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PRE-MEDICO
EQUIPO 6
Prácticas de higiene
personal tales como el
lavado regular de las
manos con agua y
jabón.
Marco teórico
La hepatitis A es una inflamación del hígado debida a la infección por el virus de la
hepatitis A (VHA). Este virus se propaga principalmente cuando una persona no
infectada (y no vacunada) ingiere agua o alimentos contaminados por heces de una
persona infectada. La infección está muy asociada al consumo de agua y alimentos
insalubres, el saneamiento deficiente, la mala higiene personal y el sexo bucoanal.
A diferencia de las hepatitis B y C, la hepatitis A no causa hepatopatía crónica y rara
vez es mortal, pero puede ocasionar síntomas debilitantes y hepatitis fulminante
(insuficiencia hepática aguda) que, a menudo, es mortal. La OMS estima que, en
2016, esta enfermedad A provocó en todo el mundo aproximadamente 7134
defunciones, una cifra que representa el
0,5% de la mortalidad por hepatitis víricas.
La hepatitis A se presenta esporádicamente y en epidemias de ámbito mundial y
tiende a
reaparecer periódicamente. Las epidemias asociadas a agua o alimentos
contaminados pueden aparecer de forma explosiva, como ocurrió con la epidemia
registrada en Shanghái en 1988, que afectó a unas 300 000 personas. También se
pueden prolongar considerablemente y persistir durante meses en la población a
través de la transmisión de persona a persona. Los
virus causantes subsisten en el medio y pueden resistir a los métodos habitualmente
utilizados
para inactivar o controlar las bacterias patógenas en la producción de alimentos.
La mayoría de los virus de la hepatitis viral son de tipo ARN excepto el virus de la
hepatitis B que es un virus ADN. Se diferencian por sus características moleculares
y antigénicas, pero generalmente producen enfermedades similares. Estas van
desde una enfermedad asintomática hasta una infección aguda fulminante o desde
una infección persistente subclínica a la hepatopatía crónica rápidamente
progresiva, cirrosis o incluso un hepato-carcinoma. Esto último en específico con
los virus de la hepatitis B, C o D.
Existen unos agentes que pueden producir manifestaciones de una hepatitis viral
como parte de su cuadro clínico sistémico, estos son: Citomegalovirus, virus de
Epstein Barr, adenovirus y los virus causantes de la fiebre hemorrágica. Otras
etiologias como la alcohólica, isquémica, autoinmune, toxicas y de origen infeccioso
diferentes a las virales (bacterianas, parasitarias, micóticas) pueden llegar a
producir un cuadro de hepatitis.
Causas
La hepatitis A es causada por un virus que infecta las células hepáticas y produce
inflamación. La inflamación puede afectar el funcionamiento del hígado y ocasionar
signos y síntomas de hepatitis A. El virus normalmente se propaga mediante la
ingesta de comidas o bebidas contaminadas con materia fecal, incluso en
cantidades muy pequeñas. No se transmite al estornudar ni al toser.
A continuación, te indicamos algunas de las maneras específicas en que puede
propagarse el virus de la hepatitis A: Comer alimentos manipulados por alguien con
el virus que no se lavó bien las manos después de ir al baño, Beber agua
contaminada, Comer mariscos crudos provenientes de aguas residuales
contaminadas.
Diagnóstico
Diagnóstico de sospecha es clínico, apoyado en pruebas de laboratorio (pruebas
de función hepática), pero el diagnóstico de confirmación se realiza mediante
técnicas de diagnóstico indirecto, por mediación de IgM anti-VHA. El diagnóstico
directo por demostración del virus es costoso y difícil, por lo que no suele utilizarse.
La detección de IgG no es útil para el diagnóstico, pero si muy útil
epidemiológicamente, para valorar la prevalencia de la infección y desde el punto
de vista individual se utiliza su determinación para valorar la necesidad de
vacunación, su eficacia y/o la necesidad de uso de inmunoglobulina específica
postexposición.
Reservorio
El reservorio y la fuente de infección son los seres humanos enfermos, no
existiendo portadores crónicos del virus.
Transmisión
La transmisión se puede dar por distintas vías. La forma más frecuente es la fecal-
oral, de persona a persona. En los niños es muy frecuente, ya sea en su ambiente
familiar o en las guarderías. En los adultos es más común por ingesta de agua y
alimentos contaminados. Existe también la transmisión no fecal, como por
transmisión hemática, demostrada en pacientes hemofílicos receptores del factor
VIII. También se ha demostrado experimentalmente la transmisión por lavados
nasofaríngeos, pero no se ha demostrado de forma natural. El riesgo de la
hepatitis A para viajeros no inmunes a los países en desarrollo se estima alto (de
1 a 5 casos/1.000 viajeros, cada mes), siendo los casos en varones algo más
frecuentes. La hepatitis A es la enfermedad prevenible con vacuna más frecuente
en viajeros. Los datos más recientes sobre viajeros sugieren que el riesgo de
contraer el VHA ha disminuido notablemente en los últimos 10 a 15 años, con
estimaciones más recientes, en viajeros suizos, de 0,1 a 1/1.000 por mes, cifra que
aún representa un riesgo significativo de enfermedad. El riesgo puede ser mucho
mayor para los viajeros de bajo presupuesto, los trabajadores humanitarios y los
inmigrantes que visitan amigos y familiares en sus países de origen, por las
previsibles condiciones higiénicas más pobres.
Periodo de incubación
El periodo de incubación oscila de 15 a 50 días, con un promedio de 1 mes. La
transmisibilidad se inicia desde la mitad del periodo de incubación hasta 1 semana
después de aparecer la ictericia.
Susceptibilidad
La susceptibilidad es general para todos los individuos no inmunizados,
especialmente en las edades comprendidas entre 5 y 15 años. Deja inmunidad
permanente tras la infección.
Situación mundial
La hepatitis A es una enfermedad extendida por todo el mundo, pero con
grandes diferencias en su prevalencia. En los países en vías de desarrollo, donde
existen graves deficiencias de higiene y de saneamiento ambiental, la infección es
más prevalente y afecta fundamentalmente a los niños. A medida que mejoran las
condiciones de vida, disminuye la tasa de infección y la edad de infección se
desplaza a edades más avanzadas. En este sentido es importante destacar que en
muchas partes del mundo, la tasa de seroprevalencia de anti-VHA está
disminuyendo. A esta disminución de la tasa de infección contribuyen varios
factores, incluyendo las mejoras socioeconómicas, el aumento del acceso a agua
potable, y, en algunas partes del mundo, la disponibilidad de la vacuna contra la
hepatitis A.
En algunos países de las Américas, Asia y Medio Oriente ha habido una reducción
en la incidencia de hepatitis A. Estos países están ahora en transición de
endemicidad alta a intermedia o baja. Los niños a menudo escapan de la infección
en la primera infancia en estas áreas, lo que puede conducir a una mayor
susceptibilidad en los grupos de mayor edad y pueden ocurrir tasas más altas de
enfermedad en adolescentes y adultos, causando grandes brotes.