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SEMINARIO DIOCESANO DE LEÓN

ACTUALIZACIÓN DEL CURSO DE TEOLOGÍA FUNDAMENTAL


(DEL VENERABLE PROFESOR + PBRO. LIC. JESÚS PONCE)

PROFESOR (EDITOR DE LA DISPENSA):


PBRO. LIC. ANDRÉS ANDRADE

CICLO ESCOLAR: 2023-2024


FACULTAD DE TEOLOGÍA
I DE TEOLOGÍA

UNIDAD I
REVELACIÓN Y TEOLOGÍA
I PARTE
DE UNA TEOLOGÍA APOLOGÉTICA A UNA TEOLOGÍA FUNDAMENTAL
PRESENTACIÓN:
La revelación cristiana es esencialmente histórica. La teología cristiana nace de la
revelación, no tiene nada de extraordinario que el QUEHACER TEOLÓGICO, de s.
Anselmo de Aosta (1109), se vaya mostrando con el quehacer de la historia.
OBJETIVO GENERAL:
Una exposición sintética, para poder situar nuestra situación actual de creyentes
teólogos.
CONTENIDO:
1. LA “TEOLOGÍA” Y LAS “TEOLOGÍAS” EN LOS ESCRITOS NEO-TESTAMENTARIOS.
2. LA “TEOLOGÍA” EN LA ÉPOCA PATRÍSTICA (S. II – VII/VIII).
3. LA “TEOLOGÍA” EN LA ÉPOCA ESCOLÁSTICA (S. VII/VIII - XV).
4. LA “TEOLOGÍA” EN LA ÉPOCA MODERNA (S. XVI - XIX).
5. LA “TEOLOGÍA” EN LA ÉPOCA CONTEMPORÁNEA (S. XX).
UNIDAD I: LA REVELACIÓN Y TEOLOGÍA. A los contenidos de la unidad les
llamamos: Prolegómenos, contienen los elementos indispensables para poder hacer
TEOLOGÍA general y FUNDAMENTAL.
PARTE I: DE UNA TEOLOGÍA APOLOGÉTICA A UNA TEOLOGÍA
FUNDAMENTAL, el paso de la teología llamada APOLOGÉTICA CLASICA a
TEOLOGÍA FUNDAMENTAL.
Esta PARTE I, lo más importante es, captar la naturaleza de la Teología
Fundamental.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS:
- Diferenciar entre Apologética Clásica y Teología Fundamental.
- Continuidad y discontinuidad entre ambas.
- Resaltar al “aggiornamento” de la Teología fundamental y de Dogmática en
general.
Contenido Temático:
- Nueva imagen de la fundamental.
- Nuevas corrientes de Teología Fundamental en el Periodo Post-conciliar.
- Ausencia y Presencia de la Teología Fundamental en el Concilio Vaticano II.
DESARROLLO DE TEMAS:
1. LA “TEOLOGÍA” Y LAS “TEOLOGÍAS” EN LOS ESCRITOS NEO-TESTAMENTARIOS
Tener en claro el carácter único, fontal, y formativo de este “primer –momento-de-
reflexión teológica”, de los escritos inspirados del NT respecto a toda ulterior reflexión
teológica.
Teología en el NT nos referimos, a lo que deriva de la revelación, a través de un
proceso vital de experiencia de fe y de maduración discursiva, temática y conceptual muy
precisa.
El hecho de la revelación es fontal y constitutivo de la misma fe y representa el
fundamento propio de la posibilidad de la teología cristiana.
Cada Evangelista y Escritor del NT desarrollan una obra teológica, no se limitan a
recoger el material preexistente, lo organizan, lo reelaboran, en relación a las convicciones
de fe. Esto explica el porqué de diversas “teologías” en el NT.
La multiplicidad de estas “teologías” nos permite percibir la riqueza de la “teología”
del NT.
2. LA “TEOLOGÍA” EN LA ÉPOCA PATRÍSTICA (S. II – VII/VIII).
Los “Padres” deben tener cuatro notas: ortodoxia de doctrina, santidad de vida,
reconocimiento por parte de la Iglesia y antigüedad. Termina la época patrística con
Isidoro de Sevilla en Occidente y Juan Damasceno en Oriente.
1.- DE LOS PADRES APOSTÓLICOS A LOS PRIMEROS APOLOGISTAS (II - IV)
Las reflexiones de los Padres están relacionadas con la vida, los problemas y
necesidades culturales eclesiales. Subrayadas las preocupaciones de orden ético y espiritual
para la vida cristiana y la vida de comunidad. Sus reflexiones se representan como una
explicación de la Sagrada Escritura. S. Ignacio de Antioqueno.
Esta búsqueda llevó a los Padres Apologistas a confrontarse con el mundo para
defender y justificar la doctrina cristiana ante la cultura literaria y filosófica, como para
combatir herejías internas a la Iglesia. Justino e Irineo.
Esta primera reflexión está interesada en el misterio trinitario. Teófilo de Antioquia
hay continuos riesgos de subordinacionismo, en él como en sus contemporáneos: Justino,
Atenágoras de Atenas, Tertuliano, Hipólito de Roma, Orígenes.
Otro problema doctrinal, fue la resurrección de los cuerpos en Atenágoras y en
Tertuliano.
Un momento fundamental para el desarrollo de la teología como estudio metódico
científico presentado por las escuelas de Alejandría y de Antioquía.
En la primera a finales del siglo II, Panteno fundó la Didaskaléion: dedicada a
profundizar la filosofía platónica y su relación con el pensamiento bíblico. Clemente
Alejandrino y Orígenes. Este último subraya la importancia de la explicación de la Sagrada
Escritura a la reflexión teológica. Triple sentido: histórico, místico y moral, el
conocimiento en la percepción del sentido espiritual escondido en la Sagrada Escritura.
La segunda, fundada por Luciano de Samosata a mitad del siglo III, intentó
recuperar el primado del sentido histórico y gramatical de la Sagrada Escritura.
Exponentes: Dióro de Tarso, maestro de s. juan Crisóstomo y de Teodoro de Mopuestia;
Teodoreto de Ciro. La escuela de Antioquía miraba más bien hacia el Aristotelismo.
2.- LOS PADRES DESPUÉS DE LA PAZ CONSTANTINIANA (313) (IV – VII/VIII)
Dos realidades fundamentales (la confrontación entre fe cristiana y cultura
helenística; la problemática cristológico-trinitaria), establece la convicción de la cultura
pagana, y helenística, pueden tener función propedéutica para clarificar los contenidos de la
fe.
La mayoría de estos Padres han recibido formación literaria en las Escuelas de
Retórica y, están en las mejores condiciones de usar sus conocimientos, en relación a la fe
cristiana.
Afirman la suficiencia de la Sagrada Escritura, y buscan explicar su contenido
ilustrando unos textos con otros y recurriendo a sus conocimientos para comprenderla. Los
Padres están en la línea de la Escuela Alejandrina.
Concilios Ecuménicos de este periodo, convocados para clarificar cuestiones
cristológicas y trinitarias.
“Para los teólogos medievales las sentencias de los Padres tenían carácter de
AUTORITATES, DICTA AUTENTICA, frente a los DICTA MAGISTRALIA de los
escolásticos”
Las figuras más representativas: En Oriente, s. Efrán Sirio, s. Atanasio, s. Cirilo de
Jerusalén, s. Epifanio, s. Juan Crisóstomo, Teodoreto de Ancira, s. Cirilo de Alejandría, los
tres Capadocios: s. Basilio, s. Gregorio de Nazianzo, s. Gregorio de Nisa, s. Juan
Damaceno.
En Occidente, s. Hilario de Poitiers, s. Ambrosio de Milán, s. Jerónimo, s. Agustín.
Los Padres Occidentales de los siglos VI/VII quieren conservar la herencia recibida.
Quieren inventar algo nuevo. Representantes: Casiodoro, Severino Boecio, S. Gregorio
Magno, s. Isidoro de Sevilla.
3. LA “TEOLOGÍA” EN LA ÉPOCA ESCOLÁSTICA (S. VII/VIII - XV)
a.- La pre-escolástica (s. VII/VIII - XV)
Pre-escolástica sirve para indicar “diversas corrientes espirituales cuyo elemento
común es el deseo de poner la cultura antigua, conocida todavía de manera imperfecta, al
servicio de la inteligencia de la fe”. Madurará en la primera Escolástica. Su máximo
esplendor en la Alta Escolástica.
Los siglos VII-VIII notable decadencia cultural. Solo los grandes monasterios
logran salvar patrimonio en sus bibliotecas como las obras de los Padres.
La reforma Carolingia s. VIII y IX. Se implantan ARTES LIBERALES (TRIVIUM
Y QUADRIVIUM) al clero, al servicio de la ciencia religiosa. Figuras notables: Alcuino,
Juan Escoto Eriúgena, Robano Mauro, Walfredo Stabone, Pascacio Radberto, Ratrammo.
En este esfuerzo dialéctico permanece como centro de todo: la Sagrada Escritura.
“Racionalismo Teológico” ante los escritos de Berengario fue Pier Damián. La figura más
notable Anselmo de Aosta, llevó el “credo ut intelligam”, una verdadera “meditatio
theologica”.
b.- La primera Escolástica s. (s. XII)
La escolástica clima socio-cultural, filosófico y jurídico. “Muchos espíritus se
interesan en LO QUE LAS COSAS SON EN SÍ MISMAS”. Espiritu racional, doble
vertiente: filosofía y jurídica, la teología lo recoge y acepta.
El instrumento lógico aristotélico formó los espíritus para el empleo sistemático y
desarrollado de la “quaestio”: un procedimiento metódico del conocimiento, en presencia
de proposiciones opuestas, el espíritu debe hallar razón a favor de uno de los dos términos
de la alternativa, o alguna distinción que permita atribuir a cada uno su parte de verdad. Se
desarrolló desde Abelardo, en el marco de “lectio”, era primero, comentario a la Sagrada
Escritura, y después, las sentencias de Pietro Lombardo entre 1142 y 1158.
La reforma Gregoriana propicio un extraordinario renacimiento del Derecho
Canónico. Desde finales del siglo XIII hasta nuestros días, el Espiritu jurídico permeó todos
los tratados de teología sacramental, eclesiológica y moral.
Paralelamente, continua floreciendo una teología monástica, admite la cultura
literaria clásica, pero excluye la dialéctica. Representantes: Ruperto de Deutz, Honorio de
Autun, Pedro el Venerable, Gullermo de Saint-Thierry y san Bernardo, afirmaba que saber
por saber, es “una vergonzosa” curiosidad”. La teología monástica se presenta más como
una meditación de los misterios divinos, que como un conocer la realidad.
Teólogos “dialécticos” lograron imponerse. Campean los métodos de la “lectio”,
“disputatio” y la “quaestio”.
La Biblia fue el centro de reflexión teológica. Desde el alto medievo los
comentarios bíblicos se presentaban como colecciones de citas exegéticas de los Santos
Padres. Las exigencias de un método exegético autónomo se enuncian. Roberto de Melum
separa la “quaestiones” Escolásticas de la “glossa” bíblica. Los grandes escolásticos del
siglo XIII no acogieron esta distinción de distinción-separación. Continuaron manteniendo
la “glossa” bíblica. Como fundamento de los temas teológicos, la alta escolástica conservo
un equilibrio entre Escritura y Teología sistemática, evitando reducir la Escritura a un lugar
de “dicta probantia”.
c.- La Alta Escolástica (s. XIII)
A finales del s. XII, y plenamente desde 1220, en París, se utiliza la Metafísica, la
política, el Tratado del Alma, la Física, y otros escritos cosmológicos de Aristóteles. Entra
en el trabajo teológico un conocimiento del hombre y del mundo.
Iniciadores: Guillermo de Auxerre y Felipe el Canciller: noción del “habitus”,
distinción entre la esencia del alma y sus dificultades, el libre albedrío,…
La entrada de la filosofía Aristotélica no fue fácil. Fuertes oposiciones: Gregorio IX
y Urbano IV, prohibieron la utilización de las obras de Aristóteles en Teología. El Obispo
de París, Esteban Templer, condenó en 1277, de Santo Tomas, 219 proposiciones. 19 de
marzo de 1255, la Facultad de Artes de París había inscrito las obras de Aristóteles, santo
Tomas hará traducir de nuevo, al igual que su maestro Alberto Magno.
Santo Tomas de Aquino encontramos la más alta expresión de la teología
escolástica. Santo Tomas afirma con audacia el conocimiento intelectual en cuanto
perfección absoluta del ser humano. Él explica el valor de la teología como UN CONOCER
LA REALIDAD, ESPECULATIVA. La teología está dirigida totalmente a estudiar el dato
revelado recibido en la fe, incluida la obra de la creación.
En santo Tomas encuentran una síntesis de los dos problemas fundamentales: a) el
problema de la relación entre la razón y la fe; b) el problema de la relación de la filosofía y
teología.
La obra de santo Tomas constituye una contribución de pensamiento teológico
incomparable. Su “SUMMA”, es fundamental para la enseñanza de la Teología.
Su oposición encontró una fuerte oposición, ni la vitalidad permanente de la
corriente agustiniana. Por corriente agustiniana hay que entender una reelaboración de la
antropología y de la gnoseología religiosa de san Agustín. Caso de la escuela Franciscana:
comenzando con la Suma de Alejandro Hales, siguiendo con la summa fratris Alejandro de
Guillermo de Malitón y culminando con la obra de san Buena Aventura. Seguidores de esta
línea: Mateo de Acuasparta, Juan Peckham, Roger Bacon, Juan Gerson, Blaise Pascal,
Maurice Blondel.
d.- La Tarda Escolástica (s. XIV - XV)
Desde la mitad del s. XI hasta finales del s. XIII, Teología accidental pensó que
podía unir la Teología Natural con la Teología Revelada en síntesis orgánica. S. XIV y XV
pondrán en duda los principios de esta síntesis.
Juan Duns Scoto, inicia una crítica del conocimiento racional, que él separa del
conocimiento teológico: conocimientos generales y unívocos, inaplicables al ser singular de
Dios que es soberanamente libre. Sus ideas dieron origen a una “Escuela”, “Scotismo”.
Occam, excluyó el papel del conocimiento racional de la Teología. Opositor de la autoridad
del Papa; la fe se convierte en “fideísmo” en fuerza del principio “de potentia absoluta”. Su
“Escuela” en Erfurt y Viena. Los nombres más señalados son: Nicolas de Autrecourt, Juan
de Mirecourt, ambos censurados, Marsilio de Inghem, Pedro de Ailly, Juan Gerson y
Gabriel Biel.
Provocó un movimiento contrario: la búsqueda de una espiritualidad que la Teología
escolástica ya no sabía dar. Nace fuera de los lugares de enseñanza teológica. Juan Eckart
pone los fundamentos de una “Mística” especulativa partiendo del ser “Maestro de vida”.
Autores como Juan Tauler, el beato Juan Ruysbroeck, Gerardo Groot y Tomas de Kempis,
elaboran una Teología de la perfección Cristiana que ya no es la síntesis integral de
escritura, Dogmática Moral y Espiritualidad, de los grandes Teólogos anteriores.
Teología y espiritualidad, con los cambios político-sociales e intra-eclesiales,
repercutieron especialmente en el campo eclesiológico. Los movimientos espirituales
antieclesiasticos, existentes desde fines de s. XI, encuentran finalmente sus teólogos
representativos: Juan Wycliff y Juan Huss.
4. LA “TEOLOGÍA” EN LA ÉPOCA MODERNA (S. XVI - XIX)
a.- Los problemas de la teología en los siglos XVI – XVII
El renacimiento como el nacimiento de un “hombre nuevo” que quiere afrontar por
sí mismo problemas de la vida y de la historia, sacudiéndose, tradición y autoridad que
parezcan imitar su pleno desarrollo. Esta cuestionará fuertemente a la Teología.
Vuelve a renacer el deseo de reforma de la Iglesia, retorno al Evangelio. Lutero y
otros reformadores ponen en discusión todo el edificio eclesiástico y dogmático tradicional.
Se caracterizan por un rígido retorno a la SOLA Escritura, SOLA gracia y SOLA fe. Todos
los signos visibles de la fe cristiana son desvalorizados o negados.
La reacción católica a la reforma protestante se manifestó de manera
particularmente vigorosa en el concilio de Trento. En este repensamiento ningún ámbito
teológico fue descuidado: teología bíblica y patrística, Teología Dogmática, la Alta
Escolástica, la Moral, la Pastoral, la Espiritualidad.
Etapa de investigación teológica. No se comentan más ya las “Sententiae” de Pedro
Lombardo, sino la suma de santo Tomás. Gran escuela de Teología en estos siglos fue la de
Salamanca con los Carmelitas.
La exegesis, conoce una floración hasta el siglo XX. Comentarios de tipo espiritual
clásico: Cornelius a Lapide, Dom Calmet, exegesis literales rigurosas: Cayetano, Alfonso
Salmerón, Maldonado, Escio, Richard Simon quien provocó la reacción conservadora de
Bossuet. Nació nuevo problema: la independencia de la lectura de la Biblia respecto de la
Teología.
La Apologética “clásica”, con sus tres clásicas “demostraciones”: católica, religiosa
y cristiana, comenzó a gestarse. Unos cuantos nombres: Juan Eck, Martin Pérez de Ayala,
san Pedro Canisio, Estanislao Hosius, Tomás Stapleton, s. Roberto Bellarmino.
Impulso a la Teología de la Espiritualidad y de la mística. Santa Teresa de Ávila y
san Juan de la Cruz, cuyos escritos son teológicos, de su vivencia espiritual, hoy llamamos
“Teología de la experiencia Cristiana”. El “Gran siglo de almas” rico en teólogas de la
espiritualidad. En el siglo siguiente san Luis María Grignion.
Desarrollo en estos siglos la Teología Moral.
Finales del siglo XVI, la consideración práctica de los “casos”, procurada en una
actitud de espíritu más jurídica que teológica. Esta moral es, un tratamiento casuístico de la
salida por hallar, habida cuenta de la obligación legal. Los moralistas están obligados a
hacer una opción entre los diferentes “Sistemas Morales”: probabilismo, probaliorismo,
equiprobabilismo, tuitiorismo.
b.- El siglo XVII
Frente a la Iglesia estaban los grandes pensadores del racionalismo.
La teología, había llegado a un pobre periodo de estancamiento. Se consolidó la
Teología Apologético-Controversista. Las “Conclusiones” que los teólogos anteriores
deducían, llevaron a una Teología aún más reductiva: “la Teología como ciencia de las
Conclusiones”.
En lugar de las “summae” se instalan diversos “Tratados”, “Disciplinas” o
“Manuales”. Y la Teología se convierte en una ciencia separada de las “filosofías” y de las
“ciencias”.
c.- La Neoescolástica del siglo XIX
1829 Lamennais se lamentaba: “La Teología, tan bella en sí misma, tan interesante,
tan amplia, no es hoy, así como la enseñan en los seminarios, sino una escolástica mezquina
y no les da ninguna idea de la religión.
J. S. Von Drey, y J. A. Moler, buscaron ofrecer una explicación sintética de la
doctrina cristiana, incluye la idea de “desarrollo”.
A esta Neoescolástica viene dado un soporte notable con la Encíclica “aeterni
Patris” de León XIII.
5. LA “TEOLOGÍA” EN LA ÉPOCA CONTEMPORÁNEA (S. XX).
a.- La situación teológica a principios del siglo
La situación está determinada por los problemas de las Filosofías y Ciencias de los
s. XVIII – XIX y por las crisis en el campo católico, del Modernismo: “cita de todas las
herejías”.
En el campo protestante la “Teología liberal”, síntesis del idealismo de Hegel y del
semirracionalismo. Jesús es sólo el maestro de la verdad o un ejemplo de cómo se salvan
los hombres.
Campo católico, G, Tyrrel, E. Bounaiutl y R. Murri, intentaron un replanteamiento
de todo el dato revelado utilizando las nuevas categorías filosóficas del Racionalismo.
Terminaron desconociendo el carácter trascendental de la Revelación cristiana. Reprobados
por el Magisterio Papal.
Las intervenciones de Pio X, contra el modernismo, fue un resurgimiento del
pensamiento autentico de santo Tomás de Aquino.
b.- La “Teología entre 1918 y 1945 (las dos guerras mundiales)
Para los teólogos protestantes la gran cuestión es cómo repensar la Revelación en
términos que respeten su trascendencia superando toda forma de racionalismo.
Los teólogos católicos podemos señalar dos direcciones: profundización de temas
que antes no habían sido debidamente tratados y la exigencia ineludible del regreso a las
fuentes de la Revelación. Aflora en el Concilio Vaticano II.

c.- La Teología después de la II Guerra Mundial hasta el Vaticano II


Época de oro para la Teología católica. Tres líneas de reflexión:
1) Relación entre la Revelación cristiana y cultura contemporánea.
2) La Teología del laicado.
3) La Teología de las realidades terrenas
d.- La “Teología del Vaticano II y la Post-Conciliar
Hablar de éstas “Teologías”, es algo que rebasa totalmente nuestra síntesis.
SINTESIS (onomásticas)
EJERCICIOS DE EVALUACIÓN
UNIDAD I
REVELACIÓN Y TEOLOGÍA

PARTE I
DE UNA TEOLOGÍA A UNA TEOLOGÍA FUNDAMENTAL

CAPÍTULO I
NUEVA IMAGEN DE LA TEOLOGÍA FUNDAMENTAL

La Teología Fundamental está condenada a la falta de seguridad. Es preciso andar


siempre en busca del mañana. Con las ventanas abiertas a las ciencias humanas. Como
ciencia “Teológica!, se ve, envuelta en todas las renovaciones de la teología, sobre todo en
materia de exegesis. La fundamental tiene que ponerse periódicamente en cuestión, afrontar
nuevos riesgos, realizar giros bruscos, sino quiere desaparecer.
El periodo que ha seguido la segunda guerra mundial: la apologética clásica se
transforma en fundamental. Nuevo “pasaporte” de la fundamental, los cambios que han
sobrevenido afectan al nombre, al contenido, al método, a su identidad. Si pensamos que la
fundamental hoy, nos parecería más acertado hablar de una “nueva imagen” de la
fundamental. Lo que importa es comprender, explicar, más que condenar.
Esta nueva imagen de la fundamental se remota después de la guerra, cubriendo un
periodo de tres décadas que corresponden a un triple movimiento de la reflexión teológica:
periodo de reacción contra la apologética clásica, periodo de ensanchamiento que coincide
con la victoria definitiva del término “Fundamental” sobre el de la “Apologética”.
Tomando al Vaticano II como referencia de esta evolución de tres periodos: pre-conciliar y
post-conciliar. Tres especies de oleadas que no sólo se suceden, sino que sobrepasan unas a
otras.

1.- Periodo de reacción contra la apologética clásica


Llamada apologética “tradicional” o “clásica” tres momentos de demostración
religiosa, demostración cristiana y demostración católica. El resultado de una necesidad
histórica, la lucha contra los protestantes en el s. XVI, contra los libertinos y los ateos
prácticos del s. XVII y contra los deístas y enciclopedistas del s. XVIII. Ateos y a los
liberanos era preciso oponer una teodicea rigurosa y demostrar la necesidad de la religión.
Deístas se limitaban a una religión natural y rechazaban la idea de revelación histórica.
Contra los protestantes había que demostrar las diversas confesiones cristianas, la Iglesia
Católica era la única y verdadera Iglesia. El protestantismo ponía el acento, dentro de la fe,
en los elementos de subjetividad, especialmente en la acción del Espíritu que nos hace
adherirnos a la palabra de Dios y la apologética católica insistía en los criterios objetivos.
Contexto del Vaticano I, son ante todo los milagros y las profecías.
Este itinerario en tres tiempos estaba sostenido por convicción de que la fe es el
término necesario de la demostración cristiana, mientras que la entrada en la Iglesia era el
resultado de la demostración católica. Este esquema, en el s. XVI quedo consagrado en la
obra de Joseph Hooke, Religiones naturales et revelatae principia. A comienzos de nuestro
siglo aparecen obras que esfuerzan además en definir el estatuto epistemológico de la
apologética como ciencia distinta de la filosofía y de la dogmática.
Los años posteriores a la guerra es muy distinto de aquel que vio nacer la
apologética clásica. La teología empieza a vivir una renovación extraordinaria. La
renovación de los estudios bíblicos y patrísticos que han hecho descubrir en la renovación
de la fe una realidad mucho más rica. En la renovación de los métodos y de las técnicas de
exegesis. En la renovación ecuménica., para la apertura al dialogo. Sirvió para poner en
seguida de relieve las debilidades y los límites de la vieja apologética. Críticas suscitadas
contra ella:
a.- La apologética clásica pretende manifestar la credibilidad de la revelación. Pues
bien la revelación que es una realidad absolutamente especifica que llega a nosotros a
través de los caminos de la historia y de la encarnación. Sólo la revelación puede decirnos
qué cosa es la revelación. Resulta extraña la estructura de los tratados utilizados hasta los
años 1950-1955: después de hablar de la “revelación en general” y de los “signos en
general”, se tocaba el tema de la revelación en Jesucristo y de los signos efectivos de esa
revelación. Pero la única revelación que nosotros conocemos en realidad, así como la única
revelación que existe, la Epifanía de Dios en Jesucristo, con toda su riqueza y en todas sus
dimensiones. Esta revelación es el dato fundamental, el que se ejerce la reflexión del
creyente.
b.- Este problema del sentido se articula la segunda crítica que se le dirige a la
apologética clásica. En efecto, esta apologética, sacaba de ello la conclusión de que era
necesario recibir de esa Iglesia todo lo que teníamos que creer. La revelación es “creíble”
no solo por causa de los signos externos, sino también porque revela al hombre a sí mismo.
Representa la única clave de integibilidad de misterio del hombre. No podemos aislar
facticidad histórica y sentido de la revelación.
c.- Muchos exponentes de la apologética tradicional trataban únicamente de la
medianidad de Jesús. Creían que era suficiente demostrar que Jesús se había presentado
como legado divino enviado a hablar en nombre de Dios. Los otros testimonios de Jesús
sobre sí mismo pertenecían a la dogmática. Tampoco puede ser aceptarse esta posición.
Nos obliga a ilegitimas reducciones en la presentación de Jesús.

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