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La perspectiva ética en la filosofía

política de Hegel
por Esteban Martín Todisco
Profesor de Filosofía (UBA)

El siguiente texto se propone, por un lado, reconstruir la posición hegeliana del


estado de derecho a partir de su primacía ética, y por el otro rendir homenaje al fallecido
filósofo argentino Jorge Eugenio Dotti (1947-2018), quien en su obra Dialéctica y
Derecho. El proyecto ético-político hegeliano, analiza la filosofía del derecho hegeliana
a la luz del esquema de la Lógica, donde lo auténticamente real es aquello respecto de lo
cual, en el concepto, está la verdad de su aparecer, y la verdad del concepto está en su
aparecer como algo real; de tal modo, el concepto de Derecho “se auto-determina,
dándose realidad y existencia” (Dotti, 1983:60) y el Estado resulta la unidad de la
identidad y la diferencia que supera la dualidad entre el interés individual de lo
particular y el deber ético-político de lo universal.

El concepto de derecho en Hegel

En su Filosofía del derecho, Hegel afirma que el derecho civil alude —además
de a un sentido jurídico— “a la moralidad, a la eticidad y a la historia universal” (Hegel;
[1821] 1968). Este planteo probelmático es reconstruido por Dotti desde el contexto
intelectual en que escribía Hegel como autor post-kantiano, y retoma en la obra
hegeliana de la Enciclopedia la crítica que Hegel realiza a tres posiciones del
pensamiento frente a la objetividad. El primero es el pre-kantiano, que pretende alcanzar
el conocimiento verdadero desde el orden causal de lo condicionado y solo puede

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proyectar como absoluto una abstracción de su entendimiento. Esto se traduce en una
crítica a los «contractualistas» que fundamentan la soberanía en la voluntad general. Por
el contrario, Hegel sostiene que el contrato social recibe su posibilidad a partir de un
orden institucional que lo precede. La segunda crítica es a los post-kantianos por su
apelación a lo absoluto mediante un salto intuitivo. En este caso, al dejar atrás el pensar
de lo condicionado sin ninguna articulación, se pone el fundamento fuera de la Razón,
lo cual acompleja, en una dimensión práctica, la arbitrariedad y la violencia. Por último
tenemos la crítica al propio Kant, quien al postular el imperativo categórico desde la
pura formalidad, muestra un Sollen (deber) irrealizable dentro de la experiencia.
El diagnostico de Hegel es que estos filósofos no resuelven el problema de la
subjetividad —o mejor dicho, el de su salida— al proyectar un orden ético-político de
visión parcial y relativa.

La realización de la libertad a través del Estado

Para Hegel el derecho es la libertad en cuanto a idea (Hegel; op.cit:62). Con


respecto al movimiento dialéctico, el primer momento es el derecho abstracto, de donde
surgen las categorías jurídicas de propiedad —principio de la personalidad— y de
contrato; el segundo momento es el de la moralidad, el foro interno de la conciencia y
constitución de la subjetividad frente a la ley; finalmente, el tercer momento, la eticidad,
donde se conforman las instituciones: familia, sociedad civil, estado. La sociedad civil
es el momento de la diferencia, donde la persona concreta busca el fin particular de
acuerdo a sus necesidades (Hegel, op.cit:227). Pero como el exceso de riqueza de la
sociedad civil no es suficiente para evitar el exceso de pobreza (ibíd.:275) es preciso
que la subsistencia del individuo por medio del trabajo atraviese las instituciones que
encarnan el ideal ético (Dotti; op.cit.152). De este modo el derecho desciende desde lo
universal a lo particular a fin de articular lo político y lo social en la configuración
societaria de los estamentos, estableciendo la finitud como un límite proveniente de la
infinitud, es decir, de la Razón, y no de la subjetividad, de tal modo que lo real y lo
racional convergen (Hegel, op.cit:23).

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La libertad se realiza a través del Estado por medio de sus instituciones. El
intento de Hegel radica en conciliar lo particular —la sociedad civil— con lo universal
—el Estado— (Dotti; op.cit.:15), desde una línea lógico-metafísica, donde el Espíritu
solo conquista su verdad al encontrarse a sí mismo en el absoluto desgarramiento
(Hegel; [1807] 2009:60), es decir que el comienzo se encuentra mediatizado por el
último momento de la dialéctica, y el concepto conlleva en sí su negatividad como
condición de posibilidad de su realización. Desde esta estructura, la justicia en cuanto
conjunto de normas y reglas, no es un límite condicionante a la libertad individual sino
la objetivación de una libertad intersubjetiva, donde el individuo reapropia sus límites
para reconocerse como autoconciencia en relación a otras autoconciencias, y construir
así una vida comunitaria.

Bibliografía

DOTTI, J, E, (1983) Dialéctica y derecho. El proyecto ético político en Hegel,


Buenos Aires, Hachette
HEGEL, G, W, F, (2009) Fenomenología del Espíritu, trad. Wenceslao Roses,
Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica
HEGEL, G, W, F (1967) Principios de la Filosofía del Derecho o Derecho
Natural y Ciencia Política, trad. Vemal, editorial Buenos Aires, Sudamericana

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