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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del poder Popular para la Educación Universitaria


Universidad Politécnica Territorial del Estado Portuguesa “J.J. Montilla”
Turen – Estado – Portuguesa

ECONOMÍA ECOLÓGICA EN VENEZUELA Y A


NIVEL MUNDIAL

Integrantes:

Pérez Liseth C.I: 21.394.753


Montilla Yannire C.I: 20.272.991
Montilla Betzaida C.I: 17.796.761
León Claudia C.I: 14.377.931
Camacho Blasina C.I: 13.906.077
Veliz Katiuska C.I: 13.228.928
Prof.: Darwin Pineda
Ing. Agroalimentaria
Sección: 906p.

Turen, 2014.
ÍNDICE

Pág.
Introducción……………………………………………………………………………. 3
Feudalismo……………………………….....
………………………………………………..
Liberalismo...……………………………………………….
………………………………..
Neoliberalismo……………………………………………...
………………………………..
Mercantilismo...…………………………..………………………….
……………………....
Capitalismo...…………………………………...
……………………………………………
Socialismo………………………………………………………………………………
……
Conclusiones………………...
……………………………………………………………….
Bibliografía...
………………………………………………………………………………...
INTRODUCCIÓN

La Economía Ecológica Ésta es considerada como una crítica ecológica a la


economía convencional. Se trata de un nuevo enfoque sobre las interrelaciones
dinámicas entre los sistemas económicos y el total del conjunto de los sistemas
físico y social. Hace de la discusión de la equidad, la distribución, la ética y los
procesos culturales un elemento central para la comprensión del problema de la
sustentabilidad. Es por lo tanto una visión sistémica y transdiciplinaria que
trasciende el actual paradigma económico.

Asi mismo, La economía ecológica propone un sistema económico eco-


integrador que modifique los objetivos de la producción, el modelo de consumo,
la orientación del cambio tecnológico y de las relaciones entre naciones
subdesarrolladas e industrializadas. Esta disciplina es crítica de la economía
ambiental en cuanto al sistema económico, la concepción de bienes, el
mecanismo de interiorizar las externalidades y al mecanismo de mercado en la
gestión ambiental.

La economía ecológica se articula sobre tres nociones biofísicas


fundamentales: a) La ley de la conservación de la energía en un sistema
cerrado, donde la energía mecánica, química, térmica, eléctrica o potencial es
constante; la materia y la energía no se crean ni se destruyen, solo se
transforman. b) La ley de la entropía, que dice que la materia y la energía se
degradan continua e irrevocablemente desde una forma ordenada a una forma
desordenada, es decir, desde una forma disponible a otra forma no disponible,
independientemente de que sea utilizada o no. c) La imposibilidad de generar
más residuos de los que puede tolerar la capacidad de asimilación de los
ecosistemas, so pena de destrucción de los mismos y de la vida humana.

Por otro lado, La economía ecológica supone una visión sistémica y


transdiciplinaria, que trasciende la perspectiva del paradigma económico
predominante en la actualidad. Reconoce que la racionalidad económica y la
racionalidad ecológica no son suficientes por si solas para alcanzar decisiones
correctas acerca de los problemas ecológicos y/o económicos.
LA ECONOMÍA ECOLÓGICA
Se define como la "ciencia de la gestión de la sustentabilidad" o como el
estudio y valoración de la sostenibilidad. Es un conjunto de modelos de
producción integral e incluyente que toma en consideración variables
ambientales y sociales. A diferencia de la economía marrón que es la
administración eficaz y razonable de los bienes que se basa en la persecución
del crecimiento económico a través del uso óptimo de insumos y factores de
producción. No es una rama de la teoría económica, sino un campo de
estudio transdisciplinar, lo que quiere decir que cada experto de una ciencia,
por ejemplo biología, conoce un poco de economía, física u otras, con la
finalidad de comunicarse entre investigadores y realizar una fusión de
conocimientos que permita afrontar mejor los problemas ya que el enfoque
económico convencional no se considera adecuado. Sin embargo, está abierta
también a no científicos.
El problema básico que estudia es la sostenibilidad de las interacciones entre
los subsistemas económicos y el macro sistema natural. Dicha sostenibilidad
entendida como la capacidad de la humanidad para vivir dentro de los límites
ambientales es enfocada como metabolismo social, la sociedad toma materia,
energía e información de la naturaleza y le expulsa residuos, energía disipada e
información aumentando la entropía. La sostenibilidad no es posible encontrarla
por la concepción del mercado de la economía convencional.
De esta manera, estudia las relaciones entre el sistema natural y los
subsistemas social y económico, incluyendo los conflictos entre el crecimiento
económico y los límites físicos y biológicos de los ecosistemas debido a que la
carga ambiental de la economía aumenta con el consumo y el crecimiento
demográfico. Los economistas ecológicos adoptan posturas muy críticas con
respecto al crecimiento económico, los métodos e instrumentos de la economía
tradicional y los desarrollos teóricos que proceden de ésta como la economía
ambiental y la economía de recursos naturales.
CARACTERÍSTICAS

La economía está incrustada en la naturaleza, existen límites al crecimiento


material y problemas ambientales críticos, la escala de la economía ha podido
sobrepasar su tamaño sostenible afectando la resiliencia de la misma.
El trabajo transdisciplinar, el pluralismo y la visión holística del mundo son
fundamentales para enfrentar los problemas ambientales, ninguna disciplina
aislada proporciona una perspectiva suficiente ante la magnitud y complejidad
de la problemática ambiental planetaria.
La naturaleza es el soporte vital de la humanidad, nos faltan conocimientos
sobre la naturaleza y las relaciones entre las sociedades y su medio. Por ello
existe incertidumbre respecto a las consecuencias de nuestras acciones, lo que
a su vez supone adoptar principios precautorios y enfoques abiertos a la
participación social ya que el conocimiento científico es insuficiente.
Uso de la teoría de sistemas, proveniente de las ciencias naturales, para
comprender la dinámica y evolución de los problemas.
Las cuestiones de equidad y distribución inter e intrageneracionales son
fundamentales.
La naturaleza tiene un valor por sí misma, independientemente de su uso o
utilidad para los humanos.
La economía está integrada en sistemas culturales y sociales más amplios
de tal manera que naturaleza, economía y sociedad coevolucionan. Los
aspectos sociales y culturales adquieren mucha importancia.
DIFERENCIAS CON LA TEORÍA ECONÓMICA CONVENCIONAL
La economía ecológica (EE) tiene un enfoque distinto al parcelario (útil hasta
cierto punto) y analítico enfoque de la economía convencional (la economía
separada de la biología, separadas de la física...), pues considera a la
economía como un subconjunto de la sociedad y ésta de la biosfera. Este
cambio de visión tiene profundas implicaciones. Así la EE incorpora
conocimientos de diferentes ciencias incluyendo la ecología ya que estudia los
flujos de materia y energía de la vida sobre la Tierra, y la economía humana
está incluida en este sistema. Se estudia la economía como un objeto natural y
social.
A la cabeza de las críticas a la actual teoría económica por los economistas
ecológicos se encuentra su aproximación a las interacciones entre la naturaleza
y la sociedad. Los análisis desde el punto de vista de la economía convencional
minusvaloran el capital natural, en el sentido de que es tratado como un factor
de producción intercambiable o sustituible por trabajo y tecnología (capital
humano).
Desde la economía ecológica se argumenta que el capital humano y el
capital manufacturado son complementarios al capital natural, y no
intercambiables, ya que el capital humano y el capital fabricado derivan
inevitablemente del capital natural de una u otra forma. La economía ecológica
estudia de qué manera el crecimiento económico está relacionado con el
aumento en la explotación de insumos materiales y energéticos.
Otro punto de confrontación entre EE y economía convencional es la
cuestión del comercio y el medio ambiente, pues la primera considera que un
incremento en el comercio puede aumentar el daño ambiental.
Los economistas ecológicos afirman que una gran parte de lo importante en
el bienestar humano no es analizable desde un punto de vista estrictamente
económico, sugiriendo la transdisciplinariedad de las ciencias sociales y
naturales como un medio para abordar el estudio del bienestar económico y su
dependencia de los servicios que proporciona la naturaleza.
ECONOMÍA ECOLOGÍA VS. ECONOMÍA AMBIENTAL Y ECONOMÍA DE
LOS RECURSOS NATURALES
La economía ambiental y la de los recursos naturales son su disciplinas de la
economía neoclásica centradas en la asignación óptima de los recursos y la
contaminación. Pero, según la EE, ignoran cuestiones como el funcionamiento
de los ecosistemas, el tamaño de la economía y la distribución de los beneficios
y cargas ambientales en la sociedad.
La primera, se refiere a la forma en que los residuos son dispuestos y la
calidad resultante de la atmosfera, la hidrosfera, la biosfera y la pedosfera como
receptores de residuos. Además, la economía ambiental (EA) se relaciona con
la contaminación ambiental y conservación de los ecosistemas y la
biodiversidad.
La economía de recursos naturales (ERN), por otra parte, se define como el
estudio de la forma en que la sociedad asigna recursos naturales escasos, en
términos monetarios respecto a fines medidos también en dinero (precios), tales
como reservas pesqueras, plantaciones de árboles, agua dulce y petróleo, que
según la economía convencional son inagotables o sustituibles.
De este modo la economía convencional presenta como economías más
sostenibles aquellas que presentan un alto porcentaje de ahorro de su renta
nacional lo que significa que las economías de la UE, Japón y USA componen
las más sostenibles, con la excepcional presencia de Costa Rica. Apareciendo
como insostenibles países con enormes recursos naturales per cápita
como Papúa Nueva Guinea.
LA TEORÍA ECONÓMICA ECOLÓGICA
La economía ecológica es una rama de la teoría económica, también
conocida como teoría del desarrollo humano o economía del bienestar natural,
que asume una relación inherente entre la salud de los ecosistemas y la de los
seres humanos. En ocasiones se menciona como "Economía Verde", y se
encuentra en amplio contraste con otras escuelas de pensamiento en el seno
de la economía. Los economistas verdes suelen tomar con frecuencia posturas
más radicales que las que se encuentran entre la más convencional economía
ambiental con respecto al crecimiento económico.
El argumento primario de la economía ecológica que la separa de la teoría
económica previa podría resumirse en la asunción de la economía en sí misma
como un subconjunto estricto de la ecología, ya que esta última analiza las
transacciones de materia y energía de la vida sobre la Tierra, y la economía
humana está por definición contenida en este sistema. A la cabeza de las
críticas de la actual economía normativa por los economistas ecológicos se
encuentra su aproximación a los recursos naturales y el capital.
Los análisis desde el punto de vista de la economía convencional y
ambientalista minusvaloran el capital natural en el sentido de que es tratado
como un factor de producción intercambiable por trabajo y tecnología (capital
humano).
Desde la economía ecológica se argumenta que el capital humano es
complementario al capital natural, en lugar de intercambiable, ya que el capital
humano se deriva inevitablemente del capital natural de una u otra forma.
Rechaza la visión procedente de la economía energética de que el
crecimiento del insumo energético en un sistema dado esté relacionado
directamente con el bienestar -mediante estudios empíricos sobre la Paradoja
de Jevons, o refutaciones teóricas de la hipótesis neoliberal ortodoxa de la
Desmaterialización de la economía, centrándose en su lugar en el manejo de
la biodiversidad y en la creatividad - o el capital natural y el capital individual, en
la terminología en ocasiones adoptada para describirlos económicamente.
El origen de la economía ecológica como un campo específico per se se
atribuye al ecologista y profesor de la Universidad de Vermont Robert
Costanza, quien fundó la Sociedad Internacional para la Economía Ecológica y
llevó a cabo gran parte de la investigación fundacional desde la Universidad de
Maryland. Su colega de la Universidad de Maryland Herman Daly ha contribuido
de forma significativa a su desarrollo. Los precursores intelectuales de la
Economía Ecológica pueden rastrearse en gran parte en la economía política,
un refinamiento de la temprana teoría económica que incluye entre sus
primeros investigadores a Thomas Malthus, David Ricardo, y Karl Marx. El
profesor David Harvey fue uno de los primeros en incluir explícitamente
preocupaciones ecológicas a la literatura económica. Este desarrollo paralelo
en economía política ha sido continuado por analistas como el sociólogo John
Bellamy Foster.
Una consecuencia esencial, resaltada desde la economía ecológica,
derivada de la naturaleza de los objetos económicos es que las medidas de la
actividad económica o del bienestar (PIB o RN) sólo tienen encuentra una
porción de los objetos existentes; aquellos que son reproductibles,
intercambiables y apropiables.
Así, la primera conclusión a sacar es que la economía ecológica rechaza la
utilización del PIB como indicador del bienestar y que la economía formal
solamente se ocupa accidentalmente de las funciones vitales de la naturaleza,
solo en la medida que cumplan los tres requisitos señalados.
Efectivamente, los economistas tradicionalmente incorporan la naturaleza
dentro de su función de producción de dos formas distintas: o bien bajo la
categoría de tierra o bien bajo la categoría de recursos naturales.
La tierra, obviamente, es apropiable e intercambiable pero no reproductible, a
pesar de incumplir con la tercera de las condiciones la tierra es considerada un
objeto económico. ¿ Cómo se soluciona esta paradoja? Quienes así proceden
consideran a la tierra en sentido ricardiano, esto es, la tierra es inconsumible,
no se deprecia con su uso. Proceder de esta forma es totalmente arbitrario pues
la evidencia nos dice que la tierra se puede perder irremediablemente: las
pérdidas de tierra por la construcción de infraestructuras es un caso
desgraciadamente presente en la actualidad, o la pérdida de tierra fértil por
prácticas agrícolas nocivas son ejemplos suficientes que demuestran la
consumibilidad de la tierra.
Por otra parte, la incorporación de la naturaleza en el proceso de producción
mediante la categoría de recursos naturales acarrea problemas cuando
consideramos los recursos no renovables que, claramente, incumplen el tercero
de los requisitos. En este caso, además, no es posible equipararlos
al concepto de tierra pues, por definición, los recursos no renovables se
consumen con su uso. ¿Cuál es la solución en este caso? Considerar, de una
forma nuevamente arbitraria, que el agotamiento de cualquier recurso natural
nunca será un problema económico grave pues el hombre, mediante el
progreso técnico, podrá suplir cualquier escasez.
A partir de estas consideraciones iníciales debemos preguntarnos sobre cuál
es el proceder de la economía en la asignación de los recursos. La economía
es la ciencia de los precios y su formación consiste en que los individuos, con
sus dotaciones respectivas, acuden al mercado y expresan sus preferencias
formándose los precios de equilibrio cuando la oferta coincide con la demanda.
De este proceder general podemos reflexionar sobre tres cuestiones.
La primera hace referencia a que aquellos individuos que no tienen dotación
monetaria alguna no pueden acudir al mercado y, si nadie lo remedia, se
morirán de hambre. Esto es, el intercambio se producirá no en función de las
necesidades que tenga el demandante sino solamente cuando su demanda
esté respaldada por divisas. Los excedentes agrícolas producidos por la política
agraria comunitaria (PAC) son un ejemplo oportuno.
La segunda cuestión hace referencia directa al objeto de este artículo: los
recursos no renovables pueden ser utilizados en la actualidad, o pueden ser
consumidos por generaciones futuras: esto es, un barril de petróleo consumido
hoy significa un barril menos para mañana, o lo que es lo mismo,
nuestro consumo actual tiene que ver con el consumo que puedan hacer los
agentes futuros pero, dado que aún no han nacido, esos agentes no pueden
acudir al mercado a expresar sus preferencias por ese recurso no renovable del
cual dispondrán, o no, en función de la ética de la presente generación. ¿Cómo
resuelve la economía este grave problema ontológico? Pues otorgando a la
demanda de las generaciones futuras un peso determinado a través de una
tasa de descuento.
La economía y el mercado operan normalmente con tasas positivas
considerando, así, que la riqueza del futuro es menos importante que la riqueza
del presente. La cuestión no es "acertar" sobre cuál es la tasa de descuento
óptima sino modificar la operatividad de la economía en el sentido de que el
economista se convierta en historiador de la tecnología (la demanda futura
dependerá mucho de cuál sea el estado de la técnica), en filósofo moral y
sociólogo (se debe conocer como se forman las preferencias.) Mientras, el
mercado será un "óptimo" asignado
Finalmente, si llevamos al límite extremo el individualismo metodológico y
enfrentamos la cantidad limitada de combustibles fósiles, por ejemplo, con toda
la demanda que se generará hasta que el sol deje de brillar, dentro de 5,000
millones de años, el resultado serán precios infinitos, vetándose su consumo
actual. Esta solución sería consecuencia de aplicar una metodología, la
individualista, que persigue la maximización del beneficio en el corto plazo a
problemas que afectan a toda la humanidad en los que está en juego la
supervivencia de la propia especie humana. En relación con esto es posible
realizar una nueva pregunta: ¿En razón a qué lógica los precios del petróleo,
del cual existe cada vez una menor cantidad, tienen tendencia descendente en
los últimos años?
La respuesta a la pregunta formulada debemos buscarla en las relaciones
de poder, en el orden económico internacional vigente. Galeano lo explica
formidablemente; los impuestos occidentales que gravan las materias primas
importadas del Tercer Mundo superan al precio pagado al productor.
Georgescu, afirma que entre ambas fuentes de energía disponible existen
importantes asimetrías de las cuales depende la resolución del problema
bioeconómico señalado:
1) La primera asimetría es que la componente terrestre es una existencia
mientras que la radiación solar es un flujo. En teoría, los hombres podrían
utilizar en un único período de tiempo todo el stock de recursos terrestres; sin
embargo, no ejercen ningún control sobre el flujo solar, estando impedidos para
usar ahora el flujo del futuro. En cambio, las existencias futuras de recursos
terrestres están afectadas por el consumo que se haga en la actualidad.
2) Cada una de las fuentes de energía disponible cumple un papel
específico. Mientras el stock terrestre permite elaborar todos los aparatos
fundamentales para fines humanos que satisfacen las necesidades
exosomáticas, la radiación solar es la fuente primaria, empezando con
la fotosíntesis, de toda la vida sobre la tierra. Además, no existe
a escala humana un mecanismo capaz de transformar energía en materia.
Mientras que las generaciones futuras tendrán su parte inalienable de energía
solar, sus existencias pueden estar a ser consumidas en la actualidad.
3) El stock de recursos terrestres es una fuente muy pequeña en
comparación con la del sol. Mientras que la actividad del sol durará 5 mil
millones de años, el stock de recursos terrestres es equivalente a únicamente
unos cuantos días de energía solar (cálculos optimistas cifran en dos semanas
la equivalencia entre todas las reservas de combustibles fósiles y la radiación
solar llegada al planeta.)
4) Desde el punto de vista de su uso industrial, la energía solar presenta una
importante desventaja respecto a la energía terrestre: ésta se encuentra
disponible en forma concentrada mientras que el uso directo de la energía solar
no es sencillo. El flujo de energía solar no se acumula en ningún sitio a partir del
cual pueda ser utilizada de una forma concentrada.
5) La principal virtud de la energía solar es que su uso no
causa contaminación adicional: esto es, los rayos solares que no son utilizados
se degradan inexorablemente. Sin embargo, de ser usada en un lugar distinto a
donde fue recogido el clima de ese sitio se vería afectado.
6) La supervivencia de todas las especies terrestres y acuáticas depende,
directa o indirectamente, de la radiación solar. Sólo los hombres y las mujeres,
a causa de su adición exosomática, dependen también de los
recursos minerales.
En la medida en que ambas son las fuentes principales de energía disponible
y que presentan tan grandes asimetrías, Georgescu-roegen afirma que como
consecuencia de la fuerte presión ejercida sobre el stock de existencias
terrestres, debido a la moderna fiebre del desarrollo industrial, así como a la
necesidad cada vez más urgente de reducir la contaminación ambiental y de
hacerla menos dañina, lo que supone demandas adicionales de esas
existencias, el hombre debe redoblar sus esfuerzos para encontrar la forma de
utilizar con una mayor intensidad las radiaciones solares.
Afirma, además, que al no existir coste de anulación del daño irrecuperable o
coste de reversión del agotamiento irrecuperable (proceso que padece
el consumo de materiales en virtud de la Ley de la Entropía, tal y como vimos
en el apartado anterior), son necesarias las regulaciones cuantitativas; esto es,
establecer cantidades máximas a utilizar de recursos no renovables y de
emisiones al ambiente. Hasta donde sabemos, este autor no profundiza en esta
cuestión. No obstante, defiende que "lo más que podemos hacer es prevenir
cualquier deterioro innecesario de los recursos y del medio ambiente, pero sin
pretender que sabemos lo que significa exactamente innecesario en este
contexto".
Todo esto lleva implícita una visión particular del proceso civilizatorio. En
efecto, la racionalidad y el paradigma de la economía ecológica apuntan a un
proceso social neguentrópico 24 tendiente a revertir el creciente agotamiento de
los recursos y la degradación de la energía disponible a través de la
conservación de las estructuras materiales, ecológicas y culturales capaces de
generar un desarrollo biológico y socio histórico sostenible.
De esta forma, una racionalidad productiva fundada en el concepto heurístico
de proceso neguentrópico tenderá a contrarrestar aquella tendencia al
agotamiento y a la degradación mediante el máximo aprovechamiento
(ecológico y cultural) del proceso fotosintético, como un proceso eco sistémico
de generación de orden, de materia vegetal y de energía bioquímica utilizable,
orientado hacia el incremento de la productividad social para la producción de
satis factores humanos mediante la creación de un proceso histórico
de organización ecológica, de diversidad cultural y de complejidad productiva.
Más allá del simple mantenimiento de una diversidad genética y cultural, esta
nueva racionalidad apunta hacia un proceso de complejizarían de la
organización productiva. De esta forma, este proyecto social se opone a las
tendencias históricas que tienen determinado la uniformización ecológica,
cultural y tecnológica de los pueblos y la unificación positivista del conocimiento,
que han sido necesarios para elevar la productividad económica dentro de la
racionalidad capitalista de producción.
Un proceso productivo construido a partir de una visión de este tipo conduce
necesariamente al análisis de las condiciones ecológicas, tecnológicas
económicas, culturales y políticas que hagan factible un aprovechamiento
transformación de los recursos naturales orientado a maximizar el potencial
productivo de los ecosistemas (en función de su productividad primaria, de su
capacidad de carga, de sus condiciones de resiliencia y sus arreglos
productivos que determinan sus tasas ecológicas de explotación) y a minimizar
el consumo de recursos no renovables así como la descarga y acumulación
de productos, subproductos y residuos de los procesos de producción y
consumo.
Para hacer operativos estos conceptos generales es posible enumerar una
serie de indicadores del desarrollo sustentable en estrecha conexión con las
regulaciones cuantitativas a que nos referíamos anteriormente al citar a
Georgescu-Roegen:
1) Para los recursos renovables, la tasa de cosecha no debería exceder a su
Tasa de regeneración.
2) La emisión de desperdicios no debería superar a la capacidad asimilativa del
ambiente.
3) Para los recursos no renovales el indicador es más difícil de establecer. En la
ausencia de perfecta sustentabilidad entre recursos renovables y no
renovables, el consumo de estos últimos difícilmente puede ser compensado
mediante la creación de substitutos renovables. En este caso, la regla debe ser
su conservación.
En el caso en que la substitución sea posible, los recursos no renovables
deben ser explotados a una tasa que no supere a la de creación de substitutos
renovables. De ser esta la opción, la regla número 1 debe ser modificada en el
sentido de que las tasas de cosecha de los recursos renovables deben ser
mantenidas por debajo de las tasas de regeneración en una amplitud necesaria
para compensar el agotamiento de los recursos no renovables.

CRITERIOS DE VALORACIÓN AGROECOLÓGICA


En la actualidad, como consecuencia del dominio de un modelo de
Desarrollo excesivamente economicista, únicamente se utilizan variables
monetarias para "medir" la viabilidad de las actividades económicas, en general,
y de las rurales en particular. De esta forma, para decidir sobre la viabilidad de
un sistemas de gestión se tienen en cuanta aquellos bienes y procesos que son
objeto de transacción mercantil. El hecho de que los ingresos superen a
los gastos y que esa diferencia suponga una tasa lucrativa respecto a la
inversión realizada es suficiente para defender la persistencia de una actividad
económica.
Sin embargo, desde la economía ecológica se defiende la utilización de
mayor información para decidir en uno y otro sentido. Obviamente, la viabilidad
económica, tal y como tradicionalmente se entiende, es una variable
fundamental que condiciona la actuación de los agentes económicos.
Sin embargo, no debe ser la única. Pues bien, desde la economía ecológica
todo sistema productivo agrario puede y debe ser analizado a través de un
conjunto de 5 propiedades.
1.- LA PRODUCTIVIDAD
Lo primero que debemos reseñar es que la productividad puede ser medida
en diferentes unidades y que, en función de las unidades elegidas, tendremos
un resultado u otro. Por ejemplo, podemos estar delante de un sistema de
gestión de recursos altamente remunerador en términos monetarios pero que
suponga una utilización ineficiente de los recursos energéticos o que sus
rendimientos, medidos en unidades de masa, presenten tendencia decreciente.
En consecuencia, dependiendo del tipo de unidades que utilicemos
podremos calificar a un sistema de gestión de más o menos productivo.
En general, podemos decir que el objetivo es maximizar la productividad del
factor más escaso.
Desde la perspectiva de la economía ecológica se defiende la utilización de
unidades físicas para medir la productividad de los sistemas rurales pues ese
tipo de unidades son, por definición, invariantes en el tiempo y en el espacio y
no están sujetas a apreciación humana. Esto no significa que se rechacen
frontalmente las unidades monetarias.
Vamos a comentar, a continuación, algunas de las iniciativas más
interesantes que trataron de medir eficiencias no convencionales. Un ejemplo,
ya clásico, son los balances energéticos; trasladando a unidades energéticas
todos los inputs y outputs, con costo de oportunidad, y comparando sus
cuantías se llega a la conclusión de que la modernización agraria
estilo revolución verde conduce a la pérdida de eficiencia energética: esto es,
mediante la aplicación de variedades de alto rendimiento, mediante la
sustitución de métodos tradicionales de gestión por modernas tecnologías
estamos, por así decirlo, comiéndonos el petróleo.
La metodología de los balances energéticos presenta un problema y es que
no distingue entre la procedencia de los recursos. El coste ecológico propuesto
por Punti29, definido como la cantidad de recursos necesarios para obtener
un producto dado nos permite tanto distinguir entre recursos renovables y no
renovables como comparar la velocidad de consumo de recursos con el ritmo
de los ciclos naturales de producción de esos recursos.
De esta forma podremos conocer el balance de las existencias o las
variaciones en la velocidad de consumo de los stocks de recursos. Punti llega a
resultados patéticos: de los años 50 a los años 70 la agricultura española
multiplicó por 29 la velocidad en el consumo del stock de recursos accesibles.
Podemos decir, para concluir, que el objetivo debe ser maximizar la
productividad de los ecosistemas (será aquella que garantice la rentabilidad
Económica del sistema de producción mediante un consumo reducido de
recursos no renovables, de tal forma que se cumplan las reglas 1 y 3 apuntadas
en la sección anterior) no mediante la utilización de cantidades crecientes de
insumos de producto (nuevos y caros recursos: abonos industriales, pesticidas,
variedades de alto rendimiento, etc.) sino mediante nuevos insumos de proceso
(cambios estructurales en los ecosistemas, asociación de cultivos, rotaciones,
etc).
Por ejemplo, el control de plagas mediante plaguicidas (insumo de producto)
exige la aplicación reiterada de los mismos para mantener los niveles de
productividad. En cambio, mediante la introducción de agentes biológicos que
alteren permanentemente las características intrínsecas del sistema (insumo de
proceso) podremos garantizar continuamente elevados niveles de
productividad.
2.- LA SUSTENTABILIDAD
La sustentabilidad, desde la perspectiva de la economía ecológica, puede
definirse como la capacidad que tienen los sistemas productivos para mantener
a lo largo del tiempo sus niveles de productividad cuando son sujetos a una
presión o perturbación. La diferencia entre ambos elementos distorsionadores
radica en el grado de productividad. La presión es una distorsión regular y
continua a la que están sometidos los sistemas productivos (agro ecosistemas,
en nuestro caso).
Deficiencias del suelo, toxicidades o crecimiento de la deuda son ejemplos
de este tipo de distorsión. La perturbación, por su parte, es una distorsión
irregular, infrecuente e impredecible tal como una
repentina devaluación (dificultaría la importación de abonos inorgánicos, por
Ejemplo) o una inundación.
Un sistema productivo será sustentable cuando esté dotado de abundantes
mecanismos internos para recuperar la senda de desarrollo anterior a la
actuación del elemento distorsionador.
3.- LA ESTABILIDAD
Es definida esta propiedad como la constancia de la producción bajo un
conjunto de condiciones económicas, ambientales y de gestión cambiantes. Por
una parte, existen presiones ecológicas que son datos para los productores
(régimen de lluvias, temperatura, etc.) y no es posible su modificación.
En otros casos, la estabilidad de los sistemas productivos si puede ser
modificada mediante la elección de determinados cultivos o estrategias de
manejo que mejores la capacidad de esos sistemas para superar determinadas
tensiones.
Altieri32 señala tres fuentes de estabilidad: 3.1.- La estabilidad de gestión.
Se deriva de la elección de las tecnologías mejor adaptadas a las necesidades
y recursos de los agricultores. 3.2.- Estabilidad económica. Está asociada con la
capacidad de los agricultores para predecir precios de mercado y adaptar sus
cultivos y estrategias a los mismos con el fin de sostener su renta.
3.3.- Estabilidad cultural. Depende del mantenimiento de la organización y
contexto socio-cultural que creó el sistema productivo a través de generaciones.
4.- LA EQUIDAD
Igual que para las anteriores propiedades, no existe una única aceptación
del concepto de equidad. Bien podemos concebir la equidad en el sentido de
cómo de ecuánime es distribuida la productividad de un sistema entre sus
beneficiarios humanos. También es posible definirla diciendo que es alcanzada
cuando un sistema productivo puede hacer frente a elevaciones de
la demandade alimentos sin que se incremente el costo social de producción.
Bien es sabido que en la actualidad los sistemas de gestión no incorporan
esta variable. Sin embargo, ya a principios del presente siglo había una
corriente económica que defendía la necesidad de que junto a la productividad
se instaurasen criterios de equidad en la asignación de los recursos
productivos.
5.- LA AUTONOMÍA.
Tiene que ver con el grado de integración de los agroecosistemas, reflejado en
el movimiento de materiales, energía e información entre sus componentes y
entre el agroecosistema y el ambiente externo, y también con el grado de
control de esos movimientos.
En consecuencia, la autonomía de un sistema de producción está
estrechamente relacionado con su capacidad interna para suministrar los flujos
necesarios para la producción. Para entender este concepto resulta operativa la
clasificación de los recursos en internos y externos que realizan Francis y King.
Así, la autonomía de un sistema de producción descenderán en la medida que
se incremente la necesidad de acudir al mercado para continuar la producción.
Debemos decir, para acabar con esta introducción a las aplicaciones agrarias
de la economía ecológica que estas propiedades no son independientes unas
de otras. Esto es, si bien el objetivo es alcanzar sistemas de producción que
sean simultáneamente productivos, sustentables, estables, equitativos y
autónomos existen incompatibilidades entre esas propiedades. Para alcanzar
alta productividad se debe sacrificar una parte de la sustentabilidad: sistemas
altamente estables pueden gozar de falta de equidad, etc.
Aunque fundamentales, estas cuestiones no las tratamos aquí pues nuestro
objetivo ha sido presentar las líneas arguméntales fundamentales que permitan
elaborar, posteriormente, estrategias de manejo de los recursos que sean
compatibles con los postulados de la economía ecológica y con los
condicionantes ineludibles de las comunidades locales.
Referencias bibliográficas
Altieri, M. (1987): Agroecology. The scientific basis of alternative agriculture.
Westview Press, Boulder.
Chaianov, A. V. (1988): L’ Economia di lávoro. Franco Angeli, Italia.
Conway, G.R. (1986): Agroecosystem analysis for research and development.
Winrock International, Bangkok.
Francis, Ch. Y King, J. W. (1988): Cropping systems based on farm-derived,
renewable resources, Agricultural Systems, No. 27, páginas 67-75.
Galeano, E. (1993): Las venas abiertas de América Latina, Siglo XXI
editores. Madrid.
Georgescu-Roegen, N. (1975): "Energía y mitos económicos", El Trimestre
Económico, no. 168, páginas 779-836.
Georgescu-Roegen, N. (1971): The entropy law and the economic process,
Harvard University Press, Cambridge.
Georgescu-Roegen, N. 1980): The entropy law and the economic problem Daly,
H. (1980) (editor) Economics, ecology, ethics, W.H. Freeman and Company,
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Ruedo Ibérico Ediciones.
Este trabajo forma parte una Tesis de Doctorado. Está originalmente escrito en
gallego.
Xavier Simón Fernández
Profesor Asociado del Departamento de Economía Aplicada de
la Universidad de Vigo.
Facultad de Económicas y Empresariales. Universidad de Vigo
Apartado 874. 36 200 Vigo - Tino: 986-812512

9. Beneficios para la Industria Venezolana


A estas alturas, en el mundo y en Venezuela, ha quedado super-claro que
un esquema de integración produce muchos más beneficios que en
aquellos casos en que se marcha en solitario, amparado en la desgastada
premisa populista de que el ejercicio de la soberanía estatal no conoce de
restricciones.
Es cierto que los órganos supranacionales pueden emitir
pronunciamientos que no nos favorezcan siempre, pero precisamente
el éxito de un esquema de integración se basa en gran medida en
la seguridad que eso mismo proporciona. De lo que se trata es de tener
más éxitos que fracasos, no de pretender salir incólume de un proceso en
el que convergen múltiples intereses que es necesario coordinar y poner
al servicio del bien común.
Un grupo de personalidades totalmente independientes, del mundo
académico, profesional, agrupados en el Foro de Integración
y Comercio Internacional (FICI), que es un órgano de reflexión, se ha
querido alertar al alto gobierno esto que es un camino equivocado.
En cambio, quienes tienen a su cargo específicamente conducir y
administrar la política de integración, como es el ministro de Producción y
Comercio (J.J. Montilla), no han querido siquiera reunirse ni oír a quienes
por su experiencia saben algo de estas cosas y aspiran a aportar su punto
de vista.
Se anticipan tiempos difíciles para la integración y de allí resultarán
mayores inconvenientes para el pueblo venezolano al que quieren hacer
creer que en solitario nos irá mejor que caminando juntos en un proceso
de integración exitoso.
El año 1999 no fue un buen año para la integración y el comercio exterior.
Los resultados, parciales algunos, así lo revelan. En particular, el
comercio con aquellos países con los cuales tenemos acuerdos
comerciales de integración firmados, el caso de la Comunidad Andina de
Naciones y el G3 desmejoró, inclusive más que con el resto de nuestros
socios comerciales. Específicamente, el peor resultado fue con Colombia,
cuya importancia y magnitud es la más relevante.
Los números son determinantes y comprobatorios. El tráfico comercial
con Colombia, en ambas vías, exportaciones e importaciones, se redujo a
la mitad, con el agravante de que afecta uno de nuestras primeras
prioridades internacionales: desarrollar exportaciones no petroleras. Con
el resto del área andina la situación fue similar, con la excepción
de Bolivia el tráfico con Perú y Ecuador disminuyó en magnitudes
similares, afectando también los
principales productos de exportación venezolana. El resultado neto es que
con la Comunidad Andina de Naciones, nuestro principal y más
sólido mercado de integración, los resultados fueron, quizás, alarmantes.
Las causas de este deterioro pueden detectarse en varios componentes,
dentro de los cuales destacan dos grandes explicaciones. Por una parte,
el impacto del comportamiento interno de cada economía, con rasgos muy
claros de recesión que impactaron el comercio exterior y, por la otra,
medidas de política que tendieron a acentuar un sesgo proteccionista,
muy en particular del lado venezolano. El año 1999 estuvo lleno
de noticias de restricciones al comercio, mucha unilaterales, las que,
evidentemente, originaron represalias similares. Fuera del contexto de la
Comunidad Andina el Grupo de los 3 sufrió igual, aunque menor efecto,
con México encabezando una reducción del orden de 1/3 del comercio, a
pesar del mejoramiento de la situación de ese país
Fuera de él, en el resto del continente, y en especial con América Latina,
los resultados fueron similares. Mejoramos levemente nuestras
exportaciones no petroleras hacia Estados Unidos, pero se redujeron las
importaciones en, también, 1/3 con respecto al año anterior. En el
subcontinente destaca el resultado con Brasil, país de especial énfasis de
la política oficial, cuyos resultados son semejantes a los anteriores.
En general, un año muy poco positivo, de limitados avances comerciales,
hacia las áreas de integración y, globalmente, hacia nuestros clásicos
socios comerciales, los Estados Unidos y Colombia, quizás explicados
por la profunda recesión venezolana, el diferencial cambiario que afecta
la competencia venezolana y medidas de carácter restrictivo que
acentuaron el efecto de las anteriores.
Desde luego, un cambio perceptible de la política exterior, en la búsqueda
de nuevos mercados hacia el Asia y Europa, quizás produzca resultados a
mediano plazo, pero el resultado neto fue una pérdida de las ventajas ya
logradas por Venezuela en sus mercados más rendidores.
Finalmente, por si fuera poco, después de un intento de consistencia, casi
único en Venezuela, de aumentar sistemáticamente año tras año las
exportaciones no petroleras, una de las prioridades sobre las cuales el
país tiene el mayor consenso, se logro reducirlas.
La reestructuración industrial en términos de una transición desde la
maquina-factura a la sistemo-factura, esto es una nueva práctica
organizacional en la cual la integración de las unidades productivas, vía
la tecnología automizada, generan nuevas relaciones y
prácticas integrales de trabajo supeditadas a orientaciones individuales.
Ahora bien, esta reestructuración industrial cuyas características más
importantes acabamos de mencionar sin embargo, no explican, de manera
inmediata el incremento de la competitividad internacional. Debemos, a
continuación, dedicar a las formas que adopta la empresa transnacional
en los procesos de globalización, especialización y regionalización.
10. Proyectos
Programa de reactivación industrial
 Financiamiento de bienes de capital y materia prima para la PyMI.
 Financiamiento para la ampliación y modernización de
nuevos proyectos industriales.
 Fortalecimiento del sector industrial.
 Sistema de información de industria y comercio (SIC).
 Plan de creación y consolidación de nuevas empresas productivas y sus redes.
 Plan de desarrollo de la microempresa.
 Plan de desarrollo de cooperativas.
 Programas ofrecidos por Sogampi para atender necesidades financieras de las
PyMI`s.
 Censo de requerimientos de la pequeña y mediana industria.
 Promoción de las actividades de certificación de la calidad en las PyME`s

Otros proyectos:
Comercio, promoción de exportaciones e integración
 Compras Gubernamentales.
 Creación de unidades de promoción, información y desarrollo de nuevos
mercados de inteligencia.
 Creación de consorcios de exportación.
 Creación de institutos de alta dirección y formación empresarial para exportar.
 Desarrollo de parques industriales y zonas francas.

Infraestructura de apoyo a la producción


 Activación programa de concesiones
 Tratamiento de residuos industriales
 Desarrollo de capacidad de almacenamiento en frío para productos
perecederos
 Programa y plan de mantenimiento industrial
 Plan de conservación de cuencas

Desarrollo empresarial y del recurso humano


 Plan de Empleo Concertado
 Programa Bolsas de Trabajo
 Proyectos de la cadena petroquímica.
 PVC II. Producción de 120 mil Tm de PVC.
 Roca parcialmente acidulada
 Muelle petroquímico (Se inició su construcción)
 Amoniaco-Urea Etileno/Polietileno/Glicoles
 Expansión Metor
 Expansión Supermetanol

11. Economía Venezolana en el Mundo


Venezuela sigue una política de acercamiento con la región Asia-Pacifico,
particularmente, el ámbito económico. Esto ha llevado al fortalecimiento de las
relaciones diplomáticas con los países del área así como a la concertación en
Venezuela entre organismos públicos, empresas estatales y el sector privado, a
fin de crear una conciencia nacional sobre la potencialidad que representa el
vasto mercado asiático. En lo multilateral, se ha planteado la búsqueda de
mayores intercambios institucionales entre organismos latinoamericanos como
la Comunidad Andina y el Grupo de Río con organizaciones asiáticas como la
Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN).
Las potencialidades de Venezuela en Asia Pacifico se sustentan principalmente
en el sector energético. Las economías de la región, con elevados y sostenidos
crecimientos económicos, requieren cada vez de mayor energía. Se calcula que
su demanda de petróleo y derivados aumenta anualmente en un 10%, lo que
implica para este año, requerirán de 5 millones de barriles diarios adicionales.
Para esa fecha, Asia-Pacifico estaría consumiendo mas petróleo que América
del Norte. Esto representaría un cambio gradual en la configuración del
mercado petrolero internacional, a medida que los países asiáticos jueguen un
papel cada vez más importante en el comercio y la inversión petrolera. Como
país eminentemente petrolero, esta realidad abre numerosas posibilidades para
Venezuela.
a) Relaciones comerciales
Actualmente, Venezuela posee un limitado intercambio comercial con los
principales socios comerciales asiáticos de América Latina (en orden
decreciente, Japón, Corea del Sur, Hong Kong, China, Taiwán, Singapur y
Malasia). Venezuela es apenas el séptimo socio comercial de Asia-Pacifico,
detrás de Argentina, Brasil, Chile, México, Panamá y Perú. Para 1996, el
intercambio comercial de Venezuela con los países de Asia-Pacífico llegó a
US$1.200 millones, siendo Japón el principal socio, con un comercio bilateral
estimado en US$700 millones.
Sin embargo, se espera que la complementariedad existente y el
considerable interés demostrado por los principales países asiáticos en
la oferta exportable venezolana de petróleo, orimulsión, acero, mineral
de hierro, aluminio y productos petroquímicos impulse las relaciones
económicas.
En 1996, las exportaciones tradicionales (petróleo, derivados del petróleo y
hierro) sumaron aproximadamente US$400 millones en comparación con un
monto de US$154 millones en 1993. Las exportaciones no tradicionales fueron
de 200 millones de dólares en 1996, lo que significó una reducción de 45%
respecto a 1995, cuando alcanzaron a US$359 millones. En 1994 habían sido
de US$303 millones y en 1993 de US$264 millones. La disminución en las
exportaciones no tradicionales hacia el Asia significó que su participación en el
total de las exportaciones no tradicionales venezolanas descendiera a 5%,
después de haber alcanzado en años anteriores porcentajes de 7% y 8%.
Japón es el principal destino de las exportaciones venezolanas en la región. En
las no tradicionales tiene una participación que oscila entre el 82% y el 72%
entre 1993 y 1996. Este último año presentó el menor porcentaje del período,
pues las exportaciones descendieron a US$143 millones, lo que representó una
caída de 51% respecto a su valor en 1995, cuando fueron de US$293 millones.
Los otros dos países de la región hacia los cuales se registran exportaciones no
tradicionales de cierta significación son Corea y Taiwán. La participación
conjunta de ambos en el total es superior al 20%. Sin embargo, el
comportamiento de las ventas hacia uno y otro destino ha sido diverso. Mientras
las destinadas a Corea han tendido a aumentar, las dirigidas a Taiwán han
disminuido notablemente. Estas últimos, que en 1993 llegaron a US$44
millones, fueron de solo US$20 millones en 1996.
Para el resto de los países de la región Asia-Pacífico se registran exportaciones
no tradicionales de montos pequeños y muy variables, que fluctúan alrededor
de los US$5 millones o cifras aún menores.
Las importaciones venezolanas provenientes de Asia fueron en 1996 de
US$585 millones, de las cuales US$552 millones (94%) se originaron en la
región Asia-Pacífico. También en las importaciones se registró una disminución
respecto a años anteriores. Además, hubo un comportamiento errático de las
mismas, que probablemente refleja la evolución de la demanda venezolana. En
1993 fueron de US$1.190 millones, en 1994 de US$697 millones y en 1995 de
US$942 millones.
Japón es el principal país de origen de las importaciones venezolanas
provenientes de los países asiáticos del Pacífico. La participación de los
productos japoneses en el total de las importaciones venezolanas fue en todos
lo años considerados superior al 54% y en 1993 de 69%. Corea y Taiwán son
los dos países que le siguen en importancia, en cuanto al valor de las
importaciones. La participación de ambos países en el total de las provenientes
de la región ha tendido a aumentar. En 1996 era de 16,5% para Taiwán y de
11,6% para Corea.
Del resto de los países, destacan las importaciones originarias de Nueva
Zelanda- básicamente leche- que han venido creciendo consistentemente y en
1996 representaron un 10% de las provenientes de la región (US$55 millones).
También son significativas las originadas en Hong Kong y Singapur. En el caso
de Hong Kong éstas han disminuido radicalmente entre 1993 y 1996 al pasar de
US$133 millones a US$9 millones entre ambos años. En el de Singapur
también han disminuido, pero en menor proporción. En todos los otros orígenes
se registran importaciones inferiores a US$10 millones durante el período
considerado.
Las perspectivas de las exportaciones venezolanas en la región Asia-Pacífico
son favorables. Las más auspiciosas son las de la Orimulsión, un bitumen
producido por la empresa estatal BITOR, que sirve para la generación de
energía en plantas eléctricas. Las reservas de este crudo extra pesado se
calculan en aproximadamente 280 mil millones de barriles. El crecimiento
económico de Asia Pacifico en los próximos veinte años requerirá la creación
de numerosas plantas eléctricas. Si BITOR logra captar una fracción de este
nuevo mercado, los beneficios para Venezuela serían considerables. Esta filial
de la compañía petrolera nacional, PDVSA, está realizando una intensa
campaña de penetración del mercado asiático, enfocada principalmente en
China, Japón, Corea del Sur, Tailandia y Taiwán.
Actualmente la producción anual de Orimulsión es de 5 millones de toneladas.
Dentro de apenas tres años, Asia-Pacífico podría estar importando 3 millones
de toneladas. Japón ya importa un millón de toneladas métricas anualmente y
existe la posibilidad de aumentar el suministro a cinco millones de toneladas por
año. Con China, se firmo a principios de 1997 un contrato para la ventade un
millón de toneladas anuales, por un período de cinco años. Para el año 2005,
se proyecta cuadruplicar la producción anual de Orimulsión, para llegar a 20
millones de toneladas. De continuar la tendencia actual, la región podría estar
importando la casi totalidad de esta producción.
b) Inversiones
En la captación de inversiones provenientes de la región Asia-Pacífico
Venezuela ha materializado acciones concretas y promisorias. En 1997, se
comprometio considerables inversiones por varios miles de millones de dólares,
centradas en los sectores energético y minero.
Las principales son:
CHINA: La Corporación Nacional China de Petróleo ganó, en 1997, dos
importantes licitaciones en la tercera ronda de apertura petrolera. Estos dos
convenios operativos, con la compañía petrolera nacional, PDVSA, significarán
una inversión de US$358 millones y constituyen el primer paso de ese país en
la relación bilateral energética. Además, próximamente se firmará un convenio
de asociación para construir un módulo con la capacidad de producir 100.000
barriles de Orimulsión, a un costo de US$320 millones. Existe la posibilidad de
que el convenio puede extenderse hasta tres módulos adicionales con similares
características.
AUSTRALIA: La principal empresa australiana especializada en los sectores
de minería, energía y comunicaciones -Broken Hill Propietary- firmó, también en
1997, un contrato de asociación con dos empresas venezolanas -SIVENSA y
Ferrominera del Orinoco- para la construcción de una planta productora de
briquetas de hierro para el mercado suramericano y estadounidense. El monto
total de la inversión australiana es de aproximadamente US$650 millones.
COREA DEL SUR: En mayo de 1997, comenzó la construcción de una planta
llamada POSVEN para producir briquetas de hierro. El 70% de la composición
accionaria pertenece a cinco empresas surcoreanas, principalmente la Pohan
Steel and Iron Company (POSCO) con un 40%. El monto total de la inversión
asciende a US$3.400 millones. Corea del Sur mantiene, además, importantes
inversiones en el país, principalmente en los sectores automovilístico y
siderúrgico.
Adicionalmente, importantes compañías surcoreanas, japonesas y australianas
han formado consorcios para participar en los procesos de privatización de los
sectores siderúrgico y del aluminio. En éste último, Japón ha tenido una
participación importante desde los años setenta.
c) Relaciones político-diplomáticas
Venezuela mantiene una activa presencia en Asia Pacífico. Existen relaciones
diplomáticas con veinte países; hay siete embajadas, un Consulado General en
Hong Kong y, recientemente, se nombró un Cónsul Honorario en Bangkok. Las
relaciones se estructuran en torno a cinco polos principales de acuerdo al
nuevo mapa económico de Asia Pacifico: Japón; China; los países de reciente
industrialización; los miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste
Asiático (ASEAN); y los países de Oceanía. Adicionalmente, se hace
seguimiento a los dos principales mecanismos de integración: la APEC y la
ASEAN.
Desde principios de los años noventa, se observa un gradual acercamiento
entre América Latina y Asia Pacifico y una intensificación de intercambios de
alto nivel que refleja la creciente y mutua concientización sobre las
potencialidades económicas existentes entre ambas regiones. Dentro de este
contexto, Venezuela ha demostrado interés en fortalecer sus relaciones con la
región Asia Pacífico. En 1997, el Ministro de Relaciones Exteriores, realizó una
gira por cuatro países de la región: Japón, China, Corea del Sur e Indonesia.
Esta constituyó la Visita Oficial más ambiciosa emprendida por un Canciller
venezolano a esa región. En el transcurso de sus reuniones, el Canciller
transmitió las posibilidades existentes para el inversionista asiático. El Canciller
viajó acompañado por una nutrida delegación de empresarios del sector privado
y de empresas estatales y apoyó activamente las gestiones que realizan en los
mercados asiáticos.
Configuraciones de riesgo: la posición de los países latinoamericanos
Como ya se indicó, la crisis asiática ha generado una creciente desconfianza
respecto de las economías emergentes. Así, las perspectivas de éstas en 1998
estarán en gran medida determinadas por las percepciones de los inversores y
analistas internacionales. Estos evalúan las economías emergentes a la luz de
una serie de criterios: nivel de desarrollo, potencial de crecimiento, situación en
materia de equilibrios macroeconómicos interno y externo, riesgo político y
credibilidad de la política económica, estado del sistema bancario.
Como era de prever, la tipología resultante da cuenta de la crisis que afecta a
las economías asiáticas y de sus principales consecuencias. Esto se advierte
en la configuración de los ejes. El eje horizontal resume las variables asociadas
al desempeño macroeconómico interno (crecimiento en el período 96-97,
inflación y situación de las finanzas públicas principalmente), a las que se
suman las variables más cualitativas que dan cuenta de la percepción del riesgo
político y de la credibilidad de la política económica, así como el estado de
los sistemas bancarios. Este eje separa los países que gozan de una muy
buena reputación en los mercados internacionales apoyada en la solidez de sus
bases macroeconómicas.
El eje vertical distingue las economías en función de su evolución reciente a
nivel de las tasas de cambio (fuerte depreciación real o, al contrario, relativa
estabilidad cambiaria) y de su grado de vulnerabilidad financiera externa,
expresado por la importancia de su déficit corriente y por la solidez de su
posición externa (relación entre las reservas internacionales y la deuda
externa de corto plazo).
En la medida en que las turbulencias desatadas por la crisis asiática no se han
apaciguado, parece lógico que un factor de discriminación importante esté dado
por la credibilidad financiera externa. Así, como ya se señaló, el grupo 1 está
constituido por los países menos amenazados por la crisis. Si la pertenencia de
Taiwán a este agrupamiento (menos afectado por los problemas de sus
vecinos), de Hong Kong (que resistió exitosamente al ataque especulativo de
fines de octubre) y de Chile (único país latinoamericano del grupo)
parece lógica, el caso de Malasia puede llamar la atención. Sin embargo, su
presencia en este grupo refleja una credibilidad financiera superior a la de los
países asiáticos más afectados por la crisis que es consistente, como se verá
más adelante, con el débil incremento sufrido por los spreads de sus euro-
obligaciones.
Aunque muy heterogéneo, el grupo 2 está conformado por economías
relativamente sólidas pero que son vulnerables debido a su elevado
endeudamiento externo y al desequilibrio comercial externo potencial que, en la
mayor parte de los casos, las caracteriza. Argentina, México, Uruguay (que no
se analiza en este estudio) y Venezuela son los países latinoamericanos que
forman parte de este grupo.
Por su parte, el grupo 3 está definido por los rasgos de los países que
constituyen el epicentro de la crisis (Tailandia, Indonesia, Corea del Sur y
Filipinas): fuerte depreciación de las monedas nacionales y un grado de
vulnerabilidad financiera externa que sigue siendo sumamente elevado.
Obviamente, ningún país latinoamericano forma parte de este grupo.
Finalmente, el grupo 4 se caracteriza por desequilibrios macroeconómicos
diversos, junto con una situación de volatilidad financiera potencial. Tres países
latinoamericanos forman parte de este grupo (Brasil, Colombia y Perú).
De todas formas, en un contexto de crisis y gran volatilidad, la tipología
resultante no es estable y, por lo tanto, no ofrece elementos que permitan
evaluar las trayectorias previsibles.
La mejoría relativa de los países latinoamericanos en este plano no es sólo el
resultado mecánico del deterioro de la situación de los establecimientos
financieros asiáticos. Ella refleja también los progresos realizados en los dos
últimos años: aunque convalecientes tras las crisis de 1994-95, los sistemas
bancarios latinoamericanos se caracterizan por un vasto proceso de
reestructuración que se acompaña de una paulatina mejoría de
sus indicadores del comportamiento económico.
Comercio exterior perspectivas poco favorables
Aunque la dependencia comercial global de América Latina con respecto a los
países asiáticos es relativamente baja (alrededor del 10 % de las exportaciones
totales tienen ese destino), ciertos países de la región presentan un nivel
importante de comercio con Asia.
En efecto, un porcentaje significativo de las exportaciones totales de Chile, Perú
y en menor medida Brasil y Argentina se dirigen a los países asiáticos. Aunque
todos ellos se verán afectados por la fuerte caída del crecimiento asiático, en
los casos de Perú y sobre todo Chile, el comercio constituye uno de los
principales canales de transmisión de la crisis.
Es interesante notar que en los primeros ocho meses de 1997 las exportaciones
latinoamericanas hacia Asia se aceleraron significativamente. Probablemente,
esto refleja el hecho que los importadores asiáticos, anticipando las
devaluaciones, adelantaron sus compras externas. La fuerte caída de las
importaciones asiáticas del mes de septiembre confirma esta hipótesis.
Este fenómeno se observa claramente en el caso de Chile. Mientras que en el
mes de agosto de 1997 más del 40 % de las exportaciones se dirigieron hacia
el mercado asiático, en septiembre esta proporción cayó al 34 %. El adelanto de
compras preanuncia una caída aún más fuerte de las importaciones de la región
asiática, superior a la inducida por la disminución del crecimiento.
La consideración simultánea de las fuentes de vulnerabilidad interna y de los
canales directos de transmisión internacional de la crisis asiática examinados
en este trabajo permite evaluar de manera más precisa el impacto del contexto
actual sobre cada uno de los países latinoamericanos considerados.
Por un lado, Argentina, Brasil y Perú aparecen como los países potencialmente
más afectados. Los dos primeros se ven fragilizados por la magnitud de sus
necesidades de refinanciamiento, mientras que el tercero es sobre todo
afectado por su inserción comercial externa. Además, la posición de Brasil se
ve deteriorada por la fragilidad global resultante de los desequilibrios
macroeconómicos que el plan lanzado el 10 de noviembre de 1997 intenta
corregir.
Por otro lado, Colombia, Chile, México y Venezuela muestran, en principio, un
menor grado de vulnerabilidad. Colombia, Chile y Venezuela se ven
principalmente afectados por la caída de los precios de las materias primas, en
tanto que las fragilidades de México no aparecen excesivamente concentradas
en un solo factor. Cabe finalmente señalar que la posición de Chile se ve
afectada por sus vínculos comerciales con Asia. Sin embargo, su alta
sensibilidad respecto de los factores comerciales es en parte compensada por
la solidez de su situación financiera global y por la elevada credibilidad que
suscita el manejo de la política económica de ese país.
Por último conviene hacer dos observaciones de singular importancia. En
primer lugar, como ya se indicó, un cierto número de efectos indirectos de
difícil medición no han sido considerados, a pesar de que podrían ejercer una
influencia decisiva en una crisis de gran amplitud como la actual. Además del ya
señalado " efecto competitividad ", en una economía globalizada la existencia
de un riesgo financiero sistémico en los países desarrollados puede engendrar
un proceso de iliquidez mundial. Asimismo, una desaceleración aún más
pronunciada que la prevista en el crecimiento de los países de la OCDE
implicaría, entre otras cosas, una menor demanda de materias primas (con su
consecuente presión hacia la baja en los precios). Por otra parte, en este
trabajo no se han tomado en cuenta en forma sistemática los " efectos
multiplicadores ": fragilidades suplementarias derivadas de las dificultades de
países socios (caso de Argentina y Chile con respecto al Brasil, por ejemplo).
En segundo lugar, el análisis de los efectos más directos de la crisis asiática no
toma en cuenta la capacidad de reacción de los países latinoamericanos
considerados. En efecto, los impactos aquí analizados no deben ser tomados
como hechos totalmente ineluctables. Su repercusión en el funcionamiento de
las economías de la región depende en buena medida de
las políticaseconómicas que se adopten. De hecho, las autoridades
gubernamentales han reaccionado, en la mayoría de los casos, rápidamente,
introduciendo modificaciones en las políticas monetarias, fiscales y comerciales.
En el plano financiero y teniendo en cuenta las consideraciones realizadas en
las economías más afectadas por la crisis asiática en nuestra región –Brasil y
Argentina- muestran a ese respecto, signos positivos. Brasil, por ejemplo,
presenta promisorias perspectivas de crecimiento para los próximos años según
las evaluaciones realizadas por distintos organismos, bancos y consultores
internacionales. Cinco meses después de la crisis que enfrentara en noviembre
de 1997, el gobierno brasileño regresó al mercado internacional lanzando con
éxito una emisión de títulos en Nueva York por 500 millones de dólares a 30
años, con Godman y Morgan. En el segundo semestre de 1998 se realizó otra
emisión, en marcos alemanes, por 411 millones de dólares.
Ambas emisiones constituyen un test del mercado internacional para las
empresas brasileñas, que deben salir a refinanciar su deuda externa, que hasta
ahora ha dado resultados favorables. A eso se suma la baja de las tasas de
interés y una estimación de crecimiento del PIB entre el 0% y el 1% en el
segundo semestre. En el plano del comercio, aún es prematuro realizar nuevas
estimaciones. En el caso de México, por ejemplo se observa una posible
reducción en 1998 de las exportaciones en el sector textil ante la competencia
de productos más baratos provenientes de Asia-Pacífico.
12. Organismos Multilaterales de Integración fuera de Latinoamérica
Organizaciones mundiales
Banco Mundial
Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo - UNCTAD
Fondo Monetario Internacional - FMI
International Development Network
OCDE
Organización Mundial de Comercio - OMC
Organización Mundial del Turismo
Organización de Naciones Unidas - ONU
Organismos del Sistema de Naciones Unidas
Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura -
UNESCO
13. Beneficios para la Industria
SECTOR INDUSTRIAL
El objetivo de la estrategia de desarrollo industrial, que se fundamenta en la
búsqueda de la transformación del aparato productivo en condiciones
de equidad y competitividad. En este sentido, las líneas estratégicas a a seguir
son:
Fortalecimiento de las pequeñas y medianas industrias y empresas
(PyMIs/PyMEs) así como de la microempresa y cooperativas, como
dinamizadoras del sector industrial y de la economía en general. Desarrollo de
cadenas productivas Estímulo a la inversión privada.
La política industrial buscará el desarrollo de una Industria competitiva, basada
en la concertación de sus agentes, el impulso a grupos mixtos de concertación
y una reformación de los esquemas de desarrollo productivo que los potencie,
generando la sinergia buscada, a través del desarrollo de la industria de
procesos y sus sectores conexos.
Estas políticas tienen por finalidad generar una estructura industrial de mayor
diversificación, especialización, valor agregado nacional y con mayor capacidad
de empleo.
Por otra parte, se impulsará una serie de políticas complementarias que
coadyuvan al desarrollo de las PYMI´s y cadenas productivas, entre las que se
destacan:
 Política de financiamiento y garantías.
 Desarrollo y transferencia tecnológica.
 Desarrollo empresarial y de recursos Humanos
 Reforma institucional.
 Sistema de información industrial.
 Sistema de certificación, calidad, normalización y metodología.
 Promoción e inducción de infraestructuras logísticas de servicios de apoyo a la
producción.
 Política comercial, de promoción de exportaciones e inteligencia de mercados.
 Política de privatización.

Política de desarrollo de las PyMIs/PyMEs


Esta política está centrada en el desarrollo, creación y expansión de las
PyMIs/PyMEs apoyada en la asistencia financiera, la renovación de la
plataforma tecnológica y el incremento del capital de trabajo, a fin de potenciarla
como generadora de empleo directo y valor agregado, creando efectos
multiplicadores en todo el aparato productivo. Esta política incluye
también programasdestinados a crear y desarrollar microempresas y
cooperativas como formas de organización productiva que tengan continuidad y
por ende que no se reduzcan a un aspecto asistencial y al
mismo tiempo incorporen al mercado a amplios sectores de la población.
Política de desarrollo de cadenas productivas.
Esta política se continuará implantando en las áreas de:
Forestal, pulpa, papel, cartón, artes gráficas Algodón, textil y confección.
También se desarrollarán cadenas en:
Resinas, olefinas, plásticos.
Aluminio.
Sidero-metalúrgica.
Construcción.
Autopartes.
Turismo.
Industria militar.
Bovinos de carne.
Cacao.
Frutas frescas y concentrados de frutas.
Derivados del mar.
De igual forma, se contempla dictar las medidas necesarias a fin de impulsar
tanto la industrialización de los hidrocarburos en el país, en especial del gas y
sus derivados, los procesos químicos y petroquímicos, relacionados a la
fabricación de fertilizantes, resinas plásticas y productos petroquímicos
intermedios con la activa participación del sector privado. La incorporación del
factor militar y construcción en la conformación de encadenamientos
productivos se le da una connotación estratégica. Se contempla el impulso de
cadenas agrícolas, en las cuales el país tiene ventajas competitivas como es el
caso de la carne bovina y el cacao, propiciando de esta manera las
exportaciones en y hacia nichos de mercado no tradicionales. Como aspecto
restrictivo se contempla el factor ecológico como elemento de formación de
cadenas de valor, de tal forma de tener consistencia con los condicionamientos
internacionales orientados en este sentido.
Impulso a la inversión privada.
La economía venezolana orientada a reducir la dependencia de las
exportaciones básicas, depende de la captación de inversión privada y
tecnología. Por consiguiente, la normativa legal debe estar orientada a proteger
y promocionar las inversiones, especialmente las destinadas al desarrollo del
aparato productivo, establecer la obligatoriedad del registro de los capitales que
ingresan al país, dar garantías de igual trato, tanto al inversionista nacional
como al extranjero, garantizar la libre convertibilidad de la moneda, así como un
trato justo en las controversias que pudiesen surgir sobre sus inversiones,
respetar los acuerdos que en esta materia haya suscrito Venezuela de manera
bilateral o multilateral y determinar los incentivos pertinentes para el desarrollo
de la inversión productiva. En este sentido, las medidas son:
Armonizar las normas que rigen el Impuesto Sobre la Renta con las
disposiciones del Código Orgánico Tributario y los Convenios de Doble
Tributación. Dictar normas que regulen la contratación de la
administración pública, con la finalidad de incrementar la seguridad jurídica del
inversionista que permita una mayor transparencia y rapidez en los procesos de
contratación pública. Modificación de la ley de licitaciones, a fin de mejorar la
transparencia en las adquisiciones del sector público, impedir las prácticas
discriminatorias contra los sectores productivos nacionales, equiparar las
condiciones de competencia de las ofertas nacionales frente a las extranjeras y
establecer sanciones efectivas y otras medidas contra las prácticas fraudulentas
y de corrupción en las licitaciones.
Política de financiamiento para el sector industrial.
Contempla facilitar el acceso de PYMIs/PYMEs al crédito bancario, unificando
los organismos financieros del Estado, a fin de manejar un fondo único global
que incluya asistencia técnica financiera y canalice recursos a través del
sistema financiero nacional para apoyar el desarrollo del sector industrial y
propiciar la creación de un sistema nacional de garantías recíprocas, el cual
conjuntamente con las corporaciones y fondos regionales de desarrollo
prestarán asistencia integral al sector.
Desarrollo y transferencia tecnológica.
Se prevé apoyar el desarrollo del sector industrial, impulsando la investigación y
desarrollo, así como la asistencia e innovación tecnológica, on la finalidad de
viabilizar acciones de financiamiento, capacitación del recurso humano y
transferencia de tecnología, en la búsqueda de la competitividad e integración
de las cadenas productivas y la conformación de complejos productivos. En
este sentido, las acciones propuestas son las siguientes:
Difusión del uso de nuevas tecnologías como internet,
nuevos materiales cerámicos, biotecnología,etc.
Programas de promoción y desarrollo de la capacidad de innovación, gestión y
organización.
Intercambio de técnicos, gerentes y tecnólogos.
Formación de Eco-consultores.
Programas de control de CFC.
Concretar acciones dirigidas al mejoramiento de la productividad y aumento
del dominio tecnológico de las empresas a través de mecanismos de
cooperación técnica internacional, nacional y aprovechamiento de la capacidad
tecnológica de las universidades e institutos universitarios de tecnología
regional.
Desarrollo empresarial y de recursos humanos.
Esta política tiene por objeto la formación y capacitación del recurso humano en
todos los niveles orientado al mejoramiento de la competitividad de las
empresas y el fomento de una nueva cultura empresarial con criterio
de responsabilidad social en el desarrollo industrial. Entre las principales
acciones a desarrollar se puede mencionar:
Promover la visión del recurso humano como factor clave para el incremento de
la productividad, innovación empresarial y la competitividad.
Diseñar un conjunto de medidas e instrumentos de política para fomentar
cambios y crear actitudes laborales y empresariales, ante los retos de la
competitividad, tecnológicos, apertura de mercado y el entorno económico.
Concertar un plan entre el sector público, privado, universidades y centros
tecnológicos, a fin de formar el recurso humano basado en la educación para el
trabajo y el desarrollo de talentos.
Facilitar el desarrollo de una cultura informativa que contribuya a mejorar la
formación del recurso humano.
Política de reforma institucional.
Orientada a reestructurar los organismos financieros de apoyo al sector
industrial. En el marco de la Ley Habilitante, se implementarán las siguientes
acciones:
Suprimir, fusionar, modificar, liquidar o reformar institutos autónomos, entre
ellos las corporaciones de desarrollo regional, así como las empresas del
Estado, asociaciones y fundaciones, y en definitiva cualquier estructura pública
descentralizada funcionalmente que se encuentre adscrita, asignada o
integrada al Ejecutivo Nacional con el objeto de establecer un mejor sistema de
control de gestión y coordinación, así como adecuar su adscripción, asignación
o integración a los ministerios que se determinen según su afinidad sectorial.

Leer
más: http://www.monografias.com/trabajos5/globa/globa2.shtml#eco#ixzz2s2Bk
VErs

Conclusión
Las crisis económico-financieras de Asia (1997), Rusia (1998) y Brasil (1999) no
han sido superadas totalmente. Si bien el FMI estima un crecimiento
económico mundial 3,4% en el 2000 (después de una desaceleración al 2% en
1998), los factores estructurales que dieron lugar a cada una de dichas crisis
continúan presentes.
América Latina en su conjunto dejó de crecer en 1999 después de casi una
década de expansión económica. Los severos ajustes macroeconómicos y
reformas estructurales habían posibilitado un crecimiento sostenido que alcanzó
la cifra récord de 5,4% en 1997, la más alta en más de cuatro lustros.
Se pronostica una reactivación de las economías latinoamericanas del 3% en el
2000.
El mundo no debe olvidar, sin embargo, los problemas estructurales que
aquejan al Asia, Rusia y brasil. Pese a las diferencias existentes entre cada una
de ellas, son muchos los elementos comunes y todas están unidas por el
cordón umbilical de la globalización. Pienso que estamos más bien en
presencia de la primera crisis de la globalización.
Asia y Rusia han servido para revelar el desafío que tienen ante sí gobiernos
nacionales y supranacionales, organismos multilaterales y la sociedad
civil planetaria para alcanzar una transición armónica hacia economías de
mercado socialmente responsables. La globalización no puede estar al servicio
de la especulación financiera e inmobiliaria, ni la gobernabilidad económica
mundial puede ser rehén de instantáneos movimientos de capital amparados
por la ausencia de supervisión y control de los sistemas financieros de los
estados nacionales.
La globalización tiene que estar al servicio de todos. No debe entronizar la ley
de la jungla. Las reglas de juego de la 'aldea global' no pueden privilegiar a
algunos a expensas de otros. La globalización no debe contribuir a la
ampliación de la brecha entre países ricos y pobres. Debe ser el instrumento
privilegiado para la erradicación de la pobreza.
América Latina podrá salir de la crisis más fortalecida porque su estructura
económica es hoy más eficiente. Pienso que sin los ajustes macroeconómicos y
reformas estructurales emprendidas a fines de la década pasada, el 'efecto
contagio' de la crisis asiática y rusa habrían provocado espirales
hiperinflacionarias similares a las de los años 70 y 80. Pero como lo ha
reconocido el propio presidente del Banco Mundial, James Wolfenson, los
equilibrios macroeconómicos no son suficientes y se requiere una mejor y
trasparente gerencia pública, una lucha sin cuartel contra la corrupción y mayor
equidad social y distributiva del ingreso y la riqueza.
Las tecnologías de la información y la revolución de
las telecomunicaciones abren oportunidades ilimitadas para la construcción de
una sociedad planetaria del conocimiento. El individuo podrá ser el protagonista
de su propia superación. El Estado se ha replegado a su papel regulador y debe
convertirse en promotor de la eficiencia y la equidad de las economías de
mercado. Es preciso humanizar la globalización y ponerla al alcance de todos.
Si los megabloques económicos, los organismos multilaterales, los países
industrializados y las corporaciones multinacionales trabajan activamente para
que las regiones emergentes se inserten equitativamente en la economía
global, los esquemas de modernización económica serán finalmente exitosos
en Rusia, Europa central y oriental, el Mediterráneo, el Medio Oriente,
Asia, Africay América Latina y el Caribe. Las tensiones políticas y sociales
derivadas de la transición podrán mitigarse sin debilitar la libertad y
la democracia.

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