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I.

Capítulo Décimo

DE LOS APORTES

1. FONDO SOCIAL

La principal obligación de los socios se refiere a los aportes. Esta obligación es de la


esencia del contrato y por lo mismo forma parte de su definición.

Los aportes constituyen el fondo social o dicho de otro modo, el capital con que la
sociedad va a llevar a efecto el fin para el cual las partes se asocian. El artículo 375
nos dice que “el fondo social se compone de los aportes que cada uno de los socios
entrega o promete entregar a la sociedad”.

Es de la esencia de la sociedad colectiva la existencia de aporte de los socios; no es


indispensable que se haga entrega efectiva de ellos, basta la obligación de entregarlos
(artículo 375 y 376).

2. COSAS APORTABLES

Puede ser objeto de aportes todas las cosas comerciables capaces de prestar alguna
utilidad. Puede, pues, serlo el trabajo y el crédito personal. La ley solo exige que el
aporte tenga para la sociedad un valor pecuniario y esté dentro del comercio lícito
(art.376).

Los cargos públicos aun cuando reditúen dinero no pueden ser objeto de aporte,
según esto. Así, un notario no podría aportar a una sociedad, su Notaría (art.377).

El trabajo puede ser objeto de aporte. Pero en la sociedad en comandita, según el art.
478, no se acepta que su capacidad, crédito o industria pueda ser aporte de un
comanditario. La ley quiere así evitar que este aporte haga aparecer al socio
comanditario con la calidad de socio gestor.

El crédito personal, es decir, el prestigio de que en el comercio goza un hombre por


su honorabilidad y solvencia, puede ser también objeto de aporte. La sociedad
colectiva engendra responsabilidad indefinida y solidaria para cada uno de los socios
por las obligaciones sociales. De modo que el socio que aporta su crédito personal
presta a la sociedad un servicio útil económicamente, en los términos que lo haría
un fiador que afianzara todas las deudas de la sociedad.

Pothier, examinando la cuestión, se pone en el caso del hombre públicamente


influyente por sus relaciones con la autoridad y dice que este aporte sería nulo por
deshonesto. Pero la situación es aquí distinta que la anterior. En efecto, el crédito
personal es perfectamente aportable dado que ello no va contra la ley ni las buenas
costumbres y por qué si el artículo 478 prohíbe su aporte en las sociedades en
comanditas, a contrario sensu se desprende que en la sociedad colectiva es posible
hacerlo.

3. APORTES EN PROPIEDAD Y EN USUFRUCTO

Los aportes pueden hacerse en propiedad y en usufructo (art.2082 Código Civil), es


decir, la sociedad puede adquirir el pleno dominio de las cosas aportadas o sólo el
dominio útil que surge del derecho real de usufructo1.

La circunstancia referente a la aportación de los socios en dominio o en usufructo


interesa para los efectos de la teoría de los riesgos.

“Si se aporta la propiedad, el peligro de la cosa pertenece a la sociedad según las


reglas generales, y la sociedad queda exenta de la obligación de restituirla en especie.

“Si sólo se aporta el usufructo, la pérdida o deterioro de la cosa, no imputable a culpa


de la sociedad, pertenecerán al socio que hace el aporte.

“Si este consiste en cosas fungibles, en cosas que se deterioran por el uso, en cosas
tasadas, o cuyo precio se ha fijado de común acuerdo, en materiales de fábrica o
artículos de venta pertenecientes al negocio o giro de la sociedad, pertenecerá la
propiedad a ésta con la obligación de restituir al socio su valor.

“Este valor será el que tuvieron las mismas cosas al tiempo del aporte; pero de las
cosas que se hayan aportado apreciadas, se deberá la apreciación” (art. 2084 del
Código Civil).

Se aplica, simplemente, el principio de que las cosas perecen para su dueño. En el


caso del inciso final, se refiere al valor que los bienes tienen al tiempo del riesgo.

4. EPOCA Y FORMA DEL APORTE

El aporte debe hacer en la época y forma estipulada en el contrato. A falta de


estipulación, la entrega se hará en el domicilio social luego que la escritura de

1Artículo 764 C.C. “El derecho de usufructo es un derecho real que consiste en la facultad de gozar
de una cosa con cargo de conservar su forma y substancia, y de restituirla a su dueño, si la cosa no es
fungible; o con cargo de volver igual cantidad y calidad del mismo género, o de pagar su valor, si la
cosa es fungible”.
sociedad esté firmada (art.378). De acuerdo con esto, el contrato de sociedad
empieza a producir efectos antes de cumplirse las formalidades. Sabemos que la
sociedad es un contrato solemne que se otorga y prueba por escritura pública inscrita
en extracto en el Registro de Comercio, y mientras estas formalidades no se cumplan,
el contrato no está perfecto. Sin embargo, el art. 378 hace que el contrato produzca
efectos, pues dice que los aportes se entregarán firmada que sea la escritura.

La entrega se hará según lo exija la naturaleza de la cosa. Si se trata de cosas muebles,


la entrega manual o aun la entrega ficta, traditio brevis manus, será suficiente. Si se
trata de bienes raíces que se transfieren a la sociedad en dominio o en usufructo, será
preciso que se haga la tradición mediante inscripción del título en el Registro de
Propiedad del Conservador de Bienes Raíces del lugar donde estuviere ubicado dicho
inmueble. El contrato vendría siendo el título traslaticio de dominio en virtud del
cual se hace la tradición del dominio o del derecho real de usufructo.

Relacionado con esto, se presenta en la sociedad civil el problema de saber si cuando


se aporta en propiedad o en usufructo un inmueble, es o no necesaria escritura
pública, habida consideración que el contrato de sociedad colectiva civil es
consensual. El Código Civil no dice expresamente que en este caso la sociedad deba
otorgarse por escritura pública, pero es indudable que así debe ser porque para que
el aporte se cumpla es necesario que el bien se transfiera a la sociedad, y tratándose
de bien raíz, ello sólo se va a verificar por escritura pública inscrita en el Conservador
de Bienes Raíces.

5. INCUMPLIMIENTO DE LA OBLIGACION DE APORTAR

Si cualquiera de los socios falta por su hecho o culpa a su promesa de poner en común
las cosas o industria a que se ha obligado en el contrato, los otros tendrán derecho
para dar la sociedad disuelta (artículo 2.101 C.C.).

Esta facultad no es sino la aplicación del principio general que el artículo 1489 del
Código Civil consagra para todos los contratos bilaterales. Eso sí, que en este caso la
resolución recibe el nombre especial de disolución y produce también efectos
especiales.

La disolución de la sociedad no produce efectos retroactivos como la resolución de


los demás contratos, de manera que aunque el vínculo se destruye, subsisten los
efectos que el contrato produjo en el paso.
Además del derecho de pedir la disolución de la sociedad, también pueden pedir la
exclusión del socio o el cumplimiento del contrato, de acuerdo con lo dispuesto
en el artículo 379 del Código de Comercio:

Art. 379: “El retardo en la entrega del aporte, sea cual fuere la causa que lo produzca,
autoriza a los asociados para excluir de la sociedad al socio moroso o proceder
ejecutivamente contra su persona y bienes para compelerle al cumplimiento de su
obligación.

En uno y otro caso el socio moroso responderá de los daños y perjuicios que
la tardanza ocasionare a la sociedad”.

Se dice aquí que se puede dirigir contra “su persona y bienes”. La primera expresión
no tiene hoy explicación, porque desde el año 1868, se suprimió la ejecución sobre la
persona del deudor, no se admite, entre nosotros, la prisión por deuda como medio
compulsivo de pago de las obligaciones, ahora sólo puede procederse contra los
bienes del deudor.

También puede solicitarse coactivamente la entrega del aporte

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