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“Cultura Resiliente”
Cultura Resiliente
Reflexiones complementarias…
Aproximaciones al concepto de Resiliencia .
La palabra RESILIENCIA tiene algunos orígenes entre los mas destacados podemos tomar
en cuenta los siguientes:
El término resiliencia deriva del latín “resilio” que significa: volver atrás, volver de un salto,
resaltar, rebotar.
De esta manera la palabra “resiliencia”, empieza a ser utilizada en el campo de las ciencias
sociales y humanas, fundamentalmente en la psicología.
“Es tan jodido enfrentarse al dolor. Sentimos la punzada del dolor y decimos “es
culpa de ella, o de él, o culpa mía, o culpa de mi padre, o culpa de mi madre, o
culpa de Dios...”Y tratamos de zafarnos... ¡y todo sucede en un segundo!,
¡sentimos dolor...juzgamos! ¡Fuera ese dolor! Luchamos contra el dolor como si
fuera a destruirnos cuando en realidad, si lo aceptamos, lo que hará será
curarnos”.
(Samuel Shem, 1997. Monte
Miseria)
El término “resiliencia” fue adoptado por las ciencias sociales para caracterizar a aquellos
sujetos que, a pesar de nacer y vivir en condiciones de alto riesgo, se desarrollan
psicológicamente sanos y socialmente exitosos (Rutter, 1993). El trabajo que dio origen a
este nuevo concepto fue el de E. E. Werner (1992), quien estudió la influencia de factores
como la pobreza, una vida plagada de estresores, sobrecargas físicas y otros peligros que
afectaban el funcionamiento social de grupos humanos.
Werner siguió durante más de treinta años, hasta su vida adulta, a más de 500
niños nacidos en medio de la pobreza en la isla de Kauai. Todos pasaron penurias,
pero una tercera parte sufrió además experiencias de estrés y/o fue criado por
familias disfuncionales por peleas, divorcio con ausencia del padre, alcoholismo o
enfermedades mentales. Muchos presentaron enfermedades físicas, psicológicas y
sociales. Pero ocurrió que otros lograron un desarrollo sano y positivo: estos
sujetos fueron definidos como resilientes.
Se anotó que todos los sujetos que resultaron resilientes tenían, por lo menos, una persona
(familiar o no) que los aceptó en forma incondicional, independientemente de su
temperamento, su aspecto físico o su inteligencia. Necesitaban contar con alguien y, al
mismo tiempo, sentir que sus esfuerzos, su competencia y su autovaloración eran
reconocidos y que ellos, por sí mismo eran importantes y tenían una vida que valía la pena
seguir viviendo con esperanza y decisión. Comprobaron que la influencia más positiva para
ellos fue, una relación cariñosa y estrecha con un adulto significativo. O sea que: “la
aparición o no de esta capacidad en los sujetos depende del vínculo, de la interacción de la
persona y su entorno humano”.
1. La capacidad de juego.
No tomarse las cosas tan a pecho que el temor impida hallar las salidas. Y en este caso
el sentido del humor, el mirar las cosas con otra mirada, desde otro lado permite tomar
distancia de los conflictos. La creatividad, la multiplicación de los intereses personales,
los juegos de la imaginación relegan esas causas de alarma a su justo lugar,
revitalizarla para no deprimirse.
3. El auto cuidado.
Se puede resumir como un mensaje que la persona elabora para sí mismo. “ yo se que
esto que ocurrió es algo pasajero; esto que llegó a mi vida se va a ir; va a pasar”, se
dice ante un mal trance. O sea: “ Me quiero, confío en mí, me puedo sostener en la vida;
ni todo lo malo ni todo lo bueno es permanente”.
Consideramos con capacidad resiliente a las personas que:
1. Enfrentadas a un suceso traumático no experimentan síntomas disfuncionales, ni ven
interrumpido su proceso vital, sino que consiguen mantener un equilibrio estable sin que afecte a
su rendimiento y a su vida cotidiana.
2. Demuestran interna y externamente resistencia frente a la adversidad y desarrollan capacidad
para crear y mantenerse dentro de conductas positivas pese a circunstancias difíciles.
Las personas no reaccionamos de la misma forma a los mismos eventos de vida que
han sido traumáticos o estresantes para nosotros. Un enfoque para construir resiliencia
que le funciona a una persona puede no funcionarle a otra. Las personas utilizan una
gran variedad de estrategias y estas variaciones reflejan diferencias culturales. Los
elementos culturales de una persona pueden tener un impacto en la forma en la cual
comunica sus sentimientos y trabaja con la adversidad .
Las buenas noticias sobre los elementos culturales tanto personales como comunitarios
son que puede construirse a través de diversas experiencias que tienen igual o similar
sentido sin importar mi estructura social, sus valores y su identidad cultural. Por eso es
muy importante reconocer que mi experiencia positiva frente a un hecho adverso, no
solo me ha permitido construirme a mi mismo de un modo significativo sino que, esa
experiencia de vida se convierte en un ejemplo de vida que incide de modo directo en
mis personas cercanas y, a su vez, con el tiempo y el mantenimiento de estas
condiciones favorables, se constituye en un referente valioso para otras/otros; es decir,
se establece una incidencia social y con ello se construyen aceptaciones comunitarias
positivas que se transforman en elementos culturales de resiliencia.
Establecer buenas relaciones con la familia, la comunidad y, sanas amistades
cercanas, sirve para desarrollar mayores y mejores respuestas ante acontecimientos
adversos o inesperados. Algunas personas encuentran que, a pesar de que han sufrido
pérdidas significativas, la posibilidad de ayudar a otras personas, les hace sentir bien
sobre sí mismas y sobre sus capacidades.
Reflexiones finales.
ü La persona, su entorno familiar y social puede ser un poco más resistente ante
las situaciones adversas reconociendo que no todos los individuos y el contexto
cultural tienen la misma capacidad de superar los obstáculos y tomarlo como
lecciones para su crecimiento y desarrollo. La “cultura resiliente” es una
característica que puede aparecer como producto de una interacción positiva
entre el componente colectivo comunitario y la persona; pero también, como una
forma colectiva para poder responder ante situaciones de conflicto.
ü Los dones y talentos que se le otorgan a las personas son grandes, y por tanto
existe garantía del éxito, pero todo depende de las cualidades personales,
sociales y el estilo con que las respuestas elaboradas de forma individual y
decididas de modo colectivo, vayan generando un valor agregado que será
tomado en cuenta en un futuro próximo, como referente normativo y cultural para
el grupo social que lo construyó.
Referencias bibliográficas: