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INSTITUTO TECNOLOGICO SAYARINAPAJ

ASIGNATURA: DESARROLLO INTEGRAL


DOCENTE: CAROLINA COLQUE SEGOVIA
UNIDAD 2

RESILENCIA

“El hombre que se levanta, es aún más fuerte que el que no ha caído.”

Viktor Frankl

La niña que desafió al destino

En una pequeña ciudad de Alabama, una pareja esperaba que su bebé llegase al
mundo. El 27 de junio de 1880 tuvieron una niña preciosa, a la que llamaron
Hellen.

La niña crecía sana y fuerte pero a los 19 meses la suerte dejó de sonreírle. La
pequeña Hellen contrajo una enfermedad que la marcaría para toda la vida,
privándola de la vista y el oído. Como resultado, tampoco aprendería a hablar.

Lo que en aquella época habría equivalido a una sentencia al aislamiento más


completo no desanimó a la niña, que muy pronto se dio cuenta de que podía
descubrir el mundo con sus otros sentidos, tocando y oliendo.

Así, a los 7 años ya había inventado más de 60 señales diferentes que le


permitían comunicarse con su familia. Sin embargo, esa inteligencia precoz muy
pronto se volvería en su contra ya que también le hacía notar sus limitaciones. La
frustración no tardó en aparecer, haciendo que Hellen se transformara en una niña
inquieta e incluso agresiva. Sus padres comprendieron que necesitaba ayuda, y
contrataron a una tutora privada, Anne Sullivan.

Sullivan provenía de un ambiente pobre, había perdido la vista a los 5 años y fue
abandonada por sus padres. Sin embargo, después de varios años y tras dos
operaciones, recuperó la visión y se graduó con honores. No podía haber una
tutora mejor para la pequeña Hellen, pero la maestra no tendría el camino fácil.

El primer desafío que tuvo que afrontar fue comunicarse con Hellen y ganar su
afecto. Poco a poco, le enseñó el alfabeto manual y los nombres de los objetos
cotidianos. La niña no solo aprendió a leer y escribir en Braille sino que también
era capaz de leer los labios de las personas, tocándoles con los dedos para
percibir el movimiento y las vibraciones.

En 1904 Hellen se graduó con título de honor y escribió el libro “La historia de mi
vida”1, el primero de una larga serie de obras que darían la vuelta al mundo.

Desde entonces, aquella niña, que no es otra que HellenKeller, llevó una vida muy
activa, dedicada a ayudar a otras personas con discapacidades. Junto a Anne
Sullivan dio conferencias en diferentes países y se convirtió en un ejemplo de
tenacidad y resistencia frente a las adversidades. Su vida incluso ha inspirado
libros y filmes.

I. RESILIENCIA. CONCEPTO:

Resiliencia viene del término latín resilio, «volver atrás, volver de un salto,
resaltar, rebotar». El término se adaptó al uso en psicología y otras ciencias
sociales para referirse a las personas que a pesar de sufrir situaciones
estresantes no son afectadas psicológicamente por ellas.

Se la entiende como la capacidad del ser humano para hacer frente a las
adversidades de la vida, superarlas y ser transformado positivamente por ellas"
(Edith Grotberg, 1998).

En psicología la resiliencia viene a ser la capacidad que tiene una persona para
superar circunstancias adversas como un trauma, tragedia, amenaza, o fuentes de
tensión significativas, como problemas familiares o de relaciones personales,
problemas serios de salud o situaciones estresantes del trabajo o financieras.

El trabajo que dio origen a este nuevo concepto fue el de E.E.Werner(1992),


quien estudió la influencia de los factores de riesgo, los que se presentan cuando
los procesos del modo de vida, de trabajo, de la vida de consumo cotidiano, de
relaciones políticas, culturales y ecológicas, se caracterizan por una profunda
inequidad y discriminación social, inequidad de género e inequidad etnocultural
que generan formas de remuneración injustas con su consecuencia: la pobreza,
una vida plagada de estresores, sobrecargas físicas, exposición a peligros (más
que “factores de riesgo” deberíamos considerarlos procesos destructivos [Breilh,
2003] que caracterizan a determinados modos de funcionamiento social o de
grupos humanos). Werner siguió durante más de treinta años, hasta su vida
adulta, a más de 500 niños nacidos en medio de la pobreza en la isla de Kauai.
Todos pasaron penurias, pero una tercera parte sufrió además experiencias de
estrés y/o fue criado por familias disfuncionales por peleas, divorcio con ausencia
del padre, alcoholismo o enfermedades mentales. Muchos presentaron
patologías físicas, psicológicas y sociales, como desde el punto de vista de los
factores de riesgo se esperaba. Pero ocurrió que muchos lograron un desarrollo
sano y positivo: estos sujetos fueron definidos como resilientes.

Werner dice que todos los estudios realizados en el mundo acerca de los niños
desgraciados, comprobaron que la influencia más positiva para ellos es una
relación cariñosa y estrecha con un adulto significativo. O sea que la aparición o
no de esta capacidad en los sujetos depende de la interacción de la persona y su
entornohumano. Se anotó que todos los sujetos que resultaron resilientes tenían,
por lo menos, una persona (familiar o no) que los aceptó en forma incondicional,
independientemente de su temperamento, su aspecto físico o su inteligencia.
Necesitaban contar con alguien y, al mismo tiempo, sentir que sus esfuerzos, su
competencia y su autovaloración eran reconocidas y fomentadas, y lo
tuvieron.Eso hizo la diferencia.
Entonces ser resiliente no quiere decir que la persona no experimenta
dificultades o angustias. El dolor emocional y la tristeza son comunes en las
personas que han sufrido grandes adversidades o traumas en sus vidas. De
hecho, el camino hacia la resiliencia probablemente está lleno de obstáculos que
afectan nuestro estado emocional.
La resiliencia no es solo una característica que la gente tiene o no, ya que incluye
conductas, pensamientos y acciones que pueden ser aprendidas y desarrolladas
por cualquier persona.

II.FACTORES QUE PROMUEVEN EL DESARROLLO DE LA RESILIENCIA


Una combinación de factores contribuye a desarrollar la resiliencia. Muchos
estudios demuestran que uno de los factores más importantes en la resiliencia es
tener relaciones de cariño y apoyo dentro y fuera de la familia. Relaciones que
emanan amor y confianza, que proveen modelos a seguir, y que ofrecen estímulos
y seguridad, contribuyen a afirmar la resiliencia de la persona.

Otros factores asociados a la resiliencia son:


 La capacidad para hacer planes realistas y seguir los pasos necesarios
para llevarlos a cabo.
 La presencia de interés personal.(objetivos y metas de vida acordes a la
edad)
 Una visión positiva de sí mismos(autoestima), y confianza en sus fortalezas
y habilidades.
 Destrezas en la comunicación y en la solución de problemas. Ser creativo
nos permite idear nuevas alternativas y caminos de salida a la adversidad.
 La capacidad para manejar sentimientos e impulsos fuertes.
 La capacidad de tomar con buen humor una adversidad y no dejarse
derrumbar por la misma.
Todos estos son factores que las personas pueden desarrollar por sí mismas.
III. FACTORES DE RIESGO Y PROTECTORES DE LA RESILIENCIA
Factores de Riesgo: Son todas aquellas características, hechos o situaciones
propias del niño/adolescente o de su entorno que aumenten la posibilidad de
desarrollar desajuste psicosocial.
Factores Protectores: Son todas aquellas características, hechos o situaciones
propias del niño/adolescente o de su entorno que elevan su capacidad para hacer
frente a la adversidad o disminuye la posibilidad de desarrollar desajuste
psicosocial, aún en la presencia de factores de riesgo.

IV. MODELO YO TENGO, YO SOY/ESTOY Y YO PUEDO (EDITH GROTBERG,


1995)
En 1995, Edith Grotberg realizó uno de los modelos descriptivos más influyentes
basado en resiliencia. Partimos de la premisa de que este modelo no considera la
resiliencia como estática, sino todo lo contrario. Esto significa que tiene un
carácter dinámico que permite trabajar para potenciarla y reforzarla.
Teniendo en cuenta eso, el modelo de las verbalizaciones de Grotberg se basa en
4 expresiones resilientes: “yo soy”, “yo tengo”, “yo puedo”, “yo estoy”.

Yo tengo (apoyo externo)

- Una o más personas dentro de mi grupo familiar en las que puedo confiar y
que me aman sin condicionamientos, es decir, de forma incondicional;
- una o más personas fuera de mi entorno familiar en las que puedo confiar
plenamente;
- límites en mi comportamiento;
- personas que me alientan a ser independiente;
- buenos modelos a imitar;
- acceso a la salud, a la educación y a servicios de seguridad y sociales que
necesito; y
- una familia y entorno social estables.
Yo soy (fuerza interior)

- Una persona que agrada a la mayoría de la gente;


- generalmente tranquila y bien predispuesta;
- alguien que logra aquello que se propone y que planea para el futuro;
- una persona que se respeta a sí misma y a los demás;
- alguien que siente empatía por los demás y se preocupa por ellos;
- responsable de mis propias acciones y acepto sus consecuencias;
- segura de mí misma, optimista, confiada y tengo muchas esperanzas.

Yo estoy (proyección)
- Dispuesto a responsabilizarme de mis actos.

- Seguro de que todo saldrá bien.

Yo puedo (capacidades interpersonales y de resolución de conflictos)

- Generar nuevas ideas o nuevos caminos para hacer las cosas;


- realizar una tarea hasta finalizarla;
- encontrar el humor en la vida y utilizarlos para reducir tensiones;
- expresar mis pensamientos y sentimientos en mi comunicación con los
demás;
- resolver conflictos en diferentes ámbitos: académico, laboral, personal y
social;
- controlar mi comportamiento: mis sentimientos, mis impulsos, el demostrar
lo que siento, y ;
- pedir ayuda cuando lo necesito.

Según Grotberg para que un niño sea resiliente, no es necesario que estén
presentes todos estos rasgos, pero uno solo no basta.

Ejemplos:
- Un niño puede ser amado (Yo tengo), pero si no tiene la fortaleza interna
(Yo soy) o las habilidades interpersonales (Yo puedo), ese niño no podrá
ser resiliente.

- Un niño puede tener una alta autoestima (Yo soy), pero si no sabe cómo
comunicarse con los demás o cómo resolver problemas (Yo puedo) y no
tiene a nadie con quien contar (Yo tengo), ese niño no es resiliente.

- Un niño puede tener gran habilidad verbal y hablar correctamente (Yo


puedo), pero si no siente empatía (Yo soy), o no posee buenos modelos de
los cuales aprender (Yo tengo), no hay resiliencia.

La resiliencia es el resultado de una combinación de estos rasgos y aunque


parecen obvios y fáciles de adquirir, no siempre es así.

V. PILARES DE LA RESILIENCIA:

A partir de esta constatación se trató de buscar los factores que resultan


protectores para los seres humanos, más allá de los efectos negativos de la
adversidad, tratando de estimularlos una vez que fueran detectados. Así se
describieron los siguientes:
1. Autoconocimiento.
Ser una persona resiliente pasa por hacer un ejercicio de introspección, es decir,
debes ser capaz de observarte y conocerte a ti mismo.
2. Motivación.
La motivación es un elemento esencial para proporcionar a tu vida un sentido. Lo
importante es ser capaz de visualizar un proyectoo, lo que es lo mismo, pensar
cómo quieres que sea tu vida a corto, medio o largo plazo. Y una vez sepas hacia
dónde te quieres dirigir debes tener la determinación y la perseverancia para no
abandonar pese a los obstáculos que encuentres en tu camino.
3. Autocontrol.
El autocontrol o regulación emocional consiste en afrontar los problemas huyendo
del victimismo. Una persona resiliente es capaz de controlar sus impulsos y sus
emociones. Además, puede afrontar los problemas desde una determinada
perspectiva y tomar decisiones y asumir responsabilidades.
4. Autonomía.
Tomar distancia emocional y física ante una adversidad es otro rasgo de una
persona resiliente. La autonomía emocional permite fijar límites entre tú y la
adversidad.
5. Confianza.
La persona resiliente tiene confianza en sí misma y en los recursos que es capaz
de gestionar frente a una adversidad. La confianza viene dada de una
adecuada autoestima y también se caracteriza por tener iniciativa y asumir
responsabilidades.
6. Relación.
Otro factor clave para ser una persona resiliente consiste en la habilidad para
relacionarse con otras personas a través de una relación saludable. Esto supone
comprender y aceptar cómo son los demás, confiar en alguien para compartir tus
dudas y preocupaciones y desarrollar la empatía.
7. Optimismo
No se puede ser resiliente sin tener una actitud positiva, sin ser un optimista. Y el
optimismo parte siempre de la proactividad, de la aceptación de los errores y de
la asertividad.
8. Humor.
El humor en las personas resilientes sire para relativizar las desgracias que pasan
en la vida. El humor tiene la vitud de enseñar a las personas que no todo acaba
tras ocurrir una desgracia, sino que la vida sigue para todos y hay que vivirla
desdramatizándola.
9. Compromiso.
No puede haber cambio ni crecimiento si una persona no es capaz de
comprometerse consigo misma ni con su proyecto de vida. Porque el compromiso
pasa por responsabilizarse de tu propio proyecto hasta alcanzarlo pese a las
adversidades.
10. Coherencia.
La coherencia basada en la ética y en la moral consiste en mantener en la vida
un equilibrio entre lo que uno dice y lo que uno hace.

VI. PERSONAS RESILIENTES


Son capaces de identificar de manera precisa las causas de los problemas para
impedir que vuelvan a repetirse en el futuro.
• Son capaces de controlar sus emociones, sobre todo ante la adversidad y
pueden permanecer centrados en situaciones de crisis.
• Saben controlar sus impulsos y su conducta en situaciones de alta presión.
• Tienen un optimismo realista. Es decir, piensan que las cosas pueden ir bien,
tienen una visión positiva del futuro y piensan que pueden controlar el curso de
sus vidas, pero sin dejarse llevar por la irrealidad o las fantasías.
• Se consideran competentes y confían en sus propias capacidades.
• Son empáticos. Es decir, tienen una buena capacidad para leer las emociones de
los demás y conectar con ellas.
• Son capaces de buscar nuevas oportunidades, retos y relaciones para lograr
más éxito y satisfacción en sus vidas.

VII. EL MODO DE PENSAR DE LAS PERSONAS RESILIENTES


Las percepciones y los pensamientos influyen en el modo como la gente afronta el
estrés y la adversidad. El estilo de pensamiento de las personas resilientes se
caracteriza por ser realista, exacto y flexible. Cometen menos errores de
pensamiento (como la exageración o sacar conclusiones precipitadamente, sin
evidencias que las corroboren) e interpretan la realidad de un modo más exacto
que las personas menos resilientes.

BIBLIOGRAFIA.-

- MANCIAUX, M. La resiliencia: resistir y rehacerse. Barcelona: Gedisa. 2003

- MELILLO A. Y OTROS. “Resiliencia y subjetividad. Los ciclos de la vida”. Paidós.


Buenos Aires. 2006. Capítulo 10
-SUÁREZ OJEDA, E.N., Cap. 2, en Melillo A. y Otros.“Resiliencia. Descubriendo
las propias fortalezas.” Paidós. Buenos Aires. 2004

- VANISTENDAEL, S. “La resiliencia en lo cotidiano”. En: Manciaux, M. (comp.) La


resiliencia: resistir y rehacerse. Madrid: Gedisa. 2001

- http://www.guiainfantil.com/articulos/educacion/aprendizaje/como-desarrollar-la-
resiliencia-en-los-ninos/ (última visita 20/06/14)

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