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Teoría general de la persona jurídica

La personalidad jurídica de las sociedades mercantiles implica una importante


consideración por las facultades que observa mediante la identificación de la
forma de adquirirse, sus atributos, la forma en que se pierde y las actuaciones
que puedan desarrollarse por contemplarse la misma.

Dentro de los indicados atributos se inserta, con mayor relevancia, el del


patrimonio, por medio del cual se separan los bienes propios de los asociados
y los del ente societario. No deben olvidarse además los atributos adicionales
de la personalidad jurídica desarrollados por la doctrina, dentro de los cuales se
encuentra el nombre, el domicilio, la capacidad, la nacionalidad y su estado:
vigente, en causal de disolución y liquidada.

La personalidad jurídica observa su nacimiento desde diversas teorías, las


cuales, pueden resumirse en 1) la teoría de la ficción, 2) la teoría del patrimonio
de afectación, 3) la teoría orgánica o realista y 4) la teoría del reconocimiento.

*Teoría de la ficción

Jurídicamente es la persona física como la moral, de ahí que lo correcto es


identificarla como persona moral -pues se capta por el entendimiento y no por
los sentidos- y corresponde a una ficción del derecho al dar reconocimiento por
ley a lo que materialmente no existe. Basándose en esta teoría, es la
confirmación de un ente individual e independiente el cual genera similares
obligaciones y derechos que una persona física. Las características que tienen
estas dos figuras son: nacionalidad, domicilio, nombre, capacidad y patrimonio.
Cuando hablamos de la teoría de la ficción decimos que la persona moral es un
organismo el cual es representado por otro o por otros, en este caso -al final-
personas físicas.

*Teoría del patrimonio de afectación

Esta teoría surge a partir de las críticas a la teoría clásica, en especial a lo


relacionado con la conceptualización de la indivisibilidad e inalienabilidad del
patrimonio además desvincula las nociones de patrimonio y personalidad sin
dejar de dar importancia a la relación jurídica que los une.

Sustenta que las personas pueden tener diferentes patrimonios según sea el
destino que le den, ejemplo: un sujeto que forma una sociedad anónima,
además registra un patrimonio familiar y establece un fideicomiso a favor de
sus padres ya ancianos

Podemos diferenciar la teoría del patrimonio de afectación en que considera


que de hecho una persona puede tener distintos patrimonios, en razón de que
puede tener diversos fines jurídico-económicos por realizar, así como que
dichos patrimonios, considerados como masas autónomas, pueden
transmitiese por actos entre vivos.

Requisitos para que haya patrimonio de afectación

Para que haya patrimonio afectación el patrimonio debe ser autónomo, no en


relación a la persona, sino en función de un vínculo jurídico al cual el derecho
da reconocimiento, afectando un conjunto de bienes para conseguir un fin.

Para que exista patrimonio de afectación deben producirse los siguientes


requisitos:

*Que exista un conjunto de bienes derechos y obligaciones destinados a la


realización de un fin;

*Que este fin sea de naturaleza jurídico-económica;

*Que el derecho organice con fisonomía propia y, por consiguiente, con


autonomía todas las relaciones jurídicas activas y pasivas de acreedores y
deudores en función de aquella masa independiente de bienes derechos y
obligaciones.

Teoría orgánica o realista


Para esta teoría, las personas jurídicas no son entes artificiales creados por el
Estado sino, por el contrario, realidades vivas. Los entes colectivos son
organismos sociales dotados tanto como el ser humano de una potestad propia
de querer y por ello, capaces naturalmente de ser sujetos de derecho (Gierke).
A diferencia de la teoría de la ficción, que sostenía que la autorización estatal
era creativa de la personalidad jurídica, sostiene Gierke que solo tiene valor
declarativo. Las personas físicas que componen a la persona jurídica funcionan
como organismos de la voluntad colectiva de la persona jurídica. Es necesario
que quede claro que para esta teoría lo más importante que debe ser
amparado por la ley, es esa voluntad colectiva que surge de la asociación de
las personas físicas.

Teoría Realista

El fundador de esta teoría era un jurista alemán, Johannes Althusius mientras


que su defensor más prominente es Otto von Gierke, que no sólo es
responsable de la sabiduría académica de sus escritos, sino también como el
retador a la totalidad de la base de la jurisprudencia romana. Afirma esta teoría
de "que las personas morales son entes que tienen una materialidad propia, ya
que existen los seres humanos o bienes que las conforman, y por tanto, el
conjunto de ellos les da una realidad física. Dentro de esta teoría se encuentra
la teoría organicista, la cual sostiene que así como los seres humanos tienen
órganos (cerebro, brazos, piernas), de la misma forma las personas morales
están conformadas por seres humanos que realizan las mismas funciones que
sus órganos, y por tanto, esos seres son su realidad física".

Según esta teoría, una persona jurídica es una verdadera personalidad en un


sentido jurídico y pre-jurídica adicional de la palabra. También se supone que
los sujetos de derechos no tienen por qué pertenecer sólo para los seres
humanos, sino a todos los seres que posee una voluntad y vida propia. Como
tal, es una persona jurídica, y como "vivo" como el ser humano, una
corporación también se somete a los derechos. Bajo la teoría realista, existe
una corporación como una entidad objetiva real y la ley simplemente reconoce
y da efecto a su existencia. El jurista realista también sostuvo que la ley no
tiene poder para crear una entidad, sino simplemente tener el derecho de
reconocer o no reconocer una entidad.

Teoría del reconocimiento


Es una teoría desarrollada por Axel Honneth, perteneciente a la denominada
Escuela de Frankfurt. El reconocimiento, y en concreto la lucha por el
reconocimiento, fueron inicialmente categorías tratadas por Hegel en sus obras
"El sistema de la eticidad" y la "Fenomenología del espíritu".

La experiencia de la injusticia es parte de la esencia del hombre. La humillación


es la negación del reconocimiento por parte de los otros -de la sociedad-. Para
Honneth el hombre despreciado, humillado, sin reconocimiento, pierde su
integridad, sus derechos, su autonomía personal y su autonomía moral.

Honneth señala que lo específico de las formas señaladas de menosprecio -


desposesión de derechos, exclusión social-, no solo produce una radical
limitación de la autonomía personal, sino que provoca un sentimiento de no ser
un sujeto moralmente igual a otros y válido ya que no se le reconoce la
capacidad de formar juicios morales.1

De la justicia al reconocimiento

Puede afirmarse que desde finales del siglo XX en la filosofía política y la


filosofía del derecho se ha producido un cambio de paradigma. Se ha
reemplazado la categoría de justicia por el reconocimiento o reconocimiento
recíproco. Así, la teoría del reconocimiento es parte de la teoría intersubjetiva
(habermasiana) en la que el otro tiene una función esencial para el sujeto que
remite a los principios de igualdad y moralidad.

Para Kant, el derecho es la condición por la cual la libertad del uno es


compatible con la libertad del otro, lo que implica un reconocimiento del otro
(ver Imperativo categórico) como condición de convivencia social y fundamento
de la moral. En Hegel aparece el concepto de lucha por el reconocimiento que
se convierte en una lucha a muerte en la relación entre amo y esclavo (ver
Dialéctica). De esta manera los conflictos, en especial los conflictos sociales
del siglo XIX y XX pueden entenderse como luchas por el reconocimiento (ver
Lucha de clases). Habermas, en el siglo XX, expone la noción reconocimiento
mutuo como núcleo del Estado de Derecho democrático ya que para Habermas
solamente la igualdad de condiciones garantiza el respeto o reconocimiento
mutuo.

Para Axel Honneth los conflictos sociales son una lucha por el reconocimiento.
La novedad de la teoría de Honneth, que se origina en Hegel, es haber
superado la interpretación tradicional de los conflictos como mera
autoconservación (Maquiavelo y Hobbes). Honneth señala que el
reconocimiento es una nueva categoría que deja muy lejos una mera estrategia
de supervivencia. El reconocimiento como proceso en su dimensión individual,
social y por lo tanto moral, sigue una teleología que se realiza en distintas
etapas marcadas por determinadas formas (el amor, el derecho, la solidaridad)
que ya manifestó Hegel.

Clasificación de las personas jurídicas según la legislación


venezolana
Las personas jurídicas se dividen en personas jurídicas de Derecho Público y
personas jurídicas de Derecho Privado. Sin embargo, el artículo 19 del Código
Civil de Venezuela, en su enumeración de los distintos tipos de personas
jurídicas no establece una clara distinción entre cuáles son de Derecho Público
y cuáles son de Derecho Privado; en general, todos los seres o cuerpos
morales de carácter público.

Lo que hace creer a la doctrina que el legislador estableció desde el comienzo


del artículo hasta ese punto del numeral 2 cuáles son las personas jurídicas «o
cuerpos morales de carácter público» y el resto del artículo establecería
entonces, por lógica, las personas jurídicas de Derecho Privado.

*Personas jurídicas de Derecho Público:

1. La Nación y las Entidades políticas que la componen: cuando se hace


referencia a la Nación se habla en sentido de Estado, ya que este posee
derechos y obligaciones. Cuando se habla de las Entidades políticas que la
componen se refiere a los Estados y los Municipios, ya que estos cuentan
también con personalidad jurídica.

2. Las iglesias, de cualquier credo que sean, las universidades y, en


general, todos los seres o cuerpos morales de carácter público: En cuanto a la
iglesia, la legalidad de su personalidad jurídica cambiará según la iglesia de
que se trate. El Estado venezolano reconoce la personalidad jurídica de la
Iglesia Católica dentro del territorio de la República debido a el Convenio entre
la Santa Sede y al República de Venezuela. Otros cultos deberán solicitar el
reconocimiento como persona jurídica ante el Ejecutivo Nacional.
Las universidades se encuentran como personas jurídicas de Derecho Público
debido a que el Código Civil de Venezuela data de 1942 y las universidades
privadas no existieron en Venezuela sino hasta el año 1953. Estas adquieren
su personalidad jurídica de Derecho Privado de acuerdo con las formalidades
requeridas por la Ley de Universidades, a diferencia de las universidades
públicas las cuales reciben su personalidad a través de este artículo.

*Personas jurídicas de Derecho Privado:

1. Las asociaciones: persona jurídica que no persigue un fin de lucro para


ellos mismos, aunque estos sí pueden realizar actividades lucrativas. Aguilar
Gorrondona menciona como ejemplos, los clubes de ajedrez o una agrupación
de investigadores cientificos.

2. Las corporaciones: personas jurídicas mandadas a crear por una ley


especial y para las cuales predomina un interés colectivo. Por ejemplo, los
colegios profesionales.

3. Las sociedades: personas jurídicas que persiguen un fin de lucro para sí


mismos.

Nacimiento de la persona jurídica


Se denomina persona jurídica o persona moral a una figura jurídica que
permite la existencia de un individuo dotado de derechos y obligaciones, pero
que no es un ciudadano, sino una institución, organización o empresa que
persigue un fin social con o sin fines de lucro.

En otras palabras, una persona jurídica colectiva es quien tiene la capacidad de


adquirir tanto derechos como obligaciones y que no es una persona física. Así,
a estas primeras, el Derecho les atribuye y reconoce una personalidad jurídica
propia, por lo que en este sentido, la personalidad debe entenderse como la
aptitud para ser sujeto activo o pasivo de las relaciones jurídicas.

Tomando en cuenta sus elementos, también se define como un individuo con


derechos y obligaciones que existe, pero no como persona física, sino como
institución que es creada por una o más personas físicas para cumplir un
objetivo social que puede ser con o sin fines de lucro. Las personas se pueden
clasificar en dos grandes tipos: jurídicas individuales o jurídico colectivas, que
generalmente se les suele denominar "personas físicas" y "personas morales",
respectivamente.

En cuanto a la forma jurídica de las personas jurídicas, el artículo 322 de la


Constitución, al señalar que la seguridad de la Nación es competencia esencial
y responsabilidad del Estado, indica que aquélla se fundamenta en el desarrollo
integral la Nación y que su defensa es responsabilidad de los venezolanos y de
las "personas naturales y jurídicas, tanto de derecho público como de derecho
privado" que se encuentren en el espacio geográfico nacional. Por otra parte,
en los artículos 159 y 168 se atribuye expresamente personalidad jurídica a los
Estados y Municipios como personas de derecho público territoriales; en los
artículos 142 y 149,1 se regulan los "institutos autónomos” como personas
jurídicas de derecho público institucionales y el artículo 318 califica
expresamente al Banco Central de Venezuela como "persona jurídica de
derecho público".

En cuanto a la pertenencia de las personas jurídicas al Estado o al sector


público, el artículo 190, al regular las incompatibilidades de los diputados a la
Asamblea Nacional, precisa, entre otros aspectos, que no pueden ser
propietarios, administradores o directores de empresas" que contraten con
personas jurídicas estatales". Por otra parte, el artículo 180, al regular la
inmunidad tributaria de los entes o personas jurídicas político- territoriales
(República, Estados y Municipios) entre sí, señala que las inmunidades frente a
la potestad impositiva de los Municipios a favor de los demás entes político
territoriales "se extiende sólo a las personas jurídicas estatales creados por
ellos". Además, el artículo289, al regular las atribuciones de la Contraloría
General de la República, precisa la competencia de este órgano para realizar
inspecciones y fiscalizaciones respecto de "las personas jurídicas del sector
público".

De toda esta normativa constitucional deriva, por tanto, como ya


hemos señalado, que la expresión genérica de "Estado" comprende a
todas las personas jurídicas que en el orden interno y en la organización
política del Estado federal se consideran como parte del mismo,
conforme a los tres niveles de distribución territorial del Poder Público:
nacional, estadal y municipal.

Se establecen así, en la Constitución, como hemos indicado, dos


clasificaciones respecto de las personas jurídicas. La primera, que distingue
entre las personas jurídicas estadales, que forman parte de la organización
general del Estado en sus tres niveles territoriales o, si se quiere del sector
público; y las personas jurídicas no estatales, que no forman parte del Estado o
del sector público; y la segunda, que distingue, según la forma jurídica que ad
optan las personas jurídicas, entre personas jurídicas de derecho público, como
los institutos autónomos, y personas jurídicas de derecho pri vado, como las
sociedades anónimas del Estado (empresas del Estado, o "empresas públicas"
conforme las denominan los artículos 189,1 y 184, 4, respectivamente, de la
Constitución).
Ahora bien, en virtud de que la Constitución se refiere a las personas jurídicas
estatales y a las personas jurídicas de derecho público, como objeto de
regulación por el derecho administrativo, ello nos conduce a que tengamos que
plantear la interrogante de si dichas personas estatales o las personas de
derecho público coinciden o no con lo que de acuerdo a la terminología usada
con frecuencia, se ha denominado
"personas públicas" por oposición a las “personas privadas”.

En efecto, esa distinción identificaba la “persona pública” con las


organizaciones integradas al Estado (inicialmente las personas territoriales y
posteriormente, los establecimientos públicos) que adoptaban solamente las
formas jurídicas originarias del derecho público (instituto autónomo, por
ejemplo) y que, como consecuencia, estaban regidas por el derecho público; y
en el mismo sentido, identificaba a las personas privadas con las
organizaciones establecidas por los particulares (sociedades y fundaciones),
que adoptaban solamente las formas jurídicas originarias del derecho priva do
(compañía anónima, por ejemplo) y que, como consecuencia, estaban regidas
por el derecho privado.

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