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Como consecuencia de las guerras de religión, que asolan Europa en el final del S.
XIV y principios del S. XV, algunos autores aportan la doctrina necesaria, que hace
posible un nuevo poder estatal, que se va a oponer a los poderes feudales o
eclesiásticos tradicionales. Esta primera versión de Estado, es la que da lugar al
Absolutismo, en el cual el rey mantiene el poder absoluto, y se extiende desde el S.
XVI hasta el S. XVIII, en el que alcanza su mayor apogeo con el reinado de Luis XIV
de Francia.
-El súbdito debe sumisión total al soberano, a cambio de seguridad. Los demás
individuos ocupan la posición social en la comunidad, en función de los privilegios
otorgados por el monarca.
El precepto básico de Bartolo, fue que, cuando la ley choca con los hechos, es la ley
la que tiene que entrar en conformidad con los hechos., es decir, la ley se adapta a los
hechos.
Bartolo considera que en Italia, hay muchos pueblos, que de facto, no obedecen al
emperador, como es el caso de los florentinos, y otras ciudades de la Toscana, las
cuales no reconocen ningún superior, por lo que las considera como pueblos libres y
que por tanto poseen Merum Imperium en sí mismas, teniendo tanto poder sobre su
población como el emperador posee en general. Esto supuso el paso revolucionario de
introducir la misma doctrina en el Derecho Civil, haciendo lo mismo con la articulación
del moderno concepto jurídico del Estado.
Año 1378, muerte del Papa Gregorio XI. Debido al desorden político, los Papas
habían residido en Aviñón, durante 70 años. Sin embargo, a la muerte del Papa, el
cónclave se celebra en el Vaticano, primero en reunirse en Roma, desde el año 1303.
Una multitud exige a los Cardenales la elección de un papa Romano, o al menos
italiano. Finalmente es elegido Papa, por 16 cardenales Urbano VI, italiano, los cuales
admiten haberle elegido de forma libre y canónica.
Sin embargo, los cardenales franceses, que son mayoría, no están conformes con la
ciudad y deciden regresar a Aviñón. Llegan a un acuerdo, mediante el cual invalidan la
elección de Abril, y en Julio de 1378, 15 de los 16 cardenales, retiran la obediencia a
Urbano VI. En Septiembre de 1378 los cardenales eligen Papa a Clemente VII,
estableciendo un Papado rival en Aviñón. De esta forma da comienzo el Gran Cisma
de Occidente.
Francisco de Vitoria: De Potestate Civile. El hombre es civil y social, al igual que las
ciudades y repúblicas, que nacen con el fin de defender la vida humana. Para persistir
se necesita alguna fuerza y potestad que gobierne. El Poder Público procede de Dios,
en él tiene su origen, sin embargo la forma de ejercicio es humano. El sujeto último y
principal de la potestad pública es la misma comunidad política, es decir, la sociedad.
1. Pensamiento político.
2. Pensamiento económico.
En el aspecto político, Bodín considera que el poder político debiera ser el resultado
de un pacto, de esta forma, la persona que ostente autoridad deberá tener todo el
Poder y, por tanto, obedecida por todos. La esencia de este poder soberano es la
potestad de crear y derogar las leyes sin estar sometido a ninguna instancia.
El poder se concentra en una sola persona. Esta tesis encuentra una limitación, que el
encontrar la forma de limitar el poder del monarca, teniendo en cuenta que él mismo
crea las leyes, que según Bodín deben establecerse conforme al Derecho Divino. Es
decir, el soberano está limitado al Derecho Divino, natural y de gentes. Para Bodín,
la familia es la base esencial del Estado, el cual deberá ser gobernado por una
autoridad semejante a la autoridad del páter de la familia romana.
Tomás Moro nos informa de que los sabios utópicos hacen lo que pueden por no
enviar a sus propios ciudadanos a la batalla. Otro teórico muy importante fue
Maquiavelo. En su obra El Príncipe, dice que el poder se justifica por el poder. El
único objetivo del poder es existir y mantenerse. “Hay que saber mentir, ser violento…
cuanto toca si con ellos mantenemos el poder”. No hay moral en la política, aunque
Maquiavelo habla de una serie de reglas a seguir por el príncipe si quiere mantenerse
en el poder. Así, para Maquiavelo el discurso ideológico es un medio para conseguir
el poder.
Para Maquiavelo, los buenos fines pueden ser utilizados para justificar los malos
medios (razón de Estado). Supone, con el espíritu de un utilitarista moderno, que la
pregunta fundamental debe ser cómo conservar la propia república.
En Francia, una serie de católicos moderados buscará seguir esta línea maquiavélica,
y serán apodados como “políticos” por los cristianos más radicales, por no querer
fundar el Estado en la moral de Dios.
En Francia, entre 1562 y 1598 hubo no menos de ocho guerras civiles, señaladas por
atrocidades tales como la noche de San Bartolomé y el uso despiadado del
asesinato por ambos bandos. En este país, las diferencias de privilegios provinciales
hacen imposible una constitución parlamentaria en escala nacional.
La obra de este grupo más importante fue la De Vindiciae contra tyrannos, publicada
en 1579 y se convirtió en una de las piedras millares de la literatura revolucionaria. En
primer lugar, un contrato en el que son parte de un lado Dios y del otro rey y el pueblo
conjuntamente. En este contrato, la comunidad se convierte en Iglesia, el propio
escogido por Dios y se obliga a ofrecer una adoración verdadera y aceptable. En
segundo lugar, hay un contrato en el que las partes son el pueblo y el monarca
mediante el cual un pueblo se convierte en estado.
Tal acuerdo obliga al rey a gobernar bien y con justicia y el pueblo obedecerle
mientras lo haga así cuya finalidad de esta obra era demostrar que existía derecho a
coaccionar a un rey hereje. En el primer contrato, el rey y el pueblo quedan
mancomunados y solidariamente obligados, como secuela, se hubiese obligado a salir
fiador del rey. En el segundo contrato, entre el rey y el pueblo, justifica la resistencia
de la tiranía del gobierno secular. Aunque los reyes son instituidos por Dios, Dios
actúa en esta materia por intermedio del pueblo. El pueblo establece las condiciones
que el rey está obligado a cumplir.
Los príncipes debían ejercer el poder para el bien de los súbditos y éstos tenían
derecho a la resistencia y, aquel monarca que hubiera violado las leyes divinas y el
pacto con sus súbditos se convertiría en un tirano y era ilícito terminar con él. El
teórico más destacado sobre el tiranicidio fue el jesuita español Juan de Mariana con
su obra De rey de la Institución Real. En esta obra, sostuvo que el Gobierno es
mejor en cuanto se halle limitado por leyes, entre las que cuenta no sólo las morales
sino también las positivas instituidas por la voluntad del pueblo, cuya autoridad e
imperio son superiores a los del príncipe.
Juan de Mariana fue uno de los precursores del Constitucionalismo junto a un grupo
conocido con el nombre de Neoescolástica. Formado por éste último, Francisco
Suárez y Roberto Bellarmino. Suárez en su obra Defensio Fidei confrontó los
postulados absolutistas de Jacobo I quién afirmaba que todos los gobernantes reciben
su poder directamente de Dios y que ante él son responsables y que los súbditos
deben obedecer sin posibilidad de resistencia.
Fueron muchos los aspectos que permiten explicar el porqué de este Renacimiento,
entre los cuales podemos enumerar el florecimiento económico de las ciudades
italianas, los contactos culturales con otras civilizaciones y recursos, el debilitamiento
de la autoridad y el poder de la Iglesia, etc. Pero uno de los aspectos más importantes
es la libertad del pensamiento en la Italia renacentista. Libertad que permite la
innovación en las técnicas y en las ideas. El Renacimiento significa un reencuentro
con la Antigüedad Clásica, en cuanto a la vinculación y preocupación con la
naturaleza, en relación con su vitalismo. Se cuestiona todo lo anterior, abriéndose un
periodo inmenso de producción intelectual. En aspectos relacionados con las Artes
Plásticas, la técnica, las matemáticas y filosofía.
Como una de las claves del trabajo diplomático. Entre todas ellas, destaca D. Diego
de Saavedra y Fajardo, que junto con Quevedo en Italia, se baten, sin más armas
que sus plumas, contra los enemigos de España. A partir de 1635, Saavedra Fajardo
compuso varios textos, que consisten básicamente en recomendaciones de paz.
Hobbes entiende al hombre como una máquina natural, cuyas propiedades son
desear y obrar. El hombre es Potencia. Punto de partida del Estado de Naturaleza, en
el que los hombres son potencia movidas por el deseo, en el que la violencia que
surge de las potencias ilimitadas solo puede ser eficaz por una potencia que no
conozca límites.
Esta Soberanía absoluta e ilimitada pude llegar a su fin, y esto se produce si, a pesar
de las órdenes, leyes y la coerción que ejerce, es incapaz de realizar la misión para la
que se le ha creado, garantizar la seguridad de los ciudadanos y demás derechos y
libertades que se definieron en las leyes civiles.
Desde este punto de vista se le considera a Hobbes como el fundador del liberalismo,
en cuanto que resuelve el problema de la guerra, exigiendo una obediencia, pero deja
al individuo la tarea de pensar y de creer como mejor le parezca. Y en esto se
diferencia con el Totalitarismo, en cuanto que éste no solo exige la obediencia, sino
que también la adhesión.
En el Estado de Naturaleza, los hombres son libres. Son iguales los unos a los otros.
Entre ellos, forman familias y entre ellos se producen intercambios. Intentan regular su
vida mediante el obligatorio respeto mutuo. Con el tiempo la sociedad se hace cada
vez más compleja, por lo que se incrementa el riesgo de conflicto.
Conflictos que son el origen de atentados contra la vida, apropiación de bienes libres,
así como el respeto a los compromisos contraídos. Este es el germen de la violencia.
Es conveniente, pues, que aquellos que quieren regirse por los principios del Derecho
Natural, se constituyan en sociedad y establezcan un ente capaz de organizar la
sociedad según reglas comunes y su desarrollo se realice con medios convenientes.
Este poder público, capaz de realizar el Derecho Natural es soberano, estando los
que lo han instituido, y mientras obre de acuerdo a los fines para los que lo han
creado, obligados a obedecerlo y prestar su apoyo.
Este Poder Público va a realizar tareas como legislador, va a juzgar y sancionar las
faltas contra la ley y va a ejercer como gobernante, tomando las decisiones sobre la
paz y la guerra y la administración que exija la colectividad, la seguridad de los
ciudadanos y la protección de sus libres actividades.
El Poder Público de Locke es distinto del de Hobbes, en cuanto a que para Locke, la
colectividad posee la capacidad de organizarse, no necesita recurrir al Orden Político.
Es instaurado cuando su orden natural se ve amenazado por enemigos interiores y
exteriores. Se requiere un poder que les dé fuerza de ley y que se imponga mediante
la coerción.
Ese Estado actúa a través de su aparato legislativo, judicial, policial y militar, pero son
los ciudadanos los que deciden sobre la naturaleza de dicho cuerpo, así como a quien
otorga su confianza par a desempeñar tales tareas. Esto seguirá siendo así mientras
el Régimen sea capaz de servir al bien público. En caso contrario, los ciudadanos se
dotarán de gobernantes que estén al servicio de las libertades inherentes a cada
individuo.
Esta fórmula liberal de Estado Moderno, poder soberano y legislador de John Locke,
ha servido de inspiración directa en las Declaraciones de los Derechos del hombre,
en América y Francia.
Montesquieu ejercerá una influencia tan considerable como paradójica sobre los
constituyentes revolucionarios franceses. El espíritu de las leyes extrae una nueva
clasificación de los regímenes políticos, en la cual el gobierno moderado, en el que
está asegurada la separación de los poderes, se revela como la única solución
institucional de la libertad política.
Las leyes humanas sólo podrían derivarse o deducirse de las leyes divinas. La ley
pierde su carácter de orden o mandato, se desvincula de toda trascendencia y de toda
“esencia”, y no es más que una relación inmanente a los fenómenos humanos.
-El régimen monárquico es aquel en que uno solo gobierna mediante leyes fijas y
establecidas y que condiciona el honor. La naturaleza del gobierno monárquico
establece un vínculo necesario, esencial, entre monarquía y nobleza: la ostentación
del poder por uno solo no basta; el ejercicio mediante leyes supone la existencia de
poderes intermedios subordinados y dependientes; la nobleza también está
relacionada con el principio mismo del régimen monárquico.
-El régimen despótico, se caracteriza también por el gobierno de uno solo en la que
todos los hombres son iguales y en el que es necesario el “miedo”.
El régimen inglés pasa a ser entonces el modelo y de ahí El espíritu de las leyes que
trata de la constitución de Inglaterra sin que por ello se vea comprometida la
coherencia de conjunto del razonamiento. Montesquieu distingue tres clases de
La potestad de juzgar no plantea ningún problema de aplicación y por otro lado, las
otras dos potestades están compartidas por tres fuerzas: el pueblo, la nobleza y el
monarca. Esta división debe obedecer unas reglas: la potestad legislativa se confía a
un cuerpo de representantes del pueblo, de representantes. Ambas estarán unidas por
la potestad ejecutiva, confiada al monarca, que a su vez estará unida a la potestad
legislativa en la medida en que la constitución le proporcione los medios, si no de
decidir al menos también de impedir. Montesquieu recomienda el sistema de acuerdo
mutuo de las potestades, pero sin una confusión de las mismas, es decir, que las tres
fuerzas políticas no puedan abusar de sus respectivos poderes.
Por su parte, Kant, en su obra “Crítica de la razón pura”, desarrollará una teoría del
conocimiento que establece la objetividad y demuestra que hay una verdad en las
ciencias de la naturaleza, pero que estas no pueden explicar el ser en sí, ya que las
propiedades de este están unidas por definición a la estructura universal del espíritu
humano. Lo absoluto no existe, solo existe por el acto de una voluntad que lo afirma y
en tanto que lo afirma.
Ahora bien, la única realidad que tal voluntad puede plantear como incondicionada es
el Sujeto Moral. Si se quiere dar cuenta de la existencia humana, hay que postular
que el hombre es libre, al mismo tiempo que el hombre pertenece al mundo natural y
por lo tanto está sometido a las reglas más estrictas: voluntad libre para constituirse
como sujeto autónomo, es decir, darse sus propias leyes. Para salir del determinismo,
un sujeto puede querer obedecer a las leyes formales (que excluyen cualquier
referencia a cualquier contenido, como el placer sensual, el amor de Dios o la
conciencia del deber cumplido). La única consideración a la que puede someterse un
sujeto libre se refiere a la institución de la comunidad de sujetos libres, constituyendo
una “sobrenaturaleza” que afirma la libertad.
Recogen muchas ideas del pensamiento inglés para su secesión. Habrá que definir
qué es el pueblo y cómo habla este. En Estados Unidos, la soberanía reside en los
diferentes estados, no en el gobierno central, es decir, la voz del pueblo se da en los
estados federales. Abraham Lincoln se opondrá a ocupación de México. Los
Estados del Sur se independizan, buscando la Confederación, mientras que el
gobierno central dirá que la soberanía pertenece a la Unión, lo que llevará a una
guerra civil.
Los Jacobinos consideran que no es suficiente con llevar la guerra a las fronteras,
hay que mirar también hacia el interior, depurando a traidores, facciosos,
especuladores, etc., dando paso a los tribunales revolucionarios y a los comités. Se
instaura el Terror. La violencia y el terror son legítimos y están destinados a producir
la virtud en un doble movimiento de retorno a la naturaleza perdida.
De esta forma la abstracción, creada por Sièyes, que es la Nación, es sustituida por
Robespierre por otra abstracción que es la dinámica popular, donde desaparece la
representación e impera la democracia directa. Esta dinámica zozobra en el fanatismo
y se desmorona, cuando se pierde el consenso popular. En 1794, los enemigos de
Robespierre y de Saint-Just los destituyen y los hacen ejecutar, por supuesto en
nombre del pueblo soberano.