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CÓMO DEBATIR

1. Escucha con atención a tu oponente


Si no estás atento/a entonces no lo escucharás bien. Si no escuchas bien lo que ha dicho no podrás
comprender bien su punto de vista y tampoco podrás criticar lo que ha dicho.
Cuando escuches atentamente entonces debes interpretar lo que ha dicho con generosidad y con
todo rigor, sin cambiar, deformar o ridiculizar sus argumentos.
2. Defiende tu punto de vista con argumentos
Cuando defiendas tu punto de vista, debes hacerlo aportando argumentos siempre que te lo pida
tu oponente. Recuerda que al introducir una afirmación nueva estás obligado/a a llevar la carga de
la prueba, es decir, a justificar con argumentos lo que has dicho. Evita trasladar a tu contrincante la
carga de la prueba cuando no le corresponda.
3. Responde a las objeciones de tu oponente
Cuando tu oponente haga objeciones a tu argumentación, debes responderle. Cuando haya
detectado una debilidad en tu argumento, no desprecies lo que objeta. Refuerza con nuevos
argumentos tu postura y no repitas lo que ya has dicho anteriormente. Evita el uso de falacias como
forma de protegerte. Una falacia es un razonamiento incorrecto pero con apariencia de
razonamiento correcto. Es un argumento engañoso o erróneo (falaz), pero que pretende ser
convincente.
4. Sé relevante defendiendo tu tesis
No te apartes del tema concreto que en cada momento se está discutiendo. Ve al grano. Busca
premisas que apoyen bien la conclusión que quieres defender. Busca razones de peso para que
tus argumentos sean sólidos y no sean fácilmente atacables. Procura evitar argumentos endebles.
5. Justifica tu postura con suficientes razones
Procura dar una variedad de razones para hacer más aceptable tu conclusión. Tus razones han de
ser variadas en cantidad (deben ser varias y pertenecer a varios campos diferentes (economía,
psicología, filosofía, ética, historia, política, etc.)) y también en calidad ( han de tener la mayor fuerza
posible para apoyar tu punto de vista).
6. Sé claro
Procura que se te entienda bien. Trata de evitar expresiones o frases que resulten oscuras o
ambiguas. Define con claridad y precisión el significado de los términos que utilices cuando tu
oponente te lo pide. Sé conciso en la exposición de argumentos, evita irte por las ramas (¡Lo bueno,
si breve, dos veces bueno!). Procura que tu voz se escuche con claridad y buen ritmo.
7. Trata de buscar la verdad
Di aquello que creas que es verdad. No aportes ideas que sepas o creas que son falsas. Puedes
no estar de acuerdo, pero no deben ser falsas. Sé cuidadosa/o para evitar las falacias o estrategias
que contaminen el debate.
8. Juega limpio
Respeta los turnos de palabra. Ten cortesía con tus oponentes. Evita expresiones o gestos fuera
de tono. Sé prudente. Respeta la labor del moderador y de los jueces. Reconoce la victoria de tu
contrincante.
PREPARACIÓN PARA EL DEBATE

1. Búsqueda de información
 Tened clara cuál es la proposición sobre la que queremos debatir.
 Buscad toda la información pertinente al tema, sin preocuparse aún de si es
beneficiosa o perjudicial a la postura elegida.
 Clasificad los documentos en orden de pertinencia y relevancia.
 De los argumentos seleccionados, los que sean contrarios a nuestra postura servirán
para preparar las refutaciones posibles.
 Una vez que tengamos seleccionado el material separado según criterio y postura se
construirá una estrategia argumentativa.
2. Construcción de argumentos
Se hará teniendo en cuenta la información que hayas recopilado. Tendréis que distinguir
entre premisas y conclusión, de forma que las premisas (que son lo que viene primero)
apoyen la conclusión (que viene después).
3. Pensad en los argumentos que podrían utilizar vuestros oponentes y buscad argumentos en
contra para neutralizarlos.
4. Ordenad vuestros argumentos
Después de construir los argumentos, es conveniente que dediquéis un tiempo para
ordenarlos.
5. Realizad el guion que vais a utilizar en el debate.
6. Repartid y organizad los turnos de vuestro equipo.
7. Ensayad vuestra actuación, con dos de vuestro equipo como “rivales”.
RECORDAD
Cicerón dividió el proceso de debate en tres grandes apartados, a los que denominó Inventio, Dispositio y
Elocutio
INVENTIO (fase de investigación)
La inventio tiene que ver con aquello que queremos decir. Para saber qué tienes que decir en el debate
tendrás, en primer lugar, que investigar sobre el tema debatido para llegar a tener conocimientos sobre el
mismo. Y, a partir de lo investigado, tendrás que hacer una recopilación de la información conseguida,
reuniendo de forma sintética todo el material. Es importante que construyas y evalúes bien los argumentos.
Si no realizas esta fase, es decir, si llegas improvisando a un debate, el público lo notará y tu participación
quedará deslucida.
DISPOSITIO (ordenación de los argumentos)

La dispositio se ocupa del orden que hemos de seguir para expresar lo que queremos decir. También es
importante que lleves a cabo una buena organización de los mismos, viendo con que argumentos cuentas
para defender tu postura, así como los argumentos que puedes utilizar para rechazar la postura de tu
contrincante en el debate. También es conveniente que planifiques la intervención en el debate.
ELOCUTIO (expresión de los argumentos en el debate).
La elocutio tiene en cuenta cómo lo decimos.
La forma de decir algo (con claridad, precisión, de forma concisa y elegante) puede ser tan importante como
el contenido de lo que decimos. Los aspectos formales reunidos en esta tercera fase salen a la luz en el
momento en que tiene lugar el debate.

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