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LA MUJER COLOMBIANA: SU BELLEZA Y PELIGROS

Resumen

La mujer ha sido el género que más ha luchado y al cual más se le ha exigido


responder frente a los parámetros de belleza de la sociedad. La belleza ha sido el
concepto ideal que ha provocado la creación de peluquerías, spa de uñas,
gimnasios, tiendas de moda, centros de estética y demás que buscan uniformar a
la mujer para lograr la apariencia de una mujer ideal. La mujer colombiana se ha
encontrado inmersa en esta problemática y ha intentado o bien parecerse o bien
aceptar que a través de su diferencia puede igualmente ser hermosa.

Palabras claves: belleza, fisionomía, mujer, mujer colombiana

LA MUJER COLOMBIANA: SU BELLEZA Y PELIGROS

Esta investigación tiene como objetivo estudiar las diferentes representaciones


de la mujer en la sociedad, en contraste con el ideal establecido por la sociedad
misma a través de los parámetros de belleza y comportamiento que se supone
debe tener una mujer. Estos parámetros no son más que un conjunto de
características o patrones universales que son impuestos por el comercio, el
marketing y la moda, el cual pueden lograr alcanzar unas pocas, mientras otras se
quedan solo en el intento de sentirse, verse y construirse físicamente según la
sociedad espera. Por busca visibilizar a otras que trabajan por la aceptación
individual reconociendo que cada mujer es única y tiene rasgos, siluetas y
características diferentes y que esto, no está mal.
La fisionomía entendida en relación con el aspecto visible y palpable de una
persona teniendo en cuenta: ojos, cabello, tono de piel, medidas como de busto,
cintura, cadera, altura, entre otros. Conforme a ello, se ha creado una imagen en
algunas mujeres inalcanzable, de lo que sería la mujer más deseada y más
hermosa a la vista de la sociedad.

Para empezar, el concepto de mujer, de su belleza y de su labor ha sido definido


conforme a la oposición en que se ha posicionado como un ser diferente del
hombre. Esta percepción se ha desarrollado y ha adquirido forma desde las
primeras escenas de civilización:

La mujer se determina y se diferencia con respecto al hombre, y no a la


inversa; ella es lo inesencial frente a lo esencial. Él es el Sujeto, es el
Absoluto: ella es la Alteridad. La categoría Otro es tan originaria como la
conciencia misma. En las sociedades más primitivas, en las mitologías más
antiguas, encontramos siempre la dualidad que es la de lo Mismo y lo Otro.
Ningún colectivo se define nunca como Uno sin enunciar inmediatamente al
Otro frente a sí (Beauvoir, 1949, pág. 15).

Su determinación está planteada bajo el concepto del androcentrismo, es decir, el


hombre es el centro de la historia, de la cultura, del orden político-social y en ese
mismo sentido, se van distanciando el uno del otro, por medio de las
características ideales de lo que debe ser cada uno y de lo que representan: “Los
estereotipos de género son una forma de definir los roles y los papeles que
desempeña hombre y mujer en la sociedad, estos roles definen comportamientos
habilidades, destrezas y formas de pensar” (Vargas, 2010).

Por nacer como mujer, debe ser hermosa, sumisa, hogareña, tranquila, obediente,
emocional, entre otros. Por nacer como hombre, debe ser fuerte, trabajador, jefe,
hablador, luchador y lógico. Estos roles determinan las cualidades, las
posibilidades del ser y hacer, las formas de pensar, y principalmente el aspecto
que deben tener. A veces puede suceder que se enseñan o se expresan de
manera inconsciente: “Para la sociedad estos patrones de comportamiento son
normales, porque se construyen mediante el entorno familiar, y social que se
encuentran arraigadas desde la infancia” (Escobar, 2019, pag11).

Esto sucede porque el niño y la niña aprenden de sus padres, sus padres
aprendieron de sus abuelos, los abuelos de los que fueron sus padres, pero ¿Qué
es lo que aprenden? ¿Cómo ello se ve normal? ¿Cómo es posible que se haya
naturalizado? Sencillo. La educación inicia en el núcleo familiar. Los niños
aprenden por imitación. El conocimiento cultural es difundido de generación en
generación. El niño aprende que él es el centro, el líder “innato”, el trabajador y el
fuerte. La niña aprende que no es parte del centro, la sumisión, la emoción y el
hogar: “El niño y niña observa y distingue lo masculino de lo femenino mediante:
símbolos, actitudes, y lenguaje” (Escobar, 2019, pag11).

Es en ese punto donde surge el concepto de feminidad, el concepto de belleza


femenina y la generalización de que esta o aquella mujer es más hermosa que
otra: “La feminidad no es una esencia ni una naturaleza: es una situación creada
por las civilizaciones a partir de ciertos datos fisiológicos” (Bourdieu, 2000, p. 67).

Aquí convergen la belleza del ideal femenino y, la mujer colombiana que puede
ser considerada bella dentro de ese ideal:

En el caso de la mujer colombiana, se ha creado el estigma de que es una mujer


hermosa: delgada, piel clara, ojos castaños, cabello castaño, nariz pequeña, labios
rellenos sin exagerar, de poco busto pero bastante caderona. Y como
consecuencia de ello, muchas mujeres no nacen de esa forma así que, deben
“arreglarse” para verse bien: “Nos enseñan a "arreglarnos" en todo momento. A
"vernos bien". A "comportarnos bien"”(Lancheros, 2017).

Lucir bellas, según la imagen mental de las personas, es complicado, y además de


ello, una mujer colombiana debe cumplir con esa belleza para conseguir un
hombre y es como si fuera el fin último de la existencia de ella, Lancheros dice:
“Me enseñaste a ser bonita para conseguir a un hombre. Lo hice. ¿Ahora
qué?"(2017).
La mujer colombiana se pasa toda su vida en la esclavitud permanente de crear la
belleza con la que no ha nacido y para ello, utiliza los diferentes establecimientos
como: peluquería, spa de uñas, estética, gimnasio, cirugía plástica. Con el fin de
estar impecable todo el tiempo para encontrar al hombre para el cual ella se ha
transformado.

Ser mujer en Colombia, seas como seas, es complicado. Que si bien en un


pueblo pequeño pueden obligarte a mostrar más para "gustar", en un barrio
de clase alta de Bogotá, una madre escandalizada porque su hija tiene
curvas, la quiere obligar a hacerse un bypass gástrico que no necesita (fue
real). El problema es el doble estándar. Si queremos ser, está mal. Si no
queremos ser, también (Lancheros, 2017).

Ser mujer en Colombia es complicado, viven en el constante debate de: hacer esto
es malo, pero no hacerlo es igual de malo. Se busca estar en un equilibrio
dificultoso en el cual, te “arreglas” constantemente para lucir natural, pero, no
demasiado para no ser considerada “plástica” y en otros sobrenombres poco
favorecedores.

Esto se debe a que, culturalmente sigue existiendo el pensamiento de que la


mujer pocas veces será aceptada por lo que es en su esencia: “Porque aún
tenemos esa cultura de hombre blanco europeo católico que nos dice que
aceptarnos y mirarnos o ver quiénes somos, así como expresarnos, está mal”
(Lancheros, 2017).

Actualmente, gracias a los discursos y debates sobre el género se ha permitido la


divulgación de mujeres perfectas por lo que son, que ya no son todas de piel clara,
ni todas delgadas, algunas con pelo rizado, otras con pelo liso. Sin embargo, no es
algo que se pueda establecer de un día para el otro. Todos los cambios culturales
tienen su proceso.

Para terminar, la problematización sobre la belleza “perfecta” de una mujer ha sido


un asunto constante en el cual, la belleza física ha sido la búsqueda infinita de
muchas mujeres, que en ocasiones prefirieron cambiar cosas de su cuerpo para
parecerse más y más a lo que la sociedad considera más femenino y más ideal.
Esto se debe principalmente a que:

La sociedad y la cultura son las principales causantes debido a que


moldean desde la infancia hasta la edad adulta la subordinación dichos
roles que son aprendidos desde la infancia son trasmitidos de generación
en generación inculcando los mismos roles que se ha designado a cada
uno de los géneros (Escobar, 2019, pag15).

Es así como la mujer colombiana se esfuerza en combatir o en aspirar a ser como


esa mujer ideal que, es probable que no exista en la realidad del ser humano.
Pero, eso no impide que muchas mujeres quieran acercarse a ese propósito.
Mientras otras mujeres, luchan por aceptarse y ayudar a que otras se acepten tal y
como son.

Para resolver las problemáticas que pueden sugir después de la socialización del
tema en cuestión, sería importante la ampliación del concepto de belleza,
descentralizando ese patrón universal definido por unos rasgos fisionomicos
específicos, invitando a las mujeres en general a reconocerse como actores
sociales unicos y particulares, haciéndoles entender que lo que se pueden
considerar "defectos" no son más que características naturales de la cuales deben
apropiarse de manera que si deciden emprender un cambio físico, sea por deseo
propio y no por sentirse insuficientes o por seguir una "regla" estética impuesta por
la sociedad. Esto se puede lograr por medio de la inclusión de los diferentes tipos
de belleza en ámbitos como el modelaje, el marketing y los diferentes campos
donde se le brinda reconocimiento publico a la belleza y el talento femenino.

Bibliografía

 Beauvoir, (1949). El Segundo Sexo. Recuperado de


https://femyso.files.wordpress.com/2017/01/el-segundo-sexo.pdf
 Bourdieu, P. (2000). La domininación masculina. Recuperado de
http://www.nomasviolenciacontramujeres.cl/wp-
content/uploads/2015/09/Bondiu-Pierre-la-dominacion-masculina.pdf
 Escobar, T. (2019). Análisis de contenido que imparte la revista Hogar
referente al ideal de la mujer y su construcción social de lo femenino y
masculino en el siglo XXI. Recuperado de
http://200.12.169.19/bitstream/25000/19330/1/T-UCE-0009-CSO-202.pdf
 Lancheros, L. (2017). "Belleza colombiana": El mito que nos jodió a
muchas. Recuperado de
https://www.nuevamujer.com/actualidad/2017/02/02/belleza-colombiana-
mito-que-jodio-muchas.html
 Vargas, X. (2010). Construcción social del género: conceptos básicos.
Recuperado de https://docplayer.es/20944478-Construccion-social-del-
genero-conceptosbasicos.html

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