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RENACIMIENTO – EL GRECO

EL REINADO DE LOS REYES CATÓLICOS


La Edad Moderna se inició
en España con el reinado
de los Reyes Católicos.
En él se pusieron las bases
de la hegemonía española
a Europa, consolidada en
el siglo XVI por Carlos I y
Felipe II.
EL FORTALECIMIENTO DEL ESTADO
Los Reyes Católicos reforzaron el poder
real e implantaron la monarquía
autoritaria en España; consolidada
posteriormente por Carlos I y Felipe II.
Para conseguirlo, unificaron el territorio,
forzaron la unidad religiosa y
establecieron el Estado moderno.
CARLOS I
Después de la muerte de Isabel de
Castilla (1504) y de Fernando de
Aragón (1516), sus reinos y
territorios acabaron pasando a su
nieto Carlos, nacido y criado en los
Países Bajos. Se iniciaba así en
España la llamada casa de Austria,
que perduró hasta 1700.
En el siglo XVI, la casa de Austria
estuvo representada por Carlos I y
por su hijo Felipe II.
CARLOS I
Carlos I (1516-1556) heredó
de sus abuelos paternos y
maternos numerosos territorios
en el centro y el norte de
Europa y en Italia, que amplió
con nuevas conquistas en
América. En 1519 fue elegido
emperador de Alemania.

Carlos V a caballo en Mühlberg - Tiziano


FELIPE II
Felipe II (1556-1598) no
heredó las posesiones
centroeuropeas de su padre ni
tuvo el título de emperador.
Pero incorporó en sus territorios
las islas Filipinas y el reino de
Portugal con sus extensas
colonias (1580). Con esto, creó
un enorme imperio en el cual,
al decir de la época, “nunca se
ponía el sol”.
EL REINADO DE FELIPE II (1556-1598)
Felipe II tuvo que hacer
frente a graves problemas
internos y externos
heredados de su padre.
Además, su apoyo a la causa
del catolicismo le llevó a
intervenir en las guerras de
religión europeas.
EL REINADO DE FELIPE II (1556-1598)
En el interior luchó contra una
rebelión de los moriscos en las
Alpujarras granadinas (1568),
causada por las presiones que
sufrían para abandonar su
religión y sus costumbres.
Después de dos años de lucha,
la rebelión fue sofocada y la
población morisca fue
expulsada del reino de
Granada y dispersada por
Castilla.
EL REINADO DE FELIPE II (1556-1598)
En el exterior derrotó a los
franceses en la batalla de
San Quintín (1557); y a los
turcos, en la batalla de
Lepanto (1571), gracias a
una alianza naval con
Venecia y el papa.
Fresco de la batalla de Lepant
EL REINADO DE FELIPE II (1556-1598)
El apoyo de la causa
católica le enfrentó a una
rebelión de los Países
Bajos del Norte (1566),
que habían adoptado el
protestantismo y se
independizaron de hecho
en 1579.
EL REINADO DE FELIPE II (1556-1598)
También se enemistó con Inglaterra, un
país protestante que apoyaba a la
revuelta de los Países Bajos y los ataques
de los corsarios al comercio español con
América.
Felipe II planeó su invasión enviando la
Armada Invencible; pero su fracaso, en
1588, supuso la primera gran derrota de
la monarquía hispana.
LA PINTURA RENACENTISTA EN
ESPAÑA
La pintura española introduce el nuevo
lenguaje renacentista a partir de los
primeros años del siglo XVI y los artistas
toman como modelo los estilos flamenco e
italiano.
La pintura flamenca, más próxima a la
pintura gótica, se introduce en la Península
con la llegada de artistas flamencos, entre
los que destacan Pedro de Campaña, Joan
de Borgunya y Aine Bru.
Purificación de la Virgen - Pedro de Campaña
LA PINTURA RENACENTISTA EN ESPAÑA
Los modelos italianos se conocen por la
llegada de artistas foráneos y la estancia en
Italia de artistas españoles.
El centro más importante es VALENCIA,
con pintores que se apropian el estilo de
Leonardo y Rafael, como Fernando Llanos,
Fernando Yáñez y Juan de Juanes.
Resurrección – Fernando
de Llanos
Santa Catalina -
Fernando Yáñez
Tránsito de la Virgen –
Yáñez de la Almedina
Adoración de los pastores –
Yáñez de la Almedina
LA PINTURA RENACENTISTA
EN ESPAÑA
En Castilla destacan Juan
de Borgoña y, sobre todo,
Pedro Berruguete, todavía
deudor de la pintura del
Quattrocento, y su hijo
Alonso Berruguete, influido
por el estilo de Miguel
Ángel.
El nacimiento de la Virgen – Juan de Borgoña
Virgen de la leche - Pedro Berruguete
El Manierismo
tiene uno de
sus mejores
ejemplos en
las pinturas
que decoran
el monasterio
de El Escorial,
realizadas
por artistas
italianos.
San Cristóbal -
Patinir.
EL GRECO
Doménikos Theotokópoulos, conocido
como El Greco, nace en Candía (Creta)
en el año 1541.
Sus inicios se relacionan con la pintura
de iconos dentro de la tradición
bizantina. Después de su paso por
Venecia, ciudad de los maestros
Tiziano, Il Veronese e Il Tintoretto, viaja
a Roma, donde conoce y asimila la
obra de Miguel Ángel. Estas influencias
se notan en su obra, deudora del
manierismo de Il Tintoretto y del
clasicismo expresivo de Miguel Ángel.
Presunto autorretrato
EL GRECO
Hacia 1577, El Greco se instala en Toledo,
después de haber intentado, sin éxito, entrar a
formar parte del grupo de pintores de Felipe II,
en ese momento centrado en el programa
religioso de la iglesia del monasterio de El
Escorial.
Aunque no se incorpora a este grupo, realiza una
serie de obras para el rey, entre las que destacan
La alegoría de la Liga Santa o Adoración del
nombre de Jesús y El martirio de San Mauricio y la
legión tebana. Esta última composición no fue del
agrado del rey, lo que imposibilitó que accediera
al grupo de pintores italianos del núcleo de El
Escorial.
EL GRECO
Fue en Toledo donde se encumbró su obra gracias
al gran número de encargos que recibió de las
instituciones religiosas, entre las cuales destacan el
retablo de Santo Domingo el Antiguo (siguiente
diapositiva), el del colegio de Doña María de
Aragón, las pinturas para la iglesia de la Caridad
de Illescas y, por encima de todos, el
impresionante Entierro del Señor de Orgaz para
la iglesia de Santo Tomé.
EL GRECO
Su obra pictórica se caracteriza por
figuras de canon alargado y con formas
helicoidales parecidas a una llama.
Su tendencia a los colores fríos da lugar a
unas composiciones muy personales, que
ligan estructuras manieristas con la
religiosidad contrarreformista de la España
de finales del siglo XVI y comienzos del
XVII.
EL GRECO
Las temáticas de sus pinturas,
contrariamente a los pintores
españoles, son variadas.
Entre ellas destacan los retratos, como
el de Félix de Paravicino y el del
Cardenal Fernando Niño de Guevara.
Sus dos paisajes de la ciudad de
Toledo, a medio camino entre la
realidad y el sueño, son, junto con las
obras mitológicas -Laocoonte- raros
ejemplos de paisaje en una España
centrada casi exclusivamente en la
temática religiosa.
Laocoonte
EL CABALLERO DE LA MANO
EN EL PECHO
Título: El caballero de la mano en el
pecho.
Autor: Doménikos Theotokópoulos, El
Greco (Candía, 1541 -Toledo, 1614).
Cronología: 1578-80.
Técnica: óleo sobre lienzo.
Medidas: 66 x 82 cm.
Estilo: manierista.
Tema: retrato.
Localización: Museo del Prado (Madrid).
EL CABALLERO DE LA MANO
EN EL PECHO
El Caballero de la mano en el pecho es sin duda
el retrato más popular y conocido de El Greco.
Al no ser costumbre realizar contratos para la
realización de los retratos su datación es incierta.
El elemento más destacado de la composición es
la luz que se centra en el rostro casi rodeado
por la gorguera blanca, la mano con los puños
también blancos y el pomo de la espada. Estos
distintos focos de luz consiguen que la figura
emerja del fondo sobre el que está
representado.
EL CABALLERO DE LA MANO
EN EL PECHO
Su cromatismo es muy reducido:
gris para el fondo, negro en la
indumentaria, blanco en los
accesorios, el rosa en las
carnaciones y el oro de la espada.
Se trata de un retrato de medio
cuerpo con la figura de frente y
una expresividad melancólica
que transpira nobleza.
EL CABALLERO DE LA MANO
EN EL PECHO
La figura está perfectamente
dibujada, casi de forma
escultórica, mientras que en los
elementos accesorios, gorguera,
puño y espada, la pincelada es
más abierta y suelta.
La mano forma una diagonal que
rompe la verticalidad del rostro y
del puño de la espada.
EL CABALLERO DE LA MANO EN EL PECHO
Este retrato de un desconocido,
vestido con sobriedad, pero con
elegancia castellana, ha tenido
diversas interpretaciones.
Desde identificar el personaje
con el joven Greco, hasta
interpretarlo como modelo de
caballero cristiano.
El pintor ha sabido captar sus
rasgos fisionómicos, así como
su posición social, su nobleza y
sus ideales.
EL CABALLERO DE LA MANO
EN EL PECHO
Su mirada altiva, así como sus
delgados dedos, nos acercan a
un caballero alejado de los
oficios mecánicos.
La cadena de oro, casi
imperceptible por la posición de
la mano, y la riqueza del pomo
de la espada, no hace sino que
demostrar su nobleza.
EL CABALLERO DE LA MANO EN EL PECHO
Por la postura de su mano
derecha sobre el pecho
izquierdo parece estar en
actitud de prestar un voto,
lo que corrobora la
inclusión de la espada
desenvainada como signo
de juramento en defensa
de la palabra de Dios.
EL EXPOLIO
Título: El Expolio.
Autor: Doménikos Theotokópoulos, El Greco
(Candía, 1541-Toledo, 1614).
Cronología: 1577-1579.
Técnica: óleo sobre lienzo.
Medidas: 173 x 285 cm.
Tema: bíblico.
Estilo: manierista.
Localización: Catedral de Santa María
(Toledo).
EL EXPOLIO
El Greco pintó El Expolio
por encargo del cabildo
de la catedral de Toledo
para ser situado en la
sacristía cercana al
presbiterio.
La obra está firmada en
el papel que aparece en
el ángulo inferior
derecho.
EL EXPOLIO

La composición se centra en la figura de Cristo, cuya túnica de un rojo intenso atrae la


mirada del espectador. A su alrededor, un friso de figuras de medio cuerpo, o tan solo
presentes a través de sus rostros, rodean la figura de un Cristo idealizado y ausente
que destaca frente al crudo realismo del resto de personajes.
EL EXPOLIO
La zona superior de
tonos oscuros
contrasta con los
dorados de una de
las tres Marías del
ángulo inferior
izquierdo y del
sayón que cierra la
composición a la
derecha.
EL EXPOLIO
La ausencia de paisaje realza
las figuras que se estructuran en
una composición romboidal
cuyos vértices son la cabeza de
Cristo, y la pierna del sayón y
la túnica de la mujer situada en
el centro de la composición.
EL EXPOLIO
A la serenidad compositiva de la figura
de Cristo y del personaje con armadura
colocada a su derecha contrasta el
movimiento de las otras figuras y los
escorzos violentos de las de la parte
inferior de la escena, claros exponentes
de un manierismo veneciano asumido
por El Greco, más defensor del color
que del dibujo.
EL EXPOLIO
El Expolio es el
momento inicial de la
Crucifixión en el que
Jesús es despojado de
sus ropas.
EL EXPOLIO
Tema de tradición medieval, basado en
las Meditaciones sobre la Pasión de
Jesús de San Buenaventura, quien
incorpora al tema las figuras de las
tres Marías, la Virgen, María
Magdalena y María Cleofás, no
citadas en los Evangelios canónicos ni
en el evangelio apócrifo de
Nicodemo.
EL EXPOLIO
Esta presencia y el hecho de que
una serie de personajes estuvieran
situados por encima de la figura
de Jesús, no fue del agrado del
cabildo, quien pleiteó contra El
Greco intentando que fuera más
ortodoxo con los relatos
evangélicos.
LA ADORACIÓN DE LOS PASTORES
Título: La Adoración de los pastores.
Autor: Doménikos Theotokópoulos, "El
Greco" (Candía, 1541-Toledo, 1614).
Cronología: 1612-1614.
Técnica: óleo sobre lienzo.
Medidas: 180 x 319cm.
Estilo: manierista.
Tema: bíblico.
Localización: Museo del Prado (Madrid).
LA ADORACIÓN DE LOS PASTORES
De composición vertical, la
escena se desarrolla en
dos zonas superpuestas,
donde se unen a la
perfección el ámbito
celestial y el terrenal.
LA ADORACIÓN DE LOS PASTORES
Todos los personajes están dispuestos
alrededor de la escena principal
donde María sostiene con delicadeza
el paño sobre el que reposa el Niño
Jesús, y San José se muestra en actitud
recogida.
La perspectiva solo está insinuada en
la arquitectura del fondo, que parece
abrirse a un paisaje más esbozado que
pintado.
LA ADORACIÓN DE LOS
PASTORES
El Niño, siguiendo la
tradición veneciana muy
presente en las obras de
la familia de los Bassano,
es el foco violento de luz
que alumbra a todos los
personajes de la obra.
LA ADORACIÓN DE LOS PASTORES
Destaca especialmente la
manera manierista con la que
se representan las figuras de
los pastores con un canon muy
alargado y unas posturas
forzadas en inverosímiles
escorzos, así como el
cromatismo de tonos ácidos
casi incandescentes que
tuvieron gran reconocimiento
en el siglo XX.
LA ADORACIÓN DE LOS
PASTORES
El tema de la adoración de los pastores solo está
recogido en el Evangelio de Lucas (2:15 20),
después de la descripción del Nacimiento y del
Anuncio a los pastores.
Escribe el evangelista: "Sucedió que cuando los
ángeles se fueron de ellos al cielo, los pastores se
dijeron unos a otros: pasemos, pues, hasta Belén, y
veamos esto que ha sucedido, y que el Señor nos
ha manifestado. Vinieron, pues, apresuradamente,
y hallaron a María y a José, y al niño acostado
en el pesebre".
El Greco combina perfectamente las diferentes
actitudes de los pastores, de sorpresa, de
adoración y de recogimiento.
LA SANTA LIGA O ADORACIÓN
DEL NOMBRE DE JESÚS
Título: La Santa Liga o Adoración del
nombre de Jesús.
Autor: Doménikos Theotokópoulos, El
Greco (Candía, 1541-Toledo, 1614).
Cronología: 1577-1579.
Técnica: óleo sobre lienzo.
Medidas: 110x 140 cm.
Estilo: manierista.
Tema: histórico.
Localización: Monasterio de El Escorial
(Madrid).
LA SANTA LIGA O ADORACIÓN
DEL NOMBRE DE JESÚS
La composición se estructura en dos
planos que recuerdan lo que más
tarde realizará en El entierro del
señor de Orgaz, diferenciar la parte
inferior, que corresponde a lo
terrenal, de la superior, que
corresponde a lo celestial.
Asimismo, el conjunto está
perfectamente equilibrado en una
composición de carácter centrípeto.
LA SANTA LIGA O ADORACIÓN DEL NOMBRE DE JESÚS
En este lienzo, El Greco es
aún deudor de la manera
veneciana, atenta a la
captación retratista
presente en todos y cada
uno de los personajes
perfectamente reconocibles.
Las figuras están realizadas
mediante una pincelada
suelta, semejantes a
manchas modeladas a
través de la luz y sin apenas
emplear el dibujo.
LA SANTA LIGA O ADORACIÓN DEL NOMBRE DE
JESÚS
Utiliza una gama cromática a
base de amarillos, azules,
carmines y blancos, tonalidades
propias de la escuela veneciana,
en especial de Tintoretto.
Felipe II es el protagonista del lado
humano del cuadro y resalta sobre
el color de fondo por su silueta en
negro.
LA SANTA LIGA O
ADORACIÓN DEL
NOMBRE DE JESÚS
En la composición están
representados, a modo
de retrato histórico,
Felipe II en el centro, el
dux de Venecia Alvise
Mocenigo de espaldas
con el manto amarillo y
el papa Pío V junto a
dos de sus cardenales.
LA SANTA LIGA O ADORACIÓN DEL NOMBRE DE
JESÚS
Los tres personajes (representando a
España, el Papado y Venecia), firmaron
una alianza denominada liga Santa, en
1511, contra el dominio en el
Mediterráneo del Imperio turco, al que
consiguió derrotar el año 1571 en la
Batalla de Lepanto.
Capitaneada la flota cristiana por el hijo
bastardo del emperador Carlos V, Don
Juan de Austria, El Greco nos presenta su
figura idealizada con indumentaria de
general romano.
LA SANTA LIGA O ADORACIÓN DEL NOMBRE DE JESÚS
En la parte superior del
lienzo, en letras capitales,
aparece el nombre de
Jesús con el emblema IHS,
rodeado de ángeles. Esta
alusión a Cristo Salvador
con todos los personajes de
rodillas hizo que la
composición se interpretara
como la Adoración del
Santo Nombre de Jesús.
LA SANTA LIGA O ADORACIÓN DEL
NOMBRE DE JESÚS
De tradición medieval es
la representación del
infierno con las fauces de
Leviatán, y la del Purgatorio
representado por un puente
que nos traslada de la vida
a la muerte.
LA SANTA LIGA O ADORACIÓN
DEL NOMBRE DE JESÚS
En general, la obra responde
a la idea de la Adoración
del nombre de Jesús en la
que los creadores de la Liga
Santa toman parte y
condenan a los paganos
turcos a las profundidades
del Infierno.
MARTIRIO DE SAN MAURICIO Y DE
LOS DIEZ MIL MÁRTIRES
Título: Martirio de San Mauricio y de los diez mil
mártires.
Autor: Doménikos Theotokópoulos, "El Greco"
(Candía, 1541-Toledo, 1614).
Cronología: 1580-1582.
Técnica: óleo sobre lienzo.
Medidas: 294 x 445 cm.
Estilo: manierista.
Tema: bíblico.
Localización: Monasterio de El Escorial (Madrid).
MARTIRIO DE SAN MAURICIO Y DE
LOS DIEZ MIL MÁRTIRES
Como será habitual en su obra, El
Greco divide la escena en dos
mitades, la inferior con un grupo de
personajes conversando y una superior
con la representación de la gloria con
ángeles entre nubes.
Una gran diagonal separa ambas
partes dinamizando la composición.
MARTIRIO DE SAN MAURICIO Y
DE LOS DIEZ MIL MÁRTIRES
Otro aspecto a destacar es la
manera manierista de llevar a
un segundo plano la escena
principal del martirio del santo
y su legión tebana, hecho que
no satisfizo a Felipe II por
falta de decoro en la
representación.
MARTIRIO DE SAN MAURICIO Y DE
LOS DIEZ MIL MÁRTIRES
Destaca la primacía del color sobre el
dibujo y la deformación manierista
de las figuras de cabeza pequeña y
piernas cortas en proporción con su
amplio busto. La gama de colores
amarillo, azul, verde y rojo son
deudores de la pintura veneciana.
La luz crea un claroscuro que sirve
para dotar a las figuras de primer
término de mayor volumen.
MARTIRIO DE SAN MAURICIO Y DE LOS DIEZ MIL
MÁRTIRES
Frente al estatismo
del grupo
principal destacan
los escorzos
forzados de los
ángeles de la
zona superior.
MARTIRIO DE SAN MAURICIO Y DE
LOS DIEZ MIL MÁRTIRES
La Legión tebana, integrada solo por cristianos
procedentes de Egipto, según la carta que Euquerio,
obispo de Lyon (c.434-450), dirigió al obispo Salvio,
recibió órdenes de partir hacia la Galia para auxiliar al
emperador Maximiano.
Aunque combatieron valientemente, rehusaron obedecer la
orden imperial de perseguir a los cristianos, por lo que
fueron ejecutados. Sin embargo, aquí se representa la
versión de Santiago de la Vorágine en su Leyenda Áurea,
que narra la negativa a realizar sacrificios a los dioses
romanos. Al negarse, la legión tebana que capitaneaba el
santo fue ejecutada, siendo martirizados sus 6 666
miembros.
MARTIRIO DE SAN MAURICIO Y DE LOS DIEZ MIL MÁRTIRES
En la composición, El Greco mezcla SANTIAGO EL MENOR SAN EXUPERIO
personajes hagiográficos con
personajes reales y contemporáneos
del pintor. Así, junto a la figura de San
Mauricio -vestida con una coraza
azulada y barbado- contemplamos, a SAN MAURICIO
su izquierda a San Exuperio con el
estandarte rojo, y a su lado a Santiago
el Menor, quien convirtió a toda la
legión al Cristianismo.
Entre esos santos destacan dos
personajes relacionados con la
monarquía española: el Duque
Emmanuel Filiberto de Saboya,
vencedor en la batalla de San Quintín,
y Alejandro Farnesio, duque de Parma,
que estaba luchando en los Países Bajos
contra los holandeses.
MARTIRIO DE SAN MAURICIO Y DE
LOS DIEZ MIL MÁRTIRES SAN EXUPERIO
La parte superior del lienzo se completa
con un Rompimiento de Gloria formado
por ángeles músicos, mientras otros portan SAN MAURICIO
palmas y coronas de triunfo. Estas figuras
tan escorzadas se contraponen a la quietud
de la zona principal.
La escena se desarrolla en un pedregal,
olvidándose por completo Doménikos de
situar el episodio en un lugar más
adecuado ya que él está interesado por la
espiritualidad de su escena.
EL ENTIERRO DEL SEÑOR DE
ORGAZ
Título: El entierro del señor de Orgaz.
Autor: Doménikos Theotokópoulos, "El
Greco" (Candía, 1541-Toledo, 1614).
Cronología: 1587.
Técnica: óleo sobre lienzo.
Medidas: 3,60 × 4,80 m.
Estilo: manierista.
Tema: religioso.
Localización: Iglesia de Santo Tomé
(Toledo).
EL ENTIERRO DEL SEÑOR DE
ORGAZ
En el cuadro se diferencian dos
partes: la tierra y el cielo.
Sin embargo, entre ellas hay
nexos de unión, como la cruz de
la derecha del párroco de Santo
Tomé, la mirada del sacerdote al
cielo y el ángel que lleva el alma
del difunto, en el centro.
EL ENTIERRO DEL SEÑOR DE ORGAZ

En la mitad terrenal, los personajes están organizados a


manera de friso, cerrado en los extremos por las figuras del
fraile franciscano y del rector.
EL ENTIERRO DEL SEÑOR DE ORGAZ

En primer término, se representa el ENTIERRO, señalado por el niño


Jorge Manuel (hijo del pintor), que sostiene una gran vela encendida.
Los personajes secundarios se alinean en columnas utilizando la
perspectiva escalonada o isocefalia (superposición de cabezas).
EL ENTIERRO DEL SEÑOR
DE ORGAZ
En la mitad divina, la
composición dibuja un
rombo, cuyos vértices
son las figuras de Jesús,
la Virgen, el ángel y San
Juan Bautista.
EL ENTIERRO DEL SEÑOR DE ORGAZ
Las diferencias entre ambas partes son visibles
también en la representación de los personajes. En
la tierra las figuras son tratadas con un realismo
exquisito y se puede contemplar una extraordinaria
galería de personajes ilustres de la época; entre
ellos se encuentra Antonio de Covarrubias —
Letrado—, Francisco de Pisa —intelectual que
escribió sobre el señor de Orgaz—, el alcalde de
Toledo y un autorretrato del artista
EL ENTIERRO DEL SEÑOR
DE ORGAZ
En el cielo, en cambio,
las figuras se muestran
lánguidas y estilizadas,
como corresponde al
espacio sobrenatural
que ocupan.
EL ENTIERRO DEL SEÑOR DE
ORGAZ
Finalmente, cabe señalar la
magnífica ejecución pictórica
del conjunto, en el que
destacan la brillantez de los
materiales de la armadura y el
tratamiento delicado de las
telas y vestidos, que se aprecia
especialmente en el roquete
blanco del sacerdote.
EL ENTIERRO DEL SEÑOR DE ORGAZ
El señor de Orgaz (a quien la
tradición otorga el título de conde
indebidamente) consiguió que la
reina María de Molina cediese el
alcázar real a la orden de San
Agustín y que la iglesia se
consagrase a San Esteban.
Según la leyenda, cuando murió, en
1323, San Agustín (con la mitra de
obispo) y San Esteban (con una
túnica en la que se representa su
martirio) bajaron del cielo para darle
sepultura.
EL ENTIERRO DEL SEÑOR DE ORGAZ
Encima de esta escena terrenal,
El Greco reproduce la Gloria
celestial, en la que Jesús y María
reciben a San Juan Bautista (trío
de personalidades denominado
Déesis creado en la tradición
bizantina de la que El Greco
procede), que intercede por el
difunto señor de Orgaz para que
sea aceptado en el Reino de los
Cielos. Su alma es transportada
ante Jesús por un ángel situado
en el centro del cuadro, vestido
de amarillo.
EL ENTIERRO DEL SEÑOR DE ORGAZ
A su izquierda, hay numerosos santos dispuestos en sucesión
jerárquica (señalamos como anécdota que en el cielo se
encuentran representados, Santo Tomás, San Juan Bautista y
Feipe II rey de España en esos momentos) y a su derecha,
detrás de la Virgen está San Pedro con las llaves.
En el extremo inferior celestial se representan los personajes
del Antiguo Testamento: David, Moisés y Noé, con el arpa, las
tablas de la ley y el arca, que los representa.
EL ENTIERRO DEL SEÑOR DE ORGAZ
El cuadro lo encargó Andrés Núñez para
conmemorar su triunfo en un juicio contra los
vecinos de la villa de Orgaz, en Toledo,
que al parecer se negaban a entregar el
dinero que el señor dejó en herencia a la
iglesia.
Núñez aparece oficiando el entierro,
leyendo el libro de responso.
FRANCISCANO
AGUSTINO
EL ENTIERRO DEL SEÑOR DE
ORGAZ
También aparecen las DOMINICO

imágenes de un monje
agustino, un dominico y
un franciscano en
representación de toda la
parroquia de Santo Tomé
presente en el entierro.

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