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Artrosis

La artrosis es una enfermedad reumática crónica que


lesiona el cartílago articular. Se produce
fundamentalmente en las manos, las rodillas, la cadera y la
columna cervical y lumbar. Provoca dolor y rigidez e
impide que se puedan realizar con normalidad algunos
movimientos tan cotidianos como cerrar la mano, subir
escaleras o caminar.
Factores de riesgo

 Edad avanzada (se incrementa el riesgo a partir de los 50 años).


 Sexo femenino.
 Obesidad (sobre todo en artrosis localizada en articulaciones como las
rodillas y otras que soporten peso como la zona lumbar de la columna
vertebral).
 Actividad deportiva y ciertas profesiones.
 Menopausia.
 Secuelas tras una cirugía y golpes repetidos sobre alguna articulación.
 Antecedentes familiares: es posible la transmisión genética de la
predisposición a sufrir artrosis. Los genes que regulan el colágeno, una
proteína muy importante en la composición del cartílago, se transmiten
de padres a hijos; y si estos genes están alterados, dan lugar a un
colágeno poco funcional, lo que aumenta el riesgo de sufrir artrosis.

TRATAMIENTO NO FARMACOLOGICO

Educación sanitaria y fisioterapia de la Artrosis


La medida más eficaz en la artrosis es la prevención, es decir, intentar corregir
aquellos factores de riesgo modificables que pueden acelerar su proceso.

Evitar el sobrepeso. En el caso de padecer artrosis en articulaciones de carga


(rodilla, cadera, región lumbar...). En ocasiones, la pérdida de peso, por poco
que sea, es suficiente para mejorar de manera evidente el dolor asociado a la
artrosis.

No realizar movimientos repetitivos ni usar de manera excesiva las


articulaciones comprometidas. Un ejemplo podría ser evitar las escaleras
siempre que se pueda en los pacientes con artrosis de rodilla.
Correcta higiene postural. Por ejemplo adecuar la silla en el lugar de trabajo
para preservar la anatomía de la región lumbar o evitar estar mucho tiempo de
pie si hay artrosis en los miembros inferiores.

Ejercicio físico. Este debe individualizarse para cada paciente y se debe


realizar de manera regular. La natación es, por ejemplo, un buen deporte para
pacientes con artrosis lumbar, de cadera o de rodilla. Una buena terapia física
puede reducir el dolor y mejorar la rigidez articular.

TRATAMIENTO FARMACOLOGICO

Tratamiento farmacológico de la Artrosis


No existen medicamentos que curen la artrosis, pero se dispone de diversos
fármacos que son útiles para controlar el dolor y mejorar la funcionalidad de
los pacientes con artrosis:

Analgésicos. Son los medicamentos más utilizados para reducir el dolor y


mejorar la rigidez de la articulación. El analgésico más común es el
paracetamol.

Antiinflamatorios. Muchos de estos pacientes tienen dolor, a pesar del uso de


analgésicos, y pueden ser tratados con los llamados antinflamatorios no
esteroideos (AINE), como el diclofenaco, el naproxeno, el ibuprofeno, etc.,
especialmente cuando el dolor es más agudo. En los casos que no responden a
analgésicos comunes o a antiinflamatorios no esteroideos, pueden utilizarse
analgésicos más potentes como los opiáceos (por ejemplo, tramadol).

Condroprotectores. En los últimos años se han comercializado unos


fármacos llamados condroprotectores, que son sustancias constituyentes del
cartílago articular y que pueden disminuir el dolor de la artrosis. Sin embargo,
su eficacia no está aun ampliamente aceptada. Dentro de este grupo estarían la
glucosamina y el condroitin sulfato. Otros fármacos como la diacereína
tienen una eficacia similar.

Terapia interarticular o infiltraciones. Muchos pacientes pueden


beneficiarse de la administración dentro de la articulación de sustancias
antiinflamatorias. Es la terapia interarticular o infiltraciones. En la mayoría de
las ocasiones se infiltran glucocorticoides, derivados de la cortisona, y más
recientemente se está utilizando también el ácido hialurónico. Las
infiltraciones se pueden realizar en el caso en el que el dolor no ceda con las
medidas anteriores. Son especialmente útiles en aquellas articulaciones donde
los signos inflamatorios, especialmente el derrame articular, son más
evidentes. Siempre se deben tener en cuenta como medida puntual, y no
realizarlas de manera repetitiva, ya que en ocasiones el empleo de corticoides
puede ser contraproducente en dosis excesivas. Su uso ideal es en
articulaciones donde aún es posible revertir determinados procesos. En
cambio, en artrosis muy avanzadas, donde la cirugía es ya la única opción, su
eficacia disminuye de manera notable.

ARTRITIS
La artritis reumatoidea (AR) es una enfermedad que lleva a la inflamación de las
articulaciones y tejidos circundantes. Es una enfermedad prolongada. También puede
afectar otros órganos.

FACTORES DE RIESGO

 Sexo. Las mujeres son más propensas que los


hombres a desarrollar artritis reumatoidea.

 La edad. La artritis reumatoide se puede producir a


cualquier edad, pero más frecuentemente comienza a
mediana edad.

 Antecedentes familiares. Si un familiar padece artritis


reumatoide, el riesgo de que padezcas la enfermedad
puede ser mayor.

 Tabaquismo. Fumar cigarrillos aumenta el riesgo de


desarrollar artritis reumatoide, especialmente si
tienes una predisposición genética a desarrollar la
enfermedad. Fumar también aparece asociado a una
gravedad mayor de la enfermedad.

 Exposición ambiental. Aunque se entiende mal,


algunas exposiciones, como a asbestos o sílice,
pueden aumentar el riesgo de desarrollar artritis
reumatoide. Los trabajadores de emergencia
expuestos al polvo del derrumbe del World Trade
Center están en mayor riesgo de padecer
enfermedades autoinmunintarias como artritis
reumatoide.
 Obesidad. Las personas, especialmente las mujeres
de hasta 55 años, que tienen sobrepeso o son obesas
pareciera que presentan un mayor riesgo de desarrollo
de artritis reumatoide.

TRATAMIENTO FARMACOLOGICO
MEDICAMENTOS

Medicamentos antiinflamatorios: estos incluyen al ácido acetilsalicílico y antiinflamatorios


no esteroides (AINES) como el ibuprofeno Y naproxeno
 Estos medicamentos funcionan muy bien para reducir la hinchazón e inflamación articular,
pero pueden tener efectos secundarios a largo plazo. Por esa razón, solo deben tomarse por
un corto tiempo y de ser posible en dosis bajas.

 Ya que estos medicamentos no previenen el daño articular por sí solos, deben usarse junto
con medicamentos FARMA.

Fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (FARMA): estos a menudo son


los primeros fármacos que se prueban en personas con AR. Se recetan además del
reposo, los ejercicios de fortalecimiento y los fármacos antinflamatorios.

 El metotrexato es el FARMA más comúnmente utilizado para la AR. La leflunomida y la


hidroxicloroquina también se pueden utilizar.

 La sulfasalazina es un fármaco que a menudo se combina con metotrexato e


hidroxicloroquina (terapia triple).

 Pueden pasar semanas o meses antes de ver algún beneficio de estos medicamentos.

 Estos fármacos pueden tener efectos secundarios serios, así que se necesitará exámenes de
sangre regulares cuando los esté tomando.

 Medicamentos antipalúdicos-- Este grupo de medicamentos incluye hidroxicloroquina . Casi


siempre se usan junto con metotrexato. Pueden pasar semanas o meses antes de ver algún
beneficio de estos medicamentos.

TRATAMIENTO NO FARMACOLOGICO
FISIOTERAPIA

Los ejercicios de rango o amplitud de movimiento y los programas indicados por un


fisioterapeuta pueden retardar la pérdida de la función articular y ayudar a mantener los
músculos fuertes.
Algunas veces, los terapeutas usarán máquinas especiales para aplicar calor profundo o
estimulación eléctrica para reducir el dolor y mejorar la movilidad articular.

Otras terapias que pueden ayudar a aliviar el dolor articular incluyen:

 Técnicas de protección de la articulación

 Tratamientos con calor y frío

 Férulas o dispositivos ortopédicos para apoyar y alinear las articulaciones

 Períodos frecuentes de descanso entre las actividades, así como de 8 a 10 horas de sueño
cada noche

OSTEOPOROSIS
La osteoporosis hace que los huesos se debiliten y se vuelvan
quebradizos, en tal medida que una caída o incluso una leve
tensión, como agacharse o toser, pueden causar una fractura.
Las fracturas relacionadas con la osteoporosis ocurren con
mayor frecuencia en la cadera, la muñeca o la columna
vertebral.

El hueso es tejido vivo que se descompone y reemplaza


constantemente. La osteoporosis ocurre cuando la generación
de hueso nuevo es más lenta que la pérdida de hueso viejo.

Factores de riesgo

Algunos factores pueden aumentar la probabilidad de que


desarrolles osteoporosis, entre otros, tu edad, raza, estilo de
vida, así como tus afecciones y tratamientos médicos.

Riesgos inalterables

Algunos factores de riesgo de osteoporosis están fuera de tu


control, incluidos los siguientes:

 Sexo. Las mujeres son mucho más propensas a desarrollar


osteoporosis que los hombres.
 La edad. Cuanto mayor sea tu edad, mayor será el riesgo
de osteoporosis.

 Raza. Tienes mayor riesgo de padecer osteoporosis si eres


blanco o de ascendencia asiática.

 Antecedentes familiares. Tener un padre, madre o hermano


con osteoporosis te pone en mayor riesgo, especialmente
si tu madre o padre sufrieron fractura de cadera.

 Tamaño del cuerpo. Los hombres y las mujeres que tienen


estructuras corporales pequeñas tienden a correr un riesgo
más alto debido a que podrían tener menos masa ósea para
utilizar a medida que envejecen.

Niveles hormonales

La artrosis es más común en personas que tienen demasiadas o


muy pocas hormonas en el cuerpo. Por ejemplo:

 Hormonas sexuales. Los niveles bajos de hormonas


sexuales tienden a debilitar los huesos. La reducción
de los niveles de estrógeno en las mujeres
menopáusicas es uno de los mayores factores de
riesgo para la osteoporosis.

Los hombres tienen una reducción gradual en los


niveles de testosterona a medida que envejecen. Los
tratamientos contra el cáncer de próstata que reducen
los niveles de testosterona en los hombres y los
tratamientos contra el cáncer de mama que reducen
los niveles de estrógeno en las mujeres tienen
probabilidades de acelerar la pérdida ósea.

 Problemas de tiroides. Los niveles altos de hormona


tiroidea pueden causar osteoporosis. Esto puede
producirse si tu tiroides es hiperactiva o si tomas
demasiada medicación de hormonas tiroideas para tratar
una tiroides poco activa.

 Otras glándulas. La osteoporosis también se ha asociado


con la hiperactividad de las glándulas paratiroides y
suprarrenales.
Factores alimenticios

La osteoporosis es más probable que ocurra en personas que


tienen lo siguiente:

 Bajo consumo de calcio. La falta de calcio de por vida


juega un papel en el desarrollo de la osteoporosis. Una
dieta baja en calcio contribuye a la disminución de la
densidad ósea, la pérdida ósea temprana y un mayor riesgo
de fracturas.

 Trastornos de la alimentación. La restricción extrema de la


ingesta de alimentos y el bajo peso debilitan los huesos
tanto en hombres como en mujeres.

 Cirugía gastrointestinal. La cirugía para reducir el tamaño


del estómago o para extirpar parte del intestino limita la
cantidad de superficie disponible para absorber nutrientes,
incluido el calcio. Estas cirugías incluyen aquellas para
ayudarte a perder peso y para otros trastornos
gastrointestinales.

Esteroides y otros medicamentos

El uso a largo plazo de medicamentos corticosteroides orales o


inyectados, como la prednisona y la cortisona, interfiere en el
proceso de reconstrucción ósea. La osteoporosis también se ha
asociado con medicamentos utilizados para combatir o prevenir
estas afecciones:

 Convulsiones

 Reflujo gástrico

 Cáncer

 Rechazo al trasplante

Afecciones médicas

El riesgo de osteoporosis es mayor en personas que tienen


ciertos problemas médicos, que incluyen los siguientes:
 Celiaquía

 Enfermedad inflamatoria intestinal

 Enfermedad renal o hepática

 Cáncer

 Lupus

 Mieloma múltiple

 Artritis reumatoide

Opciones de estilo de vida

Algunos malos hábitos pueden aumentar tu riesgo de


osteoporosis. Por ejemplo:

 Estilo de vida sedentario. Las personas que pasan mucho


tiempo sentadas tienen un mayor riesgo de presentar
osteoporosis que las personas más activas. Cualquier
ejercicio con pesas y actividades que promuevan el
equilibrio y la buena postura son beneficiosos para los
huesos, pero caminar, correr, saltar, bailar y levantar pesas
parecen ser particularmente beneficiosas.

 Consumo excesivo de alcohol. El consumo regular de más


de dos bebidas alcohólicas al día aumenta el riesgo de
osteoporosis.

 Consumo de tabaco. El papel exacto que desempeña el


tabaco en la osteoporosis no está claro, pero se ha
demostrado que el consumo de tabaco debilita los huesos.

Tratamiento

Las recomendaciones de tratamiento a menudo se basan en una


estimación del riesgo de fractura de un hueso en los próximos
10 años utilizando información como la prueba de densidad
ósea. Si tu riesgo no es alto, el tratamiento podría no incluir
medicamentos y podría centrarse en modificar los factores de
riesgo de pérdida ósea y caídas.
Biofosfonatos

Los bifosfonatos, en particular el alendronato y el risedronato, son fármacos que han


demostrado reducir las fracturas vertebrales y las del esqueleto periférico. Los bifosfonatos
reducen el recambio óseo disminuyendo el número de lugares de remodelado activo
donde tiene lugar la resorción excesiva. Los principales mecanismos de acción son:

 Los bifosfonatos más antiguos y menos potentes, como el etidronato y el


clodronato, son captados por los osteoclastos y convertidos en análogos
tóxicos de ATP.
 Los bifosfonatos más potentes actúan inhibiendo la farnesildifosfato sintasa,
una enzima de la vía de síntesis del colesterol a partir del mevalonato. Estos
bifosfonatos contienen nitrógeno y suprimen indirectamente el proceso de
geranil-geranilación de las proteínas, lo que a su vez inhibe la actividad
osteoclástica

Tanto para hombres como para mujeres con mayor riesgo de


fractura, los medicamentos para tratar la osteoporosis más
recetados son los bifosfonatos. Por ejemplo:

 Alendronato (Binosto, Fosamax)

 Risedronato (Actonel, Atelvia)

 Ibandronato (Boniva)

 Ácido zoledrónico (Reclast, Zometa)

Los efectos secundarios incluyen náuseas, dolor abdominal y


síntomas similares a la acidez estomacal. Es menos probable
que se presenten efectos secundarios si el medicamento se
toma según lo indicado.

Las formas intravenosas de los bifostonatos no causan malestar


estomacal, pero pueden provocar fiebre, dolores de cabeza y
dolores musculares por hasta tres días. Puede ser más fácil
programar una inyección trimestral o anual que recordar tomar
un comprimido semanal o mensual, aunque puede ser más
costoso.

Medicamentos con anticuerpos monoclonales

Comparado con los bifosfonatos, denosumab (Prolia, Xgeva)


produce resultados similares o mejores en cuanto a la densidad
ósea y reduce la posibilidad de todo tipo de fracturas. El
denosumab se administra en forma de inyección bajo la piel
cada seis meses

Si tomas denosumab, es posible que tengas que seguir


haciéndolo indefinidamente. Investigaciones recientes indican
que podría existir un alto riesgo de fracturas de la columna
vertebral después de suspender el medicamento.

Una complicación muy poco frecuente de los bifosfonatos y el


denosumab es una ruptura o grieta en la mitad del fémur.

Una segunda complicación poco frecuente es el retraso en la


cicatrización del hueso maxilar (osteonecrosis de la mandíbula).
Esto puede ocurrir después de un procedimiento dental invasivo
como la extracción de un diente.

Debes hacerte un examen dental antes de comenzar a tomar


estos medicamentos y debes seguir cuidando bien tus dientes y
visitar al dentista regularmente mientras los tomas. Asegúrate
de que tu dentista sepa que estás tomando estos
medicamentos.

Terapia de reemplazo hormonal

El estrógeno, especialmente cuando se inicia poco después de


la menopausia, puede ayudar a mantener la densidad ósea. Si
embargo, la terapia con estrógeno puede aumentar el riesgo de
coágulos sanguíneos, de cáncer de endometrio, de cáncer de
mama y probablemente, de enfermedades cardíacas. Por lo
tanto, el estrógeno se usa típicamente para la salud ósea en
mujeres jóvenes o en mujeres cuyos síntomas menopáusicos
también requieren tratamiento.

El raloxifeno (Evista) imita los efectos beneficiosos del


estrógeno sobre la densidad ósea en mujeres posmenopáusicas,
sin algunos de los riesgos asociados con el estrógeno. Tomar
este medicamento puede reducir el riesgo de algunos tipos de
cáncer de mama. Los sofocos son un efecto secundario
frecuente. El raloxifeno también puede aumentar el riesgo de
coágulos sanguíneos.

En los hombres, la osteoporosis podría estar relacionada con


una disminución gradual de los niveles de testosterona
relacionada con la edad. La terapia de reemplazo de
testosterona puede ayudar a mejorar los síntomas de baja
testosterona, pero los medicamentos para la osteoporosis han
sido mejor estudiados en hombres para tratar la osteoporosis y,
por lo tanto, se recomiendan solos o además de la testosterona.

Medicamentos para fortalecer los huesos

Si no toleras los tratamientos más comunes para la


osteoporosis —o si estos no tienen la eficacia necesaria—, tu
médico podría sugerirte que pruebes lo siguiente:

 Teriparatida (Forteo). Este poderoso medicamento es


similar a la hormona paratiroidea y estimula el crecimiento
óseo. Se da en una inyección diaria bajo la piel. Después de
dos años de tratamiento con teriparatida, se da otro
medicamento para la osteoporosis para mantener el
crecimiento óseo.

 La abaloparatida (Tymlos) es otro medicamento similar a la


hormona paratiroidea. Puedes tomarla solo dos años, tras
lo cual te darán otro medicamento para la osteoporosis.

 Romosozumab (Evenity). Este es el medicamento que


fortalece los huesos más nuevo para el tratamiento de la
osteoporosis. Se administra como una inyección cada mes
en el consultorio del médico. Se limita a un año de
tratamiento, seguido de otros medicamentos para la
osteoporosis.

Los siguientes tipos de actividades suele recomendarse a personas con


osteoporosis:
 Ejercicio de fortalecimiento muscular, en especial, para la parte superior
de la espalda
 Actividades aeróbicas que implican soportar peso
 Ejercicios de flexibilidad
 Ejercicios de estabilidad y equilibrio
Debido a los diferentes grados de osteoporosis y al riesgo de fractura, es
posible que te recomienden no hacer ciertos ejercicios. Pregúntale al médico o
al fisioterapeuta si corres riesgo de tener problemas relacionados con la
osteoporosis y averigua qué ejercicios son adecuados para ti.
1. Fortalecimiento muscular
El fortalecimiento muscular incluye el uso de pesas libres, bandas de
resistencia o tu propio peso corporal para fortalecer todos los grupos
musculares principales, en especial, los músculos de la columna vertebral, ya
que son importantes para la postura.
2. Actividades aeróbicas que implican soportar peso
Las actividades aeróbicas que implican soportar peso incluyen ejercicios
aeróbicos de pie, con todo el peso sobre los huesos. Algunos ejemplos son
caminar, bailar, hacer ejercicios aeróbicos de bajo impacto, usar máquinas de
entrenamiento elíptico, subir escaleras y hacer tareas de jardinería.
Este tipo de ejercicios trabaja directamente sobre los huesos de las piernas,
caderas y la parte baja de la columna vertebral para retrasar la pérdida de
minerales. También brindan beneficios cardiovasculares que mejoran la salud
del corazón y del sistema circulatorio.
Es importante que las actividades aeróbicas, que son tan beneficiosas para la
salud general, no ocupen todo el programa de ejercicios. También es
importante trabajar la fuerza, la flexibilidad y el equilibrio.
Nadar y andar en bicicleta tienen muchos beneficios, pero no proporcionan la
carga de peso que los huesos necesitan soportar para retrasar la pérdida de
minerales. Sin embargo, si disfrutas de estas actividades, hazlas. Solo
asegúrate de agregar actividades que impliquen soportar peso como puedas.
3. Ejercicios de flexibilidad
Mover las articulaciones en toda su amplitud de movimiento te ayuda a
mantener el buen funcionamiento de los músculos. Los estiramientos se hacen
mejor después de calentar los músculos, por ejemplo, al final de la sesión de
ejercicio o después de un calentamiento de 10 minutos. Deben hacerse
despacio y suavemente, sin saltar.
4. Ejercicios de estabilidad y equilibrio
La prevención de caídas es particularmente importante para las personas con
osteoporosis. Los ejercicios de estabilidad y equilibrio ayudan a que los
músculos trabajen en conjunto de una forma que te mantiene más estable y
con menos probabilidades de caerte. Algunos ejercicios simples, como pararte
en una pierna o los ejercicios basados en el movimiento, como el taichí pueden
mejorar tu estabilidad y equilibrio.
5. Movimientos que se deben evitar
Si tienes osteoporosis, no hagas los siguientes tipos de ejercicios:
Ejercicios de alto impacto. Ciertas actividades, como saltar, correr o trotar,
pueden provocar fracturas en los huesos debilitados. Evita hacer movimientos
rápidos y bruscos en general. Elige ejercicios con movimientos lentos y
controlados. Si, por lo general, te mantienes fuerte y en un buen estado físico a
pesar de padecer osteoporosis, es posible que puedas hacer ejercicios de
mayor impacto que una persona débil.
Agacharte y doblarte. Los ejercicios que consisten en doblar y girar la cintura,
como tocarse los dedos de los pies o hacer sentadillas, pueden aumentar el
riesgo de sufrir fracturas por compresión en la columna vertebral si tienes
osteoporosis. Otras actividades que pueden requerir que te agaches o que
dobles con fuerza la cintura son el golf, el tenis, los bolos y algunas posturas de
yoga.

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