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Fecha: 14/03/2016
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Palabras: 2.145
INTRODUCCIÓN
El día 28 de enero de 2016, el periódico El País publica la siguiente noticia: Barbie y sus
nuevas curvas. Tras las numerosas críticas recibidas por parte de las personas que
consideraban que la muñeca Barbie no representaba una mujer real, la compañía
Barbie decidió sacar varias muñecas con diferentes estaturas, siluetas, rostros y tonos
de piel. Además estas muñecas presentan nueva indumentaria, ya no visten solo con
vestidos y tacones, sino que se muestran con mayor naturalidad: vaqueros, zapatillas
deportivas, etc.
La primera muñeca Barbie que salió al mercado fue en 1959, ya lucía curvas perfectas y
extremada delgadez. La reflexión a la que pretendo llegar con el siguiente ensayo es:
¿Por qué la compañía no ha decidido hasta este momento modificar el cuerpo de sus
muñecas, representando así una muñeca más real? ¿Por qué hasta hace muy pocos
años la sociedad no se ha manifestado en contra de la Barbie “tradicional”? ¿Supone
un cambio en la cultura simbólica todo esto? ¿Están cambiando los cánones de belleza
en la actualidad? ¿Qué rol femenino se les atribuye a estas muñecas? ¿Cómo influye la
sociedad para que se tenga ésta visión de mujer perfecta? ¿Nos encontramos ante una
sociedad culturalista o naturalista?
BARBIE TRADICIONAL
La muñeca Barbie siempre ha tenido una figura esbelta, con piernas interminables,
mucho pecho, pelo larguísimo y rubio, rasgos faciales perfectos y siempre se ha
presentado maquillada. Si tomamos las medidas de la muñeca Barbie y las hacemos
reales, las medidas serían: 182 centímetros de altura, pesaría 49 kilos
aproximadamente, tendría la talla 96 de pecho, 45 centímetros de cintura y 83
centímetros de cadera. Sería imposible encontrar una mujer con estas medidas.
Además, las Barbies tradicionales siempre suelen venderse con complementos como:
bolsos, tacones, cepillos para el pelo… intentando demostrar con ello la feminidad de
las muñecas.
En primer lugar, para explicar la concepción que tiene la sociedad sobre el ideal de
belleza femenina debemos estudiar el universo simbólico de nuestra cultura. Un
símbolo, según Cassier en su obra Antropología filosófica, es:
«Una realidad material que indica otra cosa. Es algo sensible que se hace portador de
una significación universal, espiritual […], un contenido individual, sensible, que sin
dejar de ser tal, adquiere el poder de representar algo universalmente válido para la
conciencia» [Cassirer 1972, 1:36-56].
También debemos aclarar que tras la tipificación de una conducta, surgen una serie de
roles. En este caso se da un rol de género.
Uno de los roles que debe desempeñarse en la cultura europea es aquel que exige a la
mujer estar arreglada, que luzca guapa y que cuide su físico y su peinado. La imagen
personal se convierte en uno de los aspectos más importantes para la mujer. Las
Barbies tradicionales están maquilladas y bien peinadas, llevan bonitos vestidos y
tacones. Como se trata de un rol de género, durante mucho tiempo no hemos puesto
en cuestión esta idea, porque hemos considerado que uno de los papeles que cumplen
las mujeres es ese.
En el caso de las Barbies, también se cumplen alguno de los roles de género que están
presentes en la sociedad sobre la mujer, es aquel que exige a la mujer estar arreglada,
que luzca guapa y que cuide su físico y su peinado. La imagen personal se convierte en
uno de los aspectos más importantes para la mujer.
Cabe destacar en este ensayo el proceso de legitimación de una idea.
«La legitimación produce nuevos significados que sirven para integrar los ya atribuidos
a procesos institucionales dispares. La función de legitimación consiste en lograr que
las objetivaciones de “primer orden” ya institucionalizadas lleguen a ser objetivamente
disponibles y subjetivamente plausibles. » [Peter Berger y Luckman]
Para que se produzca la legitimación de una idea, son necesarios una serie de
instrumentos. En la actualidad esos instrumentos son principalmente los medios de
comunicación. Hasta este momento, el canon de belleza ha sido y es la delgadez en la
mujer. Los medios de comunicación explotan esta idea a través de los personajes
televisivos que aparecen en numerosos programas, la mayoría de mujeres son
delgadas y se muestran siempre excesivamente maquilladas, muy bien vestidas, con
altos tacones, etc. También aparecen pasarelas de modas dónde las modelos usan
como máximo la talla 32. Rara es la ocasión que se utiliza modelos de tallas “grandes”.
Aparecen numerosos anuncios sobre productos para cuidar la belleza femenina. Todo
esto produce la legitimación de la idea de belleza femenina.
Se defendería la teoría de los culturalistas, los cuales defienden que las personas nos
hacemos en sociedad, por ello en Europa existe un canon de belleza y un rol de género
femenino, que ha ido variando en el tiempo dependiendo de cada etapa. En este caso,
se justificaría que hasta este momento nadie haya criticado la silueta tradicional de la
Barbie y que los niños desde la infancia se hayan identificado con esta muñeca, porque
ha sido a partir de ésta socialización de género cuando nosotros hemos considerado la
figura de la Barbie como lo normal y deseable. Cada sociedad tiene su particular visión
de las cosas, en otros lugares del mundo, el ideal de belleza es diferente y las mujeres
no tienen los mismos roles de género. Por lo tanto, se trata de una cuestión de cultura
y no de naturaleza.
CONCLUSIÓN
Una posible ampliación de este ensayo sería como es considerada la Barbie en otras
culturas, y si su delgadez es vista como un problema para la sociedad, poder analizar la
reacción de las personas ante esta muñeca y estudiar sus cánones de belleza
femenina.
BIBLIOGRAFÍA
http://elpais.com/elpais/2016/01/28/estilo/1453987700_466352.html
http://pendientedemigracion.ucm.es/info/especulo/numero34/canonbe.html
Amorrortu.