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Enfermedades del estómago

Dispepsia: se entiende como tal la existencia de algún síntoma que se considere proveniente del aparato digestivo y afecte a la
mitad superior del abdomen, siempre que no esté originado por un proceso específico. Puede manifestarse como dolor
ocasional, náuseas, vómitos, malestar difuso o sensación de ardor (pirosis). Este tipo de síntomas son frecuentes en personas
sanas y con mucha frecuencia no corresponden a ninguna enfermedad concreta.
Gastritis: es una inflamación de la membrana que recubre el estómago; puede ser aguda o crónica.
Úlcera péptica (UP): se trata de un defecto o lesión de la mucosa gastrointestinal, que se perpetúa como consecuencia de la
actividad ácido-péptica. Las áreas de localización son fundamentalmente el estómago y el bulbo duodenal.
Cáncer de estómago: más del 90 % de los tumores de estómago son adenocarcinoma gástrico (AG), provocado por una
compleja interacción entre la infección por Helicobacter pylori, la alimentación y la predisposición genética. Los factores
ambientales son responsables del 62 % de los cánceres gástricos y los factores hereditarios del 28 %.
Enfermedades del intestino
Síndromes de malabsorción: desde un punto de vista fisiopatológico, la malabsorción se define cuando el defecto primario
reside en la propia mucosa intestinal. En los países subdesarrollados, las causas más frecuentes de malabsorción son las
parasitosis, el esprue tropical y el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA). Dentro de las enfermedades que afectan al
intestino, las causas de malabsorción más frecuentes en países occidentales son principalmente la enfermedad de Crohn, la
enfermedad celíaca, el sobrecrecimiento bacteriano, el síndrome de inmunodeficiencia adquirida, el síndrome del intestino
corto, la tuberculosis intestinal, la enfermedad inmunoproliferativa del intestino delgado y la giardiasis.
Enfermedades inflamatorias intestinales (EII): abarcan un grupo de trastornos inflamatorios crónicos de origen autoinmune y
etiología desconocida, que afectan principalmente al intestino, aunque no de forma exclusiva. Actualmente, se engloban en
este concepto las siguientes enfermedades:
 Colitis ulcerosa (CU): es una enfermedad que afecta a la mucosa del colon. Su principal síntoma es la rectorragia.
 Enfermedad de Crohn: es una enfermedad transmural que puede afectar a cualquier tramo del intestino, aunque se
localiza más frecuentemente en el íleon. Sus síntomas habituales son la diarrea y/o el dolor abdominal.
 Colitis inclasificada (CI): es un trastorno inflamatorio del colon que no puede clasificarse claramente como CU o EC.
Representa aproximadamente un 10% de los casos de afección inflamatoria crónica de origen desconocido.
 Colitis microscópica (CM): engloba la colitis linfocítica y la colitis colágena. Se trata de trastornos histopatológicamente
diferentes que afectan a la mucosa del colon, causando diarrea crónica. Su diagnóstico requiere un estudio cuidadoso
de las biopsias.
Enfermedad celíaca (EC): no es una enfermedad únicamente digestiva, sino un proceso de naturaleza autoinmune que afecta al
intestino y a diversos órganos y sistemas, de difícil diagnóstico. Es producida por una intolerancia permanente al gluten, en
personas con predisposición genética. Los síntomas digestivos suelen ser leves o incluso ausentes, especialmente a partir de
los 2 años de vida, pero pueden desarrollarse numerosos síntomas y trastornos no digestivos, por lo que habitualmente no es
reconocida ni diagnosticada, a pesar de tratarse de la enfermedad digestiva crónica más frecuente. Muchas personas se han
acostumbrado a vivir con un estado de mala salud crónica como si fuera normal y solo son capaces de reconocer que en
realidad sí tenían síntomas relacionados con la enfermedad celíaca cuando comienzan la dieta sin gluten y se hace evidente la
mejoría, en contraste con la situación previa a la dieta.
Síndrome del intestino irritable (SII): no es una enfermedad propiamente dicha, sino un conjunto de trastornos funcionales del
intestino que se caracterizan por la presencia de episodios recurrentes de dolor abdominal, molestias acompañadas de
hinchazón abdominal y alteraciones en la frecuencia y/o en la consistencia de las deposiciones. No obstante, actualmente se
dispone de pruebas diagnósticas que hablan a favor de que ya no es apropiado seguir considerando al SII como un trastorno
puramente funcional. No es una enfermedad psiquiátrica ni psicológica. No se ha demostrado la existencia de factores
psicológicos que provoquen el SII o que influyan en su instalación, si bien los factores psicológicos pueden contribuir al
deterioro de la calidad de vida.
Intolerancia a la lactosa: es el conjunto de síntomas que aparecen después de la ingestión de lactosa (el azúcar de la leche),
tales como dolor abdominal, distensión, borborigmos, diarrea e incluso estreñimiento. Es consecuencia de una deficiencia de
lactasa (la enzima que digiere la lactosa). En los seres humanos, varias mutaciones genéticas han permitido seguir tolerando la
lactosa durante la edad adulta, con mayor o menor prevalencia según la zona geográfica. Las poblaciones que no poseen esta
mutación (que son principalmente las asiáticas y africanas) presentan una deficiencia primaria o permanente de lactasa. En el
resto de los casos, la malabsorción de la lactosa aparece como consecuencia de una enfermedad subyacente (deficiencia de
lactasa secundaria o adquirida).
Infarto intestinal: se produce cuando un segmento del intestino queda privado de su provisión de sangre. Se debe a
arterioesclerosis, coágulos de sangre (trombos) en un vaso sanguíneo, obstrucción de la circulación sanguínea o presencia de
un émbolo (porción flotante de un coagulo) que procede de otra parte del cuerpo y que se aloja en una arteria intestinal.
Hernia: una porción del intestino protruye por un sector débil de la pared abdominal. Dependiendo de su localización puede
ser hernia umbilical, hernia inguinal o hernia crural.
Esprue: es una lesión del intestino delgado que produce cierto aplanamiento de las vellosidades de la mucosa intestinal.
Apendicitis: es la inflamación del apéndice, primera parte del colon ascendiente. El enfermo siente dolor cuando se presiona
ese punto y experimenta fiebre leve, náusea, vómito y constipación (raramente diarrea). En el 75 % de los casos la apendicitis
se origina como consecuencia de la obstrucción de la luz apendicular, lo que se produce habitualmente por un fecalito (heces
endurecidas). Menos frecuente es la obstrucción del apéndice por cálculos, cuerpos extraños, parásitos o tumores. El 25 % de
las apendicitis agudas se producen sin obstrucción, y la causa de la inflamación del apéndice en estos casos es desconocida.
Pólipos del colon: estos consisten en el crecimiento anómalo del tejido situado en la mucosa del intestino grueso, lo que
provoca la formación de un nódulo de mayor o menor tamaño que sobresale hacia la luz intestinal. Pueden ser planos o tener
forma esférica. Existen muchos tipos de pólipos, la mayor parte son benignos, pero algunos se consideran procesos
precancerosos. Afectan a alrededor del 20 % de la población adulta.
Cáncer colorrectal (cáncer del colon y el recto): el cáncer de la porción terminal del colon y del recto. En Estados Unidos se
diagnostican 120 000 casos cada año, con una mortalidad a los cinco años cercana al 50 %. Se desconoce la causa del cáncer
colorrectal y no siempre produce síntomas.
Afectaciones en el recto y el ano
Hemorroides: son venas varicosas de la membrana de revestimiento de la región anal, que aumentan de tamaño debido a la
presión interna.
Fisura anal: es un fino desgarramiento o úlcera que se extiende por el revestimiento del canal anal, que generalmente se
produce debido a la salida de heces abultadas y duras, como resultado de la cirugía rectal, o por la presencia de hemorroides.
El síntoma principal consiste en un fuerte dolor durante la defecación.
Fístula anal: es un pasaje que se abre desde el canal anal o desde un acceso subyacente hasta la superficie de la piel cerca de la
abertura anal, a través del cual se drena pus acuoso.

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