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ANÁLISIS DE LOS SIGUIENTES TEMAS

FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN Y DESARROLLO

En las últimas dos décadas se asiste a una creciente discusión sobre el status epistemológico
de la filosofía de la educación; de sus actividades y de su relación con la filosofía en general.
Si bien, la Filosofía de la Educación es una disciplina relativamente moderna, la cual observa
el fenómeno educativo y las teorías bajo una perspectiva racional con el propósito de dar una
explicación decisiva sobre la educación humana.

Ésta rama de la filosofía reflexiona sobre la educación y su problemática, analiza teorías


pedagógicas, efectúa la crítica de las teorías educacionales y deduce principios generales de
la educación; trata sobre la esencia y el valor, la finalidad y el sentido, las posibilidades y los
límites en extensión y la profundidad de la educación.

Funciones de la Filosofía de la Educación

Función reflexiva: consiste en interpretar las relaciones que se establecen entre la educación,
sociedad y la vida humana, para luego comprender el significado y el sentido de la educación
para la vida y el desarrollo de los seres y sociedades humanas.

Función analítica: busca establecer los conceptos y términos referentes al proceso educativo y
calificar los problemas fundamentales de la educación.

Función Crítica: cuestiona los fundamentos de las prácticas, saberes y teorías educativas:
principios, fines y valores.

Función normativa: consiste en establecer una normatividad de carácter teológico, ético,


axiológico, genérico y universal para todo proceso educativo. Además, establece
racionalmente los principios explicativos y constitutivos de la educación.

La filosofía educativa se centra en dos aspectos fundamentales; la naturaleza del aprendizaje


y el propósito de la educación. También cuestiona la transmisión de valores morales, ya que
la educación es el arte de transmitir a las nuevas generaciones, así como el fundamento y el
contenido de una cultura.
Por último, la educación es uno de los aspectos más importantes para el desarrollo de la
sociedad, constituyéndose como un agente de cambio y libertad para el hombre. Por tanto,
esta disciplina es una actividad de asuntos teóricos pertinentes al área de la educación, a
través de la reflexiva, la crítica normativa de los enfoques y procesos y prácticas educativas,
cuyo objeto es la formación humana en su máxima expresión.

FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN Y DEMOCRACIA

Desde la filosofía entendida como reflexión y como estudio de la verdad está directamente
relacionada con la educación, pues reflexionar y conocer la verdad son partes fundamentales
de ésta. Es la base del fundamento educativo de la sociedad moderna, según los filósofos
Rousseau, Locke y Dewey.

Para Dewey la filosofía es toda la experiencia de la vida en la cual la persona se debate y


trata de llegar a resultados y conclusiones. La experiencia se le revela a cada uno como algo
dramático que tiene que vencer y resolver, esto lo pone frente a la incertidumbre. Desde el
Pragmatismo el conocimiento es el que lo libera de esos peligros para poder llegar a obtener
dominio y seguridad sobre la realidad.

La acción es un deber dirigido por la filosofía como la sabiduría directiva de la vida e


impulsora de la fe en sí mismo, por medio del lenguaje y de su inserción en el todo social en
donde la democracia educa y democratiza, por eso aboga por un democratismo humanista en
el que la democracia es una forma de vida y un ideal ético, un ideal humano y social que
establece dos criterios de valoración que son a) la igualdad y b) la flexibilidad continua, vista
como adaptación y readecuación de sus instituciones. La base o el fundamento democrático
es la fe en la inteligencia humana, en la experiencia, la colaboración y en la solidaridad. Así
democracia y educación se identifican como la fe en la igualdad y en la posibilidad que tienen
todos de vivir y educarse para contribuir al todo social.

La escuela es un agente social de valores y objetivos, es un laboratorio de democracia, de


igualdad, al borrar las diferencias sociales. Es un taller de democracia, en la que esta, la
democracia es construida permanentemente por un desorden creativo. La democracia
disminuye los efectos de las desigualdades económicas. La idea de educación se concibe
como
una liberación de la capacidad individual en un desarrollo progresivo encaminado a fines
sociales.

Dewey escribió a fines del siglo XIX y principios del XX para la sociedad norteamericana.
¿Qué se puede decir sobre esto en Guatemala más un siglo después? Primero: que la
educación como valor esencial de la democracia es todavía una tarea a cumplir. Por lo tanto,
la democracia es también inconclusa. Segundo: la educación no es para todos unos derechos
dados, no es igualitaria pues grandes cantidades de niños no tienen acceso a una educación
buena. Solo una parte reducida. Tercero: no existe relación entre democracia y educación, ni
entre filosofía, educación y democracia. Pues la educación no es el enfrentamiento con la
incertidumbre, ni reflexión ni es el estudio de la verdad como parte de la democracia
entendida como igualdad y como la base del proyecto social guatemalteco. Y cuarto: haciendo
un balance del avance de la democracia de este país desde la perspectiva de la educación lo
que se está dando es un retroceso histórico que está marcando negativamente al país.

FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN Y CULTURA

Si consideramos que cada cultura se mueve dentro de un marco de conceptos y de prácticas,


entonces el deber de la educación es transmitir a los niños de esa cultura determinada los
conceptos y las prácticas que van a necesitar cuando sean adultos, pero estos conceptos y
estas prácticas no son siempre estáticos y van cambiando, así como lo hacen las sociedades,
por lo que deben adecuarse a los nuevos tiempos.

La educación debe entregar una selección de conceptos y de prácticas que tienen mayor
importancia y trascendencia, y también de aquellas que permitirán a los estudiantes el
desarrollo de sus habilidades, capacidades y destrezas. He ahí la gran importancia que cobra
la selección adecuada del currículum de acuerdo al contexto cultural. Entonces cobra gran
relevancia plantearse las siguientes preguntas: ¿Cómo seleccionar lo más adecuado para
enseñar? ¿Quién debe seleccionar los contenidos curriculares y jerarquizarlos?

Desde hace muchos años, esta selección se viene realizando bajo la mirada de intereses,
tendencias y posiciones ideológicas y pedagógicas que hacen prevalecer su poder. Mucho se
ha coincidido en señalar que el proceso de selección del conocimiento curricular es un acto
político, indicando que la educación está profundamente comprometida en la política cultural.
Que el currículum sea seleccionado de acuerdo a alguna visión de grupo que considera
importante qué se enseñe y qué se aprenda en las aulas, tal vez sea una de las causas de los
actuales resultados en educación, ya que no basta con la inyección de recursos didácticos
para el aula y la incorporación de la tecnología en la misma, acciones que se han realizado
para ir en la mejora de resultados en educación.

En el diseño del currículum, lograr consensos de posiciones, entre los distintos protagonistas
que deciden es un gran logro, ya que todos desean hacer prevalecer sus intereses.
Lamentablemente en esta “negociación” muchas veces no se considera el currículum basado
en el contexto cultural en el que se mueven los estudiantes y las necesidades que se
presentan para desarrollarse en dicho contexto. Más allá de los idearios políticos, para
obtener mejores logros y resultados en los estudiantes, se debe considerar el contexto cultural
de los educandos en el diseño del currículum y en las políticas públicas de nuestro país. De
esta forma, los estudiantes obtendrán las herramientas y los conceptos para que cuando
adultos puedan desempeñarse de mejor forma en la sociedad.

FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN Y JUSTICIA

“Justicia” es el hábito de reconocer y dar a cada quien lo que le corresponde, en derechos y


obligaciones, para que alcance su bien personal y el social (en cuanto a la vida, los bienes
morales, los culturales y los materiales).

La justicia en el ámbito educativo, sería darles educación de calidad a nuestros niños y


jóvenes de todo el país; pero, como observamos, esto no está ocurriendo en varios estados.

La justicia puede ser conmutativa cuando se da entre los individuos; distributiva, cuando
ocurre de la sociedad al individuo (encabezada por la autoridad pública); y legal, cuando es de
los individuos para con la sociedad (en el cumplimiento de nuestras obligaciones).

La virtud de la justicia reside en la voluntad y no en el entendimiento, busca el correcto


ejercicio de la libertad, por lo cual, comúnmente, las personas somos injustas, no porque
desconozcamos lo correcto, sino porque no deseamos hacerlo.

Así ocurre con la falta de voluntad política de nuestras autoridades educativas, como lo
podemos observar en la Reforma Educativa.
Cada ser humano tiene un alma, con sus propios sentimientos y pensamientos; por lo tanto,
no actúa de manera igual a los demás seres. Es por ello que debemos promover en el
proceso educativo: el respeto a los otros, la ayuda a los demás, la participación, la
convivencia en el orden, y el respecto a la intimidad personal.

Se deduce de lo anterior que en nuestras relaciones con los demás, la “justicia no consiste en
dar un trato igualitario, sino de equidad, es decir, de acuerdo a las circunstancias y
responsabilidades de las personas”.

La ley es un instrumento para el alcance de la justicia, no es la justicia; de ahí que, cuando un


gobierno enarbola que está luchando por la justicia y afirma que ha creado nuevas leyes
educativas, por ejemplo, la Ley General del Servicio Profesional Docente, podemos decir que
su labor, si bien va en un sentido correcto, aún no ha alcanzado su fin. Para que se logre la
justicia se debe aplicar la ley.

Los ámbitos de corrupción en nuestro sistema educativo, promovidos o tolerados por la


autoridad pública, aprovechados por individuos o grupos, que en lugar de servir a la sociedad
se sirven a sí mismos, son una causa grave de injusticia, de falta de voluntad política,
generando inequidad, y de daño permanente a las actuales y futuras generaciones de niños y
jóvenes de nuestra patria.

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