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UNIVERSIDAD DE CARABOBO

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD


DEPARTAMENTO DE SALUD PÚBLICA
ASIGNATURA: PROYECTO

ACCIDENTES FRECUENTES DURANTE EL PUERPERIO:


ANALISIS SOBRE ARTICULOS DE RELEVANCIA

Autores:
Yovana Gómez C.I.: 25.591.686
Virlena Landaeta C.I.: 20.951.114
Scarlet Rivas C.I.: 26.400.308
Marialex Ruiz C.I.: 25.603.828
Alejandra Valecillos C.I.: 26.144.778

La etapa del parto es una experiencia única, que a pesar de ser dolorosa
y de tener algunas complicaciones, es el proceso que conecta a la madre con
su hijo. Después del parto, es probable encontrarse con algunos problemas de
salud los cuales pueden poner en riesgo la vida de la madre, estos pueden
ocurrir en las semanas o meses posteriores, y muchas personas no son
conscientes de las señales de advertencia.

Después del parto, es común sentir fatiga e incomodidad, como dolor


perineal y contracciones uterinas. Es posible que no se pueda diferenciar entre
una recuperación normal y los síntomas de una complicación, o cuándo buscar
atención médica, esto lleva a las diferentes complicaciones que se pueden
presentar y que hasta el momento no se le ha tomado la debida importancia
para la disminución de su incidencia. Es importante agregar que, las madres a
menudo no acuden a un proveedor de atención de la salud hasta cuatro o seis
semanas después del parto, y hasta un 40 por ciento no asiste a una visita
posparto, probablemente debido a la escasez de recursos. Como resultado, la
mayoría recibe poca orientación sobre su recuperación posparto.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece actualmente que
se producen 585 000 muertes maternas por año en el mundo entero, alrededor
de 85 000 muertes más que en estimaciones anteriores lo que sugiere un
aumento sustancial debido al subregistro del pasado (1). El 99 % de estas
muertes ocurren en países subdesarrollados, principalmente ubicados en Asia
(62 %), África (30 %) y América Latina (7 %) (2).

Con respecto a un estudio realizado en Venezuela, específicamente en


La Maternidad “Concepción Palacios” que comprende entre los años 1982-
1991 “Los datos se recogieron en una ficha epidemiológica hecha en base a
las variables consideradas, se calcularon porcentajes individuales y se
realizaron cruces de variables para enriquecer la interpretación epidemiológica.
Se elaboraron cuadros y gráficos para facilitar la presentación y análisis de los
resultados” (3). Este estudio, se vio limitado por la escasa información que se
presenta sobre este tema, además de, la insuficiente información en los
registros para poder establecer la evitabilidad y responsabilidad
institucional, profesional o del propio paciente y su comunidad.

Entre los resultados obtenidos mediante esta investigación “se


registraron en el servicio de Estadística y Archivo 423 muertes maternas y 2
muertes no obstétricas (causas accidentales)” (4), lo cual son cifras alarmantes
tomando en cuenta la época en que fue realizado dicho estudio.
Lastimosamente no se cuenta con actualizaciones recientes que indiquen si
estas cifras se encuentran en aumento o, por el contrario, si han ido
disminuyendo.

La mayor incidencia estuvo reflejada en aquellas muertes causadas por


sepsis, seguido de esta se encuentra la hipertensión inducida por el embarazo
y por último, las hemorragias. Esto deja en evidencia la poca ineficacia que se
tiene para el manejo preventivo y curativo de las mismas. Los indicadores de
salud como mortalidad materna y perinatal reflejan la calidad de
atención obstétrica de una población en cualquier país y por tanto está influida
por muchos elementos que se inician en la condición socio-cultural, económica
y demográfica de un grupo de personas y terminan con las políticas de estado,
de los servicios de salud y por último las complicaciones de la gravidez.

Otro estudio publicado en la Revista Cubana de Obstetricia y


Ginecología v.28 n.1 Ciudad de la Habana ene.-abr. 2002. Señala que “Las
complicaciones poscesárea ocupan los primeros lugares entre las causas de muerte
en muchos servicios obstétricos del mundo, incluidos los de nuestro país, por lo que
constituye un elemento de morbilidad que debe ser constantemente vigilado y
controlado. Su influencia en el número y gravedad de las infecciones puerperales, su
relación con la necesidad de histerectomía puerperal y otras complicaciones
asociadas al posoperatorio, hacen de este proceder quirúrgico un factor de riesgo
importante que se debe tener en cuenta con fines preventivos. Uret plantea que la
endometritis posparto continúa siendo la complicación infecciosa nosocomial más
común que sigue al alumbramiento” (5). Muchas de estas complicaciones se
diagnostican precozmente durante la estadía hospitalaria de la puérpera, lo que
conlleva una terapéutica más efectiva con resultados menos fatales. Pero es la
profilaxis de todas estas entidades el arma principal que se puede utilizar para
disminuirlas.

Indudablemente el sangrado de origen genital constituye aún la primera causa


de muerte de mujeres en edad reproductiva que conlleva también a la histerectomía
de manera no planeada como recurso terapéutico vigente, pero a la vez mutilante. La
hemorragia genital grave en la mujer casi siempre se presenta durante el estado
gravídico puerperal, por lo que es importante tener presente siempre los cambios
hemodinámicos y metabólicos que fisiológicamente se presentan durante la gestación.
Estas 2 complicaciones puerperales unidas a la toxemia, son las 3 fuentes más
frecuentes de mortalidad materna directa en el mundo, por lo que resulta importante su
diagnóstico precoz, técnicas quirúrgicas de urgencia depuradas, el manejo en equipos
y medidas de prevención sobre los factores de riesgo en ellas asociados.

A pesar de que el embarazo es un proceso fisiológico y que se presenta como


un regalo al sexo femenino, queda muy en claro que hay ciertas circunstancias o
factores de riesgo que ponen en peligro la vida de la madre, como ya se ha
mencionado anteriormente, existen múltiples alteraciones que se generan tras un parto
y que si bien, se pueden controlar, no se conocen las medidas profilácticas para las
mismas, como también se desconocen los factores de riesgos que ya son propios de
la madre. Entre estos actores de riesgos se encuentra la edad avanza que pueda tener
la progenitora. Determinar la edad para concebir un hijo ha sido siempre y será un
dilema difícil de resolver por el obstetra, debido a que la mayoría de las morbilidades,
tanto para la madre como para el feto, que ocurren son en las edades extremas de la
vida reproductiva; se refiere a las adolescentes y las mujeres mayores de 35 años.

El retraso en la maternidad es un tema muy común en la actualidad debido a


los diferentes factores sociales, educacionales, económicos y culturales. Esta
población generalmente comprende a mujeres mayores de 35 años que planifican un
embarazo con las medidas necesarias para cualquier eventualidad, pero no siempre
es posible controlar todo a su paso, de modo que una de las circunstancias por las
cuales se incrementa el riesgo de morbilidad y mortalidad materna y perinatal es un
fenómeno imparable del incremento cada año del embarazo en mujeres con edades
superiores a la ya mencionada.

En una publicación de la Revista de Ciencias Médicas de Pinar del Rio


vol.19 no.5 Pinar del Río sep.-oct. 2015 menciona que “La frecuencia de mujeres con
edad materna avanzada que cursan con un embarazo varía entre 9,6 y 7,1%. Sin
embargo, estudios recientes plantean una incidencia superior; en Chile, se ha
incrementado desde un 10% en 1990 hasta 16% en el 2006.” (6). A medida que
avanza la edad, las posibilidades de que una mujer quede embarazada disminuye,
motivado por el deterioro en la calidad de sus óvulos sobre todo aquellas que esperan
para obtener descendencia, mucho más allá de la edad óptima para tal propósito.
Dentro del mismo estudio de la revista ya mencionada dice que “Se presentan las
principales enfermedades asociadas a la gestación y se observa que el
(34,4%) de las gestantes añosas padecía alguna de ellas siendo la
hipertensión arterial crónica (21,9%) y la anemia (5,3%) las entidades que
se presentaron con mayor frecuencia en el grupo investigado, mientras en
el grupo control fueron el asma bronquial (4,4%) y la anemia (2,9%)” (7) y
que “las gestantes añosas tienen cinco veces más probabilidades de
comenzar el embarazo con alguna enfermedad; y la hipertensión arterial se
puede presentar 17 veces más en este período de la vida de la mujer que
antes” (8) siendo importante señalar este hecho dentro de las causas de
desarrollo de complicaciones tras el parto.

En general, el embarazo en mayores de 35 años se complica si la madre


presenta enfermedades previas, asociadas o no al envejecimiento natural, y se
considera que un embarazo es de alto riesgo cuando la mujer tiene
hipertensión arterial, diabetes, insuficiencia renal, trastornos
cardiacos, enfermedades autoinmunes, obesidad, etcétera. Una vez
descartada la presencia de problemas de salud en la futura madre y de
problemas en el feto, y superado el riesgo de aborto del primer trimestre, hay
muchas posibilidades de que el embarazo transcurra con total normalidad con
independencia de la edad materna.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

1. World Health Organization. Revised 1990 estimates of maternal


mortality, a new approach by WHO y UNICEF. Washington: Edit WHO,
1996. Disponible en:
https://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/204114/WHO_RHR_1
5.23_spa.pdf;jsessionid=BA5E0A58F70B1276E0DFD6BC87B0198B?
sequence=1
2. Royston E, Armstrong S. Preventing maternal deaths. Washington.
Edit WHO. 1991. Disponible en:
https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/maternal-mortality
3. Brito Hurtado Julio G, Cabrera Carlos, Gutiérrez Orlando, Gutiérrez
Miguel, Porras Flor. Mortalidad materna en la Maternidad “Concepción
Palacios”: 1982-1991. Rev Obstet Ginecol Venez [Internet]. 2007
Ene [citado 2020 Mayo 20] ; 67( 1 ): 31-39. Disponible en:
http://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0048-
77322007000100007&lng=es.
4. Brito Hurtado Julio G, Cabrera Carlos, Gutiérrez Orlando, Gutiérrez
Miguel, Porras Flor. Mortalidad materna en la Maternidad “Concepción
Palacios”: 1982-1991. Rev Obstet Ginecol Venez [Internet]. 2007
Ene [citado 2020 Mayo 20] ; 67( 1 ): 31-39. Disponible en:
http://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0048-
77322007000100007&lng=es.
5. Piloto Morejón Manuel, Suárez Blanco Ciro, Palacios Valdés Gertrudis.
Complicaciones puerperales durante la estadía hospitalaria. Rev
Cubana Obstet Ginecol [Internet]. 2002 Abr [citado 2020 Mayo
20] ; 28( 1 ): 42-48. Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?
script=sci_arttext&pid=S0138-600X2002000100007&lng=es.
6. Balestena Sánchez Jorge Manuel, Pereda Serrano Yadilis, Milán Soler
José Raúl. La edad materna avanzada como elemento favorecedor de
complicaciones obstétricas y del nacimiento. Rev Ciencias Médicas
[Internet]. 2015 Oct [citado 2020 Mayo 20] ; 19( 5 ): 789-802.
Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?
script=sci_arttext&pid=S1561-31942015000500004&lng=es.
7. Balestena Sánchez Jorge Manuel, Pereda Serrano Yadilis, Milán Soler
José Raúl. La edad materna avanzada como elemento favorecedor de
complicaciones obstétricas y del nacimiento. Rev Ciencias Médicas
[Internet]. 2015 Oct [citado 2020 Mayo 20] ; 19( 5 ): 789-802.
Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?
script=sci_arttext&pid=S1561-31942015000500004&lng=es.
8. Balestena Sánchez Jorge Manuel, Pereda Serrano Yadilis, Milán Soler
José Raúl. La edad materna avanzada como elemento favorecedor de
complicaciones obstétricas y del nacimiento. Rev Ciencias Médicas
[Internet]. 2015 Oct [citado 2020 Mayo 20] ; 19( 5 ): 789-802.
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