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Herida de rechazo y su máscara (la huidiza)à huir del compromiso

para no sufrir.

Las heridas se crean en la infancia debidas a una necesidad emocional no


atendida por uno de los padres de la manera que para nosotros era la correcta.
Cada herida conlleva una máscara que la persona se crea como escudo
protector para no entrar en contacto directo con su dolor interior; dependiendo
de la profundidad de la herida, la máscara se activa más a menudo.

¿Qué significa rechazar a alguien? Significa no querer tener una persona a lado
o querer excluirla de tu propia vida.

La persona que rechaza utiliza la palabra no quiero, a la que abandonan: no


puedo.

El rechazo es una herida profundísima porque la persona que la sufre se siente


rechazada en todo su ser y sobretodo en su derecho a existir.

EL rechazo, a veces se puede vivir desde el nacimiento o anteriormente: por


ejemplo, en el caso de un embarazo no deseado, está herida se activa desde
la concepción hasta 1 año de edad. El bebé que empieza a sufrir el rechazo
construye su máscara: La huidiza.

La persona que sufre de rechazo interpreta los hechos según los filtros de su
herida y se siente rechazada, aunque realmente no lo sea.

La niña será buena, tranquila, de las que no causan problemas. De hecho, se


esconden en su mundo imaginario para no sufrir el rechazo, pueden inventar
escusas para irse de casa y ¿en el cole eras la típica niña que tenía la cabeza
en las nubes?

Estas personas tienen los siguientes rasgos. No es necesario tener todos, pero
cuantas más características haya, la huella es más grande:

• Perfeccionismo, como se consideran que no son suficientemente válidas


necesitan ser mejor para ser aceptadas. Hay un alto grado de miedo al
fracaso.
• Se rechazan a sí mismas, puede verse en la emoción de la vergüenza.
• Prefieren rechazar, antes que ser rechazadas.
• Les cuesta mucho desarrollar relaciones interpersonales.
• Tienen un alto grado de necesidad de aprobación externa.
• Se sienten culpables al decir NO, les cuesta poner límites.
• Buscan la soledad para evitar el rechazo, pero a la vez se sienten muy
desoladas y necesitan mucho de los demás.
• Se sienten indefensas, en un mundo hostil.
• Pasan rápido del amor al odio en el amor.
• Creen que no necesitan de nadie, pero lo cierto es que es una manera de
tapar el dolor que les genera el no sentirse amada y querida.
• Viven mucho en su mundo interior, donde se sienten a salvo, evadiéndose
mucho de la realidad.
• Se comparan con otras personas y se juzgan continuamente.

Si rascas un poco detrás de algunos de tus miedos, encontrarás más profundo:


el miedo al rechazo. En el fondo el miedo a no ser amada.

¿Por qué este miedo? Porque en el fondo, somos seres sociales,


interdependientes, necesitamos pertenecer al grupo o la tribu.

Comportamiento:

La primera reacción de una persona que se siente rechazada es huir. Esta


persona quiere que alguien se dé cuenta que existe, aunque no cree mucho
que sea su derecho existir, y por esto por ejemplo se puede esconder,
desaparecer.

Para estas personas ser amada se convierte en ser ahogada y por esto, cuando
son más grande, reaccionan rechazando o escapando da las personas que las
aman por temor a ser ahogadas. Un niño que ha sido muy protegido se siente
rechazado porque tiene la impresión de no ser aceptado por lo que es.

La huidiza prefiere no agarrarse a las cosas materiales, ya que estas les impiden
fugarse, se siente más atraída por cosas espirituales o intelectuales, reconoce
que el dinero es necesario, pero no encuentra placer en ello. Su distancia a todo
lo que es material genera problemas en el plan sexual, puede creer que la
sexualidad interfiere con la espiritualidad, en el caso de una mujer esto sucede
especialmente después que se han convertido en madre.

La herida del rechazo la vives de tu madre. Las madres tienen el papel de


enseñarnos a amar, amarnos y dar amor. Los padres a dejarnos amar y recibir
amor.

Cuando te sientes rechazada te pones la máscara del huidizo para no sufrir, y al


final “desaparecer”, de manera que los demás no se den cuenta de tu ausencia
y esto te confirma la sensación de ser rechazada.

La persona que sufre esta herida está en continua búsqueda de amor por parte
de su madre y otras personas de su mismo sexo.

Eres hipersensible a cualquier observación que tu madre te dice y te sientes


rechazada con facilidad.
Cuanto más profunda es la herida más atraes a tu vida situaciones de rechazo.
Muchas veces te arrimas a personas que considera mejores que tú y crees ser
peor que los demás.

Sabes lo que quieres, pero no lo pides por miedo a molestar al otro con algo que
quizás no sea suficientemente importante.

Buscas la perfección en todo lo que haces porque si te equivocas serás juzgada


y para ti, ser juzgada es ser rechazada.

Confundes el ser con el hacer. Tu miedo más grande es el pánico. En una


situación de pánico tu primera reacción sería escapar, esconderte, huir. Prefieres
desaparecer ya que si te entra el pánico te quedas bloqueada.

Las personas que nos rechazan entran en nuestra vida para hacernos
conscientes de cómo nosotros mismos nos rechazamos.

Acuérdate que la causa principal de la presencia de una herida es la


incapacidad de perdonarnos algo que hemos hecho a nosotros mismo o que
hemos hecho a otros. Es difícil perdonarte porque la mayoría de las veces no te
das ni cuenta que te haces daños

Reprochamos a los demás lo que nos hacemos a nosotros mismo y no queremos


ver.

La vergüenza es otra manera de tomar conciencia del rechazo. La vergüenza la


sientes cuando quieres esconder algo que has hecho o escondes.

Cómo sanar la herida

El primer paso fundamental es reconocerla, para ello tienes que hacer una
buena reflexión. Luego tienes que hacerte consciente que hay algo que sanar,
lo cual es normal. Como seres humanos somos imperfectos y tampoco se trata
de llegar a ser perfectos, lo cual de hecho es una ilusión. Simplemente se trata
de liberarnos de todos los condicionamientos que nos hacen sufrir, boicotean
nuestras relaciones y nos impide ser felices.

La herida la sanarás cuando tomes el lugar que te corresponde y puedes


afirmarte a ti misma. Si alguien parece olvidarse que existes, lo aceptas, te sientes
bien igualmente y meditas, o buscas otro recurso de distracción.

Ahora te toca a ti.

¿Te reconoces en algo? ¿Has podido observar si tu madre tiene algo de esto?

Es muy importante que te observes ya que esta es la clave para ver. Ver es la
clave para liberarte.
¿Se puede sanar la herida del rechazo?

Si, afortunadamente, igual que las demás heridas pueden sanarse. Para ello es
necesario revivir las experiencias vividas para liberarte de los sentimientos
atrapados. Trabajar el autoconocimiento, aceptación, el perdón hacia ti misma
y hacia los demás, y la autoestima.

Esto no es fácil porque hay mucho dolor en esos recuerdos, pero sabes que me
tienes en el proceso.

Como te he contado un poco más arriba, sólo te queda hacer frente a esta
herida y sanarla tomando consciencia conciencia y responsabilizándote.
Perdonar y perdonarte, sabiendo que cada persona hace lo mejor que sabe
con los recursos que tiene.

Y empezar por aceptarte y valorarte tú misma. Quererte tal y como eres con tus
luces y con tus sombras… Sin esperar a que lo hagan los demás… Porque ésa es
la aprobación que te libera y que va a hacer que los demás puedan hacer lo
mismo.

Porque todo aquello que quieras crear en tu vida, primero lo creas en tu interior.

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