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COMO INFLUYE LA PRACTICA DEL DEPORTE EN LA SALUD MENTAL

Los beneficios a corto, mediano y largo plazo de la práctica del deporte en la


salud física son evidentes. El deporte y la actividad física son, además,
excelentes hábitos para cuidar y fortalecer la salud mental.

La práctica regular de cualquier deporte, ya sea de manera individual o en


equipo, puede contribuir a mejorar el estado de ánimo, la gestión de las
emociones y el desarrollo de capacidades como la paciencia, la disciplina y la
tolerancia, resalta Ana María Sotomayor, psicóloga y profesora de
la Universidad de Piura. De hecho, las actividades que se realizan en el campo
de juego, la pista de atletismo, en la piscina o el mar, o en el centro de
entrenamiento repercuten positivamente sobre la salud integral y,
principalmente, en la salud mental y neurológica de personas de todas las
edades.

La experta indica que los deportes proporcionan múltiples beneficios a quienes


los practican con regularidad, como el desarrollo del sentido del orden y la
disciplina, de diversas capacidades y habilidades para la vida y aporta a la
salud integral.

Al respecto, señala: “Lo recomendable es practicar deporte con una frecuenta


mantenida en el tiempo; tres veces a la semana, por ejemplo, si buscamos
algún objetivo o resultado específico, como mejorar el estado físico o aumentar
masa muscular. Para la salud mental esta frecuencia y compromiso ayudan a
fortalecer la responsabilidad, el manejo de los objetivos, la planificación, el
orden, etc.”.

Eso sí, advierte que es importante reconocer que, en medio de la práctica


deportiva, debe existir un espacio de relajación y pausa para que el cuerpo se
recupere y la mente se reprograme para continuar con las exigencias del día a
día. “No queremos saturarnos con la experiencia deportiva, ni convertirla en un
estresor adicional”, enfatiza.
Capacidades y habilidades para la vida

La psicóloga Ana María Sotomayor refiere que el deporte en grupo permite


robustecer el trabajo en equipo, el manejo y tolerancia de las diferencias, el
compañerismo, el acompañamiento en las derrotas y reconocimiento de logros
ajenos, compartir ese vínculo del ‘todos ganamos’ o ‘todos perdemos, pero
dimos lo mejor’.

En deportes de alto rendimiento y competencias, dice, se aprende a manejar la


frustración frente al fracaso o a un desempeño peor del esperado. Asimismo,
continúa: “favoreciendo la determinación de metas y la creación de
expectativas progresivas, mucha paciencia y capacidad para la toma de
decisiones determinantes”.

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