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Uso del análisis temático en psicología

Virginia Braun1 y Victoria Clarke2


Traducido por: Liset Acosta.

1
Universidad de Auckland y 2Universitdad del Oeste de Inglaterra
Referencia original: Braun, V., & Clarke, V. (2006). Using thematic analysis in psychology.
Qualitative research in psychology, 3(2), 77-101.

El análisis temático es un método analítico cualitativo mal delimitado, poco conocido y, aun
así, ampliamente utilizado en psicología. En este artículo se plantea que el análisis temático
ofrece un enfoque accesible y teóricamente flexible para el análisis de los datos cualitativos.
Se describe el significado de análisis temático, ubicándolo con respecto a otros métodos
analíticos cualitativos que buscan temas o patrones, y en relación a las diferentes posiciones
epistemológicas y ontológicas. A continuación, se proporciona directrices claras para quienes
esperan comenzar a utilizar el análisis temático, o llevarlo a cabo de una forma más
deliberada y rigurosa, además de considerar los posibles riesgos en la realización de esta.
Finalmente, se describen las desventajas y ventajas del análisis temático, concluyendo al
defender el análisis temático como un método útil y flexible para las investigaciones
cualitativas tanto dentro como fuera de la psicología.
Palabras claves: Epistemología; flexibilidad; patrones; psicología cualitativa; análisis
temático.

El análisis temático es un método analítico cualitativo mal delimitado, poco conocido y, aun
así, ampliamente utilizado (Boyatzis, 1998; Roulston, 2001) tanto dentro como fuera de la
psicología. El objetivo de este artículo es complementar lo que, como investigadores y
profesores en psicología, se ha experimentado como una corriente vacía o la ausencia de un
artículo en el cual se describa adecuadamente la teoría, la aplicación y la evaluación del
análisis temático y en el que se pueda realizar de una manera accesible para los estudiantes
y aquellos que no están familiarizados con la investigación cualitativa.1 Esto quiere decir que
el objetivo del siguiente artículo es que sea útil tanto para la enseñanza como una herramienta
de investigación en psicología cualitativa. Por lo tanto, se plantea la teoría y el método para
el análisis temático, y se aclara las similitudes y diferencias entre los enfoques que comparten
características en común con un enfoque temático.
Los enfoques temáticos son increíblemente diversos, complejos y matizados
(Holloway y Todres, 2003), por ende, el análisis temático debería ser visto como un método
fundamental en el análisis cualitativo. Es el primer método de análisis cualitativo que los
investigadores deberían aprender, ya que proporciona aptitudes básicas que serán útiles al
realizar otras formas de análisis cualitativo. De hecho, Holloway y Todres (2003: 347)
identifican los “significados tematizantes” como una de las pocas aptitudes generales que son
compartidas por el análisis cualitativo.2 A causa de esto, Boyatzis (1998) lo caracteriza, no
como un método específico, sino como una herramienta que se utiliza a través de distintos
métodos. Asimismo, Ryan y Bernard (2000) ubican la codificación temática como un proceso
realizado en las “principales” tradiciones analíticas (como la teoría fundamentada), en lugar
de un enfoque específico con méritos propios. Por lo que sostiene que el análisis temático
debería ser considerado como un método con méritos propios.
Uno de los beneficios del análisis temático es su flexibilidad. Los métodos de análisis
cualitativos se pueden dividir en dos campos. En el primero, se encuentran aquellos
vinculados o que se derivan de una posición teórica o epistemológica particular. Para algunos,
como el análisis de la conversación (CA; eg, Hutchby y Wooffitt, 1998) y el análisis
fenomenológico interpretativo (AFI; eg, Smith y Osborn, 2003), existen (hasta el momento)
una variedad relativamente limitada de cómo aplicar el método dentro de aquel marco.
Básicamente, una fórmula que guía el análisis. Para otros, como la teoría fundamentada
(Glaser, 1992; Strauss y Corbin, 1998), el análisis del discurso (DA; eg, Burman y Parker,
1993; Potter y Wetherell, 1987; Willing, 2003), o el análisis narrativo (Murray, 2003;
Riessman, 1993), hay una variedad de manifestaciones del método en el amplio marco
teórico. En el segundo campo, hay métodos que son esencialmente independientes de la teoría
y la epistemología, las cuales se aplican a través de una variedad de enfoques teóricos y
epistemológicos. A pesar de que a menudo (implícitamente) se enmarca como un método
realista/experimental (Aronson, 1994; Roulston, 2001), el análisis temático se encuentra con
seguridad en el segundo campo, y es compatible tanto con paradigmas existencialistas como
constructivistas de la psicología (se verá más adelante). Por medio de su libertad teórica, el
análisis temático proporciona una herramienta de investigación flexible y útil, el cual
eventualmente puede proporcionar una cantidad de datos abundantes y detallados, aunque
también complejas.
Dadas las ventajas de la flexibilidad en el análisis temático, es importante que quede
claro que no se está intentando limitar esta. Sin embargo, la ausencia de directrices claras y
concisas sobre el análisis temático significa que la crítica del “todo vale” de la investigación
cualitativa (Antaki et al., 2002) puede bien aplicar en algunos casos. En este artículo, se
espera lograr un equilibrio entre una demarcación clara del análisis temático, es decir,
explicar qué es, cómo se hace y asegurando la flexibilidad con respecto a cómo se usa para
que no se vea limitado ni restringido perdiendo una de sus principales ventajas. De hecho,
una clara delimitación en este método será útil para asegurar que aquellos que utilizan el
análisis temático puedan tomar decisiones activas sobre la forma en particular del análisis en
la que estén involucrados. Por ende, este artículo pretende elogiar la flexibilidad del método
y proporcionar un vocabulario y una “fórmula” para que las personas realicen el análisis
temático de una manera teórica y metodológicamente sólida.
Como se dará a conocer, lo importante es que además de aplicar un método a los
datos, los investigadores hagan sus suposiciones (epistemológicas y otros) explícitas
(Holloway and Todres, 2003). Los psicólogos y psicólogas cualitativos deben tener claro qué
es lo que están haciendo, por qué e incluir el “cómo”, en la usualmente omiten en sus reportes
de análisis. (Attride-Stirling, 2001).
En este artículo se describe el significado de análisis temático; una guía de seis frases
para llevarlo a cabo; los posibles riesgos que se deben evitar, lo que hace un buen análisis
temático; y las ventajas y desventajas de este. Durante todo esto, se proporcionan ejemplos
de literatura de la propia investigación y otras, por lo que, al facilitar de ejemplos, se muestran
tipos de preguntas de investigación y los temas en que el análisis temático puede ser utilizado
para estudiar.
Antes de comenzar, es necesario definir algunos términos utilizados en el siguiente
artículo. El corpus de datos son todos los datos recopilados para un proyecto de investigación
en particular, mientras que el conjunto de datos se refiere a todos los datos del corpus que se
utilizan para un análisis en particular. Existen dos formas principales para elegir el conjunto
de datos (el enfoque que elijas depende si estás llegando a los datos con una pregunta
específica o no, vea a continuación “Un número de decisiones”). En primer lugar, el conjunto
de datos puede consistir en muchos o todos los elementos de los datos individuales del corpus
de datos. Por ejemplo, en un proyecto sobre la cirugía estética genital femenina, el corpus de
datos de Virginia consiste en entrevistas a cirujanos, medios que hablen sobre el tema y sitios
web de cirujanos. Para cualquier análisis en particular, su conjunto de datos podría ser sólo
las entrevistas del cirujano, los sitios web (Braun, 2005b) o combinar los datos del cirujano
con algunos datos de los medios (eg. Braun, 2005a). En segundo lugar, el conjunto de datos
puede identificarse por un interés analítico en particular en algún tema de los datos y luego,
el conjunto de datos se convierte en todos los casos del corpus donde hace referencia al tema.
En el caso de Virginia, si estuviese interesada en cómo se abordaba “el placer sexual”, su
conjunto de datos consistiría en todos los casos de todo el corpus de datos que tenían alguna
importancia en el placer sexual. Estos dos enfoques a veces se pueden combinar para elaborar
el conjunto de datos. El elemento de datos se utiliza para hacer mención de cada parte
individual de los datos recopilados, los cuales juntos conforman el conjunto de datos o el
corpus. Un elemento de datos en este caso podría ser una entrevista a un cirujano (individual),
un documental televisivo o un sitio web en particular. Por último, la recogida de datos se
refiere a un fragmento de datos codificados individualmente, el cual se identifica en, y se
recoge desde un elemento de datos. Habrá muchos de estos, tomados de todo el conjunto de
datos y sólo una selección de estas recogidas se incluirán en el análisis final.

¿Qué es análisis temático?


El análisis temático es un método que permite identificar, analizar e informar patrones
(temas) de los datos. Organiza de forma mínima y describe los conjuntos de datos en detalle
(enriquecidos). Aunque, ocurre con frecuencia si se va más allá de esto y se interpretan varios
aspectos de los temas de investigación (Boyatzis, 1998). La variedad de los diferentes
análisis temáticos posibles hará que resalte aún más con respecto a una serie de decisiones
que lo consideran como un método (ver a continuación).
El análisis temático es ampliamente usado, pero no hay un acuerdo claro sobre qué es
o cómo se utiliza (ver Attride-Stirling, 2001; Boyatzis, 1998; Tuckett, 2005, para otros
ejemplos). Puede verse como un método de “marca” de baja calidad, ya que no parece ser un
análisis “popular” como otros métodos (por ejemplo, el análisis narrativo, la teoría
fundamentada). En este sentido, no se afirma de forma explícita como método de análisis,
cuando efectivamente muchos análisis son esencialmente temáticos, aunque también se
plantea como algo más (como DA, o incluso análisis de contenido [eg. Meehan et al., 2000])
o no se identifica como un método particular, por ejemplo, los datos fueron “sometidos a un
análisis cualitativo para temas comúnmente recurrente” (Braun y Wilkinson, 2003:30). Si no
se sabe cómo las personas procedieron a analizar sus datos o qué suposiciones informaron en
sus análisis, es difícil evaluar aquella investigación y compararla y/o sintetizarla con otros
estudios sobre ese tema, y, por ende, puede impedir que otros investigadores lleven a cabo
proyectos relacionados en el futuro (Attride-Stirling, 2001). Únicamente por estos motivos,
la claridad en el proceso y la práctica del método es fundamental. Se espera que este artículo
lleve a una mayor claridad en torno al análisis temático.
Con respecto a esto, a menudo no se entregan detalles suficientes para informar el proceso y
el detalle del análisis (Attride-Stirling, 2001). No es extraño leer temas “emergentes” a partir
de los datos (aunque este problema no es se limita al análisis temático). Por ejemplo, en el
análisis del discurso temático de Singer y Hunter (1996:67) sobre las experiencias de las
mujeres que padecen de menopausia precoz, identificaron “varios temas que fueron
surgiendo” durante el análisis. Rubin y Rubin (1995:226) afirman que el análisis es
emocionante porque “tú descubres temas y conceptos incorporados a lo largo de tus
entrevistas”. Una serie de temas “emergentes” o al ser “descubiertas” es una cantidad pasiva
del proceso de análisis, por lo que también niega el rol activo del investigador que siempre
desempeña en la identificación de patrones o temas, en la selección de cuáles son de interés
y en informar a los lectores (Taylor and Ussher, 2001)4. El lenguaje de los “temas
emergentes”:
puede ser malinterpretado al referirse a que los temas “residen” en los datos y si al precisar lo
suficiente, “emergerán” como Venus en la concha.1 Si los temas “residen” en cualquier parte, residen
en la cabeza de cada uno, desde la forma de pensar acerca de los datos y la creación de enlaces a
medida que se va entendiendo (Ely et al.., 1997: 205-6).

• Venus en la concha. Novela de ciencia ficción del escritor Phillip José Farmer.

Aquí, es importante reconocer las posiciones teóricas y los valores propios en relación
con la investigación cualitativa. No se pretende estar de acuerdo con una visión ingenua
realista de la investigación cualitativa, en la que el investigador simplemente “oyen” (ver
Fine, 2002) a sus participantes. Según Fine (2002), incluso un enfoque de “oír” “implica
moldear piezas de la evidencia narrativa que se seleccionan, se editan y se forman para
delimitar los propios argumentos”. Sin embargo, no se cree que exista un marco teórico o un
método ideal para realizar la investigación cualitativa. Lo que es importante es que el marco
teórico y los métodos coincidan en lo que el investigador quiere saber, que reconozcan estas
decisiones y como decisiones.
El análisis temático difiere de otros métodos analíticos que buscan describir patrones
a través de los datos cualitativos, como el análisis del discurso “temático”, el análisis de
descomposición temática, Análisis fenomenológico interpretativo (AFI) y la teoría
fundamentada.5 Tanto el AFI como la teoría fundada buscan patrones en los datos, aunque
están teóricamente delimitados. El AFI se adhiere a una epistemología fenomenológica
(Smith et al., 1999; Smith y Osborn, 2003) que entrega primacía a la experiencia (Holloway
y Todres, 2003) y trata de comprender la experiencia cotidiana de la realidad de las personas,
con gran detalle, para obtener una comprensión del fenómeno en cuestión (McLeod, 2001).
Para complicar las cosas, la teoría fundamenta viene en diferentes versiones (Charmaz,
2002). Independientemente, el objetivo de un análisis de la teoría fundamentada es generar
una teoría plausible, y útil, de los fenómenos que se basan en los datos (McLeod, 2001). Sin
embargo, desde la experiencia, la teoría fundamentada parece ser utilizada de una manera
cada vez más “ligera”, como un conjunto de procedimientos para la codificación de datos
muy similares al análisis temático. Como los análisis no parecen estar totalmente de acuerdo
con los compromisos teóricos de una teoría fundamentada “completa”, la cual requiere que
el análisis se dirija hacia el desarrollo de la teoría. (Holloway and Todres, 2003). Por ende,
se plantea que un análisis temático “nombrado y solicitado” significa que los investigadores
no necesitan estar de acuerdo con los compromisos teóricos implícitos de la teoría
fundamentada si no desean realizar un análisis completamente elaborado.
El término “análisis del discurso (DA) temático” se utiliza para referirse a una amplia
variedad de tipos de patrones en el análisis de datos, que van desde el análisis temático de
una epistemología construccionista social (es decir, cuando los patrones se identifican como
socialmente elaborados, pero no se realiza un análisis discursivo) a las formas de análisis
muy similar a la forma de repertorio interpretativo del análisis del discurso (Clarke, 2005).
El análisis de descomposición temática (eg, Stenner, 1993; Ussher y Mooney-Somers, 2000)
es una forma específicamente nombrada del análisis del discurso “temático”, el cual
identifica patrones (temas, historias) de los datos y teoriza el lenguaje como constitutivo del
significado y el significado como social.
Estos diferentes métodos comparten una búsqueda de ciertos temas o patrones en un
conjunto de datos (completo), en vez de un elemento de datos como una entrevista individual
o entrevistas a una persona, las formas de análisis biográfico o estudio de casos, como el
análisis narrativo (e.g, Murray, 2003; Riessman, 1993). En este sentido, se superponen más
o menos con el análisis temático. Como éste no requiere de conocimiento detallado teórico y
tecnológico de los enfoques, como la teoría fundada y el análisis del discurso, puede ofrecer
una forma más accesible de análisis, en particular para aquellos que se encuentran en una
carrera de investigación cualitativa.
En contraste con el AFI o la teoría fundamentada (y otros métodos como el análisis
narrativo del análisis discursivo o el análisis de la conversación CA), el análisis temático no
está vinculado a ningún marco teórico preexistente, y, por lo tanto, puede usarse en diferentes
marcos teóricos (aunque no en todos), y se acostumbra a utilizarse en diferentes asuntos en
estos. El análisis temático puede ser un método esencialista o realista que informa las
experiencias, los significados y la realidad de los participantes, o un método construccionista,
el cual examina las formas en que los eventos, las realidades, los significados, las
experiencias, etc., son los efectos de la variedad de discursos que se llevan a cabo en la
sociedad. También puede ser un método “contextualista”, que se sitúa entre dos polos del
esencialismo y construccionismo, y se caracteriza por teorías como el realismo crítico (eg,
Willig, 1999), el cual reconoce las formas en que los individuos dan sentido a sus
experiencias y las formas en que el contexto social más amplio afecta en aquellos
significados, al mismo tiempo que se mantiene el enfoque en lo material y otros límites de la
“realidad”. Por lo tanto, el análisis temático es un método que funciona tanto para reflejar la
realidad como para descifrar o desentrañar la superficie de la “realidad”. Sin embargo, es
importante que se aclare la posición teórica de un análisis temático, ya que con frecuencia no
toca el tema (y por lo general, se trata de una cantidad realista). Cualquier marco teórico
conlleva a una serie de supuestos sobre la naturaleza de los datos, lo que se representan en
términos del “mundo”, la “realidad”, etc. Un buen análisis temático lo hará transparente.

Una serie de decisiones


El análisis temático involucra una serie de elecciones que a menudo no se hacen
explícitas (o por lo general, no se discuten en la sección de métodos de los artículos), pero
que deben ser consideradas y discutidas de manera explícita. En la práctica, estas preguntas
deberían ser consideradas antes del comienzo del análisis (y algunas veces en la recolección)
de los datos, es necesario que exista un diálogo reflexivo en curso por parte del investigador
o de los investigadores con respecto a estos problemas, en el proceso del análisis. La sección
de métodos de la DA temática de S&M de Taylor y Ussher (2001) provee de un buen ejemplo
de investigación que presenta este proceso de manera explícita; lo que no hace la sección de
métodos de Braun y Wilkinson (2003).
¿Qué se considera como un tema?
Un tema capta un asunto importante sobre los datos en relación con la pregunta de
investigación, y representa algún nivel de respuesta o significado del conjunto de datos. Una
pregunta importante que debe abordarse en término de codificación es: ¿qué se considera
como un patrón/tema? o ¿cuál es “tamaño” de un tema? Esta es una pregunta fundamental,
tanto en temas de espacio de cada elemento de datos como la frecuencia de todo el conjunto
de datos. Lo ideal es que haya una serie de casos del tema en el conjunto de datos, pero que
haya más casos no significa necesariamente que el tema en sí sea decisivo. Como este es un
análisis cualitativo, no hay una respuesta rápida y certera a la pregunta de cuál es la
proporción que debe tener el conjunto de datos necesarios para mostrar evidencia y así se le
considere un tema. No es el caso que, si estuviese presente en el 50% de los elementos de
datos de uno sería un tema, pero si estuviera presente sólo en el 47%, entonces no sería un
tema. Tampoco es el caso que un tema sea sólo algo a lo que muchos elementos de datos
prestan atención, en vez de una oración o dos. Un tema podría tener un espacio considerable
en algunos elementos de datos y, en otros pocos o nada o podría aparecer relativamente poco
en el conjunto de datos. Por lo tanto, el juicio del investigador es necesario para determinar
qué es un tema. La guía inicial en torno a esto es que se debe conservar cierta flexibilidad,
ya que las reglas rígidas no funcionan realmente. (La pregunta de la frecuencia se revisa en
relación a los temas y subtemas, ya que el perfeccionamiento del análisis [ver a más adelante]
a menudo resultará en temas generales y subtemas de estas).
Además, “la clave” del tema no depende necesariamente de medidas cuantificables,
sino más bien si capta algo importante en la relación con la pregunta de investigación general.
Por ejemplo, la investigación de Victoria sobre las representaciones de padres de lesbianas y
homosexuales en 26 programas de entrevistas (Clarke and Kitzinger, 2004), identificó seis
temas “claves”. Estos temas identificados no fueron necesariamente los temas más frecuentes
del conjunto de datos, aparecieron entre dos y 22 de los 26 programas de entrevistas, pero
juntos capturaron un elemento importante de la forma en que las lesbianas y los
homosexuales “normalizan” a sus familias en los debates de los programas de entrevistas. En
este caso, su análisis temático fue motivado por esta pregunta analítica en particular. La
forma en cómo se “midió” la frecuencia es importante, ya que se puede determinar de
diferentes maneras. La frecuencia se contabilizó al nivel del elemento de datos (es decir,
¿apareció un tema en cada programa de entrevistas individual?). Como alternativa, se podría
haber contado en términos de la cantidad de los diferentes expositores quienes formularon el
tema, en todo o cada aparición individual del tema en todo el conjunto de datos (que plantea
preguntas complejas sobre dónde comienza y finaliza un “caso” de una secuencia extendida
de la conversación, consulte a Riessman, 1993). Debido a que la frecuencia no fue
fundamental en el análisis presentado, Victoria escogió la forma más directa, aunque es
importante tener en cuenta que no existe un método correcto o erróneo para determinar la
frecuencia. Parte de la flexibilidad del análisis temático es que permite determinar los temas
(y la frecuencia) de varias formas. Lo que es importante es que sea coherente en la forma en
que se realiza esto dentro de cualquier análisis en particular.
Existen varias “consensos” para representar la frecuencia en el análisis temático (y
otro análisis cualitativo) que no proporciona una medida cuantificada (a diferencia del
análisis de contenido, Wilkinson, 2000), por ejemplo: “la mayoría de los participantes”
(Meehan et al., 2000: 372, “muchos participantes” (Taylor and Ussher, 2001: 298), o “una
serie de participantes” (Braun et al., 2003: 249). Tales descriptores funcionan de forma
retórica al sugerir que realmente existía un tema en los datos y para convencer al investigador
de que están informando fielmente sobre los datos. Sin embargo ¿dicen mucho? Este es
quizás un área donde se debe debatir más sobre cómo y por qué podría representar la
frecuencia de los temas en los datos, y si es así, por qué es importante la frecuencia.
Una rica descripción del conjunto de datos o una cantidad detallada de un aspecto
en particular.
Es importante determinar el tipo de análisis y los reclamos que se quieren hacer en
relación con el conjunto de datos. Por ejemplo, es posible que se quiera proporcionar una rica
descripción temática de todo el conjunto de datos, de modo que el lector tenga una idea de
los temas predominantes y relevantes. En este caso, los temas que se identifiquen, codifiquen
y analicen deberán ser un reflejo preciso del contenido de todo el conjunto de datos. En dicho
análisis, se pierde necesariamente algo de profundidad y complejidad (especialmente si se
está escribiendo una breve tesis o un artículo con un límite estricto de palabras, pero con una
descripción rica en general que se mantiene. Este podría ser un método particularmente útil
cuando se está investigando un área de poco abarcada, o se está trabajando con participantes
cuyos puntos de vista sobre el tema no se conoce. Un uso alternativo del análisis temático es
proporcionar de una descripción más detallada y matizada de un tema en particular, o grupo
de temas del conjunto de datos. Esto podría relacionarse con una pregunta específica o del
área de interés de los datos (un enfoque temático, del que se verá más adelante), o un tema
en particular “latente” (ver más adelante) en todo o la mayoría del conjunto de datos. Un
ejemplo de esto sería el programa de entrevistas de Victoria, discutido anteriormente (Clarke
and Kitzinger, 2004), en el cual se observó la normalización en los relatos de los padres de
lesbianas y homosexuales.
Análisis temático inductivo versus teórico
Los temas o patrones de los datos se pueden identificar de una de las dos formas principales
en el análisis temático: inductiva o “bottom up” (de lo particular a lo general) (eg, Frith and
Gleeson, 2004), o deductiva o “top down” (de lo general a lo particular) (eg, Boyatzis, 1998;
Hayes, 1997). Un enfoque inductivo significa que los temas identificados están vinculados
fuertemente a los datos en sí (Patton, 1990) (como tal, esta forma de análisis temático tiene
cierta similitud con la teoría fundamentada). En este enfoque, si los datos se han recopilado
específicamente para la investigación (por ejemplo, a través de una entrevista o grupo focal),
los temas que se identificaron pueden tener poca relación con las preguntas específicas que
se realizaron a los participantes. Tampoco serían motivados por el interés teórico del
investigador en el área o el tema. Por lo tanto, el análisis inductivo es un proceso de
codificación de los datos sin intentar ajustarlos en un marco de codificación preexistente o
en las ideas preconcebidas analíticas del investigador. En este sentido, esta forma de análisis
temático está basada en los datos. Sin embargo, es importante señalar, como se ha planteado
anteriormente que los investigadores no pueden liberarse de sus compromisos teóricos ni
epistemológicos, ya que los datos no están codificados en un vacío epistemológico.
En contraste, un análisis temático “teórico” tiende a basarse en el interés analítico o
teórico del investigador en el área, y, por lo tanto, está explícitamente más determinado por
el analista. Esta forma de análisis temático tiende a proporcionar una descripción menos
enriquecedora de los datos en general, y más de un análisis detallado de algún aspecto de los
datos. Además de la elección entre las aplicación inductiva y teórica sobre cómo y por qué
se está codificado los datos. Se puede codificar una pregunta de investigación bastante
específica (que se ajuste al enfoque más teórico) o la pregunta de investigación específica
puede desarrollarse a través del proceso de codificación (que se ajuste al enfoque inductivo).
Por ejemplo, si un investigador estaba interesado en hablar sobre los heterosexuales,
y recopiló los datos de la entrevista mediante un enfoque inductivo en el que leerían y
releerían los datos de cualquier tema relacionado a la heterosexualidad y codificarlo de
diversas maneras, sin prestar atención a los temas que podría haber identificado en las
investigaciones anteriores. Por ejemplo, el investigador no buscaría en la influyente
investigación de Hollway (1989) identificando discursos sobre la heterosexualidad, y
codificando sólo el deseo sexual masculino, tener/mantener, o temas permisivos del discurso.
Por el contrario, con un enfoque teórico, el investigador podría estar interesado en la forma
en que se lleva a cabo la permisividad mediante los datos, y centrarse en aquella característica
en particular de la codificación de los datos. Esto derivaría a un número de temas
relacionados con la permisividad, que incluyen hablar o ampliar algo que se aproxime al tema
original de Hollway.
Temas semánticos o latentes
Otra decisión gira en torno al “nivel” en que se deben identificar los temas: a nivel semántico
o explícito, a nivel latente o interpretativo (Boyatzis, 1998).6 Un análisis temático
generalmente se enfoca exclusiva o principalmente en un nivel. Con un enfoque semántico,
los temas se identifican dentro de los significados explícitos o superficiales de los datos, y el
analista no está buscando nada más de la información proporcionada por el participante de
forma oral o escrita. Idealmente, el proceso analítico implica un progreso de la descripción,
donde los datos simplemente se organizan para mostrar patrones en el contenido semántico,
resumiéndolos para la interpretación, donde hay un intento de teorizar la importancia de los
patrones y sus significados e implicancias más amplias (Patton, 1990), a menudo en relación
con la literatura anterior (para un ejemplo excelente de esto, vea Frith y Gleeson, 2004).
Por el contrario, un análisis temático a nivel latente va más allá del contenido
semántico de los datos, y empieza a identificar o examinar las ideas subyacentes,
suposiciones y conceptualizaciones, e ideologías, que se teorizan en cuanto a conformar o
informar el contenido semántico de los datos. Al imaginar los datos en forma tridimensional
como una mancha de mermelada, el enfoque semántico buscará describir la superficie de la
mermelada, su forma y significado, mientras que el enfoque latente buscará identificar las
características que le dieron esa particular forma y significado. Por lo tanto, para el análisis
temático latente, el desarrollo de los temas en sí implica un trabajo interpretativo y el análisis
que se elabora no es sólo una descripción, sino que ya se teoriza.
El análisis dentro de esta última tradición tiende a provenir de un paradigma
construccionista (por ejemplo, Burr, 1995), y en esta forma, el análisis temático se superpone
con algunas formas del “DA” (que a veces se refiere específicamente como “DA temático”
[por ejemplo, Singer and Hunter, 1999; Taylor and Ussher, 2001]) donde los supuestos,
estructuras y/o significados más amplios se teorizan como sustentos de lo que en realidad se
expresan en los datos. Cada vez más, varios analistas del discurso también están revisando
los modos psicoanalíticos de la interpretación (eg. Hollway and Jefferson, 2000) y el análisis
temático latente también sería compatible con ese marco.
Epistemología: análisis temático esencialista/ realista versus construccionista
Como se ha mencionado, el análisis temático se puede realizar tanto en paradigmas
realistas/esencialistas como en paradigmas construccionistas, aunque el resultado y el énfasis
serán diferentes para cada uno. La cuestión de la epistemología generalmente se determina
cuando se conceptualiza un proyecto de investigación. Aunque la epistemología también se
puede volver a mejorar durante el análisis, si el énfasis de la investigación cambia de un
interés en diferentes aspectos de los datos. La investigación epistemológica lleva a lo que se
puede decir sobre los datos e informa cómo se teoriza el significado. Por ejemplo, con un
enfoque esencialista/realista, se puede teorizar las motivaciones, la experiencia y el
significado de una manera fácil porque se asume una relación simple, gran medida
unidireccional entre el significado y la experiencia y el lenguaje (este último refleja y permite
expresar el significado y la experiencia) (Potter and Wetherell, 1987; Widdicombe y
Wooffitt, 1995).
Por el contrario, desde una perspectiva construccionista, el significado y la
experiencia se producen y reproducen de manera social, en vez de ser inherentes a los
individuos (Burr, 1995). Por lo tanto, el análisis temático realizado dentro de un marco
construccionista no puede y no busca enfocarse en la motivación o las psicologías
individuales, sino que busca teorizar el contexto sociocultural y las condiciones estructurales
que permiten las cantidades individuales que son provistas. El análisis temático que se centra
en los temas “latentes” tiende a ser construccionista, y también tiende a empezar a
superponerse con el DA temático en este punto. Sin embargo, no todos los análisis temáticos
“latentes” son construccionistas.

Las series de preguntas de la investigación cualitativa


Vale la pena señalar brevemente que la investigación cualitativa involucra una serie de
preguntas, aclarando las relaciones entre estas diferentes preguntas. En primer lugar, existe
una pregunta de investigación general o preguntas que conducen al proyecto. Una pregunta
de investigación puede ser muy amplia (y exploratoria), por ejemplo, ¿cómo se construye la
paternidad entre lesbianas y homosexuales? O ¿cuáles son los significados de la vagina? Las
preguntas de investigación más restringidas pueden ser ¿Cómo y por qué se normaliza la
paternidad de lesbianas y homosexuales? (Clarke y Kitzinger, 2004), o ¿cuáles son los
discursos sobre el tamaño de la vagina? (Ver Braun y Kitzinger, 2001). Estas preguntas
restringidas pueden ser parte de una pregunta de investigación más amplia, y si es así, los
análisis que informan darían también respuestas a la pregunta de investigación general.
Aunque todos los proyectos se guían por las preguntas de investigación, estas también pueden
perfeccionarse a medida que el proyecto avanza.
En segundo lugar, si se han recopilado los datos de las entrevistas y grupos focales,
están las preguntas que los participantes respondieron. Finalmente, están las preguntas que
guían la codificación y el análisis de los datos. No hay una relación necesaria entre estas tres,
de hecho, a menudo es conveniente que exista una disyuntiva entre estas. Algunos de los
peores ejemplos del análisis temático que se han leído, los cuales simplemente han utilizado
las preguntas realizadas a los participantes como “los temas” identificados en el análisis,
aunque en tales casos, ¡No se ha hecho ningún análisis!
En resumen, el análisis temático comprende la búsqueda a través de un conjunto de
datos, ya sea una serie de entrevistas o grupos focales, o una variedad de textos para encontrar
patrones repetitivos de significados. La forma exacta y el producto del análisis temático
varían, como se indicó anteriormente, por ende, es importante que las preguntas descritas
anteriormente se consideren antes y durante del análisis temático. Aquellos enfoques que
consideran aspectos específicos, temas latentes y son construccionistas tienden a agruparse,
mientras que aquellos que consideran los significados de todo el conjunto de datos, los temas
semánticos y los que son realistas, se agrupan. Sin embargo, no existe una norma con respecto
a esto, por lo que las combinaciones son posibles. Lo importante es que el producto terminado
tenga una cantidad, no necesariamente detallada de lo que se hizo y por qué. Entonces, ¿qué
es lo que realmente se hace? Se proporciona lo que es, o lo que se espera, una guía sencilla
paso a paso para realizar el análisis temático.

Cómo realizar un análisis temático: un procedimiento paso a paso.


Algunas de las frases del análisis temático son similares a las frases de otra investigación
cualitativa, por lo que estas etapas no son necesariamente todas únicas del análisis temático.
El proceso comienza cuando el analista comienza a notar y buscar patrones de significados
y problemas de importante interés en los datos, esto puede ocurrir en la recolección de datos.
El último punto es el informe del contenido y el significado de los patrones (temas) en los
datos, donde los “temas” son construcciones abstractas (y a menudo son difusos) que los
investigadores identifican [sic] antes, durante y el después del análisis (Ryan and Bernard,
2000: 780). El análisis implica un constante movimiento de retroceso y avance entre todo el
conjunto de datos, en cuanto a los fragmentos codificados de los datos que se está analizando
y el análisis de los datos que se está elaborando. La escritura es una parte integral del análisis,
no es algo que se deje al final, como lo es el análisis estadístico. Por lo tanto, la escritura debe
comenzar en la primera fase, anotando las ideas y los posibles esquemas de codificación, y
continuar durante todo el proceso de codificación/análisis.
Existen distintas posiciones con respecto a cuándo se debe comprometer con la
literatura relevante para aquel análisis, algunos argumentos sostienen que la previa lectura
puede restringir el campo analítico de visión, lo que lleva a centrarse en algunos aspectos de
los datos a costa de otros eventuales aspectos cruciales. Otros argumentan que el compromiso
con la literatura puede mejorar el análisis al sensibilizarlo a características más sutiles de los
datos (Tuckett, 2005). Por lo tanto, no hay una manera correcta de proceder con la lectura
para el análisis temático, aunque un enfoque más inductivo mejoraría al no comprometerse
con la literatura en las primeras etapas del análisis, por el contrario, un enfoque teórico
requiere un compromiso con la previa literatura para el análisis.
Se presenta una guía mediante las seis fases de análisis, en la cual se entregan
ejemplos para demostrar el proceso.7 Las diferentes fases se resumen en la tabla 1. Es
importante reconocer que las pautas del análisis cualitativo son exactamente esto, no son
reglas y siguen los preceptos básicos, por lo que deberá aplicarse con flexibilidad para ajustar
las preguntas de investigación y los datos (Patton, 1990). Además, el análisis no es un proceso
lineal de simplemente pasar de una fase a otra. En lugar de eso, es más un proceso recursivo,
donde va y viene según sea necesario, a lo largo de las fases. Es también un proceso que se
desarrolla con el tiempo (Ely et al., 1997), por lo que no se debe apresurar.
Tabla 1 Fases del análisis temático
Fase Descripción de los procesos
1. Familiarizarse con Transcribir los datos (si es necesario), leer y releer los
los datos: datos, anotando las ideas iniciales.
2. Generar los códigos Codificar las características interesantes de los datos de
iniciales: manera sistemática en todo el conjunto de datos,
recopilando los datos relevantes para cada código.
3. Buscar los temas: Recopilar los códigos de posibles temas, reuniendo todos
los datos relevantes para cada posible tema.
4. Revisar los temas: Comprobar si los temas funcionan en relación con los
fragmentos codificados (nivel 1) y todo el conjunto de
datos (nivel 2), generando un “mapa” temático del análisis.
5. Definir y nombrar En el análisis en curso se perfeccionan los detalles de cada
los temas: tema y la historia en general que cuenta el análisis,
generando definiciones y nombres claros para cada tema.
6. Elaborar el informe: Es la última oportunidad para el análisis. Selección de
extractos vívidos y convincentes, análisis final de
fragmentos seleccionados, relacionando la parte posterior
del análisis con la pregunta de investigación y la literatura,
elaborando un informe académico del análisis.
Fase 1: Familiarizarse con los datos
Cuando se involucra en el análisis, es probable que el mismo investigador recopile los datos
o que se lo hayan entregado. Si se recopila por medios interactivos, se llegará al análisis con
conocimiento previo de los datos y posiblemente con algunos intereses o pensamientos
analíticos iniciales. De todas formas, es importante que se ahonde en los datos en la medida
que se esté familiarizado con la profundidad y amplitud del contenido. La profundidad
generalmente implica “la lectura repetida” de los datos y de una forma activa, la búsqueda
de significados, patrones, etc. Es ideal leer todo el conjunto de datos al menos una vez antes
de comenzar la codificación, ya que las ideas y la identificación de posibles patrones se
formarán a medida que se vaya leyendo.
Ya sea que el objetivo sea un análisis detallado o completo, que se esté buscando
temas latentes o semánticos, o que esté basando en lo teórico o en los datos, estos informarán
como proceder en la lectura. De todas maneras, es importante estar familiarizado con todos
los aspectos de los datos. En esta fase, una de las razones por las que la investigación
cualitativa tiende a utilizar muestras mucho más pequeñas, por ejemplo, como se hará
evidente en la investigación por cuestionarios, en que la lectura y relectura de los datos lleva
mucho tiempo. Por lo tanto, es tentador saltarse esta fase o ser selectivo. Es así como se
recomienda de forma encarecida que no se haga esto, ya que esta fase es la base del resto del
análisis.
Es una buena idea que en esta fase se comience a tomar notas o marcar las ideas para
la codificación a las que luego se volverá en las fases posteriores. Una vez que se haya
realizado esto, se puede comenzar el proceso de codificación más formal. Básicamente, la
codificación continúa desarrollándose a lo largo de todo el análisis.
Transcripción de los datos verbales
Si se está trabajando con datos verbales, como entrevistas, programas de televisión o
discursos políticos, los datos deberán transcribirse en forma escrita para realizar un análisis
temático. El proceso de transcripción, aunque puede parecer lento, frustrante, y a veces
aburrido, puede ser una excelente manera de empezar a familiarizarse con los datos
(Riessman, 1993). De hecho, algunos investigadores argumentan incluso que debe ser
considerado como “una fase clave del análisis de datos en la metodología cualitativa
interpretativa” (Bird, 2005: 227) y reconocida como un acto interpretativo donde se crean
los significados, en vez de que sea simplemente un acto mecánico de escribir sonidos en un
papel (Lapadat y Lindsay, 1999).
Existen varios consensos para transformar los textos hablados en escritos (see
Edwards and Lampert, 1993; Lapadat y Lindsay, 1999). Se han desarrollado algunos sistemas
de transcripción para formas específicas de análisis, como el sistema “Jefferson” para CA
(ver Atkinson y Heritage, 1984; Hutchby y Wooffitt, 1998). Sin embargo, el análisis
temático, incluso el análisis temático construccionista, no requiere el mismo nivel de detalle
en la transcripción como en la conversación, el discurso o incluso el análisis narrativo. Como
no hay una forma única de realizar un análisis temático, no hay un conjunto de pautas a seguir
cuando se elabora una transcripción. Aunque como mínimo se requiere una transcripción
“ortográfica” rigurosa y minuciosa, un informe “textual” de todas las expresiones verbales
(y algunas veces no verbal, por ejemplo, la tos)8. Lo importante es que la transcripción
retenga la información necesaria, del informe verbal, y de una manera que sea “fiel” a su
naturaleza original (por ejemplo, una puntación agregada puede alterar el significado de los
datos, por ejemplo, “Lo odio ¿sabes?, lo odio” versus “Lo odio. Ya sabes que sí” [‘I hate it,
you know. I do’ versus ‘I hate it. You know I do’], Poland, 2002: 632) y que la elaboración
de la transcripción sea prácticamente ajustada para el propósito del análisis (Edwards, 1993).
Como se ha observado, el tiempo dedicado a la transcripción no es una pérdida de
tiempo, ya que informa las primeras etapas del análisis, y se desarrollará una comprensión
mucho más completa de los datos al haberlo transcrito. Asimismo, la atención necesaria para
transcribir los datos puede facilitar la lectura detallada y las habilidades interpretativas
necesarias para el análisis de los datos (Lapadat and Lindsay, 1999). Si los datos ya han sido
o serán transcritos por el investigador, es importante que se dedique más tiempo
familiarizándose con los datos y también verificando las transcripciones con las grabaciones
originales para comprobar la “exactitud” (como siempre debe hacerse).
Fase 2: Generar los códigos iniciales
La fase 2 comienza cuando se ha leído y familiarizado con los datos, y se ha generado una
lista inicial de ideas sobre lo que hay y lo interesante sobre los datos. Esta fase implica la
elaboración de los códigos iniciales de los datos. Los códigos identifican una característica
de los datos (contenido semántico o latente) que parece interesante al analista y se refiere al
“segmento o elemento más básico de los datos brutos o información que se pueden evaluar
de manera significativa con respecto al fenómeno” (Boyatzis, 1998: 63). En la figura 1 se
muestra un ejemplo de los códigos aplicados a un segmento corto de los datos. El proceso de
codificación es parte del análisis (Miles and Huberman, 1994), ya que se está organizando
los datos en los grupos significativos (Tuckett, 2005). Sin embargo, los datos codificados
difieren de las unidades de análisis (los temas), los cuales (a menudo) son más amplios. Los
temas que se empiezan a desarrollar en la próxima fase son, donde se realiza el análisis
interpretativo de los datos y los argumentos del fenómeno que se examina (Boyatzis, 1998).
Recogida de los datos Codificados
Es demasiado estresante, quiero decir, 1. Hablarlo con un compañero
cuánto papeleo tienes que firmar para 2. Demasiada molestia para cambiar el
cambiar tu nombre a “Flippin”, no, quiero nombre.
decir no, yo no, no pensamos sobre esto
((inaudible)) a medias y pensamos que no,
no, yo sólo- No me puede molestar, es
demasiado estresante. (Kate F07a)

Figura 1 Recogida de los datos, con códigos aplicados (de Clarke et al ., 2006)
La codificación dependerá, en cierta medida, si los temas son guiados más “por los
datos” o “por la teoría”. En el primero, los temas dependerán de los datos, pero en el segundo,
podría enfocarse en los datos con preguntas específicas en mente que se desea codificar.
También dependerá de si el objetivo es codificar el contenido de todo el conjunto de datos o
si se está codificando para identificar características particulares (y posiblemente
delimitadas) del conjunto de datos. La codificación se puede realizar de forma manual o
mediante un programa de software (ver, eg, Kelle, 2004; Seale, 2000, para conocer los
programas de software).
Trabajar de forma sistemática en todo el conjunto de datos, prestando atención
completa e igual para cada elemento de los datos e identificando aspectos interesantes de los
elementos que pueden formar la base de los patrones repetidos (temas) del conjunto de datos.
Hay varias formas de codificar realmente los extractos. Si se realiza de forma manual, se
puede codificar los datos escribiendo notas en los textos que se está analizando, usando
marcadores o lápices de colores para indicar los posibles patrones o usando notas “post-it”
para identificar los segmentos de datos. Se puede identificar inicialmente los datos y luego
se hace coincidir con los fragmentos que demuestran ese código, pero en esta fase es
importante asegurarse que todos los fragmentos de los datos sean codificados y luego se
recopilen dentro de cada código. Esto implica copiar los segmentos de los datos de las
transcripciones individuales o fotocopiar los fragmentos de los datos impresos y recopilar
cada código en archivos del computador por separado o usar fichas. Si se utiliza un programa
software, se codifica etiquetando y nombrando las selecciones de los textos dentro de cada
elemento de los datos.
El consejo clave para esta fase es: (a) codificar para tantos probables temas/patrones
como sea posible (si hay tiempo), nunca se sabe qué puede servir más adelante; (b) los
fragmentos codificados de los datos de forma inclusiva, es decir, mantener un poco de los
datos adyacentes si son relevantes, una crítica común de la codificación es que el contexto se
pierde (Bryman, 2001); y (c) recordar que se puede codificar fragmentos individuales en
tantos “temas” diferentes como se ajusten, por lo que un fragmento puede ser codificado una
vez o muchas veces, según sea relevante. Tener en cuenta que ningún conjunto de datos está
libre de contradicción, un “esquema” temático satisfactorio que eventualmente se elaborará,
una conceptualización general de los patrones de los datos y la relación entre ellos9, no se
tiene que suavizar o ignorar las tensiones e inconsistencias de y en todo el elemento de datos.
Es importante conservar las cantidades que se apartan de la historia central en el análisis, por
lo que no se debe ignorar éstas en la codificación.
Fase 3: Buscar los temas
La fase 3 comienza cuando todos los datos se han codificado y recolectado inicialmente y se
tiene una larga lista de los diferentes códigos que se ha identificado en el conjunto de datos.
Esta fase, vuelve a enfocar el análisis en un nivel más amplio de los temas, en lugar de los
códigos, implica la clasificación de los diferentes códigos de los posibles temas y la
recopilación de todos los fragmentos relevantes de los datos codificados en los temas
identificados. Esencialmente, se comienza a analizar los códigos y considerar cómo se
pueden combinar para formar un tema general. Puede ser útil en esta fase usar
representaciones visuales que ayuden a clasificar los diferentes códigos en los temas. Se
puede utilizar tablas o mapas mentales o escribir el nombre de cada código (con una breve
descripción) en una hoja de papel separado y organizándolos en grupos por temas. Un mapa
temático de esta fase temprana se puede ver en la figura 2 (los ejemplos de la figura 2-4
provienen del análisis presentado en Braun and Wilkinson, 2003 con respecto a la
conversación de las mujeres sobre la vagina). Esto es cuando se empieza a pensar sobre la
relación entre los códigos, los temas y los diferentes niveles de los temas (por ejemplo, los
temas principales generales y los subtemas de ellos). Algunos códigos iniciales pueden pasar
a ser temas principales, mientras que otros pueden pasar a ser subtemas y otros son
descartados. En esta etapa, es posible que se tenga un conjunto de códigos que no parecen
ser de ninguna parte, y es perfectamente aceptable crear un “tema” que se llame “varios” para
almacenar los códigos, posiblemente temporal, que no parecen encajar en los temas
principales.

Algo de
conciencia
Conocimiento/empoderamiento
Falta de
conciencia
sobre la vagina
Cosas que
la hacen
Charla estar
positiva conscientes
Charla
Superior
al pene neutral
sobre la
vagina
Tema difícil
Poder de hablar
Satisfacción

Charla
Placer Risa
negativa

No tan Despersonalización
Vergüenza agradable
El sexo como
coito

Vulnerabilidad

Psicológico Físico
Figura 2 Mapa temático inicial, que muestra los cinco temas principales (análisis final
presentado en Braun y Wilkinson, 2003).
Se finaliza esta fase con la recopilación de temas postulados y los subtemas, y todos
los extractos de los datos que han sido codificados con respecto a estos. En este punto, se
comenzará a tener una idea de la importancia de los temas individuales. Sin embargo, no se
abandona nada en esta fase, ya que sin mirar en detalle todos los extractos (la siguiente fase),
es incierto si los temas se mantienen como están o si algunos deben combinarse,
perfeccionarse, separarse o descartarse.

Conciencia
Charla condicionada
positiva de la
Conciencia
vagina como
sobre la
una ventaja
vagina Conciencia
continua

Poder Satisfacción

Placer Charla
negativa de la
vagina como Lo que los
una desventaja hombres dicen

Separación No tan
del yo agradable

Vulnerabilidad
La sociedad

Psicológico Físico

Figura 3 Se desarrolló un mapa temático, que muestra tres temas principales (análisis final
presentado en Braun y Wilkinson, 2003).
Charla Charla
positiva de la negativa de la
vagina como vagina como
una ventaja una desventaja

Poder Satisfacción Maldad y Vulnerabilidad


suciedad

Placer
Ansiedades

Fase 4 Revisar los temas


La fase 4 comienza cuando se ha ideado un conjunto de temas postulados e involucra el
perfeccionamiento de aquellos temas. Durante esta fase, se hará evidente que algunos temas
postulados no son realmente temas (por ejemplo, si no hay datos suficientes para ayudarlos
o los datos son demasiado diversos) mientras que otros podrían desintegrarse entre sí (por
ejemplo, dos de los temas aparentemente separados podrían formar un solo tema). Otros
temas, es posible que deban dividirse. Según Patton (1990), las categorías de evaluación de
doble criterio, homogeneidad interna y heterogeneidad externa, vale la pena considerarlos
aquí. Los datos de los temas deben unirse de forma significativa, mientras que debe haber
distinciones claras e identificables entre los temas.
Esta fase involucra dos niveles de revisión y perfeccionamiento de los temas. El nivel
uno implica la revisión a nivel de los fragmentos de los datos codificados. Esto quiere decir
que se debe leer todos los fragmentos recopilados para cada tema y considerar si parecen
formar un patrón coherente. Si es así entonces se pasa al segundo nivel de esta fase. Si los
temas postulados no se ajustan, entonces se debe considerar si el tema en sí es problemático
o si algunos de los fragmentos de los datos simplemente no se ajustan, en este caso, se debe
volver a trabajar en el tema, creando uno nuevo, en cuanto a crear un nuevo lugar para
aquellos fragmentos que no funcionan actualmente en el tema ya existente o descartarlos del
análisis. Una vez que se está satisfecho con los temas postulados se recoge adecuadamente
los perfiles de los datos codificados, una vez que se tenga un “mapa temático” de postulados,
se estará listo para pasar al nivel dos de esta fase. El resultado de este proceso de
perfeccionamiento se puede ver en el mapa temático presentado en la figura 3.
El nivel dos implica un proceso similar, pero con respecto a todo el conjunto de datos.
En este nivel, se considera la validez de los temas individuales en relación con el conjunto
de datos, pero también si el mapa temático postulado refleja “con precisión” los significados
evidentes en el conjunto de datos en su totalidad. Hasta cierto punto lo que cuenta como una
“representación precisa” depende del enfoque teórico y analítico. Sin embargo, en esta fase
se vuelve a leer todo el conjunto de datos para los dos propósitos. El primero, según lo
planteado es comprobar si los temas “funcionan” con respecto a todo el conjunto de datos.
El segundo es codificar los datos adicionales de los temas que se han perdido en las etapas
de codificaciones anteriores. La necesidad de volver a codificar es lo esperado, ya que la
codificación es un proceso orgánico continuo.
Si el mapa temático funciona, se pasa a la siguiente fase. Aunque, si el mapa no se
ajusta al conjunto de datos, se debe retomar para revisar y perfeccionar más la codificación
hasta que se haya ideado un mapa temático satisfactorio. Al hacerlo, es posible que se
identifique nuevos temas potenciales y que también se deba empezar a codificarlos, si son
interesantes y relevantes. Sin embargo, una advertencia: como la codificación de los datos y
al generar los temas pueden continuar hasta el infinito, es importante no entusiasmarse
demasiado con la recodificación interminable. Es imposible proporcionar guías claras de
cuándo detenerse, pero cuando se perfecciona no agregando nada sustancial, ¡hay que
detenerse! Si el proceso de recodificación es sólo un reajuste y se hace más matizado un
marco de codificación que ya funciona, es decir, se ajusta bien a los datos, se reconoce y se
detiene. Se considera como similar a la edición de un trabajo escrito, se podría editar
infinitamente las oraciones y párrafos, pero después de unos pocos retoques de la edición,
cualquier trabajo adicional suele ser innecesario perfeccionarlo más, algo similar a
reorganizar muchas veces en un pastel ya bien decorado.
Al final de esta fase, se debe tener una idea bastante clara de cuáles son los diferentes
temas, cómo se ajustan y la historia general que cuentan sobre los datos.
Fase 5: Definir y nombrar los temas
La fase 5 comienza cuando se tiene mapa temático satisfactorio de los datos (ver la figura 4
para los retoques finales del mapa temático de Virginia). En este punto, se definen y
perfeccionan más los temas que se presentarán en el análisis y se analizará los datos que lo
contienen. Por “definición y perfeccionamiento” se entiende el identificar la “esencia” de lo
que trata cada tema (así como los temas en general) y determinar qué aspecto de los datos
capta cada tema. Es importante no intentar obtener un tema que abarque mucho, muy diverso
y complejo. Para esto, se debe volver a los fragmentos de los datos recopilados en cada tema
y organizarlos de forma coherente y consistente internamente acompañado de la narrativa.
Es fundamental que no sólo se parafrasee el contenido de los fragmentos de los datos
presentados, sino que se identifique cuál es de interés de estos y el por qué.
Para cada tema individual, se debe realizar y escribir un análisis detallado. Además
de identificar la “historia” que cuenta cada tema, es importante considerar cómo ajustar la
historia general más amplia que se está contando sobre los datos, en relación con la pregunta
de investigación o las preguntas para asegurarse de que no haya demasiada superposición
entre los temas. Por lo tanto, es necesario considerar los temas en sí y cada tema en relación
con los demás. Como parte del perfeccionamiento, se deberá identificar si un tema contiene
o no subtemas. Los subtemas son esencialmente temas dentro de otro. Pueden ser útiles para
estructurar un tema particularmente grande y compleja y también para mostrar la jerarquía
del significado de los datos. Por ejemplo, en uno de los análisis de Virginia con respecto a la
charla de las mujeres sobre la vagina, en la cual identificó dos temas generales en la
conversación: la vagina como una desventaja y como una ventaja (Braun y Wilkinson, 2003).
Dentro de cada tema, se identificaron tres subtemas: para la desventaja, los subtemas eran
“maldad y suciedad” y “ansiedades y vulnerabilidad”; y para la ventaja, los subtemas eran
“satisfacción”, “poder” y “placer”, Sin embargo, estos eventuales temas y subtemas finales
resultaron de un proceso de perfeccionamiento de los temas y subtemas iniciales como se
muestra en la figura 2-4.
Es importante que el final de esta fase se pueda definir claramente cuáles son los
temas y cuáles no. Una prueba de esto es ver si se puede describir el alcance y el contenido
de cada tema en un par de oraciones. Si no, es necesario un mayor perfeccionamiento del
tema. Si bien ya se ha dado títulos correspondientes a los temas, este es también el punto para
comenzar a pensar en los nombres que se les dará al final del análisis. Los nombres deben
ser concisos, contundentes e inmediatamente dar al lector una idea de lo que se trata el tema.
Fase 6 Elaborar el informe
La fase 6 comienza cuando se tiene un conjunto de temas completamente elaborados e
incluye el análisis final y la redacción del informe. La tarea de redactar un análisis temático
ya sea, para una publicación, una tarea de investigación o una tesis, es contar la historia
complicada de los datos de una forma que el lector esté convencido de los méritos y la validez
del análisis. Es importante que el análisis (la redacción de esta, incluidos los fragmentos de
los datos) proporcione una descripción concisa, coherente, lógica, no repetitiva e interesante
de la historia que mencionan los datos, dentro y en los temas. Su redacción debe proporcionar
las evidencias suficientes de los temas en los datos, es decir, los fragmentos de los datos
suficientes para demostrar la frecuencia del tema. Se elijen ejemplos vividos de forma
particular o fragmentos que capten la esencia del punto que se está demostrando sin una
complejidad innecesaria. El fragmento debe ser fácilmente identificable como un ejemplo de
la situación. Sin embargo, su redacción debe hacer más que simplemente proporcionar los
datos. Los fragmentos deben estar integrados en una narrativa analítica que ilustre de manera
convincente la historia que se está mencionando en los datos e ir más allá de la descripción
de los datos, presentando además un argumento en relación con la pregunta de investigación.

Precisar lo que realmente implica el análisis interpretativo


Es difícil especificar exactamente lo que realmente implica el análisis interpretativo, en
particular, ya que los detalles diferirán de estudio en estudio. Como primer paso, se
recomienda ver ejemplos publicados del análisis temático, en particular de la versión
específica que se está planeando utilizar (esto se hace un poco más difícil ya que el análisis
temático no suele ser un método nombrado, pero se puede encontrar ejemplos en Ellis and
Kitzinger, 2002; Kitzinger and Willmott, 2002; Toerien and Wilkinson, 2004). Para
proporcionar una idea del tipo de preguntas que se debe realizar en los datos y el tipo de
afirmaciones analíticas que se deben hacer, se analizará un buen ejemplo en particular del
análisis temático inductivo, el cual enfatiza la comprensión de las experiencias de los
hombres en relación al contexto social más amplio (revisar Frith y Gleeson, 2004).
Frith and Gleeson (2004) tienen como objetivo explorar cómo los sentimientos de los
hombres con respecto a sus cuerpos influyen en la práctica de la vestimenta, por lo que
utilizan los datos recopilados en cuestionarios cualitativos con una muestra de 75 hombres
que respondan a esta pregunta. Se presentan cuatro temas: la práctica de la elección de la
vestimenta, falta de preocupación por la apariencia; uso de la vestimenta para ocultar o
revelar el cuerpo, uso de la vestimenta para adaptarse a ideales culturales. Cada tema está
claramente vinculado a la pregunta de investigación general, aunque son distintas entre ellas.
Se proporciona un claro sentido del alcance y la variedad de cada tema, usando una
combinación de la narrativa analista y los fragmentos de los datos ilustrativos. Lo relevante
es que amplían su análisis pasando de un nivel descriptivo a uno interpretativo (a veces
relacionando sus afirmaciones con la literatura existente). Por ejemplo, en “el valor práctico
de los hombres”, ellos le dan sentido a la cantidad de hombres con respecto a las normas y
estereotipos del género, relacionado con la cantidad individual de hombres quienes
entregaron las expectativas a la que se enfrentan, como miembros de la sociedad. Lo que
hacen, como analistas, es relacionar los patrones de significado en las respuestas de los
hombres con un análisis académico en cuanto a cómo opera el género. Al hacerlo, demuestran
la doble posición que los analistas deben tomar: como miembros culturales y comentaristas
culturales. Su sección de “discusión” hace declaraciones analíticas más amplias sobre la
historia general de los temas que se mencionan sobre la relación de los hombres con la
vestimenta. Esta historia revela que los hombres usan vestimenta de “forma deliberada y
estratégica para manipular su apariencia con el objetivo de cumplir con los ideales de la
masculinidad” (Frith and Gleeson, 2004: 45), en una forma más asociada tradicionalmente a
las mujeres. Este análisis hace una importante contribución ya que desafía el conocimiento
sobre la vestimenta/apariencia y la masculinidad.
Como lo demuestra este ejemplo, las afirmaciones analíticas deben basarse, aunque
de manera más profunda, en la “superficie” de los datos, incluso para un análisis de nivel
“semántico”. El tipo de preguntas que se debe realizar, hacia las fases finales del análisis,
incluyen: ¿Qué significa este tema? ¿Cuáles son los supuestos que lo sustentan? ¿Cuáles son
las implicaciones de este tema? ¿Qué condiciones es probable que hayan dado lugar a esto?
¿Por qué las personas hablan sobre esto de esta manera en particular? (a diferencia de otras
maneras) y ¿Cuál es la historia general que los diferentes temas que revelan sobre el tema?
Este tipo de preguntas deberían guiar el análisis una vez que se tenga una idea clara del mapa
temático.

Posibles trampas que se deben evitar al realizar el análisis temático


El análisis temático es una forma relativamente sencilla de análisis cualitativo, la cual no
requiere el mismo conocimiento detallado teórico y técnico que los enfoques como lo son el
DA o el CA. Es relativamente fácil realizar un buen análisis temático de los datos cualitativos,
incluso cuando todavía se está aprendiendo técnicas cualitativas. Sin embargo, hay una serie
de cosas que pueden provocar un análisis deficiente. En esta sección se identificarán estas
posibles trampas, con la esperanza de evitarlas.
El primero de estos errores es analizar los datos ¡como un todo! El análisis temático
no es sólo una colección de fragmentos unidos un poco o nada unidos de la narrativa analítica.
Tampoco es una selección de fragmentos con comentarios analíticos que simplemente o
principalmente parafrasean el contenido. Los fragmentos en el análisis temático son
ilustrativos de los puntos analíticos que el investigador realiza en los datos y deben usarse
para ilustrar/apoyar un análisis que vaya más allá de su contenido específico para dar sentido
a los datos y mencionar al lector qué es lo que se hace o puede significar, como se planteó
anteriormente. Un segundo error asociado es el uso de preguntas de la recolección de los
datos (como las de un programa de entrevistas) en cuanto a los “temas” que se informan. En
tal caso, no se ha llevado a cabo ningún trabajo analítico para identificar temas de todo el
conjunto de datos o dar sentido al patrón de respuestas.
La tercera es tener un análisis débil y no convincente, donde los temas no parecen
funcionar, cuando hay demasiada superposición entre los temas o estos no son coherentes ni
consistentes internamente. Todos estos aspectos de los temas deben unirse en una idea o
concepto central. Este error ocurre si, dependiendo de lo que el análisis está intentando hacer,
falla de forma suficiente para captar la mayoría de los datos o no proporciona una
descripción/interpretación abundante de uno o más aspectos de los datos. Un análisis débil o
no convincente también puede ser por un error al proporcionar ejemplos suficientes de los
datos, por ejemplo, sólo uno o dos fragmentos para un tema. Este punto es esencialmente
sobre las retóricas de la presentación y la necesidad de que el análisis sea convincente para
el que no haya leído todo el conjunto de datos:” El ‘análisis ‘del material… es una creación
deliberada y tímidamente artística del investigador y debe construirse para persuadir al lector
de la plausibilidad de un argumento” (Foster y Parker, 1995: 204). Al hacerlo, se evita (la
apariencia de) lo que Bryman (1988) define como “anecdotalismo” en investigación
cualitativa, donde uno o pocos ejemplos de un fenómeno se cosifican en un patrón o tema,
cuando es o son realmente idiosincrásicos. Esto no quiere decir que algunos ejemplos no
puedan ser interesantes o reveladoras; sino que es importante tergiversarlos como tema
general.
El cuarto error es un desajuste entre los datos y las afirmaciones analíticas que se han
realizado al respecto. En dicho análisis (injustificado), las afirmaciones no pueden ser
respaldadas por los datos o en el peor de los casos, los fragmentos de los datos presentados
sugieren otro análisis o incluso si contradicen las afirmaciones. El investigador debe
asegurarse de que sus interpretaciones y puntos analíticos sean consistentes con los
fragmentos de los datos. Un análisis débil no parece considerar otras lecturas alternativas
evidentes de los datos o no considera la variación (e incluso la contradicción) de la cantidad
que se elabora. Un patrón en los datos rara vez o nunca va a ser 100% completo y sin
contradicciones, por lo que un análisis que sugiere esto, sin una explicación sólida, está
abierto a la sospecha. Se debe tomar en consideración que es importante elegir ejemplos
convincentes para demostrar los temas.
El quinto implica un desajuste entre la teoría y las afirmaciones analíticas, o entre las
preguntas de investigación y la forma de análisis temático utilizado. Un buen análisis
temático debe asegurarse que las interpretaciones de los datos sean consistentes con el marco
teórico. Entonces, por ejemplo, si se está trabajando dentro de un marco experiencial,
normalmente no se haría afirmaciones sobre la construcción social del tema de investigación,
asimismo, si se estuviera haciendo un análisis temático construccionista, no se trataría la
charla de las experiencias de las personas como una ventana transparente en su mundo.
Finalmente, incluso un análisis bueno e interesante que no logra enunciar sus supuestos
teóricos o clarificar cómo se realizó y el propósito, carece de información crucial (Holloway
y Todres, 2003) y por lo tanto falla en un aspecto.

¿Qué hace un buen análisis temático?


Una de las críticas a la investigación cualitativa de quiénes están fuera del campo es la
percepción de que “todo vale”. Por ejemplo, este sentimiento se repite en la primera oración
del resumen de Laubschagne (2003): “Muchos científicos están acostumbrados a realizar
estudios cualitativos, el concepto completo de la investigación cualitativa es poco claro, casi
extraño o ‘superficial’, es decir una investigación no real”. Sin embargo, aunque la
investigación “cualitativa” no puede estar sujeta a los mismos criterios de los enfoques
“cualitativos”, proporciona métodos de análisis que deben ser aplicados de forma rigurosa en
los datos. Además, existen criterios para realizar una buena investigación cualitativa, tanto
en la recopilación de datos como en el análisis (eg, Elliott et al., 1999; Parker, 2004; Seale,
1999; Silverman, 2000; Yardley, 2000). La Asociación Británica de Psicología ofrece pautas
en línea relativamente breves para evaluar la calidad de la investigación cualitativa (Revisar
http://www.bps.org.uk/publications/journals/joop/qualitativeguidelines.cfm). Los “criterios”
para evaluar la investigación cualitativa no son un tema controvertido, ya que expresan
preocupaciones sobre los criterios rígidos que limitan la libertad y el desarrollo metodológico
agobiante (Elliott et al., 1999; Parker, 2004; Reicher, 2000). Reicher (2000) profundiza la
crítica al preguntar si la variedad increíblemente diversa de los enfoques cualitativos puede
y debe estar sujeta a los mismos criterios.
Asociando estas críticas, las cuestiones planteadas en muchos criterios generales de
evaluación de la investigación cualitativa pueden aplicarse más o menos a las formas
temáticas del análisis. Como el análisis temático es un método flexible, también se debe
clarificar y explicitar sobre lo que se está haciendo y lo que se dice que se está haciendo, ya
que deben coincidir con lo que realmente se hace. En este sentido, la teoría y el método deben
aplicarse de forma rigurosa y “el rigor consiste en formular un método sistemático cuyos
supuestos son congruentes con la forma en que se conceptualiza el tema en cuestión”
(Reicher and Taylor, 2005: 549). En la tabla 2 se proporciona una lista de verificación concisa
de los criterios a considerar cuando se determina si se ha generado un buen análisis temático.
Tabla 2 Una lista de verificación de 15 puntos de los criterios para un buen análisis temático.
Proceso No. Criterios
Trascripción 1 Los datos se han transcritos a un nivel de detalle apropiado y
las transcripciones se han verificado en las grabaciones para
comprobar la “exactitud”.
Codificación 2 Se le da la misma atención a cada elemento de los datos en el
proceso de codificación.
3 Los temas no se han generado a partir de ejemplos vívidos (un
enfoque anecdótico), sino que el proceso de codificación ha
sido exhaustivo, inclusivo y comprensible.
4 Todos los extractos relevantes para cada tema han sido
recopilados.
5 Los temas se han verificado entre sí y se ha vuelto al conjunto
de datos original.
6 Los temas son internamente coherentes, consistentes y
distintivos.
7 Se analizaron los datos, se interpretaron, dándole sentido, en
lugar de sólo parafrasearlos o describirlos.
Análisis 8 El análisis y los datos coinciden entre sí, los fragmentos
ilustran las afirmaciones analíticas.
9 El análisis cuenta una historia convincente y bien organizada
sobre los datos y el tema.
10 Se proporciona un buen equilibrio entre la narrativa analítica
y los fragmentos ilustrativos.
En general 11 Se ha asignado el tiempo suficiente para completar todas las
fases del análisis de manera adecuada sin acelerar una fase ni
dar una vez más a la ligera.
Informe escrito 12 Las suposiciones sobre, y el enfoque específico, el análisis
temático están claramente explicados.
13 Existe un buen ajuste entre lo que se dice que se hace y lo que
se demuestra, es decir, el método descrito y el análisis
informado son consistentes.
14 El uso del lenguaje y los conceptos en el informe son
consistentes con la posición epistemológica del análisis.
15 El investigador se posiciona como activo en el proceso de
investigación; los temas no sólo “emergen”.

Entonces, ¿qué ofrece el análisis temático a los psicólogos?


Para finalizar este artículo, se presentarán algunos comentarios breves de las ventajas y
desventajas del análisis temático. Como se ha visto a lo largo de este artículo, el análisis
temático no es un método complejo. De hecho, como se muestra en la tabla 3, sus ventajas
son muchas. Sin embargo, existen algunas desventajas, que se considerarán brevemente.
Muchas de las ventajas dependen más de la realización débil del análisis o las preguntas de
investigación inapropiadas que del método en sí. Además, la flexibilidad del método,
permitiendo una amplia gama de opciones analíticas, se refiere a que el rango potencial de
las cosas que se pueden decir sobre los datos es amplio. Si bien esto es una ventaja, también
puede ser una desventaja, ya que dificulta el desarrollo de guías específicas para el análisis
de la fase superior, y puede paralizar posiblemente al investigador que intenta decidir en qué
aspectos de sus datos enfocarse. Otro problema que considerar es que el análisis temático
tiene un poder interpretativo limitado que va más allá de la mera descripción si no se utiliza
dentro de un marco teórico existente que basa las afirmaciones en las que se realizan.
Tabla 3 Ventajas del análisis temático
Flexibilidad.
Método relativamente fácil y rápido para aprender y hacer.
Accesible para los/las investigadores/as con poca o ninguna experiencia en investigación
cualitativa.
Los resultados son generalmente accesibles a todo público con estudios académicos.
Método útil para trabajar dentro del paradigma de investigación participativa, tanto con
participantes como colaboradores/as.
Puede resumir de manera útil las características claves de una gran cantidad de datos y/u
ofrecer una “descripción densa” del conjunto de datos.
Puede resaltar las similitudes y las diferencias a través del conjunto de datos.
Puede generar conocimientos anticipados.
Permite interpretaciones tanto sociales como psicológicas de los datos.
Puede ser útil para elaborar un análisis cualitativo adecuado para informar el desarrollo de
la norma.

Otras desventajas aparecen cuando el análisis temático se considera en relación con


algunos de los otros métodos analíticos cualitativos. Por ejemplo, a diferencia de los enfoques
narrativos u otros enfoques bibliográficos, no se puede mantener un sentido de continuidad
y contradicción en cualquier cantidad individual, por lo que estas contradicciones y
consistencias en éstas pueden ser reveladoras. Al contrario de los métodos similares al DA y
al CA, un análisis temático simple no permite al investigador hacer afirmaciones sobre el uso
del lenguaje o de la funcionalidad detallada de la conversación.
Finalmente, vale la pena señalar que el análisis temático actualmente no tiene
reconocimientos particulares como un método analítico, esto se debe al hecho que tiene una
débil demarcación y sin atribución, aunque es ampliamente usado. Esto quiere decir que el
análisis temático es con frecuencia o parece ser, lo que simplemente alguien lleva a cabo sin
el conocimiento o las habilidades para desempeñar una forma de análisis de “marca”
supuestamente más sofisticada, ciertamente con prestigio, como la teoría fundamentada, AFI
o DA. Se espera que este artículo cambie este punto de vista, ya que se plantea que un enfoque
temático riguroso puede llevar a un análisis detallado que responda a las preguntas de una
investigación particular. Lo que es importante es elegir un método que sea apropiado para la
pregunta de investigación, en lugar de ser víctima de la “metodolatría” donde se compromete
con el método y no así con el tema/contenido o las preguntas de investigación (Holloway y
Todres, 2003). De hecho, el método de análisis debe basarse tanto en la pregunta de
investigación como en los supuestos teóricos más amplios. Como se ha demostrado, el
análisis temático es un enfoque flexible que se puede utilizar en una variedad de
epistemologías y preguntas de investigación.

Notas
1. Boyatzis (1998) provee una descripción mucho más detallada del análisis temático.
Sin embargo, no creemos que sea una cantidad particularmente accesible para
aquellos que no están familiarizados con el enfoque cualitativo. Además, su enfoque
difiere de los proporcionados aquí, aunque reconoce la dimensión subjetiva del
análisis cualitativo, su enfoque es en el fondo, aunque a menudo implícitamente,
ubicado dentro de un paradigma empirista positivista.
2. La explicación de Dey (1993) sobre “el análisis de los datos cualitativos”, el cual
tiene como objetivo identificar técnicas compartidas a través de la amplia gama de
los métodos cualitativos y que demuestran cómo realizar el “análisis cualitativo”,
refuerza este punto en que su enfoque es en gran parte temático, aunque no se afirme
como tal.
3. Algunos autores, como Potter (1997: 147-48) plantean que no se debe simplemente
proporcionar “recetas” para los métodos cualitativos, como el DA, debido a que “una
gran parte del hacer el análisis del discurso es una habilidad artesanal, más como
andar en bicicleta o sexar un pollo que siguiendo la receta de un pollo suave de un
plato indú rogan Josh… Esto hace que sea difícil de describir y aprender”. Si bien no
se está en desacuerdo con que las habilidades necesarias para los análisis cualitativos
de todo tipo deben aprenderse, otros argumentos como McLeod (2001), mencionan
que al no discutir el “cómo” del análisis, se mantiene ciertos métodos misteriosos (y
por tanto elitistas). En cambio, si se quiere hacer métodos democráticos y accesibles,
de hecho, hacer que la investigación cualitativa sea lo más comprensibles para
aquellos que no están capacitados en los métodos y por ende, más populares, se
necesita proporcionar consejos concretos de cómo hacerlo realmente. No se está
cuestionando la importancia de las formas de entrenamiento de la “no receta”, sino
que las “recetas” disminuyan necesariamente la complejidad de ciertos métodos que
les son importantes para hacer accesible los métodos.
4. Foster y Parker (1995) sugieren un camino para reconocer la creatividad y el rol
activo del analista, la cual es utilizar la escritura en primera persona.
5. El análisis del contenido es otro método que se puede usar para identificar los
patrones a través de los datos cualitativos y a veces, se trata de manera similar a los
enfoques temáticos (eg, Wilkinson, 2000). Sin embargo, el análisis de contenido
tiende a enfocarse en un nivel más macro, lo que a menudo proporciona cantidades
(frecuencia) (Wilkinson, 2000), y permite el análisis cuantitativo de los datos siendo
inicialmente cualitativos (Ryan y Bernard, 2000). El análisis temático difiere de esto
con respecto a que los temas tienden a no cuantificarse (aunque a veces puede ser
cuantificadas; y Boyatzis (1998) sugiere que el análisis temático puede usarse para
transformar los datos cualitativos en una forma cuantitativa y someterlos al análisis
estadístico; y la unidad de análisis tiende a ser más que una palabra o una frase, lo
cual generalmente se encuentran en el análisis de contenido.
6. La definición de latente y manifiesto de Boyatzis (1998) es algo más estrecha que
nuestra definición de latente y semántica e identifica el análisis temático
incorporando tanto aspectos latentes como manifiestos. Sin embargo, estos resultados
se deben al hecho de que se asocia el proceso de interpretación con el análisis latente,
mientras que aquí se plantea también debería ser un elemento importante en un
enfoque semántico.
7. Asumimos que trabajará con un conjunto de datos de “buena calidad”. Plantearíamos
que los “buenos datos” se definen por un conjunto de criterios con respecto a qué, por
qué y cómo se recopilaron, y ofrecer descripciones ricas, detalladas y complejas del
tema. Los buenos datos no sólo proporcionan una perspectiva general del tema de
interés, o simplemente reiteran una descripción con sentido común. El desafío para el
investigador novato es interactuar con los participantes de la investigación de manera
que le genere conocimientos ricos y complejos. De esta manera, elaborar un análisis
de datos de baja calidad es una tarea más exigente para el analista, aunque puede
ocurrirle posiblemente a un analista experto y con experiencias.
8. Para un debate de los problemas con respecto a la idea de una transcripción “literal”,
en cuanto a lo que se deja de lado y lo que se retiene a través de este proceso, se debe
consultar a Poland (2002).
9. Lo que se entiende por mapa temático es similar pero menos detallado que el “libro
de códigos” de Ryan y Bernard (2000), la cual implica una descripción detallada de
la relación jerárquica entre los códigos, así como una descripción de cada uno, sus
criterios, ejemplares y contadores, ejemplos, y otros detalles. Al igual que la cantidad
de Boyatzis (1998) de un código temático, este modelo se aplica (y revisa en relación)
a los datos. Ver la figura 2-4 para la representación visual del mapa temático y su
perfeccionamiento. Otro ejemplo de un mapa temático, esta vez en forma de tabla, se
puede encontrar en Frith y Gleeson (2004).

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