de la relación entre paciente y analista. . dad adulta, por un lado, y las sutilezas de las interacciones madre-
infante, por el otro, aportaron una nueva y poderosa perspectiva para
contemplar tanto el desarrollo del se/fcuanto el proceso analítico.
Trastorno de falso self Wmnicott describió al recién nacido como un ser a la deriva en
una corriente de momentos no-integrados (no desintegrados) en el que
El foco de la atención clínica de Winntcott no fue la patología emergen en forma espontánea deseos y necesidades separados que, si no
psíquica tal como se la había definido tradicionalmente en función de hallan respuesta, se pierden nuevamente en esa deriva que él llama
síntomas (por ejemplo, neurosis obsesiva) o de deformaciones del carác- <<seguir existiendo» ígoing-on-beingl. La elección que hace Winnicott
ter manifiestas en el comportamiento (por ejemplo, el retraimiento psi- del concepto de no-integración [unintegration] para caracterizar el esta-
cótico). Wmnicott estaba preocupado por la calidad de la experiencia do mental más temprano del infante es muy importante y sugiere, a
subjetiva; la sensación de realidad interior, la plenificación de la vida diferencia de Klein, una experiencia confortablemente desconectada sin
con un sentimiento de significado personal, la imagen de sí mismo estar fragmentada, difusa sin ser terrorífica. Wmnicott consideró que la
como un centro diferente y creador de la propia experiencia. El tipo calidad de la experiencia del infante en los primeros meses de vida es
de paciente que hallaba más interesante no era la persona desgarrada crucial para el surgimiento del existir personal. Es el entorno o ambien-
por un conflicto interior, atormentada por síntomas perturbadores y te que ofrece la madre (y no las presiones instintivas del niño) el que
desor•1entadores o cargada por depresión o por culpa, sino la pcrsorr~ determina el resultado. En la perspectiva de W mnicott, los trastornos
que actuaba y funcionaba como persona, pero que no se sm#a comÍJ de falso selferan «enfermedades de deficiencia ambiental».
tal Tr/JStQmo de falso se/f fue el término que Winnicott comenzó i Wmnicott caracterizó el estado mental que pefffiÍte que la «madre
utilizar para caracterizar esta forma de patología psíquica en la que la suficientemente buena>> ofrezca al infante el tipo de ambiente que él
misma subjetividad, la cualidad de ser persona sufría en cierto modo requiere mediante la expresión «preocupación materna primaria>>.
un trastorno. Durante el tercer trimestre del embarazo, la madre es preparada para
¿Cómo se genera tal patología? .Winnicott afirmó que los tras- cumplir la función profundamente biológica-que la evolución perfec-
tornos fundamentales de la identidad o ipscidad [se/jhood] se originan cionó en ella. Tal preparación acontece a través de su natural absorción
antes de la fase cdípica (en la que Freud veía el origen de la neurosis), por el feto, cuyo crecimiento en el seno materno comprime los órga-
incluso antes de la infancia tardía (en la que Mclanie Klcin veía el ori- nos internos de la madre, dificulta su movilidad, sus procesos digesti-
gen de los traStornos depresivos). El avance de comprensión más pro- vos y eliminativos y hasta su misma capacidad respiratoria. Ella se
fundo y productivo que alcanzó Wmnicott fue el de la conexión que retrae cada va más de su propia subjetividad, de sus intereses en d
comenzó a establecer entre los trastornos de falso selfen pacientes adul- mundo, y se concentra en forma creciente en los movimientos, en la
tos y las sutiles variaciones que observaba en la interacción madre-infan- vitalidad del bebé que lleva en su seno. Los estadios finales del emba-
te desde el mismo comienro de la vida. Lo que parecía más ilustrativo razo pasan a ser una expresión simbólicamente emblemática y una lii:e-

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MÁS ALlÁ DE FREUD

ra1 preparaci6n para la acci6n que desarrollará en los primeros meses Es probable que el lector se haya dado cuenta de que nadie que
de vida dd infante, al ofrecerle un entorno que nutra el crecimiento de esté en su sano juicio estaría dispuesto ni sería capaz de brindar por
su se!f. AJ ofrecer ese entorno, la madre descubre que su propia subje- largo tiempo una experiencia semejante a otra persona, con indepen-
tividad, sus propios intereses personales, sus propios ritmos y preocu- dencia de lo adorable que fuese. Pero de eso se trata, justamente. En la
paciones pasan a un segundo plano: ella adapta sus movimientos, sus visión de Winnicott, la madre no está en su sano juicio. El estado de
actividades y su misma existencia a los deseos y necesidades del bebé. la preocupación materna primaria es Ún tipo constructivo de locura
Este entorno biol6gicamente previsto que crea la madre hace temporaria que posibilita a la madre suspender su propia subjetividad
posible al infante una inmersión en la experiencia que Winnicott con- para transformarse en el medio para el desarrollo de la subjetividad del
sideró crucial para dar vida a la subjetividad, para el surgimiento de infante. Bajo circunstancias óptimas, la madre emerge gradualmente
una persona característicamente «humana», con una percepción de la de este estado de ipseidad vicaria. Se interesa cada v~ más en su pro-
vida como algo real y lleno de sentido. Como las necesidades y los pia comodidad, en sus propias preocupaciones, en su propio ·senti- .
deseos del niño emergen de una deriva no-integrada de consciencia, la miento de~r persona, por lo cual su respuesta a los deseos y gestos del
madre «suficientemente buena» intuye el deseo del niño en forma rela- bebé comienza a ser más lenta. Comienza a perder un tiempo del com-
tivamente rápida y plasma el mundo que rodea al bebé para cumplir pás, después dos, después tres.
tal deseo. La sensibilidad física del cuerpo de la madre (el «descenso» Esta falla lenta y creciente de la madre en cctraer el mundo» al
de la leche en el pecho) es el prototipo de una sensibilidad más general infante tiene un impacto poderoso, un tanto doloroso pero construc-
para los <!gestos espontáneos,. del bebé, de la necesidad que la misma tivo en la experiencia del pequeño. Lentamente, el infante, en esa bre-
madre siente profundamente de ofrecerse a sí misma como vehículo cha entre deseo y satisfacción que se abre cada vez más, comienza a
para los deseos y expresiones del bebé. darse cuenta de que, en contra de sus anteriores creencias, tan plausi-
La experiencia del infante en este tiempo extraordinario es la de . bles y convincentes, sus deseos no son omnipotentes. No eran sus
ser el centro omnipotente de toda existencia: omnipotencia subjetiva manifestaciones de deseo y sus gestos los que creaban por sí mismos su
es el término utilizado por Winnicott. Sus deseos hacen que las cosas satisfacción, sinÓ la sensible ayuda de su madre. Esta lenta toma de
sucedan. Si está hambriento y desea el pecho, el pecho aparece; éÍ consciencia tiene enormes implicaciones, entre las cuales se encuentra
hace que aparezca; él crea el pecho. Si tiene frío y comienza a sentir- la de que el infante, que para el ooservador externo ha sido desvalido
se incómodo, recibe más calor. Él controla la temperatura del mundo y dependiente todo el tiempo, comience a sentirse dependiente por vez
que lo rodea; él crea el entorno. La madre «trae el mundo» al infan- primera. Hay una gradual toma de consciencia de que el mundo no
te sin demora, sin saltarse ni un soio tiempo del compás, y, según consta de una subjetividad, sino de muchas, de que la satisfacción de
sugiere Wmnicott, su sensibilidad es la que otorga al infante este los propios deseos no exige solamente su expr~ión, sino también nego-
momento de ilusión, la creencia de que su propio deseo crea el objeto ciaciones con otras personas que tienen sus propios deseos y sus pro-
deseado. pios tiempos y actividades.
Es crucial que la madre esté allí cuando él la necesita, pero es
igualmente crucial que ella retroceda cuando no la necesita. Ella crea
lo que Wmnicott denominó un entorno de contención, un espacio físi- Experiencia de transición
co y psíquico dentro del cual el infante está protegido sin saber que lo
es~ de modo que esa misma inconsciencia pueda constituir el esce- A esa experiencia de omnipotencia subjetiva se agrega entonces
nario para la próxima experiencia que surja en forma espontánea. una experiencia de realidad objetiva. Esta no suplanta a la anterior,

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