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Barbie: Una mirada entre la perfección y la autenticidad

ANGELONE NATASHA
BERTEL ANDRYS
JULIO MARÍA JOSÉ
NARANJJO DIEGO
PADILLA ALEXANDRA
PEÑATE AYDA
PITALUA ANDRY
RUDIÑO PAULA

DOCENTE: WILLIS SIOLO JULIO

ESPAÑOL

11°01
Barbie: Una mirada entre la perfección y la autenticidad

Barbie, es una película dirigida por Greta Gerwig, protagonizada por Margot Robbie
y Ryan Gosling, con una duración de 114 minutos, estrenada el 20 de julio de 2023.
En un lugar llamado Barbieland, todo se tiñe de tonos rosados. En ese lugar, las
barbies, que son mujeres perfectas capaces de liderar un país, ganar un premio
Nobel o dirigir una granja sin despeinarse, ostentan el poder, mientras que los
hombres son considerados como meros accesorios, al igual que la casa, el coche o
los zapatos. Un día, nuestra protagonista, una Barbie estereotípica, reflexiona sobre
la mortalidad y se da cuenta de que tiene celulitis y pies planos. Para encontrar una
solución, decide aventurarse al mundo real y conocer a la dueña de la muñeca. Su
novio, Ken, la acompaña y se sorprende al descubrir que los hombres pueden tener
un papel más relevante que el de simples accesorios. La Barbie estereotipada solo
siente felicidad, pero esto no es real, y así lo descubre Barbie cuando empieza a
sentir y se adentra en el mundo real.
La película nos hace reflexionar fuertemente sobre los estereotipos y mas aun sobre
el estereotipo de mujer perfecta. Los estereotipos son una forma simplista y
generalizada de representar a ciertos grupos de personas o culturas, basándose en
creencias preconcebidas y sin considerar la diversidad y complejidad de cada
individuo. Estos estereotipos pueden perpetuar prejuicios y discriminación, al limitar
nuestra comprensión de los demás y reforzar desigualdades sociales.
En la sociedad, los estereotipos están presentes en diversos medios, como
películas, televisión, publicidad y literatura. Estas representaciones a menudo
reflejan sesgos y normas culturales arraigadas, lo que puede llevar a la exclusión y
marginación de ciertos grupos.
El estereotipo de la "mujer perfecta" ha sido perpetuado durante mucho tiempo en
la sociedad, estableciendo estándares irreales y poco saludables para las mujeres.
Esta imagen idealizada de la mujer a menudo se caracteriza por la belleza física, la
sumisión, la delicadeza y la capacidad de cumplir múltiples roles sin mostrar
debilidades. Sin embargo, esta concepción de perfección es problemática y limitante
en muchos aspectos.
En primer lugar, el estereotipo de la mujer perfecta fomenta la idea de que su valía
se basa principalmente en su apariencia física, ignorando sus logros, habilidades y
cualidades personales. Esto puede llevar a la baja autoestima y a la inseguridad en
mujeres que no se ajusten a estos estándares inalcanzables.
Además, al presionar a las mujeres para que cumplan con múltiples roles y
expectativas, como ser una madre perfecta, una esposa ideal y una profesional
exitosa, se crea una carga desproporcionada y una sensación de fracaso cuando
no pueden hacerlo todo a la perfección.
El estereotipo de la mujer perfecta también perpetúa desigualdades de género y
roles tradicionales en la sociedad, al limitar las oportunidades y expectativas de las
mujeres en función de estereotipos anticuados.

Es fundamental cuestionar y desafiar este estereotipo, promoviendo una visión más


realista y empoderadora de la mujer. Celebrar la diversidad de talentos, habilidades
y apariencias en todas las mujeres nos permitirá avanzar hacia una sociedad más
igualitaria y respetuosa, donde las mujeres puedan ser valoradas por lo que son y
no por cómo se ajustan a una imagen irreal de perfección.
En la sociedad moderna, este ha persistido a lo largo del tiempo, imponiendo un
conjunto de expectativas irreales y deshumanizadoras a las mujeres. Este
idealizado modelo ha sido perpetuado por diversos medios y plataformas, creando
una imagen homogénea y reduccionista de lo que una mujer "debería ser", como ha
venido ejemplificando el modelo de barbie desde el año 1953 cuando se creó la
primera muñeca.
Hay varios puntos en especifico que se muestran tanto directa como indirectamente
en la película, los cuales llevan a cuestionarse muy profundamente, y es importante
destacar que no se encuentra una gran diferencia entre la realidad y la ficción.
• La superficialidad de la belleza física: Uno de los pilares fundamentales del
estereotipo de mujer perfecta es su apariencia física. Esta visión limitada y
superficial de la mujer la reduce a un objeto visual para el placer de otros, ignorando
su riqueza interna, talentos y habilidades. La presión constante para cumplir con
estándares de belleza inalcanzables contribuye a la cosificación de la mujer y
fomenta la inseguridad y la baja autoestima en aquellas que no se ajustan a estos
ideales.

• La dicotomía entre fuerza y sumisión: El estereotipo de mujer perfecta es


paradójico en su naturaleza, ya que promueve tanto la imagen de una mujer fuerte
e independiente como la de una mujer sumisa y complaciente. Esta contradicción
crea una lucha interna en las mujeres, quienes se ven obligadas a equilibrar estas
cualidades divergentes para ajustarse a las expectativas sociales. En lugar de
empoderar a las mujeres para ser auténticas y resilientes, este estereotipo limita su
capacidad para ser ellas mismas y explorar todas sus facetas como seres humanos.

• El peso de la maternidad y las expectativas sociales: Otra faceta del estereotipo


de mujer perfecta es su capacidad para ser una madre ejemplar. Esta expectativa
social coloca un inmenso peso sobre las mujeres, quienes a menudo se ven
juzgadas y criticadas por sus decisiones relacionadas con la maternidad. La presión
para ser "la madre perfecta" puede generar ansiedad y culpa en las mujeres que no
se sienten capaces de cumplir con estas expectativas poco realistas. Además, esta
imagen estereotipada también marginaliza a mujeres que eligen no tener hijos,
invalidando su elección y desvalorizando sus contribuciones a la sociedad.

• La desigualdad de género perpetuada: El estereotipo de mujer perfecta juega un


papel importante en la perpetuación de la desigualdad de género. Al establecer
normas rígidas y roles predefinidos para las mujeres, se les limita el acceso a
oportunidades y se refuerzan estereotipos tradicionales que relegan a las mujeres
a roles secundarios en la sociedad. Esto no solo afecta a las mujeres, sino que
también restringe el progreso hacia una sociedad más justa y equitativa.

• La importancia de la autenticidad y la diversidad: Es fundamental reconocer que


las mujeres son seres humanos diversos, con una amplia gama de talentos,
intereses y experiencias. En lugar de adherirse a un modelo estereotipado de mujer
perfecta, debemos celebrar la autenticidad y promover la diversidad en todas sus
formas. Fomentar una visión inclusiva de la mujer nos permitirá avanzar hacia una
sociedad más igualitaria, donde cada individuo sea valorado por lo que es, en lugar
de cómo se ajusta a un estereotipo limitante.

Es importante reconocer la influencia negativa de los estereotipos y esforzarnos por


superarlos, promoviendo una representación más precisa y equitativa de la
diversidad humana en todas las formas de medios. Al hacerlo, podemos fomentar
una sociedad más inclusiva y comprensiva, donde las diferencias sean valoradas y
respetadas en lugar de ser objeto de discriminación. El estereotipo de la "mujer
perfecta" es una trampa que socava la igualdad de género y la autonomía de las
mujeres. Al reducir a las mujeres a un conjunto de expectativas y roles predefinidos,
este estereotipo niega su capacidad para ser auténticas y valiosas en todas sus
facetas. Es esencial cuestionar y desafiar este estereotipo, promoviendo una visión
más amplia y respetuosa de la mujer, que celebre su diversidad y capacidad de ser
líderes, madres, profesionales y cualquier otra cosa que deseen ser. Al hacerlo,
podremos construir una sociedad más inclusiva, equitativa y verdaderamente
igualitaria para todas las personas, independientemente de su género

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